La cuenta regresiva de Leonel
17/11/2006
- Opinión
Si una cosa está clara en el panorama nacional es que desde hace algunos meses comenzó de nuevo la cuenta regresiva de Leonel Fernández y su entorno.
Comenzó de nuevo porque ya aconteció durante su primer gobierno (1996-2000).La diferencia es que ahora podría ser más drástica, más profunda y más definitiva.
En aquella oportunidad tuvo la suerte de que lo sucedió en el gobierno Hipólito Mejía y un PRD secuestrado por el PPH, de manera que sobre el desprestigio de su malísima gestión se montó otra tan mala, tan mala, que llevó al país a un desastre peor.
Leonel subió otra vez como la espuma, lleno de aire sin base real, por relatividad, montado en la cresta de una ola ajena, motivada por el deseo del pueblo de salir de debajo de aquel camión, de vencer una especie de atrabanco.
La repostulación de Hipólito le favoreció extraordinariamente, el voto en contra de ese continuismo nefasto lo alimentó. Y ganó con muchos votos prestados.
Sin embargo, en los dos primeros años de su segunda administración, no ha dao muestra de entender ese fenómeno y no modificó en lo más mínimo ni la forma ni el contenido de su gestión. Se creyó con fuerza para dar más de lo mismo y repetir la historia con ingredientes peores.
Pensó que reinaba solo.
Que el PRD y el PRSC se empantanaban y se desgranaban.
Que ese respaldo ocasional implicaba la reivindicación de su primera gestión y que sus votos eran sólidos y eran propios.
Que podía seguir empobreciendo al pueblo proclamando que luchaba contra la pobreza.
Que podía condenar la corrupción y prometer sanciones al tiempo de prolongar la impunidad de todos los delitos propios y ajenos.
Que podía hablar de austeridad y seguir con el dispendio, el derroche, el boato de los viajes, de los gastos superfluos, del clientelismo a granel, de la nueva corrupción.
Que podía impunemente inventarse el Metro, la isla artificial, la feria de los diez años, el portal electrónico, el préstamo a la Policía Nacional, las contratas de Margarita Gómez, la cogioca de Bienes Nacionales, las concesiones al cartel Milenium Morado en obras públicas, para crear alcancías y alimentar al Boa.
Que podía ir en coche con el acuerdo Stand By con el FMI y con los paquetazos bautizados con el benigno mote de “reforma fiscal”.
Que podía darle a su Margarita el poder de una reina, lanzar su reelección en la Feria Ganadera, festejar los cien años de Balaguer, comprar caro la mitad del PRSC (una especie de escoria histórica), imitar al Doctor en sus inauguraciones reeleccionistas, manejar el PLD y al país como un autócrata posmoderno y sustituir el mundo real por su mundo virtual.
Que podía hacer todo eso, y muchas otras cosas iguales y peores, mientras se deterioraba más aun la salud del pueblo (peledengue), la educación de la sociedad, el sistema energético (más apagones y mas caro), el suministro de agua potable…
Y que podía hacerlo si costo político alguno, conservando más del 50% de las preferencias electorales (según encuestas acomodaticias) y exhibiendo un 11% de crecimiento del PBI (gracias al empleo inteligente y tramposo de la sociología estadística moderna). No comprendió lo fatal que sería pregonar el “milagro económico” mientras la población seguía empobreciéndose.
Ahora está cosechando el contraste entre la dura realidad y la fantasía digital. Su alma de profesor quedó ahogada por su pasión publicitaria.
Y se está cayendo aceleradamente desde la nube donde se colocó, con el agravante de que lo que viene ahora será fuente de un mayor repudio: el paquetacito perverso anunciado el martes pasado, la entrada en vigencia del TLC y los efectos de la huida de Danilo Medina, jefe supremo del corrompido aparato peledeista, de las filas oficialistas, para hacerle competencia a la impopular reelección. El desbande interno está a la vista y las recientes declaraciones de Bengoa lo evidencian más aun.
El pueblo indignado y en tren de protesta y rebeldía.
Una parte de los empresario resentidos por la saturación impositiva, que aunque no cargan directamente sobre sus ganancias, limitan la demanda de los (as) consumidores (as) y concluyen reduciendo sus beneficios. El PRD, aunque bastante desvencijado en actitud de revancha agresiva. El PRSC (lo que queda de él) profundamente herido por su labor de zapa.
¿Con quienes se queda Leonel? ¿Cuál podía ser su destino con la avalancha de descontento que se avecina?
Este evidente declive completaría el cuadro de crisis, abarcando las tres partidocracias corrompidas y divididas junto a su único liderazgo pos Balaguer.
Periodo propicio para crear y desarrollar una nueva izquierda, por una nueva democracia y un nuevo socialismo. La única alternativa superadora del círculo vicioso y de la crisis en desarrollo.
