Reservas para pagar deuda

21/06/2006
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Con retraso, Hacienda reconoce que sí era posible, y necesario, usar las divisas disponibles para bajar la deuda

En febrero de este año, el gobernador del Banco de México propuso generar “espacios presupuestales” que permitieran usar la reserva para pagar deuda externa. Hacienda respondió que eso sólo era posible reduciendo el gasto.

Hoy Hacienda informa que amortizará 7,000 millones de dólares, vía la colocación de títulos a cargo del Gobierno Federal, en el mercado de deuda local, que le permitirá disponer de recursos para adquirir divisas de la Reserva del Banco de México.

A lo largo de estos años, la fracción parlamentaria del PRD señaló que el exceso de divisas en el mercado nacional, por el petróleo y por las remesas, entre otras fuentes, no deberían usarse sólo para inducir una estabilidad importada, que provoca distorsiones y destruye la planta productiva del país; con un uso racional de la política monetaria, debería aprovecharse para reducir los pasivos, promover la inversión y fortalecer la posición competitiva de México. 

Hoy Hacienda reconoce que sí era posible hacer ese tipo de operaciones. Si bien puede implicar alza de tasas en el mercado interno, no implica afectar los recursos destinados a inversión y a gasto social.

Hoy que las tendencias internacionales son hacia una mayor restricción del crédito, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, integrantes de la Comisión de Cambios, deben diseñar y presentar al Congreso el esquema que permita aprovechar lo mejor posible la liquidez en dólares que todavía hay en el mercado mexicano, comenzando por suspender la venta de divisas generadas por el petróleo.

Insistimos, el esquema que propongan Hacienda y Banxico–algo semejante a lo que fue el Ficorca, sólo que ahora para regular la sobreoferta de dólares-, deberá permitir acumular divisas para, sin aumentar la deuda total, transferir deuda externa a deuda interna, que también se pagará a medida que se corrijan las distorsiones que impiden la competitividad y el crecimiento productivo del país.

Incluso se podrían destinar divisas para apoyar la inversión, la competencia interna y promover  exportación generando empleos en México y creando las condiciones para un crecimiento con armonía.

El anuncio que hizo el subsecretario de Hacienda de pagar 7.000 millones de dólares, es algo que debió hacerse de manera más agresiva desde inicio del sexenio. El gobierno de Fox no lo hizo así, sólo buscó aprovechar el momento de tasas bajas, para contratar deuda y pagar la que tenía el peor perfil. No se hizo un esfuerzo real para amortizar pasivos del exterior o para no contratar deuda nueva con esquemas gravosos como los pidiregas o los Proyectos de Prestación de Servicios. Hoy los pasivos con el exterior serían realmente mucho menores.

A diferencia de gobiernos anteriores, la administración de Fox dispuso de una gran cantidad de divisas gracias al alto precio del petróleo. Así, el 20 de junio el Banco de México anunció que la reserva internacional del país ascendió a casi 76,719 millones de dólares, 8,050 millones de dólares más que al del cierre de 2005. Eso, a pesar de que desde 2003 estableció un esquema de venta de divisas al mercado, aumentando la liquidez en dólares en el mercado nacional, propiciada de por sí por las remesas y la baja de tasas internacionales.

Eso no se debe a la confianza que supuestamente ha ganado este gobierno. Las fuentes de las reservas del Banco de México son las divisas que obtiene el gobierno federal por colocación de deuda, pero fundamentalmente por las ventas de petróleo; PEMEX está obligado a vender a Banxico las divisas que se generen por ese concepto. De acuerdo con PEMEX, durante los primeros cinco meses del año vendió un promedio de un millón 934 mil barriles diarios de petróleo en el mercado internacional, a un precio promedio ponderado de 52.77 dólares por barril, 16.03 dólares más que en igual lapso del año pasado, lo que proporcionó un ingreso acumulado de 15,410 millones de dólares, sólo en cinco meses.

En cualquier país las reservas son utilizadas para fortalecer su capacidad productiva. Aquí, desde marzo de 2003, cuando las autoridades consideraron que el ritmo de acumulación era muy acelerado, pero también para hacer frente a una “corrida” contra el peso que demostraba la ineficacia de su “política de estabilización”, optaron por un esquema de venta de dólares a la banca, medida que frenó la especulación contra el peso, pero también, seguramente, contribuyó a financiar importaciones subsidiadas con un tipo de cambio muy fuerte.

Evolución de la reserva Internacional (millones de dólares)

 

Flujos anuales acumulados

Resultado

Del 1 de enero al 31 de diciembre de 2003

Del 1 de enero al 31 de diciembre de 2004

Del 1 de enero al 30de diciembre de 2005

Del 1 de enero al 15 de junio de 2006

Suma de flujos anuales

Saldo al 15 de junio de 2006

(A) Reserva Internacional [(B)-( C)]

9,451

4,061

7,173

8,050

28,735

76,719

(B) Reserva Bruta

8,354

5,169

9,913

7,379

30,815

81,489

Pemex

15,380

13,832

20,378

13,576

63,166

 

Gobierno Federal

-5,823

-3,240

-7,290

-4,696

-21,049

 

Venta de dólares a la banca

-3,218

-6,712

-4,402

-2,707

-17,039

 

Otros

2,015

1,290

1,227

1,206

5,738

 

(C)Pasivos a menos de seis meses

-1,097

1,108

2,740

-670

2,081

4,771

Fuente: Datos del Banco de México

Fue tal el flujo de recursos que recibió México en este sexenio –de acuerdo con la Balanza de Pagos, del cierre del 2000, hasta diciembre de 2005, México recibió 102 mil millones de dólares por exportaciones de petróleo, remesas por más de 70,000 millones de dólares, valor agregado de maquiladoras por 97,000 millones de dólares e inversión extranjera directa por 117,000 millones de dólares. Nunca en la historia del país se había dispuesto de tanta liquidez en dólares, sin que Banxico hiciera nada por esterilizarlos, al contrario, entre 2003 y 2006 vendió 17,039 millones de dólares, “para frenar la acumulación de reservas”, pero también para reducir aún más la liquidez en pesos.

Lo paradójico es que debido a la política económica, ese flujo de divisas fue paralela y contribuyó a agravar una dramática crisis de producción y empleo. Ese flujo de divisas no ayudó a superar la situación sino que contribuyó a agravar la crisis, porque se usó para subsidiar importaciones, es decir, a apuntalar un superpeso, que no responde a las condiciones reales de la economía interna.

Fue en ese contexto que Guillermo Ortiz, el gobernador del Banco de México, hizo declaraciones acerca de la posibilidad de utilizar parte de esos recursos para pagar la deuda externa del país. Aunque en momentos de escasez de divisas, como los que vivió México en el pasado, esa idea podría resultar descabellada, no lo es ahora que la economía nacional recibe importantes flujos de moneda extranjera.

Por otra parte, en el pasado, los funcionarios de Banxico y Hacienda ya han diseñado esquemas de acumulación de divisas –como el Ficorca- para cubrir compromisos, lo grave es que lo hicieron en tiempos de escasez, con un enorme costo y una vez que las crisis han impactado a la sociedad.

Hoy, el anuncio de Hacienda llega con retraso, cuando las tasas internacionales van al alza, pero lo más grave es que se puede reflejar en una presión adicional para las tasas internas y sobre el tipo de cambio, en momentos de gran intensidad electoral. Es así como una medida necesaria, no debe ser motivo para aumentar las tensiones.

- Alfonso Ramírez Cuéllar, diputado federal , es coordinador de Finanzas Públicas de la Fracción Parlamentaria del PRD

https://www.alainet.org/es/active/12043

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