Aparecida 2007 Brasil:

Desafíos de la V Conferencia Episcopal Latinoamericana

01/12/2006
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Intervención del teólogo P. José Comblin sobre el tema "Enfrentando los desafíos sociales, económicos, políticos y religiosos en   la V Conferencia Episcopal Latinoamericana  en Aparecida 2007 Brasil”, realizado en   la  parroquia San Sebastián, ciudad de Talca, Chile,    el 26 de octubre de 2006.

 

Muy bien. Se han olvidado de pensar que estoy con 83 años (risas) y la voz ya no es tan fuerte como antes y como no hay micrófono no si me escuchan por ahí? Si escuchan. Si ya no escuchan me avisan porque eso adquiere una falsa impresión (risas), entonces da la impresión que hay micrófono pero no hay para ustedes, es para otros (risas).

 

Me pidieron que hablara sobre la futura Conferencia del CELAM en Aparecida. El anuncio fue una sorpresa y creo que nadie esperaba que hubiera una conferencia del CELAM en este momento. Eso ya fue decidido ya al final del Pontificado de Juan Pablo II y  es más extraño todavía porque ya empezaban a pensar que él podía morirse, y había una tesis que decía según el capítulo 21 de San Juan  era el discípulo que no iba a morirse, pero al final entonces sucedió.

 

Es que después de 25 años en los que se condenó cualquier novedad, cualquier innovación, cualquier cambio… y después de 25 años de eso se dice: ¡Y ahora vamos a hacer una asamblea! ¿Pero, para qué? No apareció ni hasta ahora aparece cual es la intención, cuál es la finalidad, cuál es el proyecto. O a lo mejor no hay ningún proyecto. Porque las conferencias anteriores… ahí se sabía cuál era la finalidad, pero ahora ya no se ve bien. El documento preparatorio no es explícito, es decir, no explica la motivación o la razón. De tal modo, tampoco aparecen los problemas que quieren enfrentar, que van a querer contemplar, considerar, ¿cuáles son los problemas? Problemas de la Iglesia católica hoy en día no faltan, pero hay una negación sistemática a asumirlos y enfrentarlos. ¿Y esta conferencia de Aparecida va a querer enfrentar?  Hay que pedir a Dios y a todos los santos que intervengan, porque estamos en una inseguridad e indefinición. Entonces ¿qué?, ¡¿qué?!

 

Entonces podemos partir de una evocación de los problemas del mundo. Pero hace 25 años que la Iglesia ha dejado de hablar para el mundo. Se ha encerrado en sí misma considerando problemas internos, tratando de afirmar mejor su identidad y encerrándose en su identidad, pero el mundo exterior ahí no ha merecido mucho interés.

 

El último documento fue la encíclica del Papa sobre el trabajo, pero después ya lo que se publicó - las encíclicas sucesivas - son muy vagas o universales y de ahí no se puede sacar ningún proyecto, ningún programa de trabajo. ¿Entonces ahora qué?

 

PROBLEMA POLÍTICO se evocó ahora aquí.

 

 Hay un sentimiento global de que la democracia tal como se practica hoy día hace imposible cualquier cambio social. Es un sistema definido y establecido para mantener la continuidad - no para cambiar.  Uno no imagina que un día haya un Congreso que vaya a enfrentar los privilegios de la clase dominante, de las grandes empresas. Es impensable. Es impensable que un Congreso vaya a someter las grandes empresas nacionales e internacionales a una disciplina y abrirse a una política social. Y entonces esa duda se está multiplicando y sobretodo en la juventud. Ya se hablaba en Buenos Aires, pero en todos los países la juventud ha dejado de creer en ese sistema llamado democrático, pero en el que el pueblo nunca puede hacer oír su voz. Claro, elige a sus representantes, pero en una forma y manera tal que solamente puede elegir entre algunas personas que se han transformado en los partidos políticos y desde el día de su elección dejan de interesarse por el pueblo.

 

Imagínense un diputado que recién fue elegido, ¿cuál es su preocupación? Es preparar su reelección en 4 o 5 años más, y todo va a ser hecho en función de eso. Por lo tanto evitar conflictos, evitar entrar en choques con los intereses de los poderosos y los grandes, porque ahí sí pierde la próxima elección. De tal modo que el sistema no permite ninguna posibilidad de promover un cambio político y entonces eso es grave. Si la democracia no lo puede… ¿Ahora qué? ¿Qué? 

 

Todos los países latinoamericanos tienen derecho de elegir a su presidente o su presidenta, eso es muy “bonito”. Sólo que el presidente no tiene poder. Y los electores no pueden elegir al Ministro de Hacienda. Eso es prohibido terminantemente. No puede escoger y ni definir, ni elegir al presidente del Banco Central. Esas cosas, no. Realmente, no son elegidos los que mandan, los que dirigen efectivamente, no lo son. Y por eso que no importa mucho cual es el presidente o la presidenta, porque de cualquier manera va a tener que obedecer y va a tener que hacer lo que dice su Ministro de Hacienda, que el mismo es elegido ¿por quién? ¡Aah! por la unión de todas  las grandes fuerzas económicas, una persona que no va entrar en conflicto ni con los bancos, ni con los grandes grupos industriales, ni con las multinacionales, o sea, la persona que va representar sus intereses.

 

Es decir, la democracia mantiene formas exteriores, pero en realidad con muchas restricciones. De tal manera es un problema. ¿Y ahora qué? ¿Qué va a pasar? ¿Va a pasar algo cómo en Venezuela? ¿Va a pasar algo cómo en Bolivia? ¿Cómo casi, casi en México? ¿Qué va a pasar?

 

Bueno, ese problema no ha sido abordado por la doctrina Social de la Iglesia que se mantiene dentro del cuadro oficial, pensando que la democracia está funcionando, que está todo con tranquilidad, o sea, “cerrando los ojos ante la realidad”

 

LA ECONOMÍA

 

Bueno, la economía  se hace la totalidad de la cultura y de la vida. Todo es orientado y dirigido por la economía. Todo se transforma en mercadería. Todo se puede y la tendencia es que haya que comprar y vender todo, todo.  

 

Privatizar de tal manera que todo entre en el mercado. Y el mercado hace la totalidad de la cultura. ¿Dónde se reúne la juventud en las grandes ciudades? En el shopping center. El shopping center está reemplazando a las Iglesia parroquiales y a los centros parroquiales. Ahí es la verdadera religión de nuestros tiempos. Y la religión del dinero ha entrado en toodo. Se mete en todo. Crea una cultura nueva, que es la cultura de comprar y vender.

