Fox dejará deuda inmanejable

04/05/2006
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Sólo en el primer trimestre el gobierno de Fox incrementó la deuda del Sector Público en 23,736 millones de pesos. • De acuerdo con el Informe sobre la Finanzas y la Deuda Pública, al cierre del primer trimestre el saldo de los requerimientos financieros del sector público llegó a tres billones 291 mil millones de pesos. • El incremento de la deuda del gobierno de Fox, en un sólo trimestre, es superior a la mitad del saldo histórico de toda la deuda del Distrito Federal. • El mayor crecimiento se registró en la deuda interna, donde el saldo de los pasivos sumó dos billones 238 mil millones, esto es, 25,032 millones más que en diciembre de 2005. • Eso sucedió a pesar de que en el mismo período las tasas de interés internas pasaron de 8.26% a 7.01%, en un esquema que cada vez tiene más restricciones, porque las tasas internacionales están al alza. • Por su parte, la deuda externa del gobierno federal se redujo en un mil 296 millones de pesos. • En el mismo período la deuda del Distrito Federal se redujo en 18.7 millones de pesos. El gobierno de Fox está dejando pesados compromisos para los mexicanos y se ha cuidado de trasladar a las próximas generaciones el costo de su incapacidad. Baste señalar que, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda, de diciembre de 2000 a marzo de este año, los Requerimientos Financieros del Sector Público crecieron en 973,384.3 millones de pesos, 42% más en términos nominales que en el año 2000. El problema no es sólo el monto, sino su costo. Por ejemplo, si bien en estos momentos el costo financiero –amortizaciones e intereses- de los Pidiregas, el esquema financiero preferido por este gobierno, es de alrededor de 65,000 millones de pesos anuales, su monto está en continuo crecimiento y llegará a su máximo, arriba de los 170,000 millones de pesos anuales, en el año 2010. Además, el costo podría crecer arriba de lo programado, ya que después de que en los últimos cinco años las tasas de interés internacionales llegaron a niveles históricamente bajos, ahora éstas han subido, de modo que las tasas de la Reserva Federal pasaron de 1% en julio de 2004, a 4.75% en estos momentos, lo que implica un inevitable aumento en el costo del financiamiento. Aunque en los primeros meses de este año el Banco de México indujo una baja de tasas, de niveles de 8.26% en diciembre de 2005. a 7.01% hasta el 3 de mayo, cada vez será más difícil lograr nuevas reducciones de tasas en el mercado interno, por lo que la deuda interna, que representa 68% de los Requerimientos totales, comenzará a aumentar. Las restricciones para bajar las tasas se reflejan en la variación observada en el tipo de cambio, que pasó de niveles de 10.50 pesos por dólar en marzo de este año, a alrededor de 11 pesos por dólar. Un deslizamiento de casi 5% en menos de dos meses, a pesar de que las remesas han seguido fluyendo, al tiempo que siguen altos los precios del petróleo. Cuando los precios del petróleo son bajos, los gobiernos de México han encontrado limitaciones para invertir y mejorar los servicios públicos. Para superar esa situación, se recurre al financiamiento. Cuando la inversión está bien diseñada, es posible la recuperación de los recursos comprometidos, incrementando la recaudación, gracias a una mejora sostenida en el nivel de vida o a una mayor actividad económica. Eso no ha sucedido en los últimos años, ya que los precios del petróleo mexicano han estado muy altos lo que, junto con los ingresos por remesas, han permitido al gobierno de Fox no tener problemas financieros. Desafortunadamente, la obsesión por mostrar un balance fiscal muy positivo y la decisión del gobierno por mantener su agenda privatizadora, ha impedido al país y a los mexicanos, aprovechar productivamente esa riqueza y más bien ha vuelto más vulnerable a nuestra economía, ya que el gobierno de Fox optó por: • no llevar a cabo los proyectos, llegando incluso a interponer controversias para no atender añejas necesidades, manteniendo las restricciones en la calidad de los servicios o en la infraestructura productiva, empujando a la sociedad a aceptar cualquier solución; • en esa línea, promovió o profundizó esquemas de privatización de los servicios públicos, aprovechando la necesidad de la sociedad, lo que ha dado lugar a jugosos negocios privados, encareciendo los servicios públicos y reduciendo la posibilidad de México de competir internacionalmente, como sucede con los altos costos que los industriales mexicanos deben pagar por el uso de puertos y carreteras, y • aplicar esquemas de financiamiento “ingeniosos” -como los califica el presidente Fox-, que en realidad son deuda que no se registra como tal, para mantener el maquillaje del equilibrio y la apariencia de la disciplina fiscal. En realidad este gobierno ha construido una máscara de “estabilidad” que oculta un deplorable desempeño, a pesar de que le ha tocado un entorno muy favorable. Es así, por la decisión de mantener el maquillaje de “estabilidad”, que fortalece la aplicación de esquemas como los Pidiregas y los Proyectos de Prestación de Servicios, en los que incluso se establecen compromisos de largo plazo a precios indexados al tipo de cambio. Eso se refleja en la estructura del Saldo de los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), en los que ha resultado imposible ocultar el aumento de la deuda y de los compromisos que este gobierno ha impuesto al pueblo de México. De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, sólo en el caso de los Pidiregas, la deuda contratada en divisas extranjeras aumentó de 150,000 millones de pesos en el año 2000, a 354,370 millones de pesos en el 2005. En el caso de los Pidiregas en moneda nacional, el crecimiento de los compromisos pasó de cero en el 2000 a 106,413 millones de pesos en el 2005. Y a pesar de eso, el presidente Fox se dice “responsable”. No está de más recalcar que el crecimiento de los RFSP se presenta después de cinco años en los que la administración de la economía nacional se vio beneficiada por el aumento en los precios del petróleo, lo que permitió contar con excedentes de ingresos públicos por arriba de lo estimado, en casi 150,000 millones de pesos en promedio cada uno de los últimos tres años. Adicionalmente, el fuerte crecimiento de los RFSP se presenta después de cinco años en los que el contexto mundial ha sido muy favorable para el manejo de los pasivos, ya que la liquidez que se observa en los mercados internacionales y las bajas tasas de interés, propiciaron contratar deuda a menor costo para, eventualmente, disminuir los montos de esos pasivos y reducir, al menos en el corto plazo, su costo financiero. No fue algo exclusivo de este gobierno, ni se derivó de su “disciplina”; fue gracias al contexto favorable. Lo que sí es cierto, es que esa situación permitió liberar recursos que debieron contribuir a fortalecer las finanzas públicas. Pero no fue así. De hecho, el fuerte crecimiento de los RFSP se presenta a pesar de los remanentes que permitió la reducción en el corto plazo del costo financiero de la deuda, así como la mayor disponibilidad de recursos derivados de los altos precios del petróleo. Y lo peor, esa mayor disponibilidad de recursos no se reflejó claramente en una mayor infraestructura pública. No se concretó en una mejora sustantiva de los servicios de salud y educación. Tampoco permitió concretar la posibilidad de contar con la infraestructura para abaratar y facilitar el suministro de servicios de calidad a bajo costo, o el transporte competitivo de mercancías. Nada de eso. Así, todo indica que la campaña que realizan el actual gobierno y su partido el PAN, acerca de la supuesta responsabilidad y disciplina con la que han manejado los recursos públicos, sólo pretende ocultar su incapacidad y el mal manejo de la riqueza nacional. - Alfonso Ramírez Cuellar es diputado federal mexicano.
https://www.alainet.org/es/active/11365

Del mismo autor

Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS