Fidel, etanol y vida
25/05/2007
- Opinión
Santo Domingo
Hay vidas que tienen un valor muy especial y que es justo anhelar que duren, en facultad de producir ideas e iniciativas diversas, el mayor tiempo posible, incluso esforzarnos porque así sea haciendo “posible lo imposible”.
Vidas que han consagrado su inmenso talento y su aguda sensibilidad social a defender la existencia feliz de la humanidad.
Fidel Castro es una ser de esa estirpe, no solo por lo que ha sido su trayectoria desde niño, sino por lo que está haciendo mientras libra una ejemplar batalla por su propia vida, ocupando su inteligencia y su afectada fuerza vital (en permanente y heroico combate triunfal contra la muerte física), en el inicio de una de las batallas modernas más trascendentes e importantes contra una nueva y grave amenaza imperial.
Por la existencia de la humanidad
Contra la amenaza de muerte decretada en detrimento de una gran parte de los seres humanos.
Contra la extensión y profundización del hambre en el planeta.
Contra la más inhumana y grosera pretensión de privar a una gran parte de los habitantes de la Tierra de la posibilidad de alimentación.
Contra la suma de más hambre sobre la hambruna vigente.
¡Que enorme valor tiene alertar, crear conciencia, iniciar la pelea contra esta monstruosidad; sobretodo cuando era tan incierta para él - como lo dijo muchas veces- la posibilidad de sobrevivir a la grave enfermedad que lo afectaba!
Hay que estar constituido de mucho amor por los (as) demás, poseer un arsenal inagotable de fibras sensibles, cargarse permanentemente de humanidad y valor, preservar contra todos los malos humores la inteligencia sensible, reafirmar cada segundo el compromiso con la vida y el bienestar de los pueblos, para poder reaccionar de esta manera singularmente hermosa.
Fidel, entre la vida y la muerte, en medio de una crucial convalecencia, ha iniciado una batalla decisiva por la vida colectiva.
Es la gran batalla contra el etanol producido sobre la base de alimentos: maíz, soya, girasol, y otros tipos de cereales y oleaginosas ricas en proteínas. ¡La batalla contra la industria de los bio-combustibles a costa de la alimentación¡
Los actores del programa criminal
El programa diseñado para usar enormes extensiones de tierras fértiles y grandes reservas de agua y de nutrientes en la producción de toneladas y toneladas de cereales y oleaginosas (alimentos vitales para lo habitantes del planeta tierra), destinándolas a producir industrialmente bio-combustibles, retirándolas del mercado de la alimentación humana y animal, provocando escasez y encareciendo extraordinariamente esos productos alimenticios y todos sus derivados, tiene realmente las implicaciones de una especie de genocidio-ecocidio inédito en la historia de la humanidad.
Solo a mentes retorcidas interesadas en mantener un sistema de explotación y exclusión inhumano, en preservar y multiplicar infinitas ganancias en favor de reducidas minorías, en sostener un modelo consumista escandaloso y absurdo a favor de una parte limitada de la sociedad humana; representantes de elites sociales y económicas inmersas en al opulencia y el derroche de los recursos naturales y del producto del trabajo del mundo asalariado…puede ocurrírsele en el actual contexto mundial plantear esa opción como respuesta a la crisis energética y a la creciente penuria de combustibles (petróleo, gas natural, carbón) de las potencias imperialistas, particularmente de la súper-potencia estadounidense.
La propuesta proviene de George W. Bush y los halcones de Washington, fieles exponentes de un imperialismo decadente, inmoral, militarizado y atrozmente modernizante. De un poder sustentado por los petroleros del sur, los consorcios del complejo militar industrial, los fundamentalistas republicanos, la mafia cubano-americana, el sionismo judío y la cleptocracia política, no debe esperarse otra cosa.
