País de Petróleo, Pueblo de Oro

13/09/2005
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Presentación Es motivo de especial satisfacción para Fundarte la edición de este libro de Luis Britto García, corformado por una colección de trabajos publicados inicialmente para la prensa. Más que artículos, el lector se enfrenta a pequeños ensayos, en los que la crónica del país (de los años finales del siglo XX a los primeros del siglo XXI), se nutre de la investigación histórica, el dato estadístico y el análisis socio-político, desde la posición del intelectual crítico, que muestra su compromiso contra las duplicidades de los factores tradicionales de poder, al tiempo que se esfuerza por mantener su autonomía, incluso frente a los que se presentan como portadores de los cambios. Los temas de los trabajos de Luis Britto incluidos en este volumen son diversos: la defensa intransigente de la soberanía ante los poderes mundiales, representados en el F.M.I., la O.M.C o las corporaciones globales; la crítica abierta del neoliberalismo, esa parodia del pensamiento de las ciencias sociales, obsesionado por hacer desaparecer el espacio de lo público y abatir la democracia, al reducir sus necesarias tensiones a la agenda sin borrones de los “hombres de negocios”. El lector podrá también encontrar en estos textos el desafío frente a las desigualdades, la ridiculización de la tramposería de las élites políticas de viejo cuño, que hacen méritos para ser reconocidos -utilizando palabras del autor- por “el único poder absoluto, hereditario y perpetuo de nuestra época: el dinero”. Luis Britto García pone en juego un modo de argumentación en el que los saberes contra los cuales se enfrenta se derrumban, incapaces de pasar la prueba, sometidos casi por reducción al absurdo, a la perplejidad de las paradojas en las que quedan atrapados, las cuales se desprenden de sus propias premisas. El adversario es tratado con respeto pero se le deja a la intemperie, libre de inútiles argucias. El humor y la ironía salpican el libro y se combinan con erudición y convicciones profundas. Al leer estos ensayos se obtiene información, se asiste a un debate sin maquillaje y uno sonríe. Sobretodo, se entra en contacto con una estirpe intelectual a la que es necesario alentar, brindarle espacios, para distribuir incomodidad y aprender a desconfiar de los juicios habituales de un pensamiento domesticado, tan provisto de oropeles como endeble. La contribución a mantener esa capacidad crítica, en medio de las desventuras y esperanzas de la ciudad en que vivimos, de los retos que enfrenta Venezuela en el nuevo siglo y de los dolores de un mundo, al cual se le quiere encerrar en el corral de un ideario conservador y cínico, es lo que justifica, en última instancia, la publicación de este libro, salido de la cabeza inquieta e industriosa de Luis Britto García. César Henríquez
Secretario General de Fundarte
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ÍNDICE - El compadre
- Pasión de los niños de Venezuela bajo el rey herodes
- Multiviaje
- El matrimonio de Fedecámaras y la ctv
- Modestas proposiciones
- Tres crímenes, tres demandas
- Doble tributación y conciencias bilingües
- Gracias Aes por apagón recibido
- ¿y a los venezolanos quién nos protege?
- Querido inversionista extranjero
- Cuando fallan los fallos
- Cómo muere un edificio
- Manual de instrucciones para montar
- Una política cultural
- Pesadilla con misses
- El cielo encapotado
- Los asesores
- La constituyente está envirada
- No se vayan que esto se compone
- Niños no juguéis al bogotazo
- Las torres que en el cielo se creyeron
- Todos somos excluidos
- La política cultural de la cia
- Esclavitud
- Democracia
- La teología de satanás
- Postsoberanos
- El desplome de las torres gemelas
- Osama Bin Laden se entrega a los Wasps
- Terrorismos
- Remember the maine
- Comenzó la cuarta guerra mundial
- Verdaderos calvarios
- Pesadillas
- Historias de la guerra
- La guerra
- Visión
- Golpe mediático y dictadura virtual
- Turba y sociedad civil
- ¡se alzan con tu negocio!
- Batalla por Pdvsa
- Barajitas repetidas
- El discreto encanto de la oligarquía
- Auge y caída del golpe mediático
- Caracas en tiempos del paro
- Paros útiles y grandes estadistas
- El paro de las ideas
- Salomón
- Las víctimas de la crisis
- El control
- Las llaves
- Las tareas revolucionarias
- De la ultraderecha
- La agenda oculta
- Soñar no cuesta nada
- Propósitos de siglo nuevo
- Los tribunales no encuentran responsables
- Regalos de año nuevo
- Alcaldías delincuenciales
- Absuelto el vicealmirante
- ¡Siglo XIX now!
- Los efectos de la burundanga
- Tratado de regularización de la guerra a muerte
- Pueblo de oro
- Gobernabilidad
- Ingobernabilidad
- Participación
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EL COMPADRE Año 9 TODOS ME LLAMAN LOCO por tirar un alzamiento a estas alturas. En vano les explico. Que el siglo y el sistema se acaban. Que el gran partido de masas murió de incumplimiento de promesas. Que su principal caudillo quedó fuera de juego. Que el fraude electoral deslegitimó al sistema. Que el Presidente se desprestigió al querer reelegirse. Que nadie da su vida para defender gobierno corrupto. Me miran con miedo. Unos pocos me siguen. ¿Estaré en verdad loco? Es tarde para pensarlo. La madrugada se nos echa encima. ¿Arrancamos, Compadre? me pregunta el Compadre. ¡Arrancamos! Y el que venga atrás que arree. Año 0 TODOS ME DICEN ÁGUILA INVICTA. Siempre Vencedor jamás Vencido, Titán de Acero y Luz de la Patria, porque con dos tiritos y al machete vencí en Tononó, Las Pilas, El Zumbador y Parapara y amarré el caballo en las ventanas de la Casa Amarilla. Ahora me dicen Presidente y Restaurador y Salvador de la Patria. ¿Lo seré? Lo que soy es un pelele, mientras quieran mandar como reyezuelos esas bandas de emperadores aldeanos llamados caudillos regionales. Cada cual pretende tener Constitución particular, ejército privado, paisito propio para entregárselos a los extranjeros. ¿Miento, Compadre? Vea vusté: apenas me siento en la Silla y ya se me alza el bandidaje: que si la autonomía de Oriente, que si la independencia de Guayana. Para que haya país necesitamos un solo gobierno nacional y para que haya gobierno nacional necesitamos un solo ejército nacional. Año 1 TODOS ME ACUSAN DE AUTÓCRATA porque no hay ejército nacional sin armamento y no hay armamento sin empréstito y no hay empréstito sin banquero y no hay banquero que no quiera mandar más que el Presidente y para que supieran quién manda los hice desfilar mecate al cuello desde la Plaza Bolívar hasta Caño Amarillo hasta que aflojaron los reales para el armamento y donde ronca ejército nacional con parque no hay caudillo regional con reumatismo. Año 2 TODOS ME DICEN JEFE porque en cuanto el banquero Matos se conchaba con los caudillos regionales y con una compañía asfaltera para entregarles el país a los extranjeros ahí mismito les doy meremere con pan caliente en La Victoria. Vea, Compadre, al banquero Matos picar los cabos con todo y sombrilla blanca en cuanto suena el plomo y aguaite cómo toda la caudillamentazón regional sale juyendo para que vusté le pueda poner después el parao en Ciudad Bolívar. Ya Venezuela es un solo país. ¿Cómo le parece al Compadre? Año 3 TODOS ME TILDAN DE SIMIO, MONSTRUO, mínimo bobito, salvaje, bárbaro e indiecito que no cabe en su cuerito en la prensa internacional porque me niego a pagar las reclamaciones exageradas de deuda externa. Los caudillos regionales derrotados y los banqueros fugados corrieron a meterse bajo la falda de las grandes potencias. Los acorazados de Inglaterra, Prusia e Italia bloquean nuestras costas. Los ingleses saquean La Guaira y Puerto Cabello. Los acorazados prusianos Vinneta y Panther bombardean el Castillo de San Carlos en Maracaibo. El general Bello les responde con cañoncitos viejos que se cargan por la boca. El Panther encalla. En Caracas todos lloriquean. Todos dicen que ante los acreedores de la deuda externa sólo cabe la rendición incondicional. Todos me creen tumbado. Todos consideran ridículo que me encierre con Eloy G. González a redactar una patriotera proclama que seguramente no tendrá efectos en estos tiempos de pragmatismo: “¡Venezolanos! La planta insolente del extranjero ha hollado el sagrado suelo de la Patria...” Año 3 y medio TODOS ME PROCLAMAN NUEVO BOLÍVAR, NAPOLEÓN REDIVIVO. Al conjuro de mi manifiesto los venezolanos, hasta mis acérrimos enemigos, se unen como un solo hombre contra el invasor. Ante nuestra posición irreductible, Estados Unidos disuade diplomáticamente a los europeos de la invasión. La pretendida deuda es revisada y reducida a menos de la mitad. El diplomático argentino Drago enuncia la doctrina que condena la intervención militar para el cobro de las deudas. He frustrado los sueños expansionistas de los europeos: para realizarlos quizá deban comenzar una Guerra Mundial. Sueño el restablecimiento de la Gran Colombia, sueño una unión latinoamericana de partidos liberales que nos permita enfrentar los desmanes de las grandes potencias. Sueño. Año 4 TODOS REPITEN MI CONSIGNA DE CAMBIO: “Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos”. Los nuevos hombres me consiguen mujeres, le dedican a mi esposa Doña Zoila el vals “Las madreselvas”, me pintan parecido al Libertador. Los nuevos ideales reforman la Constitución para que pueda reelegirme, a la voz de que “Bolívar ambicionaba la corona y no la merecía, mientras que Cipriano Castro la merece y no la ambiciona”. Los nuevos procedimientos son cargos, negocios, concesiones para los nuevos hombres con nuevos ideales, y correctivos para los demás. El mocito José Rafael Pocaterra me escarnece en un pasquín y va a parar al Castillo Libertador. Pío Gil escribe a escondidas una novela en mi contra. Los estudiantes hacen un desfile burlesco en homenaje a Alfonso Sacre, un pobre loco cubierto de medallitas, y les cierro la Universidad. ¿Soy sublime, o ridículo? Año 6 TODOS ME ACLAMAN Y PIDEN MI REELECCIÓN en cuanto amenazo con dejar el poder. No cabe duda: soy sublime. Y sólo el ser sublime puede permitirse rasgos ridículos, como la oratoria mayestática, la vanidad gestatoria, la francachela epónima y la indefinición programática. Veamos qué pasa si añado el nacionalismo. Año 8 TODOS ME MOTEJAN DE DICTADORZUELO desde que anulé el contrato abusivo con la Compañía Francesa del Cable Interoceánico, demandé indemnización a una compañía asfaltera y expropié a la empresa norteamericana Orinoco Steamship Company. Estados Unidos rompió relaciones. Me enfermé por exceso de brandy y de mujeres. Tuve que viajar a Europa a operarme. El Compadre Juan Vicente Gómez se alzó a mis espaldas apoyado por los yanquis y tomó el mando bajo la protección de las cañoneras estadounidenses Maine, North Carolina y Des Moines. Los nuevos hombres son los mismos del gobierno anterior, que ahora cuidan los intereses de Washington. Los nuevos ideales son los del inversionista extranjero. Los procedimientos siempre son viejos. Me anularon mis cartas de crédito. Vivo de unas prenditas que se llevó Doña Zoila para el viaje. Soy una sombra que peregrina por el Caribe. Sólo vivo para esperar el regreso. Año 17 TODOS ME SOLICITAN PARA QUE REASUMA EL MANDO porque hay Guerra Mundial y el Compadre disgustó a los Estados Unidos porque no quiere meter a Venezuela en la guerra contra los alemanes. Al emisario de la Casa Blanca le contestó: “Prefiero morir pobre y solitario como exiliado, a presidir una prosperidad custodiada por los Estados Unidos...”. Año 99 TODOS ME LLAMAN DE TODO, y quizá las palabras más duras son las que yo mismo me digo. Inútilmente. Estoy ya muerto. No sé si fui grande al conquistar el poder o al declinarlo. Pasó un siglo, o un día. Ahora soy apenas recuerdo, signo o advertencia. 30 de mayo de 1999
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PASIÓN DE LOS NIÑOS DE VENEZUELA BAJO EL REY HERODES Y el sanedrín anunció al rey Herodes que un niño había de ser el Salvador que librara a su pueblo de la esclavitud del Imperio. Y al oír esto Herodes se turbó en gran manera, y mandó darles tute a los inocentes desatando todas las plagas del gabinete de los fariseos. Y dijo el fariseo planificador: que nueve de cada diez padres sean pobres, y dos de cada tres niños desnutridos, y esta generación perecerá. Y propuso el fariseo sanitarista: que el colapso de los hospitales desate sobre ellos el cólera y el dengue, y la generación de la Agenda se extinguirá. Y amenazó el fariseo contratista: les lanzaré la panqueca fatal y la merienda de la muerte y los zapatos del mal paso, y después que salgan intoxicados nadie responderá. Mas no estaba Herodes satisfecho, y les dijo: No sólo de falta de pan muere el niño, sino por carencia de la palabra que le permite entender este mundo de Dios. Entonces dijo el filisteo del pénsum: Que sean excluidos de los programas de Primaria la Educación Cívica y la Geografía y la Historia y la Cultura, para que no sepan en qué país viven ni a quién se lo estamos vendiendo. Luego añadió el filisteo regulador de los horarios: Que padres y niños se levanten a las cinco de la mañana para esperar el transporte escolar. E interrumpiólo la filistea sicopedagoga proponiendo: Que después de ocho horas de clases sean atormentados con cinco horas más de tareas, con la recomendación de que se las corrijan sus padres muertos de fatiga. Acto seguido el filisteo neoliberal arengó: Repartámonos con los acreedores de la Deuda los dineros destinados al Preescolar, a la Primaria y a la Secundaria, y sólo quien pueda pagar los institutos privados se educará. Mucho se alegró Herodes en su corazón de mapanare eucarística ante los consejos que le daba la raza de víboras neoliberal. Mas reprochóles: Mientras sobreviva uno solo, y se eduque, ése podrá ser el Salvador. Ante lo cual ladró el fariseo administrador, agotado de exonerar impuestos a las transnacionales: Sin educadores no hay Educación. Neguémonos a pagarles los sueldos: morirán de hambre y con ellos la Instrucción Pública, Gratuita y Obligatoria. Tras lo cual graznó el fariseo parlamentario, fatigado de otorgarse autoaumentos de sueldo: Encarguemos al Banco Mundial un informe contra la Educación Superior, y luego traduzcámoslo como Proyecto de Ley Orgánica de Educación Superior para imponer la matrícula en las Universidades. Y rebuznó el fariseo embustero, exhausto de falsificar índices de inflación: A pesar de que ese informe del Banco Mundial reconoce que en las universidades públicas apenas cursa un 5,9% de estudiantes de clase alta, mintamos que allí sólo estudian multimillonarios. Con la excusa de cobrar aranceles al 5,9% de ricos, prohibámosle el Alma Mater al 21,7% de clase media, al 42,9% de media baja, al 27,1% de clase obrera y al 2,4% marginal. Mas, cuando creía Herodes haber enterrado a todos los inocentes en la ignorancia, un parloteo de niños tiernos lo desestabilizó. Y vio que su sanedrín era corrupción, y su palacio sepulcro blanqueado, y él mismo cadáver insepulto. Y las últimas palabras que escuchó fueron: -Los Herodes ladran, y los niños pasan. 4 de Abril de 1998
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MULTIVIAJE 1 La política editorial distancia tanto mis colaboraciones que para mantenerme al día publico diez artículos en uno. Cuando tenga más espacio que ideas escribiré trivialidades, o quizá cuando escriba trivialidades tendré más espacio. 2 La fase terminal de un país sólo admite dos industrias: la del hambre, impuesta por el miedo, y la del miedo impuesta por los que tienen hambre. 3 Nadie domina el sentido de los signos urbanos. Se sabía antaño que el canto de la pavita era de mal augurio, nadie conoce ahora qué presagia el celular que repica en medio de la boda, de la graduación, del sepelio. El canto del grillo alegraba; ignoramos qué anuncia la sirena lejana de la alarma. Tocaban algunos la joroba en busca de buena suerte: no se conocen las consecuencias de frotar la bolsa del recogelatas. Se consultan la borra del café y los astros: nadie descifra el pegoste de chicle en el asiento ni el reguero de basura en las aceras. Cuántas oportunidades perdidas para los nuevos educadores de las masas, los oráculos de las televisoras. 4 Inauguración del festival de teatro. Dos horas de espera. Nadie hace pasar anticipadamente al público. Nadie vigila. Nadie informa. Como sucede en todas las actividades del país, la cola crece por delante y terminamos de últimos los que estábamos de primeros. Al irnos, escuchamos la proclama del machismo cultural: a las mujeres y al público hay que maltratarlos, porque lo agradecen. 5 ¿Quítate tú para ponerme yo? ¿Me traicionaste cuando iba a traicionarte? ¿Plancha o muerte? ¿Yo era, pero ahora no soy? ¿No eras, pero ahora sí eres? ¿Cómo voy yo ahí? ¿Cuánto hay pa‘ eso? ¿Ni lo uno ni lo otro? ¿Ni tampoco lo contrario? Sin proyecto, no hay más que botín. Sin ideología, sólo hay conuco. 6 Si la literatura y la política están desprestigiadas, ¿por qué tratan de legitimarse en ellas tantos fugados de la Corte de los Milagros? 7 Oportunamente se reconstituye el Movimiento Más de lo Mismo, con los mismos hombres, los mismos ideales, los mismos procedimientos. Los de siempre exigen el mismo negro con diferente cachimbo y la misma guate del venado; mantienen la agitación necesaria para que todo continúe inmóvil y el impulso indispensable para no llegar a nada. Esta ceremonia se repite desde que el mundo es mundo. Continuará hasta lograr que ya no lo sea. 8 El neofederalismo le secesiona su litoral a Caracas, la tormenta La Niña se lo inunda, los privatizadores echan mano de lo que queda en pie y amenazan vender el aeropuerto. Las tres plagas modernas nos quitan a los caraqueños nuestros recuerdos, nuestro mar, nuestra comunicación con el mundo. Alquilo una avioneta, vuelo sobre los conos de deyección que sepultaron las playas donde nadé de niño. Aterrizamos en Las Aves entre torbellinos de gaviotas. Buceo en una tormenta de sedimentos anónimos. Caracas ascendió a capital gracias a su mar y a su puerto, dice la Historia. Dejará de serlo cuando se deje quitar el uno y el otro, concluye la lógica. Despegamos antes del crepúsculo. El día y un cadáver encallado en los arrecifes del Norte se disuelven lentamente. 9 Inevitablemente se llega al punto en que se han acumulado demasiados libros como para que sea posible leerlos o demasiado dinero como para que se pueda gastarlo o demasiado poder como para que se pueda oprimir más todavía y entonces se duda si dejarlo todo o si continuar adelante por automatismo. 10 Una interminable cola en la vida o en el festival de teatro, un colorido Polichinela que representa solo en la calle y luego pasa el sombrero, un gesto para abrir la cartera, unas palabras en francés de utilería que me detienen: Mais non, vous avez dejá donné beaucoup avec votres paroles, una faz pintarrajeada que se aleja. En toda una vida escribiendo no he esperado ni recibido nada. Alguien cuyo rostro esconden el maquillaje o la condición de lector me otorga más de lo que merezco. 15 de abril de 2000
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EL MATRIMONIO DE FEDECÁMARAS Y LA CTV Decía Kotepa Delgado que Fedecámaras y la CTV debían fusionarse en una sola organización. Lo único que había impedido convertir este contubernio en nupcias era su menage a trois con el gobierno en contra de la sociedad venezolana. Todos sabemos que hay empresarios productivos y sindicalistas consecuentes. Todos sabemos que hay de los otros, y quiénes son. Alianza obrero-patronal es un oxímoron. En nombre de tal desatino, durante más de medio siglo el gobierno traspasó a Fedecámaras la mayor parte del ingreso petrolero bajo la forma de subsidios, créditos blandos y contratos jugosos, sin que Fedecámaras desarrollara al país. Fedecámaras ni siquiera invirtió tal torrente de dinero en Venezuela. Hasta 1983 exportó 90.000 millones de dólares, causó el Viernes Negro y logró que el gobierno asumiera el costo cambiario de su deuda privada en el exterior; es decir, que la resarciera de los efectos de la crisis que ella misma había provocado. Durante el quinquenio inmediato, el gobierno vendió a Fedecámaras a 7 y a 15 bolívares los dólares que a los demás venezolanos nos costaban 35 y luego 100. Gracias a ello el gremio patronal fugó capitales quizá equiparables a los exportados hasta 1983. Hacia 1993, banqueros de Fedecámaras huyeron del país llevándose la mitad del circulante. El gobierno les regaló otro tanto en auxilios financieros, que los venezolanos pagamos con una nueva y brutal devaluación de la moneda. Con tal torrente de riqueza Fedecámaras ni siquiera creó una aceptable cantidad de puestos de trabajo. El pasado año cerró con un índice de desempleo del 13,5%. Parte importante de los empleados laboran para el Estado; 51,4% de quienes trabajan lo hacen en el sector informal, vale decir, sin patrono conocido. ¿Y qué decir de la CTV, organismo que no agrupa ni 12% de los trabajadores? Durante medio siglo sus sindicaleros nunca elegidos por las bases desfalcaron entidades como el Banco de los Trabajadores de Venezuela y colaboraron con patronos y gobierno en vender huelgas mediante laudos arbitrales, en mantener el salario mínimo por debajo de la canasta básica, y en legitimar latrocinios. El último de ellos está fresco en todos los bolsillos. En 1997 una comisión tripartita de gobierno, CTV y Fedecámaras despojó a todos los venezolanos de sus prestaciones sociales y de la doble indemnización por despido injustificado. Consecuencias: la ola de cesantías que aún no acaba, y que nos ahogará a todos si Fedecámaras logra que la Asamblea Nacional imponga su propuesta de sustituir toda relación laboral por trabajo a destajo. Todas y cada una de estas tropelías fueron legitimadas por los gobiernos de turno mediante leyes hechas a la medida de la CTV, o sea de Fedecámaras. No les conviene a los pocos centenares de dirigentes de la CTV, o sea, Fedecámaras, irrespetar leyes promulgadas por autoridades elegidas por 24 millones de venezolanos, porque 24 millones de venezolanos podríamos incumplir las leyes que protegen las propiedades, privilegios y prebendas de Fedecámaras, o sea la CTV. Ningún gobierno es perfecto, pero periódicamente elijo sus autoridades, a fin de que sus imperfecciones representen las mías. Nadie me consulta sobre la elección de las directivas de Fedecámaras, o sea la CTV; sus dirigencias sólo se representan a ellas mismas, o sea a sus intereses. Si pocos centenares de propietarios pueden cerrar el aparato productivo de un país, eso no significa que representen al país, sino que el poder de paralizarlo está peligrosamente concentrado en pocos propietarios. El poder corrompe, advierte Lord Acton, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Creo que el poder se corrompe cuando confisca las potestades públicas en servicio exclusivo de intereses privados. No es intelectual quien apoya al poder, se dice. No lo es ciertamente quien adula al único poder absoluto, hereditario y perpetuo de nuestra época: el dinero. 22 de diciembre de 2000
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MODESTAS PROPOSICIONES 1 Propuso modestamente Jonathan Swift que para librar de la pobreza a los niños indigentes se los recogiera, se los cebara y luego se los cocinara, tratamiento que consideraba más humanitario que dejarlos morir de hambre. Tres siglos después, revela la Unicef que cada año muere medio millón de infantes en el Tercer Mundo como consecuencia de la crisis de la Deuda. 2 Propuso humildemente el Partido Nacionalsocialista que para flexibilizar la fuerza de trabajo en Alemania se omitiera la remuneración, política bajo cuyos lineamientos secuestró cuatro millones de trabajadores esclavos para mantener la industria armamentista que perseguía hacer del resto de los seres humanos esclavos trabajadores. En reconocimiento de sus aportes al Derecho Laboral neoliberal, el ministro esclavista Albert Speer fue uno de los pocos grandes jerarcas nazis no condenados a muerte en Nuremberg, y posteriormente liberado de su prisión en Spandau. 3 Propuso inocentemente Rafael Caldera que para salvar a los trabajadores de la incomodidad de tener prestaciones laborales, éstas fueran negociadas por una comisión de sus enemigos, es decir, el gobierno, los patronos y los sindicalistas. A cambio de un aumento de sueldo que jamás se materializó, Convergencia retiró de la Ley Orgánica del Trabajo el derecho a recibir prestaciones de un mes de antigüedad por año de trabajo y calculadas según el último salario, y eliminó la doble indemnización por despido injustificado. Así abrió paso a la hecatombe de cesantías que minó el piso social de la Cuarta República, y es ahora invocada contra la Quinta. 4 Propone ingenuamente Fedecámaras que para poder crear empleo se le permita la contratación por horas, es decir, todo lo contrario del empleo. Desaparecería así el principal componente de la relación laboral –la estabilidad- y con él todo lo que la hace soportable: ingreso previsible, antigüedad, vacaciones, utilidades, preaviso, protección contra el despido injustificado, prestaciones. 5 Propone cándidamente Primero Justicia: 1) retardar 6 meses la estabilidad laboral 2) postergar un año los beneficios de las convenciones colectivas para los nuevos trabajadores 3) contratar con regímenes menos beneficiosos a los estudiantes universitarios y técnicos 4) rebajar a los patronos 500 unidades tributarias por cada 5 empleados 5) rebajar a los patronos 1% del aporte al Seguro de Paro Forzoso y Capacitación Laboral. Primero el patrono; la justicia después, o nunca. 6 Proponen candorosamente los banqueros que para que los trabajadores gocen de asistencia, eliminen los sistemas públicos venezolanos que los asisten, y se entreguen a la honorable banca extranjera. Esta fórmula tiene la ventaja de que perjudica a todos los interesados. A los trabajadores, que sólo tendrán asistencia cuando puedan pagarla, es decir, cuando no la necesiten. A los médicos, a quienes se convertirá en maquiladores, forzados a atender cincuenta pacientes diarios por una miseria y a financiar con ella locales, equipos y perfeccionamiento profesional. Y a los mismos banqueros, que apenas exigen por el manejo de las mutuales un aperitivo de 1.200 millones de dólares el primer año (el doble de lo que costará reconstruir Vargas) y modestas participaciones del 20% al 50% de lo ingresado, y que cuando huyan con la totalidad de los fondos se sacrificarán recibiendo auxilios financieros y pagando remitidos desde sus dorados exilios transnacionales inmunes a la extradición. Tendremos que romper muchos cristales a chinazos para desquitarnos. 7 Propongo modestamente que los movimientos políticos que quieran seguir la suerte del Partido Nacionalsocialista y de Convergencia –desaparecer- sigan sus políticas laborales. 19 de agosto de 2000
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TRES CRÍMENES, TRES DEMANDAS Resumo tres cuartos de siglo de vida económica en Venezuela: a partir de 1924, dependemos de los impuestos cancelados por las compañías extranjeras que explotan el subsuelo; desde 1976, vivimos de la industria petrolera que nacionalizamos gracias a dichos impuestos. Sintetizo tres cuartos de siglo de vida social en nuestra patria: las masas apoyaron a los gobiernos que redistribuyeron entre ellas parte de los impuestos cobrados a las empresas extranjeras, o de los dividendos de las industrias nacionalizadas gracias a ellos. Abrevio tres cuartos de siglo de vida política en el país: la redistribución que asegura el apoyo de las masas sólo fue posible mediante la defensa de la soberanía. Quien entrega soberanía también pierde el mando, como Carlos Andrés Pérez en su segundo período. Compendio el primer cuarto del siglo que comienza: quien pierde el derecho a cobrar impuestos a los inversionistas extranjeros pierde la economía. Quien abandona la redistribución es abandonado por el pueblo. Quien no quiere soberanía, tampoco quiere mando. No se trata de profecías. En este momento están aprobadas, sancionadas, publicadas en Gaceta Oficial tres trampas jurídicas que garantizan que perdamos el derecho a cobrar impuestos a los inversionistas extranjeros, a decidir sobre nuestras leyes tributarias y a conservar la soberanía. Va la primera. El 9 de noviembre de 1991 los Estados Unidos y Venezuela suscriben un Acuerdo para suprimir el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas por mar. La finalidad del flamante convenio es autorizar a Estados Unidos para abordar cualquier nave privada venezolana. Es decir, a invadir un vehículo que, según la Convención de Ginebra de 1958 es extensión del territorio venezolano. La cosa no acaba allí. El abordaje puede ser efectuado incluso en la Zona Económica Exclusiva, sobre la cual Venezuela ejerce soberanía económica. Por un protocolo posterior, se amplía el derecho de los funcionarios de Estados Unidos para abordar buques venezolanos desde naves o aeronaves de otros países, a su elección. El engendro jurídico remata con dos perlas: no lo suscriben el para entonces Presidente de la República, ni lo aprueba el órgano legislativo venezolano. Como hubiera dicho el multisápido Rómulo Betancourt: es como arroz con pollo sin pollo. Va la segunda. El 3 de octubre de 1999 se dicta un Decreto con rango y Fuerza de Ley de Promoción y Protección de las Inversiones. Entre otras flamantes violaciones de la Constitución Moribunda y de la Actual Bolivariana, autoriza a los inversionistas a prohibirle al Congreso mediante contrato que les suba los impuestos. También, a someter sus controversias tributarias a la resolución de árbitros distintos de los tribunales de la República. Va la tercera. El 5 de enero del 2000 aparece en Gaceta Oficial el Tratado contra la Doble Tributación. El funesto acuerdo autoriza a los inversionistas, profesionales, deportistas y artistas estadounidenses a no pagarle al Fisco Venezolano en todo o en parte las cantidades que deban con motivo de impuestos sobre sus ganancias obtenidas en nuestro país. Cuando un extranjero favorecido no esté de acuerdo con alguna decisión de las autoridades venezolanas sobre la materia, puede ignorarla sometiéndose a los tribunales de su país. Sobre estos tratados sentenció lapidariamente la Comisión Permanente de Política Exterior de la Cámara de Diputados que “si bien significan sacrificios fiscales para nuestra República, otorgan mayor rentabilidad a las inversiones extranjeras en nuestro país”. Mayor rentabilidad para los extranjeros, sacrificios fiscales para nosotros: el perfecto embudo por el cual puede escurrirse el futuro económico, social y político de Venezuela. No exageramos el peligro de estas inconstitucionales trampas jurídicas. Los hidrocarburos gaseosos pueden ser explotados por compañías privadas extranjeras. Pdvsa no puede ser privatizada, pero sus empresas sí. De continuar estas exenciones para inversionistas del exterior, con una pequeña modificación de los mencionados tratados podríamos terminar entregando nuestros hidrocarburos a los extranjeros sin recibir de ellos un centavo de impuesto. El amigo Fermín Toro Jiménez y yo hemos demandado ante el Tribunal Supremo de justicia la declaratoria de inconstitucionalidad de esas tres armas letales apuntadas contra Venezuela y contra todos y cada uno de los venezolanos. Sintetizo tres cuartos de siglo de vida cultural venezolana. Durante ellos, intentó pasar por intelectualidad una mafia de alquiladores de firmas, reposeros diplomáticos y personajes de la picaresca subsidiados por obras inexistentes. Pero intelectual es quien asume responsabilidad por sus opiniones y por el país. En eso estamos algunos. 29 de abril de 2000
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DOBLE TRIBUTACIÓN Y CONCIENCIAS BILINGÜES El 26 de enero de este año el periodista Andrés Rojas Jiménez recogió en la página A-2 de El Nacional declaraciones del entonces Superintendente del Seniat Eduardo Wallis, sobre un Proyecto de Convenio contra la Doble Tributación entre Estados Unidos y Venezuela. Informa Rojas que “para el caso de las empresas de Estados Unidos, con operaciones en Venezuela, Wallis señaló que reducirán su pago por Impuesto sobre la Renta de 35% a 15% y 5%. Aclaró que esa merma podría interpretarse como una menor recaudación de Seniat por ISLR(...)”. En artículo posterior, denuncié que la sanción de dicho Convenio por el Congreso permitiría a las empresas estadounidenses que operan en el país descontar de los impuestos debidos a Venezuela sumas que cancelen al Fisco estadounidense como tributos. Un lector insiste, por el contrario, en que “No es cierto que dicho tratado –o cualquier tratado de doble tributación –exima de pagar impuestos en Venezuela a las empresas –en este caso estadounidenses- que funcionen dentro de nuestras fronteras”. Volvemos sobre el asunto, no por llevarle la contraria a dicho lector –quien tiene derecho a mentir a favor de las transnacionales- sino para informar a los venezolanos, quienes tienen derecho a conocer la verdad para defenderse. El espacio impide reseñar los 30 artículos del Convenio. Comento algunos de los más abusivos. Según su artículo 8 “los beneficios de una empresa de un Estado contratante procedentes de la operación de buques o aeronaves en tráfico internacional sólo pueden someterse a imposición en ese Estado”. Por tanto, las compañías estadounidenses que operen naves o aeronaves dentro de nuestras fronteras no pagarán impuestos al fisco venezolano, sino al de Estados Unidos. Insisto en las tediosas pero verídicas comillas. El artículo 10 permite que los dividendos “pagados por una compañía residente de un Estado contratante a un residente del otro Estado contratante pueden someterse a imposición en ese otro Estado”. Léase: los dividendos pagados por una compañía residente en Venezuela a un residente de Estados Unidos pueden ser sometidos a tributación en Estados Unidos. El problema es que en virtud de ello el parágrafo inmediato limita drásticamente a porcentajes de 5% y 10%, según el caso, la tasa de los impuestos que el Estado donde reside la empresa –pongamos por caso, Venezuela- puede aplicarles. Estas limitaciones violan la soberanía tributaria que el título VIII de la Constitución atribuye a nuestro país. Los artículos 11 y 12 del Convenio coartan con parecidos límites de 5% o 10% según el caso la soberana potestad de la República de Venezuela de imponer tributos a las sucursales de empresas estadounidenses o a las regalías producidas en ella y pagadas a un residente de Estados Unidos. El parágrafo 3 del artículo 11 ejusdem declara exento de impuestos en un Estado el interés “pagado por ese Estado o una de sus divisiones políticas o una de sus entidades locales”. Se declara así libre de tributo el usurario cobro de intereses de la Deuda Pública, con el cual los acreedores extranjeros sorben magnitudes que oscilan entre un tercio y la mitad de nuestro ingreso público. Como consuelo, sabemos que tampoco pagarán impuestos a Estados Unidos los dos o tres venezolanos que posean títulos de la Deuda norteamericana. El artículo 24 pauta que “cuando un residente de Venezuela perciba una renta que, de conformidad con lo dispuesto en este Convenio, pueda ser sometida a imposición en los Estados Unidos, Venezuela deberá permitir la eliminación de la doble tributación a dicho residente”. Preguntará usted si puede ser considerada “residente de Venezuela” una empresa estadounidense. Bingo: según el artículo 4 ejusdem, sí. Luego: las compañías norteamericanas residentes en Venezuela gozarán de una “exención de dicha renta del impuesto venezolano” o de un crédito contra él. Cerramos con dos perlas. El artículo 25 impide a nuestro país favorecer a las empresas o personas nacionales con regímenes tributarios menos gravosos que los aplicados a extranjeros. Se ignora así la soberana potestad de proteger la economía nacional que confiere a la República el artículo 223 de la Carta Fundamental. El artículo 26 del Convenio pauta que quien suscite controversias sobre la aplicación del tratado “podrá someter su caso a la autoridad competente de cualquiera de los Estados contratantes”. Entes extranjeros decidirán las querellas tributarias venezolanas, violando el numeral 23 del artículo 137 de la Constitución, que atribuye al Poder Nacional la administración de justicia. Compare usted la desmesurada magnitud de las inversiones estadounidenses en Venezuela con la escasez de las venezolanas en el exterior, y sabrá a quién benefician estas exenciones.Mientras aquellos a los cuales Mario Briceño Iragorry llamó las conciencias bilingües continúen mintiendo, seguiremos informando. 12 de junio de 1999
