CMSI-Túnez:

Me cuidan mucho, me da miedo

18/11/2005
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Al llegar al Aeropuerto de Túnez, los participantes de la CMSI, fuimos recibidos amablemente por hombre trajeados, de pelo corto y señoritas uniformadas que nos acompañaron hasta los ómnibus, nos llevaron a hacer las acreditaciones y de allí a los hoteles. Todos muy amables. Tanta amabilidad que en realidad parece una forma de control. Al segundo día de estar en Túnez esto resulta evidente, nos están controlando. Tuve que salir de circuito de amabilidad-control para asistir a una reunión en Hammamet, un lujoso complejo de turismo internacional a 70 Km del centro, donde se hospedan muchos de los asistentes. Fui a Hammamet en los transportes especiales. La reunión no se hizo y entonces me encontré que estaba fuera del esquema de transporte-control, de la Cumbre. No podía volver porque no estaba alojado en ninguno de esos hoteles. ¿Cómo regresar? Taxi… Debía volver al hotel para desde allí ir a Le Kram, donde se realiza la Cumbre. Pero no fue tan fácil. El taxi compartido (tipo mini bus) me dejó en una “central de taxis” en el centro de Túnez, aunque lejos de mi hotel. Pregunté a un Policía uniformado cómo llegar e inmediatamente paró un taxi y después de una discusión en árabe el taxista aceptó la orden de llevarme. No tuve otro remedio que subir al taxi que me dejó a unas cuadras del hotel. Era evidente que no quería llevarme. Llego caminando al hotel. Después, una hora de espera del Bus con el que se puede ingresar al centro de conferencias donde se desarrolla la Cumbre. Desde el hotel nos llevan al centro de exposiciones Le Kram en ómnibus especiales, previo chequear nuestras credenciales. El ómnibus debe pasar por varios controles. Hacemos kilómetros por avenidas vacías y embanderadas, donde no circulan más que los vehículos autorizados. Nadie puede llegar a cerca de Kram sin credenciales. El despliegue policial es impresionante. Al mostrar las credenciales se van abriendo las vallas. Me doy cuenta que al abrirse para nosotros se cierran para otros. Se percibe que la población local convive con controles. Los hoteles están vigilados por policías de civil y con cordones o vallas en las calles. La policía, mayoritariamente de civil, esta siempre cerca, al igual que las fotos del Presidente Ben Ali. Quienes vivimos dictaduras militares sentimos aquí un olor a represión que nos resulta conocido. Esta vez yo tengo todas las credenciales y se supone que me cuidan. Me da mucho miedo. - Néstor Busso es vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica, ALER.
https://www.alainet.org/es/articulo/113560?language=es
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