El agricultor en peligro de extinción
- Opinión
El presente artículo no pretende ser un riguroso estudio científico sobre la causa de la crisis agrícola. Ni es el objetivo, ni su autor está capacitado para hacer semejante tarea faraónica. Se pretende únicamente dar una serie de datos que concitarán una serie de conclusiones personales. Para ello, se analiza someramente la crisis de la citricultura valenciana (España), que puede servir como muestra de otras crisis en otros lugares. El autor proviene de una familia fuertemente enraizada en la citricultura valenciana desde hace varias generaciones y durante los últimos años trabajó en un comercio de exportación de naranjas, lo que le permitió conocer y palpar la crisis y la zozobra en primera persona. Además ha vivido tres años en Centroamérica, lo que le ha permitido conocer en mayor o menos grado la crisis agrícola en dicho continente.
Justo cuando se estaba redactando este escrito se produjo la triste noticia del fallecimiento de Joan Brusca (secretario de
Las buenas épocas
La naranja era fuente de riqueza que determinó la historia, progreso e idiosincrasia del País Valenciano. Fue motor durante aquellos años, no sólo de la economía valenciana, sino también de la española. Vicente Caballer, Catedrático de
De la misma manera, todas las labores asociadas al campo proporcionaron trabajo a infinidad de personas ocasionando grandes flujos migratorios hacia tierras valencianas. La naranja marcó también las tradiciones, el paisaje, la lengua y la cultura propia, condicionando festividades, aleccionando una serie de costumbres autóctonas, etc. Sin rubor se puede afirmar que la naranja generaba trabajo y futuro, y lo que es más importante, dicha riqueza se distribuía entre mucha gente por cuanto las explotaciones eran minifundios en manos de miles de pequeños agricultores. Los trabajos asociados al campo repartieron el patrimonio a mucha más gente.
La hecatombe
La otrora brillante y espectacular agricultura valenciana no es ni sombra de lo que era. Las condiciones comerciales que sufren los agricultores (productores), son inaceptables en cualquier país desarrollado y democrático. Subrayar que la crisis la sufren los productores, porque el resto de cadena productiva, especialmente los distribuidores, gozan de excelente salud económica. Valgan algunas cifras y datos para entender la dimensión de la tragedia:
-En muchos casos, el agricultor no vende las naranjas con un precio prefijado al operador (comercio privado o cooperativa. Denominados también comerciantes. Compran las naranjas al agricultor, las confeccionan, las envasan y las venden a un distribuidor, mercado de abastos, centro comercial, supermercado, etc.). Existe un contrato de compra-venta, pero no siempre se usa. El agricultor entrega los cítricos y al final de temporada recibe una cantidad de dinero del operador. Expoliar la renta del agricultor bajo esta modalidad se denomina “Compra a resultas” o “Comercializar”.
-En la campaña 2005-2006 el agricultor percibió el 68% menos respecto a 1997, según
-En la misma temporada y con datos de
-Según el Censo Agrario, el campo valenciano perdió casi el 50% de los titulares de explotaciones entre 1989 y 2003. En 1989 se contabilizaban 286.886, en 1999 bajó a 222.454 y para 2003 la cifra sufrió una merma espectacular situándose en 149.207 titulares (En el País Valenciano existen más de 4 millones y medio de personas). En los últimos años, los titulares de explotaciones jubilados aumentaron del 33,58% al 37,65%. Sólo el 1,7% de los agricultores tiene menos de 30 años.[10] En Castellón (una de las tres provincias del País Valenciano), los agricultores representan el 7% de la población activa.[11]
-De
-En un estudio del Observatorio Ocupacional del Servicio Público de Empleo Estatal, publicado en los medios en diciembre de 2006, la agricultura había sido la única actividad económica con un comportamiento negativo en Castellón. Los puestos de trabajo ligados al campo fueron los únicos que descendieron en los últimos tres años.[13]
-En la campaña 2006-2007 y según el Ministerio de Agricultura, el descenso del precio de los cítricos para el agricultor fue casi 30 veces mayor que la media de los otros productos alimentarios. Esta disminución sitúa al naranjero como el agricultor que más ingresos perdió, aunque eso sí, la media estatal en el sector agroalimentario fue también negativa.[14]
-En la finalizada campaña 2007-2008, la producción se vio mermada en un 25% respecto al año anterior, lo cual debería haber repercutido en una ligera subida de los precios. Sin embargo el
aumento del valor ha sido inexistente o pírrico en el mejor de los casos. Muchos operadores han seguido comprando “a resultas”.
-Según
Los motivos
Existe consenso generalizado entre agricultores, operadores y organizaciones de diversa índole en cuanto a los motivos de la agonía del campo valenciano. Destacaríamos tres principalmente, muy relacionados entre si.
1-Concentración de la demanda.
Vicent Goterris, de
La mayoría de naranjas y mandarinas que se produce en España van a mercado europeo, y evidentemente esta concentración de la demanda unida al exceso de oferta, derivan en prácticas abusivas por parte de intermediarios y grandes cadenas, llegando a exigir los precios a pagar y las características de las naranjas. Los operadores ven estipulado y ahogado su precio de venta, aunque no lo defienden y acaban trasladando dicha reducción al agricultor a quién compran sin precio y tras hacer las cuentas le dan una pequeña limosna.
Las organizaciones de agricultores coinciden en señalar a estos dos agentes (operadores y grandes cadenas de distribución), como responsables de la tragedia de la naranja. Los que menos notan la crisis son los grandes operadores y multinacionales agro exportadoras, que al trabajar con volúmenes estratosféricos de fruta pueden permitirse el lujo de vender barato y seguir obteniendo beneficios. Por eso, a la paulatina reducción de agricultores también hay que añadirle la desaparición del pequeño operador tradicional al no poder competir.
Sin embargo, falta el tercer y principal culpable en todo este caos: las diferentes administraciones políticas escudadas en la ortodoxia neoliberal. Se ha permitido y se ha facilitado que grandes supermercados y centros comerciales vayan desplazando al pequeño comercio familiar de toda la vida, monopolizando la distribución y venta no sólo de las naranjas, sino de la mayoría de productos de consumo. No se ha establecido ninguna legislación en materia de precios agrarios. Se tolera vergonzosamente que los agricultores reciban migajas a cambio de unas naranjas que llegan al consumidor a unos precios astronómicos. Supuestamente esta es la tatareada libertad de comercio, pero aún hay más.