Son incapaces de conmoverse frente a los trágicos resultados del capitalismo mundial en esta nueva fase del imperialismo: la de la globalización neoliberal con sus funestas privatizaciones, sus devastadoras áreas de libre comercio, sus hiper-bombas financieras, sus desregulaciones y su alto poder de concentración de riquezas, decisiones, ingresos y consumo suntuario.
De muy mal para peor
Estamos ante un mundo exageradamente desigual, bárbaramente injustos e insolidario, despiadadamente competitivo, empobrecedor y depredador, y esencialmente despótico y excluyente de una gran parte de los seres que lo integran.
Pero eso les importa.
Le importa el que el 20% más pobres de los habitantes de la tierra consume solo el 5.4% de la riqueza, mientras el 20% mas rico consume el 48%.
Que mil quinientos millones de seres humanos sobreviven con ingresos inferiores a los 30 dólares mensuales y otros 2,800 millones viven con menos de 60 dólares al mes, y que el 70% de esas personas sean mujeres.
Que más de 600 millones de hombre y mujeres carecen de techo, mientras que el 65% de la humanidad nunca ha hecho una llamada telefónica y el 40% carece de energía eléctrica.
Que cada día mueren 33 mil niños a causa de hambre y enfermedades curables.
Que doscientos millones menores de 5 años están desnutridos.
Que más de medio millón de mujeres mueren anualmente durante el embarazo y más de 70 mil a consecuencia de abortos.
Que unos 5 mil millones de habitantes del planeta solo consume el 18% de los medicamentos que se producen.
Que viejas enfermedades vuelven a emerger y surgen nuevas con enorme potencias destructivas: SIDA, Ebola, Hantavirus, Encefalopatia Espongifrome Bovina (Vaca loca)… Y que mientras esto aciontece, lejos de disminuir el dispendio de recursos, los gastos militares, las guerras, el oropel y la orgía consumista de las elites mundiales crecen sin cesar.
Que cambia el clima, se calientan los mares y la atmósfera se contamina el aire y el agua, se erosionan los suelos, crecen los desiertos, escasea el agua.
Que el 80% de las selvas está prácticamente destruido y los daños al ecosistema de la tierra sitúan en condiciones de alto riesgo la perdurabilidad de la vida en ella.
¡Que cerca del 50% del total de la población de nuestro sub-continente sufre de las inclemencias de la pobreza, mientras su deuda externa asciende a más de 750 mil millones de dólares!
Y aun así las elites empresariales, militares y políticas de los EEUU, especialmente su ultra-reaccionario grupo dominante, están dispuestas a empeorar todo esto con tal de mantener su modelo de dominación y de consumo.
Ellas expresan gran preocupación por el hecho de emplear entre el 20 y el 24 % del petróleo, de carbón y del gas natural que actualmente se produce en el planeta, mientras solo generan en su propio territorio a penas entre el 2 y el 2.4% de la producción total de esos renglones, y entonces se dedican a buscar las peores “soluciones” a esas significativas carencias:
- Las nuevas guerras de conquista en Irak y Afganistán.
- El programa exterminador de seres humanos a base de la producción en gran escala de bio-combustibles a partir de alimentos esenciales.
Algo parecido, aunque de menor dimensión y profundidad, acontece con el negocio de la celulosa y del papel a base de lo grandes “desiertos verdes” (plantaciones de eucaliptos que secan la tierra y consumen vertiginosamente sus nutrientes).
Pero además nos amenazan con una guerra global por el agua y las zonas de biodiversidad conservada.
Todo para no sacrificar su consumo vicioso, sus lujosos y dispendiosos estándares de vida basados en el derroche de recursos y en la ley del embudo, así como para preservar y ampliar su irracional su industria automovilística.
Y en el caso de los derivados del petróleo y del gas natural, para no aceptar la revalorización de esas materias primas no renovables en poder de países que han decidido independizarse, para obstruir procesos de unidad, para tentar con ventajas fáciles a gobiernos y Estados no comprometidos a fondo con el bienestar de la humanidad.
