País de Petróleo, Pueblo de Oro
13/09/2005
- Opinión
Presentación
Es motivo de especial satisfacción para Fundarte la edición de
este libro de Luis Britto García, corformado por una colección de
trabajos publicados inicialmente para la prensa. Más que
artículos, el lector se enfrenta a pequeños ensayos, en los que la
crónica del país (de los años finales del siglo XX a los primeros
del siglo XXI), se nutre de la investigación histórica, el dato
estadístico y el análisis socio-político, desde la posición del
intelectual crítico, que muestra su compromiso contra las
duplicidades de los factores tradicionales de poder, al tiempo que
se esfuerza por mantener su autonomía, incluso frente a los que se
presentan como portadores de los cambios.
Los temas de los trabajos de Luis Britto incluidos en este
volumen son diversos: la defensa intransigente de la soberanía
ante los poderes mundiales, representados en el F.M.I., la O.M.C o
las corporaciones globales; la crítica abierta del neoliberalismo,
esa parodia del pensamiento de las ciencias sociales, obsesionado
por hacer desaparecer el espacio de lo público y abatir la
democracia, al reducir sus necesarias tensiones a la agenda sin
borrones de los “hombres de negocios”. El lector podrá también
encontrar en estos textos el desafío frente a las desigualdades,
la ridiculización de la tramposería de las élites políticas de
viejo cuño, que hacen méritos para ser reconocidos -utilizando
palabras del autor- por “el único poder absoluto, hereditario y
perpetuo de nuestra época: el dinero”.
Luis Britto García pone en juego un modo de argumentación en el
que los saberes contra los cuales se enfrenta se derrumban,
incapaces de pasar la prueba, sometidos casi por reducción al
absurdo, a la perplejidad de las paradojas en las que quedan
atrapados, las cuales se desprenden de sus propias premisas. El
adversario es tratado con respeto pero se le deja a la intemperie,
libre de inútiles argucias.
El humor y la ironía salpican el libro y se combinan con
erudición y convicciones profundas.
Al leer estos ensayos se obtiene información, se asiste a un
debate sin maquillaje y uno sonríe. Sobretodo, se entra en
contacto con una estirpe intelectual a la que es necesario
alentar, brindarle espacios, para distribuir incomodidad y
aprender a desconfiar de los juicios habituales de un pensamiento
domesticado, tan provisto de oropeles como endeble.
La contribución a mantener esa capacidad crítica, en medio de las
desventuras y esperanzas de la ciudad en que vivimos, de los retos
que enfrenta Venezuela en el nuevo siglo y de los dolores de un
mundo, al cual se le quiere encerrar en el corral de un ideario
conservador y cínico, es lo que justifica, en última instancia, la
publicación de este libro, salido de la cabeza inquieta e
industriosa de Luis Britto García.
César Henríquez
Secretario General de Fundarte- o -
ÍNDICE
- El compadre
- Pasión de los niños de Venezuela bajo el rey herodes
- Multiviaje
- El matrimonio de Fedecámaras y la ctv
- Modestas proposiciones
- Tres crímenes, tres demandas
- Doble tributación y conciencias bilingües
- Gracias Aes por apagón recibido
- ¿y a los venezolanos quién nos protege?
- Querido inversionista extranjero
- Cuando fallan los fallos
- Cómo muere un edificio
- Manual de instrucciones para montar
- Una política cultural
- Pesadilla con misses
- El cielo encapotado
- Los asesores
- La constituyente está envirada
- No se vayan que esto se compone
- Niños no juguéis al bogotazo
- Las torres que en el cielo se creyeron
- Todos somos excluidos
- La política cultural de la cia
- Esclavitud
- Democracia
- La teología de satanás
- Postsoberanos
- El desplome de las torres gemelas
- Osama Bin Laden se entrega a los Wasps
- Terrorismos
- Remember the maine
- Comenzó la cuarta guerra mundial
- Verdaderos calvarios
- Pesadillas
- Historias de la guerra
- La guerra
- Visión
- Golpe mediático y dictadura virtual
- Turba y sociedad civil
- ¡se alzan con tu negocio!
- Batalla por Pdvsa
- Barajitas repetidas
- El discreto encanto de la oligarquía
- Auge y caída del golpe mediático
- Caracas en tiempos del paro
- Paros útiles y grandes estadistas
- El paro de las ideas
- Salomón
- Las víctimas de la crisis
- El control
- Las llaves
- Las tareas revolucionarias
- De la ultraderecha
- La agenda oculta
- Soñar no cuesta nada
- Propósitos de siglo nuevo
- Los tribunales no encuentran responsables
- Regalos de año nuevo
- Alcaldías delincuenciales
- Absuelto el vicealmirante
- ¡Siglo XIX now!
- Los efectos de la burundanga
- Tratado de regularización de la guerra a muerte
- Pueblo de oro
- Gobernabilidad
- Ingobernabilidad
- Participación- o -
EL COMPADRE
Año 9
TODOS ME LLAMAN LOCO por tirar un alzamiento a estas alturas. En
vano les explico. Que el siglo y el sistema se acaban. Que el gran
partido de masas murió de incumplimiento de promesas. Que su
principal caudillo quedó fuera de juego. Que el fraude electoral
deslegitimó al sistema. Que el Presidente se desprestigió al
querer reelegirse. Que nadie da su vida para defender gobierno
corrupto. Me miran con miedo. Unos pocos me siguen. ¿Estaré en
verdad loco? Es tarde para pensarlo. La madrugada se nos echa
encima. ¿Arrancamos, Compadre? me pregunta el Compadre.
¡Arrancamos! Y el que venga atrás que arree.
Año 0
TODOS ME DICEN ÁGUILA INVICTA. Siempre Vencedor jamás Vencido,
Titán de Acero y Luz de la Patria, porque con dos tiritos y al
machete vencí en Tononó, Las Pilas, El Zumbador y Parapara y
amarré el caballo en las ventanas de la Casa Amarilla. Ahora me
dicen Presidente y Restaurador y Salvador de la Patria. ¿Lo seré?
Lo que soy es un pelele, mientras quieran mandar como reyezuelos
esas bandas de emperadores aldeanos llamados caudillos regionales.
Cada cual pretende tener Constitución particular, ejército
privado, paisito propio para entregárselos a los extranjeros.
¿Miento, Compadre? Vea vusté: apenas me siento en la Silla y ya se
me alza el bandidaje: que si la autonomía de Oriente, que si la
independencia de Guayana. Para que haya país necesitamos un solo
gobierno nacional y para que haya gobierno nacional necesitamos un
solo ejército nacional.
Año 1
TODOS ME ACUSAN DE AUTÓCRATA porque no hay ejército nacional sin
armamento y no hay armamento sin empréstito y no hay empréstito
sin banquero y no hay banquero que no quiera mandar más que el
Presidente y para que supieran quién manda los hice desfilar
mecate al cuello desde la Plaza Bolívar hasta Caño Amarillo hasta
que aflojaron los reales para el armamento y donde ronca ejército
nacional con parque no hay caudillo regional con reumatismo.
Año 2
TODOS ME DICEN JEFE porque en cuanto el banquero Matos se
conchaba con los caudillos regionales y con una compañía asfaltera
para entregarles el país a los extranjeros ahí mismito les doy
meremere con pan caliente en La Victoria. Vea, Compadre, al
banquero Matos picar los cabos con todo y sombrilla blanca en
cuanto suena el plomo y aguaite cómo toda la caudillamentazón
regional sale juyendo para que vusté le pueda poner después el
parao en Ciudad Bolívar. Ya Venezuela es un solo país. ¿Cómo le
parece al Compadre?
Año 3
TODOS ME TILDAN DE SIMIO, MONSTRUO, mínimo bobito, salvaje,
bárbaro e indiecito que no cabe en su cuerito en la prensa
internacional porque me niego a pagar las reclamaciones exageradas
de deuda externa. Los caudillos regionales derrotados y los
banqueros fugados corrieron a meterse bajo la falda de las grandes
potencias. Los acorazados de Inglaterra, Prusia e Italia bloquean
nuestras costas. Los ingleses saquean La Guaira y Puerto Cabello.
Los acorazados prusianos Vinneta y Panther bombardean el Castillo
de San Carlos en Maracaibo. El general Bello les responde con
cañoncitos viejos que se cargan por la boca. El Panther encalla.
En Caracas todos lloriquean. Todos dicen que ante los acreedores
de la deuda externa sólo cabe la rendición incondicional. Todos me
creen tumbado. Todos consideran ridículo que me encierre con Eloy
G. González a redactar una patriotera proclama que seguramente no
tendrá efectos en estos tiempos de pragmatismo: “¡Venezolanos! La
planta insolente del extranjero ha hollado el sagrado suelo de la
Patria...”
Año 3 y medio
TODOS ME PROCLAMAN NUEVO BOLÍVAR, NAPOLEÓN REDIVIVO. Al conjuro
de mi manifiesto los venezolanos, hasta mis acérrimos enemigos, se
unen como un solo hombre contra el invasor. Ante nuestra posición
irreductible, Estados Unidos disuade diplomáticamente a los
europeos de la invasión. La pretendida deuda es revisada y
reducida a menos de la mitad. El diplomático argentino Drago
enuncia la doctrina que condena la intervención militar para el
cobro de las deudas. He frustrado los sueños expansionistas de los
europeos: para realizarlos quizá deban comenzar una Guerra
Mundial. Sueño el restablecimiento de la Gran Colombia, sueño una
unión latinoamericana de partidos liberales que nos permita
enfrentar los desmanes de las grandes potencias. Sueño.
Año 4
TODOS REPITEN MI CONSIGNA DE CAMBIO: “Nuevos hombres, nuevos
ideales, nuevos procedimientos”. Los nuevos hombres me consiguen
mujeres, le dedican a mi esposa Doña Zoila el vals “Las
madreselvas”, me pintan parecido al Libertador. Los nuevos ideales
reforman la Constitución para que pueda reelegirme, a la voz de
que “Bolívar ambicionaba la corona y no la merecía, mientras que
Cipriano Castro la merece y no la ambiciona”. Los nuevos
procedimientos son cargos, negocios, concesiones para los nuevos
hombres con nuevos ideales, y correctivos para los demás. El
mocito José Rafael Pocaterra me escarnece en un pasquín y va a
parar al Castillo Libertador. Pío Gil escribe a escondidas una
novela en mi contra. Los estudiantes hacen un desfile burlesco en
homenaje a Alfonso Sacre, un pobre loco cubierto de medallitas, y
les cierro la Universidad. ¿Soy sublime, o ridículo?
Año 6
TODOS ME ACLAMAN Y PIDEN MI REELECCIÓN en cuanto amenazo con
dejar el poder. No cabe duda: soy sublime. Y sólo el ser sublime
puede permitirse rasgos ridículos, como la oratoria mayestática,
la vanidad gestatoria, la francachela epónima y la indefinición
programática. Veamos qué pasa si añado el nacionalismo.
Año 8
TODOS ME MOTEJAN DE DICTADORZUELO desde que anulé el contrato
abusivo con la Compañía Francesa del Cable Interoceánico, demandé
indemnización a una compañía asfaltera y expropié a la empresa
norteamericana Orinoco Steamship Company. Estados Unidos rompió
relaciones. Me enfermé por exceso de brandy y de mujeres. Tuve que
viajar a Europa a operarme. El Compadre Juan Vicente Gómez se alzó
a mis espaldas apoyado por los yanquis y tomó el mando bajo la
protección de las cañoneras estadounidenses Maine, North Carolina
y Des Moines. Los nuevos hombres son los mismos del gobierno
anterior, que ahora cuidan los intereses de Washington. Los nuevos
ideales son los del inversionista extranjero. Los procedimientos
siempre son viejos. Me anularon mis cartas de crédito. Vivo de
unas prenditas que se llevó Doña Zoila para el viaje. Soy una
sombra que peregrina por el Caribe. Sólo vivo para esperar el
regreso.
Año 17
TODOS ME SOLICITAN PARA QUE REASUMA EL MANDO porque hay Guerra
Mundial y el Compadre disgustó a los Estados Unidos porque no
quiere meter a Venezuela en la guerra contra los alemanes. Al
emisario de la Casa Blanca le contestó: “Prefiero morir pobre y
solitario como exiliado, a presidir una prosperidad custodiada por
los Estados Unidos...”.
Año 99
TODOS ME LLAMAN DE TODO, y quizá las palabras más duras son las
que yo mismo me digo. Inútilmente. Estoy ya muerto. No sé si fui
grande al conquistar el poder o al declinarlo. Pasó un siglo, o un
día. Ahora soy apenas recuerdo, signo o advertencia.
30 de mayo de 1999
- o -
PASIÓN DE LOS NIÑOS DE VENEZUELA BAJO EL REY HERODES
Y el sanedrín anunció al rey Herodes que un niño había de ser el
Salvador que librara a su pueblo de la esclavitud del Imperio.
Y al oír esto Herodes se turbó en gran manera, y mandó darles
tute a los inocentes desatando todas las plagas del gabinete de
los fariseos.
Y dijo el fariseo planificador: que nueve de cada diez padres
sean pobres, y dos de cada tres niños desnutridos, y esta
generación perecerá.
Y propuso el fariseo sanitarista: que el colapso de los
hospitales desate sobre ellos el cólera y el dengue, y la
generación de la Agenda se extinguirá.
Y amenazó el fariseo contratista: les lanzaré la panqueca fatal
y la merienda de la muerte y los zapatos del mal paso, y después
que salgan intoxicados nadie responderá.
Mas no estaba Herodes satisfecho, y les dijo: No sólo de falta
de pan muere el niño, sino por carencia de la palabra que le
permite entender este mundo de Dios.
Entonces dijo el filisteo del pénsum: Que sean excluidos de los
programas de Primaria la Educación Cívica y la Geografía y la
Historia y la Cultura, para que no sepan en qué país viven ni a
quién se lo estamos vendiendo.
Luego añadió el filisteo regulador de los horarios: Que padres y
niños se levanten a las cinco de la mañana para esperar el
transporte escolar.
E interrumpiólo la filistea sicopedagoga proponiendo: Que
después de ocho horas de clases sean atormentados con cinco horas
más de tareas, con la recomendación de que se las corrijan sus
padres muertos de fatiga.
Acto seguido el filisteo neoliberal arengó: Repartámonos con los
acreedores de la Deuda los dineros destinados al Preescolar, a la
Primaria y a la Secundaria, y sólo quien pueda pagar los
institutos privados se educará.
Mucho se alegró Herodes en su corazón de mapanare eucarística
ante los consejos que le daba la raza de víboras neoliberal. Mas
reprochóles: Mientras sobreviva uno solo, y se eduque, ése podrá
ser el Salvador.
Ante lo cual ladró el fariseo administrador, agotado de exonerar
impuestos a las transnacionales: Sin educadores no hay Educación.
Neguémonos a pagarles los sueldos: morirán de hambre y con ellos
la Instrucción Pública, Gratuita y Obligatoria.
Tras lo cual graznó el fariseo parlamentario, fatigado de
otorgarse autoaumentos de sueldo: Encarguemos al Banco Mundial un
informe contra la Educación Superior, y luego traduzcámoslo como
Proyecto de Ley Orgánica de Educación Superior para imponer la
matrícula en las Universidades.
Y rebuznó el fariseo embustero, exhausto de falsificar índices
de inflación: A pesar de que ese informe del Banco Mundial
reconoce que en las universidades públicas apenas cursa un 5,9% de
estudiantes de clase alta, mintamos que allí sólo estudian
multimillonarios. Con la excusa de cobrar aranceles al 5,9% de
ricos, prohibámosle el Alma Mater al 21,7% de clase media, al
42,9% de media baja, al 27,1% de clase obrera y al 2,4% marginal.
Mas, cuando creía Herodes haber enterrado a todos los inocentes
en la ignorancia, un parloteo de niños tiernos lo desestabilizó. Y
vio que su sanedrín era corrupción, y su palacio sepulcro
blanqueado, y él mismo cadáver insepulto. Y las últimas palabras
que escuchó fueron:
-Los Herodes ladran, y los niños pasan.
4 de Abril de 1998
- o -
MULTIVIAJE
1
La política editorial distancia tanto mis colaboraciones que
para mantenerme al día publico diez artículos en uno. Cuando tenga
más espacio que ideas escribiré trivialidades, o quizá cuando
escriba trivialidades tendré más espacio.
2
La fase terminal de un país sólo admite dos industrias: la del
hambre, impuesta por el miedo, y la del miedo impuesta por los que
tienen hambre.
3
Nadie domina el sentido de los signos urbanos. Se sabía antaño
que el canto de la pavita era de mal augurio, nadie conoce ahora
qué presagia el celular que repica en medio de la boda, de la
graduación, del sepelio. El canto del grillo alegraba; ignoramos
qué anuncia la sirena lejana de la alarma. Tocaban algunos la
joroba en busca de buena suerte: no se conocen las consecuencias
de frotar la bolsa del recogelatas. Se consultan la borra del café
y los astros: nadie descifra el pegoste de chicle en el asiento ni
el reguero de basura en las aceras. Cuántas oportunidades perdidas
para los nuevos educadores de las masas, los oráculos de las
televisoras.
4
Inauguración del festival de teatro. Dos horas de espera. Nadie
hace pasar anticipadamente al público. Nadie vigila. Nadie
informa. Como sucede en todas las actividades del país, la cola
crece por delante y terminamos de últimos los que estábamos de
primeros. Al irnos, escuchamos la proclama del machismo cultural:
a las mujeres y al público hay que maltratarlos, porque lo
agradecen.
5
¿Quítate tú para ponerme yo? ¿Me traicionaste cuando iba a
traicionarte? ¿Plancha o muerte? ¿Yo era, pero ahora no soy? ¿No
eras, pero ahora sí eres? ¿Cómo voy yo ahí? ¿Cuánto hay pa‘ eso?
¿Ni lo uno ni lo otro? ¿Ni tampoco lo contrario? Sin proyecto, no
hay más que botín. Sin ideología, sólo hay conuco.
6
Si la literatura y la política están desprestigiadas, ¿por qué
tratan de legitimarse en ellas tantos fugados de la Corte de los
Milagros?
7
Oportunamente se reconstituye el Movimiento Más de lo Mismo, con
los mismos hombres, los mismos ideales, los mismos procedimientos.
Los de siempre exigen el mismo negro con diferente cachimbo y la
misma guate del venado; mantienen la agitación necesaria para que
todo continúe inmóvil y el impulso indispensable para no llegar a
nada. Esta ceremonia se repite desde que el mundo es mundo.
Continuará hasta lograr que ya no lo sea.
8
El neofederalismo le secesiona su litoral a Caracas, la tormenta
La Niña se lo inunda, los privatizadores echan mano de lo que
queda en pie y amenazan vender el aeropuerto. Las tres plagas
modernas nos quitan a los caraqueños nuestros recuerdos, nuestro
mar, nuestra comunicación con el mundo. Alquilo una avioneta,
vuelo sobre los conos de deyección que sepultaron las playas donde
nadé de niño. Aterrizamos en Las Aves entre torbellinos de
gaviotas. Buceo en una tormenta de sedimentos anónimos. Caracas
ascendió a capital gracias a su mar y a su puerto, dice la
Historia. Dejará de serlo cuando se deje quitar el uno y el otro,
concluye la lógica. Despegamos antes del crepúsculo. El día y un
cadáver encallado en los arrecifes del Norte se disuelven
lentamente.
9
Inevitablemente se llega al punto en que se han acumulado
demasiados libros como para que sea posible leerlos o demasiado
dinero como para que se pueda gastarlo o demasiado poder como para
que se pueda oprimir más todavía y entonces se duda si dejarlo
todo o si continuar adelante por automatismo.
10
Una interminable cola en la vida o en el festival de teatro, un
colorido Polichinela que representa solo en la calle y luego pasa
el sombrero, un gesto para abrir la cartera, unas palabras en
francés de utilería que me detienen: Mais non, vous avez dejá
donné beaucoup avec votres paroles, una faz pintarrajeada que se
aleja. En toda una vida escribiendo no he esperado ni recibido
nada. Alguien cuyo rostro esconden el maquillaje o la condición de
lector me otorga más de lo que merezco.
15 de abril de 2000
- o -
EL MATRIMONIO DE FEDECÁMARAS Y LA CTV
Decía Kotepa Delgado que Fedecámaras y la CTV debían fusionarse
en una sola organización. Lo único que había impedido convertir
este contubernio en nupcias era su menage a trois con el gobierno
en contra de la sociedad venezolana.
Todos sabemos que hay empresarios productivos y sindicalistas
consecuentes. Todos sabemos que hay de los otros, y quiénes son.
Alianza obrero-patronal es un oxímoron. En nombre de tal
desatino, durante más de medio siglo el gobierno traspasó a
Fedecámaras la mayor parte del ingreso petrolero bajo la forma de
subsidios, créditos blandos y contratos jugosos, sin que
Fedecámaras desarrollara al país.