En una entrevista al “socialista” Josep Puxeu cuando era Secretario General del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), se le relató la queja de las organizaciones agrarias sobre la responsabilidad en la crisis de precios de las grandes empresas distribuidoras y supermercados. Pues bien, el Sr. Puxeu, respondió a esta queja de la siguiente forma: “Culpar a la distribución en muy fácil y quedas como un campeón cuando lo haces, pero el resultado que nos muestra el Observatorio de Precios es que los márgenes que se aplican son estrechos y no indica una posición de abuso.”[18]
Al analizar someramente los precios de la variedad clementina que ofrecía el Observatorio de Precios del MAPA,[19] se percibió un primer punto que dejaba en entredicho las afirmaciones del Sr. Puxeu: Dichos precios se calculan mediante estudios en el mercado nacional, mas sin embargo los propios datos del Observatorio indicaban que cerca del 60% de la producción de mandarina española se exportaba.
El Observatorio, para la campaña 2006-2007, determinó que el productor obtenía el 10% del precio final en destino. Es decir, le pagaban a 0,17 euros/kilo una fruta que llegaba al consumidor a un precio de 1,62 euros/kilo. El mayorista se quedaba con el 31% y el minorista con el 59%. Según FEPAC, el precio de la clementina en los supermercados de Castellón, en la temporada 2006-2007, se incrementó entre un 650% y un 1500% respecto al precio en el campo.[20] En un estudio de
Contrariamente, algunas cadenas de supermercados como Aldi y Lidl vendieron naranjas a precios excesivamente bajos (incluso por debajo del precio de coste) como una especie de reclamo para atraer a potenciales clientes. Esta práctica, que obliga a otros minoristas a bajar precios y que comprime más aún los márgenes de ganancia, es repudiada por las organizaciones de agricultores que incluso elevaron una denuncia a
Pues bien, ante este panorama de indefensión, despotismo y de autoritarismo de las grandes cadenas, intermediarios y supermercados, el hecho de defender un precio justo para el agricultor fue tildado por un funcionario público de alto rango del MAPA como “quedar como un campeón”. Que el agricultor no cubra gastos y perciba de media un 10% del precio final de venta al consumidor “no indica una posición de abuso”.
2-Sobreoferta de naranjas y mandarinas.
A-Aumento de la producción
Un pequeño comerciante entrevistado comentaba que él compraba y manufacturaba naranjas para luego cederlas sin precio a un intermediario. O sea, que los agricultores ceden sus naranjas sin precio a un operador que, en algunos casos, las vende a los intermediarios también sin precio. La gran pregunta es ¿Cómo se ha llegado a esta dinámica? ¿Por qué los agricultores y operadores no tienen la sartén por el mango?
Tomás García Azcárate, Jefe de
Este incremento ha sido dramático para el agricultor. Antes los operadores buscaban al productor, ofrecían un precio y mandaban a los recolectores Ahora a muchos se les queda la naranja en el árbol y otros las recolectan ellos mismos y las transportan hasta el operador.
Algunos datos sobre las naranjas y mandarinas en España
|
1962 |
1973 |
2003 |
Producción Nacional (toneladas) |
1.327.000 |
2.680.100 |
5.194.500 |
Cantidad Importada (toneladas) |
10 |
5.060 |
387.380 |
Superficie aprox. (hectáreas) |
92.000 |
197.915 |
251.226 |
Fuente FAO[27] y MAPA (Cit. p. V. Estruch)[28]
A este aumento de superficie y producción hay que añadirle otro fenómeno paralelo: la disminución en el número de explotaciones. Entre 1989 y 1999 descendieron prácticamente en todas las zonas naranjeras de España salvo en algunas donde el incremento fue insignificante. Indudablemente el País Valenciano acogió la mayor parte de estos abandonos.[29] Estos datos sugieren otro fenómeno más preocupante: se está produciendo una concentración de la tierra. Si bien es cierto que muchos agricultores han venido adquiriendo nuevas fincas, no son menos ciertos los comentarios de la gente del sector que advierte como grandes empresarios de la construcción, azulejeros, aristócratas, grandes comerciantes, etc. se han convertido en nuevos y acaudalados terratenientes. Incluso hay grupos de inversión dedicados a obtener réditos a través del cultivo de nuevas fincas citrícolas. Los datos hablan por si mismo: los minifunditas de toda la vida desaparecen ante la crisis, mientras los ricos e inversionistas acaparan cada vez más tierra, producción y beneficios.
Ante estos hechos, una de las demandas de las organizaciones agrarias ha sido exigir al gobierno español que prohíba nuevos plantíos. El posicionamiento de éste quedaron reflejadas en las palabras de Josep Puxeu, “número dos” del MAPA: “…pedir que se limiten las plantaciones pues queda muy bonito, pero es difícil que progrese porque las políticas de contingentación no valen en
Hay dos aspectos a destacar en esta declaración. El primero desde el punto de vista técnico, al no ser verídico el razonamiento en toda su extensión porque existen políticas de cupos en el marco de
B-Importaciones.
En las importaciones se pueden distinguir dos canales de entrada. El primero correspondería a la fruta manufacturada que entra directamente en los mercados europeos. Los productores en la cuenca del Mediterráneo se agrupan en una organización denominada CLAM, que engloba a países como España, Francia, Italia, Grecia, Turquía, Israel, Egipto, Túnez, Argelia y Marruecos. En la temporada 2003/2004 y según datos de
Existe una segunda vía de entrada de naranja de otros lugares del mundo, a través de operadores españoles. Ximo Tirado y Doménec Nàcher, secretario de comunicación y secretario técnico de
Aunque destacan que dichas importaciones se suelen efectuar fuera de temporada, es cierto también que al principio y final del período éstas se han solapado con la producción nacional. De hecho es una realidad la existencia de producción extranjera en plena campaña como bien destaca Joan Brusca, secretario de
Hay que especificar que la importación de naranjas del exterior no tiene porque beneficiar a los agricultores de los países del sur. Este falso axioma, perifoneado muchas veces por las propias ONG’s, hay que analizarlo caso por caso y en materia citrícola se derrumbaría ante ciertos datos. El 75% de las explotaciones citrícolas valencianas (país del norte) son de menos de
3-Problemas estructurales del sector.
Para Ximo Tirado y Doménec Nàcher, la sobreproducción no es tan grave ahora. Lo puede ser en un futuro inmediato y por eso, junto a otras organizaciones agrarias, han solicitado a las autoridades que limiten la superficie de cultivo.
