Los hombres tenemos la mente cachonda
Sexualidad y hombría en un barrio de la ciudad de México
11/06/2006
- Opinión
Las políticas públicas sobre sexualidad adolescente poco o nada tienen que ver con la manera en que los chavos y las chavas la viven. Cuando la banda habla, expresa sus necesidades y placeres, sus creencias y carencias. En este texto, adolescentes y jóvenes de una colonia popular de la ciudad de México hablan de sí mismos y de cómo imaginan su masculinidad y su sexualidad.
En San Miguel Teotongo, una colonia que ocupa parte del cerro de Santa Catarina en Iztapalapa, al oriente del Distrito Federal, todos los días, por las tardes, la banda se reúne en la esquina para rifarse el fucho o cascarita de fútbol, para platicar o nomás para pasar el rato.
La banda la forman los chavos de la cuadra, los del barrio, sin importar su edad: son todos los “que se juntan”. Pero para ser banda hay que ser hombre; para hacer el paro cuando se necesite y no “dejar morir solo” a los amigos en caso de broncas. Las mujeres pueden estar entre la banda como novias o cuando son “buena onda”, pero no son carnales, porque a menudo acarrean problemas o atraen a chavos de fuera.
La amistad y la hombría son los valores más apreciados entre la banda, como dice un chavo de la colonia, de 17 años: “La manera de obtener respeto en la colonia tiene que ver con las herramientas que tienes para relacionarte con los demás; en el barrio para que te respeten tienes que saber mucho, saber pelear sabroso y tener dinero; lo que da respeto a los hombres, da poder. La admiración hacia otro hombre se da cuando éste da la cara por ti, da la vida por ti, cuando sabe más que uno”.
En este entorno, un grupo de investigadores de El Colegio de México, la UNAM y la UAM desarrolló un amplio trabajo para la Organización Panamericana de la Salud sobre las opiniones de los jóvenes sobre temas como: masculinidad, identidad sexual, sexualidad, infecciones de transmisión sexual, y cuidado de la salud reproductiva. Los resultados muestran como las creencias dominantes son las ligadas al modelo masculino tradicional —el hombre fuerte y la mujer inferior—, lo que pone en riesgo la salud sexual de los jóvenes y la manera de relacionarse con otros hombres y mujeres. De las entrevistas realizadas como base para su análisis, recuperamos algunas de las palabras de los adolescentes y jóvenes.
Masculinidad: Asumir una responsabilidad
Los jóvenes de San Miguel Teotongo conciben “ser hombres” a partir de dos factores contradictorios entre sí: tener libertad sexual y afrontar las consecuencias de esa libertad (embarazos y matrimonios indeseados):
Para ser hombre hay que trabajar, para aportar dinero a la casa, y mientras uno estudia, hacer quehacer en la casa y echarle ganas también. Así como en las niñas les dicen que ya son mujeres cuando tienen la primera menstruación, en los hombres es cuando tienen su primera relación. (Adolescente de 16 años)
“Un hombre de verdad casi no lo hay, es una persona que realmente es responsable. Respeta a su mujer. Si vas por la calle y ves que está bien buena y le dices 'adiós mamacita, estás bien buena', ¿sería respetarla? No. Ser un hombre de verdad sería afrontar los hechos, decir la verdad, sacar adelante a su familia. El menos hombre es al que se le llama cobarde, el que no ve los hechos, por ejemplo, que ya dejó a una mujer embarazada. Hay que tener los suficientes para aceptar lo que ya hizo uno y ver qué onda”. (Joven de 20 años)
Deseo sexual: Todo es por la lente
Para la banda el sexo es sinónimo de coito y penetración vaginal, y sirve para satisfacer deseos, más que para construir lazos afectivos. Se trata de una necesidad, pues “el cuerpo pide las relaciones sexuales”, sobre todo en los varones; por eso la habilidad para el ligue es ampliamente valorada.
“(Desde que tenía alrededor de) 12 años, pasaba que así de repente se ponía (mi pene) erecto, pero casi siempre era por andar viendo a las chavas. Es el pensamiento, o el ver a la chava. Se debe mucho a que, por ejemplo, tienes una relación sexual con una chica, entonces cuando ves una chica con un cuerpo parecido, pues te la imaginas ¿no? O sea, tienes que tener una motivación ¿no? Por eso la mayoría de las veces (que tienes una erección) es cuando ves a unas nalgonas, o que tengan un trasero bonito. A eso se debe que se pone erecto, por la lente. (Joven de 20 años)”
Masturbación: Mientras me hago hombre
Aunque la chaqueta es normal para los adolescentes de menor edad, la piensan sólo como parte del entrenamiento para las relaciones sexuales, y entre más rápido se deje para comenzar a tener relaciones coitales, mejor.