Comenzó de nuevo porque ya aconteció durante su primer gobierno (1996-2000).La diferencia es que ahora podría ser más drástica, más profunda y más definitiva.
En aquella oportunidad tuvo la suerte de que lo sucedió en el gobierno Hipólito Mejía y un PRD secuestrado por el PPH, de manera que sobre el desprestigio de su malísima gestión se montó otra tan mala, tan mala, que llevó al país a un desastre peor.
Leonel subió otra vez como la espuma, lleno de aire sin base real, por relatividad, montado en la cresta de una ola ajena, motivada por el deseo del pueblo de salir de debajo de aquel camión, de vencer una especie de atrabanco.
La repostulación de Hipólito le favoreció extraordinariamente, el voto en contra de ese continuismo nefasto lo alimentó. Y ganó con muchos votos prestados.
Sin embargo, en los dos primeros años de su segunda administración, no ha dao muestra de entender ese fenómeno y no modificó en lo más mínimo ni la forma ni el contenido de su gestión. Se creyó con fuerza para dar más de lo mismo y repetir la historia con ingredientes peores.
Pensó que reinaba solo.
Que el PRD y el PRSC se empantanaban y se desgranaban.
Que ese respaldo ocasional implicaba la reivindicación de su primera gestión y que sus votos eran sólidos y eran propios.
Que podía seguir empobreciendo al pueblo proclamando que luchaba contra la pobreza.
Que podía condenar la corrupción y prometer sanciones al tiempo de prolongar la impunidad de todos los delitos propios y ajenos.
Que podía hablar de austeridad y seguir con el dispendio, el derroche, el boato de los viajes, de los gastos superfluos, del clientelismo a granel, de la nueva corrupción.
Que podía impunemente inventarse el Metro, la isla artificial, la feria de los diez años, el portal electrónico, el préstamo a la Policía Nacional, las contratas de Margarita Gómez, la cogioca de Bienes Nacionales, las concesiones al cartel Milenium Morado en obras públicas, para crear alcancías y alimentar al Boa.
Que podía ir en coche con el acuerdo Stand By con el FMI y con los paquetazos bautizados con el benigno mote de “reforma fiscal”.
Que podía darle a su Margarita el poder de una reina, lanzar su reelección en la Feria Ganadera, festejar los cien años de Balaguer, comprar caro la mitad del PRSC (una especie de escoria histórica), imitar al Doctor en sus inauguraciones reeleccionistas, manejar el PLD y al país como un autócrata posmoderno y sustituir el mundo real por su mundo virtual.
Que podía hacer todo eso, y muchas otras cosas iguales y peores, mientras se deterioraba más aun la salud del pueblo (peledengue), la educación de la sociedad, el sistema energético (más apagones y mas caro), el suministro de agua potable…
Y que podía hacerlo si costo político alguno, conservando más del 50% de las preferencias electorales (según encuestas acomodaticias) y exhibiendo un 11% de crecimiento del PBI (gracias al empleo inteligente y tramposo de la sociología estadística moderna). No comprendió lo fatal que sería pregonar el “milagro económico” mientras la población seguía empobreciéndose.
Ahora está cosechando el contraste entre la dura realidad y la fantasía digital. Su alma de profesor quedó ahogada por su pasión publicitaria.
Y se está cayendo aceleradamente desde la nube donde se colocó, con el agravante de que lo que viene ahora será fuente de un mayor repudio: el paquetacito perverso anunciado el martes pasado, la entrada en vigencia del TLC y los efectos de la huida de Danilo Medina, jefe supremo del corrompido aparato peledeista, de las filas oficialistas, para hacerle competencia a la impopular reelección. El desbande interno está a la vista y las recientes declaraciones de Bengoa lo evidencian más aun.
El pueblo indignado y en tren de protesta y rebeldía.
Una parte de los empresario resentidos por la saturación impositiva, que aunque no cargan directamente sobre sus ganancias, limitan la demanda de los (as) consumidores (as) y concluyen reduciendo sus beneficios. El PRD, aunque bastante desvencijado en actitud de revancha agresiva. El PRSC (lo que queda de él) profundamente herido por su labor de zapa.
¿Con quienes se queda Leonel? ¿Cuál podía ser su destino con la avalancha de descontento que se avecina?
Este evidente declive completaría el cuadro de crisis, abarcando las tres partidocracias corrompidas y divididas junto a su único liderazgo pos Balaguer.
Periodo propicio para crear y desarrollar una nueva izquierda, por una nueva democracia y un nuevo socialismo. La única alternativa superadora del círculo vicioso y de la crisis en desarrollo.
https://www.alainet.org/es/articulo/118263?language=es
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