Fedecámaras ni siquiera invirtió tal torrente de dinero en
Venezuela. Hasta 1983 exportó 90.000 millones de dólares, causó el
Viernes Negro y logró que el gobierno asumiera el costo cambiario
de su deuda privada en el exterior; es decir, que la resarciera de
los efectos de la crisis que ella misma había provocado.
Durante el quinquenio inmediato, el gobierno vendió a
Fedecámaras a 7 y a 15 bolívares los dólares que a los demás
venezolanos nos costaban 35 y luego 100. Gracias a ello el gremio
patronal fugó capitales quizá equiparables a los exportados hasta
1983.
Hacia 1993, banqueros de Fedecámaras huyeron del país llevándose
la mitad del circulante. El gobierno les regaló otro tanto en
auxilios financieros, que los venezolanos pagamos con una nueva y
brutal devaluación de la moneda.
Con tal torrente de riqueza Fedecámaras ni siquiera creó una
aceptable cantidad de puestos de trabajo. El pasado año cerró con
un índice de desempleo del 13,5%. Parte importante de los
empleados laboran para el Estado; 51,4% de quienes trabajan lo
hacen en el sector informal, vale decir, sin patrono conocido.
¿Y qué decir de la CTV, organismo que no agrupa ni 12% de los
trabajadores? Durante medio siglo sus sindicaleros nunca elegidos
por las bases desfalcaron entidades como el Banco de los
Trabajadores de Venezuela y colaboraron con patronos y gobierno en
vender huelgas mediante laudos arbitrales, en mantener el salario
mínimo por debajo de la canasta básica, y en legitimar
latrocinios.
El último de ellos está fresco en todos los bolsillos. En 1997
una comisión tripartita de gobierno, CTV y Fedecámaras despojó a
todos los venezolanos de sus prestaciones sociales y de la doble
indemnización por despido injustificado. Consecuencias: la ola de
cesantías que aún no acaba, y que nos ahogará a todos si
Fedecámaras logra que la Asamblea Nacional imponga su propuesta de
sustituir toda relación laboral por trabajo a destajo.
Todas y cada una de estas tropelías fueron legitimadas por los
gobiernos de turno mediante leyes hechas a la medida de la CTV, o
sea de Fedecámaras. No les conviene a los pocos centenares de
dirigentes de la CTV, o sea, Fedecámaras, irrespetar leyes
promulgadas por autoridades elegidas por 24 millones de
venezolanos, porque 24 millones de venezolanos podríamos incumplir
las leyes que protegen las propiedades, privilegios y prebendas de
Fedecámaras, o sea la CTV.
Ningún gobierno es perfecto, pero periódicamente elijo sus
autoridades, a fin de que sus imperfecciones representen las mías.
Nadie me consulta sobre la elección de las directivas de
Fedecámaras, o sea la CTV; sus dirigencias sólo se representan a
ellas mismas, o sea a sus intereses.
Si pocos centenares de propietarios pueden cerrar el aparato
productivo de un país, eso no significa que representen al país,
sino que el poder de paralizarlo está peligrosamente concentrado
en pocos propietarios.
El poder corrompe, advierte Lord Acton, y el poder absoluto
corrompe absolutamente. Creo que el poder se corrompe cuando
confisca las potestades públicas en servicio exclusivo de
intereses privados.
No es intelectual quien apoya al poder, se dice. No lo es
ciertamente quien adula al único poder absoluto, hereditario y
perpetuo de nuestra época: el dinero.
22 de diciembre de 2000
- o -
MODESTAS PROPOSICIONES
1
Propuso modestamente Jonathan Swift que para librar de la
pobreza a los niños indigentes se los recogiera, se los cebara y
luego se los cocinara, tratamiento que consideraba más humanitario
que dejarlos morir de hambre. Tres siglos después, revela la
Unicef que cada año muere medio millón de infantes en el Tercer
Mundo como consecuencia de la crisis de la Deuda.
2
Propuso humildemente el Partido Nacionalsocialista que para
flexibilizar la fuerza de trabajo en Alemania se omitiera la
remuneración, política bajo cuyos lineamientos secuestró cuatro
millones de trabajadores esclavos para mantener la industria
armamentista que perseguía hacer del resto de los seres humanos
esclavos trabajadores. En reconocimiento de sus aportes al Derecho
Laboral neoliberal, el ministro esclavista Albert Speer fue uno de
los pocos grandes jerarcas nazis no condenados a muerte en
Nuremberg, y posteriormente liberado de su prisión en Spandau.
3
Propuso inocentemente Rafael Caldera que para salvar a los
trabajadores de la incomodidad de tener prestaciones laborales,
éstas fueran negociadas por una comisión de sus enemigos, es
decir, el gobierno, los patronos y los sindicalistas. A cambio de
un aumento de sueldo que jamás se materializó, Convergencia retiró
de la Ley Orgánica del Trabajo el derecho a recibir prestaciones
de un mes de antigüedad por año de trabajo y calculadas según el
último salario, y eliminó la doble indemnización por despido
injustificado. Así abrió paso a la hecatombe de cesantías que minó
el piso social de la Cuarta República, y es ahora invocada contra
la Quinta.
4
Propone ingenuamente Fedecámaras que para poder crear empleo se
le permita la contratación por horas, es decir, todo lo contrario
del empleo. Desaparecería así el principal componente de la
relación laboral –la estabilidad- y con él todo lo que la hace
soportable: ingreso previsible, antigüedad, vacaciones,
utilidades, preaviso, protección contra el despido injustificado,
prestaciones.
5
Propone cándidamente Primero Justicia: 1) retardar 6 meses la
estabilidad laboral 2) postergar un año los beneficios de las
convenciones colectivas para los nuevos trabajadores 3) contratar
con regímenes menos beneficiosos a los estudiantes universitarios
y técnicos 4) rebajar a los patronos 500 unidades tributarias por
cada 5 empleados 5) rebajar a los patronos 1% del aporte al Seguro
de Paro Forzoso y Capacitación Laboral. Primero el patrono; la
justicia después, o nunca.
6
Proponen candorosamente los banqueros que para que los
trabajadores gocen de asistencia, eliminen los sistemas públicos
venezolanos que los asisten, y se entreguen a la honorable banca
extranjera. Esta fórmula tiene la ventaja de que perjudica a todos
los interesados. A los trabajadores, que sólo tendrán asistencia
cuando puedan pagarla, es decir, cuando no la necesiten. A los
médicos, a quienes se convertirá en maquiladores, forzados a
atender cincuenta pacientes diarios por una miseria y a financiar
con ella locales, equipos y perfeccionamiento profesional. Y a los
mismos banqueros, que apenas exigen por el manejo de las mutuales
un aperitivo de 1.200 millones de dólares el primer año (el doble
de lo que costará reconstruir Vargas) y modestas participaciones
del 20% al 50% de lo ingresado, y que cuando huyan con la
totalidad de los fondos se sacrificarán recibiendo auxilios
financieros y pagando remitidos desde sus dorados exilios
transnacionales inmunes a la extradición. Tendremos que romper
muchos cristales a chinazos para desquitarnos.
7
Propongo modestamente que los movimientos políticos que quieran
seguir la suerte del Partido Nacionalsocialista y de Convergencia
–desaparecer- sigan sus políticas laborales.
19 de agosto de 2000
- o -
TRES CRÍMENES, TRES DEMANDAS
Resumo tres cuartos de siglo de vida económica en Venezuela: a
partir de 1924, dependemos de los impuestos cancelados por las
compañías extranjeras que explotan el subsuelo; desde 1976,
vivimos de la industria petrolera que nacionalizamos gracias a
dichos impuestos.
Sintetizo tres cuartos de siglo de vida social en nuestra
patria: las masas apoyaron a los gobiernos que redistribuyeron
entre ellas parte de los impuestos cobrados a las empresas
extranjeras, o de los dividendos de las industrias nacionalizadas
gracias a ellos.
Abrevio tres cuartos de siglo de vida política en el país: la
redistribución que asegura el apoyo de las masas sólo fue posible
mediante la defensa de la soberanía. Quien entrega soberanía
también pierde el mando, como Carlos Andrés Pérez en su segundo
período.
Compendio el primer cuarto del siglo que comienza: quien pierde
el derecho a cobrar impuestos a los inversionistas extranjeros
pierde la economía. Quien abandona la redistribución es abandonado
por el pueblo. Quien no quiere soberanía, tampoco quiere mando.
No se trata de profecías. En este momento están aprobadas,
sancionadas, publicadas en Gaceta Oficial tres trampas jurídicas
que garantizan que perdamos el derecho a cobrar impuestos a los
inversionistas extranjeros, a decidir sobre nuestras leyes
tributarias y a conservar la soberanía.
Va la primera. El 9 de noviembre de 1991 los Estados Unidos y
Venezuela suscriben un Acuerdo para suprimir el tráfico ilícito de
estupefacientes y sustancias psicotrópicas por mar. La finalidad
del flamante convenio es autorizar a Estados Unidos para abordar
cualquier nave privada venezolana. Es decir, a invadir un vehículo
que, según la Convención de Ginebra de 1958 es extensión del
territorio venezolano.
La cosa no acaba allí. El abordaje puede ser efectuado incluso
en la Zona Económica Exclusiva, sobre la cual Venezuela ejerce
soberanía económica. Por un protocolo posterior, se amplía el
derecho de los funcionarios de Estados Unidos para abordar buques
venezolanos desde naves o aeronaves de otros países, a su
elección. El engendro jurídico remata con dos perlas: no lo
suscriben el para entonces Presidente de la República, ni lo
aprueba el órgano legislativo venezolano. Como hubiera dicho el
multisápido Rómulo Betancourt: es como arroz con pollo sin pollo.
Va la segunda. El 3 de octubre de 1999 se dicta un Decreto con
rango y Fuerza de Ley de Promoción y Protección de las
Inversiones. Entre otras flamantes violaciones de la Constitución
Moribunda y de la Actual Bolivariana, autoriza a los
inversionistas a prohibirle al Congreso mediante contrato que les
suba los impuestos. También, a someter sus controversias
tributarias a la resolución de árbitros distintos de los
tribunales de la República.
Va la tercera. El 5 de enero del 2000 aparece en Gaceta Oficial
el Tratado contra la Doble Tributación. El funesto acuerdo
autoriza a los inversionistas, profesionales, deportistas y
artistas estadounidenses a no pagarle al Fisco Venezolano en todo
o en parte las cantidades que deban con motivo de impuestos sobre
sus ganancias obtenidas en nuestro país. Cuando un extranjero
favorecido no esté de acuerdo con alguna decisión de las
autoridades venezolanas sobre la materia, puede ignorarla
sometiéndose a los tribunales de su país. Sobre estos tratados
sentenció lapidariamente la Comisión Permanente de Política
Exterior de la Cámara de Diputados que “si bien significan
sacrificios fiscales para nuestra República, otorgan mayor
rentabilidad a las inversiones extranjeras en nuestro país”. Mayor
rentabilidad para los extranjeros, sacrificios fiscales para
nosotros: el perfecto embudo por el cual puede escurrirse el
futuro económico, social y político de Venezuela.
No exageramos el peligro de estas inconstitucionales trampas
jurídicas. Los hidrocarburos gaseosos pueden ser explotados por
compañías privadas extranjeras. Pdvsa no puede ser privatizada,
pero sus empresas sí. De continuar estas exenciones para
inversionistas del exterior, con una pequeña modificación de los
mencionados tratados podríamos terminar entregando nuestros
hidrocarburos a los extranjeros sin recibir de ellos un centavo de
impuesto.
El amigo Fermín Toro Jiménez y yo hemos demandado ante el
Tribunal Supremo de justicia la declaratoria de
inconstitucionalidad de esas tres armas letales apuntadas contra
Venezuela y contra todos y cada uno de los venezolanos.
Sintetizo tres cuartos de siglo de vida cultural venezolana.
Durante ellos, intentó pasar por intelectualidad una mafia de
alquiladores de firmas, reposeros diplomáticos y personajes de la
picaresca subsidiados por obras inexistentes. Pero intelectual es
quien asume responsabilidad por sus opiniones y por el país. En
eso estamos algunos.
29 de abril de 2000
- o -
DOBLE TRIBUTACIÓN Y CONCIENCIAS BILINGÜES
El 26 de enero de este año el periodista Andrés Rojas Jiménez
recogió en la página A-2 de El Nacional declaraciones del entonces
Superintendente del Seniat Eduardo Wallis, sobre un Proyecto de
Convenio contra la Doble Tributación entre Estados Unidos y
Venezuela. Informa Rojas que “para el caso de las empresas de
Estados Unidos, con operaciones en Venezuela, Wallis señaló que
reducirán su pago por Impuesto sobre la Renta de 35% a 15% y 5%.
Aclaró que esa merma podría interpretarse como una menor
recaudación de Seniat por ISLR(...)”.
En artículo posterior, denuncié que la sanción de dicho
Convenio por el Congreso permitiría a las empresas estadounidenses
que operan en el país descontar de los impuestos debidos a
Venezuela sumas que cancelen al Fisco estadounidense como
tributos.
Un lector insiste, por el contrario, en que “No es cierto que
dicho tratado –o cualquier tratado de doble tributación –exima de
pagar impuestos en Venezuela a las empresas –en este caso
estadounidenses- que funcionen dentro de nuestras fronteras”.
Volvemos sobre el asunto, no por llevarle la contraria a dicho
lector –quien tiene derecho a mentir a favor de las
transnacionales- sino para informar a los venezolanos, quienes
tienen derecho a conocer la verdad para defenderse.
El espacio impide reseñar los 30 artículos del Convenio. Comento
algunos de los más abusivos. Según su artículo 8 “los beneficios
de una empresa de un Estado contratante procedentes de la
operación de buques o aeronaves en tráfico internacional sólo
pueden someterse a imposición en ese Estado”. Por tanto, las
compañías estadounidenses que operen naves o aeronaves dentro de
nuestras fronteras no pagarán impuestos al fisco venezolano, sino
al de Estados Unidos.
Insisto en las tediosas pero verídicas comillas. El artículo 10
permite que los dividendos “pagados por una compañía residente de
un Estado contratante a un residente del otro Estado contratante
pueden someterse a imposición en ese otro Estado”. Léase: los
dividendos pagados por una compañía residente en Venezuela a un
residente de Estados Unidos pueden ser sometidos a tributación en
Estados Unidos. El problema es que en virtud de ello el parágrafo
inmediato limita drásticamente a porcentajes de 5% y 10%, según el
caso, la tasa de los impuestos que el Estado donde reside la
empresa –pongamos por caso, Venezuela- puede aplicarles. Estas
limitaciones violan la soberanía tributaria que el título VIII de
la Constitución atribuye a nuestro país. Los artículos 11 y 12 del
Convenio coartan con parecidos límites de 5% o 10% según el caso
la soberana potestad de la República de Venezuela de imponer
tributos a las sucursales de empresas estadounidenses o a las
regalías producidas en ella y pagadas a un residente de Estados
Unidos.
El parágrafo 3 del artículo 11 ejusdem declara exento de
impuestos en un Estado el interés “pagado por ese Estado o una de
sus divisiones políticas o una de sus entidades locales”. Se
declara así libre de tributo el usurario cobro de intereses de la
Deuda Pública, con el cual los acreedores extranjeros sorben
magnitudes que oscilan entre un tercio y la mitad de nuestro
ingreso público. Como consuelo, sabemos que tampoco pagarán
impuestos a Estados Unidos los dos o tres venezolanos que posean
títulos de la Deuda norteamericana.
El artículo 24 pauta que “cuando un residente de Venezuela
perciba una renta que, de conformidad con lo dispuesto en este
Convenio, pueda ser sometida a imposición en los Estados Unidos,
Venezuela deberá permitir la eliminación de la doble tributación a
dicho residente”. Preguntará usted si puede ser considerada
“residente de Venezuela” una empresa estadounidense. Bingo: según
el artículo 4 ejusdem, sí. Luego: las compañías norteamericanas
residentes en Venezuela gozarán de una “exención de dicha renta
del impuesto venezolano” o de un crédito contra él.
Cerramos con dos perlas. El artículo 25 impide a nuestro país
favorecer a las empresas o personas nacionales con regímenes
tributarios menos gravosos que los aplicados a extranjeros. Se
ignora así la soberana potestad de proteger la economía nacional
que confiere a la República el artículo 223 de la Carta
Fundamental. El artículo 26 del Convenio pauta que quien suscite
controversias sobre la aplicación del tratado “podrá someter su
caso a la autoridad competente de cualquiera de los Estados
contratantes”. Entes extranjeros decidirán las querellas
tributarias venezolanas, violando el numeral 23 del artículo 137
de la Constitución, que atribuye al Poder Nacional la
administración de justicia.
Compare usted la desmesurada magnitud de las inversiones
estadounidenses en Venezuela con la escasez de las venezolanas en
el exterior, y sabrá a quién benefician estas exenciones.Mientras
aquellos a los cuales Mario Briceño Iragorry llamó las conciencias
bilingües continúen mintiendo, seguiremos informando.
12 de junio de 1999
- o -
GRACIAS AES POR APAGÓN RECIBIDO
Este artículo podría llamarse “Reflexiones a la luz de una
vela”: lo escribo iluminado por el cabito de un cirio guardado
desde el primer trienio adeco, cuando la electricidad fallaba
puntualmente todas las noches a las siete.
Después los venezolanos construimos el Guri para que nunca
faltara la corriente; pero los accionistas mayoritarios vendieron
la Electricidad de Caracas a la transnacional AES, y quedamos en
las mismas. O peor, porque el apagón neoliberal trae efectos en
cadena desconocidos para aquella época remota.
En primer lugar, si el prodigio globalizador lo atrapa a usted
en un quirófano, una máquina de diálisis, un teleférico o en
cualquier otro mecanismo que requiera generadores de emergencia
que nunca funcionan, sus reflexiones concluirán en el otro mundo.
En segundo lugar, el apagón neoliberal tranca metros,
ascensores, puertas y portones automáticos, dejando prisionera a
media ciudad. De ñapa, se apagan las bombas del hidroneumático,
por lo que la ausencia de luz equivale a la de agua. Congelador y
nevera empiezan la cuenta recesiva que convierte alimento en
veneno. Se desprograman o colapsan contestadoras, faxes y
computadoras, por lo general con efectos irreversibles. Denunció
El Nacional que un inoportuno corte eléctrico casi le impidió
sacar una edición. Su queja podrían suscribirla bancos, agencias
de viaje, articulistas: como los cobradores, el apagón siempre
llega en el peor momento posible.
De un solo leñazo el capitalismo salvaje postmoderno nos
retrotrae a la Venezuela del candil y la lámpara de carburo. La
noche dura doce horas y el apagón de libre mercado lleva diez. La
vela chisporrotea y se extingue ¿Quién nos sumió de nuevo en esta
pueblerina oscurana?
A mediados de los años 60, terminaba el Estado una de las obras
perdurables de la Venezuela contemporánea: la represa del Guri,
planeada para darle energía a todo el país. A medida que las aguas
ascendían desplazando venados y tragavenados, el Estado advirtió a
las empresas de electricidad privadas que debían efectuar en sus
equipos el cambio de frecuencia indispensable para revender los
kilovatios del Guri.
Una empresa privada, la Electricidad de Caracas, le dijo a la
macha al Estado que ella ni frecuentaba cambios ni cambiaba
frecuencia. Como si un importador de longplays se empeñara en que
nadie podía usar CD porque a él no le daba la gana.
En cualquier país civilizado esta malacrianza hubiera bastado
para nacionalizar a la graciosa. En Venezuela el Estado, con
nuestro dinero, le regaló, nuevos, a la Electricidad de Caracas
todos los equipos de transporte, transformación y distribución de
corriente necesarios para el cambio de frecuencia, más una planta
de producción de energía, la Tacoa IV.
Como premio adicional, se comprometió el Estado a venderle
durante veinte años a la Electricidad de Caracas el kilovatio en
una cifra miserable, sin reajustes por inflación, ni límite para
el sobreprecio al cual ella nos lo revendía. El producto acumulado
del negociazo que implica pagarle a la Electricidad de Caracas la
corriente que el Estado genera, a tarifas diferenciales que hacen
parecer inocente la distancia entre tasas activas y pasivas de los
bancos, fue lo que la AES Corporation adquirió hace poco por
ochocientos millones de dólares.
Resultado: los accionistas mayoritarios de la Electricidad de
Caracas traspasaron el control del servicio público de
distribución de energía del centro del país a una corporación
extranjera no domiciliada en Venezuela, perteneciente a la secta
de los mormones. El interruptor para paralizar la capital de la
República y sus ciudades satélites pasó al escritorio de un
fanático religioso en Salt Lake City. AES redujo personal, pero no
tarifas. Los apagones ya no son ocasionales, sino sistemáticos,
perdón, “programados”. Y, en premio, la AES exige nueva alza de
tarifas.
