Los (des) encuentros en educación
05/02/2008
- Opinión
El 14 de enero de 2008, Álvaro Colom inició su mandato como nuevo presidente de la república de Guatemala. Los nombres de los nuevos ministros se fueron conociendo en los días posteriores, los últimos en definirse fueron: gobernación, defensa y educación. Los nombramientos en estas carteras, por distintas razones, fueron objeto de polémica y controversia.
En el caso de la cartera de Educación, se evidenció públicamente que la designación fue conflictiva y tensa, hubo nombramientos y cambios en las designaciones de los viceministerios, a última hora. La Asamblea Nacional de Maestros buscó incidir en la designación de la cartera educativa, presentando una terna para ser tomada en cuenta. Sin embargo, para la conformación del gabinete de Educación, el gobierno finalmente optó por personas que habían ocupado cargos en ministerios y viceministerios durante el gobierno de De León Carpio, gobierno en el coincidentemente Alvaro Colom también fue funcionario.
La nueva burocracia educativa tiene distintos retos por afrontar. El primero de ellos es la articulación de una agenda de trabajo común y afín entre el magisterio y el Ministerio de Educación. Ello implica el establecimiento de canales de comunicación que permitan el libre intercambio de ideas y el desarrollo y elaboración de propuestas de trabajo conjuntas.
El trabajo a realizar en esta línea es arduo después de los posicionamientos polarizados y confrontados en los pasados cuatro años, entre el misterio de Educación y el magisterio nacional, donde temas sustantivos tratados fueron los procesos de formación, profesionalización y dignificación del magisterio nacional.
La confrontación entre el Magisterio y los representantes del Ministerio de Educación, fue presentada y tratada por distintos medios de comunicación como una disputa casi personal entre la Ingeniera María del Carmen Aceña entonces ministra de Educación y el dirigente del sindicato de maestros Joviel Acevedo. Los medios de comunicación se centraron en algunos de los puntos presentados por el sindicato de maestros, con lo cual considero se buscaba deslegitimar las inquietudes e inconformidades del magisterio nacional sobre las formas, procesos y programas que el ministerio de Educación impulsaba.
A doce años de la Firma de los Acuerdos de Paz[1]es conveniente realizar un balance crítico en torno a los avances y limitaciones de la educación y los factores que han incidido para ello. Se reconocen evidentes avances en torno a la ampliación del servicio educativo –cobertura– principalmente en el nivel primario, el 95% de niños y niñas entre siete y doce años son atendidos por el sistema educativo nacional[2].
Sin embargo, se observan substanciales rezagos en los niveles de preprimaria y secundaria. Un estudio realizado por el ICEFI[3] indica que: cerca de 1.2 millones de niños y jóvenes entre cinco y 18 años no están dentro del sistema escolar, es decir un poco mas de un cuarto del total de la población de dicha edad, también persisten las disparidades entre distintos Pueblos, géneros y espacialidades; mujeres indígenas y hogares rurales no tienen igual acceso a la educación que hombres no indígenas y hogares urbanos.
El nivel preescolar presenta los siguientes problemas; la cobertura es menor al 50%, faltan docentes preparados para esta área, se requieren cerca de 2,000 profesores especializados en este nivel (elPeriòdico, 31-01-08), así como una doble especialización; docentes del nivel preprimario que cuenten con herramientas pedagógicas para trabajar en contextos bilingües o multilingües.
Es necesario revisar y mejorar los programas impulsados que tienen como fin mantener o incentivar la permanencia de niños y niñas en el sistema educativo. En esta línea debe abordarse la participación de los padres y madres de familia como parte integral de la comunidad educativa. Esta revisión debe partir desde el análisis mismo del concepto “participación”, ya que como indica Mulot[4], la noción de participación es uno de los términos más empleados en la literatura reformista pero, de los menos claros en su comprensión, lo que se refleja en su uso o descripción. Lo que es un hecho es que a partir de dicho concepto, participación, se ha desarrollado uno de los programas más controversiales, el PRONADE, que si bien ha sido la principal estrategia utilizada para aumentar la cobertura educativa, diversos estudios de organizaciones y trabajos de tesis cuestionan los logros del Programa a partir de la calidad, la pertinencia sociocultural, los costos de su implementación, el papel del Estado en esta modalidad y las transferencias de responsabilidades del Estado hacia los padres y madres de familia y la violación de los derechos laborales de los docentes que trabajan bajo esta modalidad.
La pertinencia cultural y el desarrollo y fortalecimiento de la Educación Bilingüe es un tema fundamental. Es necesario retomar acciones en este sentido. En una sociedad pluricultural, la presencia y la creación de políticas y asignación de fondos provenientes del propio Estado para la educación bilingüe, son condiciones básicas para la atención de la población maya. Fortalecer la Dirección General de Educación Bilingüe, asignar un porcentaje mayor del 4.9% para su funcionamiento, lo cual permita preparar más docentes bilingües por comunidad indígena, generalizar la presencia de la educación bilingüe en los niveles preprimario, primario y básico, ampliar la cobertura de la educación básica y diversificada en comunidades donde un alto porcentaje de la población es maya y repensar la práctica y sentido común desarrollada que considera que la educación bilingüe e intercultural sólo es para los indígenas.