 

 La producción… Como se sabe el gran problema no es producir; es vender. La publicidad es fundamental y es lo más importante, pues hay que vender. Y para vender hay que ser competitivo. Y entonces hay que ejercer una presión creciente sobre los trabajadores - que es para aumentar el capital. E incluso esto permite la formación ahora de una clase de superhombres. Se dice que hace 30 años el director de una empresa ganaba 40 veces lo que ganaba un empleado. Hoy día el promedio es que el ejecutivo gana 300 veces lo que gana el empleado medio.

 

Con eso se crean naturalmente dos tipos de humanidad. Hay un tipo de humanidad que tiene un consumo extraordinario. En la ciudad de San Pablo hay 400 helicópteros, porque los ejecutivos no van en coche por la calle. El va a su trabajo en helicópteros entonces es más prudente y mucho más fácil. O sea, hay gente que viaja en helicóptero y hay gente que va a su trabajo en un bus. Esa son dos humanidades, porque eso crea finalmente todo un círculo de relaciones, estimación de valores, porque es distinto.

 

Y ahí que está la tendencia a formar dos tipos de seres humanos. O sea, los que pueden acompañar el desarrollo de las tecnologías y aprovechar todos los cambios en las novedades que las nuevas tecnologías producen. Y después hay la gran masa que va mejorando, pero… tan despacio, van mejorando pero… la disparidad y la distancia entre los dos va creciendo. Porque si los pobres en promedio comen más ahora que hace 50 años, eso ahora ha mejorado. El programa en Brasil de Lula, de la beca  familiar, le da a cada familia pobre 60 reales, o sea, US 30 al mes, con la condición que manden a sus hijos a la escuela y les pongan las vacunas necesarias. Así que son ahora 14 o 15 millones de familias que reciben 30 dólares al mes. Esto les permite comer más y levanta el nivel de vida, o sea, el nivel de pobreza con eso ya está retrocediendo.  Tienen un poco más y pueden comer más.

 

Y como decía una señora por ahí: “por lo menos ahora tengo la garantía que voy a poder pagar la cuenta de la electricidad”. Lo que es básico. Y cuando no podían pagar la luz tenían que usar solo velas. Pero ahora sí, con eso pueden pagar la cuenta de electricidad y pueden comer más -¡no mucho!  ¡Pero en fin algo es! Pero claro que al mismo tiempo o durante el mismo tiempo, la clase de los ejecutivos esos sí que han aumentado sus recursos.  Los bancos nunca ganaron tanto en la historia como ahora. Y en cuanto a las utilidades de las empresas… ahí nadie sabe. Nadie sabe. ¿Quién va a saber lo que gana la Telefónica? ¿Alguien puede saber eso? Es imposible ¿Y el Ministro de Hacienda puede saber eso? Es imposible. ¡Ah! Porque hay tantas maniobras, tantas cosas que al final habría que tener miles y miles de policías para poder examinar todas las cuentas y todas las comunicaciones telefónicas de todo tipo y eso es tarea imposible.

 

Bueno, entonces  la economía ahí se hace el centro, el eje fundamental alrededor del cual se organiza toda la vida social y su resultado es la división de la humanidad  en dos categorías. Es similar a lo que había en el imperio romano… Una clase de propietarios que todo lo tenían y después una clase de pequeños trabajadores y esclavos que tenían lo suficiente para sobrevivir. Esa distinción es la tendencia actual. Lo que siempre más provoca un malestar, siempre más ahora hay ex ejecutivos, ex directores de bancos, ex directores de empresas, que una vez que se retiran ahí empiezan a pensar y a observar, y a confesar ¡Qué no, ese sistema no anda, no funciona! ¡No puede continuar en esa forma! Pero, mientras están dirigiendo su compañía no pueden decir eso.

 

 O sea, los que están en la dinámica de la economía no pueden tener dudas. La economía tiene que funcionar y tiene que funcionar en todos los ritmos. Solo cuando salen ahí empiezan a pensar - ¿a dónde vamos con esa evolución de un desarrollo tecnológico sin fin? Pero, al que la gente sencilla no tiene acceso. Bueno, crea también la cesantía, la falta de empleo, y sobre todo para los jóvenes. De ahí que en todos los países los jóvenes entre los 15 y 25 años están perdidos, son inútiles para la economía, es decir, no se necesita su presencia y al revés molesta, molestan porque; hacen ruidos, porque pelean, porque asaltan, en fin… molestan.

 

De tal manera que estamos en una lucha de los adultos contra los jóvenes. Que es un hecho social que antes no había, pero que ahora si hay.  Para muchos un joven del mundo popular es un peligro. Encontrar un grupito de jóvenes de 3 o 4 es un peligro, probablemente son asaltantes. Eso supone que serían o podrían ser asaltantes, o sea, hay un rechazo espontáneo por parte de los adultos hacia los jóvenes. Y entonces, los jóvenes están con rabia, quieren vengarse, quieren justamente manifestarse por la violencia, porque se sienten rechazados, en consecuencia el rechazo mutuo crea una situación que es el resultado de la economía. Y ahí por eso los ex; dicen: ¡No, eso no puede continuar! Pero, ¿y ahora qué? Bueno,  ¿Sobre  estos  problemas  van  a  hablar  en  Aparecida? No sé, no sé.     

 

¿Y LA CULTURA?

 

Bueno, la cultura es siempre más mercadería, más mercadería. En otros tiempos los jóvenes aprendían a cantar, aprendían a hacer música, aprendían artes y artesanía. Ahora compran, compran la última producción de EEUU y si tienen suerte pueden comprar cintas piratas, pero ahí los productores se irritan naturalmente, porque tantos piratas que circulan por el mundo. Pero en fin aquel que no tiene plata compra, el precio comercial se justifica. Pero, claro que es señal. ¿Y por qué?

 

Toda la cultura siempre más se compra.  Se compra.  Las artes, las músicas. Y vale como cultura lo que se compra. Y ahí toda la publicidad de la televisión. La televisión es la gran educadora de los tiempos actuales. La escuela ha dejado de educar. Enseña, transporta informaciones, pero lo que los profesores pueden pensar o no, no lo dicen y si lo dicen no tiene ninguna importancia. ¿Por qué? Porque la opinión es formada por ese mundo cultural en la participa todas las emisoras de la televisión.

