Inteligencia: aportes y riesgos
21/05/2007
- Opinión
La semana anterior hubo dos hechos en relación con el tema de inteligencia que conmocionaron al país; uno, la información sobre interceptaciones telefónicas ilegales, aparentemente desde un organismo de inteligencia policial, de diversas personalidades y dichas grabaciones fueron filtradas a un medio de comunicación; dos, asociado a lo anterior, el remezón en el alto mando policial y el nombramiento del Brigadier General Oscar Naranjo como Director General de la Policía, oficial brillante y quién es un especialista en el tema de inteligencia, pero además fue la persona que lideró con gran destreza un acercamiento, para los efectos de protección institucional, con ONGs tradicionalmente críticas de los gobiernos y líderes de izquierda.
La inteligencia refiere a una actividad, altamente especializada, de tipo anticipatorio, que pretende recolectar información –no se puede confundir con la investigación de delitos ya cometidos donde lo que se busca es esclarecer los mismos– y se puede realizar de manera abierta o reservada y acudiendo a medios técnicos o humanos; dicha información debe procesarse, contextualizarse y analizarse, para que sea de utilidad en la toma de decisiones por parte de los gobernantes o de los organismos competentes que se ocupan de velar por la seguridad del Estado. Por lo dicho, es vital en la actividad de inteligencia el manejo de la reserva de tal manera que los potenciales enemigos no se enteren de lo que se conoce acerca de ellos.
La actividad de inteligencia se realiza en función de lo considerado en cada momento y por cada Estado, como los riesgos y amenazas a los cuales se busca dar respuesta. Pero, algo fundamental es que la inteligencia no puede ser una actividad ni politizada –a favor de un sector político en una sociedad-, ni ideologizada, porque sino simplemente se convierte en un elemento para reafirmar las decisiones tomadas por el gobernante o las elites en el poder y pierde su valor como herramienta para una buena toma de decisiones
En términos conceptuales y operativos se diferencia la inteligencia estratégica, que tiene como objetivo contrarrestar las amenazas a la estabilidad y seguridad del Estado y la sociedad en su conjunto, de las actividades de inteligencia que tiene como objetivo contrarrestar otras actividades delincuenciales y que normalmente tienen una orientación más hacia el control policial.
Tradicionalmente la actividad de inteligencia tiene ‘mala imagen’ en la medida en que históricamente y especialmente en regímenes autoritarios, se ha asociado a actividades clandestinas, sobre las cuales no existe claridad y se relaciona frecuentemente con violaciones de los Derechos Humanos. Efectivamente, por las características propias de la misma (carácter reservado, manejo de fuentes de información y de recursos para ello, actividades eventuales de infiltración, etc.) y su importancia fundamental en una democracia es una de las funciones estatales que debe ser claramente controlada –a nivel administrativo, político, parlamentario y social- , sin que esto signifique limitar su capacidad de acción o volverla ineficaz.
Al respecto se plantea una tensión entre libertad y seguridad. El diputado español del PSOE Jordi Marsal Mountalá, ponente de leyes reguladoras del Centro Nacional de Inteligencia, señala en esa dirección: “El papel de los servicios de inteligencia en la prevención de las amenazas contra nuestra seguridad y nuestras libertades y derechos ha sido y seguirá siendo fundamental. Las especiales características de estos servicios que deben obtener suficiente información para elaborar la inteligencia necesaria para que los gobiernos tomen decisiones requiere una legislación adecuada para garantizar eficacia para la seguridad y respeto a las libertades y derechos de los ciudadanos. Esto requiere una legislación funcional y suficientes mecanismos de control...”
Confiamos en que el General Naranjo, conocedor como el que más de estos temas garantizará un adecuado y transparente funcionamiento de la inteligencia policial para garantizar seguridad a todos los ciudadanos y a las instituciones.
