No podemos evitar hablar de ellas. Lo que nos explican las campesinas del Sur con las que trabajamos es tan claro, tan sabio, tan impresionante, que os lo tenemos que explicar.

Emi, una compañera de la organización, anduvo en un taller con mujeres bolivianas donde hablaban sobre cómo cada vez menos gente cría pollos criollos de la manera tradicional y como casi todo el mundo come pollo de granja porque son baratos y con la carne blandita y blanca. Antes todas tenían sus gallinas, pero ahora, compran pollo los días que consiguen algo de plata.

Una de las mujeres dijo que ella no estaba de acuerdo. “Yo prefiero criar mis pollos, porque me los como cuando quiero y no cuando tengo plata. Además, cuando necesito plata, los vendo, que para eso son míos. No me sale caro criarlos porque yo misma siembro el maíz que se comen y el resto se lo buscan ellos caminando. Por eso la carne esta más dura, pero también mas sabrosa. A los pollos de granja hay que echarles mucho sazón para que hagan gusto a algo. Yo no sé como es que crían esos pollos en esas naves, que crecen tan rápido. Será llenando la comida de hormonas y que sé yo que cuantas otras cosas pondrán en el pienso que les echan. Tiene que ser que esas cosas se quedan en la carne porque ¿no ven como crecen ahora los muchachos? Rápido, pero blancos y blanditos, enfermándose siempre, como los pollos en las granjas”.

- Gustavo Duch Guillot y Cris Carles
Veterinarios Sin Fronteras (España)
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