 

¿Y cuál es el mensaje de la televisión? ¡Aah! El mensaje es que hay muchísimas cosas para comprar ¡tantos objetos! Tantas cosas que si usted lo tiene será feliz y si no lo tiene falta algo a su felicidad (risas). Nunca será feliz si no compra todas esas cosas. Entonces eso es lo que divulga. Así se forma la cultura contemporánea. Sin contar que para vender… ¿Para vender cuál es la mejor propaganda? Para vender es el sexo. Naturalmente. Para vender a un hombre hay que asociar el producto con una mujer bonita, excepcional, esas mujeres de fantasía y si no hay mujer para presentar el producto no va a llamar la atención. De tal modo que la publicidad exige un desarrollo del sexo inmenso, enorme y extravagante. Entonces como decía, una niña de 6 años decía a su mamá ¿mamá tu no sabes nada de sexo? Yo ya aprendí. Claro que viendo la televisión desde los 2 años de edad sabía más de sexo que su mamá, cuya experiencia era muy limitada (risas). Ahora la niña ya había visto cientos y cientos de casos. Estaba mucho más instruida.

 

Bueno, ahora una civilización en el que hay que basarse sobre un excitante sexual para que el comercio funcione, para que la economía funcione… Entonces es rebajar el nivel cultural para levantar el nivel económico. La economía se hace más importante. Eso, ¿va a ser tratado?  No sé.

 

¿Y LA RELIGIÓN?

 

Y ahí sí que hay problemas. ¿Y van a querer ver los problemas? ¡Ahí es más difícil todavía! Es más difícil todavía para una Asamblea de Obispos reconocer la situación. ¡Es muy difícil! A lo mejor si desde afuera hay fuerza y gritos grandes. A lo mejor lo examinan.

 

En el Brasil en el año 2000 el 74% de los habitantes se declaraban católicos. Eso en el año 2000. ¡En el año 2005,  67% todavía se declaraban católicos! Es decir, el 7% de la población fue perdida en 5 años. Con ese ritmo en 25 años si sigue así ya no hay católicos. Cada año 2.000.000 de católicos pasan para las Iglesias pentecostales. Y si sigue así… Bueno.

 

En todo eso hay un desafío. ¿Por qué se multiplica eso? No es solamente en Brasil, en América Central es mucho más todavía, 40% - 45% de la población ya es pentecostal. ¿Se va a examinar eso? En el documento preparatorio del CELAM, ¡una línea! Para decir, “¡aah se multiplican las sectas!”  Listo. Pero, ¿por qué? ¿Cuál es la razón? ¿Cuál es la razón? ¿van a poder abordar eso?

 

Primera razón visible: es que en medio de los pobres de las clases populares la Iglesia católica está ausente. Físicamente no esta presente. Hay un sacerdote en medio de 30.000, 40.000, 50.000 habitantes en muchos lugares, es decir, ¡No hay! Para la inmensa mayoría de la población, no hay. ¿Cuántas personas pueden conocer personalmente un sacerdote? ¿Cuántas personas se pueden relacionar personalmente, cuántas personas? Creo que más de 200 o 300 personas es muy difícil. La parroquia tradicional de cristiandad tenía 500 habitantes, o sea, en toda Europa, toda la historia, hasta la gran urbanización, eso fue el promedio. Con esos 500 habitantes, con los viejitos y los niños, bueno se podía conocer y participar.

 

Hoy día, la Iglesia está ausente de las masas populares. Y hay que reconocer que ha abandonado a los pobres. Mantiene mucho la ilusión que todavía existe la prioridad por los pobres de los años 60-70, pero eso ya es ilusión completa. Eso incluso fue reconocido por el texto final del Sínodo Jubilar que se hizo el 97, en el Sínodo de la Américas para celebrar el Jubileo. Y ahí desapareció la Opción por los Pobres, verdad que los obispos latinoamericanos habían pedido que estuviera en el documento final, pero en Roma eliminaron. O sea, prioridad por los pobres desapareció. Y entonces eso repercute en todo el comportamiento del clero.

 

El nuevo clero no suplica al obispo para ir a meterse en el mundo de los pobres, no. Al revés trata de entrar en el mundo más privilegiado. Y ahí hay muchas más parroquias, hay muchos más sacerdotes. Y claro que la Iglesia ha hecho una opción clara y evidente por las clases ricas. Eso es  evidentísimo. ¿Y los religiosos y religiosas dónde trabajan? Allí la mayoría está en ese mundo.

 

¿Y mientras tanto? Claro que el campo está abierto y ahí entran todo tipo de religiones.  Y los pentecostales son los más populares. Un día cuando era arzobispo nos decía don José María Pires: “debemos dar gracias a Dios que existen los evangélicos, porque ellos hacen el trabajo que nosotros no hacemos”. Lo que la Iglesia católica no hace. No practica. ¡Ahora reconocer eso! Eso, no es difícil hay que solo abrir los ojos, ¡solo falta abrir los ojos! ¡Porque eso es evidente! En el barrio al lado del cual yo vivo, existe un barrio pobre, de obreros y que no tienen empleos. De 8.000 habitantes, más o menos, todos recién llegando del campo. En esos 8.000 habitantes hay 84 capillas pentecostales y 3 capillas católicas. Eso muestra la relación. No será tanto así en todas partes, pero en muchos lugares es así. 

 

En una ciudad como Manaos, de 1.500.000 de habitantes solo la Asamblea de Dios tiene más de 500 Iglesias. ¡Una sola denominación ya tiene más de 500!  Y después vienen todas las demás congregaciones cristianas y así.  Entonces ellos están presentes. Y saben comunicar pues son de la misma clase, de la misma cultura.  Se comunican directamente.

 

Un día un amigo mío, sociólogo norteamericano Phillip Berryman, que ha trabajado en América Latina bastante, fue a Sao Paulo a hacer una investigación sobre la situación religiosa. Y un día fue a una reunión de los pastores de la Asamblea de Dios en Sao Paulo y eran 1.200 los presentes. Ahora dijo; de esos 1.200 todos morenos, todos de color, y ningún blanco, ningún blanco. Y después fue a una reunión del clero católico, y dice; todos blancos, salvo  4 o 5 negros que había ahí, todo el resto eran blancos.

 

Bueno, todo eso ahí es una situación de hecho. Un hombre de color ¿cómo va a confiar en un blanco? (risas). Si uno es blanco y tiene que hacer mucho esfuerzo para hacerse perdonar que uno sea blanco, porque blanco es opresor. O sea, su color ya muestra que es de los opresores, que es de los grandes. Entonces para disipar esa impresión que es inconsciente, que es inmediata pero ese inferior esta ahí, cualquier persona que se encuentra en la calle con otra identifica su color inmediatamente y reacciona en función de eso. Si es una persona más colorida ahí lo trata así… a lo mejor lo trata con un poco de condescendencia, pero en fin sin mucha confianza. Ahora, si es más blanco que yo ahí… con respeto y veneración.  Y si es blanco igual, igual a mí, ahí puede tener confianza y comunicarse más libremente. Pero, entonces una Iglesia que es blanca nunca va ha penetrar profundamente en la cultura de los pobres y de los que no son blancos.