La pobreza y pobreza extrema de la mayoría de la población son factores fundamentales a tomar en cuenta. Guatemala es el país con el más alto índice de trabajo infantil del área centroamericana[5]. Para el año 2002, cerca de un millón de niños con edades comprendidas entre los 5 y 17 años realizaban algún tipo de trabajo remunerado. Esta realidad incide en los altos índices de repitencia, deserción y sobreedad. Otras realidades que abonan a la problemática educativa son; la desnutrición aguda y crónica de miles de niños, la falta de servicios básicos en las comunidades, la no adecuación del calendario escolar con el calendario agrícola, la falta de cobertura en el nivel básico y diversificado, el idioma en el que se enseña que no es pertinente al contexto sociocultural de la comunidad y los modelos pedagógicos aplicados en el aula.
Es un buen momento para realizar este balance, reestablecer los vínculos entre la comunidad educativa e incentivar la participación de todas las partes interesadas. Para ello es conveniente asumir la integralidad y complejidad del tema y su problemática. Es importante retomar los problemas de fondo que siguen siendo estructurales como la pobreza y pobreza extrema, los niveles de racismo y exclusión que viven la mayoría de la población y la baja recaudación fiscal que encuentran en la educación su caja de resonancia.
Guatemala, 5 de febrero del 2008.
[1] En los Acuerdos de Identidad de los Pueblos Indígenas, Socioeconómico y para el Reasentamiento de las Poblaciones desarraigadas por el Enfrentamiento Armado se aborda el tema y problemática de la educación.
[2] Anuario Estadístico del ministerio de Educación 2005.
[3] Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales. Más y Mejor Educación en Guatemala (2008-2021). ¿Cuánto nos cuesta? Guatemala, junio de 2007.
[4] Mulot, Eric. Reforma Educativa y Transformación de la sociedad guatemalteca; deconstrucción de un mito. En AVANCSO. En el umbral, explorando Guatemala en el inicio del siglo veintiuno. Guatemala, septiembre 2007.
[5] Organización Internacional del Trabajo. Trabajo Infantil domestico en América Central y República Dominicana. Costa Rica, diciembre 2002.
Lourdes Rodas.
Equipo de Relaciones Étnicas,
Área de Imaginarios Sociales de la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO)
http://www.avancso.org.gt
En el caso de la cartera de Educación, se evidenció públicamente que la designación fue conflictiva y tensa, hubo nombramientos y cambios en las designaciones de los viceministerios, a última hora. La Asamblea Nacional de Maestros buscó incidir en la designación de la cartera educativa, presentando una terna para ser tomada en cuenta. Sin embargo, para la conformación del gabinete de Educación, el gobierno finalmente optó por personas que habían ocupado cargos en ministerios y viceministerios durante el gobierno de De León Carpio, gobierno en el coincidentemente Alvaro Colom también fue funcionario.
La nueva burocracia educativa tiene distintos retos por afrontar. El primero de ellos es la articulación de una agenda de trabajo común y afín entre el magisterio y el Ministerio de Educación. Ello implica el establecimiento de canales de comunicación que permitan el libre intercambio de ideas y el desarrollo y elaboración de propuestas de trabajo conjuntas.
El trabajo a realizar en esta línea es arduo después de los posicionamientos polarizados y confrontados en los pasados cuatro años, entre el misterio de Educación y el magisterio nacional, donde temas sustantivos tratados fueron los procesos de formación, profesionalización y dignificación del magisterio nacional.
La confrontación entre el Magisterio y los representantes del Ministerio de Educación, fue presentada y tratada por distintos medios de comunicación como una disputa casi personal entre la Ingeniera María del Carmen Aceña entonces ministra de Educación y el dirigente del sindicato de maestros Joviel Acevedo. Los medios de comunicación se centraron en algunos de los puntos presentados por el sindicato de maestros, con lo cual considero se buscaba deslegitimar las inquietudes e inconformidades del magisterio nacional sobre las formas, procesos y programas que el ministerio de Educación impulsaba.
A doce años de la Firma de los Acuerdos de Paz[1]es conveniente realizar un balance crítico en torno a los avances y limitaciones de la educación y los factores que han incidido para ello. Se reconocen evidentes avances en torno a la ampliación del servicio educativo –cobertura– principalmente en el nivel primario, el 95% de niños y niñas entre siete y doce años son atendidos por el sistema educativo nacional[2].
