John McCain:<i> «Para comerte mejor»</i>
- Opinión
Uno de sus siete hijos —la rubia y rolliza Meghan— apura la edición de la historia de uno de los candidatos del Imperio Mundial. El republicano John «Maverick» McCain, su papá, será el personaje de un cuento infantil [sic]. Es obsesivo, y ve terroristas por doquier. Tiene mal genio e incontinencia verbal, y es amante del rap y del hip hop. Le gustan las mujeres como al que más y reniega de su edad.
Durante una entrevista en la cadena CBS reveló, por única vez: «Soy un criminal de guerra: bombardeé mujeres y niños inocentes en Vietnam». Fue en el ’97, pero contarlo suena como primicia por el silencio que envuelve a aquella declaración. Silencio que le permite autoproclamarse héroe de guerra y salvador de la humanidad. Como una Caperucita Roja desamparada, ¿tendrá el mundo otro Lobo Feroz?
Tiene siete hijos, uno de los cuales es Bridget, una niña negra que adoptó en el orfanato de
Lo que está en juego en las elecciones USA del 4 de noviembre próximo es nada menos que el destino del mundo. El derecho de vivir en una Tierra que empiece a dibujar la imagen de la paz. Mientras tanto, y antes de dejar el Poder, George W. Bush decidió otro presupuesto de 162 mil millones de dólares para guerrear en Irak, Afganistán y... ¡donde sea!
El destino del hombre está en subasta. Miradle ahí, colgado de los cielos, aguardando una oferta. ¿Cuánto, cuánto, cuánto, mercaderes? ¿Cuánto por el destino del hombre?, se preguntaba León Felipe. A ver... ¿Cuánto, cuánto vale la vida de un latino, de un libanés, de un iraquí? Que ponga el precio Don John «Bombardear» McCain.
McCain: apellido como la marca de las papas fritas pre- congeladas, se divierten los medios en
Aunque es un meticuloso típico de virgo —nació el 29 de agosto del ’36—, también es orgulloso e impulsivo, según la grafología, y puede ser capaz de acciones súbitas en direcciones inesperadas. Su firma lo delata y su «jota» inmensa le descubre un ego colosal.
Está a punto de cumplir sus 72, fiel a su esencia: la contradicción. Con un convencimiento estremecedor, dice lo opuesto sobre lo mismo, según sea el público que lo escuche. Y no está solo en la tarea de mentir, pues muy bien lo secunda su esposa, la millonaria y blonda Cindy Hensley. En una suerte de concurso por Internet de recetas de bizcochos entre las aspirantes a Primera Dama, plagió la fórmula de una mousse. Un engaño para algo tan simple, tan doméstico. ¿Qué puede hacer ella, pues, con lo demás... y de los demás?
Su esposo dice a los inmigrantes hispanos que promoverá la reforma migratoria, para que puedan comer, dormir, amar, construir… vivir. Pero les habla des-pa-ci-to y a puertas cerradas... Se trata de no irritar a los «Camisas Pardas»: los conservadores de su partido Republicano, el GOP (Great Old Party). Alucinado con tildar de extremistas a todo y a todos — excusa para matar—, «Maverick» acusa a Internet de ser un motor primordial del terrorismo, y lo equipara a lo que llama extremismo islamista violento. Pero, ¿de qué se había servido para su campaña política del 2000, cuando Bush lo dejó fuera de combate, con una trampa vil? Pues, sobre todo... se sirvió de Internet: la misma a la que si llegara al Poder pretendería censurar.
Y también su proyecto brutal para Irak danza a voluntad del viento, según quien sea su interlocutor. Dice a unos que puede durar mil años; y a otros jura que sólo [sic] hasta 2013. Contradicciones, y hay más. ¿Cuál es su verdad? Poblado de metáforas guerreras, sonríe ante los preservativos que —con el lema «Viejo pero no caduco»— se venden con su imagen y a diez dólares el par.
¡Música, Maestro!
—Abuelito, abuelito, ¡qué orejas más grandes tienes!/ —Si... ¡Para oírte mejor!
La canción «Johnny B. Goode», del legendario Chuck Berry —quien votará por Obama—acompañó la primera etapa de la campaña de John; luego la cambió por «Take a Chance On Me», de Abba; y después su hija Meghan lo decidió por Usher, otro ídolo internacional. Como el Lobo Feroz, tiene hambre de vidas, que a él le hace cantar «Bombardear, bombardear, bombardear… bombardear Irán», al compás de una canción de los Beach Boys. Y también con música, promete castigar duramente a las mujeres que aborten. Pero, eso sí, respetará el derecho de cada ciudadano a tener un arma, o más. Siempre violento este anciano, clama por imponer la pena de muerte, mientras mira las piernas de todas las jovencitas... ¡caramba!