 

 En Chile la cultura blanca es la de los que no son mapuches, pero la mitad de Santiago son mapuches. Están ahí, gorditos, bajitos y de color no  así tan fuerte, tan fuerte. Aun así se reconocen inmediatamente de la persona que tiene el tipo español. Si tiene el tipo mapuche no hay necesidad de tener muchos anteojos para descubrir eso. Reaccionan en función de eso. ¿Y entonces qué? ¿Cómo penetrar y evangelizar  esa masa que es así? Solo con misioneros de la misma clase, de la misma categoría. ¿Será que van hablar de eso en CELAM? 

 

Yo dedico la mayor parte de mis actividades a unos 7 u 8 institutos de misioneros laicos populares, que tenemos.  Pero la resistencia del clero es tremenda, es tremenda. Los sacerdotes no quieren laicos formados. Capaces ya de razonar, capaces de conversar, de discutir, de proponer otras cosas; no soportan. Excepcionalmente aceptan, pero en la gran mayoría hay una resistencia tremenda. Entonces no quieren que haya gente del mundo popular, pobre, de la misma cultura popular y que en la Iglesia tendrían un reconocimiento oficial.

 

Cuando estaba en Talca, aquí en Chile, un día con la protección de don Carlos Gonzalez  y de don Carlos Camus, fundamos el Seminario Rural, con una formación especial y con campesinos para preparar para el sacerdocio campesino sin hacerlos pasar por la cultura burguesa. Porque todavía hay sacerdotes de origen campesino, pero después del seminario han pasado por un lavado cerebral, entonces ya no son campesinos, pues entonces ya entraron en la cultura de los grandes. De la teología se olvidan inmediatamente después de la ordenación,  ya se olvidan. Pero de lo que no se olvidan es que ahora pertenecen a una clase alta. Ahora pertenecen y pueden conversar con los grandes de este mundo, con intelectuales, con profesionales. ¿Por qué? Porque ahora es sacerdote (risas). Entonces no soportan que haya gente de la cultura popular que pueda tener acceso a una dignidad en la Iglesia ¿Van a hablar de eso en el Celam? No sé, No sé. (risas).

 

O sea, Yo conozco varios obispos que están totalmente de acuerdo pero no logran convencer a sus sacerdotes, no logran convencerlos. Ahí es muy difícil. La semana pasada estaba justamente en una Asamblea Diocesana en Tianguá al norte de Ceará. El obispo quería que hablara y defendiera eso de la formación de misioneros laicos. Porque la resistencia de los Padres era grande y fuerte, porque tienen la impresión que es una degradación del sacerdote. Entonces en Talca cuando fundamos eso, duró algunos años. Pero después la oposición de los Padres era tan grande que no continuó, porque cuando un joven quería tener esa preparación ahí entonces venía otro sacerdote y decía:  ¡No! ¡Eso es locura, eso no puede ser, eso no vale!

 

Así el apoyo del obispo no es suficiente. Porque hay una mentalidad general muy difundida en el clero “que quiere defender su status”. En el nombre del evangelio. Y conoce el evangelio. A veces uno puede tener dudas. Pero en fin, muy bien, muy bien, pero el problema está ahí. El problema entonces de que los pobres han sido abandonados y pasan para otras categorías y otras expresiones religiosas. Y las más fuertes son justamente los pentecostales. Claro que tienen un estilo diferente y un estilo de dialogar, una manera de acercarse, y  sobre todo que hablan de Jesucristo, hablan de Jesucristo.

 

Y los padres católicos no hablan de Jesucristo, no hablan ¿Pero será posible, son sacerdotes y no hablan de Jesucristo? Hagan la experiencia, vean y escuchen lo que dicen y verán. Un día estaba dando retiro para una congregación ahí de la Congregación de los Vicentinos, de la misión. Y trataba de explicarles que ustedes no hablan de Jesucristo y  por eso no pueden evangelizar, pues solo al anunciar  Jesucristo se evangelizaría. ¡Aah! no lo creían. Después viene la misa de la comunidad y la celebración.  Y en la celebración el Provincial habló 20 minutos, pero en 20 minutos logró no pronunciar el nombre de Jesucristo ninguna vez (risas). Ninguna vez,  ¿Ven? ¿Entonces, de qué están hablando? Aah, están hablando de la Iglesia. Celebrando los méritos, la grandeza, las bellezas.

 

Porque en el vocabulario popular cuando se pronuncia la palabra Iglesia, ¿a qué se refiere?  Cuando se pregunta: ¿Qué dice la Iglesia? ¿Qué piensa la Iglesia? ¿Qué hace la Iglesia? ¿Cómo se comporta la Iglesia?... ¿Qué significado tiene la palabra Iglesia? ¡Aah, es la jerarquía! La Iglesia es la jerarquía en el vocabulario popular en todas partes.  Así cuando se habla de Iglesia en la conversación habitual, la Iglesia no son ustedes, la Iglesia no son los pobrecitos, entonces la Iglesia es la jerarquía.

 

Y entonces celebrar los méritos de la Iglesia no convence mucho. Porque eso es hacer el elogio que trata de convencer de la belleza de la jerarquía. Hum…, muchos no conocen, muchos están más bien incómodos, de tal modo que ese discurso en lugar de evangelizar rechaza, se crea duda y alimenta dudas. Bueno, ¿van hablar de eso? (parte público responde...No). ¿Van hablar de eso? Espero, espero que hablen un poco (risas). Entonces, como cristianos uno podría pensar, que como dicen que son cristianos, podría pensar pero…vamos a ver. Es un desafío.

 

Y el otro que es paralelo al anterior, es que siempre más se insiste en el culto. En el culto a Jesús, culto al sagrado corazón, culto, objeto de culto. O sea, hacen de Jesús un objeto de culto.

 

Hubo un momento en los años 60-70 en que se hizo un redescubrimiento de los evangelios;  y entonces de la vida de Jesús, de lo que hacía, de su proyecto ¿por qué vino a la tierra? ¿Qué hizo? ¿Qué significa todo eso para nosotros? Hubo un momento, pero después se cerró. Y los últimos años fueron siempre un incentivo para aumentar el culto y desarrollar el culto, a ver si lograban resucitar las formas tradicionales de culto y si eso podía convencer.