- Alejo Vargas Velásquez, Profesor Universidad Nacional
La inteligencia refiere a una actividad, altamente especializada, de tipo anticipatorio, que pretende recolectar información –no se puede confundir con la investigación de delitos ya cometidos donde lo que se busca es esclarecer los mismos– y se puede realizar de manera abierta o reservada y acudiendo a medios técnicos o humanos; dicha información debe procesarse, contextualizarse y analizarse, para que sea de utilidad en la toma de decisiones por parte de los gobernantes o de los organismos competentes que se ocupan de velar por la seguridad del Estado. Por lo dicho, es vital en la actividad de inteligencia el manejo de la reserva de tal manera que los potenciales enemigos no se enteren de lo que se conoce acerca de ellos.
La actividad de inteligencia se realiza en función de lo considerado en cada momento y por cada Estado, como los riesgos y amenazas a los cuales se busca dar respuesta. Pero, algo fundamental es que la inteligencia no puede ser una actividad ni politizada –a favor de un sector político en una sociedad-, ni ideologizada, porque sino simplemente se convierte en un elemento para reafirmar las decisiones tomadas por el gobernante o las elites en el poder y pierde su valor como herramienta para una buena toma de decisiones
En términos conceptuales y operativos se diferencia la inteligencia estratégica, que tiene como objetivo contrarrestar las amenazas a la estabilidad y seguridad del Estado y la sociedad en su conjunto, de las actividades de inteligencia que tiene como objetivo contrarrestar otras actividades delincuenciales y que normalmente tienen una orientación más hacia el control policial.
Tradicionalmente la actividad de inteligencia tiene ‘mala imagen’ en la medida en que históricamente y especialmente en regímenes autoritarios, se ha asociado a actividades clandestinas, sobre las cuales no existe claridad y se relaciona frecuentemente con violaciones de los Derechos Humanos. Efectivamente, por las características propias de la misma (carácter reservado, manejo de fuentes de información y de recursos para ello, actividades eventuales de infiltración, etc.) y su importancia fundamental en una democracia es una de las funciones estatales que debe ser claramente controlada –a nivel administrativo, político, parlamentario y social- , sin que esto signifique limitar su capacidad de acción o volverla ineficaz.
Al respecto se plantea una tensión entre libertad y seguridad. El diputado español del PSOE Jordi Marsal Mountalá, ponente de leyes reguladoras del Centro Nacional de Inteligencia, señala en esa dirección: “El papel de los servicios de inteligencia en la prevención de las amenazas contra nuestra seguridad y nuestras libertades y derechos ha sido y seguirá siendo fundamental. Las especiales características de estos servicios que deben obtener suficiente información para elaborar la inteligencia necesaria para que los gobiernos tomen decisiones requiere una legislación adecuada para garantizar eficacia para la seguridad y respeto a las libertades y derechos de los ciudadanos. Esto requiere una legislación funcional y suficientes mecanismos de control...”
Confiamos en que el General Naranjo, conocedor como el que más de estos temas garantizará un adecuado y transparente funcionamiento de la inteligencia policial para garantizar seguridad a todos los ciudadanos y a las instituciones.
- Alejo Vargas Velásquez, Profesor Universidad Nacional
https://www.alainet.org/es/active/17673?language=en
Del mismo autor
- ¿Es posible una nueva guerra fría? 26/10/2021
- Tensión en el mar de China 20/09/2021
- ¿Arrancó en serio la campaña presidencial? 19/07/2021
- Profundizar la democracia 05/07/2021
- ¿Es posible un gobierno de unidad nacional? 22/06/2021
- Las potencias globales buscan su reacomodo 31/05/2021
- Los jóvenes, protagonistas centrales de la protesta 24/05/2021
- Constitución de 1991 y cierre del conflicto armado 26/04/2021
- Pendiente: superar el conflicto con el ELN 12/04/2021
- Incertidumbres asociadas a elecciones 2022 29/03/2021