En teoría, el problema de la compra “a resultas” surge con el nacimiento de las cooperativas. Éstas recolectan la producción de sus asociados y al final de temporada reparten beneficios. Por su manera de funcionar están obligadas a recoger toda la producción, incluida la fruta de menor calidad. Si a ese hecho se le suma el incremento de producción de los últimos años, la consecuencia es clara: se generan grandes cantidades de fruta que van llenando las cámaras frigoríficas y que tienen que salir a un mercado que monopolizan unos pocos intermediarios. Este fenómeno se ve agravado por la desorganización varietal, ya que una sola variedad de mandarina se cultiva masivamente lo que obliga a los operadores a lanzar al mercado cientos de miles de toneladas en tres meses. Antes, algunos comercios detenían los envíos cuando los precios bajaban a la espera del incremento de las cotizaciones, pero las cooperativas rompieron esa dinámica y los comercios privados se vieron obligados a copiar prácticas como comprar sin precio o enviar masivamente fruta sin consideración alguna. Y lo hicieron con suma alegría, pues al comprar sin precio al agricultor pueden pagarle a final de temporada lo que quieran. Si los ingresos totales han sido menores porque los precios en el mercado fueron bajos, los operadores restan a esos ingresos los otros costes de producción existentes, se quedan con su porción de beneficios y el resto lo reparten al agricultor. Como advierte Estruch, esta táctica genera un efecto perverso ya que el operador está dispuesto a comprimir el precio de venta por kg., siempre y cuando logre cubrir costes y asegurarse una ganancia mínima. Luego podrá aumentar esa ganancia si logra incrementar la cantidad de Kg. vendidos. Por eso al operador le interesa sacarse de encima la mayor cantidad de producción sin defender los precios. La gran cantidad de fruta y la nula cooperación entre los operadores desembocan en una competencia entre éstos por reducir al máximo los precios para poder vender la naranja. El resto ya lo saben: pasotismo gubernamental.
Además Estruch pone de manifiesto la opacidad de la compra “a resultas”, cuando señala que el comercio privado, al final de temporada, establece el precio a pagar al agricultor pero no explica cómo lo obtuvo. Se desconoce el preció al que vendió la fruta, los costos de producción y su margen de ganancia por Kg. El riesgo es mínimo.
Para Tirado y Nàcher este es el caldo de cultivo que desemboca en la actual crisis del productor. El problema no es ni la filosofía de las cooperativas ni la presencia de muchos operadores, ya que en décadas pasadas había más y sin embargo el sector progresaba y sembraba bienestar. El caos se origina porque el mercado está en pocas manos y los operadores (que son muchos) no se ponen de acuerdo en establecer un precio mínimo de venta y más bien compiten entre ellos. Si se añade el problema de la sobreproducción apuntado por otros expertos, se va conformando un trágico cuadro clínico de la crisis naranja.
Las modalidades de saqueo se han perfeccionado. Antes el distribuidor llamaba por teléfono a diferentes operadores a ver quién ofrecía el producto más barato, ahora hay un distribuidor que incluso dispone una página web donde los operadores ingresan y ofertan a la baja sus naranjas y mandarinas. En la web se indican las características exigidas por el comprador, los operadores pujan y se va observando como el precio decrece progresivamente.
Conclusiones y comentarios:
1- Hay dos visiones contrapuestas de entender la agricultura. La primera, la visión simplista y mecanicista del agro como un gran negocio en la era de la globalización. Sometido sin previo aviso a la ortodoxia del mercado y a sus falsas leyes de libertad, y que está o pretende estar en manos de unos pocos. En la otra banda, la agricultura de subsistencia y a pequeña escala. Conformada por cientos de millones de personas que siembran para alimentarse y para tener un trabajo generando a la vez bienestar y futuro. Que garantizan la seguridad y la soberanía alimentaria, mantienen vivo el tejido rural, enriquecen la diversidad cultural y ofrecen mayor protección y equilibrio al medio ambiente. Ambos modelos son incompatibles pues el primero busca maximizar y acaparar la riqueza desplazando al segundo.
2-El tan cacareado libre mercado es una falacia. Sus pilares teóricos no se aplican por igual y su funcionamiento no es autónomo y ajeno a la intervención. Se manipula en beneficio de los grandes intereses. Como dice Noam Chomsky (profesor de Lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y ensayista político): “Son programas neoliberales para las víctimas, pero no para los manipuladores. (…) La gente que trata de imponer los principios del neoliberalismo en el tercer mundo y en los slums (barrios bajos) de nuestras ciudades, no quiere esos principios para ella misma. Quiere un poderoso estado nodriza para protegerlos, como siempre.”[39] Es una ilusión pensar en el neoliberalismo como una coyuntura donde todo el mundo puede participar y beneficiarse. Jean Ziegler, el ex relator especial de
La paulatina concentración de los productos de consumo, los procesos de producción, las materias primas y los servicios en manos de unos pocos y la cada vez más precaria situación de la clase trabajadora y agrícola, es la clara evidencia de qué es y para qué sirve el neoliberalismo. Alberto Montero, Profesor de Economía Aplicada de
3-La agricultura valenciana es víctima del libre mercado. Dicha doctrina postula la no intervención del estado en la economía. Esto deriva en que el gobierno no gobierna y no puede plasmar las exigencias y soluciones que desde las asociaciones de agricultores se proponen, dejando a éstos a la deriva. No se pueden establecer precios mínimos, ni frenar los oligopolios y abusos de la distribución, ni crear un fondo de crisis, ni limitar la producción y en general, no se puede intervenir hacia una solución integral de la crisis citrícola. Joan Brusca dejó entrever este punto cuando dijo: “Esa reacción popular contrasta con las de las diversas administraciones que no quieren saber nada del asunto de los precios, echando balones fuera y desviando las culpas hacia otras direcciones como si ellos no fueran gestores públicos de la cosa agraria”.[42] Cristóbal Aguado, presidente de
4-El concepto de libre mercado sitúa en tela de juicio el concepto de democracia. Por ejemplo, al preguntarle a Josep Puxeu sobre controles en la producción para evitar la sobreoferta, él negó esa posibilidad amparándose en la liberalización económica emprendida en el seno de