Preguntará el lector: ¿los contratos de interés público se
pueden vender y revender y renegociar en Venezuela como si fueran
quincalla? El artículo 150 de la Constitución establece que su
celebración, y por consiguiente su traspaso, requiere autorización
de la Asamblea Nacional. Tal requisito no se cumplió. Por ello el
amigo Fermín Toro Jiménez y quien suscribe demandamos ante el
Tribunal Supremo que declare nulo el contrato de interés público
de venta de acciones de la Electricidad de Caracas a AES
Corporation.
Recuperemos para Venezuela el derecho soberano de comprar
directamente la electricidad que ella misma produce. Si no,
quedaremos por siempre a oscuras, como en la canción que dice: Yo
tenía una luz/ que a mí me alumbraba/ y venía la AES/ y me la
apagaba...
16 de marzo de 2002
- o -
¿Y A LOS VENEZOLANOS QUIÉN NOS PROTEGE?
Ignoramos por qué adecos y copeyanos se afanan tanto en
desestabilizar la administración actual. Rafael Caldera ya dejó
instaladas dos bombas de tiempo capaces de desmantelar el gobierno
más pintado.
Ya denunciamos la primera, el proyecto de Tratado contra la
doble tributación entre Estados Unidos y Venezuela. Si el Congreso
llegara a sancionar semejante barbaridad, las empresas
estadounidenses que operan en nuestro país pagarían gran parte de
sus impuestos y a veces la totalidad de ellos en su país de
origen, mientras que los nacionales les costearíamos la seguridad
jurídica y los servicios públicos cancelando nuevos y abrumadores
tributos.
La segunda bomba de tiempo financiera es el proyecto de Tratado
de Protección de Inversiones a ser suscrito entre Estados Unidos y
Venezuela, que impedirá al gobierno de esta última proteger
económicamente a las empresas o personas nacionales. Su artículo
II obliga a Venezuela a otorgar a las empresas estadounidenses “un
trato no menos favorable que el que otorga en situaciones
similares a las inversiones en su territorio de nacionales o
compañías de terceros países”. En tal forma se intenta dar
cristiana sepultura al deber del Estado de promover el desarrollo
económico y fortalecer la soberanía económica del país contemplado
en el artículo 95 de la Constitución. Paz a sus restos. Y a los de
economía nacional.
El artículo III del proyecto establece que Venezuela no
“expropiará o nacionalizará una inversión cubierta directa o
indirectamente mediante la adopción de medidas equivalentes a la
expropiación o nacionalización salvo que ello se efectúe para un
propósito público, de manera no discriminatoria, previo pago de
una compensación pronta, adecuada y efectiva”. Se intenta así
coartar el derecho del Estado a expropiar bienes por causa de
utilidad pública o interés social, y a diferir el pago o cancelar
en bonos, previsto en el artículo 101 de la Constitución. Rogad
por él. Y por nosotros.
El detalle tiene su interés. El artículo XIII autoriza al
inversionista extranjero a buscar un arbitraje (que podrá ser
decidido por extranjeros) si considera que una “medida impositiva
constituye una expropiación”. Estos árbitros lo favorecerán:
cualquier hacendista sabe que todo impuesto es, en última
instancia, una expropiación de bienes que se realiza por motivos
de interés común. En Venezuela habrá venezolanos expropiables, que
pagaremos impuestos, y extranjeros no expropiables, que no los
pagarán.
Pocas veces se ha enhebrado en un Convenio semejante colección
de desvergüenzas. Así, el artículo IV obliga a Venezuela a
“acordar restitución o pagar compensación en caso de que las
inversiones cubiertas en su territorio sufran pérdidas con motivo
de guerra o de otro conflicto armado, revolución, estado de
emergencia, insurrección, disturbio civil o cualquier otro
acontecimiento similar”. Nuestro país, es decir, cada uno de
nosotros deberá garantizarles a los extranjeros lo que ninguna
aseguradora en su sano juicio puede asegurar. Sobre todo si, según
es lo más probable, dicho daño viene de una intervención de la
contraparte en el tratado, la más fuerte y agresiva potencia
militar de la Tierra.
Los artículos del IX al XIII disponen el sometimiento de la
República de Venezuela a cortes o tribunales arbitrales
extranjeros, de acuerdo con leyes o principios de equidad
foráneos. Se esculpe así la lápida para el artículo 127 de la
Constitución, única defensa venezolana contra abusivas
reclamaciones extranjeras como las que se materializaron en el
bloqueo de nuestras costas en 1902.
El ingenuo de turno argumentará que las ventajas recíprocas del
Tratado compensarán tal entrega de nuestra soberanía. Pues no; en
el “Anexo”, Estados Unidos se reserva el derecho de aplicar
regímenes proteccionistas privilegiados exclusivos para sus
nacionales en lo relativo a energía atómica, agentes aduaneros,
licencias para transmisiones, common carrier o estaciones
aeronáuticas de radio, becas, pesquerías, transporte marítimo y
aéreo, banca, seguros, títulos valores y otros servicios
financieros, televisión, audio digital e infinidad de otros rubros
más. A Venezuela no se le reconoce el derecho de proteger a sus
nacionales que se dediquen a tales actividades en su propio
territorio. Pocas veces se había proyectado embudo legal más
disparejo para privilegiar los intereses de una gran potencia en
detrimento de un pequeño país.
¿Y a nosotros, quién nos protege? Si se llega a sancionar esta
bomba de tiempo financiera, nadie. O nos protegemos a nosotros
mismos, o nadie lo hará.
10 de julio de 1999
- o -
QUERIDO INVERSIONISTA EXTRANJERO
Anoche soñé con mariposas ¿Habrá sido este sueño de tu agrado?
Después me levanté con el pie derecho ¿Habré cumplido tu voluntad?
Me vestí con cierta angustia, porque a cada momento nos dicen que
no debemos tener conductas que te desagraden. Aunque a veces no
eres muy claro en tus antojos. Por ejemplo, ¿se disgustará el
Merryl Lynch si me calzo con mocasines? ¿Le agradará al Money
Market si me peino con carrera a la derecha? ¿Se enfurecerá el
First National City Bank si desayuno con toronja?
Sé perfectamente que para ti ciertas ideas son very bad, pero
¿cómo hago, Dios mío, para controlar mis pensamientos? Se me
informa por radio, prensa y televisión que no te gustan ciertos
candidatos, mas, ¿cómo eliminarlos, si nuestras imperfectas leyes
no requieren el beneplácito de los inversionistas extranjeros para
postularse? Ahí sí que te faltó velocidad. Fíjate que ya el Banco
Mundial impuso un Código Orgánico de Procedimiento Penal para que
los juicios se hagan como le gustan a tus abogados, orales y con
toga. Date cuenta de que ya el Banco Mundial le impuso al Congreso
un Proyecto de Ley de Educación Superior para que las
universidades sean como tú quieres: reservadas sólo para los
corruptos que puedan pagar matrícula. Reflexiona que ya tienes un
Fondo de Inversiones de Venezuela que remata todos nuestros bienes
para poder pagar intereses usurarios. ¡Ah!, y no pases por alto
que ya te aprobamos una Ley de Arbitraje que permite someterse a
árbitros del extranjero, a ver si como por casualidad los
contratos con la República resultan sujetos a ese régimen en
violación del artículo 126 de la Constitución. ¿Qué más se te
ofrece?
Intuyo que eres delicado. Sé que para contratar con la Nación
exiges que te exoneren del Impuesto sobre la Renta y de los
impuestos aduaneros y del Impuesto al Consumo Suntuario que
pagamos todos los venezolanos. Conozco que no traes capitales,
sino que le caes encima a industrias que nosotros creamos y
financiamos, como la telefónica, la electricidad, la siderúrgica,
las salinas, las navieras, las televisoras, las autopistas, las
líneas aéreas. Verifico que tu mayor habilidad consiste en
quebrarlas. Estoy consciente de que tu inversión te la pagamos a
punta de aumentos de tarifas que casi resultan las más altas del
mundo. No ignoro que la mayor parte de tu intervención en nuestra
economía consiste en capitales golondrinas, que llegan, especulan,
sin crear nada productivo y en cuanto recogen dividendos echan a
volar. Me doy cuenta de que cuando montas una maquila es porque
nuestros obreros te trabajan por la décima parte del precio de los
de tu país, y encima sin prestaciones sociales. Deploro el hecho
de que te pagamos más de la mitad del presupuesto en intereses
usurarios que tú modificas y subes según te conviene. Concluyo que
eres la peor plaga que le ha caído a este país, aparte de quienes
te trajeron, te abrieron las puertas, te lo entregaron y quieren
que los reelijamos para terminar la tarea.
¿Me fui de la lengua? ¿Te habrá disgustado lo anterior? ¿No
vendrás, porque te miré feo? Dios quiera y la Virgen que cualquier
cosa que yo haga o diga te aleje por siempre de este país a costa
del cual vives. ¿Pero de verdad te vas a perder de este negocio
porque no te guste un candidato, unas verdades o un articulista?
Lo dudo. Creo que lo difícil para nosotros no es lograr que
vengas, sino que te vayas
11 de julio de 1998
- o -
CUANDO FALLAN LOS FALLOS
De 20 magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, sólo 4 han
sido profesores titulares en materias jurídicas. Apenas 6 fueron
jueces superiores con 15 años en la carrera judicial. Solamente 10
culminaron postgrados y apenas 17 tienen más de 15 años de
ejercicio de la abogacía. Ni uno solo reúne los cuatro requisitos
objetivos que enumera el artículo 263 de la Constitución para
ejercer sus cargos. En cuanto al requerimiento de tener reconocida
honorabilidad y gozar de buena reputación, haga memoria el lector.
Como los críticos literarios, los jueces pretenden estar por
encima de todo juicio. A diferencia de aquéllos, encarcelan a
quien los critica. Un examinador encontraría que en conjunto
cumplen con menos de la mitad de los requisitos deseables para el
ejercicio del cargo. Un pedagogo calificaría que, como cuerpo
colegiado, no llegan al diez. Con la vara con que miden, podemos
medirlos.
Delicado privilegio es el de la infalibilidad. La de Herodes
expiró con su fallo contra Jesucristo. La de la Iglesia no
sobrevivió a la sentencia que condena a Galileo por decir que la
Tierra se mueve. La del juez se anula cuando intenta anular la
verdad.
Varias decisiones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia han minado las bases existenciales de la República.
Hace poco más de un año dicha Sala encontró legítimo un Decreto
con fuerza de Ley de Promoción y Protección de Inversiones, de
acuerdo con el cual los inversionistas pueden pactar por contrato
con el Poder Legislativo los regímenes tributarios que más les
convengan. Desde entonces hay dos categorías de contribuyentes en
Venezuela: los privilegiados, que no pagan lo que deben gracias a
un negociado inconstitucional, y los demás, que tenemos que pagar
lo que debemos, y lo que ellos deben.
Otra sentencia igualmente contraria a la razón y a la soberanía
legitimó la evasión tributaria masiva de los extranjeros. La Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia no encontró
objeciones a un Tratado contra la doble tributación, que prohíbe
inconstitucionalmente al Poder Legislativo Venezolano imponerles
tributos a numerosas actividades económicas de los extranjeros en
el país; fija límites a las tasas aplicables a otras, y permite a
los estadounidenses pagar al Fisco de Estados Unidos la totalidad
o parte de los impuestos que nos deben por ganancias obtenidas en
Venezuela.
Gracias al Tribunal Supremo de Justicia, los extranjeros no
pagan en Venezuela gran parte de los impuestos que nos adeudan por
ganancias obtenidas en el país, y en consecuencia tenemos que
pagar por nosotros y por ellos. Con nuestros impuestos debemos
garantizarles los servicios públicos, la seguridad jurídica, la
educación y salud de sus trabajadores, sin recibir nada a cambio.
El déficit fiscal, el incremento del IVA, el aumento y la
prolongación del Impuesto al Débito Bancario, la nube de nuevos
tributos nacionales, estadales y municipales y el anunciado
endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional no son más que
intentos de llenar este pozo sin fondo.
No olvidó el Tribunal Supremo de Justicia arrebatar en ambas
sentencias a la República de Venezuela su soberanía
jurisdiccional, sometiéndola inconstitucionalmente al juicio de
tribunales o juntas arbitrales extranjeras.
Ambos fallos desmantelan los basamentos financieros e
internacionales del Estado: de cualquier Estado. A ellos se une un
reciente pronunciamiento de acuerdo con el cual la rebelión
militar no tendría sanción. Con él se aniquilan los fundamentos
políticos y jurídicos del Estado: de todos los Estados. De acuerdo
con nuestro Tribunal Supremo, Venezuela no puede imponer impuestos
soberanamente; no puede soberanamente resolver sus controversias
en sus propios tribunales, no puede sancionar atentados violentos
contra sus poderes. Que Dios se apiade de ella, ya que su tribunal
no lo hizo.
Tres fallos no pueden rechazar la existencia misma de toda una
República. Más concebible es que toda una República rechace la
existencia de tres fallos.
31 de agosto de 2002
- o -
CÓMO MUERE UN EDIFICIO
1
Caminas contemplando edificios que alguna vez fueron modernos.
En los años cincuenta eso significaba ventanas de claraboya y
barandas de trasatlántico. En los años sesenta fue moda el
concreto desnudo estilo viaducto. En los ochenta el vidrio negro
tipo parabrisas de buseta. A partir de los noventa es moderno o
mejor dicho postmoderno ensamblar todos esos estilos en un solo
rompecabezas estético. Como nosotros, como las instituciones, como
las ideologías, esos edificios fueron alguna vez jóvenes y con
esperanzas. ¿Qué nos ha sucedido?
2
Si la primera ley del urbanismo caraqueño es que a lote vacío le
sale torre, la segunda es que a torre inaugurada le toca buche de
paloma. Así como el partido que nace revolucionario termina
populista, los ventanales para dejar entrar luz concluyen
afligidos con rejas para impedir que ingresen malandros. Así como
en el país se suceden proyectos socialdemócratas y desarrollistas
y neoliberales, en un mismo edificio alternan el enrejado de erizo
con el enrulado rococó y éste con la fantasía de espagueti
multicolor. Barreras tras barreras con timbres desconectados,
alambradas deshilachadas, candados oxidados e intercomunicadores
despanzurrados hacen al edificio, a la institución y a la
ideología impenetrables para todos, salvo para los delincuentes.
3
Tanta reja, tanto parapeto, tanta barricada es necesaria para
impedir que advirtamos que no queda casi nada del edificio, del
partido o de la institución original. Pareciera que arquitectos o
estadistas fabrican capotes, según la cantidad de remiendos que
les tocan. Sobre la azotea de concreto nunca falta la ranchería de
hojalata, ni sobre el plan redentor las concesiones del
cortoplacismo. Jamás carece la primera planta de áreas comunes
convertidas en tarantines, ni el presupuesto para gasto social de
partidas secretas para ayudar a los compañeritos. En materos y
espejos de agua sobra la basura, y en la proclama ideológica el ni
lo uno ni lo otro sino todo lo contrario. Por la fachada crecen
telarañas de tendederos y de retórica que sustituyen rótulos
cuando no puede cambiar la realidad.
4
Como es por fuera, es por dentro, decía Freud. El edificio o el
instituto escarapelado es el síntoma visible del colapso
sistémico. Al visitarlos encontraremos el ascensor inservible, la
rotación de cuadros paralizada, el sistema de bombas que sólo
trabaja a las dos de la madrugada, las burocracias que funcionan
sólo para perpetuarse, los ductos de basura taponados, los
sistemas electorales manipulados, filtraciones en los pasillos,
ausencia de control de metas, sótanos inundados con expedientes y
animales muertos, pacotillas y sentencias subastadas.
Instituciones y edificaciones gastan los fondos destinados a
corregir esas ruinas en blanquear sus sepulcros con maquillajes
perfectos.
5
A estas horas el edificio o la institución o la ideología, cual
carro abandonado, está listo para el despiece. Así como en Parque
Central intereses particulares tabicaron la mitad del
estacionamiento colectivo para convertirlo en boutiques, la nómina
mayor confisca el ingreso para sus privilegios. Igual que en el
edificio promedio el abusador de turno monta su taller mecánico en
el sótano, el ente cultural subsidiado deviene caja registradora.
El avispado confisca el salón de fiestas para academia de
secretariado, y el prohombre usa el instituto para la promoción
personal o personalista de tribus, roscas, negociados. Sobre el
penthouse se posa el zamuro multicolor del aviso luminoso; sobre
la entrada la valla chillona que le tapa la vista a todos los
apartamentos, sobre el friso la mugrienta pintura publicitaria y
sobre la ideología la defensa incondicional de aquello contra lo
cual fue originariamente formulada.
6
Si ante tantos desastres los usuarios siguen conformes, adviene
el cataclismo de los usos no conformes. Edificio permisado como
residencial concluye repleto de gestorías y apartamentos de citas,
e institución sin fines de lucro encuentra su fin de tanto
lucrarse. El vecino del 5-A martillea todo el día; la academia de
cornetín del 11-B desafina toda la noche y los billares de la
mezzanina tienen encendida la Rockola el año entero. El tribunal
defensor de la soberanía exime a los extranjeros de pagar
impuestos; el gran instituto educativo nacional deja a las
trasnacionales dictarles sus políticas a cambio de créditos
condicionados; el servicio gratuito se vuelve martingala de cobro
de matrículas, contribuciones, tasas y tarifas. El edificio ya no
les sirve a los usuarios; los usuarios no hacen más que servirle
al edificio.
7
Un edificio o una institución son producto de un esfuerzo
humano, y su decadencia resulta de un deterioro en el
mantenimiento. Edificaciones, ideologías y sistemas terminan
alojando como inquilinos a indiferentes que no se preocupan de lo
que pasa y a pícaros que se aprovechan de la indiferencia para
sacar su tajada. La democracia formal de la junta de condominio da
paso al cogollo real que despacha, cobra, se da el vuelto y se
guarda la propina. La mayoría excluida expresa su odio hacia los
administradores destruyendo el objeto administrado. Quien no se
orina en las escaleras tira piedras contra las ventanas o arranca
lámparas de los pasillos o rompe botellas en las escalinatas. La
gente decente huye. Se desploman cimientos e índices de
credibilidad. El edificio queda listo para la orden de desalojo,
la horda de invasores, la bola demoledora o la explosión social.
Con los edificios morimos un poco quienes los construimos y
habitamos. Así como muere un edificio, perecen una institución, un
partido, un tribunal, una ideología, una sociedad.
18 de agosto de 2002
- o -
MANUAL DE INSTRUCCIONES PARA MONTAR UNA POLÍTICA CULTURAL
1
Cada cinco años a estas alturas se repite la tragedia de quienes
terminan por donde debieron comenzar. ¡El programa! ¡Hay que
hacerle un programa al candidato(a)! ¡Qué fastidio! Resultado: de
la reunión de varios compañeros enemistados en la rebatiña por las
planchas sale un amasijo de propuestas incompatibles, porque a
cada quien se le ocurre una cosa distinta. De repente llega una
invitación para un foro en el Ateneo, y el coordinador se da la
obligatoria palmada en la frente:
–¡Ah vaina! ¡Se nos olvidó la cultura!
Y entonces le echan esa broma a usted, poeta, que bregaba una
diputación o una agregaduría, de encargarle redactar una política
cultural, pero para ayer, poeta, quién aguanta a esos periodistas
diciendo que no nos interesa la cultura.
2
Y ahora que lo pusieron en ese compromiso, poeta, no se le vaya
también a olvidar a usted que toda política cultural es
continuación de una política. Que a partir de la Conquista, unas y
otras son extensión de un paradigma importado. Que en él se
representa el proceso social como oposición entre vanguardias
portadoras del paradigma foráneo y masas amorfas, retrógradas,
bárbaras o genéticamente defectuosas a las cuales hay que
civilizar mediante la prédica o la represión. Que por eso nuestras
políticas culturales son idénticas a los regímenes que las
imponen. Con la teocracia colonial, liturgia e Inquisición. Con la
república, beatificación civil de los próceres devenidos oligarcas
y de la desigualdad que les sirvió de pedestal. Con el
liberalismo, adoración laica hacia poderes públicos plegados a una
seudomodernización europeizante. Con el positivismo, canonización
del Gendarme Necesario predestinado para corregir a peinillazos
las supuestas taras genéticas del pueblo. ¡Hasta la política
cultural populista ha sido fiel reflejo de sus regímenes: un
proyecto de colaboración de clases, legitimado con los signos
externos de la tradición cultural popular y sostenido por la
dádiva!
3
Mucha generalidad, poeta, pero mire, aquí hay un argumento que
lo puede poner en la buena con el candidato(a). Fíjese que con
cada gran movimiento político viene un auge cultural: con los
aztecas las pirámides, con la conquista el arte religioso, con la
revolución mexicana el muralismo y el auge editorial; con la
revolución cubana la literatura y el cine. La cultura es el índice
más visible de la importancia del proceso político. Y con usted,
que es un candidato(a) de primera, tiene que venir una cultura de
primera. Dígalo ahí.
4
Y no me venga que con más de lo mismo, mire que a rey muerto,
política cultural depuesta, y nuestro candidato(a) es el candidato
del cambio, échele coco, poeta, redácteme una cosa sobre la
política cultural del cambio, que eso amarra votos.