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GRACIAS AES POR APAGÓN RECIBIDO Este artículo podría llamarse “Reflexiones a la luz de una vela”: lo escribo iluminado por el cabito de un cirio guardado desde el primer trienio adeco, cuando la electricidad fallaba puntualmente todas las noches a las siete. Después los venezolanos construimos el Guri para que nunca faltara la corriente; pero los accionistas mayoritarios vendieron la Electricidad de Caracas a la transnacional AES, y quedamos en las mismas. O peor, porque el apagón neoliberal trae efectos en cadena desconocidos para aquella época remota. En primer lugar, si el prodigio globalizador lo atrapa a usted en un quirófano, una máquina de diálisis, un teleférico o en cualquier otro mecanismo que requiera generadores de emergencia que nunca funcionan, sus reflexiones concluirán en el otro mundo. En segundo lugar, el apagón neoliberal tranca metros, ascensores, puertas y portones automáticos, dejando prisionera a media ciudad. De ñapa, se apagan las bombas del hidroneumático, por lo que la ausencia de luz equivale a la de agua. Congelador y nevera empiezan la cuenta recesiva que convierte alimento en veneno. Se desprograman o colapsan contestadoras, faxes y computadoras, por lo general con efectos irreversibles. Denunció El Nacional que un inoportuno corte eléctrico casi le impidió sacar una edición. Su queja podrían suscribirla bancos, agencias de viaje, articulistas: como los cobradores, el apagón siempre llega en el peor momento posible. De un solo leñazo el capitalismo salvaje postmoderno nos retrotrae a la Venezuela del candil y la lámpara de carburo. La noche dura doce horas y el apagón de libre mercado lleva diez. La vela chisporrotea y se extingue ¿Quién nos sumió de nuevo en esta pueblerina oscurana? A mediados de los años 60, terminaba el Estado una de las obras perdurables de la Venezuela contemporánea: la represa del Guri, planeada para darle energía a todo el país. A medida que las aguas ascendían desplazando venados y tragavenados, el Estado advirtió a las empresas de electricidad privadas que debían efectuar en sus equipos el cambio de frecuencia indispensable para revender los kilovatios del Guri. Una empresa privada, la Electricidad de Caracas, le dijo a la macha al Estado que ella ni frecuentaba cambios ni cambiaba frecuencia. Como si un importador de longplays se empeñara en que nadie podía usar CD porque a él no le daba la gana. En cualquier país civilizado esta malacrianza hubiera bastado para nacionalizar a la graciosa. En Venezuela el Estado, con nuestro dinero, le regaló, nuevos, a la Electricidad de Caracas todos los equipos de transporte, transformación y distribución de corriente necesarios para el cambio de frecuencia, más una planta de producción de energía, la Tacoa IV. Como premio adicional, se comprometió el Estado a venderle durante veinte años a la Electricidad de Caracas el kilovatio en una cifra miserable, sin reajustes por inflación, ni límite para el sobreprecio al cual ella nos lo revendía. El producto acumulado del negociazo que implica pagarle a la Electricidad de Caracas la corriente que el Estado genera, a tarifas diferenciales que hacen parecer inocente la distancia entre tasas activas y pasivas de los bancos, fue lo que la AES Corporation adquirió hace poco por ochocientos millones de dólares. Resultado: los accionistas mayoritarios de la Electricidad de Caracas traspasaron el control del servicio público de distribución de energía del centro del país a una corporación extranjera no domiciliada en Venezuela, perteneciente a la secta de los mormones. El interruptor para paralizar la capital de la República y sus ciudades satélites pasó al escritorio de un fanático religioso en Salt Lake City. AES redujo personal, pero no tarifas. Los apagones ya no son ocasionales, sino sistemáticos, perdón, “programados”. Y, en premio, la AES exige nueva alza de tarifas. Preguntará el lector: ¿los contratos de interés público se pueden vender y revender y renegociar en Venezuela como si fueran quincalla? El artículo 150 de la Constitución establece que su celebración, y por consiguiente su traspaso, requiere autorización de la Asamblea Nacional. Tal requisito no se cumplió. Por ello el amigo Fermín Toro Jiménez y quien suscribe demandamos ante el Tribunal Supremo que declare nulo el contrato de interés público de venta de acciones de la Electricidad de Caracas a AES Corporation. Recuperemos para Venezuela el derecho soberano de comprar directamente la electricidad que ella misma produce. Si no, quedaremos por siempre a oscuras, como en la canción que dice: Yo tenía una luz/ que a mí me alumbraba/ y venía la AES/ y me la apagaba... 16 de marzo de 2002
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¿Y A LOS VENEZOLANOS QUIÉN NOS PROTEGE? Ignoramos por qué adecos y copeyanos se afanan tanto en desestabilizar la administración actual. Rafael Caldera ya dejó instaladas dos bombas de tiempo capaces de desmantelar el gobierno más pintado. Ya denunciamos la primera, el proyecto de Tratado contra la doble tributación entre Estados Unidos y Venezuela. Si el Congreso llegara a sancionar semejante barbaridad, las empresas estadounidenses que operan en nuestro país pagarían gran parte de sus impuestos y a veces la totalidad de ellos en su país de origen, mientras que los nacionales les costearíamos la seguridad jurídica y los servicios públicos cancelando nuevos y abrumadores tributos. La segunda bomba de tiempo financiera es el proyecto de Tratado de Protección de Inversiones a ser suscrito entre Estados Unidos y Venezuela, que impedirá al gobierno de esta última proteger económicamente a las empresas o personas nacionales. Su artículo II obliga a Venezuela a otorgar a las empresas estadounidenses “un trato no menos favorable que el que otorga en situaciones similares a las inversiones en su territorio de nacionales o compañías de terceros países”. En tal forma se intenta dar cristiana sepultura al deber del Estado de promover el desarrollo económico y fortalecer la soberanía económica del país contemplado en el artículo 95 de la Constitución. Paz a sus restos. Y a los de economía nacional. El artículo III del proyecto establece que Venezuela no “expropiará o nacionalizará una inversión cubierta directa o indirectamente mediante la adopción de medidas equivalentes a la expropiación o nacionalización salvo que ello se efectúe para un propósito público, de manera no discriminatoria, previo pago de una compensación pronta, adecuada y efectiva”. Se intenta así coartar el derecho del Estado a expropiar bienes por causa de utilidad pública o interés social, y a diferir el pago o cancelar en bonos, previsto en el artículo 101 de la Constitución. Rogad por él. Y por nosotros. El detalle tiene su interés. El artículo XIII autoriza al inversionista extranjero a buscar un arbitraje (que podrá ser decidido por extranjeros) si considera que una “medida impositiva constituye una expropiación”. Estos árbitros lo favorecerán: cualquier hacendista sabe que todo impuesto es, en última instancia, una expropiación de bienes que se realiza por motivos de interés común. En Venezuela habrá venezolanos expropiables, que pagaremos impuestos, y extranjeros no expropiables, que no los pagarán. Pocas veces se ha enhebrado en un Convenio semejante colección de desvergüenzas. Así, el artículo IV obliga a Venezuela a “acordar restitución o pagar compensación en caso de que las inversiones cubiertas en su territorio sufran pérdidas con motivo de guerra o de otro conflicto armado, revolución, estado de emergencia, insurrección, disturbio civil o cualquier otro acontecimiento similar”. Nuestro país, es decir, cada uno de nosotros deberá garantizarles a los extranjeros lo que ninguna aseguradora en su sano juicio puede asegurar. Sobre todo si, según es lo más probable, dicho daño viene de una intervención de la contraparte en el tratado, la más fuerte y agresiva potencia militar de la Tierra. Los artículos del IX al XIII disponen el sometimiento de la República de Venezuela a cortes o tribunales arbitrales extranjeros, de acuerdo con leyes o principios de equidad foráneos. Se esculpe así la lápida para el artículo 127 de la Constitución, única defensa venezolana contra abusivas reclamaciones extranjeras como las que se materializaron en el bloqueo de nuestras costas en 1902. El ingenuo de turno argumentará que las ventajas recíprocas del Tratado compensarán tal entrega de nuestra soberanía. Pues no; en el “Anexo”, Estados Unidos se reserva el derecho de aplicar regímenes proteccionistas privilegiados exclusivos para sus nacionales en lo relativo a energía atómica, agentes aduaneros, licencias para transmisiones, common carrier o estaciones aeronáuticas de radio, becas, pesquerías, transporte marítimo y aéreo, banca, seguros, títulos valores y otros servicios financieros, televisión, audio digital e infinidad de otros rubros más. A Venezuela no se le reconoce el derecho de proteger a sus nacionales que se dediquen a tales actividades en su propio territorio. Pocas veces se había proyectado embudo legal más disparejo para privilegiar los intereses de una gran potencia en detrimento de un pequeño país. ¿Y a nosotros, quién nos protege? Si se llega a sancionar esta bomba de tiempo financiera, nadie. O nos protegemos a nosotros mismos, o nadie lo hará. 10 de julio de 1999
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QUERIDO INVERSIONISTA EXTRANJERO Anoche soñé con mariposas ¿Habrá sido este sueño de tu agrado? Después me levanté con el pie derecho ¿Habré cumplido tu voluntad? Me vestí con cierta angustia, porque a cada momento nos dicen que no debemos tener conductas que te desagraden. Aunque a veces no eres muy claro en tus antojos. Por ejemplo, ¿se disgustará el Merryl Lynch si me calzo con mocasines? ¿Le agradará al Money Market si me peino con carrera a la derecha? ¿Se enfurecerá el First National City Bank si desayuno con toronja? Sé perfectamente que para ti ciertas ideas son very bad, pero ¿cómo hago, Dios mío, para controlar mis pensamientos? Se me informa por radio, prensa y televisión que no te gustan ciertos candidatos, mas, ¿cómo eliminarlos, si nuestras imperfectas leyes no requieren el beneplácito de los inversionistas extranjeros para postularse? Ahí sí que te faltó velocidad. Fíjate que ya el Banco Mundial impuso un Código Orgánico de Procedimiento Penal para que los juicios se hagan como le gustan a tus abogados, orales y con toga. Date cuenta de que ya el Banco Mundial le impuso al Congreso un Proyecto de Ley de Educación Superior para que las universidades sean como tú quieres: reservadas sólo para los corruptos que puedan pagar matrícula. Reflexiona que ya tienes un Fondo de Inversiones de Venezuela que remata todos nuestros bienes para poder pagar intereses usurarios. ¡Ah!, y no pases por alto que ya te aprobamos una Ley de Arbitraje que permite someterse a árbitros del extranjero, a ver si como por casualidad los contratos con la República resultan sujetos a ese régimen en violación del artículo 126 de la Constitución. ¿Qué más se te ofrece? Intuyo que eres delicado. Sé que para contratar con la Nación exiges que te exoneren del Impuesto sobre la Renta y de los impuestos aduaneros y del Impuesto al Consumo Suntuario que pagamos todos los venezolanos. Conozco que no traes capitales, sino que le caes encima a industrias que nosotros creamos y financiamos, como la telefónica, la electricidad, la siderúrgica, las salinas, las navieras, las televisoras, las autopistas, las líneas aéreas. Verifico que tu mayor habilidad consiste en quebrarlas. Estoy consciente de que tu inversión te la pagamos a punta de aumentos de tarifas que casi resultan las más altas del mundo. No ignoro que la mayor parte de tu intervención en nuestra economía consiste en capitales golondrinas, que llegan, especulan, sin crear nada productivo y en cuanto recogen dividendos echan a volar. Me doy cuenta de que cuando montas una maquila es porque nuestros obreros te trabajan por la décima parte del precio de los de tu país, y encima sin prestaciones sociales. Deploro el hecho de que te pagamos más de la mitad del presupuesto en intereses usurarios que tú modificas y subes según te conviene. Concluyo que eres la peor plaga que le ha caído a este país, aparte de quienes te trajeron, te abrieron las puertas, te lo entregaron y quieren que los reelijamos para terminar la tarea. ¿Me fui de la lengua? ¿Te habrá disgustado lo anterior? ¿No vendrás, porque te miré feo? Dios quiera y la Virgen que cualquier cosa que yo haga o diga te aleje por siempre de este país a costa del cual vives. ¿Pero de verdad te vas a perder de este negocio porque no te guste un candidato, unas verdades o un articulista? Lo dudo. Creo que lo difícil para nosotros no es lograr que vengas, sino que te vayas 11 de julio de 1998
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CUANDO FALLAN LOS FALLOS De 20 magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, sólo 4 han sido profesores titulares en materias jurídicas. Apenas 6 fueron jueces superiores con 15 años en la carrera judicial. Solamente 10 culminaron postgrados y apenas 17 tienen más de 15 años de ejercicio de la abogacía. Ni uno solo reúne los cuatro requisitos objetivos que enumera el artículo 263 de la Constitución para ejercer sus cargos. En cuanto al requerimiento de tener reconocida honorabilidad y gozar de buena reputación, haga memoria el lector. Como los críticos literarios, los jueces pretenden estar por encima de todo juicio. A diferencia de aquéllos, encarcelan a quien los critica. Un examinador encontraría que en conjunto cumplen con menos de la mitad de los requisitos deseables para el ejercicio del cargo. Un pedagogo calificaría que, como cuerpo colegiado, no llegan al diez. Con la vara con que miden, podemos medirlos. Delicado privilegio es el de la infalibilidad. La de Herodes expiró con su fallo contra Jesucristo. La de la Iglesia no sobrevivió a la sentencia que condena a Galileo por decir que la Tierra se mueve. La del juez se anula cuando intenta anular la verdad. Varias decisiones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia han minado las bases existenciales de la República. Hace poco más de un año dicha Sala encontró legítimo un Decreto con fuerza de Ley de Promoción y Protección de Inversiones, de acuerdo con el cual los inversionistas pueden pactar por contrato con el Poder Legislativo los regímenes tributarios que más les convengan. Desde entonces hay dos categorías de contribuyentes en Venezuela: los privilegiados, que no pagan lo que deben gracias a un negociado inconstitucional, y los demás, que tenemos que pagar lo que debemos, y lo que ellos deben. Otra sentencia igualmente contraria a la razón y a la soberanía legitimó la evasión tributaria masiva de los extranjeros. La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia no encontró objeciones a un Tratado contra la doble tributación, que prohíbe inconstitucionalmente al Poder Legislativo Venezolano imponerles tributos a numerosas actividades económicas de los extranjeros en el país; fija límites a las tasas aplicables a otras, y permite a los estadounidenses pagar al Fisco de Estados Unidos la totalidad o parte de los impuestos que nos deben por ganancias obtenidas en Venezuela. Gracias al Tribunal Supremo de Justicia, los extranjeros no pagan en Venezuela gran parte de los impuestos que nos adeudan por ganancias obtenidas en el país, y en consecuencia tenemos que pagar por nosotros y por ellos. Con nuestros impuestos debemos garantizarles los servicios públicos, la seguridad jurídica, la educación y salud de sus trabajadores, sin recibir nada a cambio. El déficit fiscal, el incremento del IVA, el aumento y la prolongación del Impuesto al Débito Bancario, la nube de nuevos tributos nacionales, estadales y municipales y el anunciado endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional no son más que intentos de llenar este pozo sin fondo. No olvidó el Tribunal Supremo de Justicia arrebatar en ambas sentencias a la República de Venezuela su soberanía jurisdiccional, sometiéndola inconstitucionalmente al juicio de tribunales o juntas arbitrales extranjeras. Ambos fallos desmantelan los basamentos financieros e internacionales del Estado: de cualquier Estado. A ellos se une un reciente pronunciamiento de acuerdo con el cual la rebelión militar no tendría sanción. Con él se aniquilan los fundamentos políticos y jurídicos del Estado: de todos los Estados. De acuerdo con nuestro Tribunal Supremo, Venezuela no puede imponer impuestos soberanamente; no puede soberanamente resolver sus controversias en sus propios tribunales, no puede sancionar atentados violentos contra sus poderes. Que Dios se apiade de ella, ya que su tribunal no lo hizo. Tres fallos no pueden rechazar la existencia misma de toda una República. Más concebible es que toda una República rechace la existencia de tres fallos. 31 de agosto de 2002
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CÓMO MUERE UN EDIFICIO 1 Caminas contemplando edificios que alguna vez fueron modernos. En los años cincuenta eso significaba ventanas de claraboya y barandas de trasatlántico. En los años sesenta fue moda el concreto desnudo estilo viaducto. En los ochenta el vidrio negro tipo parabrisas de buseta. A partir de los noventa es moderno o mejor dicho postmoderno ensamblar todos esos estilos en un solo rompecabezas estético. Como nosotros, como las instituciones, como las ideologías, esos edificios fueron alguna vez jóvenes y con esperanzas. ¿Qué nos ha sucedido? 2 Si la primera ley del urbanismo caraqueño es que a lote vacío le sale torre, la segunda es que a torre inaugurada le toca buche de paloma. Así como el partido que nace revolucionario termina populista, los ventanales para dejar entrar luz concluyen afligidos con rejas para impedir que ingresen malandros. Así como en el país se suceden proyectos socialdemócratas y desarrollistas y neoliberales, en un mismo edificio alternan el enrejado de erizo con el enrulado rococó y éste con la fantasía de espagueti multicolor. Barreras tras barreras con timbres desconectados, alambradas deshilachadas, candados oxidados e intercomunicadores despanzurrados hacen al edificio, a la institución y a la ideología impenetrables para todos, salvo para los delincuentes. 3 Tanta reja, tanto parapeto, tanta barricada es necesaria para impedir que advirtamos que no queda casi nada del edificio, del partido o de la institución original. Pareciera que arquitectos o estadistas fabrican capotes, según la cantidad de remiendos que les tocan. Sobre la azotea de concreto nunca falta la ranchería de hojalata, ni sobre el plan redentor las concesiones del cortoplacismo. Jamás carece la primera planta de áreas comunes convertidas en tarantines, ni el presupuesto para gasto social de partidas secretas para ayudar a los compañeritos. En materos y espejos de agua sobra la basura, y en la proclama ideológica el ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario. Por la fachada crecen telarañas de tendederos y de retórica que sustituyen rótulos cuando no puede cambiar la realidad. 4 Como es por fuera, es por dentro, decía Freud. El edificio o el instituto escarapelado es el síntoma visible del colapso sistémico. Al visitarlos encontraremos el ascensor inservible, la rotación de cuadros paralizada, el sistema de bombas que sólo trabaja a las dos de la madrugada, las burocracias que funcionan sólo para perpetuarse, los ductos de basura taponados, los sistemas electorales manipulados, filtraciones en los pasillos, ausencia de control de metas, sótanos inundados con expedientes y animales muertos, pacotillas y sentencias subastadas. Instituciones y edificaciones gastan los fondos destinados a corregir esas ruinas en blanquear sus sepulcros con maquillajes perfectos. 5 A estas horas el edificio o la institución o la ideología, cual carro abandonado, está listo para el despiece. Así como en Parque Central intereses particulares tabicaron la mitad del estacionamiento colectivo para convertirlo en boutiques, la nómina mayor confisca el ingreso para sus privilegios. Igual que en el edificio promedio el abusador de turno monta su taller mecánico en el sótano, el ente cultural subsidiado deviene caja registradora. El avispado confisca el salón de fiestas para academia de secretariado, y el prohombre usa el instituto para la promoción personal o personalista de tribus, roscas, negociados. Sobre el penthouse se posa el zamuro multicolor del aviso luminoso; sobre la entrada la valla chillona que le tapa la vista a todos los apartamentos, sobre el friso la mugrienta pintura publicitaria y sobre la ideología la defensa incondicional de aquello contra lo cual fue originariamente formulada. 6 Si ante tantos desastres los usuarios siguen conformes, adviene el cataclismo de los usos no conformes. Edificio permisado como residencial concluye repleto de gestorías y apartamentos de citas, e institución sin fines de lucro encuentra su fin de tanto lucrarse. El vecino del 5-A martillea todo el día; la academia de cornetín del 11-B desafina toda la noche y los billares de la mezzanina tienen encendida la Rockola el año entero. El tribunal defensor de la soberanía exime a los extranjeros de pagar impuestos; el gran instituto educativo nacional deja a las trasnacionales dictarles sus políticas a cambio de créditos condicionados; el servicio gratuito se vuelve martingala de cobro de matrículas, contribuciones, tasas y tarifas. El edificio ya no les sirve a los usuarios; los usuarios no hacen más que servirle al edificio. 7 Un edificio o una institución son producto de un esfuerzo humano, y su decadencia resulta de un deterioro en el mantenimiento. Edificaciones, ideologías y sistemas terminan alojando como inquilinos a indiferentes que no se preocupan de lo que pasa y a pícaros que se aprovechan de la indiferencia para sacar su tajada. La democracia formal de la junta de condominio da paso al cogollo real que despacha, cobra, se da el vuelto y se guarda la propina. La mayoría excluida expresa su odio hacia los administradores destruyendo el objeto administrado. Quien no se orina en las escaleras tira piedras contra las ventanas o arranca lámparas de los pasillos o rompe botellas en las escalinatas. La gente decente huye. Se desploman cimientos e índices de credibilidad. El edificio queda listo para la orden de desalojo, la horda de invasores, la bola demoledora o la explosión social. Con los edificios morimos un poco quienes los construimos y habitamos. Así como muere un edificio, perecen una institución, un partido, un tribunal, una ideología, una sociedad. 18 de agosto de 2002
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MANUAL DE INSTRUCCIONES PARA MONTAR UNA POLÍTICA CULTURAL 1 Cada cinco años a estas alturas se repite la tragedia de quienes terminan por donde debieron comenzar. ¡El programa! ¡Hay que hacerle un programa al candidato(a)! ¡Qué fastidio! Resultado: de la reunión de varios compañeros enemistados en la rebatiña por las planchas sale un amasijo de propuestas incompatibles, porque a cada quien se le ocurre una cosa distinta. De repente llega una invitación para un foro en el Ateneo, y el coordinador se da la obligatoria palmada en la frente: –¡Ah vaina! ¡Se nos olvidó la cultura! Y entonces le echan esa broma a usted, poeta, que bregaba una diputación o una agregaduría, de encargarle redactar una política cultural, pero para ayer, poeta, quién aguanta a esos periodistas diciendo que no nos interesa la cultura. 2 Y ahora que lo pusieron en ese compromiso, poeta, no se le vaya también a olvidar a usted que toda política cultural es continuación de una política. Que a partir de la Conquista, unas y otras son extensión de un paradigma importado. Que en él se representa el proceso social como oposición entre vanguardias portadoras del paradigma foráneo y masas amorfas, retrógradas, bárbaras o genéticamente defectuosas a las cuales hay que civilizar mediante la prédica o la represión. Que por eso nuestras políticas culturales son idénticas a los regímenes que las imponen. Con la teocracia colonial, liturgia e Inquisición. Con la república, beatificación civil de los próceres devenidos oligarcas y de la desigualdad que les sirvió de pedestal. Con el liberalismo, adoración laica hacia poderes públicos plegados a una seudomodernización europeizante. Con el positivismo, canonización del Gendarme Necesario predestinado para corregir a peinillazos las supuestas taras genéticas del pueblo. ¡Hasta la política cultural populista ha sido fiel reflejo de sus regímenes: un proyecto de colaboración de clases, legitimado con los signos externos de la tradición cultural popular y sostenido por la dádiva! 3 Mucha generalidad, poeta, pero mire, aquí hay un argumento que lo puede poner en la buena con el candidato(a). Fíjese que con cada gran movimiento político viene un auge cultural: con los aztecas las pirámides, con la conquista el arte religioso, con la revolución mexicana el muralismo y el auge editorial; con la revolución cubana la literatura y el cine. La cultura es el índice más visible de la importancia del proceso político. Y con usted, que es un candidato(a) de primera, tiene que venir una cultura de primera. Dígalo ahí. 4 Y no me venga que con más de lo mismo, mire que a rey muerto, política cultural depuesta, y nuestro candidato(a) es el candidato del cambio, échele coco, poeta, redácteme una cosa sobre la política cultural del cambio, que eso amarra votos. 5 ¿Pero cuál cambio, poeta? le van a preguntar los periodistas. Y ahí sí lo voy a ayudar con una respuesta categórica: Depende. El sector que con mayor avidez aspira a asumir el relevo del populismo es el gran capital financiero transnacional y nacional. Espera mandar apoyándose en el autoritarismo civil y militar y en el control de la opinión que le facilita su propiedad de buena parte de los grandes medios de comunicación. Si pudiera sumar la dictadura política a la dictadura económica que actualmente ejerce, al igual que lo ha hecho en otros países de América Latina, impondría una política cultural basada en: 1) El mercado como único asignador de bienes culturales, los cuales sólo estarían disponibles para aquellos capaces de pagar la cotización. 2) Una concepción del pueblo venezolano como masa laboral “improductiva” o “rentista” a ser “modernizada” mediante rigurosa disciplina policíaca, y “globalizada” aniquilando su identidad a través de la industria cultural. 3) Un gestor político que use la violencia pública en favor de los grandes intereses privados nacionales y foráneos, y 4) Una continuación restringida y selectiva de la política de paz intelectual mediante la dádiva a favor de los creadores y artistas que con mayor fervor se callen la boca. 6 Noo, ya sé, poeta, que eso no se puede decir tan clarito. Bueno, ¿y por qué no dice lo contrario? Podría haber otro proyecto político y cultural alternativo. Pongamos que se postula: 1) El valor de uso y la solidaridad social como asignadores de valores económicos y culturales al alcance de las mayorías productivas. 2) Una concepción del pueblo venezolano como activo y participativo, dotado de poderes creativos en lo material y lo cultural. 3) Un sistema político garante de la soberanía y la igualdad social. 4) Un estímulo a las potencialidades creativas del pueblo en lo económico, lo social, lo político y lo cultural. 7 Si uno se decide por esas premisas, su política cultural debería apoyar la formación, el perfeccionamiento y la seguridad social de intelectuales, artistas y promotores culturales. Ampliar el papel que corresponde al Estado docente, incluyendo la difusión y la creación cultural en todos los niveles y ramas del sistema educativo. Debería garantizar a la comunidad el acceso a los bienes culturales y la disponibilidad de medios de comunicación de servicio público y de difusión cultural. Debe reestructurar los organismos del ramo para mejorar su eficiencia y reorientar sus actividades de una concepción espectacular y académica del hecho cultural, a una concepción amplia y creativa de éste. Debe utilizar instituciones educativas y medios de comunicación como vehículo para difundir los valores de la identidad nacional, de la diversidad cultural de nuestro país y de la preservación de su patrimonio artístico e histórico. Debería, en fin, coordinar las instituciones públicas y privadas para que cooperen en el logro de estos objetivos, y completar, concordar y sistematizar la normativa aplicable al sector. Es decir: contra paz social, participación; contra paz sindical, lucha de clases; contra paz intelectual, crítica creativa; contra cultura de la despolitización, política cultural. 8 ¿Cómo? ¿Que eso quedó medio fuertecito? No se preocupe, poeta. Entonces vaya y diga dos generalidades, y más de lo mismo, y si lo ponen en ridículo, explíquele al candidato(a) que eso de la cultura no da votos. 9 de septiembre de 1998 PESADILLA CON MISSES Contratan en la Asamblea Nacional a Osmel Souza para que organice el concurso de Miss Ley Bellísima de Venezuela. Todo un equipo de cirujanos plásticos, ortodoncistas y ortopedistas remienda lo viejo para que parezca nuevo, calca lo que parece bonito en el ámbito internacional. Al fin desfilan las leyes, maquilladas, teñidas, peluqueadas, cosidas, injertadas, artificiales, plásticas, deslumbrándonos con artificial silicona jurídica y perfección de Barbies sin la menor relación con el mundo. Como las misses, las leyes son cuanto más bellas más inalcanzables. Cuanto más hermosas son, se expresan en peor castellano. Cuanto más despampanantes, más inabordables. Las custodian fastidiosas chaperonas leguleyas para que nadie pueda ponerlas en práctica. Su función es las relaciones públicas: la apariencia de que funciona lo que no funciona. Su destino es terminar compradas por algún ricacho o algún tahúr que acabará con ellas. Su frígida belleza ni siquiera atormenta. Sabemos que no son para nosotros los seres reales. Ninguna nos consolará en nuestra indefensión, nuestro desamparo, nuestro barranco en una noche tan linda como ésta. 23 de marzo de 2003
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EL CIELO ENCAPOTADO LA MISS Y EL COMANDANTE 1 Un grave dilema escinde la conciencia nacional. Como en los tiempos de indígenas contra conquistadores, de patriotas contra realistas, de liberales contra oligarcas, de ñángaras contra proyanquis, de caraquistas contra magallaneros, la fanaticada se polariza entre la miss y el comandante. Las razones sobran. Irene es Yin, Chávez es Yang. Irene es la Bella, Chávez la Bestia. Irene es rubia plástica, Chávez moreno sabrosón. Irene es sifrina, Chávez balurdo. Irene es coctel de camarones, Chávez pisillo de chigüire. Irene es champán rosé, Chávez es gorro e tusa. Irene es Osmel Souza, Chávez es Simón Rodríguez. Irene es Una noche tan linda como ésta, Chávez es Corrido de Maisanta. Irene es Barbie, Chávez es talla de artesano merideño. Irene es disco music, Chávez escobillado. Irene es pasarela, Chávez desfile. Irene es aire acondicionado, Chávez olor a mastranto. La una es Chacao, el otro es Catia. Ella es Daktari, él es caimanera. Irene es transnacional, Chávez nacional. Irene es Alvarez Stelling, Chávez es Francisco Mieres. Irene es Consolidado (ahora CorpBank), Chávez Ipsfa. Irene es estrato A y B; Chávez es C, D, E, F y los que sigan saliendo. Irene es ya; Chávez es por ahora. Irene es liquiliqui, Chávez también. Irene no suelta programa, Chávez tampoco. 2 En otras palabras, en la Venezuela postmo de los noventa renace el dilema que atormentaba a las damas antañonas de la Caracas de los cuarenta: Oli Clemente para la gente decente, Yolanda Leal para la gente vulgar. La miss representa todo lo que la clase media soñó obtener sin esfuerzo; el comandante emblematiza la rabia de que después de tanto esfuerzo no tengamos más que sueños. Un asesor electoral recomendaría el matrimonio de la una con el otro, para formar una pareja imbatible al estilo Evita y Perón. Sería el nuevo puntofijismo, el incomparable más de lo mismo, el Guiso Necesario que apodan acuerdo nacional. 3 ¿Por qué dos outsiders han puesto a jugar banco a los grandeligas de la política? Más vale preguntarse qué otra posición pueden jugar los cadáveres insepultos. Mientras éstos se desgastan negándoles a las masas los privilegios de los cuales ellos usan y abusan, la miss y el comandante representan las dos rupturas cruciales de la Venezuela contemporánea. La miss simboliza el adiós femenino a la domesticidad. Proceso que los economistas celebraron con bombos y platillos llamándolo la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, y que sus víctimas resintieron como imposición de la doble jornada: en la fábrica como fuerza laboral subpagada y en el rancho como sostén del grupo familiar. La miss demuestra cuán glamoroso podría ser este proceso remodelado por la magia de las relaciones públicas: corona internacional por el glamour más éxito financiero por el hechizo más triunfo político por el sex appeal más gloria académica por el encanto más victoria sentimental pero, eso sí, sin tripones y sin marido desempleado. La miss alimenta la ilusión de que en el espantoso mundo de las relaciones laborales la mujer seguirá jugando la misma carta mágica que durante milenios la mantuvo atada al fogón. 4 El comandante representa la ruptura con la institucionalidad: con esa democracia formal que lleva cuarenta años prometiendo volverse democracia económica y social para terminar convirtiéndose en oligarquía caníbal. Añadamos que esa institucionalidad impunemente sepultó desaparecidos en los Teatros de Operaciones y masacró ciudadanos inermes el 27 de febrero. Hasta que el 4 de febrero se levantó alguien con un motoblindado atrás, asumió la responsabilidad de sus actos y mandó a la ducha al mandadero del Fondo Monetario Internacional. 5 A estos dos estilos de vida o candidaturas se les ha dado el tratamiento de amenazas públicas. Ambas son víctimas de proyectos liquidatorios. A la miss que se dice apolítica le ha dado el beso de la muerte la antología de perdedores de ese relleno sanitario politiquero que se llama el Cuánto hay pa‘ eso: ex presidentes, ex banqueros, prebanqueros, ex candidatos, precandidatos, politólogos de siete suelas... Cada una de esas caras en torno a la miss es un punto menos en las encuestas. ¡Hasta el desifrinador de imagen que puso a dormir en un rancho a Eduardo Fernández ya la tiene haciendo cuñas en callejones marginales, sin percatarse de que la credibilidad de Irene es inversamente proporcional a su cercanía a una pared de bloques sin frisar! 6 Al mismo tiempo, al comandante lo acosa la plaga llamada el Cómo quedo yo ahí, lanzándole conchitas de mango como éstas: Comandante, cuelgue ese liquiliqui tan vernáculo. Dése un paseíto por Washington y regrese hablando inglés. Véngase al Iesa para que le pasemos una fotocopia del Acuerdo de sombra. Desayune con nosotros en el Opus Dei, pero eso sí, en el ala reservada a las cachifas. Cuádrese con el ajuste macroeconómico, mire el bien que eso le hizo a Osvaldo. Ya está bueno ya de nacionalismo. Neoliberalismo con energía, comandante. Guarde para nosotros las tajadas, que el pueblo se contenta con promesas. ¡Bien saben que el carisma de Chávez concluirá abruptamente el día en que sea visto bailando pegao con un banquero! 7 Así como la miss es la potranca que se pasó al corral de los potros, el comandante es el garañón que saltó la talanquera y cogió sabana hacia el horizonte lleno de peligros, de acechanzas y de libertad. Inquietantes figuras simbólicas surgen en el momento en que lo institucional ha perdido su capacidad de convertirse en objeto del deseo. Los ídolos son la forma en que una sociedad se representa las transformaciones que abren camino a su futuro. Desgraciado el sistema que ha perdido la capacidad de generarlos. 12 de abril de 1998
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ÉL Él es el protagonista de la política electoral. Él es el protagonista de la política. Él es el protagonista. El otro candidato. El otro. Él. Mientras menos quieren nombrarlo más aluden a Él. Mientras más quieren alejarlo más presente lo tienen. Mientras más quieren que lo olvidemos más nos lo recuerdan. La separación de elecciones es contra Él. La asistencia masiva a las elecciones separadas es por Él. El tráfico de componendas para la elección presidencial es contra Él. La cuña del gobierno con música triste y 4 de febrero es contra Él. La cuña partidista con música trágica y 4 de febrero es contra Él. La cuña del canal colombiano con himno de Ilan Chester que confunde “vil egoísmo” con protesta popular, es contra Él. Como no pueden borrarlo quieren satanizarlo. Él mira feo. Él no es exquisito. Él no tiene visa. Él no está en el guiso. Él come niñitos chiquitos. Él es el coco. Él es el caos. Él es el acabóse. Él es el cogeculo. Él fríe cabezas. Todos contra Él. Él es el culpable, de todas sus angustias, de todos sus quebrantos. Cada vez que lo atacan, le hacen ganar votos a Él. La única forma de acabarlo, sería que lo apoyaran a Él. Ella La mejor forma de meterse con Él sin nombrarlo es atacarla a Ella. Ella no atrae los inversionistas. Ella no atrae el capital golondrina. El solo nombre de Ella acabó con el trabajo, con el empleo, con la estabilidad y con la abundancia (de Ellos). Ella es una colección de semáforos casi tan enredada como el tarjetón. Ella los confunde. Ella los desespera. Ella es la plaga. Ella es la Némesis. Ella es el diluvio. Ella es el Apocalipsis. Ella es el fin del mundo. Ella es la enemiga. Ella es la soberana voluntad constituyente del pueblo. Con razón Ellos le temen a Ella. Ellos Ellos malversaron. Ellos robaron. Ellos se enriquecieron. Ellos dilapidaron el monto de cinco planes Marshall. Ellos empobrecieron. Ellos endeudaron. Ellos refinanciaron. Ellos prometieron. Ellos mintieron. Ellos entregaron. Ellos vendieron el país. Ellos mataron voto. Ellos mataron votantes. Ellos pusieron a votar a los muertos. Ellos son políticos que no son políticos. Ellos son partidos antipartidos. Ellos son adecos que no quieren parecer adecos. Ellos son copeyanos con pena de decir que son copeyanos. Ellos son los mismos. Ellos son más de lo mismo. Ellos no cambian, ni siquiera en seguir ofreciendo el cambio. Ellos aceptan el cambio siempre y cuando nada cambie. Ellos ofrecen cambio en democracia, cambio radical, cambio de sexo, cambio y fuera, cambio que no es cambio. Ellos no entienden que el cambio empieza por Ellos. Ellos no sueltan la teta. Ellos no aflojan el coroto. Ellos no le dan un chancesito a nadie. Ellos son vitalicios. Ellos son perpetuos. Ellos son hereditarios. Ellos aceptan elecciones sólo para seguir Ellos. Ellos toleran candidatos mientras sean lo mismo que Ellos. Ellos dicen que si Ellos pierden hay golpe. Ellos dicen que los militares no aceptan más gente que Ellos. Ellos dicen que las transnacionales sólo los quieren a Ellos. Ellos presentan su pillaje como orden a preservar. Ellos tienen de su lado a los que son como Ellos. Ellos quieren gustarnos a juro. Ellos son como Jalisco, que si pierde la arrebata. Ellos dicen que si pierden se van. Ellos no pueden con Él ni con Ella. Ellos están tratando de vendernos el miedo que sienten Ellos. They Muérete, They are going to fly to Miami. Cágate, They are going to change Las Mercedes by Fort Lauderdale. Frúncete, They are no more going to rustiquear por las inmediaciones del Sambil, el Hagen Dasz y el La Güess. Prívate, They are going to cancelar el desfile de Casablanca en la Quinta Esmeralda para lanzar la moda de chaqueta negra de poliéster Disip con mocasines negros de patente y medias blancas. Cáete de culo, They are going to quedar de lo last cuando les nieguen las visas de residentes y se tengan que quedar aquí de sifrinos criollos hispanos, qué raya. ¿Quién? ¿Quién prometió que no se doblegaría ante el Fondo Monetario y terminó entregándole hasta el alma? ¿Quién premió con auxilios financieros a los banqueros que saquearon el país? ¿Quién se aseguró de que durante cinco años de gobierno ninguno fuera castigado? ¿Quién aniquiló el bolívar devaluándolo de cien a 560 por dólar? ¿Quién regaló nuestra Siderúrgica a las transnacionales? ¿Quién subastó a las transnacionales nuestra autopista Caracas-La Guaira? ¿Quién tiene el dinero de esas ventas? ¿Quién trajo al Papa para que bendijera el robo de las prestaciones sociales de los trabajadores? ¿Quién desapareció el pago doble de prestaciones para el despido injustificado? ¿Quién presentó ante el Congreso un Proyecto de Ley de Educación Superior redactado por el World Bank que dispone acabar con la Educación Gratuita? ¿Quién está gastando nuestro dinero en cuñas para convencernos de que esta raspada de olla debe ser confundida con estabilidad? ¿Quién apoya a quién? Nosotros Nosotros vivimos en el país más rico de América Latina y somos casi el pueblo más pobre de ella. Nosotros vemos que el 85% de la riqueza la acapara un 15% de privilegiados, dejando el 15% de la riqueza para que se la distribuya el 85% de la población. Nosotros vemos que la mitad del ingreso público se gasta en intereses de una Deuda que no contrajimos y mucho menos gastamos. Nosotros vemos preparar la venta de nuestra industria petrolera. Nosotros vemos entregar la soberanía del único país que tenemos. Nosotros hemos ido perdiendo los derechos al trabajo, a la salud, a la educación, a la seguridad social, a la administración de justicia. Nosotros somos convocados sólo para legitimar ese estilo de reparto. Nosotros somos embaucados o masacrados cada vez que lo objetamos. Nosotros estamos cansándonos. Yo Yo pienso que alguien se convierte en Él cuando representa lo que deseamos Nosotros, aunque a Ellos les duela. Quien se pasa para Ellos queda vuelto nada o nadie o quién. Tú Tú te estarás preguntando por qué en vez de nombres o prohombres menciono puros pronombres. Si reconociste a cuáles me refiero, es porque en el fondo Tú y Yo estamos de acuerdo. ¿Por cuál irás a votar? 22 de noviembre de 1998
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LOS ASESORES El fabricante de carismas hace sus maletas. Ahora el candidato no lo quiere ver ni en pintura. Otra cosa era cuando lo contrató. Entonces lo buscaba como monedita de oro. Asentía cuando el asesor le explicaba que todo político urbano debe disfrazarse de caudillo rural. Pero cómo le damos a usted olor de bosta de vaca y aroma de mastranto, candidato. A usted que nació con cucharilla de plata en la boca y diploma de Oxford bajo el brazo. Cómo darle sabor de arepa con chicharrón a esa boquita que sólo se apertura para el tenedor de escargots. ¿Y cómo prestarle emoción criolla a la entrega de Pdvsa a las transnacionales sin ese álbum de barajitas de símbolos de la nacionalidad? ¿Sin arco de Carabobo, caballo blanco del escudo y el pañuelo tricolor? ¿No fue un milagro quitarle ese casimir de Harrods y endosarle esa indumentaria negra de Disip, para que viniera a estropearla usando medias blancas con mocasines negros? ¿Uno no pasó las de Caín fotografiándolo con especímenes del pueblo y hasta raperos malandros para que después su merced saliera con esos arranques de mantuano a regañar periodistas? Antes de cerrar la agenda electrónica, el asesor anota una nueva ley de los medios: campaña que exalta lo que el candidato no es, termina no siendo. El inventor de promesas no sale de su asombro. Nunca había fallado aquello de que con los adecos se vive mejor, y los ofrecimientos de cien mil casitas y seguridad, prosperidad y atención hospitalaria y calles sin huecos y dádivas y pare usted de contar. Al salir de su cura de sueño, el inventor de promesas garrapatea en un récipe otra nueva ley de los medios: Credibilidad de promesa es igual a la de quien la ofrece. O sea: pueblo engañado huye de promesa fría. El remodelador de imagen recoge sus papeles. Habla solo: lleva meses hablando solo. Yo le reconstruyo cualquier imagen, dígalo ahí, pero primero tiene usted que darme una. Ahora, explíqueme cómo le remiendo lo que no existe. Primero, que al candidato no lo conoce nadie, ni siquiera quienes lo postularon. Segundo, que nadie lo ha oído hablar, porque parece que no habla. Tercero, que no se puede fotografiar, porque se desarma. Cuarto, que cada vez que va a declarar le da una ausencia, y en su lugar uno tiene que fotografiar una muchacha o una vieja, y ponerla allí en la cuña como si la candidata fuera ella. Quinto, que uno les plantea que si no se puede promocionar al candidato promuevan al partido, y le dicen que el partido da más pena mostrarlo que al candidato. Sexto, que cuando por fin uno tiene al candidato allí amarrado para filmarlo, y a un imitador que lo va a doblar para pronunciar una consigna, vienen ustedes y lo expulsan, y hay que decir que el salvador de la patria es ahora un canalla. Séptimo, que para la próxima anoto esa nueva ley mediática: Campaña que no muestra candidato termina no teniéndolo. Melancólicamente recoge su hardware y su software el experto en antipolítica. Los ejecutivos que desmantelan el anticomando de anticampaña ni le dirigen la palabra. Y eso que me apunté un antitriunfo, medita el experto. La meta de la campaña era persuadir al elector de que no éramos un partido, y lo persuadimos. La meta de la campaña era convencer al elector de que la candidata no era un político, y lo convencimos. Ahora, que el elector haya dado un antivoto por el partido antipartido y el político antipolítico, me tiene antiparabólico. Déjame anotar de todos modos: Si haces campaña a favor de Nadie, nadie votará por él. Fatigado recoge sus bártulos el asesor en campaña sucia. Ni antes ni después me saludan, pero a la hora de la verdad todos me buscan, masculla. Sólo que con los materiales que me dan, cómo hago para ensuciar ni siquiera un traje de primera comunión. Díganme cómo asusto al pueblo repitiendo imágenes del 4 de febrero, cuando el 4 de febrero sólo espantó a los corruptos. Repítanme despacito eso de que el pueblo se morirá de miedo con el chiste de que los sifrinos se irán para Miami, y después resulta que se muere de risa. Explíqueme usted cómo aterrorizo al elector mostrándole sartenes para freír cabezas de ladrones, cuando quienes le tienen miedo a esa fritanga son los ladrones. No te pierdas esas proclamaciones de que con la Constituyente vas a perder tu estabilidad y tu prosperidad, cuando aquí lo único próspero es la corrupción. Pero lo que se le habrá ocurrido a su abuelita es eso de meterle pánico a un público adulto con el cuento del Lobo Feroz. Menos mal que uno nunca da la cara. De todos modos, aquí les mando una nueva ley mediática: Campaña hecha por sucios, limpia. Desabridamente musitan despedidas los asesores de más de lo mismo para los mismos. Con flojo apretón de mano se despide el experto en trampajaulas que descubrió que quien trafica con votos amarrados se queda sin el voto y sin el votante. Para su torre de marfil huye el exquisito que aprendió que puede despreciarlo a uno el electorado a quien uno desprecia. Afortunadamente cobraron en dólares y privilegios, y por adelantado. Hasta la próxima. ¿No viene por ahí otra campaña para la Constituyente? Los comicios son como los aviones: si se pierde uno, viene otro. Siempre queda la esperanza de destruir al ganador convenciéndolo de que imite a los perdedores. A ninguno se le ocurre lo obvio: la quiebra de un discurso político corresponde a la de un orden político. Desde el 27 de febrero el pueblo venezolano trata de hacerles llegar un mensaje a sus dirigencias. Quien lo entiende y lo encarna asume el poder; quien se desentiende de él, lo pierde. Si usted no lo ha comprendido, ningún asesor podrá explicárselo. 12 de diciembre de 1998
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LA CONSTITUYENTE ESTÁ ENVIRADA Todo el mundo sabe lo que son los virus: minúsculas estructuras que, introducidas de contrabando en un organismo o un sistema sano, se multiplican a costa de él hasta inhabilitarlo o destruirlo. Un solo virus puede paralizar a un atleta, desmantelar la más compleja computadora o pervertir un sistema que afectará la vida de todos, como la Constitución que actualmente se discute. Ha sido detectado y erradicado temporalmente el virus Allan Brewer, destinado a eximir a los grandes grupos económicos de pagar sus deudas tributarias mientras al pueblo se le cobra lo que no tiene por concepto de Impuesto al Valor Agregado. En el Anteproyecto de Constitución que actualmente se debate detectamos varios mortíferos virus que deforman, falsean y destruyen el espíritu, propósito y razón de las Ideas fundamentales para la Constitución Bolivariana de la V República, dirigidas por el Comandante Hugo Chávez Frías a la Soberanísima Asamblea Nacional Constituyente en septiembre de este año. Decía Bolívar que Moral y Luces son nuestras primeras necesidades. Proponía Hugo Chávez que “la educación impartida por los institutos oficiales será de calidad y gratuita en todos sus ciclos”. El virus infiltrado en el artículo 107 del Anteproyecto sólo la considera “gratuita hasta el pregrado universitario”. Constituyentistas sin Moral podrían así negarle al 80% del pueblo pobre las luces académicas que ellos recibieron gratuitamente. El pueblo podría apagarle la luz a ellos. Proponía Hugo Chávez el pago de prestaciones “oportuno y proporcional al tiempo de servicio de acuerdo con la ley y calculado de conformidad con el último salario”. Un retrovirus contrabandeado en el artículo 98 del Anteproyecto le enmienda la plana al Presidente y dispone que será calculado “de acuerdo con la ley”. Es decir, de acuerdo con la ley que con la complicidad de Fedecámaras y la CTV confiscó a los trabajadores sus prestaciones. El latrocinio podría así revestir rango constitucional. Propuso el Presidente una norma de acuerdo con la cual “el Estado garantiza a los trabajadores y trabajadoras del sector público y privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica”. Un virus que infecta el artículo 96 del Anteproyecto mutiló la mención de Hugo Chávez al ajuste anual referido a la canasta básica. Tendremos de nuevo precios volátiles y salarios congelados. Propuso Hugo Chávez que “la República se reserva el derecho de defender las actividades económicas de su empresa nacional”. Otro virus matuteado en el artículo 337 desautoriza al Presidente al afirmar que “la inversión extranjera estará sujeta a las mismas condiciones que la inversión nacional”. Es decir, las sardinas venezolanas no tendrán ninguna ventaja para luchar contra los tiburones transnacionales. Recomendó el Presidente una norma que “considera nula y no escrita cualquier cláusula que como consecuencia de compromisos tecnológicos, comerciales, educativos o de cualquiera otra índole, condicione o limite la potestad soberana de la República para legislar y adoptar medidas en materia económica”. Una cepa antipatriótica borró la propuesta de Hugo Chávez, estableciendo de paso que donde manda Paquete, Carta de Intención, Agenda o Acuerdo de Sombra, no manda Constitución. Y mucho menos Presidente. En fin, en el artículo 339 del Anteproyecto persiste el megavirus que exceptúa de la propiedad nacional la industria de los hidrocarburos gaseosos. ¿Cuánto hay pa’ eso? Cómo le parece. Los virus enquistados en la Constituyente han infligido al Presidente Hugo Chávez Frías la paliza que no lograron darle juntos los adecos, los copeyanos, los convergentes y Vargas Llosa. Si sancionamos una Constitución infestada de virus, no sólo perecerá ella: se llevará consigo a la Quinta República y al país en que vivimos. Una Ley Fundamental envirada no será ni siquiera Moribunda: nacerá Muerta. Y con ella la Quinta República, baldada desde el comienzo por una Carta Magna retrógrada con relación a la de 1961. ¡Auxilio, Earle Herrera! ¡Auxilio, Tarek William! ¡Auxilio, William Ojeda! La Constituyente está envirada, y aquel que la desenvirare gran desenvirador será llamado. 20 de agosto de 1998
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NO SE VAYAN QUE ESTO SE COMPONE El síntoma más preciso de que se ha llegado a una cierta altura de la vida consiste en la necesidad de precisiones. Por ejemplo, en caso de Festival de Teatro nos inquieta saber si hacemos cola para presenciar drama, comedia o teatro del absurdo. A la hora de saber qué será de nosotros nos interesa determinar si presenciamos la comedieta quítate tú para ponerme yo, el sainete de la Revolución sin que nada cambie o la tragedia del cambio sin Revolución. Con iguales sentimientos mezclados han debido reunirse en 1810 los miembros de la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, preguntándose cómo iban a cambiar el juego jugando con las reglas del juego o si era posible defender a Fernando VII deponiendo a su gobernador, pero eso sí, sin quemarse el pecho. Pocos podían imaginarse que el político propone y la chusma de lanceros dispone. Ya tenemos a Emparan camino del cabildo ¿Y ahora qué? ¿Cómo nos arreglamos para seguir siendo al mismo tiempo semicolonia y soberanos? Cabe la posibilidad de que la Constituyente sirva para algo más que para despertar las alarmas tarifadas del New York Times y Cía. Para muestra bastan algunos peñascos que figuran en las Ideas fundamentales para la Constitución Bolivariana de la V República, dirigidas por el Comandante Hugo Chávez Frías a la Soberanísima Asamblea Nacional Constituyente. Todo el que esté sin pecado de vender la patria puede lanzar como primera piedra el artículo que pauta: “considera nula y no escrita cualquier cláusula que como consecuencia de compromisos tecnológicos, comerciales, educativos o de cualquiera otra índole, condicione o limite la potestad soberana de la República para legislar y adoptar medidas en materia económica”. Esta norma permite considerar sin efectos el engendro que deslegitimó al hoy moribundo Congreso: el Tratado contra la Doble Tributación, que exime a personas y empresas extranjeras de pagar impuestos por sus actividades en Venezuela. Con ella caen a la basura lo que he llamado las “Constituciones invisibles” de Venezuela: Cartas de Intención, Paquetes, Agendas, Acuerdos de Sombra y, ahora sí, pare usted de contar. Igual firmeza de roca tiene el artículo según el cual “quedan reservadas al Estado las actividades de exploración, explotación, transporte, manufacturas y mercadeo interno de los hidrocarburos líquidos”. Esta norma clausura la piñata anunciada por las transnacionales con nuestra industria petrolera. Los constituyentes patriotas deben eliminar el adjetivo “líquidos”, que permitiría a los monopolios la rebatiña con nuestro gas. La industria de los hidrocarburos es nuestra, y punto. Sólida es la norma donde “el Estado garantiza a los trabajadores y trabajadoras del sector público y privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica”. También la que garantiza el pago de prestaciones “oportuno y proporcional al tiempo de servicio de acuerdo con la ley y calculado de conformidad con el último salario”. Asimismo la que dispone que “la educación impartida por los institutos oficiales será de calidad y gratuita en todos sus ciclos”. Sobre estas piedras conceptuales podrían erigirse las bases de una República, siempre que no se las desmenuce en guijarros simbólicos o se las pulverice en saludos a la bandera. A partir de ellas podría comenzar la verdadera tarea de recuperar para todos en los hechos la soberanía y las riquezas de Venezuela. 4 de septiembre de 1999
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NIÑOS NO JUGUÉIS AL BOGOTAZO 1 En la Feria del Libro de Bogotá contemplo un viejo Buick verde, que perteneció a Jorge Eliécer Gaitán. Ningún colombiano oye su nombre sin estremecerse. El pabellón rebosa de libros, videos y documentos sobre él. En la Colombia de los años cuarenta reinaba el bipartidismo de liberales y conservadores, que muchos sentían como un mismo partido con dos versiones diferentes. Se perpetuaban vicios y se postergaban reformas. En este escenario irrumpe como una esperanza el joven abogado Gaitán. En diciembre de 1947 denuncia que “el Estado no está gobernado sino por los grandes trusts financieros, mientras al pueblo liberal y conservador solamente le dejan el derecho de derramar su sangre”. 2 El conservador Laureano Gómez descalifica el voto mayoritario, y sostiene que Colombia vive un conflicto interno: “Me parece que esta ola de sangre es la revolución y la guerra civil”. Algunos conservadores hacen palpable el espectro. En Chinacota marcan a hachazos, machetazos y balazos las puertas de los liberales, y éstos huyen dejando casas y parcelas. Los conservadores de San José de la Montaña incendian el pueblo liberal de Román. Las familias liberales de Ragonvalia se exilian en Venezuela. En Manizales y Pereira la policía hiere y mata liberales. En Caldas la policía reparte armas a los conservadores. Entra a la catedral de Bogotá una muchacha con vestido rojo (color liberal) y a brochazos le pintan una equis azul en la espalda. Testimonia Luis Eduardo Ricaurte que “si entraba uno a un café con corbata roja, lo ponían a comérsela, lo hacían arrodillarse a gritar vivas a Laureano”. 3 Gaitán va contra los “jefes liberales de la oligarquía”, promete Reforma Agraria, nacionalizar algunas industrias básicas y el Banco de la República. Así conquista la jefatura del Partido Liberal. Algunos militares le ofrecen el poder, pero no acepta, seguro de llegar constitucionalmente. Contra la violencia organiza una Marcha del Silencio con cincuenta mil personas. Gaitán arenga: “Venimos a decir al señor Presidente que no queremos más sangre”. Es seguro que ganará las elecciones. Quizá sea buen negocio mandarle a dar cuatro tiros. Gaitán rechaza todo intento de sus amigos de acompañarlo y protegerlo. Diego Montaña Cuéllar le advierte: “A usted no lo dejan llegar, o le desconocen el triunfo o le arman un golpe de Estado, la reacción no lo deja llegar al poder”. Gaitán le contesta que si a él lo derrotan o que si a él le pasa algo, no queda piedra sobre piedra en Colombia. 4 Al mediodía del 9 de abril de 1948, Jorge Eliécer Gaitán sale de su oficina con amigos que celebran su triunfo en un juicio sensacional. Lo espera un hombre bajo, moreno, que le descerraja tres tiros. Al verlo caído, dispara otra vez y huye. Algunos de los presentes corren tras él; otros se abalanzan sobre Gaitán, que agoniza. Grupos adoloridos empapan sus pañuelos en la sangre. 5 ¿Qué hace un pueblo al que le matan la esperanza? La multitud cae primero sobre el asesino, quien según Jorge Padilla, “tenía un rostro duro, estaba pálido y transfigurado por la emoción”. Al cabo José Alberto Jiménez Díaz, que lo aprehende, le suplica “no me mate, mi cabo”. Elías Quesada le pregunta el móvil del crimen. “Ay, señor, cosas tan poderosas que no le puedo decir. ¡Ay!, Virgen del Carmen, sálvame”. La multitud lo cerca junto con el policía que lo lleva a la droguería Granada. De allí lo sacan a golpes y puntapiés. Al escritor Luis Cardoza y Aragón, que presencia la escena, el cuerpo zarandeado le recuerda El pelele, de Goya. Quizá quienes lo ultiman son cómplices del complot. Los labios del asesino quedan sellados para siempre. 6 Un pueblo al que matan los dirigentes actúa por sí mismo. El joven cubano Fidel Castro, delegado estudiantil a la IX Conferencia Interamericana, se dirige a una cita con Gaitán y advierte que: “Comenzó a aparecer gente corriendo frenéticamente en distintas direcciones. Gente como enloquecida, corriendo en una dirección, en otra o en otra. Yo te puedo asegurar que lo del 9 de Abril (...) fue una explosión espontánea completa, que ni la organizó nadie, ni la podía organizar nadie”. 7 La radio es el detonante: “Últimas Noticias con ustedes. Los conservadores y el gobierno de Ospina Pérez acaban de asesinar a Gaitán, quien cayó frente a la puerta de su oficina abaleado por un policía. ¡Pueblo, a las armas! ¡A la carga, a la calle, con palos, piedras, escopetas, cuanto haya a la mano! Asaltad las ferreterías y tomaos la dinamita, la pólvora, las herramientas, los machetes. Compañeros del Cauca y de los Santanderes, es preciso hacer relumbrar vuestros machetes, que ahora volverán a ser gloriosos como lo fueron en otro tiempo”. Radio Nacional, tomada por el comando revolucionario de la Universidad, informa que “El Gobierno ha asesinado a Gaitán (...) ¡Pueblo, a la carga! ¡A las armas! ¡Tomaos las ferreterías y armaos con las herramientas!” 8 El presidente Ospina Pérez reúne el Consejo de Ministros, declara turbado el orden público, decreta el estado de sitio, refugia a su hijo en la embajada de Estados Unidos. Diez mil manifestantes avanzan hacia el palacio presidencial. Los guardias les disparan. La masa se repliega hacia la Plaza de Bolívar. Allí la tirotean tanques que ruedan sobre cadáveres. Desde el Capitolio los uniformados hacen descargas cerradas. El pueblo quema tranvías, incendia el periódico conservador El Siglo. Cae un aguacero que no sofoca ni la indignación ni las llamas. En la División de la calle Doce los gendarmes tiran los fusiles a la calle. La Quinta División de la Policía se subleva y no reprime. Durante una semana Bogotá arde por los cuatro costados. Comienza una violencia que no cesa todavía. 9 Las balas con las que se intenta matar la esperanza resuenan mientras ésta sobrevive. Si no se sabe apagarlo, no hay que jugar al incendio. 17 de noviembre de 2002
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LAS TORRES QUE EN EL CIELO SE CREYERON TODOS SOMOS EXCLUIDOS Todo eufemismo degrada en insulto y es suplantado por otro que culmina en maldición. El peor favor que se le pudo hacer al bobo fue llamarlo excepcional. En una época sonaba elegante ser subdesarrollado en vez de atrasado. Quien creyó poner bonito al pobre llamándolo marginal ahora remienda el capote diciéndole excluido, término al cual equipara Gilbert Clavel en La société d´ exclusion con un lugar común, un concepto a la moda, algo que significa todo y nada. La exclusión, al igual que la postmodernidad, ha pasado a ser tema del cual se discute sin conocimiento de causa y mucho menos de efecto. Propongamos algunos desarrollos excluidos del inteligente texto de Clavel. Parafraseando a Lord Acton, digamos que el poder excluye, y el poder absoluto excluye absolutamente. Todo poderío es potestad de excluir. El poder se hace excluyente excluyéndose de la discusión. La autoridad de toda teología se basa en prohibir el debate sobre fábulas a las que denomina misterios; la de la ciencia, en eludir la crítica de postulados a los que llama axiomas. Un artista cuestiona todo menos a sus mecenas; un medio de comunicación denuncia cuanto hay, excepto a sus anunciantes. Clama el latifundista contra el intervencionismo del campesino que quiere tierra, pero le parece irreprochable el suyo al acapararla. Despotrica el neoliberal contra el proteccionismo que limita sus ganancias, pero no contra el que custodia su propiedad. Truena el capitalista contra los mandatarios no electos, sin preguntarse quién lo elige a él amo y señor de vidas y haciendas. En las democracias latinoamericanas surgidas de regímenes de fuerza todo es debatible, menos el régimen de fuerza del cual surgieron. El cogollo discute todo, menos el cogollo mismo. Nada para comprender la exclusión como hojear el Estudio nacional de crecimiento y desarrollo humanos de la República de Venezuela elaborado para Fundacredesa en 1996 por Hernán Méndez Castellano y sus colaboradores. Esta enciclopedia de las discriminaciones debería de ser libro de cabecera de todo político que tenga cabeza y no quiera perderla. Saltamos, por sabidos, los índices de pobreza que se acercan al 85% y su efecto liquidatorio en el desarrollo físico y la salud. Más perturbadoras son sus repercusiones en las pruebas de inteligencia. En la página 1.145 del tomo III se afirma que “nuestros niños exhiben un rendimiento alto en estas pruebas de desarrollo hasta la edad de dos años. A los dos años se localiza un punto de inflexión, la edad de desarrollo comienza a ubicarse por debajo de la edad real y, por consiguiente, los cocientes caen por debajo de 100”. Marginación económica igual preterición intelectual. ¿Exclusión laboral? Las estadísticas oficiales exhiben cifras de desempleo cercanas al 10%. Fundacredesa revela que si a ellas añadimos la llamada economía informal, más de la mitad de nuestra fuerza laboral está segregada del mercado de trabajo. ¿Exclusión cultural? 68,3% de los encuestados no ha leído un libro en los últimos dos años. En la muestra urbana el porcentaje es de 63,2, en la rural, de 84. ¿Exclusión de los valores de la nacionalidad? De 37.040 personas interrogadas un 33,5% no sabe nada sobre el pensamiento de Simón Bolívar, un 64% no conoce el Escudo. En la muestra del estado Carabobo, un 50% ignora que la igualdad de los venezolanos es un derecho consagrado en la Constitución. Se equivoca de plano quien piensa que estas discriminaciones atroces escapan a la conciencia popular. El 87,3% de los encuestados opina que los venezolanos no son iguales. La mayoría encuentra las principales causas de esta disparidad en razones económicas y de nivel cultural. También piensa que las primeras necesidades del país no han sido atendidas. El 43,3% juzga que la principal área de desatención es la económica. Porcentajes cercanos al 20% señalan asimismo la educación pública, la vivienda, la seguridad. Lo que menos les gusta de la democracia es la corrupción, el desorden, el auge delictivo. República es res publica, cosa pública. ¿Quién excluye a casi todos de lo que a todos nos pertenece? La investigación de un sistema por encima de toda sospecha debe comenzar por el sistema mismo. Todo poder fundado en la exclusión termina siendo su víctima. Quien excluye, se excluye. Dime a quién excluyes, y te diré quién eres. 9 de enero de 1999
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LA POLÍTICA CULTURAL DE LA CIA En mi juventud resumí toda la crítica cinematográfica en una sola máxima: película en la que actúa Kojak, es mala. El Pensamiento Único postula un apotegma de superficialidad equiparable: arte comprometido no es arte. En la Feria del Libro conozco a una lúcida joven: Frances Stonor Saunders, autora de Who paid the piper: the Cia and the Cultural Cold War (Londres, Granta Books). En él ilustra los mecanismos que consagraron tal majadería como dogma. Se dice que Estados Unidos no tiene ministerio de Cultura. Demuestra Saunders que precisamente la CIA cumple tales funciones. En otras palabras: una policía política funciona como policía cultural, y desata una guerra cultural en la que compra creadores, revistas e instituciones, para imponer la opinión de que instituciones, revistas y creadores no deben sustentar opiniones. La paranoica serie televisiva Expedientes X presenta agentes secretos que desempolvan legajos sobre mutantes, telépatas y extraterrestres de paradero desconocido. La acuciosa Frances Saunders investiga sobre monstruos acaso más sorprendentes, pero desoladoramente localizables. En el expediente sobre instituciones, por ejemplo, revela Saunders que la CIA se sirvió de las fundaciones Ford y Rockefeller, así como del Museum of Modern Art, para financiar en forma selectiva el apoliticismo militante y el artepurismo complaciente. A través del MOMA manejó la avasalladora imposición del Expresionismo Abstracto, al cual Nelson Rockefeller, cofundador de dicho museo, bautizó como “la pintura de la libre empresa”, sin parar mientes en que el abstraccionismo fue inventado por los constructivistas soviéticos. En el expediente sobre medios, verifica Saunders que para la CIA la libertad de prensa es la de comprar publicaciones mediante subsidios encubiertos. Según testimonios de Tom Braden, quien dirigía la división de Organizaciones Internacionales de la CIA, ésta financió una “burbuja literaria” de publicaciones de la “izquierda democrática” tales como Encounter, New Leader y la Partisan Review, al extremo de que “un agente se convirtió en director de Encounter”. Resultado: la sistemática censura de las críticas hacia la política estadounidense, como la aplicada contra el escritor anarquista Dwight MacDonald. Y ya que hablamos de corrupción, el libro de Saunders supera los videos de Montesinos cuando menciona nombres. Entre los receptores de fondos de la CIA: Hannah Arendt, Daniel Bell, Isaiah Berlin, Mary McCarty, Sydney Hook, Irving Kristoll, Melvin Lasky, Stephen Spender. ¿Tontos útiles? Todos eran útiles: según Saunders, “se esperaba que los individuos y las instituciones subvencionadas por la CIA actuaran como parte... de una guerra de propaganda”. Ninguno era tonto. Conforme remacha el vitriólico Tom Braden, todos debían saber quién pagaba sus honorarios. Particular devoción mostraba la CIA hacia los conversos. Quien regresaba de un país socialista o de las filas de la izquierda dándose golpes de pecho experimentaba un manipulado auge de las ediciones, las reseñas, las campañas publicitarias. Entre los así promocionados –no necesariamente comprados– reseña Saunders a André Gide, Ignacio Silone, Raymond Aron, Arthur Koestler, George Orwell... Nos preguntamos si mecanismos similares auspiciaron la boga de los hoy casi olvidados Jan Valtin, Boris Pasternak y Jerzy Kosinsky. En aguda reseña sobre “La CIA y la guerra cultural”, James Petras destaca que aquélla funcionaba como atareadísima agencia de espectáculos que promovía en Europa los fastuosos Congresos por la Libertad de la Cultura donde disertaba Czeslow Milosz, así como piezas teatrales, ballets y óperas. Se privilegiaba la presentación de artistas de color, como Louis Armstrong o Marian Anderson, para disimular la política racista estadounidense. Si la criticaban explícitamente, se los excluía, como al escritor Richard Wright. En tan congestionada agenda la Agencia reservaba tiempo para sabotear la propuesta del Nóbel para Neruda en 1964. Entérese usted: durante las últimas cinco décadas se peleó una guerra cultural sucia con tropa de intelectuales exquisitos dirigida por una oficialidad de esbirros. El hijo de este contubernio es el Pensamiento Único. La mayor de sus victorias es quizá la de que estos hechos sigan siendo tan universal e intencionadamente ignorados. Los Documentos de Santa Fe declaran una guerra cultural como América Latina. Alguna vez se publicarán sus documentos, con sus generales, sus soldados, sus cuarteles, sus criminales. 26 de mayo de 2001
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ESCLAVITUD El esclavo, decía Adolfo Hitler, es el principal instrumento de la civilización. Debía saberlo: la Segunda Guerra Mundial hubiera durado un trienio menos de no ser por la producción armamentista de cerca de tres millones de trabajadores forzados, secuestrados por Albert Speer. En su estremecedora pieza Acrópolis, Jerzy Grotowsky representa a una turbamulta de esclavos que perecen mientras construyen un descomunal monumento a sus esclavizadores. El macabro esplendor de las civilizaciones de la antigüedad se debió a esta masiva inmolación de las mayorías. El umbral del mundo moderno es la hecatombe de cerca de noventa millones de americanos y de sesenta millones de africanos en aras de la primera gran acumulación de capital. Esa coartada que llamamos Historia acude servicial a lavar nuestras manos. José Gregorio Monagas liberó a los esclavos venezolanos en 1854 (después de vender a los suyos en las Antillas). Abraham Lincoln manumitió a los estadounidenses al estallar la Guerra de Secesión (aunque escribió que para preservar la Unión, estaría dispuesto a preservar la esclavitud). Somos más morales que nuestros antepasados esclavistas. ¿O no? De esta confiada beatitud nos arrancan el informe de Human Rights Watch The small hands of slavery: bonded child labor in India y el libro de Kevin Bales Disposable people: new slavering in the global Economy (University of California Press, 1999). Concluye Bales que en el mundo contemporáneo hay unos 27 millones de esclavos. Entre 10.000 y 20.000 están en Francia, entre 5.000 y 9.000 en Alemania, entre 300.000 y 500.000 en Brasil, entre 100.000 y 150.000 en Estados Unidos. La categorización abarca desde víctimas de la trata de blancas hasta inmigrantes ilegales encerrados y peones encadenados por deudas hereditarias. Las cifras, son presuntivas, pero devastadoras. Se acercan a la demografía de un país de la talla de Colombia. O quizá la sobrepasan. Esclavo es quien no obtiene excedente económico, porque su remuneración se limita al mínimo que garantiza la subsistencia. La negación del excedente lleva consigo todo lo demás. Quizá es esclava la inmensa mayoría de la humanidad cuyos salarios no igualan o apenas cubren el costo de la canasta básica. Con mayor razón, la condenada a tal situación por deudas contraídas, no por sus padres sino por sus Estados. Por debajo de la subsistencia o del hambre no hay derechos culturales, sociales ni políticos. Ni los deseos, ni la opinión ni el voto del pobre son considerados legítimos por los poseedores. Nadie elige democráticamente el gobierno mundial integrado por las transnacionales, el complejo militar industrial y el Fondo Monetario. Éste actúa como propietario de Estados deudores y ciudadanos endeudados por sus gobernantes. La línea del ingreso mínimo separa dos humanidades: por debajo de él, la de los esclavos. Y cada vez hay menos poseedores y más indigentes. 9 de enero de 1999
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DEMOCRACIA Hay un gobierno que no te permite elegir ni ser elegido. Existe un legislador que dicta normas sin dejarte designar ni ser designado para sus asambleas. Impera una autoridad que se coloca por encima de los tribunales ordinarios y te veta ser juez o jurado en las cortes que conocen de sus causas. Opera un poder absoluto que no respeta tus Derechos Humanos y se proclama inmune a toda reclamación por violaciones de ellos. Jean de Maillard revela que el mercado de capitales financieros realiza diariamente operaciones por 1.300 millardos de dólares, que superan cinco veces el presupuesto anual de un Estado como Francia. Para 1995 el capital especulativo registrado en los mercados mundiales sobrepasaba los 40.000 millardos de dólares, mientras que las exportaciones mundiales de bienes y servicios apenas se acercaban a los 6.000 millardos de dólares, menos de la sexta parte de la magnitud anterior (Un monde sans loi, Stock. París, 1998). El Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU de 1999 informa que las 200 personas más ricas del mundo duplicaron sus activos netos en los cuatro años anteriores hasta más de un billón de dólares, y que los bienes de los tres multimillonarios mayores superan el PNB combinado de todos los países menos desarrollados y de sus 600 millones de habitantes. Tantos números precisan que el capital especulativo es un gigante frente al capital que produce bienes y servicios, y que ante ellos los Estados son pigmeos. La mayoría de los Estados son de hecho prisioneros de sus deudas con el capital financiero. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial les imponen Cartas de Intención y Paquetes económicos que les vetan la sanción soberana de sus leyes tributarias y de sus políticas económicas. La Organización Mundial del Comercio les dicta mediante Acuerdos Multilaterales o Bilaterales de Inversión las reglas del juego. Por ejemplo: los Tratados contra la Doble Tributación exceptúan de todo tributo al capital financiero. Las grandes transnacionales incluyen en sus acuerdos con los gobiernos cláusulas que pretenden hacerlas inmunes a los tribunales del país donde operan. Como muestra: la concesión de la autopista Caracas-La Guaira a Maxipistas obliga inconstitucionalmente a la República a someterse a órganos jurisdiccionales extranjeros, y así sucesivamente. Los miles de millones de personas afectadas por las políticas de dichos entes no tenemos derecho a elegir ni revocar a sus mandatarios. Tampoco votamos para designar o destituir a los directivos de los grandes consorcios que de hecho controlan nuestro empleo o desempleo, nuestro salario, nuestras condiciones de trabajo, nuestras vidas. Las dirigencias sindicales que deberían defendernos contra ellos son también casi siempre autonombradas, hacen causa común con los patronos y sacrifican a éstos derechos y prestaciones de los trabajadores. Para esta camarilla de dictadores autoelectos no valen Derechos Humanos. El evangelio de la hipocresía predica que éstos pueden ser invocados contra los ínfimos Estados, pero no contra los colosales intereses financieros privados que los controlan o hacen lo posible por destruir a aquellos gobiernos que no pueden dominar. Pinochet pasó algunos días confinado; los directivos de las transnacionales que auspiciaron su golpe, ni un minuto. Como en tiempos del absolutismo, estamos solos ante poderes autodesignados, ilimitados, perpetuos, hereditarios y que pretenden estar por encima de toda ley. Convoco a elecciones para sustituirlos. La revolución del Tercer Milenio consistirá en someter estos despotismos a la democracia. 26 de octubre de 2002
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LA TEOLOGÍA DE SATANÁS 1 ¿Te encierran en un campo de esclavos? ¿Eres lesionado o muerto por matones a sueldo de la empresa? ¿Enfermas gracias a un producto dañino para la salud? ¿Te envenenan desechos tóxicos que las transnacionales vierten en el ecosistema? Consuélate: los actos de la empresa privada no violan los Derechos Humanos. Tal es la doctrina de las empresas privadas, y la repite el Pensamiento Único: los Derechos Humanos sólo existen si es el Estado quien comete esas violaciones, o permite que se cometan. Pero el mismo Pensamiento Único prohíbe que el Estado tenga poderes para intervenir en materia laboral, educativa, asistencial, de control de la producción ni en ninguna otra. Es decir, no debe tener atribuciones que lo capaciten para violar los Derechos Humanos, y mucho menos para protegerlos. El único Derecho Humano que debe proteger es la gran propiedad multinacional. En caso de que falle en hacerlo, de que no pague a tiempo una expropiación, cambie un régimen fiscal protegido por el Decreto de Promoción de Inversiones o intente cobrarle impuestos a una empresa extranjera eximida por un Tratado contra la Doble Tributación, el Estado debe comparecer como reo ante tribunales internacionales. Vale decir, deja de ser Estado. Ni los humanos tienen derechos, ni el Derecho protege a los humanos. 2 ¿Te parece injusto? ¿Quieres protestar? Serás execrado como intelectual: como aquellos a quienes Regis Debray condena por “ejercer influencia”; porque “habiendo adquirido alguna notoriedad por trabajos que expresan inteligencia, abusan de esa notoriedad para salir de su terreno y meterse en lo que no les concierne”. Serás de aquellos contra los cuales Paul Johnson advierte que “no sólo debería mantenérselos bien alejados de los resortes del poder, también deberían ser objeto de una especial sospecha cuando buscan dar consejo colectivo”. No tiene pérdida el Pensamiento Único. No debes opinar sobre lo general, que no concierne a la generalidad de los humanos, ni sobre tu especialidad, pues el intento de ejercer influencia te descalifica. ¿A quién corresponde entonces mediatizar a través de los medios? A sus propietarios o mecenas: las agencias de publicidad, los monopolios de la información, los grandes capitales... 3 ¿Qué comunican esos medios? Reclamar derechos no es sólo inútil sino peligroso. En su libro Teoría Crítica y Educación, Michael W. Apple examina minuciosamente cómo los sistemas educativos de Estados Unidos y Gran Bretaña se afanan en convencer a los alumnos de que “los beneficios obtenidos por hombres y mujeres en cuanto a empleo, salud y seguridad, programas de ayuda social, derechos legales y educación deben revocarse, por cuanto ‘resultan muy costosos’ tanto en términos económicos como ideológicos”. Así, se encomienda a los educadores la tarea de “convencer a la gente de que su creencia en que los derechos de las personas son prioritarios es simplemente un error o está pasada de moda dadas las actuales realidades”. Para lo cual también “es necesario ejercer una intensa presión por medio de la legislación, la persuasión, las normas administrativas y la manipulación ideológica”. En resumen, “la estrategia ha consistido en el desmantelamiento intencional del Estado de bienestar y de los beneficios que la clase trabajadora ha ganado a lo largo de décadas”. O, como vulgariza un panfleto de autoayuda: si alguien se comió tu queso, no trates de recuperarlo, búscate otro. Aunque ese queso sea todo lo que tienes o podrías tener, el trabajo de tu vida, tu misma vida. 4 No tiene pérdida el Pensamiento Único. Contra él no hay derechos, opiniones ni reivindicaciones posibles. Él mismo se juzga, se absuelve, condena a los demás, se compra, se vende, se cobra, se paga, se guarda comisión, se da propina. Tiene respuesta para todo, salvo para la posibilidad de formularle preguntas. El camino del infierno está empedrado de buenas cotizaciones. 17 de marzo de 2001
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POSTSOBERANOS Soberanía, poder absoluto y perpetuo de un Estado para crear, aplicar e interpretar sus propias leyes. Así como no hay mujeres medio embarazadas, no existen Estados medio soberanos. O son o no son. A los que no son, podríamos llamarlos postsoberanos, así como a los cadáveres, postvivientes. Debido a presiones políticas, económicas o estratégicas ceden sus poderes hasta que de Estados les queda sólo el nombre. Los Estados postsoberanos acatan como leyes propias las impuestas por la metrópoli mediante Acuerdos Multilaterales de Inversión, tratados de libre comercio, tratados contra la doble tributación, tratados de protección a las inversiones, alianzas estratégicas, deuda externa y paquetes económicos. Organismos internacionales supervisan la aplicación de estas normas y certifican o descertifican regímenes antes de apoyarlos o desestabilizarlos. Los tribunales postsoberanos abdican de su competencia de interpretar las leyes nacionales y entregan a juzgados o juntas arbitrales extranjeras el derecho de enjuiciar y condenar a la propia República. Miente el Pensamiento Único que tales Estados sin soberanía desaparecerán para que nos fundamos y confundamos en la utopía sin fronteras de la globalización. Miserable falacia: la globalización económica requiere de las fronteras políticas. En lugar de borrarlas, propicia federalismos y secesiones que multiplican líneas fronterizas. Si éstas desaparecieran, o los siete Estados hegemónicos incorporaran a todos los restantes, deberían extender las ventajas jurídicas y económicas de que disfrutan sus nacionales a toda la población mundial y asumir la carga administrativa y la redistribución de riqueza que ello comporta. Para evitarlo, las fronteras postsoberanas sirven de diques o muros de contención de muchedumbres que, de acceder al territorio o a los regímenes privilegiados de los países desarrollados, los desestabilizarían. Al represar su población dentro de sus líneas divisorias, los gobiernos postsoberanos la condenan a condiciones laborales y niveles de vida inaceptables en las metrópolis. Las fronteras son membranas osmóticas que retienen trabajadores baratos y expelen dividendos exorbitantes. Dentro de ellas los Estados postsoberanos incumplen o derogan toda legislación laboral. Mediante maquilas, regímenes excepcionales, microempresas, economía informal, salarios en moneda desechable o simple represión, las postsoberanías implantan centenares de nuevas formas de esclavitud. Difícil cometido. Un Estado que jura sumisión a otra potencia, no puede exigirla de sus ciudadanos. Todo esfuerzo de un Estado postsoberano de recuperar la soberanía le acarrea la calificación de díscolo, la desestabilización, la intervención. A partir del 11 de septiembre de 2001, la imputación de díscolo es sustituida por la de terrorista. Con ella llega una declaratoria de guerra en la que deben aportar la carne de cañón y los recursos los Estados postsoberanos. Los países que no combatieron para defender su propia soberanía ahora deben batallar para defender a quienes se la arrebataron. Tal declaratoria sujeta a seis de las potencias antes soberanas a la supremacía de las alianzas militares, las agencias de seguridad y la represión desvinculada de todo control judicial de una sola superpotencia. Murió Dios, la soberanía ha muerto. Sólo nos queda la Humanidad. 24 de noviembre de 2001
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EL DESPLOME DE LAS TORRES GEMELAS Sus promotores las creían eternas, y el público había terminado por considerarlas parte del paisaje. Era en verdad perturbadora su simetría, su redundancia, la idea de que la una no era más que una pieza de repuesto de la otra. Quien pasaba no podía dominar la sensación de que veía doble, de que un espejismo hacía aparecer como atalayas distintas una sola estructura verdadera. Su monumentalidad agobiaba al peatón revelándole insolentes arreglos de poder que lo excluían. Su desmesura quería parecer inconmovible, y sin embargo los vientos las estremecían y las armazones crujían a punto de ceder. Al final vino el desplome, y el pavor generalizado entre sus dolientes. Algunos las siguen viendo intactas, como si no fueran un montón de irrecuperables escombros que había cobrado un desmesurado costo en vidas. Otros piensan que basta con obstaculizar a los organismos que rescatan a las víctimas para que las dos estructuras vuelvan a estar de pie, como nuevas y todavía más grandes. No falta el enano que se cree torre y sueña que con plantarse en medio del montón de desechos ya tendrá la estatura y la solidez para dominar el paisaje. El desplome de las torres gemelas detona en muchos un gemelo desplome moral en el que se sienten con licencia para matar y derruir leyes, derechos humanos, poderes públicos, democracia y soberanía. Estos fenómenos y otros más estrambóticos desencadenaron el desplome de las torres gemelas de Acción Democrática y Copei por defectos estructurales irremediables, después de décadas como centro del comercio de negociados políticos. A diferencia de las torres del World Trade Center, las gemelas del baratillo político nacional no cayeron por embates externos. Contra ellas se estrellaron sin resultados la lucha armada de los años sesenta y los golpes de 1992, que apenas las estremecieron. Se derruyeron las gemelas bipartidistas por el colapso de su base económica durante el Viernes Negro de 1983, y el hundimiento de sus bases sociales con el Meridazo de 1987, el Caracazo de 1989 y el aluvión electoral de 1998. Provocaron estos cataclismos los mismos administradores de las mellizas, que las promovieron como organismos de servicio público y las convirtieron en cuevas de Alí Baba y sus cuarenta ladrones. Vana ilusión de corruptos irrecuperables, intelectuales sin obra, sindicaleros vendedores de prestaciones sociales, masacradores impunes, palangristas, tribus judiciales y privatizadores al tanto por ciento, la de que un día despertarán y descubrirán que todo fue un mal sueño. Que las torres bipartidistas siguen en pie o volverán a alzarse en el aire por sí solas y sin bases económicas ni sociales. ¿Y qué decir del engaño de los enemigos del bipartidismo, que tras una vida adversándolo tampoco se han dado cuenta de que las torres se derrumbaron, y tratan todavía de remendar aquel masacote de escombros, cabillas fundidas y vigas retorcidas? Ni cambiándolas de nombre, ni dándole manos de lechada, ni cogiéndole goteras, ni parapetándolas con cartón piedra es posible habitar las guaridas de los antiguos inquilinos. Se cayeron, y ya. Borrón y cuenta nueva. Para salir de abajo hay que construir nuevo edificio, con proyecto original, materiales intactos y trabajadores nuevos. Habitar entre escombros es convertirse en ruina. 14 de septiembre de 2002
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OSAMA BIN LADEN SE ENTREGA A LOS WASPS -Tun, tun. -¿Quién es? -Osama bin Laden. -¿Pero usted no anda fugitivo? -Nadie ha presentado una sola prueba en mi contra. -Según Bush, los cuerpos de seguridad ahora no tenemos que probar que alguien es culpable. El acusado debe demostrar que es inocente. -Los Estados Unidos me dieron armas, me entrenaron, me pusieron en el poder. Los presidentes de Estados Unidos me hicieron socio de sus empresas petroleras. ¿Quién creería que iba yo a ofender a mi armero, a mi maestro, a mi soporte político, a mi aliado internacional, a mi socio capitalista, a mi Profeta en la Guerra Santa contra el comunismo? -No se ponga cómico. Nosotros hacemos las preguntas. -Parece que no se han hecho muchas. -¿Dónde ha estado estos tres meses? -Tratando de entregarme. -¿Y por qué no nos enteramos? -Ustedes siempre se enteran demasiado tarde. -Váyase. -Pero yo he venido a entregarme. -Usted no comprende. Llevamos tres meses incinerando Afganistán con la excusa de que lo buscamos allí. ¿Qué sucede si aparece en otra parte? -No podrían seguir destruyendo el país. Los culpables de esa agresión injustificada serían condenados como criminales de guerra, y deberían pagar por los daños causados. -Llevamos tres meses ocupando con nuestros ejércitos a los mayores países productores de petróleo del planeta. ¿Qué pasa si por casualidad Osama bin Laden no está en el Medio Oriente? -No tendrían excusa para estacionar sus tropas sobre las mayores reservas de hidrocarburos del mundo. -La búsqueda de Osama bin Laden justifica también la creación de esta superpolicía de seguridad, por encima del FBI, de la CIA, de los tribunales, con derecho a intervenir todas las comunicaciones del mundo y con licencia para detener indefinidamente, torturar y matar ¿Qué pasa si Osama bin Laden se aparece de repente? -¿Estados Unidos permitiría que volviera a haber derechos humanos? -Nunca lo ha permitido. Pero perderíamos la coartada para tener bajo nuestro mando a todos los ejércitos del planeta: buscar a Osama. Voy a cerrar los ojos, voy a contar hasta un millardo, y usted se me esconde donde yo no pueda verlo. Usted, nuestro más fiel servidor anticomunista, obedezca una vez más la Voz del Amo ¡Escóndase! -Pero ahora no sirvo como coartada para aniquilar Afganistán. Ya lo arrasaron completamente. -Mientras busquemos a Osama, tenemos excusa para destruir países, y mientras destruyamos, tenemos excusa para seguir buscando. Quién quita que se nos ocurra ir a buscarlo hasta Irak, o Colombia, o Cuba... -Coma avispa, que cigarrón atora. -Yo lo que sé es que candidato a arrasamiento huele a petróleo. ¿Quién será, quién no será? Tin, marín, de dos parihuelas... ¿Venezuela? ¿Venezuela? 8 de diciembre de 2001
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TERRORISMOS Terrorismo, violencia ilimitada contra indefensos. Todas las guerras del pasado siglo y las del presente son hecatombes de civiles desarmados. Terrorismo estratégico. La industria armamentista es el negocio más productivo del globo. Cinco potencias que integran el Consejo de Seguridad de la ONU son los principales fabricantes de armamentos. Para venderlos promueven guerras en las que sus Estados títeres aplastan Estados o movimientos díscolos. Cuando sus Estados títeres se les vuelven inmanejables, son liquidados por nuevos diluvios de armamentos, cuya venta resuelve la recesión. El costo de esta orgía armamentista, que bastaría para acabar con el hambre del mundo, es pagado por las víctimas. Terrorismo estupefaciente. El tráfico de drogas es el segundo negocio más productivo del globo. Las siete potencias más poderosas controlan el financiamiento, la distribución, el consumo, la reinversión. Los bancos de Estados Unidos manejan anualmente 300 mil millones de dólares provenientes del narcotráfico, y blanquean en el mismo lapso unos 500 mil millones de dólares de origen dudoso. Movimientos financieros de tal magnitud no pueden ocurrir sin conocimiento o consentimiento de las autoridades. El mismo país que administra el tráfico de drogas mundial califica de narcotraficantes a los países que quiere intervenir, como Panamá o Colombia, o desestabilizar, como Perú o Bolivia. Terrorismo energético. El de los hidrocarburos es el tercer negocio más productivo del globo. Las guerras del siglo XX y las del XXI se pelean con petróleo y por petróleo. El terrorismo estratégico y el estupefaciente se coligan política y militarmente para transferir el control de éste desde los países dueños de los yacimientos a las grandes potencias consumidoras. Su meta es dilapidarlo en pocas décadas de negociado, dejando a la humanidad sin reservas energéticas y contaminada. Terrorismo ecológico. Los países más poderosos, que apenas tienen el 20% de la población del planeta, consumen cerca del 80% de los recursos de éste. Para ello envenenan y recalientan la atmósfera, contaminan los océanos, acaparan y dilapidan las reservas de agua potable, destruyen la capa de ozono, aniquilan la biodiversidad, talan las selvas, contagian la biosfera con transgénicos incontrolables, hacen el planeta progresivamente inhabitable. Terrorismo financiero. Estados Unidos obliga a los demás países a respaldar sus monedas con dólares, aunque a partir de 1974 el dólar no está respaldado con nada. Especulaciones desorbitadas centuplican el falso valor de este papel pintado. Para obtenerlo en préstamo los Estados títeres entregan soberanía y recursos y constituyen deudas impagables que consumen cerca del 50% de su Producto Territorial Bruto, colapsan sus economías y destruyen el nivel de vida y los derechos humanos y sociales de sus ciudadanos. Según cálculos de la Unicef, medio millón de niños muere cada año como consecuencia de los ajustes económicos desde el comienzo de la crisis de la deuda. Terrorismo cultural. Las potencias que monopolizan los medios predican un pensamiento único, una sola hegemonía, un solo modelo de civilización como el único posible, y encomian la imposición absoluta de los anteriores terrorismos como destino global inevitable. Sus noticieros reseñan hasta la saturación las 7.000 víctimas del atentado de las torres, y desenfatizan u omiten las 3.000 víctimas de la intervención estadounidense en Chile, los 5.000 civiles que sus bombarderos incineraron en Panamá, los 30.000 desaparecidos por gobiernos títeres en Argentina, las 40.000 víctimas del acoso de Estados Unidos contra Nicaragua, los 200.000 indígenas aniquilados en Centroamérica, los millares de venezolanos exterminados durante el Sacudón, la hecatombe de los bombardeos contra Bagdad y Kosovo, y la carnicería de las agresiones de Clinton contra Sudán y Somalia, que según Noam Chomski arrojaron más víctimas civiles que las del World Trade Center. Llueve terror desde todos los cielos inventados y por inventar. Contra este diluvio sólo tenemos la luz de la conciencia, que no nos ha sido dada para adular al poder de turno a cambio de dádivas, sino para distinguir los verdaderos enemigos y defendernos. 13 de octubre de 2001
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REMEMBER THE MAINE Dos explosiones sacuden la bahía. El símbolo del poderío estadounidense estalla en llamaradas. El acorazado Maine se alza de las aguas con la proa deshecha, cae de costado, se hunde por la popa. El descomunal incendio alumbra el puerto de La Habana hasta la medianoche del 15 de febrero de 1898. Las unidades de la flota española se agolpan para el rescate. El comandante Sigsbee, que estaba casualmente fuera del buque con todos sus oficiales, urge que “la opinión pública debe suspender todo juicio hasta conocer los detalles de lo ocurrido”. Pero la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado y la prensa de William Randolph Hearst ya tienen un culpable. El Evening Journal, el Evening Post, el Herald, el World incriminan a España. En vano alegan los ibéricos, desgastados en su contienda contra la independencia de Cuba, que nada tienen contra el Coloso del Norte. Inútilmente rechazan la intervención los patriotas cubanos, a punto de conquistar su libertad. Estados Unidos declara la guerra a la debilitada España, le hunde la flota, le arrebata como botín Puerto Rico y las Filipinas, la base de Guantánamo y la tutela de facto sobre Cuba a través de la Enmienda Platt. Moraleja: declarándose agredido, como en el caso del Maine, o siendo agresor, como en la escaramuza de El Álamo (tras la cual arrebató más de la mitad del territorio de México) Estados Unidos siempre elige el enemigo que conviene para su política exterior, y le arranca el tributo que más codicia para afirmar su hegemonía. En el presente caso, antes que sus descuidados cuerpos de seguridad aporten pruebas concluyentes, Estados Unidos ya declara guerra y precisa enemigo conveniente. Como suele suceder, éste es un antiguo aliado. Al igual que Saddam Hussein o Noriega, Osama bin Laden fue apoyado por la seguridad estadounidense. Según el Daily Mail de Londres, George W. Bush fundó una compañía petrolera asociado con Salem, el hermano de Laden. Al igual que Saddam y Noriega, Osama termina satanizado cuando se precisa recuperar el control de objetivos fundamentales: Kuwait, Panamá, Afganistán. Como también suele ocurrir, el enemigo conveniente es sólo excusa para el sacrificio codiciado. Las investigaciones todavía no comprueban culpables individuales. Sin embargo, Estados Unidos ya lanza un ultimátum que reclama la capitulación total de un país, de un credo, de todo el planeta: En lo político, exige la subordinación global. “O están con nosotros, o con los terroristas” amenaza George W. Bush. Para no estar con los terroristas, los latinoamericanos debemos poner nuestros ejércitos a disposición del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, que Estados Unidos ha violado repetidamente. En lo táctico, Estados Unidos impetra la sumisión total de los aparatos de inteligencia de todos los países a su “Red Global contra el Terrorismo”. Para ello crea una nueva agencia de seguridad, y su Departamento de Justicia envía a su Congreso un “paquete de leyes antiterroristas” que libera a sus policías del control judicial, restituye a la CIA la “licencia para matar” y la autoriza para seguir interfiriendo los correos electrónicos con fines de espionaje político, financiero e industrial. En lo económico, Estados Unidos se arroga el derecho de embargar cualquier cuenta bancaria y fuerza la imposición global de los tratados de libre comercio que le convienen mediante acuerdos “fast track” que su Presidente puede celebrar sin previa consulta al Congreso. Grave crimen es que se desate la destrucción sobre civiles indefensos. Injusticia infinita es que se la invoque como excusa para instaurar la hegemonía política, militar y económica de una sola potencia sobre el Medio Oriente y el resto del planeta. La verdadera guerra es esta ofensiva de acuerdos que equivalen a tratados de rendición incondicional de los inocentes. Por cierto, la comisión estadounidense que revisó los restos del Maine impidió el acceso de otros observadores al interior del naufragio. Los buzos españoles verificaron que no había peces muertos en la periferia, y que las planchas del casco estaban dobladas hacia fuera. Por ello dictaminaron que la explosión ocurrió dentro del buque. Igual conclusión sostuvo Alger, el técnico en explosivos del Departamento de Marina de Washington, y el teniente coronel Bucknill en la revista Engineering. Tales razones no movieron a Estados Unidos a liberar Puerto Rico, las Filipinas ni Guantánamo, ni a devolver su autonomía a Cuba, que ésta debió reconquistar cruentamente en 1958. No creo que la actual situación se parezca a la del Maine en sus causas, pero sí en sus efectos. Lloremos a las víctimas, y evitemos serlo. 29 de septiembre de 2001