5-En otras partes el neoliberalismo también ha devastado la agricultura. En América Latina, el principal problema con los tratados de libre comercio y demás acuerdos neoliberales estriba en la reducción de los aranceles en algunos productos, que ha permitido la importación de los excedentes subvencionados desde Estados Unidos a unos precios más competitivos. Además los gobiernos han ido abandonando a los agricultores a su suerte, de manera similar a lo acaecido con los citricultores valencianos. Esto ha producido el desplazamiento de la producción local y la consecuente ruina de millones de personas. Según datos de Hernán Pérez Zapata,[46] Colombia antes podía auto abastecerse de su propio trigo hasta que el estadounidense fue invadiendo sus mercados. En 1966 el país sudamericano producía 160.000 toneladas e importaba 120.000. En 1990 cultivaba 20.000 e importaba 1.200.000. En el 2004, la importación superó 1.800.000 toneladas. En el maíz, de
6-Hay que acabar con mitos y estereotipos tales como “agricultores del sur” y “agricultores del norte”. Más adecuado sería distinguir entre pequeños y grandes agricultores, o simplemente entre ricos y pobres. Vía Campesina lo dice bien claro: “…el verdadero conflicto -en torno a los alimentos, la agricultura, la pesca, las fuentes de trabajo, el medio ambiente y el acceso a los recursos- no es entre el Norte y el Sur, sino entre ricos y pobres. Es un conflicto que gira en torno a los diferentes modelos de producción agrícola y desarrollo rural, un conflicto que está presente tanto en el Norte como en el Sur. Es un conflicto entre la agricultura industrializada centralizada, controlada por las corporaciones y orientada hacia las exportaciones, por un lado, y la producción campesina y familiar sustentable y descentralizada principalmente destinada a los mercados nacionales, por otro.”[51]
¿Acaso se benefician los pequeños agricultores marroquíes de la exportación citrícola? Se ha visto que no y es más, salen perjudicados como indica Aakik Driss, secretario general del Sindicato de Campesinos de Aoulouz (provincia de Taroudant):“El régimen marroquí defiende siempre los intereses de los compradores y de los grandes propietarios en la llanura de Souss, quienes, tras arrancar los arganes, ocuparon las tierras colectivas de los campesinos pobres en la zona. Todo ello para implantar campos de hortalizas y cítricos, o lo que es lo mismo, para impulsar una agricultura capitalista destinada a la exportación hacia Europa. El embalse se construyó con el sudor y la sangre de los campesinos pobres de Ouzioua que perdieron sus tierras, su único medio de subsistencia, a cambio de indemnizaciones ridículas…”[52] En la otra banda tenemos la citricultura valenciana, que aún hoy aunque cada vez menos, está conformada por miles de minifundistas. Unos pocos viven de sus cosechas y el resto tienen otros trabajos, aunque oxigenan con la tierra la cada vez más apretada economía familiar. Muchos cultivan en sus parcelas otros alimentos para consumo doméstico. ¿Quién sale perdiendo en esta coyuntura? Sin duda alguna, minifundistas y campesinos valencianos y marroquíes.
7-Esta división geográfica errónea desemboca en un segundo mito que convendría revisar, defendido incluso por algunas ONG’s. Me refiero a la petición de eliminación de los aranceles en el norte. Si tenemos en cuenta que la mayoría de agricultores del sur practican agricultura de subsistencia, venden en mercados locales o tienen que tratar con intermediarios ¿Les beneficia en realidad que los aranceles del norte se desarmen? ¿Este hecho no sería un nuevo espaldarazo a la agroexportación en detrimento de la soberanía alimentaria? ¿Cómo se puede combatir la injusticia liberalizadora con más liberalización? ¿Acaso olvidan que en el norte también hay pequeños agricultores y en el sur grandes terratenientes y transnacionales agroexportadoras con poder y voracidad? Que se lo pregunten al matrimonio de los Kirchner, que durante años criaron a cuervos sojeros que ahora les están sacando los ojos. Y también que se lo pregunten a los pequeños campesinos que son expulsados de sus tierras por la avaricia de unos pocos. También a los bosques que ven avanzar imparablemente la frontera agrícola. Gustavo Duch, director de Veterinarios Sin Fronteras, dice al respecto que “Es preocupante la defensa que desde algunos medios de comunicación y de algunas ONG de desarrollo se hace del comercio internacional situándolo como herramienta casi mágica para asegurar el desarrollo. Y desde esos discursos de lucha contra la pobreza se defiende el papel dela OMC (se anima a los gobiernos a participar en las cumbres) si es que acepta introducir medidas regulatorias; o se criminalizan las políticas arancelarias que pueden proteger a los pequeños campesinos frente a la dura competencia de los agronegocios. En las políticas agrarias el comercio internacional no puede figurar como prioridad. Así lo defienden las familias campesinas integradas enla Via Campesina , y los hechos lo demuestran. Los beneficios de la exportación del azúcar antaño o de la soja ahora nunca rebosan hacia los pequeños productores.”[53]
En julio de 2004 pude asistir al IV Foro Mesoamericano por
Artemio Aguilar y Romi Palacios, técnicos agrícolas guatemaltecos que trabajan con agricultores pobres, resaltaron también los problemas climatológicos, la dependencia hacia los insumos derivados de la revolución verde y la inexistencia de financiamiento. Sobre el modelo agroexportador reinante señalaron que “Te han impuesto los precios, la demanda, los volúmenes de compra, etc.”. Es muy curioso como señalaban un problema que, alucinantemente, es el mismo que padecen los citricultores valencianos: el intermediario. Dicen de él que “Es una figura bien conocida y nosotros lo denominamos de otra manera: El coyote. El que tiene menos riesgos en la inversión y el que más gana es el intermediario.” Generalmente el coyote se aprovecha de que el agricultor no tiene vías de comunicación, transporte para sus productos y un mercado seguro (Posiblemente indefenso ante las importaciones subsidiadas). La incertidumbre generada por estos factores obliga al campesino a vender de cualquier manera al coyote, que ofrece transporte y salida al producto. Algunas veces de un intermediario local que transporta la cosecha, se pasa a uno regional que la procesa y luego a otro nacional que la exporta. El agricultor, al igual que en Valencia, paga caro el paso por esta cadena pues el coyote se acaba embolsando entre el 50 y el 75% del valor final.
Cesar Morales es mexicano, concretamente de Chiapas. Cuando lo entrevistaba era miembro de un comité cívico de carácter local que tenía vínculos con el campesinado. Morales coincidió con sus compañeros al señalar problemas como la inexistencia de políticas públicas. No existen subsidios ni créditos, solamente para amigos y conocidos de personas bien ubicadas en el poder. Hasta las instituciones que apoyaban a campesinos se han desmantelado. También subrayó los factores meteorológicos asociados al cambio climático, que no son solventados con el regadío porque por regla general no existe. Morales criticó fuertemente los tratados neoliberales que impiden el financiamiento público y desarman los aranceles permitiendo la entrada de productos subsidiados. También porque privatizan los recursos (biopiratería). Finalmente habló del intermediario con escepticismo: “El famoso coyote, donde quiera existen.”