Por todo esto las huestes imperiales del etanol han sido espoleadas desde Washington sin ningún miramiento ético y humano, justamente cuando los altos funcionarios de la Casa Blanca sienten perder progresivamente el control político tradicional sobre nuestra América.
Y entonces volvió Fidel…
Y entonces Fidel ha tenido el tino, producto de su agudo olfato político y su fina sensibilidad e inteligencia, de salirle al frente a esa contraofensiva, de desplegar en esa nueva vertiente de la anti-guerra por la salvación de la humanidad, la batalla de ideas.
Aun en medio de cirugías, de caídas y recaídas, de los tormentos de la enfermedad, de las convalecencias difíciles… oteó el peligro y captó los riesgos inminentes.
Y así en sus primeras reflexiones Fidel demostró que el operativo etanol, en la dimensión planteada por el jefe del imperialismo estadounidense –seguido por otros líderes del capitalismo actual- podría “condenar a muerte prematura por hambre y sed a tres mil millones de personas en el mundo”.
Además de advertir sobre la capacidad de destrucción planetaria de los mortíferos y sofísticados armamentos en poder de EEUU, habló de las consecuencias de “la internacionalización del genocidio” a consecuencia de privar de alimentos a las dos terceras parte del planeta.
Suministró tambien en esa oportunidad valiosos datos acerca de la efectividad de opciones alternativas a la producción masiva de etanol, tales como la simple sustitución de bombillos incandescentes por bombillos fluorescentes y otras formas de ahorros de combustibles.
En EEUU-denunció Fidel- hay 940 automóviles por cada mil habitantes y en Europa 514, pero eso tiene sin cuidado a los gobernantes de esos países preocupados supuestamente preocupados por el agotamiento de sus fuentes de petróleo.
Fidel explicó, sin embargo, que si todos los países hicieran los mismos esfuerzos que hoy hace Cuba para economizar hidrocarburos, las reservas de petróleo mundial podrían durar el doble de lo estimado y la contaminación por ese concepto se reduciría a la mitad.
En su más reciente reflexión el líder de la revolución cubana destacó situaciones de mucha significación respecto al impacto de la producción de etanol en la cuestión alimenticia:
- Pese al aumento de la producción de cereales a escala mundial, la oferta actual solo alcanzaría para cubrir la demanda de la industria de los bio-combustibles.
- Los precios de la mayoría de los cereales ha subido notoriamente al punto que se prevé un incremento de un 25% en la factura de importación de los países dependientes.
- Solo el rápido crecimiento de la demanda de etanol a base de maíz podría producir una elevación de un 9% de su utilización industrial en el 2007.
Fidel, en fin, ha tocado un aspecto muy sensible para la existencia de la humanidad.
Ha dado luz sobre la oscuridad que se avecina de resultar exitoso el programa imperial de etanol y los bio-combustibles industriales.
Ojala no pasara con estas advertencias y estos sabios razonamientos lo que pasó con sus reflexiones respecto al endeudamiento externo de nuestro países y repecto a su valiente propuesta de no pago de esta carga onerosa e impagable, varias veces pagadas y siempre reciclada.
Y resulta que el grave problema del etanol es muchas veces peor que el relativo a la deuda externa. ¡Es cuestión de vida o muerte en gran escala¡
Por eso duele que Lula, el presidente obrero de Brasil, le haga el juego a los Estados Unidos en este problema crucial.
Hay que persuadir, hay que presionar, hay que desplegar las reflexiones de Fidel y convertirlas en movimiento real.
Hay que impedir que ese tema, especialmente las ventajas particulares que de la propuesta estadounidense puedan derivarse, divida el bloque progresista de naciones latino-caribeñas en gestación.
Desde los pueblo hay que contribuir a que Fidel, Chávez, Evo, Correa, Daniel Ortega… influyan lo más posible para sumas a esa batalla a Lula, Kichner, Tabaré Vásquez y a otros gobernantes del continente y del mundo.