“No nomás hay una edad para la masturbación. Yo, inclusive, sí llegaba a masturbarme, pero pues la verdad fueron pocas las veces, porque aquí en esta colonia las mujeres casi no te dicen 'no'. Quién sabe, yo digo que es por el rango de posición social de las gentes, más cachondas. Yo he visto que gente más humilde como que son más cachondas”. (Joven de 20 años)
Relaciones sexuales: Más vale pedir perdón...
Las relaciones sexuales no se proponen, se busca que la cosa “se vaya dando”, porque siempre está el riesgo que ella diga no.
“Pues la mayoría de las veces (que se dan las relaciones sexuales) es porque lo deseamos los dos. Porque si primero le preguntas a la chava si quiere, ¿te imaginas? Si llevas a una chava, la invitas a salir y de repente ya estás en el hotel, la chava siempre se va a liberar. Por lo regular tú le empiezas a platicar y le preguntas cuándo vamos al hotel o algo así, pero se va dando, casi nunca preguntas, es mejor que se vayan dando solas las cosas porque así lo disfrutas tanto tú como la chava”. (Joven de 20 años)
Condón: Un plátano con cáscara
Aunque es por todos conocido, sobre todo para evitar embarazos, el condón es muy poco usado. Como las relaciones sexuales no suelen planearse, el método más socorrido es el coito interrumpido que incluso se percibe, erróneamente, como más seguro que el condón.
“Yo utilizo... bueno, la verdad nunca... pocas veces he utilizado el condón, porque casi siempre las chavas con las que vas teniendo relaciones, siempre te dicen lo mismo cuando les dices que hay que prevenirnos: 'qué, ¿no confías en mí?' 'Es más —me dicen— cuando te vayas a venir sólo te sales y listo, nos quitamos de broncas'. Es que todos nos confiamos al condón y el condón se rompe, en cambio así sí estás seguro pues avientas todo hacia fuera y no queda nada. Te digo porque yo le hacia así con esta chava y lo hacíamos hasta dos o tres veces al día y nunca quedó embarazada”. (Joven de 20 años)
“Hay unas chavas que sí (te piden hacerlo con condón), pero hay unas que dicen la jaladita de 'a ver, cómete un plátano con cáscara' y dices: 'bueno, pues como tú quieras'. El chiste es que lo disfrutemos los dos y lo haces por eso, por tratar de satisfacerse los dos. Si ella te dijo 'no utilices condón', tú le dices 'ahora yo quiero que tú estés arriba', y así se van dando una y una”. (Joven de 24 años)
Sida y otras infecciones de transmisión sexual, cuando toca la de malas
Aunque en menor medida que los embarazos, el VIH/sida está presente como una amenaza para la vida sexual de los hombres que tiene que ver más con el azar que con la falta de protección. El conocimiento sobre las infecciones de transmisión sexual es muy reducido y suele ir acompañado de múltiples mitos.
“El sida se contagia por tener muchas relaciones con la misma mujer o diferentes, porque la mujer luego tiene varias relaciones con otros hombres y se contagian, luego, al hacerlo con la misma persona, pues uno también se contagia”. (Adolescente de 16 años)
“Si te metes con una mujer que ya lleva muchas relaciones con otro hombre, también puedes contraer sida o no sé, depende también de la mujer, ¿no? Por mala higiene tanto de la mujer como del hombre. Porque la verdad uno como hombre cachondo, si te toca una mujer igual, piensas: 'ay, vamos a echarle chocolatito', 'vamos a echarle esto', 'vamos a echarle el otro'. Y por cachondo vas mezclando cuanta cosa; todo el semen que sale se va mezclando con el chocolate, con el yogurt, dependiendo cómo lo hagas. Además, si no lo limpias bien lo dejas ahí y cuando vas a orinar, si no te limpias bien, se va acumulando, se va juntando y puedes llegar a contraer una enfermedad. Y si no te cuidas te lo llegan hasta a cortar”. (Joven de 20 años)
En el análisis, los investigadores consideran que la falta de oportunidades de desarrollo y educativas impiden una mayor equidad y empoderamiento de chavas y chavos, que permitirían construir modelos alternativos de “ser hombre” y mejores condiciones para vivir la sexualidad. “Paradójicamente, el principal problema que señalaron nuestros entrevistados fue la falta de información; ellos consideran que esta carencia es la causa de otros problemas”, asegura el estudio.
- Texto elaborado con base en la investigación “Masculinidad y salud sexual y reproductiva: un estudio de caso con adolescentes de la Ciudad de México” (Stern, C., et. al., en Salud Pública de México, vol. 45, suplemento I de 2003, pp. 34-43), realizada por el Programa de Salud Sexual y Reproductiva de El Colegio de México, con apoyo de investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, y de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la UNAM. La investigación fue coordinada por el doctor Claudio Stern, la maestra Cristina Fuentes y la maestra Laura Ruth Lozano.
Fuente: Agencianotiese
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