Con las declaraciones de Teófilo Martínez, del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), se fue conformando un patrón al señalar prácticamente lo mismo que sus compañeros. Reprochó duramente el neoliberalismo especialmente las importaciones subsidiadas, al intermediario y el pasotismo gubernamental. La palabras de Lorenza Pichinte, campesina salvadoreña, aportaron una nueva dimensión al mencionar ciertos problemas estructurales como la pobreza, el analfabetismo, la doble carga laboral para la mujer campesina, etc. Sin lugar a dudas estos factores son un lastre molesto para el agricultor pobre. Mencionó por ejemplo que frecuentemente los padres de las comunidades tienen que pagar materiales de educación básicos como pupitres o pizarras. Si a esta realidad se le añade los problemas y dificultades que se han ido desgranando, el cuadro final es dramático.
Regresando al presente, en agosto de 2008, Vía Campesina realizó un llamamiento porque líderes de la organización en Honduras estaban siendo hostigados. Así mismo son conocidas las presiones y expulsiones por la fuerza de campesinos en Paraguay, Argentina, Brasil, etc. Estos desalojos, extorsiones, presiones, secuestros e incluso asesinatos, son constantes en muchos países del mundo, pero sin embargo son desconocidos por la opinión pública. Ciertas transnacionales de la solidaridad que se jactan de defender los derechos humanos, miran a otro lado y centran sus pomposas campañas en países como China, Irán, Venezuela o Cuba, ya que su producto solidario es más vendible para la ciudadanía primermundista que en el fondo es quién paga la cuota de socio o apadrina niños.
Por lo tanto y resumiendo: A- Suprimir los aranceles del norte supondría un impulso al agronegocio que en el sur también está controlado por grandes propietarios, coyotes y transnacionales. Este hecho alimentaría la avaricia del terrateniente por apoderarse a la fuerza de más tierra, impulsaría la agroexportación y sería un obstáculo para la soberanía alimentaria. B- La propiedad de la tierra y su consiguiente reforma agraria, la integridad de los campesinos, la ortodoxia neoliberal, el intermediario y los agroexportadores, el cambio climático, el efecto tóxico y alienante de ciertos insumos, el financiamiento, las políticas públicas, la pobreza, la protección de productos estratégicos mediante aranceles, etc. son sin duda alguna cuestiones más perentorias que la supresión de aranceles en el norte.
8-El problema que se aborda, como se ha visto, tiene unos orígenes políticos y comerciales. Por lo tanto sus soluciones tienen que partir desde esos ámbitos. Intentar suplir la injusticia del comercio con la tecnología es una decisión irresponsable, falaz y que posiblemente busque o al menos logre el efecto contrario. El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias intentó diseñar un robot para recolectar naranjas.[54] Esta tecnología generaría desempleo y sólo se la podrían permitir unos pocos, con lo que se puede vislumbrar hacía que intereses dirigen los políticos los fondos públicos. Los transgénicos son otro ejemplo. Profetizar con que pueden ser la solución al hambre y los problemas de los campesinos del mundo resulta una afirmación engañosa, tendenciosa y malintencionada. Según el Servicio de Estadística Agrícola Nacional de Estados Unidos, entre los años 1997 y 2002 dicho país perdió más de 85.000 explotaciones agrícolas.[55] Argentina, en 1988 albergaba 421.221 explotaciones y pasó a 333.533 en 2002, según los Censos Nacionales Agropecuarios elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de
Existe otro matiz que me gustaría comentar relacionado con ciertas tecnologías como los transgénicos. Antes se apuntaban los testimonios de campesinos centroamericanos. Entre otras cosas reconocían que muchos agricultores carecen de transporte básico y en muchos casos sus tierras están mal comunicadas lo que dificulta la salida de sus cosechas. En Jalapa, zona montañosa del norte de Nicaragua, pude ver como se cargaba el techo y el pasillo de un autobús con sacos de frijoles. En otros muchos casos, las cosechas dependen de unas lluvias que ya no llegan con la misma puntualidad que antes y frente a esto no existen sistemas de regadío. Por el contrario, en el País Valenciano aún se siguen utilizando canalizaciones y acequias que construyeron los árabes hace unos 8 o 9 siglos atrás.
Es muy curioso y a la vez sospechoso, que se presente una tecnología de última generación como los transgénicos como una herramienta al hambre y la pobreza, a unos campesinos, que carecen de tecnologías o infraestructuras decimonónicas que en otros lugares hace siglos que existen. Dicho de otra manera, es extraño que a un campesino se le quiera embaucar en paquetes tecnológicos y “semillas milagrosas” propiedad de empresas transnacionales, cuando no dispone de una mísera carretera por la que poder transportar su “cosecha milagrosa”. ¿No da la sensación de que alguien quiere construir la casa por el tejado? ¿O será que ciertas tecnologías se crearon para perpetuar el actual modelo y beneficiar a unos pocos? Además, desde organismos multilaterales y desde el politiquismo corrupto se ensalzan las propiedades sobrehumanas de estas semillas, mientras propugnan e implantan ajustes fiscales que asfixian a países e impiden que éstos puedan ayudar a sus campesinos e invertir en agricultura y en infraestructuras básicas, públicas, elementales y sobre todo estratégicas y necesarias para el desarrollo. ¿No son paradójicos y contraproducentes estos hechos?
9-Como conclusión final, tanto en el norte como en el sur los agricultores tradicionales están en peligro de extinción. Ni los unos ni los otros se benefician de la actual situación y es infructuosa la distinción por razón geográfica. Más bien es urgente la cohesión y cooperación a nivel mundial para señalar claramente el problema y exigir a las autoridades soluciones políticas reales, cuyo eje principal sería excluir a la agricultura de la ortodoxia liberal. Canalizar dicha lucha será tarea de las organizaciones agrarias y ante la falta de voluntad política habría que plantearse de una vez por todas medidas de presión más fuertes que además fueran coordinadas e implementadas por las diversas organizaciones agrarias del mundo. No hacerlo supondría escurrir el bulto y plegarse ante el fundamentalismo del mercado.
Epílogo: la crisis de alimentos de 2008 deja a cada uno en su sitio.