Pero sobretodo, desde los pueblos y sus fuerzas sociales, políticas y culturales de avanzada, hay que asumir con pasión esta batalla, hay que desplegar iniciativas y acciones que impidan el genocidio internacional denunciado por Fidel. ¡Hay que vacunarse a tiempo contra la catástrofe anunciada¡
Reconocimiento sin sonrojos
Al cumplir sus 80 años de fructífera existencia, en mi mensaje de felicitaciones a Fidel, recurrí al poema de Pablo Neruda que dice: “Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen palabras en acción y hecho que cantan…Por eso desde lejos te he traído una copa de vino de mi patria…”
Ahora, la humanidad entera está en el deber de agradecerle estas reflexiones imperiosas para la continuidad de la vida en el planeta.
Al proclamarlo no me anima la más mínima intención de alabar, de endiosar, de exagerar méritos y medrar en los elogios desmedidos y oportunistas.
Todo el que me conoce, todo el que haya leído mis artículos, libros, ensayos, declaraciones, entrevistas, ponencias…saben cuán lejos he estado y estoy de la práctica del culto a la personalidad, del aliento el mesianismo y/o al caudillismo.
Saben que nunca he necesitado altares. Con la ciencia, la honestidad y el mito revolucionario me basto. La razón y la fe en la causa liberadora me son suficientes.
Saben que nunca me he caracterizado por la incondicionalidad y el seguidismo político-ideológico, sino por darle la debida cabida a la herejía revolucionaria.
Por eso soy un guevarista a carta cabal.
Por eso soy un mariateguista por convicción.
Me hice revolucionario socialista escuchando lo discursos de Fidel y del Che, leyendo ¡Escucha Yanqui¡ de Wrigth Mills, La Madre de Máximo Gorky; estudiando a Marx y a Lénin, leyendo el Manifiesto Comunista…
Pero nunca abracé todo aquello y mucho más que eso como dogma.
La Revolución Cubana es para mi uno de los más preciados tesoros revolucionarios, pero jamás la sacralicé, nunca me subordiné a sus razones de Estado o las directrices de algunas de sus instancias. Siempre mantuve el espíritu crítico para examinar sus limitaciones, sus deformaciones burocráticas, las trabas estructurales de su sistema político y económico, los déficit de su democracia en su condición de fortaleza sitiada y acosada, y además parcialmente impactada por la sovietización.
Mis reflexiones han tocado incluso las negativas consecuencias de la fusión del partido de vanguardia con el Estado, y de las organizaciones sociales por igual. Tambien las
consecuencias del estatismo burocrático y de los déficit de las autogestión y cogestión popular en ese proceso.
Incursionan tambien en la delicada reflexión acerca de la necesidad o no de eternizar los líderes en los cargos y en las funciones del partido y del Estado.
De todo esto he hablado con sinceridad no pocos veces-y no siempre con los mejores resultados y consecuencias-con los propios dirigentes y cuadros de la Revolución Cubana. Y de ello no me arrepentiré jamás, a pesar de …
Por eso no siento el menor sonrojo, ni me da la más mínima vergüenza exaltar de esta manera este aporte invaluable de Fidel, reconociendo con el Che que él es uno de esos líderes extraordinarios de nuestra América, de esos dirigentes visionarios, excepcionales, que son capaces de desentrañar y vislumbrar peligros mayores, situaciones graves y muchas veces soluciones necesarias, que otros (as) muchas veces no logramos descubrir y tratar a tiempo.
Este es el caso. Y solo no resta decir:¡ mano a la obra¡ Armados (as) de esas ideas, de esta advertencia imperiosa, de estas reflexiones juiciosas de Fidel, dispongamos a derrotar el funesto programa imperial del etanol y los bio-combustibles industriales a costa de la alimentación de la humanidad. ¡Mano a la obra¡
Hay vidas que tienen un valor muy especial y que es justo anhelar que duren, en facultad de producir ideas e iniciativas diversas, el mayor tiempo posible, incluso esforzarnos porque así sea haciendo “posible lo imposible”.