 

Claro que las personas que todavía permanecen en la cultura antigua y tradicional, bueno, claro ahí celebran el culto al sagrado corazón y diferentes formas de culto a Jesucristo. Perfecto. ¿Pero las nuevas generaciones permanecen fieles a ese culto? ¿Los jóvenes 15 - 20 años andan  con el sagrado corazón?  Claro que las niñas tienen una cruz, ¿pero qué significado atribuyen a eso? ¿Están pensando en el martirio de Jesús? Tal vez. No es muy probable. No es muy probable. No es un mensaje de la vida de Jesús. Entonces el culto está retrocediendo en todas partes. En Alemania todavía el 20% de los católicos lo practican, pero de los jóvenes el 1%. O sea, son los viejos, son los viejos que todavía participan. Ahora se va a otros países Francia, España es igual. ¿Y aquí? ¿Cómo es? ¿Cuántos jóvenes entre 15 y 25 años están presentes en la misa parroquial? ¿Cuál será la proporción? ¿Entonces?

 

Los ritos… En los últimos años se ha insistido mucho en el rigor para mantener la fidelidad  a los ritos oficiales, así como son definidos por la Congregación de los Sacramentos en donde estuvo un chileno muy famoso (risas), un chileno muy famoso (* Cardenal Jorge Medina) que fue colega mío, pero sin ninguna responsabilidad (risas).  Muy bien. Ahora bien, ¿las expresiones culturales y los ritos actuales corresponden a las aspiraciones de los jóvenes? ¡No! ¿Por qué no van a misa? ¡Porque se aburren! Pues no encuentran nada interesante, ninguna novedad,  la repetición de siempre, en fin aburrimiento. Están acostumbrados a una cultura de música, de movimiento, de mucha fuerza, de mucha novedad y… ahí meterse en esa asamblea les parece mortal. ¿Y por qué no cambian? Porque no se adaptan.  ¿Por qué no se hace un ritual así?            

 

Un día en tiempos de José María Pires. El era un arzobispo y era negro. Y un día, ya hace de eso 15 años, Milton de Nacimiento que es el más conocido de los cantores negros hizo una misa de los quilombos, o sea, misa de los negros, de las colonias negras. Y ahí José María Pires quedó todo tan entusiasmado ¡qué belleza! ¡Qué maravilla! Y dijo; se la voy a mandar al cardenal Gantin que está ahí en la congregación romana, él es africano, es negro y le va a gustar. Pero vino la respuesta de Gantin, diciendo; “estrictamente prohibido (risas). Espero que ninguna vez se va a celebrar la eucaristía en esa forma”. Ahí tienen un negro con cabeza de blanco (risas). Claro, pero eso es lo que se produce con frecuencia. Eso es un desatino, es un desatino.

 

Todo ello sin contar que la liturgia de los pentecostales es de oración  y de invocación. Hablan a  Jesús, hablan al Padre, hablan a Dios y la liturgia católica ¡no! Es una lectura, la lectura de un ritual y ahí se habla a Dios  pero de una  forma  tal ritual  que no aparece como una oración  y además en un lenguaje que corresponde  al latín del cuarto siglo,  pero que no está en el ritmo  de la lengua portuguesa, menos todavía de la mentalidad moderna.  ¡Entonces ojalá que hablen de eso! (risas).

 

El problema  esta abierto, pero claro que, el problema es que conociendo y bueno... y visto la lista de  Brasil  y eran 22 obispos elegidos  para la conferencia.  De los 22  hay unos  6 o 7  entonces que  podrán  hablar y decir los problemas. Ahora  los otros se quedarán callados  tratando de defender  todo como está,  no cambiar nada  y de los otros países  todavía no han salido  las listas de los escogidos, de los elegidos. Entonces  no sé. Yo preguntaba  aquí  ¿y en Chile  quién irá a representar? Bueno,  no se sabe. No se sabe (risas). Bueno, pero eso  son desafíos.  Desafíos  actuales. 

 

Y  la cuestión de los pobres está ligada a la evangelización.   ¿Entonces  qué es evangelizar?  Ahí que está el gran desafío,  tanto que Juan Pablo II  insistió  en la evangelización.  En muchos documentos  siempre habló de evangelización. ¿Pero que entendía por  evangelización?  Ah, evangelización  era traer a la Iglesia  católica a  todos los que se les  había abandonado y entonces  que vuelvan  a la práctica de los sacramentos los que la habían abandonado,  los sacramentos... O sea,  evangelización  es  introducir  en el sistema  católico  y hacer que practiquen  todo lo que se pide de un católico, eso es entonces evangelización. Es decir,  centrando  en el culto,   en el culto.

 

¿Pero eso será evangelización? Porque  Jesús  cuando estaba   con sus discípulos  nunca les dijo:  pónganse de rodillas,   adórenme (risas),  yo soy el hijo de Dios,  ustedes tienen que adorarme. Entonces ni  se le pasó por la mente jamás, o sea, no buscaba  un  culto,  no buscaba un culto  y  jamás en ningún momento trató de  recibir actos cultuales, sacrificios,  oraciones y  así, nada.  Entonces, ¿qué hizo? Ahí fundamentalmente  proclamar,  anunciar por sus palabras  y  sobre todo por sus actos que el reino de Dios estaba llegando.

 

La palabra  reino  sobre todo en una república como Chile,  no significa nada, pero debieran haber traducido diferente.  ¿Por qué?   Reinar según el correspondiente  hebraico  significa  liberar.   Según la concepción bíblica antigua,  ¿qué es reinar? ¿Cuál es el trabajo del rey? ¿Cuál es la responsabilidad  del rey?  Es liberar a  los pobres de la opresión de los poderosos.  Esa es la  función  del rey: defender  a los oprimidos  contra los  opresores.  ¿Por qué?  Porque  aun en el pueblo de Dios,  existen opresores y oprimidos.  Y reinar  es liberar a los oprimidos. Bueno, y dice:  Ahora viene el reino de Dios,  ahora viene la liberación  de  Dios, ese es el mensaje.   ¿Y a quién lo dice? A los oprimidos. Les anuncia a los oprimidos que viene su liberación. 

 

Todos los textos  que hay en los evangelios  están centrados alrededor del anuncio de que está empezando,  ya está presente,  ya está funcionando, ya está caminando  ese reino, aunque sea tan pero tan escondido,  tan escondido. Pues como dijo san Pablo en la Epístola a los Filipenses: “el hijo de Dios quiso abandonar todo poder”. Podía tener poder, pero abandonó toda forma de poder y se hizo semejante a nosotros como esclavo, o sea, semejante a los oprimidos, él se hizo así. Sin poder. Abandonó todo poder. Es por eso que en la evangelización todo se puede hacer sin poder. Sin poder. Si una persona es poderosa… primero tiene que abandonar su poder. De lo contrario no puede, no puede. Puede dominar, puede imponer, pero no puede convertir. No puede dar acceso a la fe, a la esperanza de entrar al reino de Dios, no puede ser.