Sin embargo, se observan substanciales rezagos en los niveles de preprimaria y secundaria. Un estudio realizado por el ICEFI[3] indica que: cerca de 1.2 millones de niños y jóvenes entre cinco y 18 años no están dentro del sistema escolar, es decir un poco mas de un cuarto del total de la población de dicha edad, también persisten las disparidades entre distintos Pueblos, géneros y espacialidades; mujeres indígenas y hogares rurales no tienen igual acceso a la educación que hombres no indígenas y hogares urbanos.
El nivel preescolar presenta los siguientes problemas; la cobertura es menor al 50%, faltan docentes preparados para esta área, se requieren cerca de 2,000 profesores especializados en este nivel (elPeriòdico, 31-01-08), así como una doble especialización; docentes del nivel preprimario que cuenten con herramientas pedagógicas para trabajar en contextos bilingües o multilingües.
Es necesario revisar y mejorar los programas impulsados que tienen como fin mantener o incentivar la permanencia de niños y niñas en el sistema educativo. En esta línea debe abordarse la participación de los padres y madres de familia como parte integral de la comunidad educativa. Esta revisión debe partir desde el análisis mismo del concepto “participación”, ya que como indica Mulot[4], la noción de participación es uno de los términos más empleados en la literatura reformista pero, de los menos claros en su comprensión, lo que se refleja en su uso o descripción. Lo que es un hecho es que a partir de dicho concepto, participación, se ha desarrollado uno de los programas más controversiales, el PRONADE, que si bien ha sido la principal estrategia utilizada para aumentar la cobertura educativa, diversos estudios de organizaciones y trabajos de tesis cuestionan los logros del Programa a partir de la calidad, la pertinencia sociocultural, los costos de su implementación, el papel del Estado en esta modalidad y las transferencias de responsabilidades del Estado hacia los padres y madres de familia y la violación de los derechos laborales de los docentes que trabajan bajo esta modalidad.
La pertinencia cultural y el desarrollo y fortalecimiento de la Educación Bilingüe es un tema fundamental. Es necesario retomar acciones en este sentido. En una sociedad pluricultural, la presencia y la creación de políticas y asignación de fondos provenientes del propio Estado para la educación bilingüe, son condiciones básicas para la atención de la población maya. Fortalecer la Dirección General de Educación Bilingüe, asignar un porcentaje mayor del 4.9% para su funcionamiento, lo cual permita preparar más docentes bilingües por comunidad indígena, generalizar la presencia de la educación bilingüe en los niveles preprimario, primario y básico, ampliar la cobertura de la educación básica y diversificada en comunidades donde un alto porcentaje de la población es maya y repensar la práctica y sentido común desarrollada que considera que la educación bilingüe e intercultural sólo es para los indígenas.
La pobreza y pobreza extrema de la mayoría de la población son factores fundamentales a tomar en cuenta. Guatemala es el país con el más alto índice de trabajo infantil del área centroamericana[5]. Para el año 2002, cerca de un millón de niños con edades comprendidas entre los 5 y 17 años realizaban algún tipo de trabajo remunerado. Esta realidad incide en los altos índices de repitencia, deserción y sobreedad. Otras realidades que abonan a la problemática educativa son; la desnutrición aguda y crónica de miles de niños, la falta de servicios básicos en las comunidades, la no adecuación del calendario escolar con el calendario agrícola, la falta de cobertura en el nivel básico y diversificado, el idioma en el que se enseña que no es pertinente al contexto sociocultural de la comunidad y los modelos pedagógicos aplicados en el aula.
Es un buen momento para realizar este balance, reestablecer los vínculos entre la comunidad educativa e incentivar la participación de todas las partes interesadas. Para ello es conveniente asumir la integralidad y complejidad del tema y su problemática. Es importante retomar los problemas de fondo que siguen siendo estructurales como la pobreza y pobreza extrema, los niveles de racismo y exclusión que viven la mayoría de la población y la baja recaudación fiscal que encuentran en la educación su caja de resonancia.
Guatemala, 5 de febrero del 2008.
[1] En los Acuerdos de Identidad de los Pueblos Indígenas, Socioeconómico y para el Reasentamiento de las Poblaciones desarraigadas por el Enfrentamiento Armado se aborda el tema y problemática de la educación.
[2] Anuario Estadístico del ministerio de Educación 2005.
[3] Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales. Más y Mejor Educación en Guatemala (2008-2021). ¿Cuánto nos cuesta? Guatemala, junio de 2007.
[4] Mulot, Eric. Reforma Educativa y Transformación de la sociedad guatemalteca; deconstrucción de un mito. En AVANCSO. En el umbral, explorando Guatemala en el inicio del siglo veintiuno. Guatemala, septiembre 2007.
[5] Organización Internacional del Trabajo. Trabajo Infantil domestico en América Central y República Dominicana. Costa Rica, diciembre 2002.
Lourdes Rodas.
Equipo de Relaciones Étnicas,
Área de Imaginarios Sociales de la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO)
http://www.avancso.org.gt
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