5
¿Pero cuál cambio, poeta? le van a preguntar los periodistas. Y
ahí sí lo voy a ayudar con una respuesta categórica: Depende. El
sector que con mayor avidez aspira a asumir el relevo del
populismo es el gran capital financiero transnacional y nacional.
Espera mandar apoyándose en el autoritarismo civil y militar y en
el control de la opinión que le facilita su propiedad de buena
parte de los grandes medios de comunicación. Si pudiera sumar la
dictadura política a la dictadura económica que actualmente
ejerce, al igual que lo ha hecho en otros países de América
Latina, impondría una política cultural basada en: 1) El mercado
como único asignador de bienes culturales, los cuales sólo
estarían disponibles para aquellos capaces de pagar la cotización.
2) Una concepción del pueblo venezolano como masa laboral
“improductiva” o “rentista” a ser “modernizada” mediante rigurosa
disciplina policíaca, y “globalizada” aniquilando su identidad a
través de la industria cultural. 3) Un gestor político que use la
violencia pública en favor de los grandes intereses privados
nacionales y foráneos, y 4) Una continuación restringida y
selectiva de la política de paz intelectual mediante la dádiva a
favor de los creadores y artistas que con mayor fervor se callen
la boca.
6
Noo, ya sé, poeta, que eso no se puede decir tan clarito. Bueno,
¿y por qué no dice lo contrario? Podría haber otro proyecto
político y cultural alternativo. Pongamos que se postula: 1) El
valor de uso y la solidaridad social como asignadores de valores
económicos y culturales al alcance de las mayorías productivas. 2)
Una concepción del pueblo venezolano como activo y participativo,
dotado de poderes creativos en lo material y lo cultural. 3) Un
sistema político garante de la soberanía y la igualdad social. 4)
Un estímulo a las potencialidades creativas del pueblo en lo
económico, lo social, lo político y lo cultural.
7
Si uno se decide por esas premisas, su política cultural debería
apoyar la formación, el perfeccionamiento y la seguridad social de
intelectuales, artistas y promotores culturales. Ampliar el papel
que corresponde al Estado docente, incluyendo la difusión y la
creación cultural en todos los niveles y ramas del sistema
educativo. Debería garantizar a la comunidad el acceso a los
bienes culturales y la disponibilidad de medios de comunicación de
servicio público y de difusión cultural. Debe reestructurar los
organismos del ramo para mejorar su eficiencia y reorientar sus
actividades de una concepción espectacular y académica del hecho
cultural, a una concepción amplia y creativa de éste. Debe
utilizar instituciones educativas y medios de comunicación como
vehículo para difundir los valores de la identidad nacional, de la
diversidad cultural de nuestro país y de la preservación de su
patrimonio artístico e histórico. Debería, en fin, coordinar las
instituciones públicas y privadas para que cooperen en el logro de
estos objetivos, y completar, concordar y sistematizar la
normativa aplicable al sector. Es decir: contra paz social,
participación; contra paz sindical, lucha de clases; contra paz
intelectual, crítica creativa; contra cultura de la
despolitización, política cultural.
8
¿Cómo? ¿Que eso quedó medio fuertecito? No se preocupe, poeta.
Entonces vaya y diga dos generalidades, y más de lo mismo, y si lo
ponen en ridículo, explíquele al candidato(a) que eso de la
cultura no da votos.
9 de septiembre de 1998
PESADILLA CON MISSES
Contratan en la Asamblea Nacional a Osmel Souza para que
organice el concurso de Miss Ley Bellísima de Venezuela. Todo un
equipo de cirujanos plásticos, ortodoncistas y ortopedistas
remienda lo viejo para que parezca nuevo, calca lo que parece
bonito en el ámbito internacional. Al fin desfilan las leyes,
maquilladas, teñidas, peluqueadas, cosidas, injertadas,
artificiales, plásticas, deslumbrándonos con artificial silicona
jurídica y perfección de Barbies sin la menor relación con el
mundo. Como las misses, las leyes son cuanto más bellas más
inalcanzables. Cuanto más hermosas son, se expresan en peor
castellano. Cuanto más despampanantes, más inabordables. Las
custodian fastidiosas chaperonas leguleyas para que nadie pueda
ponerlas en práctica. Su función es las relaciones públicas: la
apariencia de que funciona lo que no funciona. Su destino es
terminar compradas por algún ricacho o algún tahúr que acabará con
ellas. Su frígida belleza ni siquiera atormenta. Sabemos que no
son para nosotros los seres reales. Ninguna nos consolará en
nuestra indefensión, nuestro desamparo, nuestro barranco en una
noche tan linda como ésta.
23 de marzo de 2003
- o -
EL CIELO ENCAPOTADO
LA MISS Y EL COMANDANTE
1
Un grave dilema escinde la conciencia nacional. Como en los
tiempos de indígenas contra conquistadores, de patriotas contra
realistas, de liberales contra oligarcas, de ñángaras contra
proyanquis, de caraquistas contra magallaneros, la fanaticada se
polariza entre la miss y el comandante. Las razones sobran. Irene
es Yin, Chávez es Yang. Irene es la Bella, Chávez la Bestia. Irene
es rubia plástica, Chávez moreno sabrosón. Irene es sifrina,
Chávez balurdo. Irene es coctel de camarones, Chávez pisillo de
chigüire. Irene es champán rosé, Chávez es gorro e tusa. Irene es
Osmel Souza, Chávez es Simón Rodríguez. Irene es Una noche tan
linda como ésta, Chávez es Corrido de Maisanta. Irene es Barbie,
Chávez es talla de artesano merideño. Irene es disco music, Chávez
escobillado. Irene es pasarela, Chávez desfile. Irene es aire
acondicionado, Chávez olor a mastranto. La una es Chacao, el otro
es Catia. Ella es Daktari, él es caimanera. Irene es
transnacional, Chávez nacional. Irene es Alvarez Stelling, Chávez
es Francisco Mieres. Irene es Consolidado (ahora CorpBank), Chávez
Ipsfa. Irene es estrato A y B; Chávez es C, D, E, F y los que
sigan saliendo. Irene es ya; Chávez es por ahora. Irene es
liquiliqui, Chávez también. Irene no suelta programa, Chávez
tampoco.
2
En otras palabras, en la Venezuela postmo de los noventa renace
el dilema que atormentaba a las damas antañonas de la Caracas de
los cuarenta: Oli Clemente para la gente decente, Yolanda Leal
para la gente vulgar. La miss representa todo lo que la clase
media soñó obtener sin esfuerzo; el comandante emblematiza la
rabia de que después de tanto esfuerzo no tengamos más que sueños.
Un asesor electoral recomendaría el matrimonio de la una con el
otro, para formar una pareja imbatible al estilo Evita y Perón.
Sería el nuevo puntofijismo, el incomparable más de lo mismo, el
Guiso Necesario que apodan acuerdo nacional.
3
¿Por qué dos outsiders han puesto a jugar banco a los
grandeligas de la política? Más vale preguntarse qué otra posición
pueden jugar los cadáveres insepultos. Mientras éstos se desgastan
negándoles a las masas los privilegios de los cuales ellos usan y
abusan, la miss y el comandante representan las dos rupturas
cruciales de la Venezuela contemporánea. La miss simboliza el
adiós femenino a la domesticidad. Proceso que los economistas
celebraron con bombos y platillos llamándolo la incorporación de
la mujer al mercado de trabajo, y que sus víctimas resintieron
como imposición de la doble jornada: en la fábrica como fuerza
laboral subpagada y en el rancho como sostén del grupo familiar.
La miss demuestra cuán glamoroso podría ser este proceso
remodelado por la magia de las relaciones públicas: corona
internacional por el glamour más éxito financiero por el hechizo
más triunfo político por el sex appeal más gloria académica por el
encanto más victoria sentimental pero, eso sí, sin tripones y sin
marido desempleado. La miss alimenta la ilusión de que en el
espantoso mundo de las relaciones laborales la mujer seguirá
jugando la misma carta mágica que durante milenios la mantuvo
atada al fogón.
4
El comandante representa la ruptura con la institucionalidad:
con esa democracia formal que lleva cuarenta años prometiendo
volverse democracia económica y social para terminar
convirtiéndose en oligarquía caníbal. Añadamos que esa
institucionalidad impunemente sepultó desaparecidos en los Teatros
de Operaciones y masacró ciudadanos inermes el 27 de febrero.
Hasta que el 4 de febrero se levantó alguien con un motoblindado
atrás, asumió la responsabilidad de sus actos y mandó a la ducha
al mandadero del Fondo Monetario Internacional.
5
A estos dos estilos de vida o candidaturas se les ha dado el
tratamiento de amenazas públicas. Ambas son víctimas de proyectos
liquidatorios. A la miss que se dice apolítica le ha dado el beso
de la muerte la antología de perdedores de ese relleno sanitario
politiquero que se llama el Cuánto hay pa‘ eso: ex presidentes, ex
banqueros, prebanqueros, ex candidatos, precandidatos, politólogos
de siete suelas... Cada una de esas caras en torno a la miss es un
punto menos en las encuestas. ¡Hasta el desifrinador de imagen que
puso a dormir en un rancho a Eduardo Fernández ya la tiene
haciendo cuñas en callejones marginales, sin percatarse de que la
credibilidad de Irene es inversamente proporcional a su cercanía a
una pared de bloques sin frisar!
6
Al mismo tiempo, al comandante lo acosa la plaga llamada el Cómo
quedo yo ahí, lanzándole conchitas de mango como éstas:
Comandante, cuelgue ese liquiliqui tan vernáculo. Dése un paseíto
por Washington y regrese hablando inglés. Véngase al Iesa para que
le pasemos una fotocopia del Acuerdo de sombra. Desayune con
nosotros en el Opus Dei, pero eso sí, en el ala reservada a las
cachifas. Cuádrese con el ajuste macroeconómico, mire el bien que
eso le hizo a Osvaldo. Ya está bueno ya de nacionalismo.
Neoliberalismo con energía, comandante. Guarde para nosotros las
tajadas, que el pueblo se contenta con promesas. ¡Bien saben que
el carisma de Chávez concluirá abruptamente el día en que sea
visto bailando pegao con un banquero!
7
Así como la miss es la potranca que se pasó al corral de los
potros, el comandante es el garañón que saltó la talanquera y
cogió sabana hacia el horizonte lleno de peligros, de acechanzas y
de libertad. Inquietantes figuras simbólicas surgen en el momento
en que lo institucional ha perdido su capacidad de convertirse en
objeto del deseo. Los ídolos son la forma en que una sociedad se
representa las transformaciones que abren camino a su futuro.
Desgraciado el sistema que ha perdido la capacidad de generarlos.
12 de abril de 1998
- o -
ÉL
Él es el protagonista de la política electoral. Él es el
protagonista de la política. Él es el protagonista. El otro
candidato. El otro. Él. Mientras menos quieren nombrarlo más
aluden a Él. Mientras más quieren alejarlo más presente lo tienen.
Mientras más quieren que lo olvidemos más nos lo recuerdan. La
separación de elecciones es contra Él. La asistencia masiva a las
elecciones separadas es por Él. El tráfico de componendas para la
elección presidencial es contra Él. La cuña del gobierno con
música triste y 4 de febrero es contra Él. La cuña partidista con
música trágica y 4 de febrero es contra Él. La cuña del canal
colombiano con himno de Ilan Chester que confunde “vil egoísmo”
con protesta popular, es contra Él. Como no pueden borrarlo
quieren satanizarlo. Él mira feo. Él no es exquisito. Él no tiene
visa. Él no está en el guiso. Él come niñitos chiquitos. Él es el
coco. Él es el caos. Él es el acabóse. Él es el cogeculo. Él fríe
cabezas. Todos contra Él. Él es el culpable, de todas sus
angustias, de todos sus quebrantos. Cada vez que lo atacan, le
hacen ganar votos a Él. La única forma de acabarlo, sería que lo
apoyaran a Él.
Ella
La mejor forma de meterse con Él sin nombrarlo es atacarla a
Ella. Ella no atrae los inversionistas. Ella no atrae el capital
golondrina. El solo nombre de Ella acabó con el trabajo, con el
empleo, con la estabilidad y con la abundancia (de Ellos). Ella es
una colección de semáforos casi tan enredada como el tarjetón.
Ella los confunde. Ella los desespera. Ella es la plaga. Ella es
la Némesis. Ella es el diluvio. Ella es el Apocalipsis. Ella es el
fin del mundo. Ella es la enemiga. Ella es la soberana voluntad
constituyente del pueblo. Con razón Ellos le temen a Ella.
Ellos
Ellos malversaron. Ellos robaron. Ellos se enriquecieron. Ellos
dilapidaron el monto de cinco planes Marshall. Ellos
empobrecieron. Ellos endeudaron. Ellos refinanciaron. Ellos
prometieron. Ellos mintieron. Ellos entregaron. Ellos vendieron el
país. Ellos mataron voto. Ellos mataron votantes. Ellos pusieron a
votar a los muertos. Ellos son políticos que no son políticos.
Ellos son partidos antipartidos. Ellos son adecos que no quieren
parecer adecos. Ellos son copeyanos con pena de decir que son
copeyanos. Ellos son los mismos. Ellos son más de lo mismo. Ellos
no cambian, ni siquiera en seguir ofreciendo el cambio. Ellos
aceptan el cambio siempre y cuando nada cambie. Ellos ofrecen
cambio en democracia, cambio radical, cambio de sexo, cambio y
fuera, cambio que no es cambio. Ellos no entienden que el cambio
empieza por Ellos. Ellos no sueltan la teta. Ellos no aflojan el
coroto. Ellos no le dan un chancesito a nadie. Ellos son
vitalicios. Ellos son perpetuos. Ellos son hereditarios. Ellos
aceptan elecciones sólo para seguir Ellos. Ellos toleran
candidatos mientras sean lo mismo que Ellos. Ellos dicen que si
Ellos pierden hay golpe. Ellos dicen que los militares no aceptan
más gente que Ellos. Ellos dicen que las transnacionales sólo los
quieren a Ellos. Ellos presentan su pillaje como orden a
preservar. Ellos tienen de su lado a los que son como Ellos. Ellos
quieren gustarnos a juro. Ellos son como Jalisco, que si pierde la
arrebata. Ellos dicen que si pierden se van. Ellos no pueden con
Él ni con Ella. Ellos están tratando de vendernos el miedo que
sienten Ellos.
They
Muérete, They are going to fly to Miami. Cágate, They are going
to change Las Mercedes by Fort Lauderdale. Frúncete, They are no
more going to rustiquear por las inmediaciones del Sambil, el
Hagen Dasz y el La Güess. Prívate, They are going to cancelar el
desfile de Casablanca en la Quinta Esmeralda para lanzar la moda
de chaqueta negra de poliéster Disip con mocasines negros de
patente y medias blancas. Cáete de culo, They are going to quedar
de lo last cuando les nieguen las visas de residentes y se tengan
que quedar aquí de sifrinos criollos hispanos, qué raya.
¿Quién?
¿Quién prometió que no se doblegaría ante el Fondo Monetario y
terminó entregándole hasta el alma? ¿Quién premió con auxilios
financieros a los banqueros que saquearon el país? ¿Quién se
aseguró de que durante cinco años de gobierno ninguno fuera
castigado? ¿Quién aniquiló el bolívar devaluándolo de cien a 560
por dólar? ¿Quién regaló nuestra Siderúrgica a las
transnacionales? ¿Quién subastó a las transnacionales nuestra
autopista Caracas-La Guaira? ¿Quién tiene el dinero de esas
ventas? ¿Quién trajo al Papa para que bendijera el robo de las
prestaciones sociales de los trabajadores? ¿Quién desapareció el
pago doble de prestaciones para el despido injustificado? ¿Quién
presentó ante el Congreso un Proyecto de Ley de Educación Superior
redactado por el World Bank que dispone acabar con la Educación
Gratuita? ¿Quién está gastando nuestro dinero en cuñas para
convencernos de que esta raspada de olla debe ser confundida con
estabilidad? ¿Quién apoya a quién?
Nosotros
Nosotros vivimos en el país más rico de América Latina y somos
casi el pueblo más pobre de ella. Nosotros vemos que el 85% de la
riqueza la acapara un 15% de privilegiados, dejando el 15% de la
riqueza para que se la distribuya el 85% de la población. Nosotros
vemos que la mitad del ingreso público se gasta en intereses de
una Deuda que no contrajimos y mucho menos gastamos. Nosotros
vemos preparar la venta de nuestra industria petrolera. Nosotros
vemos entregar la soberanía del único país que tenemos. Nosotros
hemos ido perdiendo los derechos al trabajo, a la salud, a la
educación, a la seguridad social, a la administración de justicia.
Nosotros somos convocados sólo para legitimar ese estilo de
reparto. Nosotros somos embaucados o masacrados cada vez que lo
objetamos. Nosotros estamos cansándonos.
Yo
Yo pienso que alguien se convierte en Él cuando representa lo
que deseamos Nosotros, aunque a Ellos les duela. Quien se pasa
para Ellos queda vuelto nada o nadie o quién.
Tú
Tú te estarás preguntando por qué en vez de nombres o prohombres
menciono puros pronombres. Si reconociste a cuáles me refiero, es
porque en el fondo Tú y Yo estamos de acuerdo. ¿Por cuál irás a
votar?
22 de noviembre de 1998
- o -
LOS ASESORES
El fabricante de carismas hace sus maletas. Ahora el candidato
no lo quiere ver ni en pintura. Otra cosa era cuando lo contrató.
Entonces lo buscaba como monedita de oro. Asentía cuando el asesor
le explicaba que todo político urbano debe disfrazarse de caudillo
rural. Pero cómo le damos a usted olor de bosta de vaca y aroma de
mastranto, candidato. A usted que nació con cucharilla de plata en
la boca y diploma de Oxford bajo el brazo. Cómo darle sabor de
arepa con chicharrón a esa boquita que sólo se apertura para el
tenedor de escargots. ¿Y cómo prestarle emoción criolla a la
entrega de Pdvsa a las transnacionales sin ese álbum de barajitas
de símbolos de la nacionalidad? ¿Sin arco de Carabobo, caballo
blanco del escudo y el pañuelo tricolor? ¿No fue un milagro
quitarle ese casimir de Harrods y endosarle esa indumentaria negra
de Disip, para que viniera a estropearla usando medias blancas con
mocasines negros? ¿Uno no pasó las de Caín fotografiándolo con
especímenes del pueblo y hasta raperos malandros para que después
su merced saliera con esos arranques de mantuano a regañar
periodistas? Antes de cerrar la agenda electrónica, el asesor
anota una nueva ley de los medios: campaña que exalta lo que el
candidato no es, termina no siendo.
El inventor de promesas no sale de su asombro. Nunca había
fallado aquello de que con los adecos se vive mejor, y los
ofrecimientos de cien mil casitas y seguridad, prosperidad y
atención hospitalaria y calles sin huecos y dádivas y pare usted
de contar. Al salir de su cura de sueño, el inventor de promesas
garrapatea en un récipe otra nueva ley de los medios: Credibilidad
de promesa es igual a la de quien la ofrece. O sea: pueblo
engañado huye de promesa fría.
El remodelador de imagen recoge sus papeles. Habla solo: lleva
meses hablando solo. Yo le reconstruyo cualquier imagen, dígalo
ahí, pero primero tiene usted que darme una. Ahora, explíqueme
cómo le remiendo lo que no existe. Primero, que al candidato no lo
conoce nadie, ni siquiera quienes lo postularon. Segundo, que
nadie lo ha oído hablar, porque parece que no habla. Tercero, que
no se puede fotografiar, porque se desarma. Cuarto, que cada vez
que va a declarar le da una ausencia, y en su lugar uno tiene que
fotografiar una muchacha o una vieja, y ponerla allí en la cuña
como si la candidata fuera ella. Quinto, que uno les plantea que
si no se puede promocionar al candidato promuevan al partido, y le
dicen que el partido da más pena mostrarlo que al candidato.
Sexto, que cuando por fin uno tiene al candidato allí amarrado
para filmarlo, y a un imitador que lo va a doblar para pronunciar
una consigna, vienen ustedes y lo expulsan, y hay que decir que el
salvador de la patria es ahora un canalla. Séptimo, que para la
próxima anoto esa nueva ley mediática: Campaña que no muestra
candidato termina no teniéndolo.
Melancólicamente recoge su hardware y su software el experto en
antipolítica. Los ejecutivos que desmantelan el anticomando de
anticampaña ni le dirigen la palabra. Y eso que me apunté un
antitriunfo, medita el experto. La meta de la campaña era
persuadir al elector de que no éramos un partido, y lo
persuadimos. La meta de la campaña era convencer al elector de que
la candidata no era un político, y lo convencimos. Ahora, que el
elector haya dado un antivoto por el partido antipartido y el
político antipolítico, me tiene antiparabólico. Déjame anotar de
todos modos: Si haces campaña a favor de Nadie, nadie votará por
él.