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COMENZÓ LA CUARTA GUERRA MUNDIAL 1 Los habitantes de la ciudad desarmada y desprevenida apenas advierten el zumbido del avión. Luego sienten la luz, el estrépito, la explosión. Otro aeroplano ya enfila hacia el segundo blanco indefenso. Miles de víctimas mueren sin comprender lo que pasa. Así son incineradas Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Culmina la estrategia del comando de bombardeo aliado que ha reducido a piras funerarias otras ciudades igualmente desprovistas de objetivos militares, como Bremen, Dresden, Hamburgo y Dortmund. Termina la Segunda Guerra Mundial, conflicto donde nueve de cada quince bajas son aportadas por la inerme población civil. 2 Cada nueva contienda redefine los conceptos de enemigo, campo de batalla, objetivos, estrategia y táctica. La bomba atómica, al elevar a su cumbre absoluta la orgía de linchamiento de civiles indefensos de la Segunda Guerra Mundial, sienta las bases de la Tercera. Aquella había sido un juego suma cero, en el cual lo que ganaba una parte lo perdía el adversario. Ésta era un juego de suma menos cero, en el cual todos podían perderlo todo. La Guerra Fría, como se llamó a la Tercera Guerra Mundial, desplazó la hecatombe de civiles hacia pequeñas guerras “limitadas” y hacia la aniquilación masiva de bienes económicos. Durante casi medio siglo las dos potencias más poderosas de la tierra dilapidaron su Producto Interno Bruto en una agotadora carrera armamentista. La Unión Soviética la costeó con ingentes sacrificios en la inversión interna y en el nivel de vida. Estados Unidos la financió –o logró que los países occidentales se la financiaran– mediante la emisión de dólares inorgánicos y una pesada deuda externa. Exhausta en esta inmolación planetaria al gasto armamentista, la Unión Soviética sufrió todas las humillaciones de potencia derrotada: desmembramiento territorial, desarme unilateral, devaluación, rebatiña de sus riquezas entre mafias, pérdida para su población de todas las conquistas sociales. 3 Estados Unidos, por el contrario, asume la postguerra con toda la prepotencia de nación vencedora. Como rectora de la OTAN y dueña de la primera industria armamentista del globo, monopoliza el mercado de la coacción masiva. La ejerce a través de un gobierno global, el de la ONU. Impone su hegemonía financiera mediante el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Bajo la amenaza de esta Paz Americana, casi todos los países de Occidente descienden a la condición de Estados postsoberanos. Al que ejerza la más mínima autonomía se le trata como Estado díscolo: se lo bloquea como a Cuba, se lo desestabiliza como a Chile, se lo invade como a Panamá, se lo ocupa como a Haití, se lo acosa como a Libia, se lo calcina con bombas, como a Irak. Los Estados postsoberanos operan así como gendarmes locales ejecutores de las políticas financieras y estratégicas del Policía del Globo. Al igual que los Ratkamp, alcaldes de los campos de concentración nazis, los mandatarios postsoberanos son elegidos por los reclusos. A la manera de aquéllos, ejercen el terrorismo económico contra sus administrados. Actúan como sanguijuelas que garantizan la transferencia de riqueza y trabajo barato a los países más desarrollados mediante políticas de apertura económica unilateral o de pago de la deuda externa. El objetivo de la nueva contienda es traspasar la totalidad de la riqueza planetaria a la veintena de multinacionales que ya acaparan más de la mitad de las propiedades del globo. 4 Al igual que la Segunda Guerra Mundial, la Cuarta se ceba en la población civil. Registra la Unicef que cerca de medio millón de niños perece cada año en los países subdesarrollados como consecuencia de la crisis de la deuda. Como en los campos de trabajo forzado nazi, los mandatarios postsoberanos fuerzan a sus gobernados a aceptar remuneraciones inferiores al nivel de supervivencia, y los despojan de sus derechos sociales a la educación, a la salud, a la seguridad, a la estabilidad laboral. Abruptas devaluaciones de las monedas locales abaratan el trabajo y la transferencia de valores al exterior. De repente la población comprende que ni el gobierno ni los partidos postsoberanos la representan, se rebela contra la farsa, y es masacrada durante una semana entera. Así revienta la Cuarta Guerra Mundial en Caracas, el 27 de febrero de 1989, como popularazo que se extiende a todo el país, e inicia el reguero de sublevaciones que se enciende intermitentemente en Miami, en Chicago, en Quito, en Buenos Aires, en Seattle, en Génova. 5 Los Estados Mayores intentan librar toda nueva guerra con las reglas de la anterior, y la pierden cuando el adversario les impone sus nuevas leyes. En la Cuarta Guerra Mundial hay todavía un bando organizado en Estados hegemónicos, que defiende objetivos territoriales precisos mediante ejércitos y armas convencionales. Pero sus antagonistas ya no son los estados postsoberanos, sino clases, castas, etnias, marginalidades, excluidos, deudores, credos, movimientos de liberación nacional, ecologistas: lo que otros llamarían Organizaciones no Gubernamentales, sociedad civil, o simplemente Humanidad. El armamento tampoco es convencional: las armas se inventan, se improvisan o se expropian al enemigo. El campo de batalla no queda segregado en fronteras ni en áreas estratégicas: ocupa toda la extensión del globo. En la misma medida en que el poder financiero devora el planeta, coloca en su interior al adversario. En vano postula escudos nucleares contra agresores extracontinentales o extraterrestres. El enemigo está en sus entrañas: es sus propias entrañas. 6 La Cuarta Guerra Mundial, como la Segunda, también se trae entre manos una Solución Final: esta vez la del Problema de la Humanidad. Cuando la concentración de capitales y la automatización acumulen toda la propiedad del planeta en pocas docenas de propietarios, todos los demás seres humanos serán desechables. Adivine usted en cuál grupo quedará comprendido, y sabrá qué bando le corresponde en la última Guerra Mundial. 16 de septiembre de 2001
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VERDADEROS CALVARIOS Calvario urticante Me telefonea una amiga alemana a quien llamaré Kirsten von Hohenzoller. Sufre una alergia que su médico califica de sicosomática. Le comenzó al recibir la noticia de la guerra. Esta historia parece inventada, y como todas las de este artículo es verdadera. Desde entonces cada bombardeo contra población civil la empeora. Cada conteo de niños muertos le aviva el escozor. Alejarse de las pantallas no la alivia. La imaginación sigue encendida. El sueño trae pesadillas que la piel recuerda como erupción. Le digo que en su martirizado cuerpo tiene el remedio para todas las guerras. Kirsten está en el deber de contagiar su alergia al mayor número de personas. Yo le pagaría un pasaje hasta Washington. Enfermedades estúpidas como la neumonía atípica se propagan alegremente. El único padecimiento inteligente, que no es enfermedad sino remedio, la aflige a ella sola en un mundo que necesitaría que a los criminales que hacen la guerra les picara la piel en lugar de la conciencia que no tienen. Calvario con Ley de Hacienda Estadal Estalla la guerra contra Venezuela. En 1983 agentes enemigos camuflados como políticos la hieren mortalmente al lograr que Estado, gobernaciones, municipios, institutos autónomos, empresas públicas y fundaciones contraigan una demoledora deuda de 27 millardos de dólares y se la carguen a la Nación. Resultado: pueblo en la miseria, instituciones desmanteladas, sangría anual en intereses. Revienta la batalla para desintegrar Venezuela. Desde 1991 emperadores aldeanos, gobernadores imperiales, reyezuelos municipales y déspotas en alpargatas inventan 330 nuevos municipios cada uno dotado de burocracia incosteable y policía propia para utilizar como ejército privado en guerras internas entre Zulia y Mérida, Carabobo y Sucre, Lara y Yaracuy, Metropolitana y Polisucre, Polibaruta y Polichacao contra todo el mundo. Consecuencia: la anarquía. Detona la campaña final para rematar Venezuela. Endeudadores y federalizadores agazapados en la Asamblea Nacional disparan el arma de aniquilación masiva llamada Ley de Finanzas de Hacienda Pública Estatal. El proyecto autoriza a cada Estado a cobrar impuestos y guardárselos. Efecto: más nunca el gobierno nacional podrá coordinar ni financiar ningún plan, sea educativo, sanitario, de vialidad o de seguridad y defensa. La cabeza nuclear autoriza a cada gobierno regional a contraer nueva deuda pública a voluntad. Resultado: triplicación en pocas horas de la deuda actual, argentinización de Venezuela. Judas prepara su beso aplicándose en los labios pintura de Ley de Hacienda Pública Estadal. Calvario con impuestos Venezuela acaba de firmar otro Tratado contra la doble tributación, esta vez con España. Con ella van quince países – comenzando por Estados Unidos– cuyos ciudadanos y empresas quedan exonerados de pagar la totalidad o gran parte de los impuestos que nos deben por ganancias obtenidas en Venezuela. Los venezolanos sí debemos proporcionarles nuestros recursos y costearles con nuestros impuestos incrementados los servicios públicos, la seguridad jurídica y la educación, la salubridad y la seguridad social de los trabajadores. Anuncia la prensa que cerca de 50.000 venezolanos piensan nacionalizarse españoles. Son 50.000 contribuyentes que perderá nuestro Fisco. En nuestro país hay dos tipos de contribuyentes: los extranjeros, que no pagan, y los venezolanos, que tendremos que pagar por nosotros y por ellos hasta que recordemos que este país es nuestro. Calvario con OPEP Los primeros muertos de la guerra de Irak cayeron en abril en Venezuela. La guerra comenzó antes de lo que muchos piensan, y durará más de lo que la mayoría imagina. El conflicto se desata contra la OPEP. Se intentará quebrarla inundando los mercados con petróleo iraquí. Se tratará de revertir sus nacionalizaciones, desestabilizar sus gobiernos, monopolizar la mayoría de sus reservas para luego estrangular energéticamente al resto del mundo. La contienda se desata contra la Unión Europea, cuyo producto interno bruto casi iguala al de Estados Unidos, cuyo euro se revalúa frente al devaluado dólar. La ofensiva se dispara contra China, cuya economía presenta tasas de crecimiento de más de 8 %. La conflagración se apunta contra Rusia, gigante en vías de recuperación y posible aliado de europeos y chinos contra el nuevo poder unipolar. La agresión se desencadena contra los islámicos, cuyos gobiernos serán los primeros desestabilizados, cuyos fundamentalismos serán perseguidos policíaca y militarmente. La beligerancia se declara contra cualquier país del Tercer Mundo que tenga recursos, biodiversidad o mano de obra barata. Calificamos triplemente. Contra todos avanza el bloqueo energético, financiero, mediático y militar. Calvario con invasión Bloquean tu país, te embargan sus fondos en los bancos internacionales, te imponen inspectores que verifican que no tienes cómo defenderte, te bombardean los niños, te masacran las mujeres, te arrasan las ciudades, roban tu patrimonio histórico, falsifican tu información, insultan tus costumbres, tu cultura, tu religión, te imponen un gobierno militar de ocupación, se reparten tus riquezas. Piensas que este Calvario no te afecta porque les ocurre a otros. Lo que dejaste hacer a tu prójimo te lo haces a ti. Existe el infierno, y consiste en que en esta vida padeceremos los calvarios a los cuales pretendimos permanecer indiferentes. Calvario con lluvia La buhonera bajo la primera lluvia cubre con un plástico su cajón que quién sabe qué pacotilla ofrece. A fuerza de fealdades parecen también de pacotilla la ciudad que nadie compone, y la vida que nadie sabe si se resolverá aunque sea por este día. La buhonera sonríe, y es su fea sonrisa lo único que no parece pacotilla. 20 de abril de 2003
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PESADILLAS Pesadilla con buenos y malos Los buenos de la película quieren quitarles a los malos el petróleo, el agua dulce y la biodiversidad. Los malos de la película son malos porque no quieren dejarse quitar su petróleo, su agua dulce ni su biodiversidad. Los buenos de la película invaden los países ajenos. Los malos de la película defienden su país invadido. Los buenos de la película envían a la ONU para que verifique que los malos no tienen armas de aniquilación masiva. Los malos de la película son masivamente aniquilados después que la ONU certifica que están indefensos. Los buenos de la película no suscriben convenciones sobre Derechos Humanos. Los malos de la película son invadidos en nombre de los Derechos Humanos. Los buenos de la película son humanitarios porque tiran explosivos desde bombarderos. Los malos de la película son terroristas porque tiran explosivos a mano. Los buenos de la película son inocentes aunque se demuestre su culpabilidad. Los malos de la película son culpables aunque demuestren su inocencia. Los buenos de la película amenazan con castigar como criminales de guerra a quienes saboteen las instalaciones petroleras a las que ellos quieren ponerle mano. Los malos de la película no pueden ponerle ni la mano a quienes sabotean sus instalaciones petroleras. Los buenos de la película obligan a todo el mundo a aceptar su papel moneda, que no está respaldado por nada. Los malos de la película no pueden emitir papel moneda sin respaldarlo con papel moneda de los buenos, que no está respaldado por nada. Los buenos de la película garantizan la libertad informativa secuestrando y despidiendo periodistas, deteniendo manifestantes, censurando sus propios medios y bombardeando los ajenos. Los malos de la película son tratados de malos en los medios censurados. Los hombres, las mujeres, los niños no son buenos ni malos, sino victimarios o víctimas, asesinos o asesinados en una película que seguirá siendo atroz mientras continuemos siendo sólo espectadores en vez de escribirle el guión y dirigirla. Pesadilla con petróleo En la estación de gasolina de la gran potencia repentinamente un surtidor comienza a llenar el tanque con sangre. Surtidor tras surtidor de alto octanaje sangra glóbulos rojos. Lo mismo sucede con las grandes mangueras del combustible diesel y con las latas de aceite que una vez perforadas derraman líquido encarnado. Pasa igual con los tanqueros cuyos depósitos sólo contienen un plasma bermejo. El oro rojo llena oleoductos y contamina derivados. Los orificios del gas de la calefacción sangran líquido rubí y poco a poco la contaminación misma del cielo sobre los rascacielos toma un tono carmesí que llueve gotas purpúreas. Casi no hay maquillaje que no contenga petróleo y todos dejan sobre los rostros cuajarones colorados. También los plásticos del moblaje y los tejidos sintéticos de las ropas y el asfalto de las vías y el caucho artificial de empacaduras y neumáticos morosamente enrojecen, palpitan. En los tanques de aeroplanos y bombarderos el combustible se hace viscoso y deja en las nubes estelas purpúreas. Las medicinas químicas los condimentos artificiales los colorantes sintéticos del papel moneda se convierten en los fluidos vitales derramados para robarlos, ante la indiferencia de la mayoría de los consumidores que se acostumbran o quizá han estado siempre acostumbrados hasta que poco a poco la gran potencia deja de palpitar coagulada en el último diluvio de sangre. Pesadilla con parafina La gran potencia sin petróleo con sus superarmamentos asesina a los pueblos de los pequeños países para robarles los yacimientos de petróleo, sin creer los rumores de que disponen del arma para aniquilar a la gran potencia, la cual inunda sus oleoductos refinerías maquinarias vehículos con el petróleo robado, cuando repentinamente llega la noticia de que poco antes de la guerra fue sustraída de los laboratorios israelíes la bacteria que devora petróleo y derivados y los convierte en parafina y apenas los servicios secretos de la gran potencia se rompen la cabeza para adivinar dónde puede haber ido a parar la bacteria todos los oleoductos, los yacimientos, las refinerías, las maquinarias, las reservas de la gran potencia y del mundo se paralizan y babean una catarata de inútil parafina. 6 de abril de 2003
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HISTORIAS DE LA GUERRA Comprende a tu enemigo Comprende a tu enemigo, dice el instructor, comprende a tu enemigo. No basta con bombardearlo, compréndelo, sólo así lograrás la victoria. No basta la destrucción hasta los huesos de los niños. No bastan los campos arrasados ni las madres calcinadas, no bastan, porque son fanáticos, porque después de muertos mil veces seguirán siendo enemigos. Hoy he descargado cinco tiros en la cabeza de mi instructor. Comprendo a mi enemigo. Pequeño error Debido a que el gasto armamentista no permite invertir en buenas escuelas los hijos de los yanquis no saben geografía. Por tal motivo, la primera misión contra Bagdad se confunde y arroja todas sus bombas sobre Washington, DC. El botón El botón para empezar el Holocausto debe estar en algún sitio de la Tierra, disimulado como un botón normal. Desde que lo sé tengo fobia a los botones. Aprieto el botón del timbre del siquiatra. La primavera se enciende en un millar de capullos nucleares. Máquinas bélicas La máquina analítica de la táctica y la estrategia antes de empezar la guerra notifica a cada soldado y a cada baja civil el día y la hora y el segundo de su muerte. La máquina de la guerra intrapersonal estimula a cada órgano para que pelee contra los demás órganos del mismo organismo hasta la muerte o la victoria que es también la muerte. La máquina de la guerra considera que los humanos de su propio bando no son lo suficientemente inteligentes para hacer la guerra y los destruye para sustituirlos por máquinas de guerra. La máquina de la guerra del bando contrario deduce que los humanos que quieren hacer la guerra no son lo suficientemente inteligentes y los aniquila para sustituirlos por máquinas que no hacen la guerra. De terror Soy el jefe de la potencia armamentista más poderosa de la Tierra; tengo en mis manos el botón para destruir el mundo y primero destruiré como terroristas a quienes no me apoyen. Para acabar de una vez con las guerras Abre sus puertas la gran fábrica de fusiles que disparan por la culata. 23 de marzo de 2003 LA GUERRA Antes Veo la guerra al revés, ¡oh! qué alegría De los incendios nacen arboledas Se juntan los dispersos miembros de los niños Los ojos reviven y sorben las lágrimas De las ruinas renacen triunfalmente las moradas El hierro escapa de las carnes y éstas cierran sus heridas Las bombas huyen a lo alto y de cada cráter brota una flor de vida Las tropas retroceden, retroceden Los armamentos vuelven al acero Los enamorados convierten sus separaciones en encuentros Veo la guerra al revés y mi cuerpo Sigue atado a la guerra normal, que comienza Durante Los países dominantes construyen un Complejo Militar Industrial que convierte en armamentos toda la riqueza que la humanidad crea. La humanidad desarrolla un Sencillo Civil Humanitario que convierte en riqueza todos los armamentos que los guerreristas elaboran. La construcción de un solo bombardero consume los recursos que se habrían podido emplear en diez mil escuelas. El Sencillo Civil Humanitario convierte el bombardero en diez mil escuelas nuevas completas olorosas a tiza. Con la décima parte de lo que se gasta en la industria armamentista basta para desaparecer toda la pobreza del mundo. La aplicación del Sencillo Civil Humanitario a la industria armamentista basta para hacer diez veces más ricos a quienes alguna vez fueron pobres. El Complejo Militar Industrial prepara la Máquina del Juicio Final para destruir al Sencillo Civil Humanitario. El Sencillo Civil Humanitario crea al Ser Humano para destruir al Complejo Militar Industrial. Comienza la cuenta recesiva. Nadie sabe quién ganará. Después Hay un universo paralelo en el que no hubo guerra y los niños siguieron viviendo y los artistas siguieron creando y los enamorados siguieron amando y a veces ese mundo se deja ver como un espejismo en las ruinas del nuestro, para nuestro goce, para nuestra desesperación, nuestra vergüenza. 23 de marzo de 2003
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VISIÓN Allá va, allá va el carretón de la muerte y en su tope los usureros y en sus barandas los mercenarios que defienden a los usureros y en sus entrañas la máquina que convierte la vida en tanto por ciento y el dolor que quema la atmósfera y los engranajes que trituran las especies y la avaricia que tarifa las mentiras y la gran caja fuerte que guarda íntegramente la propiedad sobre todo y sobre todos; allá va allá va, acomete y devora y vende armamentos para producir guerras y produce guerras para vender armamentos y traga recursos y vomita veneno; allá acelera sus relojes que marcan la cuenta recesiva del Apocalipsis: arremete allá el carretón estrepitoso con antenas que multiplican el infundio hasta confundirlo con pensamiento y disminuyen el pensamiento hasta hacerlo único, avanza estrepitosamente se estremece se balancea y tras él las cacatúas los bendecidores los legitimadores los apoyadores los arrendadores de silogismos los alcahuetes de la pauperización las guacamayas de la intelección los fragmentadores que separan ciencia de conciencia allá van los sacerdotes de la tasa de cambio los pontífices del rédito los arúspices del desvalijamiento los papas de la acumulación los dioses de la bolsa los monaguillos de la venta al detal de los escrúpulos los sepulcros ennegrecidos los templos de los mercaderes los altares del genocidio; allá reptan tras las migajas los miméticos los amansados los domados los integrados los domesticados los cotizados los conversos los arrepentidos los dos veces fallecidos los conformes y los conformados los que no están vivos sino mal embalsamados allá se contuercen allá trepan allá se desploman Allá va el poder que garantiza el hambre allá irrumpe la prepotencia que quita prestaciones y arrebata pensiones allá va la religión del salario mínimo y el beneficio máximo allá van los exprimidores de la economía informal las moledoras de la maquila allá van los fondos de pensiones que dejan a todos sin pensiones y sin fondos; allá va la bomba que succiona el impuesto al desarrapado y lo perdona al gran monopolio extranjero; allá embiste el carretón de la riqueza para uno y la miseria para todos; avanza, se atasca, trepida, arremete, allá va allá corre rodando sobre la alfombra de las víctimas que defienden el engranaje que las aplasta; allá zigzaguea hacia el futuro deshabitado desde que impera el decreto de que no hay futuro; centellas misiles y bombas inteligentes y lluvias de fuego apunta y dispara contra toda rebelión; el acto mismo de no darle megabeneficios es ya rebeldía; la intención de respirar gratuitamente es insurgencia; allá acelera el carretón de los menos sobre el consentimiento de los menos que menos: ensucia, envenena, empuerca, prostituye, bufa: expele titulares: sobre sus torretas lanzallamas monta patíbulos: por sus escapes vomita todo lo noble comercializado vulgarizado banalizado: allá va el carretón que mata, el carretón que invade, el carretón que especula, el carretón que divide e impera: no hay más, no puede haber más dicen los proxenetas: el carretón es lo único: sus ruedas que trituran pavimento lubricado por médulas: sus fauces que se alimentan del padre que traiciona al hijo y del hermano que vende al hermano y del humano que mercadea al humano: allá va el carretón remodelando su imagen; lifting, marketing, motivational research pintarrajean las fauces de acero inoxidable y el pensamiento de pedernal: podre y plaga eructan sus scanners y el enjambre de satélites y de telarañas mediáticas que confiscan la idea; allá va, allá acelera el carretón en el cual todos quieren estar instalados y que deja a todos afuera; allá embiste la carreta que plagia: allá va el carromato que miente; allá va la carroza que usurpa; allá va el ojo que degrada y la pupila que sólo mira el bestseller y quita todo a todos menos la autoayuda; allá van los bastardos del titular y los ratones paridos por la pantalla chica; allá va el rating que prohíbe los trinos y el altoparlante que confisca los silencios, allá prolifera el ruido que ahoga todos los sonidos y el slogan que devora lo imaginario. Allá pasan los anzuelos los señuelos las promesas emperifolladas de muerte; allá se desplazan las listas negras los decretados silencios las censuras los comités de la inquisición empresarial; allá marcha el silogismo uniformado decapitando pueblos con la hoz de la microfísica; allá van las antorchas que queman el velo protector de los cielos y reformulan el porcentaje de las bajas aceptables; allá va el privilegio, allá va el prejuicio, allá van los servidores del carromato que se devoran unos a otros y escupen los desechos sobre los que desfallecen; allá va el segador que devora a quienes devoraron a cuantos se dejaron devorar; allá va el carretón ya a punto de hacer a todos propietarios de nada y a la nada propietaria de todos; allá apuntan contra la frontera del milenio; allá embargan las centellas del firmamento y subcontratan el aliento y mercan el latido mientras en los agotados cielos espían las constelaciones del mal y la carroza de la nulidad se abisma en la nada que ella misma procrea Un gallo canta y todos los seres se convierten en soles un sol canta y va desapareciendo la fiebre o quizá la fiebre persiste y voy desapareciendo 23 de diciembre de 2000
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GOLPE MEDIÁTICO Y DICTADURA VIRTUAL Cacerolas Durante décadas la vida caraqueña pareció un tango: Silencio en la noche, ya todo está en calma, el músculo duerme, la ambición descansa. Sólo se oían disparos, que garantizaban el descanso eterno a quien turbaba la paz sindical o intelectual. Pues antes no había cacerolas, sino sartenes y ollas. A los primeros los tenía por el mango el bipartidismo, y las populares ollas estaban como calladas a pesar de que se morían por resonar porque no tenían nada adentro. La primera marmita que escandalizó fue chilena, olla podrida que en 1973 llamó a la CIA para que asesinara a Salvador Allende, sepultó a la mitad de sus compatriotas en la pobreza y a la otra mitad en el estadio. Después del 27 de febrero las baterías de cocina de los ranchos enfrentaron las baterías de fuego del puntofijismo al grito de ¡Pueblo, escucha: ésta es tu lucha! ¡Pueblo, colabora, suena tu olla ahora! Y es que la cacerola es una olla participativa, opinadora de oficio, activista, olla refractaria a cualquier guiso, que sube cerro y brinca barranco sin temor a los tropezones. Nunca se vio en el fuego al puchero sifrino, teflón mayamero decorativo de la cocina americana cuya dueña ni lo toca aunque a cada rato la agarran con las manos en la masa. Tampoco se quemó el pecho durante décadas cierta cazuela intelectual, ni resonó mientras acompañaba a su dueño de restoranes de haute cuisine a templos de cuisine nouveau en sacrificadas misiones diplomáticas por la ruta del Chanel: Madrid, Roma, Londres, París. En cuarenta años nunca dio una nota destemplada la quinta paila sindicalera, demasiado ocupada en repartirse con los patronos las presas del sancocho de la ilegalización de huelgas y el robo de prestaciones sociales. La marmita puntofijista fue sólo tapadera que durante cuarenta años pretendió que no pasaba nada en el país, para estallar en pedazos como olla a presión de tanto freír al pueblo para servírselo a Fedecámaras. Dijo Santa Teresa de Jesús que Dios anda en los cacharros de la cocina, pero nunca repicaron por los pobres las calderas ahítas de patronato eclesiástico de los curitas de misa y olla. Como las señoritas de antaño, que recibían serenatas en sus balcones, estas escudillas suntuarias ahora dan conciertos desde sus ventanales, tañidas delicadamente por la cachifa a quien la patrona dice vaya y percútame ese utensilio pero con extremo cuidado no me le vaya a rayar el cromo mire que se lo descuento del sueldo. La verdad es que a cada tequichazo todas envidian a la olla virtual, a la olla CD que desde decodificadores láser mediante ecualizadores digitales con circuitos DVD y amplificadores cuadrafónicos monopoliza a control remoto todos los oídos sin jamás haberle quitado el hambre a nadie. A la hora de montar la olla, así como transmite el cacerolazo que no está siendo tocado, difunde la noticia que no sucede y el país que no es, sin importarle que en realidad no haya nada en dos platos. Este es el repique único de la Única Olla del Pensamiento Único, que quiere sancochar al planeta en un caldo global de jugadas financieras y especulaciones bancarias en el cual no se le vea la sustancia al hervido. Bienvenido el escándalo, pero hay que afinar el oído para distinguir entre las cacerolas de la turba, que se cansó de que todos la representaran, y el utensilio culinario de la sociedad civil, que no se cansa de decir que representa a todos. Las primeras son demasiadas y se conforman con poco, la segunda es muy poca y no se conforma con demasiado. Claman la una por el golpe y las otras por los tres golpes. Algo se está cocinando. 2 de febrero de 2002
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TURBA Y SOCIEDAD CIVIL Hombres y mujeres nacen iguales, pero el sistema y los medios los dividen entre sociedad civil y turba. De ambos axiomas se desprenden consecuencias precisas. Digamos: sociedad civil pasando hambre, dieta. Turba pasando hambre, costumbre. Sociedad civil en paro, civismo. Turba huelguista, flojera. Sociedad civil que aplaude a militar, civilista. Turba que aplaude a ex militar, caudillista. Sociedad civil que exporta capitales, libertad económica. Turba que paga el alza de precios: improductiva. ¿Se fijan qué fácil es ser reclutado por el lugar común? El chiste racista y la propaganda sifrina deben su eficacia a que nadie quiere identificarse con el perdedor. Pero empezamos a perder desde el momento en que pensamos con las categorías del enemigo. Ensayemos otra categorización y veamos qué pasa. Por ejemplo: turba de más de veinticuatro millones: soberano. Sociedad civil de menos de mil: Fedecámaras. Turba que ahorra: clase media. Sociedad civil que roba los depósitos: Fedecámaras. Turba que estudia y se gradúa: clase media. Sociedad civil que la despide masivamente: Fedecámaras. Turba que vota por político: clase media. Sociedad civil que lo compra: Fedecámaras. Turba que crea pequeñas y medianas empresas: clase media. Sociedad civil que se las quiebra: Fedecámaras. Turba que hace producir fundos: clase media. Sociedad civil que se los arruina con monopolios y agricultura de puertos: Fedecámaras. Turba que cobra y paga sueldos en bolívares: clase media. Sociedad civil que los devalúa fugando dólares: Fedecámaras. Turba que cobra tasas pasivas: clase media. Sociedad Civil que cobra tasas activas: Fedecámaras. Turba que acumula prestaciones: clase media. Sociedad civil que se las reparte con la CTV: Fedecámaras. Turba que sueña con techo propio: clase media. Sociedad Civil que se lo embarga: Fedecámaras. Turba que se esfuerza para conservar empleo: clase media. Sociedad Civil que propone ley para que sólo exista trabajo por horas: Fedecámaras. Turba que hace funcionar el país: clase media. Sociedad Civil que le hace imposible vivir en él: Fedecámaras. Inexplicablemente, ovejas y clases medias no tienen reparos en desfilar junto a sus verdugos. Puede ser que el gobierno no haya desarrollado un proyecto creíble para esos dos millones de profesionales, técnicos y afines a quienes se llama clase media. Pero los gremios patronales aliados con los militares de derecha sí tienen uno, aplicado durante tres décadas en el Cono Sur: migración forzosa. Y no me canso de repetirlo: no tenemos país petrolero donde emigrar. Por lo que me despido con tres perlas cultivadas: Turba: 27 de febrero. Fedecámaras: Viernes Negro. Turba que quiere vivir como sociedad civil: clase media. Sociedad civil que no la deja: Fedecámaras. Si vieres a Fedecámaras, de la clase media en compañía, o Fedecámaras le debe a la clase media, o la clase media es la comida. 2 de marzo de 2002
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¡SE ALZAN CON TU NEGOCIO! Eres propietario único de un negocio. Ese negocio explota bienes de tu exclusiva propiedad. De acuerdo con los estatutos nombras la junta directiva. Tus empleados no aceptan tus nombramientos. Se niegan a rendirte cuentas. Deciden sus propias prebendas y participaciones. Amenazan con cerrar el negocio del que vives. Dime tú, dueño de la más ínfima pulpería, del más modesto periódico, del más encumbrado grupo económico si no pensarías que estás soñando, o que tus empleados han decidido alzarse con lo tuyo. Te juro, compatriota, que no estás soñando. Eres uno de los 24 millones de venezolanos propietarios de Pdvsa. Esa compañía explota el subsuelo, que también es tuyo. La empresa de la que eres accionista único amenaza con matarte de hambre dejando de extraer los hidrocarburos de los que eres único propietario. Un puñado de gerentes considera que el petróleo y la empresa que lo explota ya son exclusiva propiedad privada de ellos, y no del resto de sus connacionales. Para justificarlo alegan méritos. Muy imparciales deben ser para calibrar excelencias que ellos mismos se atribuyen. Muy grandes han de ser esos merecimientos para transferir a sus bolsillos la reserva de hidrocarburos más grande del hemisferio y la segunda transnacional del planeta. Sé que ninguno se ha ganado el Premio Nóbel, ni ha sido canonizado. Tampoco son genios: no se necesita ser superdotado para desplomar a 7 dólares el barril de petróleo. No son desinteresados: pasa de 60% la porción de los ingresos de Pdvsa que se guardan para ellos mismos. No brillan por su lealtad: apenas dejan la empresa nacional, se emplean con la competencia, o sea, con el enemigo. Su único plan es quebrar Pdvsa para privatizarla. No pecan de apolíticos: desde su fundación, todos estos directivos han sido nombrados por el Presidente de la República. Uno de ellos, Giusti, además se candidateaba para Miraflores en publicaciones financiadas quién sabe cómo. Mención aparte se ganan organizaciones sindicaleras reputadas por la subasta de plazas vacantes. Carlos Andrés Pérez, que las conocía, hizo aprobar una norma que prohíbe los paros en las industrias estratégicas. A principios de los años 40 demostró James Burham en The managerial revolution que los gerentes tienden a administrar en su exclusivo beneficio las empresas que se les encomiendan, considerándolas como propias en desmedro de los intereses de sus verdaderos propietarios. La Constitución pauta que Pdvsa no puede ser vendida, y ya algunos de sus directivos quieren confiscárnosla. Recuperar para Venezuela la posesión plena de su principal industria, instaurar en ella la transparencia y hacer que rinda para el Fisco los beneficios que corresponden es el desafío que enfrenta Gastón Parra Luzardo. O él gana, o todos perdemos. 30 de marzo de 2002
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BATALLA POR PDVSA Los tres negocios más lucrativos en el mundo contemporáneo son: el narcotráfico, los armamentos y los hidrocarburos. De ellos, sólo el último es en parte controlado por países del Tercer Mundo. De él depende en su totalidad el destino del llamado Primer Mundo. Una guerra que no se atreve a decir su nombre se pelea hoy en día para arrebatar al Tercer Mundo su precario dominio sobre las reservas energéticas y confiscarlas para las transnacionales de los países más desarrollados. Bombardean Afganistán para instalar sobre sus ruinas oleoductos que surtirán a los europeos. Amenazan extender el conflicto hasta Irak, Pakistán o Corea del Norte para justificar una presencia militar permanente sobre las mayores reservas de hidrocarburos del planeta. Invierten torrentes de dólares en un complejo militar industrial destinado a bajar las cotizaciones del barril mediante la intimidación. No hay choque de civilizaciones, sino reyerta entre ladrones de petróleo. En Venezuela se libra una escaramuza de esta Guerra Mundial, que ganarán quienes se apropien de las reservas de hidrocarburos y de las industrias que las explotan, y perderán quienes se queden sin ellas. Una tras otra han sido ensayadas todas las estrategias para quebrar Pdvsa y justificar su privatización. Primero se inundó el mercado de petróleo hasta devaluarlo a siete dólares por barril. Luego se elevaron los costos operativos hasta consumir más de 73% de lo producido. Ahora se niega el derecho de la República de nombrar su junta directiva, se intentan paros para defender los privilegios de unos pocos gerentes de la Nómina Mayor, se sabotean refinerías. Se llama veladamente al golpe o a la intervención extranjera. José Toro Hardy declara en Venezolana de Televisión que la Junta Directiva de Pdvsa debería estar integrada por Fedecámaras. Los promotores del paro amenazaron dejarnos sin gasolina, sin gas, sin electricidad. De triunfar cumplirían, pero en forma permanente. Si Pdvsa fuera privatizada, la demanda de los consumidores del exterior tendría prioridad absoluta sobre la de los venezolanos. El residuo que no se exportara se nos vendería a precio internacional. Varias veces he denunciado que gracias a los Tratados contra la Doble Tributación, los empresarios extranjeros cancelan en sus países de origen la totalidad o gran parte de los impuestos que nos deben por ganancias obtenidas en Venezuela. Un leve retoque para eliminar de dichos tratados la cláusula que excluye a los explotadores de recursos naturales, y nos quedaríamos también sin impuestos. No sólo perderíamos nuestro petróleo: también los dólares para comprarlo. Quien da lo que tiene a pedir se queda. Se nos propone con frecuencia que imaginemos a Venezuela sin oro negro. Nadie nos desafía a prever un mundo sin hidrocarburos. En un planeta que en pocas décadas agotará sus reservas de energía fósil, elijamos entre ser príncipes o mendigos. 13 de abril de 2002
