Desde la víspera todos los periodistas y nuestros medios lo sabíamos, la información había sido filtrada, por lo que el trámite legal simplemente llegó a su término, exacto a las doce horas con cuatro minutos fue declarado presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos para el periodo presidencial dos mil seis al dos mil doce, el hasta ahora candidato del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón Hinojosa. Desde luego no faltó por parte de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación las amonestaciones, también anunciadas, al presidente Vicente Fox Quesada, a los sectores empresarial y eclesiástico, así como a todos los actores políticos que no estuvieron a la altura del pueblo sufragante. Sin embargo, para el criterio del juzgador no fueron suficientes las anomalías denunciadas para anular la elección presidencial. Esperemos que las reacciones no desborden la paz de la nación. Así las cosas es de considerarse el mensaje a la nación que ya como presidente elector, pronunció Calderón Hinojosa, el cual podemos calificar de conciliador y de un esfuerzo directo para ganarse la voluntad de sus adversarios, sobre todo de la Coalición por el Bien de Todos y de su líder, el ahora perdedor candidato, Andrés Manuel López Obrador. Su frase de una mano tendida y una puerta abierta al diálogo, fue principio y fundamento de su mensaje, adosado con el compromiso de incorporar a su Programa de Gobierno, todas aquellas valiosas propuestas, dijo, de los partidos y coaliciones opositores para en esa forma desactivar las protestas y la resistencia civil que continúa por parte del Partido de la Revolución Democrática y demás aliados. De ahí, que el mismo Felipe Calderón Hinojosa hiciera el compromiso de llevar al cabo un Gobierno basado en tres vertientes, porque según la percepción de siempre, y las más de las veces no cumplida pero ahora repetida por el candidato declarado triunfador de que podemos pensar diferente pero entre los mexicanos no somos enemigos: Primero, el Combate a la Pobreza, que fue el basamento de la campaña lopezobradorista. Segundo, la Generación de Empleos, de acuerdo a la implantación de una economía capaz y competitiva, que fue sustancia de su propia campaña electoral. Tercero, combate a la Inseguridad en el sentido de acabar con la impunidad imperante. Esta es sin duda la más sentida demanda del pueblo mexicano. La anunciada fuerte decisión del ahora excandidato de la Coalición por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, ante la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de validar la elección y declarar presidente electo a su contrincante panista, Felipe Calderón Hinojosa, no llegó y la aplazó para que la tomen los participantes en la Convención Nacional Democrática a la que ha convocado y que se llevará al cabo en la plancha de la Plaza de la Constitución (El Zócalo), sin dejar de reafirmar que seguirán en la lucha, desconocer al propio Calderón Hinojosa como presidente electo. A pesar de que fue una validación anunciada, es de esperarse que las reacciones no desborden la paz de la nación. - Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.