Vidas que han consagrado su inmenso talento y su aguda sensibilidad social a defender la existencia feliz de la humanidad.
Fidel Castro es una ser de esa estirpe, no solo por lo que ha sido su trayectoria desde niño, sino por lo que está haciendo mientras libra una ejemplar batalla por su propia vida, ocupando su inteligencia y su afectada fuerza vital (en permanente y heroico combate triunfal contra la muerte física), en el inicio de una de las batallas modernas más trascendentes e importantes contra una nueva y grave amenaza imperial.
Por la existencia de la humanidad
Contra la amenaza de muerte decretada en detrimento de una gran parte de los seres humanos.
Contra la extensión y profundización del hambre en el planeta.
Contra la más inhumana y grosera pretensión de privar a una gran parte de los habitantes de la Tierra de la posibilidad de alimentación.
Contra la suma de más hambre sobre la hambruna vigente.
¡Que enorme valor tiene alertar, crear conciencia, iniciar la pelea contra esta monstruosidad; sobretodo cuando era tan incierta para él - como lo dijo muchas veces- la posibilidad de sobrevivir a la grave enfermedad que lo afectaba!
Hay que estar constituido de mucho amor por los (as) demás, poseer un arsenal inagotable de fibras sensibles, cargarse permanentemente de humanidad y valor, preservar contra todos los malos humores la inteligencia sensible, reafirmar cada segundo el compromiso con la vida y el bienestar de los pueblos, para poder reaccionar de esta manera singularmente hermosa.
Fidel, entre la vida y la muerte, en medio de una crucial convalecencia, ha iniciado una batalla decisiva por la vida colectiva.
Es la gran batalla contra el etanol producido sobre la base de alimentos: maíz, soya, girasol, y otros tipos de cereales y oleaginosas ricas en proteínas. ¡La batalla contra la industria de los bio-combustibles a costa de la alimentación¡
Los actores del programa criminal
El programa diseñado para usar enormes extensiones de tierras fértiles y grandes reservas de agua y de nutrientes en la producción de toneladas y toneladas de cereales y oleaginosas (alimentos vitales para lo habitantes del planeta tierra), destinándolas a producir industrialmente bio-combustibles, retirándolas del mercado de la alimentación humana y animal, provocando escasez y encareciendo extraordinariamente esos productos alimenticios y todos sus derivados, tiene realmente las implicaciones de una especie de genocidio-ecocidio inédito en la historia de la humanidad.
Solo a mentes retorcidas interesadas en mantener un sistema de explotación y exclusión inhumano, en preservar y multiplicar infinitas ganancias en favor de reducidas minorías, en sostener un modelo consumista escandaloso y absurdo a favor de una parte limitada de la sociedad humana; representantes de elites sociales y económicas inmersas en al opulencia y el derroche de los recursos naturales y del producto del trabajo del mundo asalariado…puede ocurrírsele en el actual contexto mundial plantear esa opción como respuesta a la crisis energética y a la creciente penuria de combustibles (petróleo, gas natural, carbón) de las potencias imperialistas, particularmente de la súper-potencia estadounidense.
La propuesta proviene de George W. Bush y los halcones de Washington, fieles exponentes de un imperialismo decadente, inmoral, militarizado y atrozmente modernizante. De un poder sustentado por los petroleros del sur, los consorcios del complejo militar industrial, los fundamentalistas republicanos, la mafia cubano-americana, el sionismo judío y la cleptocracia política, no debe esperarse otra cosa.