 

Un día he escuchado a un nuncio apostólico decir: “si la Iglesia no tiene el apoyo de los gobiernos no puede evangelizar” (risas). Señor nuncio: “si la Iglesia tiene el apoyo de los gobiernos, ahí sí que no puede evangelizar” (risas). Porque para él evangelizar es hacer la propaganda de los actos culturales y entonces es una atracción, una conquista de la gente para que venga a participar y todo eso.

 

En este momento la tendencia básica  es justamente el marketing. ¿No sé si ya existe aquí un instituto de marketing católico? (risas)  ¿No? ¿Todavía no hay? Están atrasados entonces si todavía no hay. En Brasil hace años que existe un Instituto de Marketing Católico presidido por un arzobispo, el arzobispo Murilo Krieger de Florianópolis que publica una revista y organiza congresos de marketing católico. Entonces el marketing es así. Se trata de vender la mercadería, de convencer a la gente que venga a participar y ver cuáles son los argumentos publicitarios que pueden servir para realizar esa atracción. Tal vez un canto más animado, tal vez una bendición de un santo nuevo que se descubrió o tal vez agua bendita, en fin, a ver lo que puede ejercer más una atracción. No sé como van a tratar el tema de marketing. Que es muy fuerte.

 

Un día hubo una conferencia dada por el jesuita norteamericano Padre Daugherty, que fue en Brasil el fundador de la Renovación Carismática en el año 70 y que todavía hasta hoy es el director general de la Renovación Carismática.  Entonces en su exposición decía: “¿Saben cuál es el gran problema actual de la Iglesia? Es que ignora el marketing (risas).  Porque nosotros tenemos la mejor mercadería del mundo; que es Dios. No cuesta nada. Pero no sabemos venderla. Hay que aprender a vender nuestra mercadería”. Entonces eso ya entra en el sistema económico. Y mostrar como con la religión se puede caminar, se puede crecer dentro del sistema económico neoliberal actual.

 

Bueno, entonces en el primer número de la revista de marketing católico ahí escribía el editorial el arzobispo don Murilo y decía lo siguiente: “Si Jesús estuviera viviendo ahora, el diablo en la tentación no iría a ofrecerle todos los reinos del mundo. No. Iría a ofrecerle la televisión”. La televisión del mundo, esa sería la tentación. Conclusión nosotros tenemos que dedicarnos a la televisión (risas) y a los medios de comunicación. No entendí bien como un arzobispo  dice que ahora hay que seguir las exhortaciones del diablo. Pero en fin no se dio cuenta. Claro (risas). Pero la opción por la televisión es una de las opciones propuestas por el Sínodo Jubilar en el año 97. ¿Van hablar de eso ahora? No sé. Pero  todavía se puede obligar a hablar. Si se multiplican los llamados, si se multiplican los documentos, deseos, aspiraciones, entonces para que sean tratados efectivamente problemas que están ahí, que están presentes y constituyen el desafío.

 

Porque si no se hacen más referencias al reino de Dios anunciado a los pobres  que es el contenido de central del evangelio… ¿entonces qué es evangelizacón? Es publicidad, propaganda, marketing para actos religiosos, atractivos, y hallar cosas que más atraen, pero el evangelio de Jesucristo ¿estará presente? Y... no se sabe. ¿Por qué? Los que viven el evangelio de Jesucristo son la gente pobre. Son la gente pobre, sencilla, que no dominan a nadie, que no mandan. No oprimen. De lo contrario aguantan mucho... son dominados, rechazados, humillados tantas veces, pero entre ellos practican el evangelio. Se ayudan, se apoyan, no dejan que nadie esté abandonado en medio de ellos. O sea, hay un mundo desconocido por los que están arriba. Entonces, ahí está el pueblo de Dios, pero de ellos no se habla en la televisión, no se habla nada, los medios de comunicación nunca comunican lo que está sucediendo en medio de los pobres. O sea, el reino de Dios está presente y creciendo, pero no interesa a la televisión. Además no van a comprar nada pues no es un público interesante (risas); entonces no, y no salen en los medios de comunicación. Los periódicos nunca van a tratar de estos asuntos. Solo hablan de los pobres cuando hay un crimen. Ahí sí, ahí se interesan  por los pobres. Pero por la vida de cada día, por la vida de cada día, no. No interesa porque es demasiado sencilla y en fin no llama la atención de los grandes.

 

Entonces puede preguntarse si… ¿van a hablar del evangelio? Aah…, no sé. No sé si van a hablar del evangelio. Ello porque hay una tradición tan larga de reducir el cristianismo al culto. Pero dar culto a Jesús no es ningún compromiso, dar culto al Sagrado Corazón no es ningún compromiso. Eso no es hacer algo, de ahí no sale una vida, no sale más vida, no sale el reino de Dios. Eso es gratuito. Lo que resulta es una satisfacción personal. Satisfacción del sentimiento religioso. Pero eso no es el evangelio de Jesucristo. Este no da los medios de estar felices gracias a la satisfacción de los sentimientos religiosos, no es felicidad en ese sentido. Es una felicidad, la felicidad de los pobres que se unen, que trabajan juntos, que se ayudan: esa es la felicidad prometida. Ahora la felicidad del que lloora y pensando en Jesús… ¿Esa felicidad ayuda a quién? ¿Da vida a quién? ¡No! No da vida a nada. No es del reino de Dios. Ahora es permitido, claro es permitido, pero eso no hace daño a nadie. Y pueden ser cosas muy buenas para mucha gente, ¡pero no se deben confundir las cosas! No confundir las cosas. Y entonces toda forma de culto está lleno ¿Hay ahora que criticar? No. Si alguien necesita a san Expedito para poder sobrevivir, bueno... hay que desarrollar el culto de san Expedito. Pero no confundir con el evangelio. Como si eso fuera. Como si eso fuera.

 

 Si prefiere a Santa Rita, que soluciona todos los problemas… Son estos santos más famosos ahora, porque antes  los santos resolvían un tipo de problema.  Unos para las enfermedades  de los huesos,  otros para   arreglar los pies,  otros... (risas). Pero ahora la gente esta más apurada. Y entonces recurren más a los Santos de  todos los casos difíciles… san Judas Tadeo es así y  santa Rita es así. Y así San Expedito, son más seguros… Pero eso está muy bien, está muy bien y si la gente se consuela y eso ayuda, bien; pero… no confundir  con el evangelio que es otra cosa, otra cosa diferente. Y ello la gente sencilla, muy  apta, entienden fácilmente. Y entiende bien que   ser cristiano  es muy sencillo,  no se necesita formación intelectual. E incluso, la formación intelectual puede ser un gran obstáculo cuando prima en  relación a  la de la sencillez  del ser humano humillado y oprimido.

