¡Mujeres en movimiento cambian el mundo!
MMM y REMTE presentes en el II Foro Social de la Triple Frontera
20/07/2006
- Opinión
Vivimos un momento de intenso debate entre los movimientos sociales sobre alternativas de integración para nuestro continente, que tiene hoy condiciones concretas para la superación del neoliberalismo. La construcción de un proyecto alternativo de integración desde nuestros pueblos es una herramienta para hacer avanzar nuestra lucha antiimperialista.
En la resistencia a las políticas neoliberales, las mujeres hemos denunciado la super-explotación de nuestro trabajo y la precarización a que estamos sometidas para garantizar las ganancias de las transnacionales; el incremento de la violencia contra las mujeres vinculada a la presencia militar en nuestros territorios; la privatización y saqueo de nuestras riquezas naturales; y el intento del libre comercio de controlar nuestra vida, nuestra economía y nuestros conocimientos.
Las mujeres tenemos el reto de garantizar la perspectiva feminista en el debate de integración. Para consolidar las primeras convergencias en el tema, se realizará en diciembre en Bolivia la Cumbre Social por la Integración de los Pueblos. Las mujeres estamos en el proceso preparatorio a la Cumbre visibilizando nuestras luchas para que se exprese en las propuestas comunes de los movimientos el compromiso con la igualdad entre mujeres y hombres. Un proyecto alternativo de integración debe constituirse en una visión integral que rompa con jerarquías y desigualdades estructurantes de la sociedad capitalista y patriarcal.
Por una integración generadora de igualdad
La sostenibilidad de la vida humana
La división sexual del trabajo define y jerarquiza los trabajos de los hombres y los de las mujeres, ocultando una grande cantidad de trabajo de las mujeres en la reproducción social. Sin embargo, esa división también estructura el trabajo productivo, en el cual a las mujeres se destinan los empleos más precarios, sin derechos y las más bajas remuneraciones. Así, la división sexual del trabajo organiza el trabajo, la producción y la distribución de recursos, constituyendo la base material de opresión de las mujeres. Es fundamental para un proceso de integración generador de igualdad el rompimiento con esa lógica y la búsqueda del equilibrio entre la producción y reproducción. Por eso el tema del trabajo y la garantía de empleo con derechos son centrales en este momento.
La sostenibilidad ecológica
Las patentes y la privatización de nuestra biodiversidad son instrumentos de control. En oposición a ese paradigma las mujeres afirmamos que la naturaleza es una riqueza pública compartida entre los pueblos. En los sectores populares y en el mundo rural, las mujeres son las principales responsables del abastecimiento del agua, recorriendo a menudo largas distancias para traer el agua a sus comunidades. Afirmamos el acceso al agua como un derecho y no una mercancía controlada por las corporaciones transnacionales.
l carácter público del Estado
El neoliberalismo ha desmantelado nuestros Estados a través de las privatizaciones de los servicios básicos, como salud, educación y transportes. Las mujeres son consideradas responsables de cuidar del bienestar de la familia y la comunidad y por eso la destrucción de esos servicios recaen sobre las mujeres, sobrecargándolas con este trabajo. La reproducción social debe ser encarada de manera política con responsabilidad colectiva de las comunidades y el Estado. Recuperar el carácter público del Estado es plantear una gestión transparente, con participación popular y reconocerlo como garantizador de derechos.
Soberanía y autonomía
La defensa de la soberanía de los pueblos y nuestros países pasa por la lucha contra las bases militares norteamericanas que pretenden controlar nuestros territorios y recursos naturales, y por garantizar la soberanía alimentaria. Las mujeres desarrollan un importante rol en la defensa de la soberanía alimentaria y de las semillas como patrimonio de la humanidad. La soberanía alimentaria es un derecho colectivo, que prioriza la producción local para la alimentación de la población y requiere la garantía del acceso a la tierra, al agua y al crédito. La autonomía económica de las mujeres y la libertad de nuestros cuerpos y nuestras vidas también es parte de la lucha por la soberanía de los pueblos. La integración que queremos construir respeta y garantiza el derecho de las mujeres de vivir nuestra sexualidad y una vida sin violencia.
Para construir otro paradigma debemos romper con el patrón de consumo que el neoliberalismo nos ha impuesto. Bajo el modelo actual, se quiere atrapar nuestra esperanza de felicidad en el consumo de productos. La industria de los cosméticos, de los medicamentos, de la comida rápida y de los agroquímicos alcanza crecientes ganancias mientras se profundiza la exclusión, la desigualdad y la destrucción de la naturaleza. Nuestro proyecto de integración debe fundarse en la construcción de nuevos valores, basados en la solidaridad y en nuestras luchas por la ruptura radical con las lógicas combinadas de mercantilización, privatización y militarización.
¡Cambiemos el mundo! ¡Cambiemos la vida de las mujeres!
La Marcha Mundial de las Mujeres es una acción global de lucha feminista, organizada en coordinaciones nacionales y articulada por grupos de base en más de 50 países y territorios. Marchamos para cambiar el mundo y cambiar la vida de las mujeres en un solo movimiento. Nos impulsa la necesidad de desmantelar el sistema machista y capitalista que justifica la violencia y la explotación, la exclusión y la miseria en que vive la inmensa mayoría de las mujeres en el planeta. El feminismo es una manera de pensar, un movimiento social, una alternativa y otra perspectiva para entender y transformar la realidad.
marchamericas@sof.org.br
www.marchamundialdelasmujeres.org
La Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía (REMTE) se constituyó con el objetivo de contribuir a la apropiación crítica de la economía por parte de las mujeres, a través de la generación de ideas, debates, acciones e iniciativas políticas. Nos planteamos transformar la economía en la dimensión del conocimiento y pensamiento económicos, que tienden a invisibilizar a las mujeres y sus aportes; la de las relaciones económicas, cuyos rasgos de género están presentes en todos los niveles; la de los roles de las mujeres, marcados por la desigualdad y la discriminación; la de las decisiones, reclamando nuestros derechos a intervenir directamente en ellas.
remtecoordinación@sof.org.br
www.movimientos.org/remte
- Este texto ha sido preparado por la Marcha Mundial de las Mujeres y REMTE con ocasión del II Foro Social de la Triple Frontera que se lleva a cabo en Ciudad del Este, Paraguay, del
21, 22 y 23 de julio de 2006.
https://www.alainet.org/es/articulo/116165
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