Son incapaces de conmoverse frente a los trágicos resultados del capitalismo mundial en esta nueva fase del imperialismo: la de la globalización neoliberal con sus funestas privatizaciones, sus devastadoras áreas de libre comercio, sus hiper-bombas financieras, sus desregulaciones y su alto poder de concentración de riquezas, decisiones, ingresos y consumo suntuario.
De muy mal para peor
Estamos ante un mundo exageradamente desigual, bárbaramente injustos e insolidario, despiadadamente competitivo, empobrecedor y depredador, y esencialmente despótico y excluyente de una gran parte de los seres que lo integran.
Pero eso les importa.
Le importa el que el 20% más pobres de los habitantes de la tierra consume solo el 5.4% de la riqueza, mientras el 20% mas rico consume el 48%.
Que mil quinientos millones de seres humanos sobreviven con ingresos inferiores a los 30 dólares mensuales y otros 2,800 millones viven con menos de 60 dólares al mes, y que el 70% de esas personas sean mujeres.
Que más de 600 millones de hombre y mujeres carecen de techo, mientras que el 65% de la humanidad nunca ha hecho una llamada telefónica y el 40% carece de energía eléctrica.
Que cada día mueren 33 mil niños a causa de hambre y enfermedades curables.
Que doscientos millones menores de 5 años están desnutridos.
Que más de medio millón de mujeres mueren anualmente durante el embarazo y más de 70 mil a consecuencia de abortos.
Que unos 5 mil millones de habitantes del planeta solo consume el 18% de los medicamentos que se producen.
Que viejas enfermedades vuelven a emerger y surgen nuevas con enorme potencias destructivas: SIDA, Ebola, Hantavirus, Encefalopatia Espongifrome Bovina (Vaca loca)… Y que mientras esto aciontece, lejos de disminuir el dispendio de recursos, los gastos militares, las guerras, el oropel y la orgía consumista de las elites mundiales crecen sin cesar.
Que cambia el clima, se calientan los mares y la atmósfera se contamina el aire y el agua, se erosionan los suelos, crecen los desiertos, escasea el agua.
Que el 80% de las selvas está prácticamente destruido y los daños al ecosistema de la tierra sitúan en condiciones de alto riesgo la perdurabilidad de la vida en ella.
¡Que cerca del 50% del total de la población de nuestro sub-continente sufre de las inclemencias de la pobreza, mientras su deuda externa asciende a más de 750 mil millones de dólares!
Y aun así las elites empresariales, militares y políticas de los EEUU, especialmente su ultra-reaccionario grupo dominante, están dispuestas a empeorar todo esto con tal de mantener su modelo de dominación y de consumo.
Ellas expresan gran preocupación por el hecho de emplear entre el 20 y el 24 % del petróleo, de carbón y del gas natural que actualmente se produce en el planeta, mientras solo generan en su propio territorio a penas entre el 2 y el 2.4% de la producción total de esos renglones, y entonces se dedican a buscar las peores “soluciones” a esas significativas carencias:
- Las nuevas guerras de conquista en Irak y Afganistán.
- El programa exterminador de seres humanos a base de la producción en gran escala de bio-combustibles a partir de alimentos esenciales.
Algo parecido, aunque de menor dimensión y profundidad, acontece con el negocio de la celulosa y del papel a base de lo grandes “desiertos verdes” (plantaciones de eucaliptos que secan la tierra y consumen vertiginosamente sus nutrientes).
Pero además nos amenazan con una guerra global por el agua y las zonas de biodiversidad conservada.
Todo para no sacrificar su consumo vicioso, sus lujosos y dispendiosos estándares de vida basados en el derroche de recursos y en la ley del embudo, así como para preservar y ampliar su irracional su industria automovilística.
Y en el caso de los derivados del petróleo y del gas natural, para no aceptar la revalorización de esas materias primas no renovables en poder de países que han decidido independizarse, para obstruir procesos de unidad, para tentar con ventajas fáciles a gobiernos y Estados no comprometidos a fondo con el bienestar de la humanidad.