En más de 40 países del mundo se estuvieron produciendo altercados ante el aumento vertiginoso en los precios de los alimentos. Según
Sin duda alguna, el modelo hace aguas por todas partes y se empieza a ver la verdadera cara de esa libertad de mercado que prometía mejores precios y bienestar. Se atribuye la crisis a la suma de varios factores, aunque varía la importancia que cada autor le confiere a un factor u otro. La subida del precio del petróleo sería una causa importante en algunos lugares del mundo, pero por ejemplo en Europa dicho incremento se debería contrarrestar parcialmente con un euro cada vez más potente. Además tampoco explicaría los vertiginosos aumentos acaecidos en un periodo de tiempo reducido. Otras causas puestas en el tapete han sido las malas cosechas en algunos puntos del globo motivadas por sequías y temporales consecuencia del cambio climático. Sin embargo UITA resta importancia arguyendo por ejemplo que la mala cosecha de granos en Australia “…no ha agregado más del 1,5% al precio mundial del trigo”.[58] El aumento en el consumo de carne y leche en países como India y China también se señala como motivo del incremento. Pero para UITA este hecho no justifica la crisis por cuanto “…la demanda creciente de proteínas de origen animal ha sido constante y no explosiva. No puede explicar el incremento del 31% en el precio del arroz que ocurrió apenas en los últimos días de marzo o el incremento del 400% en el precio de las tortillas mexicanas”.
Hay dos factores que sí suman más consensos: por una parte la especulación en el mercado alimentario, y por otra parte, el cambio del rol de la tierra impuesto desde la óptica liberal que microniza la seguridad alimentaria en beneficio del agronegocio. O sea, la tierra ya no debe parir alimentos, sino aquello que sea más rentable ¿Y qué es aquello más rentable? Pues paradójicamente productos que acaban en el primer mundo. Tres casos destacaré.
Primero, los agrocombustibles (mal llamados biocombustibles). Desde hace años miles de organizaciones agrarias, ecologistas, ONG’s, etc. han advertido que la transferencia de alimentos del estómago al depósito del coche iba a elevar el precio de la comida. Los países del norte bien saben que para llegar a los objetivos de producción de agrocombustibles que ellos mismos se han establecido, necesitan inexorablemente los campos y las tierras del sur, lo que significa una reducción de la superficie para alimentos. El arrollador aumento del valor del maíz en México a principios de 2007, fue simplemente un aviso de lo que estaba por venir.
Después no ha existido debate, la propaganda oficial ha ensalzado las discutidas propiedades ecológicas de los agrocombustibles y los medios de comunicación de masas, una vez más, han silenciado las voces disidentes y han sido parciales en su información. En países como España, el gobierno de seudo izquierdas de Rodríguez Zapatero permite situaciones deplorables como que la que sufren los citricultores tradicionales valencianos, mientras subvenciona y patrocina a bombo y platillo el cultivo de agrocombustibles. El mensaje es tan claro como desolador: “Sr. agricultor, si quiere vivir de la tierra deje de producir alimentos y cultive gasolina”.
Ahora, los avisos que las organizaciones de la sociedad civil proclamaban años atrás, son refrendados hasta por reverendos del libre mercado como el presidente del Banco Mundial Robert Zoellick u organizaciones como
Sin embargo, la seguridad alimentaria no se ha visto afectada únicamente por el cultivo de agrocombustibles. De la tierra donde antes brotaban alimentos ahora también lo hacen cultivos destinados a forraje para las granjas del primer mundo. Antes Argentina era conocida como el granero del mundo, ahora peyorativamente se le denomina “republiqueta sojera” porque con datos de febrero de 2008, más de la mitad de la superficie cultivable del país alberga soja que en un 95% es exportada.[60] Es el primer país del mundo en exportación de harina y aceites de soja, primero en girasol, segundo en maíz, tercero en soja y cuarto en trigo.[61] Este modelo agroexportador ha generado una entrada de divisas pero ¿Cómo ha repercutido en la sociedad?
Según datos del Informe Sobre Desarrollo Humano 2007-2008 del PNUD, Argentina tenía menos del 2,5% de población desnutrida entre los años 1990-1992 y ascendió al 3% entre 2002-2004,[62] debido a la fuerte crisis de finales de 2001. Si bien datos más recientes reducen el porcentaje de desnutrición, numerosas organizaciones como
GRAIN advierte que en los países del sur “…las tierras fértiles fueron reconvertidas de la producción de alimentos para abastecimiento de un mercado local a la producción de commodities mundiales para la exportación o cultivos de contra estación y de alto valor para abastecer los supermercados occidentales. Si las cosechas se destinaran para los estómagos, posiblemente se podría alimentar al doble de la población mundial. El problema es que un porcentaje muy elevado se desvía hacia los caprichos del norte. El estado español por ejemplo, importa un 66% más de alimentos que hace diez años y muchos de ellos podrían producirse localmente.[66] Esta metamorfosis del campo y la supremacía del agronegocio, presionan los precios de los alimentos y como informa GRAIN “Hoy, aproximadamente el 70% de los llamados países en desarrollo son importadores netos de alimentos. Y de las 845 millones de personas con hambre en el mundo, 80% son pequeños agricultores y agricultoras.”[67] Según
Sobre la especulación en el mercado agrícola, la organización GRAIN cita una fuente que estima que el dinero especulativo en alimentos creció de los 5.000 millones de dólares en
Durante este trabajo se ha hablado varias veces de la figura del intermediario. Sería injusto dejar fuera del mismo la figura de las multinacionales agroexportadoras, que en el fondo son grandes intermediarios que, o bien tienen sus fincas en el sur, o bien acaban comprando la producción local para luego exportarla. Algunas de sus prácticas pueden conocerse en mi libro “El parque de las hamacas”, que analiza el caso de miles de personas enfermas por el contacto con el peligroso agroquímico DBCP, que tuvo lugar en las fincas bananeras de América Latina durante los años 70. Muchas de estas empresas fueron responsables de que a muchos países se les denominara peyorativamente “Repúblicas bananeras”, pues eran gobernados por ellas y sus intereses. Dichas compañías protagonizaron matanzas, golpes de estado y en fechas recientes alguna fue condenada por traficar con armas.
En algunos cultivos como el propio banano, unas pocas transnacionales manejan casi todo el pastel del comercio mundial de dicha fruta. Esto les confiere una posición de privilegio que no dudan en explotar. Han sido señaladas por comprar a precios bajísimos a productores locales, y en sus fincas o en aquellas que les venden la producción, la animadversión por los sindicatos alcanza cotas esquizofrénicas.
Regresando a la crisis de los precios, otro factor influyente viene dado por la dependencia a los fertilizantes y productos químicos que están acaparados por unas pocas empresas, lo que ha derivado en aumentos espectaculares en sus precios de venta. Según ejecutivos de Bayer y Monsanto, los fertilizantes suponen el 35% de los costos de producción y en un año el valor de éstos se ha duplicado.[70] En México, desde la desnacionalización de la industria petrolera no se fabrican fertilizantes. Ahora son suministrados por multinacionales y el precio de se multiplicó por seis en dos años.[71] Este hecho también ha contribuido a la subida de los precios de los alimentos y junto al peligro para las personas (como queda patente con el caso del DBCP), el medio ambiente y la extrema dependencia al petróleo de los agroquímicos, plantea la necesidad urgente de fomentar y dirigir recursos hacia una agricultura ecológica, local y a pequeña escala.