 

 Cuando yo terminé los estudios de teología, después de 10 años de teología me mandaron a una parroquia, y en una semana fue suficiente para descubrir que todo lo que había aprendido no servía para nada (risas). Que eso no interesaba a nadie. Y entonces había que empezar de nuevo. Empezar todo de nuevo a ver ¿cómo sienten las cosas? ¿Qué entienden? ¿Cuáles son las preocupaciones? ¿Cuáles son las esperanzas? Partir desde lo que son las personas. Y allí se ve como dice Jesús; las personas que tienen mucha riqueza, es difícil. Porque hay que pedir que pongan toda su riqueza, tal vez la fórmula de vender tus bienes y disponerlos para los pobres… ahí los economistas dirán... bueno, “en un mes más los pobres ya no tendrán nada”. Pero puede no ser así. Ahora bien, colocar toda su capacidad y sus talentos, su capacidad al servicio de la vida, de la vida de los abandonados, de los oprimidos, eso es difícil, es difícil. ¡Pero hay gente que lo hace!

 

Hay médicos que se dedican a ayudar a la gente pobre. Podrían ganar más plata si se dedicaran a la clase alta, pero no. ¿Van a meterse en eso? Hay abogados que defienden los derechos de los pobres, pocos, pero hay, hay. En los presidios en Brasil más de la mitad de los presos están ahí porque nunca han tenido abogado. Y muchos que han sido condenados a 7 años, después de 15 años todavía están ahí. ¿Por qué? Porque no hay ningún abogado para mostrar su caso  y defender su caso, no hay ningún abogado.  Hay algunos abogados sí pero... Hay tantas cosas que se podrían hacer.

 

Bueno, para los jóvenes ricos, como dice Jesús, va a ser difícil. Pero hay que decirlo, hay que decirlo también, y no practicar el silencio sistemático diciendo ya previamente que nadie va a escuchar esto, nadie va a aceptar. No, no. Hay que decir las cosas. Y a la gente pobre hay que decírselo primero, con humildad para ser aceptado, porque no se evangeliza sino desde abajo. Una persona superior no puede evangelizar. Entonces hay que hacerse inferior, no como el que sabe sino como el que no sabe. Y que viene a conocer, que viene a aprender. Ahí se puede hacer un diálogo más sincero. Si hay cualquier afirmación de superioridad, ahí no.

 

El fundador de las comunidades eclesiales de base, monseñor Expedito Medeiros, lo conocí como párroco de Sao Paulo de Potengi. Fue párroco  53 años y ahí en toda la parte rural, sobre todo de su municipio, fundó como 100 comunidades más o menos. Y empezó el sistema a partir de los recursos que los campesinos, la gente pobre tenía. Y ahí aprenden  a formar grupos, a expresarse conjuntamente. Y él contaba lo que su obispo le había dicho cuando lo nombró párroco y ahí me dijo: “Expedito usted va ser párroco de Sao Paulo de Potengi… ¡Acuérdese que es autoridad, trate de tener buenas relaciones con el alcalde, con el juez y con el jefe de la policía…Todo lo demás, arrégleselas como pueda!” (risas). Todo lo demás no importaba. Y decía: “Pero fue así en aquel tiempo y así las únicas recomendaciones que el obispo me dio fue eso”. Y daba carcajadas porque hizo justamente todo al revés. Hizo todo lo contrario a lo que el obispo le había recomendado.

 

Bueno, ¿se va a tratar de eso? Creo que todavía podemos dar sugerencias. Mostrar lo que habría que tratar. Lo que habría que pensar. Hay asuntos que ya están excluidos. Claro, es inútil hablar de las ordenaciones de las mujeres (risas). Imagínense. Justamente cuando el Papa es el mayor adversario de eso. Eso es perdido, imagínense el Papa estará ahí, y hablar de un asunto así, es impensable.

 

Que ordenar sacerdotes, hombres casados ¡ni pensarlo! Eso es inútil hablar de eso porque eso está rechazado con fuerza, con violencia. En el último sínodo de los obispos. ¡No! Eso hay que descartarlo. Porque hace 30 años que muchos obispos piden, piden, insisten, e insisten, durante mucho tiempo, pero, no. Descartado. Y no es muy probable que el Papa actual...

 

Pero hay otros asuntos que no tienen así un rechazo muy fuerte. Un rechazo previo tan fuerte. Y que entonces uno puede colocar, gran parte va a depender del hecho creo de lo que los laicos van a decir, de lo que van proponer, lo que van sugerir, de lo que van a insistir. Porque si no es así creo que los mismos obispos ya no tendrán inquietud suficiente para animarse realmente a decir cosas nuevas o a proponer realmente cosas nuevas para enfrentar los desafíos que hay actualmente. Lo que pasa es que muchos viven en la sacristía, viven en la curia diocesana, viven en la iglesia parroquial, y no saben lo que pasa afuera, no saben,  no se dan cuenta de lo que pasa afuera. En la Iglesia parroquial cuando tienen 500 personas que participan ahí ya el párroco ya está feliz, feliz ahora hay mucha gente. Sí hay mucha gente, pero habrá 25.000 afuera, pero eso ahí ya no, de eso no se preocupan, pues serían problemas imposibles, y no vamos a entrar en problemas  imposibles y vamos a solucionar los pequeños problemas de las 500 personas que están aquí. Pero la tendencia dominante es así.

 

Y entonces, bueno  a trabajar un poco y a  mandar sugerencias al presidente de la Conferencia, a los obispos chilenos que serán elegidos para eso, no sé cuantos serán, me imagino que elegido será el Presidente de la Conferencia, el secretario de la conferencia y dos elegidos más o menos. Hay más esta vez que en la conferencias anteriores; la mitad de lo que había. ¿Desconfianza o problemas financieros? Nadie sabe. No se sabe. Pero, curiosamente son bien menos, la mitad de los que había en otros tiempos. Entonces ahí nos ponemos a trabajar, a sugerir, y ver lo que va a pasar. Por mi parte puedo colaborar un poquito también, pero claro que mi voz sola no tiene ninguna repercusión, ninguna fuerza, salvo en algunos de los obispos brasileños que son muy amigos de siempre, ahí si puede.