Fatigado recoge sus bártulos el asesor en campaña sucia. Ni
antes ni después me saludan, pero a la hora de la verdad todos me
buscan, masculla. Sólo que con los materiales que me dan, cómo
hago para ensuciar ni siquiera un traje de primera comunión.
Díganme cómo asusto al pueblo repitiendo imágenes del 4 de
febrero, cuando el 4 de febrero sólo espantó a los corruptos.
Repítanme despacito eso de que el pueblo se morirá de miedo con el
chiste de que los sifrinos se irán para Miami, y después resulta
que se muere de risa. Explíqueme usted cómo aterrorizo al elector
mostrándole sartenes para freír cabezas de ladrones, cuando
quienes le tienen miedo a esa fritanga son los ladrones. No te
pierdas esas proclamaciones de que con la Constituyente vas a
perder tu estabilidad y tu prosperidad, cuando aquí lo único
próspero es la corrupción. Pero lo que se le habrá ocurrido a su
abuelita es eso de meterle pánico a un público adulto con el
cuento del Lobo Feroz. Menos mal que uno nunca da la cara. De
todos modos, aquí les mando una nueva ley mediática: Campaña hecha
por sucios, limpia.
Desabridamente musitan despedidas los asesores de más de lo
mismo para los mismos. Con flojo apretón de mano se despide el
experto en trampajaulas que descubrió que quien trafica con votos
amarrados se queda sin el voto y sin el votante. Para su torre de
marfil huye el exquisito que aprendió que puede despreciarlo a uno
el electorado a quien uno desprecia. Afortunadamente cobraron en
dólares y privilegios, y por adelantado. Hasta la próxima. ¿No
viene por ahí otra campaña para la Constituyente? Los comicios son
como los aviones: si se pierde uno, viene otro. Siempre queda la
esperanza de destruir al ganador convenciéndolo de que imite a los
perdedores. A ninguno se le ocurre lo obvio: la quiebra de un
discurso político corresponde a la de un orden político.
Desde el 27 de febrero el pueblo venezolano trata de hacerles
llegar un mensaje a sus dirigencias. Quien lo entiende y lo
encarna asume el poder; quien se desentiende de él, lo pierde. Si
usted no lo ha comprendido, ningún asesor podrá explicárselo.
12 de diciembre de 1998
- o -
LA CONSTITUYENTE ESTÁ ENVIRADA
Todo el mundo sabe lo que son los virus: minúsculas estructuras
que, introducidas de contrabando en un organismo o un sistema
sano, se multiplican a costa de él hasta inhabilitarlo o
destruirlo.
Un solo virus puede paralizar a un atleta, desmantelar la más
compleja computadora o pervertir un sistema que afectará la vida
de todos, como la Constitución que actualmente se discute.
Ha sido detectado y erradicado temporalmente el virus Allan
Brewer, destinado a eximir a los grandes grupos económicos de
pagar sus deudas tributarias mientras al pueblo se le cobra lo que
no tiene por concepto de Impuesto al Valor Agregado.
En el Anteproyecto de Constitución que actualmente se debate
detectamos varios mortíferos virus que deforman, falsean y
destruyen el espíritu, propósito y razón de las Ideas
fundamentales para la Constitución Bolivariana de la V República,
dirigidas por el Comandante Hugo Chávez Frías a la Soberanísima
Asamblea Nacional Constituyente en septiembre de este año.
Decía Bolívar que Moral y Luces son nuestras primeras
necesidades. Proponía Hugo Chávez que “la educación impartida por
los institutos oficiales será de calidad y gratuita en todos sus
ciclos”. El virus infiltrado en el artículo 107 del Anteproyecto
sólo la considera “gratuita hasta el pregrado universitario”.
Constituyentistas sin Moral podrían así negarle al 80% del pueblo
pobre las luces académicas que ellos recibieron gratuitamente. El
pueblo podría apagarle la luz a ellos.
Proponía Hugo Chávez el pago de prestaciones “oportuno y
proporcional al tiempo de servicio de acuerdo con la ley y
calculado de conformidad con el último salario”. Un retrovirus
contrabandeado en el artículo 98 del Anteproyecto le enmienda la
plana al Presidente y dispone que será calculado “de acuerdo con
la ley”. Es decir, de acuerdo con la ley que con la complicidad de
Fedecámaras y la CTV confiscó a los trabajadores sus prestaciones.
El latrocinio podría así revestir rango constitucional.
Propuso el Presidente una norma de acuerdo con la cual “el
Estado garantiza a los trabajadores y trabajadoras del sector
público y privado un salario mínimo vital que será ajustado cada
año tomando como una de las referencias el costo de la canasta
básica”. Un virus que infecta el artículo 96 del Anteproyecto
mutiló la mención de Hugo Chávez al ajuste anual referido a la
canasta básica. Tendremos de nuevo precios volátiles y salarios
congelados.
Propuso Hugo Chávez que “la República se reserva el derecho de
defender las actividades económicas de su empresa nacional”. Otro
virus matuteado en el artículo 337 desautoriza al Presidente al
afirmar que “la inversión extranjera estará sujeta a las mismas
condiciones que la inversión nacional”. Es decir, las sardinas
venezolanas no tendrán ninguna ventaja para luchar contra los
tiburones transnacionales.
Recomendó el Presidente una norma que “considera nula y no
escrita cualquier cláusula que como consecuencia de compromisos
tecnológicos, comerciales, educativos o de cualquiera otra índole,
condicione o limite la potestad soberana de la República para
legislar y adoptar medidas en materia económica”. Una cepa
antipatriótica borró la propuesta de Hugo Chávez, estableciendo de
paso que donde manda Paquete, Carta de Intención, Agenda o Acuerdo
de Sombra, no manda Constitución. Y mucho menos Presidente.
En fin, en el artículo 339 del Anteproyecto persiste el
megavirus que exceptúa de la propiedad nacional la industria de
los hidrocarburos gaseosos. ¿Cuánto hay pa’ eso?
Cómo le parece. Los virus enquistados en la Constituyente han
infligido al Presidente Hugo Chávez Frías la paliza que no
lograron darle juntos los adecos, los copeyanos, los convergentes
y Vargas Llosa. Si sancionamos una Constitución infestada de
virus, no sólo perecerá ella: se llevará consigo a la Quinta
República y al país en que vivimos. Una Ley Fundamental envirada
no será ni siquiera Moribunda: nacerá Muerta. Y con ella la Quinta
República, baldada desde el comienzo por una Carta Magna
retrógrada con relación a la de 1961.
¡Auxilio, Earle Herrera! ¡Auxilio, Tarek William! ¡Auxilio,
William Ojeda! La Constituyente está envirada, y aquel que la
desenvirare gran desenvirador será llamado.
20 de agosto de 1998
- o -
NO SE VAYAN QUE ESTO SE COMPONE
El síntoma más preciso de que se ha llegado a una cierta altura
de la vida consiste en la necesidad de precisiones.
Por ejemplo, en caso de Festival de Teatro nos inquieta saber si
hacemos cola para presenciar drama, comedia o teatro del absurdo.
A la hora de saber qué será de nosotros nos interesa determinar si
presenciamos la comedieta quítate tú para ponerme yo, el sainete
de la Revolución sin que nada cambie o la tragedia del cambio sin
Revolución.
Con iguales sentimientos mezclados han debido reunirse en 1810
los miembros de la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando
VII, preguntándose cómo iban a cambiar el juego jugando con las
reglas del juego o si era posible defender a Fernando VII
deponiendo a su gobernador, pero eso sí, sin quemarse el pecho.
Pocos podían imaginarse que el político propone y la chusma de
lanceros dispone.
Ya tenemos a Emparan camino del cabildo ¿Y ahora qué? ¿Cómo nos
arreglamos para seguir siendo al mismo tiempo semicolonia y
soberanos?
Cabe la posibilidad de que la Constituyente sirva para algo más
que para despertar las alarmas tarifadas del New York Times y Cía.
Para muestra bastan algunos peñascos que figuran en las Ideas
fundamentales para la Constitución Bolivariana de la V República,
dirigidas por el Comandante Hugo Chávez Frías a la Soberanísima
Asamblea Nacional Constituyente.
Todo el que esté sin pecado de vender la patria puede lanzar
como primera piedra el artículo que pauta: “considera nula y no
escrita cualquier cláusula que como consecuencia de compromisos
tecnológicos, comerciales, educativos o de cualquiera otra índole,
condicione o limite la potestad soberana de la República para
legislar y adoptar medidas en materia económica”.
Esta norma permite considerar sin efectos el engendro que
deslegitimó al hoy moribundo Congreso: el Tratado contra la Doble
Tributación, que exime a personas y empresas extranjeras de pagar
impuestos por sus actividades en Venezuela.
Con ella caen a la basura lo que he llamado las “Constituciones
invisibles” de Venezuela: Cartas de Intención, Paquetes, Agendas,
Acuerdos de Sombra y, ahora sí, pare usted de contar.
Igual firmeza de roca tiene el artículo según el cual “quedan
reservadas al Estado las actividades de exploración, explotación,
transporte, manufacturas y mercadeo interno de los hidrocarburos
líquidos”. Esta norma clausura la piñata anunciada por las
transnacionales con nuestra industria petrolera. Los
constituyentes patriotas deben eliminar el adjetivo “líquidos”,
que permitiría a los monopolios la rebatiña con nuestro gas. La
industria de los hidrocarburos es nuestra, y punto.
Sólida es la norma donde “el Estado garantiza a los trabajadores
y trabajadoras del sector público y privado un salario mínimo
vital que será ajustado cada año tomando como una de las
referencias el costo de la canasta básica”. También la que
garantiza el pago de prestaciones “oportuno y proporcional al
tiempo de servicio de acuerdo con la ley y calculado de
conformidad con el último salario”. Asimismo la que dispone que
“la educación impartida por los institutos oficiales será de
calidad y gratuita en todos sus ciclos”.
Sobre estas piedras conceptuales podrían erigirse las bases de
una República, siempre que no se las desmenuce en guijarros
simbólicos o se las pulverice en saludos a la bandera. A partir de
ellas podría comenzar la verdadera tarea de recuperar para todos
en los hechos la soberanía y las riquezas de Venezuela.
4 de septiembre de 1999
- o -
NIÑOS NO JUGUÉIS AL BOGOTAZO
1
En la Feria del Libro de Bogotá contemplo un viejo Buick verde,
que perteneció a Jorge Eliécer Gaitán. Ningún colombiano oye su
nombre sin estremecerse. El pabellón rebosa de libros, videos y
documentos sobre él. En la Colombia de los años cuarenta reinaba
el bipartidismo de liberales y conservadores, que muchos sentían
como un mismo partido con dos versiones diferentes. Se perpetuaban
vicios y se postergaban reformas. En este escenario irrumpe como
una esperanza el joven abogado Gaitán. En diciembre de 1947
denuncia que “el Estado no está gobernado sino por los grandes
trusts financieros, mientras al pueblo liberal y conservador
solamente le dejan el derecho de derramar su sangre”.
2
El conservador Laureano Gómez descalifica el voto mayoritario, y
sostiene que Colombia vive un conflicto interno: “Me parece que
esta ola de sangre es la revolución y la guerra civil”. Algunos
conservadores hacen palpable el espectro. En Chinacota marcan a
hachazos, machetazos y balazos las puertas de los liberales, y
éstos huyen dejando casas y parcelas. Los conservadores de San
José de la Montaña incendian el pueblo liberal de Román. Las
familias liberales de Ragonvalia se exilian en Venezuela. En
Manizales y Pereira la policía hiere y mata liberales. En Caldas
la policía reparte armas a los conservadores. Entra a la catedral
de Bogotá una muchacha con vestido rojo (color liberal) y a
brochazos le pintan una equis azul en la espalda. Testimonia Luis
Eduardo Ricaurte que “si entraba uno a un café con corbata roja,
lo ponían a comérsela, lo hacían arrodillarse a gritar vivas a
Laureano”.
3
Gaitán va contra los “jefes liberales de la oligarquía”, promete
Reforma Agraria, nacionalizar algunas industrias básicas y el
Banco de la República. Así conquista la jefatura del Partido
Liberal. Algunos militares le ofrecen el poder, pero no acepta,
seguro de llegar constitucionalmente. Contra la violencia organiza
una Marcha del Silencio con cincuenta mil personas. Gaitán arenga:
“Venimos a decir al señor Presidente que no queremos más sangre”.
Es seguro que ganará las elecciones. Quizá sea buen negocio
mandarle a dar cuatro tiros. Gaitán rechaza todo intento de sus
amigos de acompañarlo y protegerlo. Diego Montaña Cuéllar le
advierte: “A usted no lo dejan llegar, o le desconocen el triunfo
o le arman un golpe de Estado, la reacción no lo deja llegar al
poder”. Gaitán le contesta que si a él lo derrotan o que si a él
le pasa algo, no queda piedra sobre piedra en Colombia.
4
Al mediodía del 9 de abril de 1948, Jorge Eliécer Gaitán sale de
su oficina con amigos que celebran su triunfo en un juicio
sensacional. Lo espera un hombre bajo, moreno, que le descerraja
tres tiros. Al verlo caído, dispara otra vez y huye. Algunos de
los presentes corren tras él; otros se abalanzan sobre Gaitán, que
agoniza. Grupos adoloridos empapan sus pañuelos en la sangre.
5
¿Qué hace un pueblo al que le matan la esperanza? La multitud
cae primero sobre el asesino, quien según Jorge Padilla, “tenía un
rostro duro, estaba pálido y transfigurado por la emoción”. Al
cabo José Alberto Jiménez Díaz, que lo aprehende, le suplica “no
me mate, mi cabo”. Elías Quesada le pregunta el móvil del crimen.
“Ay, señor, cosas tan poderosas que no le puedo decir. ¡Ay!,
Virgen del Carmen, sálvame”. La multitud lo cerca junto con el
policía que lo lleva a la droguería Granada. De allí lo sacan a
golpes y puntapiés. Al escritor Luis Cardoza y Aragón, que
presencia la escena, el cuerpo zarandeado le recuerda El pelele,
de Goya. Quizá quienes lo ultiman son cómplices del complot. Los
labios del asesino quedan sellados para siempre.
6
Un pueblo al que matan los dirigentes actúa por sí mismo. El
joven cubano Fidel Castro, delegado estudiantil a la IX
Conferencia Interamericana, se dirige a una cita con Gaitán y
advierte que: “Comenzó a aparecer gente corriendo frenéticamente
en distintas direcciones. Gente como enloquecida, corriendo en una
dirección, en otra o en otra. Yo te puedo asegurar que lo del 9 de
Abril (...) fue una explosión espontánea completa, que ni la
organizó nadie, ni la podía organizar nadie”.
7
La radio es el detonante: “Últimas Noticias con ustedes. Los
conservadores y el gobierno de Ospina Pérez acaban de asesinar a
Gaitán, quien cayó frente a la puerta de su oficina abaleado por
un policía. ¡Pueblo, a las armas! ¡A la carga, a la calle, con
palos, piedras, escopetas, cuanto haya a la mano! Asaltad las
ferreterías y tomaos la dinamita, la pólvora, las herramientas,
los machetes. Compañeros del Cauca y de los Santanderes, es
preciso hacer relumbrar vuestros machetes, que ahora volverán a
ser gloriosos como lo fueron en otro tiempo”. Radio Nacional,
tomada por el comando revolucionario de la Universidad, informa
que “El Gobierno ha asesinado a Gaitán (...) ¡Pueblo, a la carga!
¡A las armas! ¡Tomaos las ferreterías y armaos con las
herramientas!”
8
El presidente Ospina Pérez reúne el Consejo de Ministros,
declara turbado el orden público, decreta el estado de sitio,
refugia a su hijo en la embajada de Estados Unidos. Diez mil
manifestantes avanzan hacia el palacio presidencial. Los guardias
les disparan. La masa se repliega hacia la Plaza de Bolívar. Allí
la tirotean tanques que ruedan sobre cadáveres. Desde el Capitolio
los uniformados hacen descargas cerradas. El pueblo quema
tranvías, incendia el periódico conservador El Siglo. Cae un
aguacero que no sofoca ni la indignación ni las llamas. En la
División de la calle Doce los gendarmes tiran los fusiles a la
calle. La Quinta División de la Policía se subleva y no reprime.
Durante una semana Bogotá arde por los cuatro costados. Comienza
una violencia que no cesa todavía.
9
Las balas con las que se intenta matar la esperanza resuenan
mientras ésta sobrevive. Si no se sabe apagarlo, no hay que jugar
al incendio.
17 de noviembre de 2002
- o -
LAS TORRES QUE EN EL CIELO SE CREYERON
TODOS SOMOS EXCLUIDOS
Todo eufemismo degrada en insulto y es suplantado por otro que
culmina en maldición. El peor favor que se le pudo hacer al bobo
fue llamarlo excepcional. En una época sonaba elegante ser
subdesarrollado en vez de atrasado. Quien creyó poner bonito al
pobre llamándolo marginal ahora remienda el capote diciéndole
excluido, término al cual equipara Gilbert Clavel en La société d´
exclusion con un lugar común, un concepto a la moda, algo que
significa todo y nada.
La exclusión, al igual que la postmodernidad, ha pasado a ser
tema del cual se discute sin conocimiento de causa y mucho menos
de efecto. Propongamos algunos desarrollos excluidos del
inteligente texto de Clavel. Parafraseando a Lord Acton, digamos
que el poder excluye, y el poder absoluto excluye absolutamente.
Todo poderío es potestad de excluir.
El poder se hace excluyente excluyéndose de la discusión. La
autoridad de toda teología se basa en prohibir el debate sobre
fábulas a las que denomina misterios; la de la ciencia, en eludir
la crítica de postulados a los que llama axiomas. Un artista
cuestiona todo menos a sus mecenas; un medio de comunicación
denuncia cuanto hay, excepto a sus anunciantes. Clama el
latifundista contra el intervencionismo del campesino que quiere
tierra, pero le parece irreprochable el suyo al acapararla.
Despotrica el neoliberal contra el proteccionismo que limita sus
ganancias, pero no contra el que custodia su propiedad. Truena el
capitalista contra los mandatarios no electos, sin preguntarse
quién lo elige a él amo y señor de vidas y haciendas. En las
democracias latinoamericanas surgidas de regímenes de fuerza todo
es debatible, menos el régimen de fuerza del cual surgieron. El
cogollo discute todo, menos el cogollo mismo.
Nada para comprender la exclusión como hojear el Estudio
nacional de crecimiento y desarrollo humanos de la República de
Venezuela elaborado para Fundacredesa en 1996 por Hernán Méndez
Castellano y sus colaboradores. Esta enciclopedia de las
discriminaciones debería de ser libro de cabecera de todo político
que tenga cabeza y no quiera perderla.
Saltamos, por sabidos, los índices de pobreza que se acercan al
85% y su efecto liquidatorio en el desarrollo físico y la salud.
Más perturbadoras son sus repercusiones en las pruebas de
inteligencia. En la página 1.145 del tomo III se afirma que
“nuestros niños exhiben un rendimiento alto en estas pruebas de
desarrollo hasta la edad de dos años. A los dos años se localiza
un punto de inflexión, la edad de desarrollo comienza a ubicarse
por debajo de la edad real y, por consiguiente, los cocientes caen
por debajo de 100”. Marginación económica igual preterición
intelectual.
¿Exclusión laboral? Las estadísticas oficiales exhiben cifras de
desempleo cercanas al 10%. Fundacredesa revela que si a ellas
añadimos la llamada economía informal, más de la mitad de nuestra
fuerza laboral está segregada del mercado de trabajo.
¿Exclusión cultural? 68,3% de los encuestados no ha leído un
libro en los últimos dos años. En la muestra urbana el porcentaje
es de 63,2, en la rural, de 84.
¿Exclusión de los valores de la nacionalidad? De 37.040 personas
interrogadas un 33,5% no sabe nada sobre el pensamiento de Simón
Bolívar, un 64% no conoce el Escudo. En la muestra del estado
Carabobo, un 50% ignora que la igualdad de los venezolanos es un
derecho consagrado en la Constitución.
Se equivoca de plano quien piensa que estas discriminaciones
atroces escapan a la conciencia popular. El 87,3% de los
encuestados opina que los venezolanos no son iguales. La mayoría
encuentra las principales causas de esta disparidad en razones
económicas y de nivel cultural. También piensa que las primeras
necesidades del país no han sido atendidas. El 43,3% juzga que la
principal área de desatención es la económica. Porcentajes
cercanos al 20% señalan asimismo la educación pública, la
vivienda, la seguridad. Lo que menos les gusta de la democracia es
la corrupción, el desorden, el auge delictivo.
República es res publica, cosa pública. ¿Quién excluye a casi
todos de lo que a todos nos pertenece?
La investigación de un sistema por encima de toda sospecha debe
comenzar por el sistema mismo. Todo poder fundado en la exclusión
termina siendo su víctima. Quien excluye, se excluye. Dime a quién
excluyes, y te diré quién eres.
