El Diablo Huma baila en la ciudad mundial de la montaña

24/03/2006
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Carta al c. Luis Macas
Presidente de la CONAIE A las compañeras y compañeros dirigentes de comunidades y provincias
A las rucumama y taita
A los dirigentes de las organizaciones campesinas
A la gente de buena voluntad Una nueva experiencia levanta y viven los pueblos indígenas del Ecuador. Situado a la cabeza de la protesta y la denuncia de la injusticia no está solo preocupado de sus propios derechos sino de todo el pueblo ecuatoriano, porque luchar en contra del TLC es luchar en contra de la imposición del imperio de la globalización neoliberal que oprime a la dignidad humana. Esta realidad, siendo dura y hasta angustiante, marca también el momento del viraje del tiempo pues anuncia una etapa diferente y superior en el crecimiento del ser humano: luego de lo más decadente y oscuro solo puede venir una era ascendente y de luz. Luego de un Pacha viene otro. Pero esta certeza en el tiempo no solo tiene que ser comprendida en la cabeza sino asumida para empujarla con el corazón, con la vida en la medida en que los humanos también somos naturales y no podemos deslindarnos de ello para sentarnos a esperar que sea el tiempo el único que actúe, sin nosotros y nosotras. La unidad tiempo y espacio -considerada por nuestros abuelos como madre- es un punto de concentración de elementos que luego salen, parten y se proyectan creando otra época. Es en esa matriz sagrada en donde se van creando, organizando y acumulando condiciones para venga una nueva era. Al interior y desde el interior de la vieja época, nace una nueva. Pero para que nazca un nuevo Pacha, tenemos que trabajar al interior del viejo, no quedarnos, y más bien hacer cosas de ruptura para que se rompa el tiempo y nazca otro. Esto quiere decir que hay que jalarle al tiempo para que se rompa y jalar al tiempo nuevo para que venga. Si hacemos al revés, haciendo cosas del viejo tiempo, se posterga y demora el advenimiento de uno nuevo. Esta es la lucha y la corazonada de la lucha de hoy para jalar a que venga el tiempo nuevo, el Pacha con Kutik. Sin kutik no podrá venir otro Tiempo. Si esto aplicamos a nuestra vida personal, a la vida social comunitaria y organizacional quiere decir que tenemos que practicar varias rupturas. Hasta aquí muy bien esta calidad de lucha en contra del TLC, solo mañana se dará cuenta el nuevo mundo y agradecerá a los hermanos indígenas por haberlo hecho. Pero ahora la retirada estratégica y evaluatoria que ustedes están aplicando debe ser la ruptura del viejo movimiento indígena para que nazca uno nuevo para un Mushuk Pacha. El movimiento indígena de ahora padece los efectos del mal acuerdo y negocio gutierrista, (el gutierrismo como una concepción ideológico-política y organizacional) , de la participación electoral hecha tal como lo hacen los partidos de esta democracia de mentira y corrupción. La calidad actual del movimiento indígena ecuatoriano ha tocado fin y si no se practica una operación profunda se corre el riesgo de que los runacuna desperdicien los últimos veinte años de lucha y no empujen al viejo tiempo y no jalen para que venga otro tiempo. Nadie puede negar el histórico protagonismo y la marca que la indiada valiente, ejemplar y admirable deja en el rostro del Ecuador y el Mundo, pero hay que evaluar la acción parlamentaria de sus diputados, la calidad de sus dirigencias, la calidad de la organización, la responsabilidad de quienes hicieron gobierno, los logros del trabajo de comunidades, dirigentes de base, aliados y amigos etc. Para resguardar y hacer otro mundo se requiere saber y reconocer ese camino de la misma manera que tenemos que reconocer a tiempo, sus límites para no caer en la descomposición y para no quedar fuera de la historia del tiempo del cambio. Esta sabia retirada estratégica deja un saldo de lucha positivo. Hay lenguas venenosas que dicen que esta lucha última ha sido parte de la campaña electoral manipulada por su dirigencia: en qué cabeza despierta y en qué corazón generoso y leal puede caber prestarse para participar en las elecciones! Por otra parte hay que ver también al enemigo, a la dimensión del dominio, a la profundidad del desafío. De esta manera la retirada evaluatoria –desde mi respetuoso y cariñoso punto de vista- debe acelerar la labor minguera y comunitaria de construir los cimientos de un movimiento indígena que asuma las dimensiones antedichas, invente, cree, recupere, pero también deje de lado las formas y contenidos que ya no sirven para las luchas actuales. El desafío exige volver a la sabiduría de nuestros abuelos y la espiritualidad Pachamama como la más alta conciencia política y como la matriz de las nuevas creaciones económicas, sociales, políticas, ambientales, educacionales y saludables abandonando lo que hoy se llama el DESARROLLO en cualquiera de sus formas. Y así como hay que buscar alternativas al desarrollo legó también la hora de buscar