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BARAJITAS REPETIDAS Que levante la mano quien de niño no padeció bajo el poder de la barajita repetida. Nos anunciaban en los quioscos el maravilloso Álbum del Reino Animal y para completar el zoológico teníamos que comprar setecientos u ochocientos cromos en sobre cerrado. Así era: cerrado y sin derecho a pataleo. Allí no valía aquello de devuélvame el dinero que ésta ya la tengo, ni lo de ahora resulta que no me gusta. O la compras o la compras, sin derecho a saber qué adquieres. El resultado de aquel correo del azar era enteramente previsible. Por lo regular terminábamos con doscientas barajitas repetidas del repelente Mapache Algonquino y nunca conseguíamos el Colibrí Irisado que nos faltaba. La tiranía de la barajita repetida hacía florecer imperios de la corrupción. Podía ser que la Garza Blanca alcanzara la injusta cotización de doscientos peces espada. O que, al estilo Rosalinda, hubiera que conquistarla en viciosos juegos de pared donde se inició la mayoría de los apostadores compulsivos que hoy llenan los casinos de Chacao, Baruta y El Hatillo. El sobre cerrado y la barajita repetida fueron culpables de que nunca estuviera completo el álbum de nuestra infancia ni el de nuestra vida. Comprenderá el lector por qué cada vez que veo un paquete cerrado tiemblo, y por qué en los aeropuertos obedezco el letrero que recomienda no aceptar encomiendas cuyo contenido no conocemos. Ya no somos niños, y nadie puede obligarnos a comprar un envoltorio lleno de algo que ignoramos. Desde que cumplimos la mayoría de edad política sabemos que toda participación se fundamenta en un proyecto, con etiqueta que advierta la composición del producto y asegure que no tiene cancerígenos ni causa efectos colaterales. Ante el proyecto que me quiere vender una parte de la oposición siento el mismo desasosiego que cuando niño experimentaba ante el sobre cerrado. No dudo de las buenas intenciones del vendedor, pero, ¿y si me sale el Gorila repetido? ¿No tengo derecho entonces a saber qué contiene el sobre cerrado? ¿No me sale que los preparadores del paquete del Septiembre Negro, del Octubre Horroroso o del Diciembre Abominable me enteren del cromo con el que piensan llenar el álbum de mi vida? Durante cuarenta años el negocio del sobre cerrado se sostuvo con la trácala de la barajita repetida; y nos calábamos la barajita repetida porque venía en el sobre cerrado. ¿Y si me toca de nuevo el Escorpión Venenoso, o sea el plan de privatizar Pdvsa? ¿Y si reinciden con la Rata Pestífera, vale decir, el autoritarismo ordinario? ¿Si reestrenan el Buitre Carroñero de la dictadura patronal? ¿Si resucitan la Solitaria Parásita, vulgo discriminación social? ¿Si reciclan la Cuaima Venenosa, alias privatización de la Educación, de la Salud y de las Pensiones? ¿Si salen otra vez la Sanguijuela Viernes Negro, la Hiena Crisis Bancaria, la Araña Mona devoradora de créditos indexados, el Gusano Cogollo, la Langosta Bipartidista? ¿O una vez más el Gorila Repetido, y el Gorila Repetido, y el Gorila Repetido? No, gracias. Así será ese programa, que no se atreven a publicarlo. Si se trata de otra cosa, deberían proponérmelo en sobre abierto, con nombres, listas, planes, proyectos, metas, pelos y señales. Para ello disponen de todos los medios de comunicación y de todo el tiempo del mundo. La trampa cazabobos y el sobre cerrado se parecen en que sólo nos enteramos de su contenido cuando ya es demasiado tarde. POST-DATA: Un gran saludo para mi fraternal amigo Augusto Hernández. Juntos aprendimos periodismo en condiciones difíciles y sabemos que la única forma de ejercerlo es sin complacencias. Seguiremos leyéndote, o adivinándote. 12 de octubre de 2002
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EL DISCRETO ENCANTO DE LA OLIGARQUÍA Uno no debería contar películas, salvo cuando las películas lo cuentan a uno. De la novela cumbre de Patricia Highsmith se han filmado por lo menos dos obras maestras: A pleno sol, dirigida por René Clement, y El talentoso mister Ripley, por Minghella. Hace poco vimos en la última de ellas a un marginal de clase media, el mimético mister Ripley (Matt Damon) imitar minuciosamente al rico heredero Dickie Greenleaf (Jude Law) con la ilusión de convertirse en él. El imitativo mister Ripley espía de lejos el rostro de Dickie y dice: ésa es mi cara. Envidia el velero de Dickie y añade: éste es mi yate. Se entera de que su modelo ha estudiado en Princeton, y le miente: ésa es mi universidad. Investiga qué música ama Dickie, y lo engaña: ésa es mi música. Se hace invitar a la mansión de Dickie y piensa: ésta es mi casa. El advenedizo mister Ripley usa a escondidas la ropa de Dickie, los zapatos de Dickie, el anillo de Dickie, copia abiertamente su voz, su apariencia, su firma. ¿Por qué acepta este engaño el engreído Dickie? Como todo oligarca, acaricia la ilusión de ser admirado por algo distinto de su fortuna. Ignora que la imitación es el culto más repulsivo que la indigencia rinde al dinero. Fascinado o asqueado por este bufón o este espejo, el heredero Dickie no deja de marcar la diferencia: Ripley, no estás bronceado. Ripley, no puedes timonear un velero. Ripley, no sabes esquiar. Ripley, usas chaqueta de corduroy en Italia. Ripley, quítate mi ropa. Ripley, definitivamente no has estudiado en Princeton. Ciego y sordo ante tales advertencias, el ambicioso mister Ripley se le declara a su modelo en diáfanos términos: amo tu estilo de vida. Creyendo que el hábito sí hace al monje, aprovecha un paseo en bote para proponerle vivir juntos, compartir ese estilo de vida equiparable a una aventura amorosa. Basta tal insolencia para que caigan las máscaras. ¡Ripley, no te conozco, eres un fastidio, un arribista, un don Nadie!, le espeta el ofendido oligarca. El vengativo mister Ripley le parte la cabeza a su ídolo a golpes de remo, y con el traje y los documentos de su víctima inicia un patético intento de hacerse pasar por él. La principal artimaña del poder es hacer creer a los esclavos que pueden convertirse en los amos remedando sus gestos. Para convencer a la clase media de que es lo mismo que la oligarquía existen liturgias tan persuasivas como la revista Hola, los partidos de derecha, algunos medios. Sólo a través de estos mecanismos de instigación de la esquizofrenia social se explica que tanta baja clase media, tanto sindicalero, tanto politicastro de medio pelo, imaginándose ser Pedro Carmona Estanga, se movilizara para asesinar al orden institucional y a cuantos lo defendieran. Los talentos combinados de Patricia Higsmith, de René Clement y de Minghella no bastarían para plasmar la escena de ruptura que ocurre cuando Pedro Carmona Estanga, llevado al poder por sus talentosos golpistas, sindicaleros y sicarios, se dedica a marcar la diferencia. Y qué diferencia: ¡Trabajadores y clase media! Contad con la pérdida de la estabilidad laboral y los créditos indexados, aun siendo inocentes. ¡Militares! La Defensa está a cargo del traficante de armas Isaac Pérez Recao y de sus milicias caucásicas, entrenadas en un país extranjero. ¡Médicos! A trabajar como maquiladores para las aseguradoras de pensiones. ¡Mujeres! Vuestro puesto está en el gabinete, pero en el de cocina. ¡Medios! Os sale censura en pago de favores recibidos. ¡Frijolito júnior y políticos electos! Renunciad a vuestras investiduras. ¡Carlos Ortega! Usted no estudió en el San Ignacio de Loyola. ¡Alfredo Peña! Usted huele a huevos chimbos. ¡Gabriel Puerta! Si te he visto no me acuerdo. ¡Francisco Arias Cárdenas! Usted no tiene sangre azul. ¡Julio Borges! Usted es un farandulero que no se compara con mi numen jurídico, el constitucionalista Allan Brewer- Carías. Luis Pedro España: ¿Quién le dijo que se mudara de la UCAB para Miraflores? ¡Eso no es posible! Guaicaipuro Lameda: despídase de la comisión por la venta de Pdvsa, porque ese negociado nos lo reservamos Pepe Rodríguez Iturbe y mis condiscípulos del Opus. Todos fueron por el pastel y perdieron su tajada. Cayeron sobre la piñata sólo para descubrir que la piñata eran ellos. De casualidad la flamante junta no les frió las cabezas en las cacerolitas que llevaban meses tocando. Una vez más el decepcionado mister Ripley desenmascaró el verdadero rostro de la oligarquía neoliberal con la que había creído confundirse. Plutocracia pretoriana, la llamó un adeco desencantado. O, como dirían los centenares de miles de bolivarianos que salieron inermes a restablecer la institucionalidad: no orina para que la tierra no chupe. Verdaderamente afortunado fue que irrumpieran en Palacio y detuvieran a Pedro Carmona Estanga antes de que una turba de despechados mister Ripley le partiera a su ídolo el cráneo a golpes de remo y huyeran disfrazados con sus ropas para seguir el patético intento de hacerse pasar por él. EPÍLOGO: Pedro Carmona Estanga reposa en su palacio a las pocas horas ser detenido in fragante en el secuestro de centenar y medio de ciudadanos, la destrucción violenta de la democracia y el sabotaje de la industria petrolera al costo de la pérdida de una cincuentena de vidas y centenares de millones de dólares. Casi tres meses estuvo secuestrada en la Disip Lina Ron, acusada sin pruebas de haber instigado a romper un parabrisas. En Venezuela hay dos justicias, o mejor dicho: dos injusticias. 27 de abril de 2002
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AUGE Y CAÍDA DEL GOLPE MEDIÁTICO Los venezolanos inauguramos tres experiencias históricas trascendentes. El 19 de abril de 1810, la independencia latinoamericana. El 27 de febrero de 1989, la primera rebelión masiva contra el Fondo Monetario Internacional. En la semana que concluye el 13 de abril padecimos y vencimos el primer golpe mediático. Escribo atropelladamente mientras transcurre la semana más larga de la década. La nómina mayor de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) empresa de propiedad exclusiva del Estado, rechaza una directiva nombrada por su único accionista, se niega a rendirle cuentas, convoca a huelga, sabotea algunas plantas. La federación de patronos (Fedecámaras) llama a un paro nacional para el martes 9. La Confederación de Trabajadores de Venezuela (que no representa ni al 17% de la fuerza laboral, y en cuyas últimas elecciones desaparecieron la mitad de las actas y la otra mitad resultó nula) se une al paro patronal. El martes 9 y el miércoles 10 camino por la ciudad. Verifico que medios de transporte, metro, bancos, comercios, farmacias, institutos educativos, industrias funcionan en un 80%. Las televisoras privadas y parte de la prensa imponen un paro virtual. Transmiten a las nueve de la mañana calles desiertas filmadas de madrugada, centros comerciales cerrados por sus dueños, y reducen Venezuela a unos dos millares de manifestantes que apoyan a la nómina mayor de Pdvsa. El embajador estadounidense Shapiro y los representantes de la Venezuelan American Chambers se convierten en estrellas mediáticas de las transmisiones. El jueves 11 la oposición convoca por los medios a una marcha hacia el Este. Alguien hace circular el rumor de que Chávez ha caído. Culmina una campaña que durante años incita públicamente a los militares a la rebelión y celebra como héroes a los uniformados disidentes. El presidente del gremio de patronos y el de los sindicaleros desvían la nutrida multitud de clase media contra el Palacio de Miraflores. Una gran muchedumbre de partidarios del gobierno rodea el palacio. Chávez empieza a hablar por televisión en cadena. Las televisoras privadas le superponen sus propias imágenes, cortan la cadena. Las policías de los alcaldes opositores Alfredo Peña y Capriles Radonsky interfieren en las marchas. Suenan disparos. Caen manifestantes con certeros balazos en la cabeza. Como titula El Nacional del viernes 12, “Las primeras bajas fueron del oficialismo” (Página D-4). En El Universal del día siguiente varios heridos testimonian: “La Policía Metropolitana apuntaba a mansalva a todo el mundo” y “era un Policía Metropolitano que me sacó de la camioneta donde venía, me tiró al piso y me disparó” (Página 4.4). La marcha se transforma en caos. Centenares de partidarios del gobierno reptan en el puente de Carmelitas, eludiendo la balacera. Tres de ellos la contestan. El diputado Juan Barreto denuncia que gran parte de los muertos son chavistas. Las televisoras los presentan exclusivamente como opositores. Aparecen en los medios militares que se pronuncian contra el gobierno. Un piquete toma la televisora del Estado y la deja sin señal. Otro contingente ocupa Miraflores, secuestra a Chávez, informa falsamente que el mandatario renunció. También anuncian a los venezolanos que Pedro Carmona Estanga, jefe del gremio patronal de Venezuela, es su nuevo presidente. Dijo Montesquieu que todo estaría perdido si una sola persona concentrara el poder Legislativo, el Ejecutivo, el Judicial. Pedro Carmona Estanga, personaje con un extraño parecido al señor Burns, el patrono de Homero Simpson, acapara además el poder económico y el mediático. Lo único que le falta es declararse Dios. Tal cúmulo de potestades no lo conoció Luis XIV ni lo anticipó George Orwell. A tal neoliberal, tales medidas. En las primeras horas de su reinado, Carmona el Breve viola la Constitución sancionada por voto popular, desmantela los poderes públicos, encierra centenar y medio de representantes y gobernadores electos (en tres años Chávez no había tenido un solo preso político). Esa misma noche anula las medidas que restringen la usura sobre los créditos, y hombres armados desalojan campesinos de las tierras repartidas por el gobierno y queman sus viviendas. Es el último engendro postmo: el empresario que intenta gobernar sin la mediación de los políticos: el capital que sustituye los mediadores por los medios. Al amanecer hablo con gente del pueblo. Recurre una frase: “Es como si se nos hubiera muerto un familiar”. Una anciana negra resume su estado de ánimo: “Hasta Dios nos abandonó”. Pero el pueblo abandonado no se entrega. La noche del viernes 12 una muchedumbre desarmada cerca Fuerte Tiuna, donde se dice que está prisionero el presidente. Ni lacrimógenas ni disparos al aire la dispersan. El sábado 13 multitudes inermes copan Miraflores, la ciudad, las capitales de los Estados del país. La policía del alcalde opositor Alfredo Peña les dispara, acumula en pocas horas 9 muertos. Bajo la presión de las masas desarmadas, grupos militares respaldan la Constitución Bolivariana. Un pueblo privado de dirigentes por una camarilla militar revierte la situación en pocas horas. Son liberados los ministros, que reinstauran el imperio de la Constitución. La telefonía celular corta sus redes a las cuatro de la tarde, en un intento de impedir la comunicación. Enormes muchedumbres rodean las televisoras. Los medios que las quisieron dejar sin voto las transmiten sin voz. Las televisoras privadas desaparecen a Venezuela de sus pantallas. Durante esa noche y el día siguiente sólo exhiben películas, dibujos animados, un partido de fútbol. El avestruz del poder mediático sepulta su cabeza en videos importados. Cegándose, quiere cegarnos. Quieren que no veamos: nadie los ve. De esta semana estremecedora todos debemos extraer lecciones. Ojalá los medios que quisieron ser el mensaje aprendan que golpe mediático sólo impone dictador virtual. 14 de abril de 2002
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CARACAS EN TIEMPOS DEL PARO Lava el sol de diciembre las calles mejor que la lluvia. Visita uno la ciudad como a una vieja parienta que uno no sabe cómo va a recibirlo. Ruedan busetas consteladas de rótulos como buhoneros de rutas. Avanzan en el tráfico con pausas de procesión que carga al santo milagroso de la madrugada. Con gesto unánime de Cirineos alzan los obreros en hombros la cruz traqueteante de las santamarías. En San Agustín ya el señor de la gorra exhibe el termo y la cava con las empanadas de cazón para el desayuno de acera que nunca termina de pasear por el cuerpo. Progresamos en la liturgia peatonal de cada día. En los altares plateados de sus ventanales las busetas adoran al Ánima de Pica- Pica, al Divino Niño, al Ánima de Taguapire. El incensario del escape eleva los vapores del espíritu hasta el cielo de los autoperiquitos. ¿Cuándo terminará el soliloquio absorto de la mamá con la bebita sobre lo mal que se porta, y el embeleso con que adorna a la malvada con lacitos de santa? ¿Quién resiste al orador que pide colaboración para salvar a la juventud mediante la venta de un cartón de carretes de hilo, una tijera, un surtido de agujas? Admira uno cómo tantas casitas con remiendos sórdidos guardan en los balcones la sonrisa de las macetas floridas. Allá en el puesto de frutas la muchacha rizada le pinta las uñas del pie a una Venus negra mientras la aguja de la balanza vibra emocionada. En Santa Rosalía trepidan talleres mecánicos que con sus viejos tejados parecen más bien caballerizas. Con qué guiño pícaro de sepultureros contemplan los perros de las latonerías el río de metal de las calles, como diciendo “Ya vendrás por aquí” con su lengua acezante. Nunca el gato ronroneó tan alegremente como las centrífugas de batidos de las areperas. No se sabe de dónde sacó su gesto de sacerdote azteca el despachador que con largo cuchillo sacrifica el tibio corazón de millones de arepas. No podemos abandonar los recuerdos porque al regreso los encontramos sembrados de edificios. Sorprende ver con qué fidelidad van a las mismas torres los mismos burócratas a contemplar los mismos papeles. Parece que calcularan el balance de los segundos de sus vidas los pensativos que hacen la cola en los bancos. Siempre tiene algo tierno el remate de libros en el que como viejos verdes coqueteamos con las ediciones caras. Nos dejan atrás colegiales uniformados que corren a alistarse en el ejército del alfabeto. En Candelaria los artesanos con mandil de cuero suturan como cirujanos la lengüeta del calzado. Enloquece pensar por dónde caminarán tantos zapatos que intentan escapar de las vitrinas. Qué ganas da entrar en las tiendas de piñatas para comprar niñez. Qué falta hace inventar un cotillón para la segunda infancia, que debe conformarse con el caramelo de la nostalgia. Pero las golosinas del adulto las ofrecen sólo las ferreterías. Provoca coleccionar clavos con la esperanza de acertar en aquél donde por fin daremos el martillazo del genio. Encontramos las rueditas para componer la maleta y quizá la gran palanca para mover el mundo. En Baruta dos docenas de adultos con pantalones cortos y cacerolas y una docena de policías locales cierran el paso a un banco abierto. 19 de enero de 2002
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PAROS ÚTILES Y GRANDES ESTADISTAS Paros útiles La clase media se declara en paro hasta que la Coordinadora la indemnice de las quiebras y pérdidas causadas por el paro. Los campesinos deciden la huelga perpetua mientras los hacendados no repartan sus latifundios. Los obreros dejan el trabajo hasta que la CTV y Fedecámaras les devuelvan las prestaciones sociales que les arrebataron. Los intelectuales que llevan cuarenta años sin decir esta boca es mía deciden seguir sin decir nada, y lo dicen. Los comunicadores lanzan el paro hasta que los dueños de los medios les permitan fijar la línea editorial por mayoría democrática. Los ahorristas proceden al retiro indefinido hasta que los intereses alcancen para equilibrar la inflación. Los contribuyentes venezolanos adoptan la desobediencia tributaria mientras no cancelen impuestos en Venezuela los contribuyentes extranjeros a los cuales exoneran los Tratados contra la doble Tributación. Televidentes y lectores se declaran en huelga hasta que los medios los traten como seres inteligentes. Los deudores de la Deuda Externa fijan una moratoria de pagos colectiva que quiebra a sus acreedores financieros. La gente se declara en paro contra los organizadores de paros a quienes nadie les para. Grandes estadistas Herodes ordena degollar todos los niños para evitar que viva el Salvador. Nerón manda incendiar Roma para impedir que habiten en ella los romanos. Felipe II quema los poblados de la Banda Nororiental de Santo Domingo para evitar que sus habitantes comercien con los bucaneros. Adolfo Hitler dispone que arda París para obstaculizar que la disfruten los parisinos. Pedro Páramo manda dejar sin sembrar sus latifundios para que todos mueran de hambre en Comala. Adolfo Hitler ordena el arrasamiento de Lídice para evitar que desde ella hostilicen a los jerarcas nazis. Adolfo Hitler manda destruir totalmente a Alemania y a los alemanes para que no puedan rendirse. Truman arroja bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki a fin de hacerlas inhabitables para los japoneses. El reverendo Jim Jones impone el suicidio colectivo a su secta para imposibilitar que la investigue el Congreso. Carlos Fernández y Carlos Ortega intentan destruir Pdvsa para evitar que la usen los venezolanos. 18 de enero de 2003
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EL PARO DE LAS IDEAS En asamblea multitudinaria el movimiento político lanza el paro de las ideas. Los encendidos discursos de los líderes comprueban su oposición irreductible a pensarlas. Se pliega una mayoría de los medios de comunicación que nunca ha difundido ninguna. Universidades, academias, centros educativos se agregan, alegando su incapacidad probada durante décadas para generar pensamiento. Siguen las firmas de intelectuales orgullosos de realizar un nuevo aporte a la generalizada escasez de raciocinio. Los gremios patronales predican con su ejemplo para inducir al desabastecimiento de silogismos. Grupos de la banca se adhieren alegando su ineptitud para imaginar actividades productivas. Los pensadores activos son perseguidos por grupos que producen estrépitos con cráneos y recipientes vacíos. Parece que el paro de las ideas se hará indefinido. Un niño dice ¡Eureka! y las ideas vuelven a brotar como flores. 19 de enero de 2002
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SALOMÓN Cogió un loco la manía De menear un avispero Y las avispas, molestas Se lo comieron entero. Una rica farisea y una humilde samaritana acuden ante el sabio Salomón para que decida a quién pertenecen un país y un niño. Habla sólo la farisea, que por otra parte no deja hablar a más nadie: –Ese país y ese niño me pertenecen, porque sólo yo soy gente, porque luzco joyas y modas costosas, porque soy la clase pensante y para probarlo pienso destruir a este país y este niño antes de permitir que caigan en manos de la turba, la horda, la desdentada samaritana. Al país trataré de arrasarle su principal industria productiva, de arruinarlo prohibiendo a los campesinos que siembren, a los pastores que pastoreen, a los marineros que naveguen, a los artesanos que trabajen y a los mercaderes que compren y vendan. Al niño lo mataré con el hambre que espero producir con esas medidas, lo someteré noche y día al terror de los falsos profetas que anuncian catástrofes falaces, lo discriminaré por el color de su piel y el contenido de su bolsillo, le prohibiré la enseñanza gratuita, y si se atreve a abrir el libro de la sabiduría lo perseguiré hasta las aulas entrechocando hierros y rasgando cuadernos. Rompe a llorar el inocente. Salomón permanece largo rato meditando. Dime tú, que conoces los secretos de la justicia, si el sabio concedió el país y el niño a la farisea rica o a la pobre samaritana. 5 de enero de 2003
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LAS VÍCTIMAS DE LA CRISIS La paciente Una va a esas sesiones y sale como renovada. Yo no quería ir, yo decía, no quiero que me prediquen ni tampoco voy a hacer dieta, pero me aclararon, no, esto no es una secta, esto es como una renovación contra el estrés y para el autodescubrimiento, decía el facilitador argentino, y tú ves, una va y baila pero sin llevar el ritmo, y habla y habla pero como en idiomas inventados hasta que una al fin no puede y echa su cuento y allí estaba la muchacha, tú sabes profesional jovencita un poquito pasada de peso, bueno tú sabes, allí estaba ella que su mamá la llamó diciéndole que algo terrible iba a pasar y diciéndole que sacara todo el efectivo que tuviera en el banco y va la muchacha y saca todo pero todo que eran como diez millones que tenía para la nómina del negocio para la cuota del apartamento y en la salida del banco la siguen y la asaltan y le quitan todo y adiós negocio y adiós apartamento, después nos cuenta aquello y rompe a llorar y todas rompemos a llorar de pronto, tan confiadas que somos en esta vida y no sabemos quién nos engaña. El cadáver El político hace enfadosa antesala en la oficina de un gerente de medios y cuando la recepcionista le dice que la cita está cancelada por motivos imprevistos, de la revista vieja de la mesita cae la cartulina donde está manuscrito: No te asombres trata de comprender lo que te pasa. El político sale a la calle, le extraña que no lo saluden, no lo aclamen no le palmeen la espalda no lo reconozcan, por verificarse el peinado busca su reflejo en una vitrina y lo que encuentra es otro cartón donde dice: No te sobresaltes, reflexiona. El político siente que le sube la tensión mientras trata de localizar con el celular al financista con el cual tramaron tan buenos negocios pero lo único que consigue de la secretaria es el helado no lo llame, él lo llamará, y una liga con un horóscopo telefónico donde una vocecita agria le dice: Comprende lo que te pasa y te comprenderás. Nervioso revisa la agenda donde en vano ha querido inscribir conferencias que nadie le solicita, mesas redondas que nadie le pide, participación en comisiones donde nadie lo incluye, mítines donde nadie lo deja subir a la tarima. De la página final cae un recorte con una entrevista donde García Márquez cuenta que, cuando joven, la dueña de su pensión en Barranquilla era espiritista y sembraba los pasillos de carteles en donde le advertía a los espíritus de los muertos lo que les estaba pasando, para que no se confundieran. Al reverso una letra desconocida ha garabateado: A todos les llega su hora, resígnate. El cadáver político se seca el sudor frío con el recorte, siente un vértigo que amenaza tragárselo, echa a correr por las calles intentando concentrar mítines, alianzas, negocios, movidas, candidaturas, pactos electorales, sin pensar si lo que pasa es que nadie lo ve o nadie quiere verlo en la ciudad donde su sombra y su reflejo se van desvaneciendo de las calles y de los espejos. El único que cumplió con el cierre El dos de diciembre cierra su negocio. El sacrificio debe ser compartido, dice a la cajera y al dependiente que le preguntan sobre sus salarios. En doscientas tiendas abiertas predica que el sacrificio debe ser compartido. Frente a su negocio lo aplauden los buhoneros que se reparten su clientela. Al día siguiente despierta con una sensación de victoria. Gruñe ante radios y canales paralizados que transmiten veinticuatro horas diarias. Refunfuña ante quioscos donde la prensa en paro circula. Cacerolea frente al banco donde copartidarios parados depositan y retiran. Repica la olla frente al automercado que cumple el cierre abierto para que los clientes en paro repleten carritos. En el apartamento cacerolea a los niños que miran la televisión rompehuelgas y la mujer que usa el gas y la electricidad esquiroles. Se une a las pandillas que cierran autopistas Como perro corre tras automóviles que circulan en violación abierta del cierre. Indignado perora frente a la bomba de gasolina en paro donde motocicletas de lujo paradas repletan sus tanques para continuar con el paro total bloqueando a la mayoría que no quiere pararse. A la carrera se refugia en la caseta de los policías municipales en paro que vigilan que nadie rompa el paro excepto para linchar ciudadanos. Al llegar al apartamento encuentra una demanda de desalojo, una nota de la mujer que se fue porque no aguanta el autocorte de agua, luz y teléfonos para dar ejemplo de sacrificio, y otra de la hija que huyó porque no soporta la televisión saboteada en protesta contra los canales en paro que siguen emitiendo. Forzado por el agotamiento de sus compras nerviosas abandona el edificio. En protesta contra los bancos abiertos no retira dinero. En desacuerdo con las cafeterías rompehuelgas no mendiga fiados. En controversia con los recogelatas no recoge sobras de comida. En protesta contra los automovilistas y medios de transporte que ignoran el paro camina rastreando muchedumbres a las que integrarse. Buscando orientación irrumpe en una quinta de lujo donde entra el dirigente sindicalero rodeado de guardaespaldas. Atónito lo contempla engolosinado con mesoneros que le llevan botellas espumantes y sartenes llameantes. No tiene tiempo de llamar al sacrificio. Al tiempo que echa mano de su cacerola ve venir un puño y luego una lluvia de estrellas. Despierta en una cuneta, con la certidumbre de que varias cosas no encajan dentro de su cuerpo. Rechaza al motorizado que pretende llevarlo hasta una clínica. Su más profundo desprecio merecen quienes violan el paro curando o curándose. De su frente caen gotas rojas. De su mente, cifras en rojo que sentencian la quiebra de su negocio tras el primer mes sin ingresos. Al incorporarse ve pasar al automóvil del dirigente patronal que llamó a sacrificar el Año Nuevo en la Plaza Rancia. Con angustia nota que la limosina enfila hacia el aeropuerto. Quizá el dirigente huye, resguardando su vida. El partidario del paro inflexible corre para protegerlo. La limosina del patrono acelera, hacia el avión privado. El único observante del paro lo ve perderse hacia las playas de Aruba. Algo se rompe en su mente. Desde entonces recorre de punta a punta la autopista entre el creciente estrépito urbano, tocando una cacerola que sólo resuena en su cráneo. El micrófono En busca de la tragedia el micrófono sigue el rastro de sangre que luego se vuelve rastro de lágrimas y entonces el micrófono inquiere, pregunta, indaga. Le contestan: No, a ustedes no le declaramos, porque mienten. No, a ustedes no les decimos nada, porque cambian todo. No, a ustedes no les contamos, porque inventan puras falsedades. El micrófono no se ruboriza. El micrófono no se avergüenza. El micrófono no piensa que quizá él es la tragedia. 12 de enero de 2003
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EL CONTROL El mundo es una cajita con botones rotulados On Off Channel Mute Volume más los números del uno al nueve y el cero. El On está siempre activado. El Off está prohibido apretarlo. Dicen que al oprimirlo desaparece el mundo. Dicen que también desaparece quien lo oprima. Aprieta cualquiera de los números. En la pantalla aparece la realidad o sea pasarelas, estudios, sets para entrevistados y mansiones de cartón piedra. Aprieta otro número. En la pantalla irrumpe la humanidad o sea locutores, anunciadoras en lentejuelas, modelos en tangas, concursantes y candidatas a Miss Princesita. Aprieta los números restantes. En el otro canal resplandece la sabiduría o sea astrólogos y numerólogos que comercializan tu destino. En el otro canal te enseñan hábitos saludables: comida chatarra, gaseosas con cancerígenos, bebidas alcohólicas disfrazadas de refrescos. En el otro canal aprendes ciencia, es decir, ingredientes secretos del champú que atrae a todas las mujeres, el desodorante que garantiza tus ascensos y la fórmula para reducir sin ejercicios ni dieta. En el otro canal te informan de las actividades productivas tales como rifas quinos dupletas bingos casinos hipódromos y sorteos extraordinarios. En el otro canal te entrenan en relaciones humanas, o sea el chantaje emocional de la ingenua que manipula para casarse con el multimillonario, la crueldad de la madrastra que excluye del testamento a los herederos y la hija natural despojada de su fortuna mientras su amantísima madre agoniza. En el otro canal aprendes la esencia del éxito, es decir el consumo. En el otro canal se identifica al enemigo, o sea los pobres, mal vestidos, mal calzados, desdentados, tullidos y entrenados para aplaudir y quedar en ridículo en los programas de concursos o de confesiones fingidas. En el otro canal se convoca a la justicia y las leyes en la forma de comandos, superhéroes y vengadores privados que liquidan a cuanto pobre no aplauda. En el otro canal se solucionan los problemas sociales mediante teletones, rallys caritativos y ausencia de mención de aquellos que no sean telegénicos. En el otro canal sigues las noticias, o sea las aspiraciones de los dueños de los medios presentadas como hechos. En el otro canal surgen tus nuevos dirigentes políticos, prestando juramento de fidelidad a los canales que los eligieron en Reality Show mediante mediciones de rating y sondeos de audiencia. En los otros canales se manifiesta el pluralismo, o sea el derecho a encontrar la misma mentira en mil pantallas distintas. Entonces entiendes que el control te controla. Lo desconectas, y obtienes el maravilloso regalo del mundo. 22 de diciembre de 2002
