Qué hacer frente a la crisis?
29/10/2008
- Opinión
Santo Domingo
La crisis en despliegue es una crisis de madre, padre y señor nuestro. Confluyen varias crisis, internas y externas, en una grandota. No es una simple crisis financiera. Es una crisis sistémica del capitalismo mundial, de su variante neoliberal, con fuerte componente de sobreproducción y graves problemas de vida planetaria. Y ni “Checheré” (1) el mago evita el impacto desgarrador sobre nuestro pequeño país de su propia crisis acumulada y de la que viene encima desde fuera como consecuencia del desplome de la economía capitalista mundial.
Como en otros artículos he explicado la crisis interna y el por qué somos tan vulnerable a la crisis mundial, ahora voy a hablar del quehacer, sobretodo porque lo acontecido en estos días en ciudad de San Francisco de Macorís (huelga general de tres días, con fuertes movilizaciones) y las crecientes protestas contra los apagones indican el sentido de la indignación popular y la perspectiva de fuertes convulsiones sociales de no ejecutarse a corto plazo cambios económicos, sociales y políticos sustanciales.
En tan graves circunstancias las propuestas, para ser eficaces y duraderas, deben tender a superar el neoliberalismo y el proceso de empobrecimiento que genera, impactar el área privatizada, en particular el sector eléctrico, el sistema de transporte, la política de ingresos y gastos de divisas, los TLC y de la liberalización comercial, el sistema de distribución y precios internos, el gasto público, la deuda externa, la política fiscal, la inversión pública, la política salarial, la política alimentaría, la tenencia y uso de las tierras, el sector financiero y la política de créditos, el tratamiento del ambiente y la naturaleza, las políticas sociales y la manera de relacionarnos con el exterior. A “groso modo” es imperativo:
Un accionar independiente y enérgico en estas direcciones, exige de la recomposición de la unidad y movilización de todos los componentes del movimiento social-popular, de las izquierdas de todo tipo y de los gremios de sectores intermedios.
Y como todo esto nos remite al tema del poder, precisa de una estrategia de creación y ruptura dirigida a aprovechar la tendencias a la inestabilidad y a la crisis de gobernabilidad para crear las condiciones que posibiliten, junto a construcción de fuerza transformadora en la base de la sociedad, el cambio de gobierno o una nueva situación que posibilite abrir un proceso constituyente hacia una nueva institucionalidad, invalidando el Congreso actual en materia constitucional.
(1) En el argot popular dominicano “Checheré” es un mago solucionador de graves problemas.
La crisis en despliegue es una crisis de madre, padre y señor nuestro. Confluyen varias crisis, internas y externas, en una grandota. No es una simple crisis financiera. Es una crisis sistémica del capitalismo mundial, de su variante neoliberal, con fuerte componente de sobreproducción y graves problemas de vida planetaria. Y ni “Checheré” (1) el mago evita el impacto desgarrador sobre nuestro pequeño país de su propia crisis acumulada y de la que viene encima desde fuera como consecuencia del desplome de la economía capitalista mundial.
Como en otros artículos he explicado la crisis interna y el por qué somos tan vulnerable a la crisis mundial, ahora voy a hablar del quehacer, sobretodo porque lo acontecido en estos días en ciudad de San Francisco de Macorís (huelga general de tres días, con fuertes movilizaciones) y las crecientes protestas contra los apagones indican el sentido de la indignación popular y la perspectiva de fuertes convulsiones sociales de no ejecutarse a corto plazo cambios económicos, sociales y políticos sustanciales.
En tan graves circunstancias las propuestas, para ser eficaces y duraderas, deben tender a superar el neoliberalismo y el proceso de empobrecimiento que genera, impactar el área privatizada, en particular el sector eléctrico, el sistema de transporte, la política de ingresos y gastos de divisas, los TLC y de la liberalización comercial, el sistema de distribución y precios internos, el gasto público, la deuda externa, la política fiscal, la inversión pública, la política salarial, la política alimentaría, la tenencia y uso de las tierras, el sector financiero y la política de créditos, el tratamiento del ambiente y la naturaleza, las políticas sociales y la manera de relacionarnos con el exterior. A “groso modo” es imperativo:
- Desprivatizar lo privatizado en las empresas, servicios básicos, recursos naturales y infraestructura, para convertir ese patrimonio en área social bajo control de los trabajadores, del pueblo, de la sociedad; no en escenario de lucro privado ni en simple sector estatal clientelizado y corrompido.