 

Ustedes ahora tienen la palabra y la pluma, y su computador, o en fin  su máquina de escribir,  si todavía están en la época de la máquina de escribir. Gracias. (Aplausos)    

 

P. Comblin responde a diversas preguntas planteadas:

Ahora mi memoria es la memoria de un anciano, De ahí que es difícil que permanezcan en mi memoria todo lo que han dicho. Para contestar al P. Aldunate sobre la globalización el problema es ¿quién dirige la globalización? ¿Quiénes son los que se reservan las ventajas? ¿Y cuál es el control que la humanidad puede ejercer para  evitar los abusos y excesos? Por ejemplo: la Monsanto gran empresa de productos para la agricultura, herbicidas, pesticidas y todo lo que se requiera en productos industriales. La Monsanto está conquistando toda América. Domina la mitad de la agricultura en los EEUU y ya conquistó la mitad de la Argentina, conquistó todo el Paraguay, conquistó toda la provincia de Santa Cruz en Bolivia, conquistó el Estado de Paraná, conquistó el Estado de Matto Grosso do Sul, que está dentro del Estado de Marañon y  la Amazonia progresivamente. Bien, ¿y cuál es el programa de la Monsanto? Claro que el vender sus productos. Es decir, inundar todo el territorio de productos que van a contaminar el suelo, se va a contaminar las aguas y aún el aire.

 

El otro día estaba en Tianguá  y el obispo contaba que había recibido el boletín médico el día anterior y que habían identificado un comienzo de intoxicación, de intoxicación. ¿Cómo de intoxicación? Claro, todo lo que come tiene un nivel de intoxicación.  Toda la tierra en la región está con herbicidas, y con otros fertilizantes, el agua contaminada y ya es difícil encontrar agua pura, siempre es más difícil porque todos esos productos van a penetrar ahí. ¿Y por qué? Porque no hay ningún control. No hay ningún control.  O sea, pueden conquistar todo el continente, puede vender todos sus productos, los transgénicos por supuesto, y así ¡sin control! ¡Sin reacción! ¿Por qué? Porque son más poderosos que los gobiernos. Porque de todos modos pueden comprar a los senadores, los diputados y si por casualidad podrían tener un problema en el Congreso, eso se soluciona. Entonces, ninguna dificultad.

 

Entonces la cuestión no es que haya intercambio entre países, que haya una conspiración con todos los países para aumentar y facilitar la producción. O sea, la globalización en sí solo puede traer beneficios. Pero depende de quién practica eso y cuáles son  las limitaciones. Entonces, el otro día, en Brasil hubo sorpresa porque una de las grandes fábricas de zapatos – alpargatas – decidió cerrar la fábrica en Rio Grande do Sul,  que empleaba 4.000 – 5.000  trabajadores para abrir en China, porque en China los sueldos son mucho más bajos y tiene ventajas. O sea, aun en Brasil los sueldos son demasiados elevados y ahora van a producir en China.

 

Bueno, en Europa ese movimiento permanece constante en las industrias y van a colocarse en otro lugar. Muy bien, pero el problema que eso se hace en una forma desordenada de tal modo que muchos trabajadores de repente tenían una vida construida  y se les acaba. ¿No podría haber una transición que hiciera las cosas más humanamente? Pero lo que vale aquí es la norma económica. Y entonces se hace en esa forma. Ahí se tiende a aplastar los sueldos y a reducir los sueldos a nivel de los más pobres. Al final de la evolución todos los trabajadores del mundo estarían en la situación de los chinos. O sea, tener lo suficiente para comer y nada más que eso.

 

Es decir, si se deja plena libertad, tranquilidad, sin colocar normas, reglas para defender la población de cada Estado, entonces proceden procesos semejantes de ese tipo de dinámica de la que finalmente los más pobres, los trabajadores son víctimas.

 

 No tienen defensa, están en una situación de riesgo, porque hay amenazas permanentes de desalojar una empresa, una fábrica, un centro de producción para otra región. Ahí todos los trabajadores viven en una situación de amenaza, de temor, de inseguridad. Porque hoy día con eso ningún trabajador tiene permanencia. Solo que no sabe cuántos años o cuántos meses va a permanecer ahí. Pero ya no hay nadie que la tenga. Salvo  los empleados del gobierno que todavía mantienen esa norma pero en pocos años más van a cambiar también pues es anti-económico.

 

Entonces eso crea una inseguridad Global. Que hace que los trabajadores ya no tienen posibilidades de defender sus derechos. ¿En dónde los sindicatos todavía tienen fuerza?  En ninguna parte, ningún lugar. ¿Por qué? Porque la empresa puede despedirlo en cualquier momento. Y si despide a un obrero hay 50 que están esperando ahí, a la puerta. Entonces todo está cómo se hace en la globalización y cómo se mantiene… Así como en la revolución industrial del siglo XVIII allí aparecieron leyes sociales – con mucho retraso en fin – leyes sociales para proteger a los trabajadores. Y se había llegado en los años 60 a una situación bastante humana. En Suecia el patrón ganaba 4 veces lo que ganaba el empleado. Bueno, ahí se establece prácticamente una igualdad.

 

Pero desde entonces ahí todo ha cambiado de nuevo, porque eso produjo un desequilibrio. La cuestión es ¿cómo y de qué manera y quién aprovecha? Así todos los capitales que resultan de la producción internacional  no están bajo control. ¿Adonde va la plata? ¡Aah! A las islas Caimán (risas), a las islas anglo normandas de la Mancha y 37 paraísos fiscales que hay en el mundo actualmente, con la protección de las grandes potencias que defienden eso, porque permite todas las manipulaciones de dinero. O sea, ¡se pierde el control! Ahí se pondría una organización internacional para controlar las operaciones de las grandes empresas multinacionales. Mientras tanto no se sabe cuánto ganan, cuánto pagan, si pagan impuestos o si no pagan impuestos. No se sabe. Las grandes empresas muchas veces no pagan impuestos. Y de cualquier manera su contabilidad siempre es falsa, siempre. Es imposible que sea verdadera porque pueden jugar de un país para otro.

 

Entonces si se supone que la Boeing manda a hacer las alas de los aviones en China, bueno manda material para China para su fábrica que está en China. ¿Cuál es el precio? ¿Cuál es el precio que van a pedir? Puede ser cualquier cosa. Y cuando vuelve al centro, ¿cuál es el precio? Cualquier precio que digan y no tiene nada que ver con el costo verdadero, porque es dentro del sistema, dentro de la misma empresa. Entonces no se sabe. No hay control posible.

 

Estamos en que la globalización es como la revolución industrial; se necesita de normas, reglas. De lo contrario los trabajadores son las víctimas. Pero por supuesto que trae muchas ventajas, permite la multiplicación de la producción,                                                                                                                                                                                                                              pero el problema es ¿qué producción? ¿Qué tipo de productos? ¿Si hay control, si no hay control? He ahí una cuestión. ¿Bueno…pero y ahora?  Aah, ya pasó el tiempo así que estoy dispensado.  Gracias. (Aplausos).-

 

 

Transcriptor – editor: Enrique A. Orellana F.

 

 

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