Por todo esto las huestes imperiales del etanol han sido espoleadas desde Washington sin ningún miramiento ético y humano, justamente cuando los altos funcionarios de la Casa Blanca sienten perder progresivamente el control político tradicional sobre nuestra América.
Y entonces volvió Fidel…
Y entonces Fidel ha tenido el tino, producto de su agudo olfato político y su fina sensibilidad e inteligencia, de salirle al frente a esa contraofensiva, de desplegar en esa nueva vertiente de la anti-guerra por la salvación de la humanidad, la batalla de ideas.
Aun en medio de cirugías, de caídas y recaídas, de los tormentos de la enfermedad, de las convalecencias difíciles… oteó el peligro y captó los riesgos inminentes.
Y así en sus primeras reflexiones Fidel demostró que el operativo etanol, en la dimensión planteada por el jefe del imperialismo estadounidense –seguido por otros líderes del capitalismo actual- podría “condenar a muerte prematura por hambre y sed a tres mil millones de personas en el mundo”.
Además de advertir sobre la capacidad de destrucción planetaria de los mortíferos y sofísticados armamentos en poder de EEUU, habló de las consecuencias de “la internacionalización del genocidio” a consecuencia de privar de alimentos a las dos terceras parte del planeta.
Suministró tambien en esa oportunidad valiosos datos acerca de la efectividad de opciones alternativas a la producción masiva de etanol, tales como la simple sustitución de bombillos incandescentes por bombillos fluorescentes y otras formas de ahorros de combustibles.
En EEUU-denunció Fidel- hay 940 automóviles por cada mil habitantes y en Europa 514, pero eso tiene sin cuidado a los gobernantes de esos países preocupados supuestamente preocupados por el agotamiento de sus fuentes de petróleo.
Fidel explicó, sin embargo, que si todos los países hicieran los mismos esfuerzos que hoy hace Cuba para economizar hidrocarburos, las reservas de petróleo mundial podrían durar el doble de lo estimado y la contaminación por ese concepto se reduciría a la mitad.
En su más reciente reflexión el líder de la revolución cubana destacó situaciones de mucha significación respecto al impacto de la producción de etanol en la cuestión alimenticia:
- Pese al aumento de la producción de cereales a escala mundial, la oferta actual solo alcanzaría para cubrir la demanda de la industria de los bio-combustibles.
- Los precios de la mayoría de los cereales ha subido notoriamente al punto que se prevé un incremento de un 25% en la factura de importación de los países dependientes.
- Solo el rápido crecimiento de la demanda de etanol a base de maíz podría producir una elevación de un 9% de su utilización industrial en el 2007.
Fidel, en fin, ha tocado un aspecto muy sensible para la existencia de la humanidad.
Ha dado luz sobre la oscuridad que se avecina de resultar exitoso el programa imperial de etanol y los bio-combustibles industriales.
Ojala no pasara con estas advertencias y estos sabios razonamientos lo que pasó con sus reflexiones respecto al endeudamiento externo de nuestro países y repecto a su valiente propuesta de no pago de esta carga onerosa e impagable, varias veces pagadas y siempre reciclada.
Y resulta que el grave problema del etanol es muchas veces peor que el relativo a la deuda externa. ¡Es cuestión de vida o muerte en gran escala¡
Por eso duele que Lula, el presidente obrero de Brasil, le haga el juego a los Estados Unidos en este problema crucial.
Hay que persuadir, hay que presionar, hay que desplegar las reflexiones de Fidel y convertirlas en movimiento real.
Hay que impedir que ese tema, especialmente las ventajas particulares que de la propuesta estadounidense puedan derivarse, divida el bloque progresista de naciones latino-caribeñas en gestación.
Desde los pueblo hay que contribuir a que Fidel, Chávez, Evo, Correa, Daniel Ortega… influyan lo más posible para sumas a esa batalla a Lula, Kichner, Tabaré Vásquez y a otros gobernantes del continente y del mundo.