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LAS LLAVES El monopolio de la propiedad cierra las llaves del trabajo. El monopolio de las finanzas cierra las llaves del dinero. El monopolio del acaparamiento cierra las llaves de las tiendas. El monopolio del combustible cierra las llaves de la energía. El monopolio de la televisión cierra la llave de la verdad. El monopolio del medio ambiente cierra la llave del aire. El pueblo cierra la llave de los monopolios. LA ESPERANZA Hay que impedir que nazca, manda el feroz Herodes y envía a sus legiones a cerrar senderos y envenenar los pozos de los que vive el pueblo. Hay que prohibir que nazca, ululan Anás y Caifás clausurando el templo y cotizando la plegaria. Hay que evitar que nazca, claman los mercaderes del templo, cerrando los tenderetes del acaparamiento y las cuevas de la usura. Lo proclaman los fariseos con ensordecedoras trompetas que ahogan toda voz salvo la del odio. El sanedrín lo corea pidiendo la intervención de las imperialistas legiones de Pilatos. Lo repiten los publicanos negando el salario al obrero menesteroso. Hay que impedir el paso al carpintero desempleado y al ama de casa sin casa. Al son de címbalos los violentos clausuran puertas y murallas. La ignorancia desaloja a los niños de las escuelas. El tribunal de la prevaricación prohíbe el encuentro del pan y la boca. Entrechocando escudos los violentos obligan a cerrar los mesones y las buenas posadas. Hay que desalojar la mano callosa que trabaja y la mano amorosa que cocina y barre. Hay que callar la lengua que llama bienaventurados a los pobres y la mente que dice que primero pasa el camello por el ojo de la aguja que el rico por las puertas del cielo. Se ordena parar la estrella navideña y confiscar el pesebre. Bajo la bóveda de las plazas los sayones afilan armas para la matanza de los inocentes. Los cadáveres insepultos tratan de arrastrar a los vivos a sus sepulcros blanqueados. No pueden los ángeles anunciar nada porque los fariseos no les dan cabida en los medios. Bandas en cabalgaduras costosas apalean a los reyes magos y decomisan oro, incienso y mirra. Los mercenarios prohíben el paso a los niños a las tiendas donde se mueren de soledad los juguetes. Con carrozas doradas cierran las veredas a las caravanas que traen aceitunas y alcaparras. Con soberbia clausuran el paso a enfermos y ambulancias. A palos desmontan a los artesanos humildes que intentan llegar a sus trabajos montados en la mula y el buey. En los ranchitos de Belén empieza un ronronear de furrucos. Como un nacimiento los van iluminando las tomas de corriente clandestinas. Extienden las cocineras sobre las hojas de plátano la aliñada masa de las hallacas. Encienden las abuelas los fogones donde se cuece el dulce de lechosa. Sobre los estrépitos de la inquina vuelan el rasgueo del cuatro y la siseo de las maracas. Como corazones palpitan las ollas donde hierve el guarapo. En todas las bocas corre la noticia de que los Reyes Magos rompen el bloqueo con sus taparitas llenas de aguardiente. En los ojos del pueblo se instala una estrella que alumbra como una mirada amorosa. A pesar de todo el odio el artesano desempleado y el ama de casa sin casa consiguen cobijo. En cualquier lugar bajo un puente vuelve a nacer la esperanza. 29 de diciembre de 2002
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LAS TAREAS REVOLUCIONARIAS DE LA ULTRADERECHA La confusión de metas es el signo de nuestra época. Quienes nos consideramos de izquierda asumimos un conjunto de tareas que no pudimos culminar; quienes asumieron la tarea de impedírnoslas ahora aseguran su cumplimiento. Durante medio siglo intentó infructuosamente la izquierda acabar con los grandes partidos populistas. Eterna parecía su dominación, hasta que el Fondo Monetario Internacional les expidió partidas de defunción bajo la forma de Cartas de Intención. Como fulminados, en pocos años se desplomaron Acción Democrática, el PRI, el APRA, el peronismo. Después del auge popular de los años sesenta, la represión convirtió en tarea casi imposible movilizar a las mayorías, y durante mucho tiempo el movimiento revolucionario corrió el riesgo de reducirse a una vanguardia sin masas. La oportuna emisión de sendos paquetes económicos detonó sublevaciones populares en Venezuela, Ecuador, Perú y Argentina, y encendió una conflagración de movimientos antiglobalizadores por todo el planeta. Desde entonces las masas van sistemáticamente delante de sus dirigencias. Misión dificultosa para la izquierda fue la de granjearse aliados en los ejércitos, a veces utilizados por las clases dominantes como guardianes de sus intereses. Fue necesario que el Imperio formulara sus doctrinas de soberanía restringida, acompañadas con planes de reducir los ejércitos latinoamericanos y de convertirlos en fuerzas de tarea al servicio de la DEA y de las intervenciones de la OEA, para que surgieran nacionalismos militaristas por toda América Latina. En los ejércitos, como en toda institución compleja, coexisten personas de las tendencias más disímiles. No tenía la izquierda forma alguna de favorecer la permanencia dentro de ellos de los elementos nacionalistas, ni de alejar a los antidemocráticos y reaccionarios. En el caso venezolano esta tarea correspondió una vez más a la derecha, al implicar a estos últimos en un golpe fascista frustrado, cuya consecuencia fue una indispensable purificación de las Fuerzas Armadas. Cometido de gran complejidad para la izquierda fue el de acrisolar la conciencia de clase de masas a veces engañadas por siglos de oscurantismo y décadas de manipulación mediática. Bastó que los mismos medios comenzaran sistemáticamente a denigrar de las mayorías llamándolas hordas, turbas, chusmas, desdentados, jaurías, monos, lumpen de siempre y lyncheros para que el pueblo resintiera la discriminación de los pudientes y definiera de manera inequívoca su antagonismo con éstos. Durante décadas parte significativa de los medios desarrolló una incesante tarea de alienación del público, que facilitó su apatía explotación. Desde el momento en que dichos medios asumieron sin tapujos la condición de actores políticos y cambiaron información por propaganda política, su credibilidad comenzó a desplomarse. Las más feroces campañas denigratorias no pudieron impedir, y por el contrario quizá facilitaron los consecutivos triunfos electorales del movimiento bolivariano y su supervivencia a las intentonas golpistas. La agregación de estos factores facilitó el surgimiento de difusos sentimientos progresistas entre las grandes mayorías latinoamericanas. Para que adquirieran conciencia de su decisivo poder fue necesario que la derecha organizara golpes fascistas como el del 11 de abril en Venezuela, que acortaron de años a horas el proceso por el cual las masas pasaron de multitudes unidas por simpatías políticas a organizaciones coherentes con irresistible capacidad de acción. La denuncia de los verdaderos propósitos de la ultraderecha fue prédica constante y desoída de la izquierda. El 11 de abril patentizó tanto propósitos como tácticas de aquélla en forma transparente: totalitaria concentración de poder económico, político y mediático en una camarilla; derogatoria de la Constitución y disolución de los poderes constituidos de acuerdo con ella; represión directa como táctica única. A partir de la nacionalización petrolera en 1976, se desencadenó un paralelo proceso de privatización de la industria de los hidrocarburos a favor de su nómina mayor y de los intereses foráneos empeñados en adquirirla. No fue suficiente toda la prédica de la izquierda para iniciar la reversión de dicho proceso. Bastó sin embargo que la ultraderecha venezolana lanzara su cuarto cierre patronal subversivo en diciembre de 2002 para que la nómina mayor de Pdvsa fuere arrastrada a la aventura, y persistiera en ella en contra del dictamen del Tribunal Supremo de Justicia. De tal modo hizo evidente para las autoridades y el pueblo que la única opción posible consiste en la depuración de la oligarquía aceitera y la consiguiente verdadera nacionalización de la industria. Extremadamente difícil le ha sido a la izquierda nacionalista convencer a grandes sectores de la llamada clase media de que el gran capital es el verdadero enemigo del profesional y del pequeño y mediano empresario. La ultraderecha cumplió esta tarea pedagógica al robarle masivamente sus ahorros en la crisis bancaria de 1993, al instaurar el despido masivo que engrosó las filas del desempleo profesional, al imponer un régimen abusivo de créditos indexados que amenazó con la ejecución forzosa de buena parte de los bienes de los sectores medios, al forzar un cierre patronal coercitivo que empuja a la quiebra a buena parte de los comerciantes y empresarios y merma la clientela de los profesionales, al recurrir a extremos de violencia brutal para impedir la circulación, las operaciones bancarias, la satisfacción de las necesidades más esenciales e incluso el reposo en las mismas urbanizaciones residenciales que la ultraderecha controla gracias a sus policías locales. La ultraderecha desencadena así por su propia iniciativa contra la nación venezolana un conflicto de vida o muerte en el cual ésta no tiene más alternativa que vencer o desaparecer. Por decisión de la ultraderecha, este conflicto no puede ser eludido, negociado ni postergado. Sus únicas salidas son el triunfo del pueblo, o una escalada cada vez más decisiva, contundente y radical de la resistencia popular. Corresponde a la ultraderecha una vez más definir la intensidad y la celeridad de este conflicto. Que la Providencia la inspire. Esperamos confiados. 18 de enero de 2003
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LA AGENDA OCULTA Finaliza el accidentado año 2002 y la oposición no se aparta de una agenda pública liquidatoria: salir del Presidente electo, y ya. Todas las invitaciones de diversos sectores no han logrado modificar esta realidad: la oposición no presenta candidato, ni programa, ni plan. A todos los llamamientos a encauzar sus aspiraciones dentro del marco constitucional responde la oposición con propuestas que por el contrario fuerzan, tergiversan o desconocen dicho marco. Razones tiene para no hacerlo. Si la oposición oculta su agenda, es porque es impublicable. Si dicha agenda no puede ser promovida dentro del marco constitucional, es porque su objetivo fundamental es desconocerlo. Si aquellos que aspiran a gobernar el país no se consideran obligados a decirnos cómo, por qué y para qué, los posibles gobernados tenemos el derecho a conjeturarlo. Para ello tenemos un precedente inolvidable: la intentona golpista del 11 de abril. Las fuerzas que rigen la oposición son las mismas que la apoyaron: el gremio patronal de Fedecámaras, la CTV, una fracción importante de los medios de comunicación, supervivientes de los naufragados partidos tradicionales y pequeños partidos constituidos como agencias de relaciones públicas de dichos medios. Ni uno solo de dichos sectores se desolidarizó públicamente del fugaz régimen de Carmona. Ni uno solo ha dado muestras de autocrítica o arrepentimiento. Ni uno solo ha desistido de los procedimientos y estrategias que lo instauraron. Ni uno solo de ellos, en efecto, ha desechado las tácticas del paro insurreccional, la extensión del conflicto a Pdvsa, las movilizaciones que interrumpen el funcionamiento de la capital, de la apelación explícita al alzamiento militar y a la guerra civil, el encadenamiento televisivo para crear mediáticamente un supuesto clima de anormalidad. Al igual que el golpe del 11 de abril, el centro del conflicto es una vez más la industria nacional de hidrocarburos. No predica la oposición una sola reivindicación social, una sola mejora colectiva, una sola reforma de interés general. Intereses de la magnitud de los involucrados en la oposición sólo pueden tener un objetivo estratégico: la apropiación de Pdvsa para su posterior privatización, la cual –al igual que su onerosa nacionalización– podría convertirse en el negocio del siglo para los involucrados. La privatización de Pdvsa tendría dos consecuencias inmediatas. La primera, una brutal disminución de la ya menguada participación de la nación venezolana en los beneficios de la industria. Ésta quedaría reducida a la recaudación tributaria, que podría quedar todavía más reducida mediante mínimas reformas a los vigentes tratados contra la doble tributación, que permiten a empresas y personas extranjeras pagar en el fisco de su país de origen los impuestos que deben por ingresos obtenidos en Venezuela. Es de esperar que la privatización de Pdvsa traería consigo además una drástica reducción de personal y un corte de gastos de acuerdo con el modelo aplicado en las privatizaciones de VIASA y de La Electricidad de Caracas. Los primeros afectados serían los trabajadores petroleros, comenzando por la nómina mayor que disfruta de los más costosos privilegios. La radical reducción del ingreso público se reflejaría en una paralela disminución del gasto en los rubros más castigados por las administraciones neoliberales: la Educación, la Salud y la Seguridad Social. La educación gratuita, la asistencia médica y todo tipo de ayuda para los necesitados devendrían cosas del pasado. Tenemos una muestra de la normativa laboral que sería implantada por un gobierno de patronos y dirigentes sindicales en connivencia con ellos. Al ser instaurada por primera vez la Asamblea Nacional, Fedecámaras y Primero Justicia propusieron normas lesivas de la estabilidad laboral y el derecho a la remuneración. Tales políticas se traducirían en una drástica disminución del consumo, que a su vez precipitaría quiebras masivas en la pequeña y mediana industria y disminuiría la clientela de los profesionales. Se reproducirían en Venezuela todas y cada una de las manifestaciones de la crisis argentina, con una diferencia: Argentina produce los alimentos necesarios para su subsistencia, mientras nosotros importamos alrededor del 70% de los que consumimos. Tales cambios abruptos, comenzando con la privatización de Pdvsa, no pueden ser logrados dentro del orden constitucional. Requieren, como lo hizo la Junta surgida del golpe del 11 de abril, de la derogatoria de la Constitución Bolivariana, la disolución de todos los poderes surgidos de acuerdo con ella, la destitución de todos los funcionarios electos y la aplicación masiva y feroz durante un lapso prolongado de una violencia ayuna de toda legalidad contra los vastos sectores que apoyan el gobierno legítimo. La conversación telefónica del gobernador de Carabobo Salas Feo divulgada por el canal 8 da una idea sobre el tenor y la magnitud de esta política represiva. Los objetivos de la aplicación masiva del terror consistirían en la consolidación, una vez más, de un régimen similar al instaurado el 11 de abril: a la concentración del poder económico y político en un gremio patronal, que utilizaría como únicas instancias de mediación con la sociedad a los medios de comunicación de su propiedad y a los cuerpos represivos. La situación de las fracciones de la Fuerza Armada que aceptaran secundar un plan de esta naturaleza no sería nada envidiable. Aparte de la violencia fratricida contra sus compatriotas, tendrían que enfrentar a corto plazo una reestructuración integral, una reducción de su talla de acuerdo con las doctrinas impuestas por Washington y la subordinación al papel de fuerzas de tarea al servicio de las intervenciones de la DEA o de la OEA. De acuerdo con las iniciativas diplomáticas estadounidenses avanzadas hace tres años en América Latina, la Fuerza Armada debería aceptar una involucración creciente en el conflicto colombiano. La oposición no ha presentado ningún plan distinto del que esbozamos. Si ésta no es su agenda, no tiene ninguna. Ni la oposición de buena fe la comparte, ni los defensores de la constitucionalidad la toleraríamos. Su rechazo es una buena base para un acuerdo público. La alternativa es demasiado atroz como para considerarla. 18 de enero de 2003
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SOÑAR NO CUESTA NADA El doctor Pedro Carmona Estanga, presidente de la Sociedad por Acciones antes conocida como República Bolivariana de Venezuela, conmemoró hoy en su despacho el primer semestre como accionista y propietario único, con gran beneplácito de la Junta directiva, compuesta por él mismo. Con agasajo de gala en la plaza de la Meritocracia celebró la nómina mayor de Pdvsa su despido masivo para ser sustituida por ejecutivos de REPSOL, empresa española que privatiza a la petrolera venezolana como Iberia privatizó a Viasa. El general Guaicaipuro Lameda brindó para festejar la anulación de las prestaciones sociales de la ex nómina mayor por una comisión tripartita compuesta por Fedecámaras; por el gobierno (o sea Fedecámaras) y por la CTV (o sea, también Fedecámaras). El ministro de Planificación León Arismendi declaró ayer definitivamente erradicada la clase media al ser embargado el último propietario de apartamento gracias a la eliminación de los créditos indexados efectuada en el primer decreto de la Junta de Gobierno. La noticia fue aplaudida por largas colas de desalojados que esperaban desde hacía semanas para retirar sus ahorros del corralito bancario impuesto en imitación del modelo argentino. Fue capturado el último de los jueces prófugos que, según el Decreto de Disolución de Poderes, “ilegalmente usurpaban” el cargo de magistrados en el clausurado Tribunal Supremo de Justicia. El ministro del ramo, doctor David Morales Bello, anunció la sustitución del sistema judicial del país por juntas arbitrales foráneas y tribunales extranjeros como los previstos en los tratados contra la doble tributación. El ministro César Carballo y la CTV aclamaron el triunfo de la reforma propuesta por Fedecámaras en la instalación de la extinta Asamblea Nacional, al promulgar una Nueva Ley Orgánica del Trabajo con un solo artículo que dispone: La única relación laboral será el trabajo a destajo, en las condiciones que fije unilateralmente el empleador. El ministro de Cultos Baltasar Porras bendijo la instauración de la teocracia, de la monarquía de derecho divino y del suplicio en la Santa Inquisición de todas las divorciadas, comenzando por las de la plaza Francia. El constitucionalista Hermann Escarrá presentó el proyecto de Carta Magna de la Sociedad por Acciones Venezuela, cuyos únicos dos artículos rezan: Primero: carece de derechos políticos, económicos y jurídicos todo aquel calificado como chusma, turba y horda. Segundo: Queda calificado como tal quien no pertenezca a la promoción 1950 del Colegio San Ignacio de Loyola. El ministro de Tráfico de Armamentos Isaac Pérez Recao anunció nuevos endeudamientos del país a fin de costear el parque para la intervención en Colombia, Afganistán, Irak y Corea del ejército venezolano como task force al mando de la misión militar norteamericana. El ministro de Comunicaciones Enrique Mendoza anunció la sacada del aire de “esa basura” de medios que no apoyan totalmente a la Junta. Celebró asimismo la revocación de todas las concesiones de telecomunicaciones y su transferencia a un conocido monopolio mediático. El vocero de este último anunció las nuevas tarifas que regirán con el costo por centimetraje o segundo de editoriales, opinión, noticias y publicidad. Luciendo guantes quirúrgicos, el viceministro de Relaciones Interiores Henry Vivas desmintió el rumor de que la desaparición de Francisco Arias Cárdenas, Julio Borges, Antonio Ledezma, Salas Römer, padre e hijo, Peña Esclusa, Aníbal Romero, Alfredo Peña, Eduardo Fernández, Carlos Andrés Pérez y varios millares de ciudadanos más tenga que ver con los rumores de que conspiraban contra el presidente Carmona para ponerse en su lugar. El ministro de Relaciones Exteriores doctor Pepe Rodríguez Iturbe reconoció ayer la República Independiente del Zulia. El ministro de Relaciones Interiores comisario López Sisco anunció la solución final para la limpieza étnica de la población venezolana. No se ha vuelto a tener noticias de los numerosos reporteros enviados a entrevistarlo. Algunos desaprensivos me acusan de presentar mis deseos como noticias y de impartirle un cierto carácter sesgado a la información. En represalia dejo esta señal y paso a transmitir comiquitas. 28 de septiembre de 2002
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PROPÓSITOS DE SIGLO NUEVO En abril la oposición nos propinó un preestreno de su programa político. En diciembre nos infligió un adelanto de su plan económico: intento de confiscación de la industria petrolera por gerentes saboteadores, en contra de la voluntad de los obreros agremiados en Fedepetrol y con absoluto menosprecio por los derechos de todos los venezolanos dueños de la empresa. Durante pocas semanas padecimos desabastecimiento, colas, mercado negro que acercó la gasolina al precio internacional y corralito bancario: un anticipo de lo que será nuestro estilo de vida definitivo si los gerentes que intentaron arrebatarnos el uso de nuestros hidrocarburos venden Pdvsa al capital extranjero. Venezuela los inundó de privilegios: ellos intentaron ahogarla en estragos. Nada más fácil para administradores, médicos o educadores inmorales que causar atroces daños a la empresa, el paciente o el niño que se le encomiendan. La magnitud de estos perjuicios mide su indignidad para el cometido. Al descalificarse por su propio sabotaje contra la propiedad de todos los venezolanos, esos gerentes precipitan la reestructuración de la empresa que quisieron paralizar. Ni el más desinformado ignora que Pdvsa ingresa cerca de 50 millardos de dólares anuales y sólo nos entrega a sus accionistas unos 10 millardos, lo que la sitúa entre las empresas petroleras más ineficientes del mundo. Reconstruir Pdvsa es reedificar Venezuela. Una industria petrolera saneada rendirá a la Nación Venezolana un aporte de por lo menos 20 millardos de dólares, que situará al Presupuesto del Estado en magnitudes próximas a los 30 millardos de dólares. Una adecuada reinversión de tales fondos estabilizará el signo monetario y subsanará carencias críticas en Educación, Cultura, Salud, Seguridad Social e Infraestructuras. Cubiertas tales deficiencias, quedarán todavía fondos para un agresivo plan de inversión pública con efectos multiplicadores en la demanda, que vigorizará a la pequeña y mediana industria e impulsará paralelamente el empleo, el consumo y la solicitud de servicios profesionales y técnicos. Tal plan rescatará a gran parte de nuestros empresarios y profesionales de la quiebra masiva impuesta por el cierre patronal forzado por grupos monopólicos deseosos de eliminar la competencia. El aporte de una Pdvsa reestructurada a favor de la Nación será un instrumento decisivo para conjurar la crisis económica y social, activar y diversificar la producción industrial y agropecuaria y poner a disposición de los ciudadanos una pluralidad de medios de comunicación alternativos, educativos y de servicio público. Los efectos de tal aporte no se reducen a lo coyuntural. Los ingresos adicionales deben ser asimismo invertidos en la recuperación de las industrias estratégicas de las que depende la soberanía tanto como del petróleo. Ese sería el primer paso para la configuración de una economía que no dependa de la energía fósil, meta que por cierto todavía no ha sido lograda por los países desarrollados. Venezuela no puede arriesgarse a ser paralizada por intereses foráneos, ni doblegada por bloqueos favorecidos por éstos. La carga inicial de la Deuda Externa se originó en la exagerada indemnización para nacionalizar Pdvsa: la segunda nacionalización de ésta debe librarnos de ese Calvario. En octubre de 1999 denuncié que la Constitución Bolivariana dejaba abierta la posibilidad de privatizar la industria de los hidrocarburos gaseosos. Una justa participación en el ingreso derivado de los líquidos podría costear una industria del gas también reservada para los venezolanos. Con la verdadera nacionalización de Pdvsa comienza para Venezuela el siglo XXI: una centuria en la cual todo dependerá cada vez más de quienes dominen la energía fósil y la industria que la procesa. Si Venezuela evita definitivamente que una mafia se las arrebate, ha llegado el momento de augurarle no sólo Feliz Año, sino Feliz Siglo Nuevo. 4 de enero de 2003
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LOS TRIBUNALES NO ENCUENTRAN RESPONSABLES - En 1908 el general Juan Vicente Gómez, apoyado por Estados Unidos, da un golpe de Estado contra el presidente Cipriano Castro. Los tribunales no encuentran responsables, y condenan al depuesto Castro por oponerse al golpista Gómez. - En 1948 los coroneles Marcos Pérez Jiménez, Carlos Delgado Chalbaud y Llovera Páez dan un golpe contra el presidente legítimamente electo Rómulo Gallegos. Los tribunales no encuentran responsables. - En 1951 el presidente de la Junta de Gobierno coronel Delgado Chalbaud es asesinado por un ejecutor que muere al ser detenido, y ocupa la Presidencia el coronel Marcos Pérez Jiménez. Los tribunales no encuentran responsables. - Durante las décadas inmediatas la sociedad es conmocionada por los casos de un sacerdote presunto asesino de su hermana, de un militar presunto homicida de su esposa y de varios mozalbetes de buena familia supuestos secuestradores de un amigo. Los tribunales no encuentran responsables. - Durante los años cincuenta y sesenta un célebre abogado saquea establecimientos comerciales haciendo pasar a sus empleados por jueces que practican embargos. Los tribunales no encuentran responsables. - En 1962 el presidente Betancourt obtiene la mayoría parlamentaria ilegalizando a los partidos de oposición y encarcelando a los congresistas opositores en violación flagrante de la inmunidad parlamentaria constitucional. Los tribunales no encuentran responsables. - Hacia esa época un juez encarcela al humorista Aníbal Nazoa por señalar que el togado violó una norma gramatical. Los tribunales superiores no encuentran responsables. - A principios de los sesenta aparece el cadáver del profesor Alberto Lovera con indicios de tortura y la investigación de José Vicente Rangel arroja evidencias en contra de los cuerpos represivos. Los tribunales no encuentran responsables. - En 1966 la Dirección General de Policía detiene al periodista Fabricio Ojeda, miembro de la Junta Patriótica que derrocó la dictadura de Pérez Jiménez, y el detenido fallece ahorcado con una media atada a un lavamanos. Los tribunales no encuentran responsables. - Durante la década de los sesenta unos dos millares de venezolanos son secuestrados, torturados y muertos por los organismos armados del Estado. Los tribunales no encuentran responsables. - Efraín Labana Cordero es secuestrado por la Dirección General de Policía, conducido a un Teatro de Operaciones, torturado, quemado con hierros candentes, enterrado vivo e inconstitucionalmente exiliado. Los tribunales no encuentran responsables. - En los años setenta el abogado Carmona amenaza con denunciar negociados de corrupción, y es ultimado por un sicario. Los tribunales no encuentran responsables. - A finales de los setenta la Disip secuestra al dirigente Jorge Rodríguez y lo tortura hasta la muerte. Los tribunales no encuentran responsables. - En 1977 el candidato presidencial Renny Ottolina aborda una avioneta que se estrella en circunstancias misteriosas y el periodista Jorge Olavarría da a conocer una cinta grabada en la cual Carlos Andrés Pérez y Diego Arria confiesan tener conocimiento anticipado del vuelo. Los tribunales no encuentran responsables. - A finales de los setenta un gerente cultural estafa a la sociedad venezolana mediante el fraude en cadena llamado pirámide. Los tribunales no encuentran responsables. - El presidente Lusinchi, su gabinete y millares de corruptos perpetran el latrocinio colosal de otorgar y adquirir ilegítimamente dólares subsidiados en virtud del Régimen de Cambio Preferencial. Salvo el chino de Recadi, los tribunales no encuentran responsables. - Poco después perime la instancia de los juicios por corrupción contra Lusinchi y sus cómplices porque los funcionarios encargados de proseguirlos no cumplen con su deber. Los tribunales no encuentran responsables. - A principios de los años ochenta el ejército tortura y ejecuta con tiros de gracia a varias decenas de ciudadanos en Cantaura y Yumare. A pesar de la minuciosa investigación de varios parlamentarios, los tribunales no encuentran responsables. - Ruth Capriles compila tres voluminosos tomos de un Diccionario de la corrupción con centenares de casos de enriquecimiento ilícito. Los tribunales no encuentran responsables. - En 1989 cuerpos represivos asesinan arriba de dos millares de venezolanos durante el Caracazo. Los tribunales no encuentran responsables. - En 1993 millares de urnas electorales repletas de votos a favor de la Causa R aparecen arrojadas en el basurero de La Bonanza. Los tribunales no encuentran responsables. - En 1993 una camarilla de banqueros roba los ahorros del pueblo venezolano por un monto que alcanza a la mitad del circulante del país. Los tribunales no encuentran responsables. - El único banquero ladrón que cumple sentencia lo hace en Estados Unidos. A su regreso a Venezuela, en pocas horas lo pone en libertad un tribunal que no encuentra responsables. - En 1997 el periodista William Ojeda denuncia que tribus judiciales venden las sentencias a los bufetes que les regalan sus nombramientos. Los tribunales no encuentran responsables, y encarcelan al denunciante. - En abril de 2002 oficiales se declaran en rebelión militar contra el presidente legítimamente electo, dan un golpe de Estado, lo secuestran y nombran a dedo un dictador que disuelve todos los poderes. El tribunal disuelto por el dictador no encuentra responsables de rebelión, con lo cual declara legítimo al dictador y válido el decreto que disuelve a dicho tribunal y por consiguiente nula la sentencia que no encuentra responsables. - Los responsables de encontrar responsables de que los tribunales no encuentren responsables no encuentran responsables. 25 de agosto de 2002
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REGALOS DE AÑO NUEVO Regalo para los trabajadores Se preguntaba Saint Simón en su famosa Parábola qué pasaría si en Francia desaparecían los cien principales nobles, los cien principales eclesiásticos, los cien principales cortesanos. Respuesta obvia: absolutamente nada. Volvía a preguntar Saint Simon qué acontecería si desaparecieran los cien principales creadores, los cien principales productores, los cien principales científicos. Catástrofe irrecuperable. Se preguntaba Venezuela qué sucedería si dejan su puesto los cien principales propietarios, los cien principales mercaderes, los cien principales meritócratas, los cien politiqueros principales. Tenemos la respuesta. Regalo de las lecciones de la crisis - El petróleo es nuestro sólo mientras no nos lo dejemos quitar. - Quien tiene petróleo decide el destino del mundo, si evita que el mundo le decida su destino. - Un país saboteado por la dirigencia de su principal industria no puede dejarla en sus cargos para que lo repita. - Un país no puede tener su capital fragmentada en 22 alcaldías con policías antagónicas. - Un país no puede dejar en manos privadas y extranjeras servicios públicos estratégicos como la telefonía y la distribución de agua y de energía eléctrica. - Un país que contrata servicios vitales con empresas extranjeras no puede permitir cláusulas inconstitucionales que impidan demandarlas salvo en sus naciones de origen. - Un país que ha sufrido un golpe de Estado promovido por televisoras privadas no puede permitir que la repetición de dicho golpe lo encuentre sin canales de servicio público de óptimo alcance, eficacia y calidad. - Un país con población mayoritariamente mestiza no puede tolerar que el mensaje político se centre en la descalificación étnica y la fobia social. - Un país que depende del petróleo no puede eliminar de las facultades de Derecho las cátedras de legislación minera y de hidrocarburos. - Un país que depende del petróleo no puede eliminar de las facultades de Economía las cátedras de economía minera y petrolera. - Un país que depende de la industria petrolera debe disponer de suplentes y relevos confiables e inmediatos para cada una de sus tareas claves. - Un país cuyo bien más codiciado y vulnerable es la industria petrolera nunca estará seguro sin un sistema de reservas de combustible suficiente para hacer frente a cualquier contingencia. - El enemigo del funcionamiento de la industria petrolera es el enemigo de todos. 29 de diciembre de 2002
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ALCALDÍAS DELINCUENCIALES Años ha, se creyó falsamente que los delincuentes llevaban inscrito su delito en la cara. No cabe duda de que los alcaldes exhiben su prontuario en el rostro del feudo que administran. Basta el vistazo a una calle para apreciar el número de delitos por omisión o por comisión imputables al alcalde. Por omisión, los atribuibles a dejadez o lástima, como la proliferación de huecos o de buhoneros. Por comisión, aquellos que gritan a voz en cuello su contubernio con el billete, como la saturación de usos no conformes, la aniquilación de las zonas residenciales con rascacielos y centros comerciales, el entierro de la ciudad bajo avalanchas de vallas publicitarias ilegales. Por omisión, las aceras están minadas de hierros cortantes y zanjas, o simplemente no existen. Por comisión, se llenan de quioscos que además confiscan con obstáculos el trozo de calle que consideran propiedad privada. Por omisión, los parques perecen. Por comisión, los centros comerciales invaden los terrenos para servicio comunal de las urbanizaciones y edifican en ellos. Por omisión, el hampa opera por la libre. Por comisión, la misma cuerda de zánganos que corre en cuanto ve a un malandro, cae como jauría sobre el ciudadano honrado que tiene la desdicha de transitar por las alcaldías delincuenciales. Le exige aquél la placa imposible de obtener, lo acosa éste por el certificado estúpido que se debe renovar cada doce horas, le decomisa el otro los documentos que la Constitución declara indecomisables, le incautan entre todos cuanta propiedad lleva puesta o maneja. Salvo las honrosas excepciones del caso, gavillas delictuosas de tal índole merodean libremente por los predios de la Alcaldía Metropolitana, de Chacao y de Baruta. Esta última, que se dice neoliberal, inventó contra los infelices propietarios la expropiación de cobrarles el derecho de frente, no por metros cuadrados, sino por superficie, lo que equivale a multiplicar impuestos por la potencia de dos, de tres, de cuatro y de cinco. Seres de tal ralea intentando ejercer la autoridad son como la dueña de un lenocinio regañando a los transeúntes por decir malas palabras. Sálvese quien pueda. El mismo plan de desmantelamiento del país que ha llevado al borde del enfrentamiento a los cuerpos armados de Aragua y de Sucre, de Lara y de Yaracuy y de Mérida y Zulia, determina que en Caracas existan 22 alcaldías y tolera que muchas de ellas mantengan montoneras privadas, con uniformes, armamentos y comandos distintos y antagónicos. En consecuencia, Alfredo Peña adoctrina las suyas con policías estadounidenses, y el director de la Policía Metropolitana Henry Vivas confiesa que el 11 de abril sus agentes esgrimían armas de fuego usando guantes quirúrgicos, estrategia de homicidas con premeditación que evitan dejar huellas digitales y acusar rastros de pólvora. Nadie calza guantes de goma para disparar al aire ni para matar venados. Algunos medios han sustituido su obsesiva invocación al golpe por el frenético llamamiento a la Guerra Civil. Ésta no es más que el enfrentamiento de facciones armadas en un mismo territorio. Estuve hace poco en Colombia, cuyo doloroso conflicto interno no puede ser modelo ni programa para nadie. Pensemos en nuestra hermana República, antes de actuar en la República contra nuestros hermanos. 11 de mayo de 2002
