Guerra preventiva

13/10/2005
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Las investigaciones realizadas hasta ahora, señalan que desde 1997 existe el compendio ideológico de lo que sería, un par de años más tarde, la base filosófica de la política exterior de EE.UU. Ese compendio o manual de orientación política de la corriente más derechista de los Republicanos ha sido denominado "El Proyecto del Nuevo Siglo Americano", convirtiéndose en la línea del gobierno para el dominio del espectro mundial. La propuesta de esta tesis se puede condensar en las frases razonadas, desde aquel entonces, por el actual Vice-Presidente Richard Cheney: "la primera misión política y militar de EE.UU., luego de la Guerra Fría, consiste en asegurar que ningún poder rival emerja en Europa, Asia y la desintegrada URSS". Cheney, junto a Donald Rumsfeld, Jeb Bush, Richard Perle, Paul Wolfwitz, Francis Fukuyama y Richard Allen, entre otros, son la expresión de la tendencia neoconservadora quienes además de haber elaborado "El Nuevo Siglo Americano" son gobierno hoy en día. Al llegar a la Presidencia de EE.UU., George Bush asume los postulados de esta tesis, y los lanza al mundo como fundamentos de su estrategia de Seguridad Nacional, a la que identifica como guerra preventiva. Ésta se soporta en los siguientes principios que sustentan su concreción: (i) neutralizar a los gobiernos que se oponen a los intereses norteamericanos; (ii) preservar el orden internacional que garantice la seguridad, prosperidad y principios existenciales de los EE.UU; (iii) mantener el control del mundo; (iv) dictar los conceptos rectores de los valores de la democracia norteamericana; (v) alcanzar el dominio del espectro global, lo que demanda: superioridad militar, control económico, político y estratégico de los continentes, países, mares y espacio sideral. La guerra preventiva es la prevención de los hechos. Evitar la ocurrencia de acontecimientos globales que puedan afectar a la superioridad norteamericana sobre el mundo. La guerra preventiva, exige "moldear las circunstancias antes de que las crisis emerjan, y frenar las amenazas antes de que lleguen a ser extremas". La guerra preventiva es la expresión clásica de la filosofía imperialista. Es lo que algunos analistas han denominado "la vuelta al fascismo en el puesto de mando del capitalismo mundial". La propuesta de la guerra preventiva, hoy en marcha, precisa que el mundo debe ser uno solo y estar gobernado por los EE.UU. La guerra preventiva exige al gobierno de los EE.UU., reasumir el liderazgo global indiscutido en el escenario unipolar, sustentado en su supremacía militar. Su ideología militarista se centra en el uso de la presión y persuasión basada en la fuerza militar como instrumento de la diplomacia, descartando que las relaciones internacionales sean reguladas por el derecho internacional. La misión pacificadora en el mundo y la carta contentiva de la armonía mundial tiene que ser diseñada e impuesta por el "liderazgo estadounidense y no el de la ONU". La guerra preventiva ha sido concebida para aniquilar cualquier resistencia que se interponga al dominio del espectro global. Haciendo uso de las premisas del "mundo libre, democrático y próspero", con la guerra preventiva EE.UU., subyuga al mundo imponiéndole la dictadura de la libertad, que no es otra cosa que el libre albedrío del inmenso capital concentrado en las más grandes corporaciones transnacionales. Hoy en día presenciamos las amenazas que sobre Venezuela se derivan de esta tesis. A la guerra preventiva hay que oponérsele con la guerra del pueblo. Por eso, la creciente escalada de acciones contra el gobierno del Presidente Chávez, nos obliga a fortalecer la conciencia revolucionaria. Entender que no es la coyuntura (Terrorismo, Afganistán, Irak) lo que determina la acción guerrerista del Imperio, sino su condición hegemónica de poder unipolar, tal como lo sostiene la guerra preventiva. La conciencia revolucionaria es lo más contundente que puede oponérsele a la guerra preventiva. Es el arma más poderosa del pueblo, para resistir los efectos destructores de la lógica irracional del dominio imperial. La conciencia revolucionaria es la base conceptual que induce a los sentimientos patrióticos y nacionalistas, soberanos y de justicia social. Es la que eleva el espíritu al combatiente para generar la voluntad inquebrantable de luchar hasta vencer. Es la sangre de la guerra del pueblo para batir a la guerra preventiva.
https://www.alainet.org/es/articulo/113251

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