9 de enero de 1999
- o -
LA POLÍTICA CULTURAL DE LA CIA
En mi juventud resumí toda la crítica cinematográfica en una
sola máxima: película en la que actúa Kojak, es mala. El
Pensamiento Único postula un apotegma de superficialidad
equiparable: arte comprometido no es arte.
En la Feria del Libro conozco a una lúcida joven: Frances Stonor
Saunders, autora de Who paid the piper: the Cia and the Cultural
Cold War (Londres, Granta Books). En él ilustra los mecanismos que
consagraron tal majadería como dogma. Se dice que Estados Unidos
no tiene ministerio de Cultura. Demuestra Saunders que
precisamente la CIA cumple tales funciones. En otras palabras: una
policía política funciona como policía cultural, y desata una
guerra cultural en la que compra creadores, revistas e
instituciones, para imponer la opinión de que instituciones,
revistas y creadores no deben sustentar opiniones.
La paranoica serie televisiva Expedientes X presenta agentes
secretos que desempolvan legajos sobre mutantes, telépatas y
extraterrestres de paradero desconocido. La acuciosa Frances
Saunders investiga sobre monstruos acaso más sorprendentes, pero
desoladoramente localizables.
En el expediente sobre instituciones, por ejemplo, revela
Saunders que la CIA se sirvió de las fundaciones Ford y
Rockefeller, así como del Museum of Modern Art, para financiar en
forma selectiva el apoliticismo militante y el artepurismo
complaciente. A través del MOMA manejó la avasalladora imposición
del Expresionismo Abstracto, al cual Nelson Rockefeller,
cofundador de dicho museo, bautizó como “la pintura de la libre
empresa”, sin parar mientes en que el abstraccionismo fue
inventado por los constructivistas soviéticos.
En el expediente sobre medios, verifica Saunders que para la CIA
la libertad de prensa es la de comprar publicaciones mediante
subsidios encubiertos. Según testimonios de Tom Braden, quien
dirigía la división de Organizaciones Internacionales de la CIA,
ésta financió una “burbuja literaria” de publicaciones de la
“izquierda democrática” tales como Encounter, New Leader y la
Partisan Review, al extremo de que “un agente se convirtió en
director de Encounter”. Resultado: la sistemática censura de las
críticas hacia la política estadounidense, como la aplicada contra
el escritor anarquista Dwight MacDonald.
Y ya que hablamos de corrupción, el libro de Saunders supera los
videos de Montesinos cuando menciona nombres. Entre los receptores
de fondos de la CIA: Hannah Arendt, Daniel Bell, Isaiah Berlin,
Mary McCarty, Sydney Hook, Irving Kristoll, Melvin Lasky, Stephen
Spender. ¿Tontos útiles? Todos eran útiles: según Saunders, “se
esperaba que los individuos y las instituciones subvencionadas por
la CIA actuaran como parte... de una guerra de propaganda”.
Ninguno era tonto. Conforme remacha el vitriólico Tom Braden,
todos debían saber quién pagaba sus honorarios.
Particular devoción mostraba la CIA hacia los conversos. Quien
regresaba de un país socialista o de las filas de la izquierda
dándose golpes de pecho experimentaba un manipulado auge de las
ediciones, las reseñas, las campañas publicitarias. Entre los así
promocionados –no necesariamente comprados– reseña Saunders a
André Gide, Ignacio Silone, Raymond Aron, Arthur Koestler, George
Orwell... Nos preguntamos si mecanismos similares auspiciaron la
boga de los hoy casi olvidados Jan Valtin, Boris Pasternak y Jerzy
Kosinsky.
En aguda reseña sobre “La CIA y la guerra cultural”, James
Petras destaca que aquélla funcionaba como atareadísima agencia de
espectáculos que promovía en Europa los fastuosos Congresos por la
Libertad de la Cultura donde disertaba Czeslow Milosz, así como
piezas teatrales, ballets y óperas. Se privilegiaba la
presentación de artistas de color, como Louis Armstrong o Marian
Anderson, para disimular la política racista estadounidense. Si la
criticaban explícitamente, se los excluía, como al escritor
Richard Wright. En tan congestionada agenda la Agencia reservaba
tiempo para sabotear la propuesta del Nóbel para Neruda en 1964.
Entérese usted: durante las últimas cinco décadas se peleó una
guerra cultural sucia con tropa de intelectuales exquisitos
dirigida por una oficialidad de esbirros. El hijo de este
contubernio es el Pensamiento Único. La mayor de sus victorias es
quizá la de que estos hechos sigan siendo tan universal e
intencionadamente ignorados. Los Documentos de Santa Fe declaran
una guerra cultural como América Latina. Alguna vez se publicarán
sus documentos, con sus generales, sus soldados, sus cuarteles,
sus criminales.
26 de mayo de 2001
- o -
ESCLAVITUD
El esclavo, decía Adolfo Hitler, es el principal instrumento de
la civilización. Debía saberlo: la Segunda Guerra Mundial hubiera
durado un trienio menos de no ser por la producción armamentista
de cerca de tres millones de trabajadores forzados, secuestrados
por Albert Speer. En su estremecedora pieza Acrópolis, Jerzy
Grotowsky representa a una turbamulta de esclavos que perecen
mientras construyen un descomunal monumento a sus esclavizadores.
El macabro esplendor de las civilizaciones de la antigüedad se
debió a esta masiva inmolación de las mayorías. El umbral del
mundo moderno es la hecatombe de cerca de noventa millones de
americanos y de sesenta millones de africanos en aras de la
primera gran acumulación de capital.
Esa coartada que llamamos Historia acude servicial a lavar
nuestras manos. José Gregorio Monagas liberó a los esclavos
venezolanos en 1854 (después de vender a los suyos en las
Antillas). Abraham Lincoln manumitió a los estadounidenses al
estallar la Guerra de Secesión (aunque escribió que para preservar
la Unión, estaría dispuesto a preservar la esclavitud). Somos más
morales que nuestros antepasados esclavistas. ¿O no?
De esta confiada beatitud nos arrancan el informe de Human
Rights Watch The small hands of slavery: bonded child labor in
India y el libro de Kevin Bales Disposable people: new slavering
in the global Economy (University of California Press, 1999).
Concluye Bales que en el mundo contemporáneo hay unos 27 millones
de esclavos. Entre 10.000 y 20.000 están en Francia, entre 5.000 y
9.000 en Alemania, entre 300.000 y 500.000 en Brasil, entre
100.000 y 150.000 en Estados Unidos. La categorización abarca
desde víctimas de la trata de blancas hasta inmigrantes ilegales
encerrados y peones encadenados por deudas hereditarias. Las
cifras, son presuntivas, pero devastadoras. Se acercan a la
demografía de un país de la talla de Colombia.
O quizá la sobrepasan. Esclavo es quien no obtiene excedente
económico, porque su remuneración se limita al mínimo que
garantiza la subsistencia. La negación del excedente lleva consigo
todo lo demás. Quizá es esclava la inmensa mayoría de la humanidad
cuyos salarios no igualan o apenas cubren el costo de la canasta
básica. Con mayor razón, la condenada a tal situación por deudas
contraídas, no por sus padres sino por sus Estados. Por debajo de
la subsistencia o del hambre no hay derechos culturales, sociales
ni políticos. Ni los deseos, ni la opinión ni el voto del pobre
son considerados legítimos por los poseedores. Nadie elige
democráticamente el gobierno mundial integrado por las
transnacionales, el complejo militar industrial y el Fondo
Monetario. Éste actúa como propietario de Estados deudores y
ciudadanos endeudados por sus gobernantes.
La línea del ingreso mínimo separa dos humanidades: por debajo
de él, la de los esclavos. Y cada vez hay menos poseedores y más
indigentes.
9 de enero de 1999
- o -
DEMOCRACIA
Hay un gobierno que no te permite elegir ni ser elegido. Existe
un legislador que dicta normas sin dejarte designar ni ser
designado para sus asambleas. Impera una autoridad que se coloca
por encima de los tribunales ordinarios y te veta ser juez o
jurado en las cortes que conocen de sus causas. Opera un poder
absoluto que no respeta tus Derechos Humanos y se proclama inmune
a toda reclamación por violaciones de ellos.
Jean de Maillard revela que el mercado de capitales financieros
realiza diariamente operaciones por 1.300 millardos de dólares,
que superan cinco veces el presupuesto anual de un Estado como
Francia. Para 1995 el capital especulativo registrado en los
mercados mundiales sobrepasaba los 40.000 millardos de dólares,
mientras que las exportaciones mundiales de bienes y servicios
apenas se acercaban a los 6.000 millardos de dólares, menos de la
sexta parte de la magnitud anterior (Un monde sans loi, Stock.
París, 1998).
El Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU de 1999 informa que
las 200 personas más ricas del mundo duplicaron sus activos netos
en los cuatro años anteriores hasta más de un billón de dólares, y
que los bienes de los tres multimillonarios mayores superan el PNB
combinado de todos los países menos desarrollados y de sus 600
millones de habitantes. Tantos números precisan que el capital
especulativo es un gigante frente al capital que produce bienes y
servicios, y que ante ellos los Estados son pigmeos.
La mayoría de los Estados son de hecho prisioneros de sus deudas
con el capital financiero. El Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial les imponen Cartas de Intención y Paquetes
económicos que les vetan la sanción soberana de sus leyes
tributarias y de sus políticas económicas. La Organización Mundial
del Comercio les dicta mediante Acuerdos Multilaterales o
Bilaterales de Inversión las reglas del juego. Por ejemplo: los
Tratados contra la Doble Tributación exceptúan de todo tributo al
capital financiero. Las grandes transnacionales incluyen en sus
acuerdos con los gobiernos cláusulas que pretenden hacerlas
inmunes a los tribunales del país donde operan. Como muestra: la
concesión de la autopista Caracas-La Guaira a Maxipistas obliga
inconstitucionalmente a la República a someterse a órganos
jurisdiccionales extranjeros, y así sucesivamente.
Los miles de millones de personas afectadas por las políticas de
dichos entes no tenemos derecho a elegir ni revocar a sus
mandatarios. Tampoco votamos para designar o destituir a los
directivos de los grandes consorcios que de hecho controlan
nuestro empleo o desempleo, nuestro salario, nuestras condiciones
de trabajo, nuestras vidas. Las dirigencias sindicales que
deberían defendernos contra ellos son también casi siempre
autonombradas, hacen causa común con los patronos y sacrifican a
éstos derechos y prestaciones de los trabajadores.
Para esta camarilla de dictadores autoelectos no valen Derechos
Humanos. El evangelio de la hipocresía predica que éstos pueden
ser invocados contra los ínfimos Estados, pero no contra los
colosales intereses financieros privados que los controlan o hacen
lo posible por destruir a aquellos gobiernos que no pueden
dominar. Pinochet pasó algunos días confinado; los directivos de
las transnacionales que auspiciaron su golpe, ni un minuto.
Como en tiempos del absolutismo, estamos solos ante poderes
autodesignados, ilimitados, perpetuos, hereditarios y que
pretenden estar por encima de toda ley. Convoco a elecciones para
sustituirlos. La revolución del Tercer Milenio consistirá en
someter estos despotismos a la democracia.
26 de octubre de 2002
- o -
LA TEOLOGÍA DE SATANÁS
1
¿Te encierran en un campo de esclavos? ¿Eres lesionado o muerto
por matones a sueldo de la empresa? ¿Enfermas gracias a un
producto dañino para la salud? ¿Te envenenan desechos tóxicos que
las transnacionales vierten en el ecosistema? Consuélate: los
actos de la empresa privada no violan los Derechos Humanos. Tal es
la doctrina de las empresas privadas, y la repite el Pensamiento
Único: los Derechos Humanos sólo existen si es el Estado quien
comete esas violaciones, o permite que se cometan. Pero el mismo
Pensamiento Único prohíbe que el Estado tenga poderes para
intervenir en materia laboral, educativa, asistencial, de control
de la producción ni en ninguna otra. Es decir, no debe tener
atribuciones que lo capaciten para violar los Derechos Humanos, y
mucho menos para protegerlos. El único Derecho Humano que debe
proteger es la gran propiedad multinacional. En caso de que falle
en hacerlo, de que no pague a tiempo una expropiación, cambie un
régimen fiscal protegido por el Decreto de Promoción de
Inversiones o intente cobrarle impuestos a una empresa extranjera
eximida por un Tratado contra la Doble Tributación, el Estado debe
comparecer como reo ante tribunales internacionales. Vale decir,
deja de ser Estado. Ni los humanos tienen derechos, ni el Derecho
protege a los humanos.
2
¿Te parece injusto? ¿Quieres protestar? Serás execrado como
intelectual: como aquellos a quienes Regis Debray condena por
“ejercer influencia”; porque “habiendo adquirido alguna notoriedad
por trabajos que expresan inteligencia, abusan de esa notoriedad
para salir de su terreno y meterse en lo que no les concierne”.
Serás de aquellos contra los cuales Paul Johnson advierte que “no
sólo debería mantenérselos bien alejados de los resortes del
poder, también deberían ser objeto de una especial sospecha cuando
buscan dar consejo colectivo”. No tiene pérdida el Pensamiento
Único. No debes opinar sobre lo general, que no concierne a la
generalidad de los humanos, ni sobre tu especialidad, pues el
intento de ejercer influencia te descalifica. ¿A quién corresponde
entonces mediatizar a través de los medios? A sus propietarios o
mecenas: las agencias de publicidad, los monopolios de la
información, los grandes capitales...
3
¿Qué comunican esos medios? Reclamar derechos no es sólo inútil
sino peligroso. En su libro Teoría Crítica y Educación, Michael W.
Apple examina minuciosamente cómo los sistemas educativos de
Estados Unidos y Gran Bretaña se afanan en convencer a los alumnos
de que “los beneficios obtenidos por hombres y mujeres en cuanto a
empleo, salud y seguridad, programas de ayuda social, derechos
legales y educación deben revocarse, por cuanto ‘resultan muy
costosos’ tanto en términos económicos como ideológicos”. Así, se
encomienda a los educadores la tarea de “convencer a la gente de
que su creencia en que los derechos de las personas son
prioritarios es simplemente un error o está pasada de moda dadas
las actuales realidades”. Para lo cual también “es necesario
ejercer una intensa presión por medio de la legislación, la
persuasión, las normas administrativas y la manipulación
ideológica”. En resumen, “la estrategia ha consistido en el
desmantelamiento intencional del Estado de bienestar y de los
beneficios que la clase trabajadora ha ganado a lo largo de
décadas”. O, como vulgariza un panfleto de autoayuda: si alguien
se comió tu queso, no trates de recuperarlo, búscate otro. Aunque
ese queso sea todo lo que tienes o podrías tener, el trabajo de tu
vida, tu misma vida.
4
No tiene pérdida el Pensamiento Único. Contra él no hay
derechos, opiniones ni reivindicaciones posibles. Él mismo se
juzga, se absuelve, condena a los demás, se compra, se vende, se
cobra, se paga, se guarda comisión, se da propina. Tiene respuesta
para todo, salvo para la posibilidad de formularle preguntas. El
camino del infierno está empedrado de buenas cotizaciones.
17 de marzo de 2001
- o -
POSTSOBERANOS
Soberanía, poder absoluto y perpetuo de un Estado para crear,
aplicar e interpretar sus propias leyes. Así como no hay mujeres
medio embarazadas, no existen Estados medio soberanos. O son o no
son.
A los que no son, podríamos llamarlos postsoberanos, así como a
los cadáveres, postvivientes. Debido a presiones políticas,
económicas o estratégicas ceden sus poderes hasta que de Estados
les queda sólo el nombre.
Los Estados postsoberanos acatan como leyes propias las
impuestas por la metrópoli mediante Acuerdos Multilaterales de
Inversión, tratados de libre comercio, tratados contra la doble
tributación, tratados de protección a las inversiones, alianzas
estratégicas, deuda externa y paquetes económicos. Organismos
internacionales supervisan la aplicación de estas normas y
certifican o descertifican regímenes antes de apoyarlos o
desestabilizarlos.
Los tribunales postsoberanos abdican de su competencia de
interpretar las leyes nacionales y entregan a juzgados o juntas
arbitrales extranjeras el derecho de enjuiciar y condenar a la
propia República.
Miente el Pensamiento Único que tales Estados sin soberanía
desaparecerán para que nos fundamos y confundamos en la utopía sin
fronteras de la globalización. Miserable falacia: la globalización
económica requiere de las fronteras políticas. En lugar de
borrarlas, propicia federalismos y secesiones que multiplican
líneas fronterizas. Si éstas desaparecieran, o los siete Estados
hegemónicos incorporaran a todos los restantes, deberían extender
las ventajas jurídicas y económicas de que disfrutan sus
nacionales a toda la población mundial y asumir la carga
administrativa y la redistribución de riqueza que ello comporta.
Para evitarlo, las fronteras postsoberanas sirven de diques o
muros de contención de muchedumbres que, de acceder al territorio
o a los regímenes privilegiados de los países desarrollados, los
desestabilizarían. Al represar su población dentro de sus líneas
divisorias, los gobiernos postsoberanos la condenan a condiciones
laborales y niveles de vida inaceptables en las metrópolis. Las
fronteras son membranas osmóticas que retienen trabajadores
baratos y expelen dividendos exorbitantes. Dentro de ellas los
Estados postsoberanos incumplen o derogan toda legislación
laboral. Mediante maquilas, regímenes excepcionales,
microempresas, economía informal, salarios en moneda desechable o
simple represión, las postsoberanías implantan centenares de
nuevas formas de esclavitud. Difícil cometido. Un Estado que jura
sumisión a otra potencia, no puede exigirla de sus ciudadanos.
Todo esfuerzo de un Estado postsoberano de recuperar la
soberanía le acarrea la calificación de díscolo, la
desestabilización, la intervención. A partir del 11 de septiembre
de 2001, la imputación de díscolo es sustituida por la de
terrorista. Con ella llega una declaratoria de guerra en la que
deben aportar la carne de cañón y los recursos los Estados
postsoberanos. Los países que no combatieron para defender su
propia soberanía ahora deben batallar para defender a quienes se
la arrebataron.
Tal declaratoria sujeta a seis de las potencias antes soberanas
a la supremacía de las alianzas militares, las agencias de
seguridad y la represión desvinculada de todo control judicial de
una sola superpotencia. Murió Dios, la soberanía ha muerto. Sólo
nos queda la Humanidad.
24 de noviembre de 2001
- o -
EL DESPLOME DE LAS TORRES GEMELAS
Sus promotores las creían eternas, y el público había terminado
por considerarlas parte del paisaje.
Era en verdad perturbadora su simetría, su redundancia, la idea
de que la una no era más que una pieza de repuesto de la otra.
Quien pasaba no podía dominar la sensación de que veía doble, de
que un espejismo hacía aparecer como atalayas distintas una sola
estructura verdadera.
Su monumentalidad agobiaba al peatón revelándole insolentes
arreglos de poder que lo excluían. Su desmesura quería parecer
inconmovible, y sin embargo los vientos las estremecían y las
armazones crujían a punto de ceder.
Al final vino el desplome, y el pavor generalizado entre sus
dolientes. Algunos las siguen viendo intactas, como si no fueran
un montón de irrecuperables escombros que había cobrado un
desmesurado costo en vidas.
Otros piensan que basta con obstaculizar a los organismos que
rescatan a las víctimas para que las dos estructuras vuelvan a
estar de pie, como nuevas y todavía más grandes.
No falta el enano que se cree torre y sueña que con plantarse en
medio del montón de desechos ya tendrá la estatura y la solidez
para dominar el paisaje.
El desplome de las torres gemelas detona en muchos un gemelo
desplome moral en el que se sienten con licencia para matar y
derruir leyes, derechos humanos, poderes públicos, democracia y
soberanía.
Estos fenómenos y otros más estrambóticos desencadenaron el
desplome de las torres gemelas de Acción Democrática y Copei por
defectos estructurales irremediables, después de décadas como
centro del comercio de negociados políticos.
A diferencia de las torres del World Trade Center, las gemelas
del baratillo político nacional no cayeron por embates externos.
Contra ellas se estrellaron sin resultados la lucha armada de los
años sesenta y los golpes de 1992, que apenas las estremecieron.
Se derruyeron las gemelas bipartidistas por el colapso de su
base económica durante el Viernes Negro de 1983, y el hundimiento
de sus bases sociales con el Meridazo de 1987, el Caracazo de 1989
y el aluvión electoral de 1998. Provocaron estos cataclismos los
mismos administradores de las mellizas, que las promovieron como
organismos de servicio público y las convirtieron en cuevas de Alí
Baba y sus cuarenta ladrones.
Vana ilusión de corruptos irrecuperables, intelectuales sin
obra, sindicaleros vendedores de prestaciones sociales,
masacradores impunes, palangristas, tribus judiciales y
privatizadores al tanto por ciento, la de que un día despertarán y
descubrirán que todo fue un mal sueño. Que las torres
bipartidistas siguen en pie o volverán a alzarse en el aire por sí
solas y sin bases económicas ni sociales.