alternativas a las alternativas. Ello es la fuerza para el tiempo de lucha en contra del imperio globalizador del neoliberalismo que instaura como ídolo al mercado y que vende como vulgar mercancía todo lo humano, todo lo sagrado, todo lo que es de valor de uso digno, todo lo que debemos compartir como fratría humana intercultural. Un nuevo movimiento indígena y campesino tiene que recuperar, cuidar y convidar el conocimiento ancestral, la integración humana en el medio ambiente, la alimentación sana e integral, la vida como calidad de salud. Es un movimiento que recupera las culturas propias compartiendo libre y justicieramente con las otras y que tiende lazos con los movimientos, experiencias y proyectos urbanos pues las perspectivas de la liberación de nuestro tiempo deben tender a borrar sus fronteras pues el dominio globalizador es homogenizante y diversificante al mismo tiempo. Por eso la revolución por la que debemos comenzar es por la Revolución de los revolucionarios y con ello, la Revolución de nuestras ideas y organizaciones. De no serlo así, el FMI, los organismos que financian el negocio de la pobreza a través de la No gobernabilidad y los organismos de la geopolítica regional y mundial apoyarán que la izquierda desarrollista y los aparatos financieros no gubernamentales gobiernen a nuestros países para volverles viables a la modernización globalizadora. Es en este sentido que el gutierrismo es una ideología de los grupos de gestión desarrollista que busca incesantemente hacerse y arribar al gobierno para contar con una super palanca para la gestión de la ayuda financiera para los varios tipos de desarrollo que se reproducen actualmente. Al amparo de esta ideología se ha abandonado la protesta por la denominada “propuesta” pretendiendo convertir a los pobres en gestionadores del desarrollo. El valor matriz de la espiritualidad Pachamama puede y debe inspirar nuestra mente y corazón para elaborar un Programa de Economía Social y Comunitaria al cual se podría candidatizarlo como forma de hacer OTRA campaña electoral, reunir fuerzas sanas, aliarnos interculturalmente, construir una fuerza social y política de reserva para ser actores de la vida pública del Ecuador y no caer en la trampa barata de los “salvadores” electoreros de la Patria. Pero la construcción de este Programa – y porqué no, de un buen Partido?- es para construir otro Ecuador a través de la autodeterminación, el autogobierno así como para la construcción de espacios de reunión tal si fuera el Congreso de OTROS diputados actuando en una Asamblea Social Intercultural Constituyente de derecho por el hecho libre de ser humanos y ciudadanos. En el marco de estas reflexiones y con el fin de hacer contrapeso al pretendido TLC es necesario hacer una nueva Reforma Agraria desde nuestras identidades y visiones cósmicas y no para la eficiencia económica y el desarrollo por más que se moteje de “sustentable”. De ahí que –para poner un solo ejemplo- necesitamos re-aprender el valor económico sagrado y solidario del agua a quien nuestras culturas propias la denominaron como Madre y que por su calidad de dadora generosa de vida para todos, no podemos permitir que se la rebaje a la condición de mercancía. La elaboración y consecuente autodeterminación de este programa no es para entregarlo a candidato alguno, como ya dije arriba, sino para aplicarlo y vivirlo apenas sea promulgado en el Registro Oficial de la soberanía social e intercultural y no en la “soberanía nacional” que a la sombra de la globalización y de la corrupción política, nunca existió. Si empujamos una dirección política desde estas, parecidas o, mejores reflexiones ya no podemos caer en la trampa ideológica de las posiciones pragmatistas que dicen: “no podemos quedarnos fuera de la realidad”; “no debemos permitir que gane la derecha”; “tenemos que votar por el mal menor”; “Tenemos que obtener puestos en el Congreso para impedir que pasen leyes antipopulares”; etc. Llegó la hora de romper este círculo vicioso a través de crear al sujeto político colectivo, que es social, intercultural, de clase, de géneros y generaciones desde una lucha política de deliberada automarginación y desobediencia pero tejiendo al otro Ecuador desde su legitimidad y en el hecho de la vida. Tenemos que construirnos como marginados, como disidentes de la formalidad legal politiquera, como forajidos humano-sociales para edificar un estado y realidad de bienestar integral. Que la campaña de los poderosos no nos convenza e involucre a todos y todas. Aquí todavía existimos desobedientes y hay suficiente espacio para los disidentes. Estamos autoconvocados a construir el proyecto RUNA- es decir un proyecto de Ser Humano- y esa es la Historia de otro poder, de otro saber, de otro tener y de otro celebrar. - Milton Cáceres Vázquez, aprendiz de Runa Rucuyaya En Tomebamba Santa Ana de los Ríos de Cuenca, amanecer del 24 de Marzo del 2006
Valle de Guapondelig
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