- Eliminación del lucro privado y/o estatal en el sector eléctrico, recuperación de su unidad integral, restauración de su condición de servicio público; contemplando a la vez su gestión eficiente, la reducción de los altos cotos, la reconversión de las fuentes energéticas, la transformación tecnológica en función del interés nacional y popular (fuentes alternas, reconversión de plantas…). Y esto debe acompañarse del diseño de un plan de reducción del consumo de electricidad a escala nacional, de la modificación de las tarifas, penalizando el alto consumo de lujo y protegiendo su uso productivo y su consumo por los sectores de bajos ingresos.
- Cooperativizar el transporte a escala nacional, convirtiendo a los(as) trabajadores(as) y usuarios(as) del sector en los legítimos dueños y gestores del sistema, eliminando el lucro empresarial privado y reduciendo las tarifas.
- Diseñar de un presupuesto de ingresos y gastos de divisas, a fin de eliminar el dispendio, obtener nuevas fuentes y emplearlas fundamentalmente en inversiones reproductivas, necesidades básicas de la población y renglones vitales y/o prioritarios.
- Dejar sin efecto el TLC y hacer de política arancelaria palanca de nuevo modelo productivo nacional tendente a la superación de la dependencia alimentaria y a garantizar el desarrollo integral con justicia social.
- Establecer, sobre la base de un nuevo consenso entre los productores de alimentos, medicinas y demás productos de primera necesidad, los comerciantes detallistas y el Estado ( INESPRE y otros resortes), un nuevo sistema de distribución y precios que garantice precios justos a los productores, ganancias justas a la cadena de detallistas y precios accesibles a los consumidores; erradicando la especulación.
- Reducir los intereses bancarios destinados a la producción y a los servicios prioritarios. Crear nuevas entidades de créditos de carácter social. Transformar el Banco Agrícola en el Banco de la Reforma Agraria y de los pequeños y medianos productores
- Prohibir durante un periodo la importación de automóviles para uso privado y de las mercancías de lujo y/o suntuarias.
- Reducir el mínimo posible los gastos corrientes del Estado y aumentar los gastos de capital en obras prioritarias. Establecer un riguroso plan de austeridad
- Suspender o declarar una moratoria de pago de la deuda externa, ya pagada varias veces. Propiciar un movimiento continental a favor de su anulación.
- Asumir control de la refinería, asociarnos a Venezuela en la construcción de una nueva, eliminar la intermediación de los consorcios extranjeros distribuidores de los derivados del petróleo, reducir los impuestos y precios a los combustibles. Iniciar, en sociedad con Venezuela, las exploraciones petroleras en las zonas en las que hay indicios de yacimiento. Invertir en paneles de energía solar y otras fuentes alternas de energía.
- Bajar el ITBIS a todos los alimentos y servicios básicos, penalizar en grande el consumo de lujo, las propiedades ociosas y las grandes ganancias.
- Aumentar los salarios mínimos y medianos en función de la tasa de inflación, de la pérdida de su valor adquisitivo y de la importancia de los sectores.
- Emprender la reforma agraria aplicando y profundizando las leyes agrarias vigentes.
- Recuperar los dineros y bienes robados al Estado por la vía de la corrupción en el contexto de una ejemplar sanción a los delitos de Estado.
- Detener drásticamente la depredación de los ríos bosques, costas y demás daños al ambiente. Ejecutar un plan de saneamiento ambiental y recuperación ecológica.
- Elevar sustancialmente la inversión en salud, seguridad social y educación pública, y revertir la privatización y comercialización en ambas vertientes.
Un accionar independiente y enérgico en estas direcciones, exige de la recomposición de la unidad y movilización de todos los componentes del movimiento social-popular, de las izquierdas de todo tipo y de los gremios de sectores intermedios.
Y como todo esto nos remite al tema del poder, precisa de una estrategia de creación y ruptura dirigida a aprovechar la tendencias a la inestabilidad y a la crisis de gobernabilidad para crear las condiciones que posibiliten, junto a construcción de fuerza transformadora en la base de la sociedad, el cambio de gobierno o una nueva situación que posibilite abrir un proceso constituyente hacia una nueva institucionalidad, invalidando el Congreso actual en materia constitucional.
(1) En el argot popular dominicano “Checheré” es un mago solucionador de graves problemas.
https://www.alainet.org/es/articulo/130582?language=es
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