Quisiera separarse de la imagen de George W., pero el cordón umbilical parece de acero entre los dos. Los espías de
«Nobody wants to be alone» («Nadie desea estar solo»), de Usher, modula McCain, seguro de su triunfo a pesar de que todas las encuestas lo apuntan como perdedor, por una diferencia casi imposible de superar. Sin embargo, en el Gigante del Norte todo fraude ha sido hecho; y las máquinas Diebold de voto electrónico ignoran los valores éticos; y en todo caso, cualquier atentado terrorista se puede inventar... ya lo dijo Charlie Black, su otra voz. Mientras tanto,
Pero los discursos de «Maverick» invocan al patriotismo y al sacrificio. ¿Más? Acosados por el miedo y el desamparo, millones de norteamericanos no ven siquiera que su país es el primer consumidor de drogas del mundo, y, según Noam Chomsky, «el primer terrorista y el primer traficante de armas del mundo». Pero míster Maverick no se distrae con esas cosas. Para entretenerlo está Cindy, ex reina de belleza y heredera de 400 millones de dólares; ella financia la campaña del, por ahora, senador por Arizona. Acostumbrada desde los dulces
Para comerte mejor
A los 96 años, Roberta Wright trabaja con constancia de enredadera para que el septuagenario candidato llegue a
Como Vicky Iseman, otra rubia —30 años ella, lobista del sector de comunicaciones—que apareció con él en la portada del «New York Times». Escándalo nacional. Fue en el 2000, y por cierto que él lo desmintió con el argumento archirrepetido: «Sólo somos amigos». De todos modos, lo más grave era la sospecha de que John hubiera intervenido en favor de algunos clientes de Iseman. Resultado: sus asesores bloquearon todo acceso de Vicky al Senador. Y colorín, colorado... ¿Colorín, colorado?
McCain fue hecho prisioneros en Vietnam a los 31 años. Durante un ataque contra Hanoi, debió tirarse en paracaídas.; cayó en un lago, con los brazos y una pierna rotos; estaba inconsciente. Tuvo suerte: un buen hombre que allí nadaba lo llevo a curación antes de que la multitud llegara a dar cuenta de él por los bombardeos con que había asesinado a tantos inocentes. Después, fue llevado a prisión.
Desde luego, no se puede afirmar si lo torturaron o no, pero todo hace pensar que sí. Sobre todo, el hecho de que él mismo reconociera que—para evitar que lo martirizasen más— confesó a sus captores ciertos secretos estadounidenses; y después intentó suicidarse.
Ahora propone una enmienda contra la práctica de la tortura por el ejército estadounidense, sobre todo contra el «suplicio de la bañera». Pero no son pocos los politólogos que coinciden en que su oposición no se debe a razones éticas, sino al deseo de no desmerecer la imagen de los USA. «Take a Chance On Me», canta el senador, aunque asegura que nadie tiene más suerte que él.
Dar puede ser invadir
A los 43 años había engañado a su primera esposa Carol Sheep — joven modelo con quien se había casado a los 29— con Cindy, a quien desposó un año después. Antes, había tenido una hija biológica con la modelo y había adoptado a sus dos casi bebés. La primera esposa recuerda que el matrimonio terminó porque McCain no quería tener 40 años, sino 25… siempre.
Ahora Cindy viaja periódicamente a Vietnam, para interesarse en niños con problemas de salud; curiosa la naturaleza humana: primero se invade un país y se mata a millones de personas, y luego se elige —como lo hace Cindy— el mismo país al que se mutiló, para justificar una asistencia social. Es un falso acto de amor o generosidad; una perversión que crea agradecimiento de la víctima hacia su victimario. Es otra forma de ocupación. Dar puede ser invadir.
Si él ganara la presidencia —más allá de lo que en este sentido dicen las encuestas—, su política en América Latina sería igual a la de Bush. ¿Y esto qué quiere decir? Desde el 1º de julio de 2008,
Como Ronald Reagan, John McCain es zurdo... para escribir. Y ha dicho que, si llegara a
En Irak se instalará Disney World. Primero se lo sacrifica, asalta, ocupa, asesina, incendia, saquea. Después se lo invade culturalmente, para quitarle la identidad e imponerle la del invasor. ¿Qué tiene que ver ese mundo Hollywoodiano con Bagdad, lo deliberadamente ilusorio con la verdad?
John McCain sabe bien que se trata de la prolongación de la guerra. Pero ignora que la magia no se inventa, pues la magia es la raíz. Y ya sueña con entrar a ese parque artificial, bien estrechada su zurda a la mano de Mickey Mouse.
- Cristina Castello es poeta y periodista. http://www.cristinacastello.com
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