A estas causas se podría añadir otra desgranada en este trabajo: la desaparición en las últimas décadas de millones de agricultores y la consecuente concentración de la tierra y el agronegocio en manos de un oligopolio que establece las condiciones y especula. O dicho de otra manera, el cambio de paradigma que el neoliberalismo ha introducido en la agricultura: de la tradicional donde millones de pequeños agricultores cultivaban para comer y/o trabajar, de una manera más respetuosa con el medio ambiente, conservando variedades autóctonas, fomentando los tejidos rurales, enriqueciendo la diversidad cultural, participando en el desarrollo de sus comarcas, generando puestos de trabajo y contribuyendo a la seguridad alimentaria en sus territorios; se ha pasado y se fomenta la agricultura donde la premisa única y fundamental es el negocio, la concentración y la acumulación paranoica del capital. Para ello se ha fomentado el agronegocio industrial desde organismos multilaterales y gobiernos cipayos. Los créditos a pequeños agricultores se han ralentizado o congelado, se ha tolerado que fueran expulsados de su tierra y que sus cosechas naufragaran ante la producción externa. Se engatusó a los países del sur para que abandonaran el cultivo de alimentos en favor de unos agrocombustibles y commodities que generarían ingresos para importar la comida. La inversión pública en agricultura de estas naciones adelgazó considerablemente. Según Jacques Diouf, Director General de
Ante semejante caos, en lugares como Europa las autoridades derrochan grandes sumas de dinero público subvencionando a grandes terratenientes, aristócratas, monarcas, etc. Apuestan ciega e incondicionalmente por tecnologías como los transgénicos, que en un pasado fueron publicitados como una especie de criaturas divinas y milagrosas. Amigos de
Por el momento, se han escuchado dos propuestas para frenar la crisis. Una se podría definir como un “peligroso parche caritativo” de urgencia consistente en aumentar el dinero que se destina a la compra de alimentos a través del Programa Mundial de Alimentos. Decir que con una gran parte de ese dinero se compra los excedentes de granos generados en USA para llevarlos a los países necesitados. En algunos casos se ha denunciado que esa comida llega a los mercados desplazando la producción local. Además hay un razonamiento que salta a la vista: Lo más lógico sería comprar esa comida en el mismo país donde va a ser consumida o en países cercanos, y no comprar la sobreproducción estadounidense fruto de políticas proteccionistas que los integristas del mercado prohíben tajantemente en el sur.
La segunda medida es el anuncio de que debe aumentar la superficie agrícola para producir más alimentos, lo cual no tiene mucho sentido si tenemos en cuenta que supuestamente hay cultivos para alimentar a 12.000 millones de personas. Además si se eleva dicha superficie la frontera agrícola avanzará sacrificando bosques y selvas. Es decir, se cultiva agrogasolina para supuestamente reducir las emisiones de CO2 pero se encarece el precio de los alimentos; para frenar el incremento se aconseja aumentar la superficie de cultivo, pero esto redundará en un avance de la frontera agrícola y los bosques talados para cultivar dejarán de absorber CO2 y el carbono fijado en su interior regresará a la atmósfera. He aquí un caso típico donde una muy buena pescadilla se muerde terca y ferozmente la cola.
En Europa, a finales de mayo, las autoridades revisaron
El resentimiento también se hizo patente tras
¿Y que se podía esperar de la cumbre del G-8 celebrada en el mes de Julio en Japón? Pues más de lo mismo, pero como espectacular guinda a este bochornoso espectáculo, varios agricultores coreanos de Vía Campesina que habían viajado a Japón, fueron detenidos, deportados y señalados como posibles perturbadores de la cumbre.[76]
Nadie con poder se plantea hasta el momento lo que miles de organizaciones reclaman desde hace años: que no se apliquen los criterios neoliberales que desplazan al agricultor, concentran la oferta, favorecen la exportación y desatienden el cultivo de alimentos. Es necesario para frenar situaciones como las que se viven en la actualidad que las autoridades intervengan para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria de los pueblos. Vía Campesina lo dice así: “La crisis actual pone de manifiesto que no se puede jugar con la alimentación y que la regulación de los mercados tanto a nivel internacional como a nivel europeo es indispensable para la seguridad alimentaria de las poblaciones.”[77] COAG va en la misma línea: “
Esta crisis de la alimentación y sus causas no son coyunturales sino claramente estructurales. Este modelo agrícola en particular y de desarrollo en general está agotado. Tengan en cuenta que será muy complicado que el año que viene el petróleo se abarate, que cambien los patrones de consumo, que cesen los temporales y sequías consecuencia del cambio climático, que se impulse la seguridad alimentaria en detrimento del agronegocio y que los inversores dejen de enriquecerse a cambio de hambre y miseria. Por lo tanto, es hora de que los estados intervengan para dar soluciones positivas y efectivas que redunden favorablemente en los consumidores, agricultores, ganaderos, pescadores, etc. Y si los estados no adoptan estas medidas, las organizaciones sociales, especialmente las agrícolas, deberían pensar seriamente tomar las calles y las carreteras porque desgraciadamente, en las democracias burguesas esta medicina es la única que entiende la corruptela del poder.
Algunos/as, los y las políticamente correctos, ya estarán pensando que soy un radical. Para mí que tienen la escala de valores un poco oxidada. Para mí radical es un mundo donde cientos de millones de personas sufren la zozobra del hambre porque unos cuantos agroterroristas quieren acaparar más poder y capital. Donde se despoja al campesino, se le expulsa de la tierra o se le sumerge en huracanes doctrinarios que no comprende. Para mí eso sí que es radical, pero, allá cada uno con sus principios.
- Vicent Boix es escritor, autor de “El parque de las hamacas” http://www.elparquedelashamacas.org/
[1] CABALLER, V.: “Deuda histórica o Levante feliz?”, en Levante Mercantil, 24 de septiembre de 2006.
[3] GUARDIOLA, D.: “Los cítricos se pagan un 68% menos que hace una década”, en Periódico Mediterráneo, 3 de mayo de 2006.
[4] GUARDIOLA, D.: “La renta agraria ha caído un 14% en el último año”, en Periódico Mediterráneo, 24 abril de 2006.
[5] GUARDIOLA, D.: “Los citricultores piden un mínimo de 0,25 euros/kilo para la nulera”, en Periódico Mediterráneo, 9 de diciembre de 2006.