Pero sobretodo, desde los pueblos y sus fuerzas sociales, políticas y culturales de avanzada, hay que asumir con pasión esta batalla, hay que desplegar iniciativas y acciones que impidan el genocidio internacional denunciado por Fidel. ¡Hay que vacunarse a tiempo contra la catástrofe anunciada¡
Reconocimiento sin sonrojos
Al cumplir sus 80 años de fructífera existencia, en mi mensaje de felicitaciones a Fidel, recurrí al poema de Pablo Neruda que dice: “Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen palabras en acción y hecho que cantan…Por eso desde lejos te he traído una copa de vino de mi patria…”
Ahora, la humanidad entera está en el deber de agradecerle estas reflexiones imperiosas para la continuidad de la vida en el planeta.
Al proclamarlo no me anima la más mínima intención de alabar, de endiosar, de exagerar méritos y medrar en los elogios desmedidos y oportunistas.
Todo el que me conoce, todo el que haya leído mis artículos, libros, ensayos, declaraciones, entrevistas, ponencias…saben cuán lejos he estado y estoy de la práctica del culto a la personalidad, del aliento el mesianismo y/o al caudillismo.
Saben que nunca he necesitado altares. Con la ciencia, la honestidad y el mito revolucionario me basto. La razón y la fe en la causa liberadora me son suficientes.
Saben que nunca me he caracterizado por la incondicionalidad y el seguidismo político-ideológico, sino por darle la debida cabida a la herejía revolucionaria.
Por eso soy un guevarista a carta cabal.
Por eso soy un mariateguista por convicción.
Me hice revolucionario socialista escuchando lo discursos de Fidel y del Che, leyendo ¡Escucha Yanqui¡ de Wrigth Mills, La Madre de Máximo Gorky; estudiando a Marx y a Lénin, leyendo el Manifiesto Comunista…
Pero nunca abracé todo aquello y mucho más que eso como dogma.
La Revolución Cubana es para mi uno de los más preciados tesoros revolucionarios, pero jamás la sacralicé, nunca me subordiné a sus razones de Estado o las directrices de algunas de sus instancias. Siempre mantuve el espíritu crítico para examinar sus limitaciones, sus deformaciones burocráticas, las trabas estructurales de su sistema político y económico, los déficit de su democracia en su condición de fortaleza sitiada y acosada, y además parcialmente impactada por la sovietización.
Mis reflexiones han tocado incluso las negativas consecuencias de la fusión del partido de vanguardia con el Estado, y de las organizaciones sociales por igual. Tambien las
consecuencias del estatismo burocrático y de los déficit de las autogestión y cogestión popular en ese proceso.
Incursionan tambien en la delicada reflexión acerca de la necesidad o no de eternizar los líderes en los cargos y en las funciones del partido y del Estado.
De todo esto he hablado con sinceridad no pocos veces-y no siempre con los mejores resultados y consecuencias-con los propios dirigentes y cuadros de la Revolución Cubana. Y de ello no me arrepentiré jamás, a pesar de …
Por eso no siento el menor sonrojo, ni me da la más mínima vergüenza exaltar de esta manera este aporte invaluable de Fidel, reconociendo con el Che que él es uno de esos líderes extraordinarios de nuestra América, de esos dirigentes visionarios, excepcionales, que son capaces de desentrañar y vislumbrar peligros mayores, situaciones graves y muchas veces soluciones necesarias, que otros (as) muchas veces no logramos descubrir y tratar a tiempo.
Este es el caso. Y solo no resta decir:¡ mano a la obra¡ Armados (as) de esas ideas, de esta advertencia imperiosa, de estas reflexiones juiciosas de Fidel, dispongamos a derrotar el funesto programa imperial del etanol y los bio-combustibles industriales a costa de la alimentación de la humanidad. ¡Mano a la obra¡
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