¿Y qué decir del engaño de los enemigos del bipartidismo, que
tras una vida adversándolo tampoco se han dado cuenta de que las
torres se derrumbaron, y tratan todavía de remendar aquel masacote
de escombros, cabillas fundidas y vigas retorcidas? Ni
cambiándolas de nombre, ni dándole manos de lechada, ni cogiéndole
goteras, ni parapetándolas con cartón piedra es posible habitar
las guaridas de los antiguos inquilinos. Se cayeron, y ya.
Borrón y cuenta nueva. Para salir de abajo hay que construir
nuevo edificio, con proyecto original, materiales intactos y
trabajadores nuevos. Habitar entre escombros es convertirse en
ruina.
14 de septiembre de 2002
- o -
OSAMA BIN LADEN SE ENTREGA A LOS WASPS
-Tun, tun.
-¿Quién es?
-Osama bin Laden.
-¿Pero usted no anda fugitivo?
-Nadie ha presentado una sola prueba en mi contra.
-Según Bush, los cuerpos de seguridad ahora no tenemos que
probar que alguien es culpable. El acusado debe demostrar que es
inocente.
-Los Estados Unidos me dieron armas, me entrenaron, me pusieron
en el poder. Los presidentes de Estados Unidos me hicieron socio
de sus empresas petroleras. ¿Quién creería que iba yo a ofender a
mi armero, a mi maestro, a mi soporte político, a mi aliado
internacional, a mi socio capitalista, a mi Profeta en la Guerra
Santa contra el comunismo?
-No se ponga cómico. Nosotros hacemos las preguntas.
-Parece que no se han hecho muchas.
-¿Dónde ha estado estos tres meses?
-Tratando de entregarme.
-¿Y por qué no nos enteramos?
-Ustedes siempre se enteran demasiado tarde.
-Váyase.
-Pero yo he venido a entregarme.
-Usted no comprende. Llevamos tres meses incinerando Afganistán
con la excusa de que lo buscamos allí. ¿Qué sucede si aparece en
otra parte?
-No podrían seguir destruyendo el país. Los culpables de esa
agresión injustificada serían condenados como criminales de
guerra, y deberían pagar por los daños causados.
-Llevamos tres meses ocupando con nuestros ejércitos a los
mayores países productores de petróleo del planeta. ¿Qué pasa si
por casualidad Osama bin Laden no está en el Medio Oriente?
-No tendrían excusa para estacionar sus tropas sobre las mayores
reservas de hidrocarburos del mundo.
-La búsqueda de Osama bin Laden justifica también la creación de
esta superpolicía de seguridad, por encima del FBI, de la CIA, de
los tribunales, con derecho a intervenir todas las comunicaciones
del mundo y con licencia para detener indefinidamente, torturar y
matar ¿Qué pasa si Osama bin Laden se aparece de repente?
-¿Estados Unidos permitiría que volviera a haber derechos
humanos?
-Nunca lo ha permitido. Pero perderíamos la coartada para tener
bajo nuestro mando a todos los ejércitos del planeta: buscar a
Osama. Voy a cerrar los ojos, voy a contar hasta un millardo, y
usted se me esconde donde yo no pueda verlo. Usted, nuestro más
fiel servidor anticomunista, obedezca una vez más la Voz del Amo
¡Escóndase!
-Pero ahora no sirvo como coartada para aniquilar Afganistán. Ya
lo arrasaron completamente.
-Mientras busquemos a Osama, tenemos excusa para destruir
países, y mientras destruyamos, tenemos excusa para seguir
buscando. Quién quita que se nos ocurra ir a buscarlo hasta Irak,
o Colombia, o Cuba...
-Coma avispa, que cigarrón atora.
-Yo lo que sé es que candidato a arrasamiento huele a petróleo.
¿Quién será, quién no será? Tin, marín, de dos parihuelas...
¿Venezuela? ¿Venezuela?
8 de diciembre de 2001
- o -
TERRORISMOS
Terrorismo, violencia ilimitada contra indefensos. Todas las
guerras del pasado siglo y las del presente son hecatombes de
civiles desarmados.
Terrorismo estratégico. La industria armamentista es el negocio
más productivo del globo. Cinco potencias que integran el Consejo
de Seguridad de la ONU son los principales fabricantes de
armamentos. Para venderlos promueven guerras en las que sus
Estados títeres aplastan Estados o movimientos díscolos. Cuando
sus Estados títeres se les vuelven inmanejables, son liquidados
por nuevos diluvios de armamentos, cuya venta resuelve la
recesión. El costo de esta orgía armamentista, que bastaría para
acabar con el hambre del mundo, es pagado por las víctimas.
Terrorismo estupefaciente. El tráfico de drogas es el segundo
negocio más productivo del globo. Las siete potencias más
poderosas controlan el financiamiento, la distribución, el
consumo, la reinversión. Los bancos de Estados Unidos manejan
anualmente 300 mil millones de dólares provenientes del
narcotráfico, y blanquean en el mismo lapso unos 500 mil millones
de dólares de origen dudoso. Movimientos financieros de tal
magnitud no pueden ocurrir sin conocimiento o consentimiento de
las autoridades. El mismo país que administra el tráfico de drogas
mundial califica de narcotraficantes a los países que quiere
intervenir, como Panamá o Colombia, o desestabilizar, como Perú o
Bolivia.
Terrorismo energético. El de los hidrocarburos es el tercer
negocio más productivo del globo. Las guerras del siglo XX y las
del XXI se pelean con petróleo y por petróleo. El terrorismo
estratégico y el estupefaciente se coligan política y militarmente
para transferir el control de éste desde los países dueños de los
yacimientos a las grandes potencias consumidoras. Su meta es
dilapidarlo en pocas décadas de negociado, dejando a la humanidad
sin reservas energéticas y contaminada.
Terrorismo ecológico. Los países más poderosos, que apenas
tienen el 20% de la población del planeta, consumen cerca del 80%
de los recursos de éste. Para ello envenenan y recalientan la
atmósfera, contaminan los océanos, acaparan y dilapidan las
reservas de agua potable, destruyen la capa de ozono, aniquilan la
biodiversidad, talan las selvas, contagian la biosfera con
transgénicos incontrolables, hacen el planeta progresivamente
inhabitable.
Terrorismo financiero. Estados Unidos obliga a los demás países
a respaldar sus monedas con dólares, aunque a partir de 1974 el
dólar no está respaldado con nada. Especulaciones desorbitadas
centuplican el falso valor de este papel pintado. Para obtenerlo
en préstamo los Estados títeres entregan soberanía y recursos y
constituyen deudas impagables que consumen cerca del 50% de su
Producto Territorial Bruto, colapsan sus economías y destruyen el
nivel de vida y los derechos humanos y sociales de sus ciudadanos.
Según cálculos de la Unicef, medio millón de niños muere cada año
como consecuencia de los ajustes económicos desde el comienzo de
la crisis de la deuda.
Terrorismo cultural. Las potencias que monopolizan los medios
predican un pensamiento único, una sola hegemonía, un solo modelo
de civilización como el único posible, y encomian la imposición
absoluta de los anteriores terrorismos como destino global
inevitable. Sus noticieros reseñan hasta la saturación las 7.000
víctimas del atentado de las torres, y desenfatizan u omiten las
3.000 víctimas de la intervención estadounidense en Chile, los
5.000 civiles que sus bombarderos incineraron en Panamá, los
30.000 desaparecidos por gobiernos títeres en Argentina, las
40.000 víctimas del acoso de Estados Unidos contra Nicaragua, los
200.000 indígenas aniquilados en Centroamérica, los millares de
venezolanos exterminados durante el Sacudón, la hecatombe de los
bombardeos contra Bagdad y Kosovo, y la carnicería de las
agresiones de Clinton contra Sudán y Somalia, que según Noam
Chomski arrojaron más víctimas civiles que las del World Trade
Center.
Llueve terror desde todos los cielos inventados y por inventar.
Contra este diluvio sólo tenemos la luz de la conciencia, que no
nos ha sido dada para adular al poder de turno a cambio de
dádivas, sino para distinguir los verdaderos enemigos y
defendernos.
13 de octubre de 2001
- o -
REMEMBER THE MAINE
Dos explosiones sacuden la bahía. El símbolo del poderío
estadounidense estalla en llamaradas. El acorazado Maine se alza
de las aguas con la proa deshecha, cae de costado, se hunde por la
popa. El descomunal incendio alumbra el puerto de La Habana hasta
la medianoche del 15 de febrero de 1898.
Las unidades de la flota española se agolpan para el rescate. El
comandante Sigsbee, que estaba casualmente fuera del buque con
todos sus oficiales, urge que “la opinión pública debe suspender
todo juicio hasta conocer los detalles de lo ocurrido”. Pero la
Comisión de Asuntos Exteriores del Senado y la prensa de William
Randolph Hearst ya tienen un culpable. El Evening Journal, el
Evening Post, el Herald, el World incriminan a España. En vano
alegan los ibéricos, desgastados en su contienda contra la
independencia de Cuba, que nada tienen contra el Coloso del Norte.
Inútilmente rechazan la intervención los patriotas cubanos, a
punto de conquistar su libertad. Estados Unidos declara la guerra
a la debilitada España, le hunde la flota, le arrebata como botín
Puerto Rico y las Filipinas, la base de Guantánamo y la tutela de
facto sobre Cuba a través de la Enmienda Platt.
Moraleja: declarándose agredido, como en el caso del Maine, o
siendo agresor, como en la escaramuza de El Álamo (tras la cual
arrebató más de la mitad del territorio de México) Estados Unidos
siempre elige el enemigo que conviene para su política exterior, y
le arranca el tributo que más codicia para afirmar su hegemonía.
En el presente caso, antes que sus descuidados cuerpos de
seguridad aporten pruebas concluyentes, Estados Unidos ya declara
guerra y precisa enemigo conveniente. Como suele suceder, éste es
un antiguo aliado. Al igual que Saddam Hussein o Noriega, Osama
bin Laden fue apoyado por la seguridad estadounidense. Según el
Daily Mail de Londres, George W. Bush fundó una compañía petrolera
asociado con Salem, el hermano de Laden. Al igual que Saddam y
Noriega, Osama termina satanizado cuando se precisa recuperar el
control de objetivos fundamentales: Kuwait, Panamá, Afganistán.
Como también suele ocurrir, el enemigo conveniente es sólo
excusa para el sacrificio codiciado. Las investigaciones todavía
no comprueban culpables individuales. Sin embargo, Estados Unidos
ya lanza un ultimátum que reclama la capitulación total de un
país, de un credo, de todo el planeta:
En lo político, exige la subordinación global. “O están con
nosotros, o con los terroristas” amenaza George W. Bush. Para no
estar con los terroristas, los latinoamericanos debemos poner
nuestros ejércitos a disposición del Tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca, que Estados Unidos ha violado repetidamente.
En lo táctico, Estados Unidos impetra la sumisión total de los
aparatos de inteligencia de todos los países a su “Red Global
contra el Terrorismo”. Para ello crea una nueva agencia de
seguridad, y su Departamento de Justicia envía a su Congreso un
“paquete de leyes antiterroristas” que libera a sus policías del
control judicial, restituye a la CIA la “licencia para matar” y la
autoriza para seguir interfiriendo los correos electrónicos con
fines de espionaje político, financiero e industrial.
En lo económico, Estados Unidos se arroga el derecho de embargar
cualquier cuenta bancaria y fuerza la imposición global de los
tratados de libre comercio que le convienen mediante acuerdos
“fast track” que su Presidente puede celebrar sin previa consulta
al Congreso.
Grave crimen es que se desate la destrucción sobre civiles
indefensos. Injusticia infinita es que se la invoque como excusa
para instaurar la hegemonía política, militar y económica de una
sola potencia sobre el Medio Oriente y el resto del planeta. La
verdadera guerra es esta ofensiva de acuerdos que equivalen a
tratados de rendición incondicional de los inocentes.
Por cierto, la comisión estadounidense que revisó los restos del
Maine impidió el acceso de otros observadores al interior del
naufragio. Los buzos españoles verificaron que no había peces
muertos en la periferia, y que las planchas del casco estaban
dobladas hacia fuera. Por ello dictaminaron que la explosión
ocurrió dentro del buque. Igual conclusión sostuvo Alger, el
técnico en explosivos del Departamento de Marina de Washington, y
el teniente coronel Bucknill en la revista Engineering. Tales
razones no movieron a Estados Unidos a liberar Puerto Rico, las
Filipinas ni Guantánamo, ni a devolver su autonomía a Cuba, que
ésta debió reconquistar cruentamente en 1958.
No creo que la actual situación se parezca a la del Maine en sus
causas, pero sí en sus efectos. Lloremos a las víctimas, y
evitemos serlo.
29 de septiembre de 2001
- o -
COMENZÓ LA CUARTA GUERRA MUNDIAL
1
Los habitantes de la ciudad desarmada y desprevenida apenas
advierten el zumbido del avión. Luego sienten la luz, el
estrépito, la explosión. Otro aeroplano ya enfila hacia el segundo
blanco indefenso. Miles de víctimas mueren sin comprender lo que
pasa. Así son incineradas Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945.
Culmina la estrategia del comando de bombardeo aliado que ha
reducido a piras funerarias otras ciudades igualmente desprovistas
de objetivos militares, como Bremen, Dresden, Hamburgo y Dortmund.
Termina la Segunda Guerra Mundial, conflicto donde nueve de cada
quince bajas son aportadas por la inerme población civil.
2
Cada nueva contienda redefine los conceptos de enemigo, campo de
batalla, objetivos, estrategia y táctica. La bomba atómica, al
elevar a su cumbre absoluta la orgía de linchamiento de civiles
indefensos de la Segunda Guerra Mundial, sienta las bases de la
Tercera. Aquella había sido un juego suma cero, en el cual lo que
ganaba una parte lo perdía el adversario. Ésta era un juego de
suma menos cero, en el cual todos podían perderlo todo. La Guerra
Fría, como se llamó a la Tercera Guerra Mundial, desplazó la
hecatombe de civiles hacia pequeñas guerras “limitadas” y hacia la
aniquilación masiva de bienes económicos. Durante casi medio siglo
las dos potencias más poderosas de la tierra dilapidaron su
Producto Interno Bruto en una agotadora carrera armamentista. La
Unión Soviética la costeó con ingentes sacrificios en la inversión
interna y en el nivel de vida. Estados Unidos la financió –o logró
que los países occidentales se la financiaran– mediante la emisión
de dólares inorgánicos y una pesada deuda externa. Exhausta en
esta inmolación planetaria al gasto armamentista, la Unión
Soviética sufrió todas las humillaciones de potencia derrotada:
desmembramiento territorial, desarme unilateral, devaluación,
rebatiña de sus riquezas entre mafias, pérdida para su población
de todas las conquistas sociales.
3
Estados Unidos, por el contrario, asume la postguerra con toda
la prepotencia de nación vencedora. Como rectora de la OTAN y
dueña de la primera industria armamentista del globo, monopoliza
el mercado de la coacción masiva. La ejerce a través de un
gobierno global, el de la ONU. Impone su hegemonía financiera
mediante el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Bajo
la amenaza de esta Paz Americana, casi todos los países de
Occidente descienden a la condición de Estados postsoberanos. Al
que ejerza la más mínima autonomía se le trata como Estado
díscolo: se lo bloquea como a Cuba, se lo desestabiliza como a
Chile, se lo invade como a Panamá, se lo ocupa como a Haití, se lo
acosa como a Libia, se lo calcina con bombas, como a Irak. Los
Estados postsoberanos operan así como gendarmes locales ejecutores
de las políticas financieras y estratégicas del Policía del Globo.
Al igual que los Ratkamp, alcaldes de los campos de concentración
nazis, los mandatarios postsoberanos son elegidos por los
reclusos. A la manera de aquéllos, ejercen el terrorismo económico
contra sus administrados. Actúan como sanguijuelas que garantizan
la transferencia de riqueza y trabajo barato a los países más
desarrollados mediante políticas de apertura económica unilateral
o de pago de la deuda externa. El objetivo de la nueva contienda
es traspasar la totalidad de la riqueza planetaria a la veintena
de multinacionales que ya acaparan más de la mitad de las
propiedades del globo.
4
Al igual que la Segunda Guerra Mundial, la Cuarta se ceba en la
población civil. Registra la Unicef que cerca de medio millón de
niños perece cada año en los países subdesarrollados como
consecuencia de la crisis de la deuda. Como en los campos de
trabajo forzado nazi, los mandatarios postsoberanos fuerzan a sus
gobernados a aceptar remuneraciones inferiores al nivel de
supervivencia, y los despojan de sus derechos sociales a la
educación, a la salud, a la seguridad, a la estabilidad laboral.
Abruptas devaluaciones de las monedas locales abaratan el trabajo
y la transferencia de valores al exterior. De repente la población
comprende que ni el gobierno ni los partidos postsoberanos la
representan, se rebela contra la farsa, y es masacrada durante una
semana entera. Así revienta la Cuarta Guerra Mundial en Caracas,
el 27 de febrero de 1989, como popularazo que se extiende a todo
el país, e inicia el reguero de sublevaciones que se enciende
intermitentemente en Miami, en Chicago, en Quito, en Buenos Aires,
en Seattle, en Génova.
5
Los Estados Mayores intentan librar toda nueva guerra con las
reglas de la anterior, y la pierden cuando el adversario les
impone sus nuevas leyes. En la Cuarta Guerra Mundial hay todavía
un bando organizado en Estados hegemónicos, que defiende objetivos
territoriales precisos mediante ejércitos y armas convencionales.
Pero sus antagonistas ya no son los estados postsoberanos, sino
clases, castas, etnias, marginalidades, excluidos, deudores,
credos, movimientos de liberación nacional, ecologistas: lo que
otros llamarían Organizaciones no Gubernamentales, sociedad civil,
o simplemente Humanidad. El armamento tampoco es convencional: las
armas se inventan, se improvisan o se expropian al enemigo. El
campo de batalla no queda segregado en fronteras ni en áreas
estratégicas: ocupa toda la extensión del globo. En la misma
medida en que el poder financiero devora el planeta, coloca en su
interior al adversario. En vano postula escudos nucleares contra
agresores extracontinentales o extraterrestres. El enemigo está en
sus entrañas: es sus propias entrañas.
6
La Cuarta Guerra Mundial, como la Segunda, también se trae entre
manos una Solución Final: esta vez la del Problema de la
Humanidad. Cuando la concentración de capitales y la
automatización acumulen toda la propiedad del planeta en pocas
docenas de propietarios, todos los demás seres humanos serán
desechables. Adivine usted en cuál grupo quedará comprendido, y
sabrá qué bando le corresponde en la última Guerra Mundial.
16 de septiembre de 2001
- o -
VERDADEROS CALVARIOS
Calvario urticante
Me telefonea una amiga alemana a quien llamaré Kirsten von
Hohenzoller. Sufre una alergia que su médico califica de
sicosomática. Le comenzó al recibir la noticia de la guerra. Esta
historia parece inventada, y como todas las de este artículo es
verdadera. Desde entonces cada bombardeo contra población civil la
empeora. Cada conteo de niños muertos le aviva el escozor.
Alejarse de las pantallas no la alivia. La imaginación sigue
encendida. El sueño trae pesadillas que la piel recuerda como
erupción. Le digo que en su martirizado cuerpo tiene el remedio
para todas las guerras. Kirsten está en el deber de contagiar su
alergia al mayor número de personas. Yo le pagaría un pasaje hasta
Washington. Enfermedades estúpidas como la neumonía atípica se
propagan alegremente. El único padecimiento inteligente, que no es
enfermedad sino remedio, la aflige a ella sola en un mundo que
necesitaría que a los criminales que hacen la guerra les picara la
piel en lugar de la conciencia que no tienen.
Calvario con Ley de Hacienda Estadal
Estalla la guerra contra Venezuela. En 1983 agentes enemigos
camuflados como políticos la hieren mortalmente al lograr que
Estado, gobernaciones, municipios, institutos autónomos, empresas
públicas y fundaciones contraigan una demoledora deuda de 27
millardos de dólares y se la carguen a la Nación. Resultado:
pueblo en la miseria, instituciones desmanteladas, sangría anual
en intereses.
Revienta la batalla para desintegrar Venezuela. Desde 1991
emperadores aldeanos, gobernadores imperiales, reyezuelos
municipales y déspotas en alpargatas inventan 330 nuevos
municipios cada uno dotado de burocracia incosteable y policía
propia para utilizar como ejército privado en guerras internas
entre Zulia y Mérida, Carabobo y Sucre, Lara y Yaracuy,
Metropolitana y Polisucre, Polibaruta y Polichacao contra todo el
mundo. Consecuencia: la anarquía.