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ABSUELTO EL VICEALMIRANTE El Imperio detecta un vacío Sucede que el Lord Protector Oliverio Cromwell detecta un vacío de poder en América. Pasa que envía en 1664 una flota de 56 navíos con 2.000 cañones y 11.000 hombres para conquistarla. Ocurre que le dan una paliza en Santo Domingo, y ocupa apenas la pequeña Jamaica. Para imponer el libre comercio el gobernador Doyle enrola a los filibusteros. Los patronos dan luz verde Pasa que España celebra con Inglaterra en 1667 el Tratado de Paz de Madrid. Ocurre que el gobernador de Jamaica no puede seguir dando patentes de corso contra un país amigo. Sucede que el gremio patronal llamado Consejo de la Isla expide patentes a la medida, y una le toca a un tal Morgan, antiguo sirviente contratado, alias el Vicealmirante de los Filibusteros, o ladrones del mar. Pesca en mar revuelto En 1668 Morgan saquea Camagüey con doce barcos y 700 filibusteros; asalta Portobelo escudándose con religiosos y pilla 260.000 escudos que dilapida en la Tortuga. En isla de Vaca invita a cenar a su fragata a los oficiales de un buque francés de 36 cañones, secuestra convidados y buque y celebra con un banquete en el que se brinda a pistoletazos. Una bala da en el pañol de pólvora y 350 filibusteros vuelan por los aires. El piadoso Morgan autoriza a pescar los cadáveres, según narra Exmelin, “no con la humana intención de enterrarlos” pues “si hallaban algunos con sortijas de oro en los dedos, se los cortaban para sacárselas y los dejaba en aquel estado a merced de la voracidad de los peces”. Renuncias voluntarias Este jovencito Alex Olivier Exmelin o Essequemelin o Smecks, de origen incierto, de profesión cirujano autodidacto, es el principal testigo de cargo. Narra que tras la pesca macabra, 600 filibusteros embarcan en 15 naves y detectan otro vacío de poder en Maracaibo. El 8 de marzo de 1669 cañonean el fortín de la Barra y ocupan casa de gobierno, iglesias y mansiones. Para obtener la renuncia espontánea de los ciudadanos a cargos y bienes los secuestran, los golpean con palos, les dan tratos de cuerda, los queman con mechas ardientes entre los dedos, les agarrotan correas en el cráneo hasta saltarles los ojos, los cortan en trozos. Un esclavo oficia de verdugo. Disolución de poderes El 21 de marzo asaltan Gibraltar. A un viejo que dice ser hermano del gobernador lo cuelgan, le atan pesos de los pies y del cuello, le queman la cara con palmas hasta que muere. A otros los suspenden por los genitales, los acuchillan, los aplastan con peñascos, les asan los pies, los crucifican. Morgan cobra 5.000 reales de a ocho por no incendiar el poblado y libera prisioneros por rescate, pero no a los esclavos, que son botín. A las bellas, testimonia Exmelin, «no les exige nada, puesto que tienen con qué pagar sin disminuir sus riquezas”. Retoma del Palacio En la boca del Lago los esperan los tres buques del vicealmirante Alonso del Campo y Espinoza. Morgan le incendia la capitana con un brulote o nave ardiente y escapa con más de un millón de reales de a ocho, resguardándose con los prisioneros como escudos humanos. Intervención en Panamá Todavía narra el memorioso Exmelin que Morgan zarpa el 14 de agosto de 1670, arrasa la costa cubana, se apodera en Santa Marta de dos fragatas, saquea Río de Hacha y leva anclas con 24 naves y dos mil filibusteros que toman los fuertes de San Jerónimo y Santa Teresa, queman con flechas incendiarias el fortín de San Lorenzo y exterminan trescientos defensores que no se rinden. En Panamá esquivan un tropel de ganado que le echan encima los lugareños. Francotiradores certeros diezman a los defensores; toman la indefensa ciudad y para llenar el vacío de poder degüellan a cuantos encuentran. Morgan se encapricha con una joven, y ante su negativa, la encierra en un calabozo con un esqueleto. Para prevenir contraataques, el vicealmirante incendia la ciudad. El vicealmirante embarca a sus cómplices Después de tres semanas de atrocidades, regresan al Caribe cargando en mulas 443.200 libras. Morgan se supera a sí mismo. Muchos piratas recuerdan haber aportado al botín joyas que no reaparecen en el reparto, porque según narra el estafado Exmelin, “Morgan y su camarilla habían retenido la mejor parte”. Morgan corta las discusiones dándose prudentemente a la fuga con cuatro barcos “cuyos capitanes, sus cómplices, han participado en el insigne robo hecho a sus camaradas”. El vicealmirante de los filibusteros abandona entre indígenas hostiles a sus compinches y al cirujano Exmelin. Todos se amargan con la idea de que “quizá Morgan descansa en Jamaica, rico, dichoso y de lo más contento entre los brazos de una bella joven”. Sentencia del Tribunal Supremo Mientras los filibusteros pillan el istmo, Inglaterra y España concluyen en 1670 un nuevo y ampliado tratado de Paz. Morgan va prisionero a Inglaterra en 1672 en una fragata con el premonitorio nombre de “Welcome”. Morgan comparece ante el supremo tribunal acusado de pirata y sale absuelto y aclamado con el título de sir John-Harry-Henry Morgan. El filibustero es favorito en la disoluta corte de Carlos II. Exmelin publica en Amsterdam en 1678 su diario de a bordo, Piratas de América. Morgan hace prohibir el libro, y logra que un tribunal sentencie que a los piratas “siempre les ha tenido y tiene odio”. La justicia obliga al editor Thomas Mathus a publicar que “tampoco, según se me dijo, se cometió crueldad alguna, tal como el malogramiento de un idiota, o la tortura de un rico portugués, o causar que un negro matara varios prisioneros españoles para crear un odio de los españoles hacia él e impedir que volviera con ellos, o el colgamiento de cualquier persona por los testículos”. En tiempos de los filibusteros había dos justicias, o mejor dicho, dos injusticias: una para el victimario y otra para la víctima. El siglo de los piratas no ha terminado. 28 de septiembre de 2002
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¡SIGLO XIX NOW! En las riberas de la quebrada de Chacao lo encuentro. Luce alpargatas con espuelas, levitón descosido, sombrero pelo de guama, ruana barcina. De su canana cuelgan un machete mellado, un trabuco naranjero y una gallina robada. No cabe duda. Estoy ante el legendario caudillo Matías Semeruco, a quien daban por muerto desde 1899 en la batalla de Tononó. Ahora reaparece, por las razones que explica al leer a grito pelado su proclama: –¡Compatriotas! ¡Dijo Enrique Bernardo Núñez que en Venezuela el siglo XIX no ha concluido! ¡Nuestras huestes gloriosas de cadáveres insepultos nos retrotraen a las glorias decimonónicas del siglo antepasado! Engulle Matías un buche de lavagallo con pólvora, y arremete: –¡Como en tiempos del Marqués del Toro, de Cecilio Acosta, de Maricastaña y de la bruja Cumbamba, torna a la vida nacional un partido conservador que niega el derecho a la participación política y al voto válido a la mayoría que no tiene propiedades! ¡La discriminación racial y social es de nuevo consigna política! Se engolosina con un mordisco del rollo de chimó, y prosigue: –¡Como en épocas de Guardajumo y del Tigre Encaramado, cada emperador parroquial comanda como señor de horca y cuchillo milicias propias que no obedecen órdenes del poder central! Con certero escupitajo ahoga una garrapata que le trepa por el antebrazo: –¡Al igual que en los años del bachiller Mujiquita y de la Adoración Perpetua, plumíferos, políticos, bodegueros, patiquines, damas antañonas y curas caen arrobados ante el primer guapetón que amenaza con alzarse en su conuco! ¡Como en épocas de la pianola y la linterna mágica, la oposición no cuenta votos, sino peinillas! Se palpa Matías una escarcela repleta de lochas de cobre y morocotas: –¡Como en los días del Ferrocarril Alemán, la vía entre la capital y la Guaira está en manos de extranjeros! ¡Como en las eras de la Compañía del Cable Francés, dominan las comunicaciones extranjeros enemigos del gobierno! ¡Como en el Primer Centenario de Bolívar, la electricidad cobra completo y alumbra por cuotas! ¡Como en tiempos de la Bermúdez Company, las compañías asfalteras financian los alzamientos! ¡Como en la primavera del banquero Matos, los patronos dirigen asonadas, y llaman a la planta insolente de los acreedores de la Deuda para que profane el sagrado suelo de la Patria! Lanza Matías un toque de diana con un cacho de vaca recortado: –¡Que viva la sociedad de castas! ¡Como en épocas del Marqués de Barinas y del Intendente Olavarriaga, los caminos están clausurados por peajes que imposibilitan el tránsito y el comercio! ¡Arriba el feudalismo! ¡Como en las mocedades de Funes, cada reyezuelo aldeano cobra impuestos, vende los bienes de la Nación y quiere secesionar país propio! ¡Como en tiempos de los Monagas, diluiremos el ejército nacional en un archipiélago de macheteros donde cada quien haga su real gana! ¡Dios y Segregación! Cae al suelo Matías Semeruco, sacudido por tiritones de dengue o paludismo, y arenga: –¡Venezolanos! ¡Volvamos de un solo golpe al siglo XIX, cuando no teníamos petróleo! ¡Alcémonos para que los banqueros le entreguen Pdvsa a los extranjeros! ¡Conuco ya! ¡Siglo XIX Now! ¡Jipa! ¡Dos tiritos y al machete! Corre Matías Semeruco esgrimiendo su colegallo, seguido por una corneteante caravana de camionetas Explorer que no se sabe si lo buscan para alistarse en su alzamiento o para internarlo en un siquiátrico. En la confusión tropieza y se le escapa la gallina robada, que quizá sea la gallina de los huevos de oro que tantos buscan para matarla. Rogad por ella. 9 de noviembre de 2002
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LOS EFECTOS DE LA BURUNDANGA Escandalizan algunos medios con el peligro de la burundanga, droga que le suministran al inocente entregándole un folleto, periódico o revista. Al tocar el papel, la víctima entra en un estado de pasividad completa. Numerosos empresarios cerraron sus negocios, abandonaron su trabajo e impidieron a sus empleados que trabajaran, sin considerar las consecuencias. La burundanga induce una actitud de automatismo, se reciben y ejecutan órdenes sin oposición. Decenas de oficiales dejaron sus cuarteles, desfilaron en pasarelas golpistas, secuestraron al Presidente y cayeron en el pajón al no ser secundados por un ejército que no estaba bajo la influencia de la burundanga. La burundanga desaparece los actos inteligentes de la voluntad. Inducidos por la burundanga miles de gerentes intentaron destruir la empresa que les daba de comer a ellos y a los venezolanos, pero no acabaron con ella sino con sus propias carreras. La burundanga anula la memorización de hechos. En estado de trance centenares de venezolanos siguieron a dirigencias políticas, patronales y sindicales sin recordar que las primeras arruinaron el país, las segundas les robaron sus ahorros y las terceras saquearon sus prestaciones sociales. La burundanga bloquea el sentido del ridículo. Funcionarios diplomáticos olvidaron su investidura para terminar como presentadores de shows transfors. Al tocar el papel, pierde la víctima la capacidad de discernimiento. Cualquier locutor se siente Presidente, cualquier creativo de publicidad designa o destituye dirigencias, cualquier lector de teleprompter aspira a moldear la sociedad. Los efectos duran entre 2 y 18 horas o entre 2 y 18 meses, según la dosis recibida. La víctima se recupera en medio de una situación generalizada de ratón moral y vergüenza propia. Se conocen casos de fobia en los que la víctima jamás vuelve a tocar el papel que ocasionó su desgracia. La burundanga puede ser adictiva, pero no omnipotente. Tres años llevan los traficantes distribuyéndola, y mírenlos. 25 de mayo de 2003
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TRATADO DE REGULARIZACIÓN DE LA GUERRA A MUERTE Nadie sabe quién empezó o mejor dicho todo el mundo sabe quién empezó: los otros. El regente Francisco de Heredia testimonia cómo el capuchino Fernando María del Coronil predica a los realistas que “de siete años arriba, no dejasen vivo a nadie”. El compasivo José Tomás Boves denuncia que un sargentón bolivariano sentencia realistas mientras finge leer en un catecismo: “Templín, caguín, chiguín, se ajusticiará a todo godo que sea atrapado con las armas en la mano”. El sosegado José Félix Ribas denuncia que el Urogallo celebra saraos donde los arpistas pierden el compás y los invitados republicanos la vida. Medios sesgados atribuyen al Pacificador Pablo Morillo el criterio de que para acabar con la insurrección hay que pasar por las armas a todo el que sepa leer y escribir. Partidas de exaltados degüellan a quien pronuncia “naranjas” con acento gachupín. El presbítero Andrés Torrellas acusa a los realistas de lucir en sus morriones plumas negras que amenazan de muerte a todo patriota. Ante tal panorama, el propio Bolívar, primero en reconocer –no en iniciar– la Guerra a Muerte, anuncia el 6 de julio de 1816 en su proclama de Ocumare: “La guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonaremos a los que se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla”. Se abre así un difícil diálogo de cuatro años que apenas en 1820 concierta el Tratado de Regularización de la Guerra. Corren los años, vuelan los centauros llaneros que el 24 de junio de 1821 le dan la paliza de su vida a los realistas en el campo de Carabobo, y saltan los monárquicos huyendo a campo traviesa hacia Puerto Cabello. Durante la atropellada persecución pudo ocurrir esta conversa entre el mariscal de campo Miguel de La Torre y el Catire Páez, que le pisaba los talones: –Mariscal, ¿dialogamos? –No hablo con mestizos. –Nombraré intermediario al marqués del Toro para que vuecencia no se sienta disminuido. –Sólo si todos los independentistas se entregan desarmados a mi ejército. –¿Cuál ejército? Sus soldados quedaron derrotados y sus generales presos en la batalla de Carabobo. –La Gaceta de Caracas y la Gaceta de Madrid dicen que en Carabobo ganamos los españoles. –Venezolanos y españoles podemos entendernos. –Al pretender que hay venezolanos usted incita al odio social. –Dialoguemos para evitar derramamiento de sangre. –Sólo si se restablece la esclavitud para los esclavos liberados al hacerse soldados patriotas, si se devuelve a sus amos las tierras que repartió Bolívar a los milicianos, si se anula la Independencia, se disuelven todos los poderes de la República, y sus integrantes electos se someten a juicio ante Fernando VII. -¿Y entonces para qué murieron Cedeño, Plaza y Negro Primero? –Todos fueron víctimas de francotiradores independentistas. Los intentos de diálogo siguen hasta el 10 de noviembre de 1823, cuando al ser arriada definitivamente la bandera española en Puerto Cabello, Miguel de la Torre intenta estrangular con ella al jefe de protocolo patriota, y prosiguen hasta hoy. No hay peor sordo que el que no quiere perder. Sobre todo si es como Jalisco: que nunca pierde, y si pierde, la arrebata. 25 de mayo de 2002
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PUEBLO DE ORO ¿POR QUÉ EL PUEBLO SUPERA A SUS DIRIGENCIAS? 1 Hace décadas escribo que en Venezuela el pueblo supera a sus dirigencias. Sin visible orientación de vanguardias, en 1987 protagoniza el Meridazo y en 1989 el Caracazo, en 1993 desecha el bipartidismo, desde 1998 derrota a la coalición conservadora en siete elecciones consecutivas; en 2002 repone al gobierno electo depuesto y en 2003 vence un complot de desestabilización política y económica sin precedentes. ¿Por qué triunfa? 2 En el mismo lapso la vieja dirigencia económica no hace más que desfalcar bancos, exportar capitales, cerrar industrias y apostar a una intervención militar interna o externa, convocando mediante una fracción de sus medios a la oficialidad golpista, la clase política insepulta, la meritocracia privatizadora, la intelectualidad sin mensaje, la clase media sin expectativas y la jerarquía eclesiástica sin evangelio a apoyar una plutocracia autoritaria ¿Por qué fracasan? 3 Vale decir, el pueblo impone su voluntad y se organiza desasistido en lo esencial del poder económico, de estructuras políticas convencionales, de tecnocracias, intelocracias, teocracias y mediocracias. ¿Cómo opera? 4 Cuando el político, el tecnócrata, el sacerdote, el capitalista y el comunicador fallan, queda la sociedad librada a las estructuras y estrategias organizativas solidarias que aquellos no pudieron quebrantar, y que garantizaron nuestra supervivencia antes de la Conquista y durante los cinco siglos de opresiones y exclusiones que ésta impone. 5 Saber lo que fuimos es conocer lo que seremos. Somos cada vez más como nuestros antepasados. El tiempo decanta en nuestra herencia cultural los más válidos instrumentos para la supervivencia. Las comunidades de las cuatro grandes familias lingüísticas que poblaban Venezuela precolombina compartían varios rasgos comunes: no había división en clases sociales ni acumulación de riquezas; no existían aparatos políticos impositivos; preponderaba el igualitarismo, la comunidad funcionaba gracias a indestructibles lazos solidarios. 6 Concentrémonos en algunos rasgos de una de las naciones más extendidas e indoblegables, la caribe. Los caribes no integran un Imperio ni un Estado unificado, sino una comunidad cultural. Sus unidades básicas son familias extendidas, sin autoridades fijas o permanentes. No están divididos en clases, y las relaciones sociales están regidas por los parentescos. 7 Sus niños no conocen el autoritarismo. Según reprocha Caulín a los caribes de Nueva Andalucía “en la crianza de los hijos son demasiadamente compasivos; rara vez los castigan por el temor de que no se les mueran. De allí nace el criarse demasiadamente libertosos y andar a su albedrío”. (Fray Antonio Caulín: Historia de la Nueva Andalucía; Biblioteca de Autores Españoles, Madrid, 1965, pp. 313-324.) A tal pedagogía, tal carácter: R.P. Labat apunta de los caribes insulares que “hay que tener miramientos infinitos con ellos: no pueden soportar ser mandados (...) No hacen más que lo que quieren, cuando ellos quieren y como lo quieren(...)”. Por lo que “todo lo que se ha hecho hasta el presente para instruirlos y hacerlos abrazar la religión cristiana ha sido inútil” (Viajes a las islas de la América; Casa de las Américas, La Habana, 1979, pp. 63-75). 8 Esta pedagogía que forma seres “demasiadamente libertosos” también inculta una solidaridad gracias a la cual lo que produce la comunidad se comparte y la mayoría de las tareas fundamentales se cumplen colectivamente. Atestigua Caulín que “En las fajinas o trabajos de comunidad, los jóvenes sirven a los mayores, administrándoles la comida y bebida, que entre ellos se reparte”. (Op.cit. pp. 312-313). No hay niños ni ancianos abandonados. La comunidad y el individuo se asisten mutua y espontáneamente del nacimiento a la muerte. 9 Tal solidaridad igualitaria mantiene la cohesión social en pueblos que según Roberto Cassá presentan una “débil estructuración de la jefatura” (Los indios de las islas; Editorial Abya Yala, Quito, 1995, p.162). Para el cronista misionero Pierre Pelleprat, “los Salvajes no tienen gobierno político; cada uno hace lo que le parece; no tienen leyes ni magistrados; no reconocen más que a sus capitanes como autoridad cierta; los respetan y los obedecen, pero más por inclinación que por deber”(*) (Relato de las misiones... p. 69). Cada aldea respeta simbólicamente la autoridad de un tiubutil hothe, especie de padre fundador del poblado. Esta jerarquía por lo general no es hereditaria, sino fruto de elección de los pobladores, y para merecerla es indispensable superar difíciles pruebas. (Filadelfo Morales Méndez: Los hombres del onoto y la macana; Fondo Editorial Tropykos, Caracas 1990, pp. 62-68). Eligen caciques transitorios – a los que llaman apotos– sólo para una expedición o un conflicto bélico en particular. El cargo no comporta privilegios ni riquezas, sino deberes, entre ellos el de la extremada generosidad. Concluida la expedición, el conflicto o la emergencia, cesa el mando. 10 Ello no impide la coordinación casi instantánea cuando están en juego la defensa o el interés colectivo. Cada región o cada isla integra para tratar asuntos de interés común un Consejo de Jefes locales, que designa un jefe regional, denominado en las islas ubutu (Cassá: op. cit. p. 164). Según las necesidades, estos Consejos pueden reunirse como Consejos Interregionales para tratar asuntos de interés común. Las comunidades de cultura caribe –y gran parte de las pertenecientes a otras etnias– presentan prácticas de lo que hoy llamaríamos una plena democracia participativa económica, política y social. 11 Lejos de debilitar a la nación caribe, estas formas laxas de liderazgo harán imposible reducirla golpeando una cabeza o jefatura central. En pocos meses los conquistadores desmantelan el imperio azteca y el incaico, y derruyen las instituciones centralizadas de los taínos de las Antillas mayores. Los caribes han de ser exterminados, catequizados o vencidos pueblo por pueblo y familia por familia en una intermitente guerra que durará tres siglos. Digo mal vencidos: su magnífica solidaridad, su cordial igualitarismo sobreviven en nosotros. Gracias a ellos sobrevivimos. 12 Estas herencias culturales permiten reinstaurar en un día un gobierno electo depuesto y resistir durante dos meses un bloqueo energético impuesto. Contra ellas han llovido denuestos los aparatos culturales de cada época. El país podrá ser de petróleo, pero el pueblo es de oro. Gracias a estas herencias han triunfado nuestros grandes proyectos políticos, comenzando por la Independencia. Aprendamos de ellas. Conozcámoslas. Respetémoslas. Ojalá tengamos líderes dignos de ellas. 12 de abril de 2003
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GOBERNABILIDAD Todo nuevo régimen pretende que la Historia empieza y acaba con él. En realidad el desplome de cada poder inaugura tiempos difíciles, en los cuales sólo pueden recomenzar quienes saben usar las herramientas que dejan los predecesores. Duradero y feliz transcurrió el gobierno o más bien la ausencia de él que ahora llaman época precolombina. La clausuraron los conquistadores, pero no pudieron sofocar los sentimientos de igualitarismo, antiautoritarismo y solidaridad tribal que todavía son las bases de nuestra vida colectiva. Atroces y fastidiosos resultaron los trescientos años de calma de la Conquista y la Colonia, pero dejaron el idioma que nos comunica, la integración en capitanía de las ocho provincias y los valores de una catolicidad popular más indígena y africana que arzobispal y más terrenal y festejante que eclesiástica. Gloriosa fue la Independencia y detestable la república oligárquica que intentó perpetuar la esclavitud, las castas y el voto reservado para los ricos. En su cristiana sepultura en Santa Inés nos legó sin embargo el sentimiento de nacionalidad, el irrenunciable republicanismo, el cuño de los carismas caudillescos que operaron como puntos de referencia contra la disgregación absoluta. El cielo encapotado de la Federación anunció una tempestad de abominables gobiernos. A pesar de ello, el Gran Partido Liberal Amarillo nos transmite junto con la arquitectura repostera del Capitolio varias rudimentarias palancas de gobernabilidad: el derecho a la participación política y al voto para los pobres, el Estado laico, el intento de unirlo con ferrocarriles y la proclama de una instrucción pública, gratuita y obligatoria. Agoniza el Gran Partido Liberal Amarillo en la anarquía de la descentralización o feudalización, y caen los tronos de los caudillejos locales ante los andinos de Cipriano Castro y del compadre Juan Vicente Gómez. Expira el Benemérito entre la retórica de la panegírica, y sobre el féretro del Epónimo quedan nada menos que el Ejército Nacional permanente, el Estado Centralizado y el ingreso petrolero, que empieza a tener influencia decisiva sobre los presupuestos públicos desde 1929. Con tales herramientas los postgomecistas sortean morosamente un decenio, ahogan en la cuna el experimento del trienio adeco, y estiran todavía otra década más de dictadura. Cuando Pérez Jiménez huye en 1958, deja en el arsenal de utensilios de gobernabilidad la política de concreto armado, embrionario artefacto de activación económica y redistribución del ingreso petrolero del que usarán y abusarán los herederos bipartidistas. Errores incalificables perpetró el bipartidismo en cuatro décadas de hegemonía. Pero desde las urnas en las que lo sepultaron seis incuestionables elecciones nos legó los siguientes artilugios: una enorme apertura educativa, un incremento en la redistribución en salud y seguridad social, la nacionalización de la industria petrolera y la cultura del respeto al voto. Uno debe escribir para los buenos entendedores, pero también para los malos. El lector que revise las líneas anteriores encontrará un catálogo de instrumentos de gobernabilidad que cada sistema construyó pacientemente y legó a su sucesor y a veces adversario. Entre todos integran una suma de nuestra cultura política, y el resultado acumulativo de ellos es Venezuela. Para decirlo más claro: quien proyecte un gobierno y un país durables debe preservarlos, y a partir de ellos perfeccionar creativamente otros nuevos. Quien desee un gobierno y un país efímeros debe intentar destruirlos. Los ejemplos sobran. Reflexione y elija. 6 de julio de 2002
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INGOBERNABILIDAD Así como cada sistema político y social deja en Venezuela instrumentos de gobernabilidad, también engendra rémoras nefastas que lo destruyen y cuya perduración amenaza con aniquilar, no sólo los regímenes sucesivos, sino la propia existencia de la República. Maravillosa fue la herencia de igualitarismo, antiautoritarismo y solidaridad grupal que recibimos de nuestros antepasados indígenas. La contrapesa la anarquía tribal que, salvo en contados casos como el de los caribes, impidió coordinar la defensa contra la Conquista y que aún hoy nos tienta a no mirar más allá de nuestra pequeña parroquia, nuestra mínima aldea, nuestra exigua secta, nuestro ínfimo clan. La Colonia instauró la unidad religiosa y la comunicabilidad lingüística. En su testamento nos legó también la pretensión de los sacerdotes de convertirse en gobernantes, el nefasto sentimiento oligárquico de una minoría que se cree con derecho a todo y no reconoce a los demás nada, el desprecio de esa minoría hacia las mayorías de pardos, negros e indígenas, y el servilismo de algunos integrantes de las castas discriminadas que siguen sumisamente a las mismas oligarquías que las expolian y menosprecian. La Independencia nos lega el sentimiento de nacionalidad y el republicanismo. Pero la República oligárquica deja asimismo en cada caudillo la tentación de confundirse con un rey y de asimilar la nación a su feudo, así como la convicción de que basta con un cambio de nombres para prolongar indefinidamente la injusticia de la sociedad de castas, eternizar la esclavitud y negar el voto y la participación política a las inmensas mayorías indigentes. También carga sobre las generaciones futuras una deuda pública casi impagable. Heredamos del Gran Partido Liberal Amarillo la educación y el Estado laicos, el reconocimiento del poder de la prensa como instrumento político, el respeto principista hacia la alternabilidad, la participación política de las mayorías y la instrucción pública, gratuita y obligatoria. Pero bajo el nombre de Federación nos legaron un proyecto de atomización y secesión de la República, así como un irresponsable incremento de la deuda externa que atrajo la intervención extranjera. Dejan las dictaduras andinas el Estado centralizado, el ejército nacional, la economía fundada en el ingreso petrolero, la resistencia hacia el cobro compulsivo de la deuda externa y el pago de ésta. La postdata perezjimenista añade la política de concreto armado como primitivo medio de redistribución económica. Pero legan también la doctrina positivista, que con ribetes seudocientíficos perpetúa la ideología racista y antipopular de la Colonia; la incapacidad de crear una economía alternativa al modelo petrolero, la sumisión servil hacia las potencias compradoras de hidrocarburos, la tendencia a regalar esa riqueza exonerando a las empresas extranjeras de gran parte de sus impuestos. Asimismo perfilan las autocracias un modelo de despotismo personal que se reproduce luego incesantemente y bajo todo tipo de ropajes en partidos, cogollos, instituciones y familias. Mezquino sería negar que las cuatro décadas de bipartidismo nos legan una enorme apertura educativa, un incremento en la redistribución en salud y seguridad social, la nacionalización de la industria petrolera, la OPEP y el principio del respeto al voto. Insincero sería omitir que también legan una cultura de la corrupción y la represión, enajenan la soberanía mediante la deuda pública, y destruyen su propia obra con el fraude electoral sistemático y el inicio de la privatización de industrias básicas, educación, salud y seguridad social, al tiempo que reducen sus organizaciones partidistas y sindicales a mero instrumento de los gremios patronales venezolanos y extranjeros. Gracias a los instrumentos de gobernabilidad que supo crear perduró cada sistema, y pereció bajo las fuerzas disociativas que engendró y no pudo controlar. Quien desee aniquilar un movimiento político o un país, no tiene más que alentar o dejar de combatir las herencias de ingobernabilidad que nos legan los regímenes precedentes. Una herramienta posibilita a cada nuevo sistema crear lo positivo y controlar lo destructivo: la participación. 20 de julio de 2002
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PARTICIPACIÓN A partir de la Independencia, todo gran proyecto político se instaura gracias a la participación de las masas y se desintegra en la medida en que intenta confiscarla. Sabe el lector enterado que los patriotas triunfan cuando incorporan a los lanceros pardos y esclavos. La república oligárquica agoniza cuando excluye precisamente a esos pardos de las elecciones y a esos esclavos de la libertad. Conoce el público informado que la Federación se impone gracias a la participación masiva de campesinos dirigidos por terratenientes medios, y que expira cuando éstos crean una nueva oligarquía liberal. Sospecha el ciudadano culto que las autocracias andinas no aplastaron a los caudillos federales sin masivo respaldo de milicias cordilleranas y políticos citadinos, y que se disgregaron al revelarse incapaces de representar a las nuevas masas urbanas. Repite la propaganda bipartidista que sus organizaciones llegan al poder gracias a votaciones masivas. Omite que lo pierden cuando reducen la participación del ciudadano a un cheque en blanco electoral suscrito cada cinco años a favor de un candidato y una lista prefabricados por los cogollos. Cuando ofrecen democracia política en lugar de, y no como medio para la democracia económica y social. Vienen entonces el 27 de febrero de 1989, la Marcha de los Pendejos y los chaparrones electorales de vuelta de milenio y las marchas que los golpistas usan de coartada para asaltar Miraflores y las contramarchas que los expulsan. Deploran unos la agonía de la democracia. Posiblemente asisten a su nacimiento. Presenciamos el fin de la confiscación de la política por los cogollos partidistas. Prevalecen las grandes mayorías participativas. En efecto, hace una década era de buen tono pasar de política. Hoy politiquea la clase media sin medios, y participan los medios intentando pasar por mensaje y sustituir a partidos y dirigencias políticas. Participan intelectuales exquisitos que durante décadas guardaron remunerativo silencio, y participa Fedecámaras, que cansada de financiar las elecciones de los presidentes quiere ser Presidenta para financiarse a sí misma. Participan los militares que se pronuncian, y la alta jerarquía eclesiástica que ha descubierto que su reino sí es de este mundo. Participan sindicaleros que ayer no más vendían huelgas y prestaciones sociales, y la nómina mayor de Pdvsa que hace poco recibía nombramientos a dedo y condecoraciones de las petroleras estadounidenses, y después quiso quitar y poner gobiernos. Participa hasta la Embajada de Estados Unidos, que monta oficina de transición, reconoce lo irreconocible, interfiere y luego pretende no haber interferido. La clave para la participación es un proyecto. La Independencia, la Federación, los autoritarismos andinos, los populismos nacieron como proyectos. El proyecto pasa a los hechos cuando también el pueblo participa y asume por sí mismo la organización que le permitirá tomar por su cuenta la economía, la producción petrolera, la calidad de la vida, la información, la formación académica, la defensa, la religión, las condiciones laborales y la política exterior. Participación con participación se paga. Siguen todos el ejemplo que Caracas dio: es posible que el país lo supere. Lo que es igual no es trampa: a lo mejor sería hasta revolución. 3 de agosto de 2002
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PAÍS DE PETRÓLEO, PUEBLO DE ORO
Luis Britto García Fondo Editorial Fundarte
Colección Delta No. 80
ISBN: 980-253-400-5
Depósito Legal: lf 23420033302008
Corrección: Mario Flores
Diseño y concepto gráfico general
de portada y diagramación: David Arneaud
Impresión: Editorial Colson, C.A. FUNDARTE, Fundación para la Cultura
y las Artes del Municipio Libertador.
Gerencia de Publicaciones y Ediciones.
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Caracas, 1015-A, Distrito Capital, Venezuela, 2003.
Telfs.: 58 (212) 577.83.43 - 571.03.20
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