La doble moral del juego político del foxismo ante el TLCAN

14/06/2006
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Así como el salinismo y su corte neoliberal propagandizó que la globalización y la firma de un TLCAN era un fenómeno casi sobrenatural e inevitable que llevaría a México al primer mundo, el foxismo –lo mismo que el zedillismo- ha argumentado que es imposible e inconveniente cualquier renegociación del TLCAN. No obstante, el foxismo inmoralmente dice una cosa y hace otra. El 9 de junio el secretario de agricultura de México F. Mayorga, con el apoyo de J. Penn subsecretario de agricultura de EU, declararon en México que “no es posible abrir el Tratado de Libre Comercio en los capítulos de maíz blanco y frijol, y que el gobierno mexicano ha expresado en múltiples ocasiones su determinación de honrar los compromisos que tiene firmados con distintos países en materia de comercio”. En sentido contrario a su discurso de imposible hacer cambios para proteger a los pequeños y medianos agricultores mexicanos, en los años recientes los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá han venido modificando el TLCAN en varios capítulos y materias claves como el Capitulo 11 de inversiones y, sobre todo el capítulo referente a reglas de origen y normas sanitarias. Este año y pese al rechazo de productores, científicos y organizaciones sociales, el gobierno de México, a petición de Estados Unidos, pretende debilitar (“flexibilizar”) su norma 028 FITO 1995 relativa a los requisitos fitosanitarios para la importación de granos y semillas, excepto las de siembra, favoreciendo con ello una mayor importación de granos y semillas, pese al riesgo de incrementar plagas y enfermedades. Sin embargo, desde la reunión del 7 de octubre de 2003 en Montreal bajo las negociaciones del TLCAN, para transformarlo en “TLCAN-Plus”, el gobierno foxista ha aceptado la propuesta de los gobiernos de Canadá y Estados Unidos para modificar (“mejorar”), por un lado, “la operación del mecanismo de solución de controversias inversionista-estado incluido en el capítulo de inversión del TLCAN. El mismo concepto de transparencia debe aplicarse a los procesos de solución de controversias del Capítulo 20 del TLCAN” . Y en paralelo, a petición de las empresas trasnacionales y sus aliados mexicanos modificar las Reglas de Origen y el sistema armonizado de aranceles: “Se ha logrado un acuerdo tentativo para liberalizar las reglas de origen para un amplio rango de alimentos y de productos industriales, que se relacionan con un amplio porcentaje del comercio trilateral”. Esta homologación de reglas de origen y normas bajo la careta de la Alianza de Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) abarcan ya los sectores automotriz, eléctrico, electrónico, textil y alimentos. Con ellas se “podrán incorporar una mayor cantidad de insumos o piezas extranjeras en un paquete de productos industriales y agrícolas que recibirán un trato preferencial y no pagarán aranceles”. Y de acuerdo a la Subsecretaría de Negociaciones Comerciales Internacionales de la Secretaría de Economía, que “el último paso será que los tres países se notifiquen, por medio de cartas, que ya concluyeron sus procesos internos para hacer esos cambios, una vez lo cual se definirá una fecha para que entren en vigor”. Ante tanta “oferta” del gobierno foxista, los directivos de otras ramas productivas con profunda penetración y dirección trasnacional como la química también exigen ser incorporados, y dado el servilismo hacia “los fuertes” les darán respuesta positiva. En la rama química claramente se plantea “cambiar las reglas de origen de cerca de 3 mil cien fracciones arancelarias, porque al no haber suficiente materia prima en la región o en cada uno de los países para la fabricación de químicos, podrán utilizar componentes de otros países y aún cuando tengan menor contenido nacional o regional recibirán un trato arancelario especial”. Todas estas modificaciones, que no tienen nada de menores, están siendo instrumentadas institucionalmente bajo el programa del ASPAN, y de su llamado Consejo [trinacional] de Competitividad que este 15 de junio se conformara en Washington, con representantes de las grandes empresas y funcionarios de gubernamentales de los tres países. De esta manera toda la agenda y la dirección del comercio y de la economía pretende el foxismo y sus aliados que quede en manos “del mercado y la competitividad”, pero de unos cuantos que han crecido bajo la protección ilegitima (e ilegal en no pocos casos) de esa política servil. Los demás, que se rasquen con sus propias uñas, o lo que es lo mismo, que se los lleve la globalización. Así bajo esa doble moral, doble discurso y doble conducta, para unos es: Imposible renegociar el capitulo agropecuario, porque ha funcionado de maravillas y frente a la angustia campesina de verse aun mas inundados de importaciones de maíz y frijol estadounidense (a precios artificiales, menores a sus costos de producción), ni se preocupen estamos preparados para que no les duela tanto. Lo que Uds. necesitan es ser mas competitivos y nosotros –que somos tan eficientes- les podemos vender tecnología para que la injusta e inmoral competencia no los mate del todo. Para los otros es: Bienvenidas las peticiones y propuestas concretas que promuevan la competitividad de la región (y nuestras empresas), súmense o conformen subcomités o grupos de trabajo para definir la agenda global que para eso están los funcionarios eficientes, ¿De los parlamentos y Congresos? No se preocupen, no los necesitamos, ni a ellos ni a la sociedad... Basta con los Ejecutivos y Ustedes. - Dr. Alejandro Villamar /Red Mexicana frente al Libre Comercio, RMALC
https://www.alainet.org/es/articulo/115594?language=en

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