[6] Institución del gobierno autónomo valenciano.
[7] AGUILAR, E.: “El consumidor paga hasta dos euros por un kilo de nuleras”, en Periódico Mediterráneo, 27 de noviembre de 2006.
[8] Idem 3.
[9] GUARDIOLA, D.: “La necesidad de un precio”, en Periódico Mediterráneo, 7 de diciembre de 2006.
[10] PICÓ M.J.: “Taronges al 4000%”, en Levante, 22 de octubre de 2007.
[11] GUARDIOLA D.: “El 30% de los agricultores ha dejado el campo en 10 años”, en Periódico Mediterráneo, 7 de enero de 2006.
[12] JLZ: “El campo valenciano ha perdido un tercio de sus agricultores en cinco años”, en Levante, 18 de julio de 2006, pag. 36. y GUARDIOLA D.: “El 30% de los agricultores ha dejado el campo en 10 años”, en Periódico Mediterráneo, 7 de enero de 2006.
[13] GUARDIOLA, D.: “La agricultura pierde aún más terreno en el tejido productivo”, en Periódico Mediterráneo, 7 de diciembre de 2006.
[14] GUARDIOLA, D.: “La citricultura es el sector agrario que más ingresos ha perdido del país”, en Periódico Mediterráneo, 29 de abril de 2007.
[15] AGUILAR, E.: “La campaña citrícola comienza con la mejor perspectiva en años”, en Periódico Mediterráneo, 24 de septiembre de 2007.
[16] AGUILAR, E.: “
[18] CARBO, S.: “Queda bonito pedir que se prohíba plantar cítricos, pero es difícil que progrese”, en Levante Mercantil, 21 de enero de 2007.
[20] FEPAC: “El preu de la clemenules s’ha incrementat fins a un 1500% des de l’arbre al consumidor a Castelló”, Revista FEPAC – ASAJA, Castellón, España, junio 2007, Nº 161, pag. 6.
[21] LEVANTE DE CASTELLÓ: “
[22] Idem 7.
[23] GUARDIOLA, D.: “Los hipermercados de
[24] CARBO, S.: “Faltan comerciantes de verdad para dar salida a toda la producción de cítricos” en Levante, 4 de octubre de 2007.
[25] ARRIBAS, L. “Así vamos”, en Levante Mercantil, 1 de abril de 2006.
[26] CARBO, S.: “La trastienda de la venta “a resultas””, en Levante Mercantil, 4 de febrero de 2007.
[28] ESTRUCH, V.: “La citricultura española, evolución y perspectivas de futuro”, en Agricultura Familiar en España, año 2007, http://www.upa.es/anuario_2007/pag_126-140_estruch.pdf
[29] Anuario Estadístico Agrario http://www.upa.es/anuario_2007/pag_126-140_estruch.pdf
[30] Idem 18.
[32] Idem 29.
[33] Entrevista con Ximo Tirado y Doménec Nàcher el 3 de octubre de 2007.
[34] “Los cítricos importados aumentan un 34%”, en Periódico Mediterráneo, 12 de enero de 2006.
[35] EL PAIS: “El precio que recibe un agricultor por un kilo de naranja cae un 36% en 12 años”, en El País, 15 de abril de 2007.
[38] DE
[39] CHOMSKY, N. Y DIETERICH, H.: Hablemos de Terrorismo, Tafalla, España, Editorial Txalaparta.
[40] UITA, 19 de marzo de 2008, en http://www.rel-uita.org/agricultura/con_jean_ziegler.htm
[41] Correo electrónico de Alberto Montero Soler, 5 de noviembre de 2007.
[42] BRUSCA, J.: “Agricultores y consumidores”, en Levante Mercantil, 30 de abril de 2006.
[43] AGUADO, C.: “¡Balones fuera!”, en Levante Mercantil, Valencia, 28 de enero de 2007.
[44] BORON A.: “Sobre mercados y utopías”, 2 de octubre de 2007, en http://www.rebelion.org
[45] GALLEGO, M.: “Estados Unidos se estrella en el ladrillo”, 19 de agosto de 2007, en http://www.ideal.es
[46] PEREZ, H.: “La seguridad alimentaria frente al ALCA-TLC”, presentación en el Seminario de Seguridad Alimentaria, realizado en Armenia, Colombia, 2003.
[47] PEREZ, H:: “Agronomía, TLC y ALCA”, artículo-e, 2004
[48] GALA, R.: “Agriculture without farmers”, Institute of Science in Society, 6 de julio de 2005.
[49] INFODEMEX: “A 10 años del Tratado de Libre Comercio perdió la autosuficiencia arrocera”, en Argenpress, 1 de agosto de 2005, en http://www.argenpress.info
[50] LÓPEZ, H.: “México en la olla del TCLAN”, 7 de agosto de 2007, en http://www.rebelion.org
[51] VIA CAMPESINA: “Carta sobre agricultura después de Cancún”, 15 de diciembre de 2003, en http://www.biodiversidadla.org
[52] LAHOUCINE, A.: “La lucha de los campesinos pobres de la provincia marroquí de Taroudant por la tierra, el agua y la luz”, 30 de noviembre de 2006, en http://www.rebelion.org
[53] Correo electrónico enviado por Gustavo Duch.
[54] “EEUU desarrolla robots capaces de recolectar cítricos”, en Levante, 21 de septiembre de 2007.
[57] UITA: “Incentivando el hambre”, 30 de abril de 2008, http://www.rebanadasderealidad.com.ar
[58] Idem 57.
[59] Idem 40.
[60] EFE: “La soja ya ocupa más de la mitad de la superficie cultivada de Argentina”, 16 de febrero de 2008
[61] AGROINFORMACION: “Los productores argentinos retienen 44 millones de granos”, 20 de mayo de 2008, en http://www.agroinformacion.com
[65] VALENTE, M:; “El aumento tan temido”, en IPS, mayo de 2008, en http://ipsnoticias.net
[66] DUCH, G.: “El sabio Empédocles”, junio de 2008, en http://plataformarural.blogspot.com
[67] GRAIN: “El negocio de matar de hambre”, abril de 2008, en http://www.grain.org
[70] ARBOLEYA, G.: “Los fertilizantes, ganadores por el alza de los alimentos”, 20 de mayo de 2008, en http://www.agroinformacion.com
[71] Idem 70.
[72] DIOUF, J.: “FAO: Conferencia de Alto Nivel sobre
[73] Idem 69.
[74] Idem 68.
[77] Comunicado de prensa, 7 de mayo de 2008, http://www.viacampesina.org
[78] Idem 68.
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