El “fucú” de la segunda mitad
17/08/2006
- Opinión
La segunda mitad del llamado periodo constitucional de
cuatro años resultó ser una especie de “fucú” (maleficio)
para el primer gobierno de Leonel Fernández, y también para
el de Hipólito Mejía.
Ahora las cosas van por igual camino, por la bajadita
enjabonada, ¡hacia abajo!
Los recientes escándalos de corrupción y la manera
irresponsable como el Dr. Fernández Reina abordó su
impacto negativo en la víspera de su segundo cumpleaños,
son, entre otros, motivos claros del proceso de erosión de
popularidad que lo afecta.
Su firma apareció en el nuevo y leonino contrato de la Isla
Artificial y Don Leonel se ha hecho el chivo loco o caprino
de mente.
Igual ha guardado silencio respecto al escandaloso préstamo
de 132 millones de dólares para la Policía Nacional, y
frente al montaje de la empresa privada llamada a tragarse
a Bienes Nacionales. Como aconteció cuando el intento de
estafa al Estado con el proyecto de Portal Electrónico
inspirado por él y ejecutado por su “asesor informático”.
Tanto la militarización nocturna, las restricciones a los
centros de diversión nocturna y a la ingestión de licores,
los atropellos a la ciudadanía so-pretexto de un torpe y
ineficaz lucha contra la delincuencia, como la inauguración
de la “Gran Feria Camino a la Modernidad” en la Feria
Ganadera, ser útiles para prologar la decadencia que se
esconde detrás una gran publicidad de éxitos y
crecimientos.
La corrupción campea y los ingresos cada vez alcanzan menos
para vivir dignamente.
El empobrecimiento crece mucho más que el altamente
publicitado crecimiento del PBI, lo que carga de mayores
culpas a Leonel y demás responsables de esos resultados.
Y es lógico que así sea: porque quien empobrece creciendo
es peor que quien empobrece decreciendo.
Una cosa es que se hable de un auge económico espectacular
y otra que la gente lo reciba y perciba como tal.
Y la verdad es que mientras el Dr. Fernández Reina y su
funcionario viven en el espacio virtual, el pueblo sufre
cada vez más de privaciones esenciales.
Según la encuesta Gallup –Ho, el 62 por ciento de los
encuestados entienden que ahora “las cosas van por mal
camino”, que las condiciones económicas son malas y muy
malas. Casi un 20 por ciento más de los que así pensaban en
abril.
Solo el 12% considera que la situación es positiva.
¿Cómo compaginar esto con las eufóricas declaraciones del
Gobernador del Banco Central en días pasados?
Pero eso no es todo. Otra información revela que el 80% de
lo niños entre cinco y diez años son portadores de la
bacteria que provoca úlceras gástricas, por falta de
higiene.
La muerte lenta de un parte de la sociedad y de nuestra
naturaleza, junto al asesinato moral que este gobierno
ejecuta contra esta nación y este pueblo, no pueden menos
que hacerlo bajar de una espuma publicitaria capaz de durar
algo menos de dos años.
Y faltan todavía los efectos destructivos y empobrecedores
del TLC y de las nuevas contrarreformas que se discuten en
los círculos oficiales.
El descontento crece entre los civiles y entre los
militares.
La militarización habrá de agravar ambos procesos, más si
se tiene en cuenta que los guardias cenan mal a las 4:30
p.m. para patrullar toda la noche con un sueldo de miseria.
Los jefes policiales se enriquecen con el crecimiento de la
delincuencia y boronean, o permiten que una parte de los de
abajo se la busquen como sea; mientras nadie le entra a la
delincuencia de alto vuelo.
Lo que viene es serio y nada ni nadie esta en capacidad de
contener el desgaste gubernamental. No está en la
naturaleza de esta Administración corregir el rumbo, sino
que atada al propósito reelecionista va hacia el
precipicio.
¿Fucú?
Fucú auto-recetado.
Su única ventaja es que los contrincantes dentro del
sistema son de la misma calaña y se destartalaron con
anticipación.
Por eso urge crear lo nuevo, unir lo mejor, abrir un
proceso de constitución de una fuerza que rompa
definitivamente con lo tradicional, con el conservadorismo
de derecha y de izquierda, con el círculo vicioso.
A lo MRB-200, a los nuevos movimientos bolivariano, a lo
zapatista, a lo mexicano, a los Chávez, a lo boliviano, a
lo indígena rebelde, a los caamañista…
https://www.alainet.org/es/articulo/116643
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