Detona la campaña final para rematar Venezuela. Endeudadores y
federalizadores agazapados en la Asamblea Nacional disparan el
arma de aniquilación masiva llamada Ley de Finanzas de Hacienda
Pública Estatal. El proyecto autoriza a cada Estado a cobrar
impuestos y guardárselos. Efecto: más nunca el gobierno nacional
podrá coordinar ni financiar ningún plan, sea educativo,
sanitario, de vialidad o de seguridad y defensa. La cabeza nuclear
autoriza a cada gobierno regional a contraer nueva deuda pública a
voluntad. Resultado: triplicación en pocas horas de la deuda
actual, argentinización de Venezuela.
Judas prepara su beso aplicándose en los labios pintura de Ley
de Hacienda Pública Estadal.
Calvario con impuestos
Venezuela acaba de firmar otro Tratado contra la doble
tributación, esta vez con España. Con ella van quince países –
comenzando por Estados Unidos– cuyos ciudadanos y empresas quedan
exonerados de pagar la totalidad o gran parte de los impuestos que
nos deben por ganancias obtenidas en Venezuela. Los venezolanos sí
debemos proporcionarles nuestros recursos y costearles con
nuestros impuestos incrementados los servicios públicos, la
seguridad jurídica y la educación, la salubridad y la seguridad
social de los trabajadores. Anuncia la prensa que cerca de 50.000
venezolanos piensan nacionalizarse españoles. Son 50.000
contribuyentes que perderá nuestro Fisco. En nuestro país hay dos
tipos de contribuyentes: los extranjeros, que no pagan, y los
venezolanos, que tendremos que pagar por nosotros y por ellos
hasta que recordemos que este país es nuestro.
Calvario con OPEP
Los primeros muertos de la guerra de Irak cayeron en abril en
Venezuela. La guerra comenzó antes de lo que muchos piensan, y
durará más de lo que la mayoría imagina. El conflicto se desata
contra la OPEP. Se intentará quebrarla inundando los mercados con
petróleo iraquí. Se tratará de revertir sus nacionalizaciones,
desestabilizar sus gobiernos, monopolizar la mayoría de sus
reservas para luego estrangular energéticamente al resto del
mundo. La contienda se desata contra la Unión Europea, cuyo
producto interno bruto casi iguala al de Estados Unidos, cuyo euro
se revalúa frente al devaluado dólar. La ofensiva se dispara
contra China, cuya economía presenta tasas de crecimiento de más
de 8 %. La conflagración se apunta contra Rusia, gigante en vías
de recuperación y posible aliado de europeos y chinos contra el
nuevo poder unipolar. La agresión se desencadena contra los
islámicos, cuyos gobiernos serán los primeros desestabilizados,
cuyos fundamentalismos serán perseguidos policíaca y militarmente.
La beligerancia se declara contra cualquier país del Tercer Mundo
que tenga recursos, biodiversidad o mano de obra barata.
Calificamos triplemente. Contra todos avanza el bloqueo
energético, financiero, mediático y militar.
Calvario con invasión
Bloquean tu país, te embargan sus fondos en los bancos
internacionales, te imponen inspectores que verifican que no
tienes cómo defenderte, te bombardean los niños, te masacran las
mujeres, te arrasan las ciudades, roban tu patrimonio histórico,
falsifican tu información, insultan tus costumbres, tu cultura, tu
religión, te imponen un gobierno militar de ocupación, se reparten
tus riquezas. Piensas que este Calvario no te afecta porque les
ocurre a otros. Lo que dejaste hacer a tu prójimo te lo haces a
ti. Existe el infierno, y consiste en que en esta vida padeceremos
los calvarios a los cuales pretendimos permanecer indiferentes.
Calvario con lluvia
La buhonera bajo la primera lluvia cubre con un plástico su
cajón que quién sabe qué pacotilla ofrece. A fuerza de fealdades
parecen también de pacotilla la ciudad que nadie compone, y la
vida que nadie sabe si se resolverá aunque sea por este día. La
buhonera sonríe, y es su fea sonrisa lo único que no parece
pacotilla.
20 de abril de 2003
- o -
PESADILLAS
Pesadilla con buenos y malos
Los buenos de la película quieren quitarles a los malos el
petróleo, el agua dulce y la biodiversidad.
Los malos de la película son malos porque no quieren dejarse
quitar su petróleo, su agua dulce ni su biodiversidad.
Los buenos de la película invaden los países ajenos.
Los malos de la película defienden su país invadido.
Los buenos de la película envían a la ONU para que verifique que
los malos no tienen armas de aniquilación masiva.
Los malos de la película son masivamente aniquilados después que
la ONU certifica que están indefensos.
Los buenos de la película no suscriben convenciones sobre
Derechos Humanos.
Los malos de la película son invadidos en nombre de los Derechos
Humanos.
Los buenos de la película son humanitarios porque tiran
explosivos desde bombarderos.
Los malos de la película son terroristas porque tiran explosivos
a mano.
Los buenos de la película son inocentes aunque se demuestre su
culpabilidad.
Los malos de la película son culpables aunque demuestren su
inocencia.
Los buenos de la película amenazan con castigar como criminales
de guerra a quienes saboteen las instalaciones petroleras a las
que ellos quieren ponerle mano.
Los malos de la película no pueden ponerle ni la mano a quienes
sabotean sus instalaciones petroleras.
Los buenos de la película obligan a todo el mundo a aceptar su
papel moneda, que no está respaldado por nada.
Los malos de la película no pueden emitir papel moneda sin
respaldarlo con papel moneda de los buenos, que no está respaldado
por nada.
Los buenos de la película garantizan la libertad informativa
secuestrando y despidiendo periodistas, deteniendo manifestantes,
censurando sus propios medios y bombardeando los ajenos.
Los malos de la película son tratados de malos en los medios
censurados.
Los hombres, las mujeres, los niños no son buenos ni malos, sino
victimarios o víctimas, asesinos o asesinados en una película que
seguirá siendo atroz mientras continuemos siendo sólo espectadores
en vez de escribirle el guión y dirigirla.
Pesadilla con petróleo
En la estación de gasolina de la gran potencia repentinamente un
surtidor comienza a llenar el tanque con sangre. Surtidor tras
surtidor de alto octanaje sangra glóbulos rojos. Lo mismo sucede
con las grandes mangueras del combustible diesel y con las latas
de aceite que una vez perforadas derraman líquido encarnado. Pasa
igual con los tanqueros cuyos depósitos sólo contienen un plasma
bermejo. El oro rojo llena oleoductos y contamina derivados. Los
orificios del gas de la calefacción sangran líquido rubí y poco a
poco la contaminación misma del cielo sobre los rascacielos toma
un tono carmesí que llueve gotas purpúreas. Casi no hay maquillaje
que no contenga petróleo y todos dejan sobre los rostros
cuajarones colorados. También los plásticos del moblaje y los
tejidos sintéticos de las ropas y el asfalto de las vías y el
caucho artificial de empacaduras y neumáticos morosamente
enrojecen, palpitan. En los tanques de aeroplanos y bombarderos el
combustible se hace viscoso y deja en las nubes estelas purpúreas.
Las medicinas químicas los condimentos artificiales los colorantes
sintéticos del papel moneda se convierten en los fluidos vitales
derramados para robarlos, ante la indiferencia de la mayoría de
los consumidores que se acostumbran o quizá han estado siempre
acostumbrados hasta que poco a poco la gran potencia deja de
palpitar coagulada en el último diluvio de sangre.
Pesadilla con parafina
La gran potencia sin petróleo con sus superarmamentos asesina a
los pueblos de los pequeños países para robarles los yacimientos
de petróleo, sin creer los rumores de que disponen del arma para
aniquilar a la gran potencia, la cual inunda sus oleoductos
refinerías maquinarias vehículos con el petróleo robado, cuando
repentinamente llega la noticia de que poco antes de la guerra fue
sustraída de los laboratorios israelíes la bacteria que devora
petróleo y derivados y los convierte en parafina y apenas los
servicios secretos de la gran potencia se rompen la cabeza para
adivinar dónde puede haber ido a parar la bacteria todos los
oleoductos, los yacimientos, las refinerías, las maquinarias, las
reservas de la gran potencia y del mundo se paralizan y babean una
catarata de inútil parafina.
6 de abril de 2003
- o -
HISTORIAS DE LA GUERRA
Comprende a tu enemigo
Comprende a tu enemigo, dice el instructor, comprende a tu
enemigo. No basta con bombardearlo, compréndelo, sólo así lograrás
la victoria. No basta la destrucción hasta los huesos de los
niños. No bastan los campos arrasados ni las madres calcinadas, no
bastan, porque son fanáticos, porque después de muertos mil veces
seguirán siendo enemigos.
Hoy he descargado cinco tiros en la cabeza de mi instructor.
Comprendo a mi enemigo.
Pequeño error
Debido a que el gasto armamentista no permite invertir en buenas
escuelas los hijos de los yanquis no saben geografía.
Por tal motivo, la primera misión contra Bagdad se confunde y
arroja todas sus bombas sobre Washington, DC.
El botón
El botón para empezar el Holocausto debe estar en algún sitio de
la Tierra, disimulado como un botón normal. Desde que lo sé tengo
fobia a los botones. Aprieto el botón del timbre del siquiatra. La
primavera se enciende en un millar de capullos nucleares.
Máquinas bélicas
La máquina analítica de la táctica y la estrategia antes de
empezar la guerra notifica a cada soldado y a cada baja civil el
día y la hora y el segundo de su muerte.
La máquina de la guerra intrapersonal estimula a cada órgano
para que pelee contra los demás órganos del mismo organismo hasta
la muerte o la victoria que es también la muerte.
La máquina de la guerra considera que los humanos de su propio
bando no son lo suficientemente inteligentes para hacer la guerra
y los destruye para sustituirlos por máquinas de guerra.
La máquina de la guerra del bando contrario deduce que los
humanos que quieren hacer la guerra no son lo suficientemente
inteligentes y los aniquila para sustituirlos por máquinas que no
hacen la guerra.
De terror
Soy el jefe de la potencia armamentista más poderosa de la
Tierra; tengo en mis manos el botón para destruir el mundo y
primero destruiré como terroristas a quienes no me apoyen.
Para acabar de una vez con las guerras
Abre sus puertas la gran fábrica de fusiles que disparan por la
culata.
23 de marzo de 2003
LA GUERRA
Antes
Veo la guerra al revés, ¡oh! qué alegría
De los incendios nacen arboledas
Se juntan los dispersos miembros de los niños
Los ojos reviven y sorben las lágrimas
De las ruinas renacen triunfalmente las moradas
El hierro escapa de las carnes y éstas cierran sus heridas
Las bombas huyen a lo alto y de cada cráter brota una flor de
vida
Las tropas retroceden, retroceden
Los armamentos vuelven al acero
Los enamorados convierten sus separaciones en encuentros
Veo la guerra al revés y mi cuerpo
Sigue atado a la guerra normal, que comienza
Durante
Los países dominantes construyen un Complejo Militar Industrial
que convierte en armamentos toda la riqueza que la humanidad crea.
La humanidad desarrolla un Sencillo Civil Humanitario que
convierte en riqueza todos los armamentos que los guerreristas
elaboran. La construcción de un solo bombardero consume los
recursos que se habrían podido emplear en diez mil escuelas. El
Sencillo Civil Humanitario convierte el bombardero en diez mil
escuelas nuevas completas olorosas a tiza. Con la décima parte de
lo que se gasta en la industria armamentista basta para
desaparecer toda la pobreza del mundo. La aplicación del Sencillo
Civil Humanitario a la industria armamentista basta para hacer
diez veces más ricos a quienes alguna vez fueron pobres. El
Complejo Militar Industrial prepara la Máquina del Juicio Final
para destruir al Sencillo Civil Humanitario. El Sencillo Civil
Humanitario crea al Ser Humano para destruir al Complejo Militar
Industrial. Comienza la cuenta recesiva. Nadie sabe quién ganará.
Después
Hay un universo paralelo en el que no hubo guerra y los niños
siguieron viviendo y los artistas siguieron creando y los
enamorados siguieron amando y a veces ese mundo se deja ver como
un espejismo en las ruinas del nuestro, para nuestro goce, para
nuestra desesperación, nuestra vergüenza.
23 de marzo de 2003
- o -
VISIÓN
Allá va, allá va el carretón de la muerte y en su tope los
usureros y en sus barandas los mercenarios que defienden a los
usureros y en sus entrañas la máquina que convierte la vida en
tanto por ciento y el dolor que quema la atmósfera y los
engranajes que trituran las especies y la avaricia que tarifa las
mentiras y la gran caja fuerte que guarda íntegramente la
propiedad sobre todo y sobre todos; allá va allá va, acomete y
devora y vende armamentos para producir guerras y produce guerras
para vender armamentos y traga recursos y vomita veneno; allá
acelera sus relojes que marcan la cuenta recesiva del Apocalipsis:
arremete allá el carretón estrepitoso con antenas que multiplican
el infundio hasta confundirlo con pensamiento y disminuyen el
pensamiento hasta hacerlo único, avanza estrepitosamente se
estremece se balancea y tras él las cacatúas los bendecidores los
legitimadores los apoyadores los arrendadores de silogismos los
alcahuetes de la pauperización las guacamayas de la intelección
los fragmentadores que separan ciencia de conciencia allá van los
sacerdotes de la tasa de cambio los pontífices del rédito los
arúspices del desvalijamiento los papas de la acumulación los
dioses de la bolsa los monaguillos de la venta al detal de los
escrúpulos los sepulcros ennegrecidos los templos de los
mercaderes los altares del genocidio; allá reptan tras las migajas
los miméticos los amansados los domados los integrados los
domesticados los cotizados los conversos los arrepentidos los dos
veces fallecidos los conformes y los conformados los que no están
vivos sino mal embalsamados allá se contuercen allá trepan allá se
desploman
Allá va el poder que garantiza el hambre allá irrumpe la
prepotencia que quita prestaciones y arrebata pensiones allá va la
religión del salario mínimo y el beneficio máximo allá van los
exprimidores de la economía informal las moledoras de la maquila
allá van los fondos de pensiones que dejan a todos sin pensiones y
sin fondos; allá va la bomba que succiona el impuesto al
desarrapado y lo perdona al gran monopolio extranjero; allá
embiste el carretón de la riqueza para uno y la miseria para
todos; avanza, se atasca, trepida, arremete, allá va allá corre
rodando sobre la alfombra de las víctimas que defienden el
engranaje que las aplasta; allá zigzaguea hacia el futuro
deshabitado desde que impera el decreto de que no hay futuro;
centellas misiles y bombas inteligentes y lluvias de fuego apunta
y dispara contra toda rebelión; el acto mismo de no darle
megabeneficios es ya rebeldía; la intención de respirar
gratuitamente es insurgencia; allá acelera el carretón de los
menos sobre el consentimiento de los menos que menos: ensucia,
envenena, empuerca, prostituye, bufa: expele titulares: sobre sus
torretas lanzallamas monta patíbulos: por sus escapes vomita todo
lo noble comercializado vulgarizado banalizado: allá va el
carretón que mata, el carretón que invade, el carretón que
especula, el carretón que divide e impera: no hay más, no puede
haber más dicen los proxenetas: el carretón es lo único: sus
ruedas que trituran pavimento lubricado por médulas: sus fauces
que se alimentan del padre que traiciona al hijo y del hermano que
vende al hermano y del humano que mercadea al humano: allá va el
carretón remodelando su imagen; lifting, marketing, motivational
research pintarrajean las fauces de acero inoxidable y el
pensamiento de pedernal: podre y plaga eructan sus scanners y el
enjambre de satélites y de telarañas mediáticas que confiscan la
idea; allá va, allá acelera el carretón en el cual todos quieren
estar instalados y que deja a todos afuera; allá embiste la
carreta que plagia: allá va el carromato que miente; allá va la
carroza que usurpa; allá va el ojo que degrada y la pupila que
sólo mira el bestseller y quita todo a todos menos la autoayuda;
allá van los bastardos del titular y los ratones paridos por la
pantalla chica; allá va el rating que prohíbe los trinos y el
altoparlante que confisca los silencios, allá prolifera el ruido
que ahoga todos los sonidos y el slogan que devora lo imaginario.
Allá pasan los anzuelos los señuelos las promesas emperifolladas
de muerte; allá se desplazan las listas negras los decretados
silencios las censuras los comités de la inquisición empresarial;
allá marcha el silogismo uniformado decapitando pueblos con la hoz
de la microfísica; allá van las antorchas que queman el velo
protector de los cielos y reformulan el porcentaje de las bajas
aceptables; allá va el privilegio, allá va el prejuicio, allá van
los servidores del carromato que se devoran unos a otros y escupen
los desechos sobre los que desfallecen; allá va el segador que
devora a quienes devoraron a cuantos se dejaron devorar; allá va
el carretón ya a punto de hacer a todos propietarios de nada y a
la nada propietaria de todos; allá apuntan contra la frontera del
milenio; allá embargan las centellas del firmamento y subcontratan
el aliento y mercan el latido mientras en los agotados cielos
espían las constelaciones del mal y la carroza de la nulidad se
abisma en la nada que ella misma procrea
Un gallo canta y todos los seres se convierten en soles un sol
canta y va desapareciendo la fiebre o quizá la fiebre persiste y
voy desapareciendo
23 de diciembre de 2000
- o -
GOLPE MEDIÁTICO Y DICTADURA VIRTUAL
Cacerolas
Durante décadas la vida caraqueña pareció un tango: Silencio en
la noche, ya todo está en calma, el músculo duerme, la ambición
descansa. Sólo se oían disparos, que garantizaban el descanso
eterno a quien turbaba la paz sindical o intelectual.
Pues antes no había cacerolas, sino sartenes y ollas. A los
primeros los tenía por el mango el bipartidismo, y las populares
ollas estaban como calladas a pesar de que se morían por resonar
porque no tenían nada adentro.
La primera marmita que escandalizó fue chilena, olla podrida que
en 1973 llamó a la CIA para que asesinara a Salvador Allende,
sepultó a la mitad de sus compatriotas en la pobreza y a la otra
mitad en el estadio.
Después del 27 de febrero las baterías de cocina de los ranchos
enfrentaron las baterías de fuego del puntofijismo al grito de
¡Pueblo, escucha: ésta es tu lucha! ¡Pueblo, colabora, suena tu
olla ahora!
Y es que la cacerola es una olla participativa, opinadora de
oficio, activista, olla refractaria a cualquier guiso, que sube
cerro y brinca barranco sin temor a los tropezones.
Nunca se vio en el fuego al puchero sifrino, teflón mayamero
decorativo de la cocina americana cuya dueña ni lo toca aunque a
cada rato la agarran con las manos en la masa.
Tampoco se quemó el pecho durante décadas cierta cazuela
intelectual, ni resonó mientras acompañaba a su dueño de
restoranes de haute cuisine a templos de cuisine nouveau en
sacrificadas misiones diplomáticas por la ruta del Chanel: Madrid,
Roma, Londres, París.
En cuarenta años nunca dio una nota destemplada la quinta paila
sindicalera, demasiado ocupada en repartirse con los patronos las
presas del sancocho de la ilegalización de huelgas y el robo de
prestaciones sociales.
La marmita puntofijista fue sólo tapadera que durante cuarenta
años pretendió que no pasaba nada en el país, para estallar en
pedazos como olla a presión de tanto freír al pueblo para
servírselo a Fedecámaras.
Dijo Santa Teresa de Jesús que Dios anda en los cacharros de la
cocina, pero nunca repicaron por los pobres las calderas ahítas de
patronato eclesiástico de los curitas de misa y olla.
Como las señoritas de antaño, que recibían serenatas en sus
balcones, estas escudillas suntuarias ahora dan conciertos desde
sus ventanales, tañidas delicadamente por la cachifa a quien la
patrona dice vaya y percútame ese utensilio pero con extremo
cuidado no me le vaya a rayar el cromo mire que se lo descuento
del sueldo.
La verdad es que a cada tequichazo todas envidian a la olla
virtual, a la olla CD que desde decodificadores láser mediante
ecualizadores digitales con circuitos DVD y amplificadores
cuadrafónicos monopoliza a control remoto todos los oídos sin
jamás haberle quitado el hambre a nadie. A la hora de montar la
olla, así como transmite el cacerolazo que no está siendo tocado,
difunde la noticia que no sucede y el país que no es, sin
importarle que en realidad no haya nada en dos platos. Este es el
repique único de la Única Olla del Pensamiento Único, que quiere
sancochar al planeta en un caldo global de jugadas financieras y
especulaciones bancarias en el cual no se le vea la sustancia al
hervido.
Bienvenido el escándalo, pero hay que afinar el oído para
distinguir entre las cacerolas de la turba, que se cansó de que
todos la representaran, y el utensilio culinario de la sociedad
civil, que no se cansa de decir que representa a todos. Las
primeras son demasiadas y se conforman con poco, la segunda es muy
poca y no se conforma con demasiado. Claman la una por el golpe y
las otras por los tres golpes.
Algo se está cocinando.
2 de febrero de 2002
- o -
TURBA Y SOCIEDAD CIVIL
Hombres y mujeres nacen iguales, pero el sistema y los medios
los dividen entre sociedad civil y turba. De ambos axiomas se
desprenden consecuencias precisas.
Digamos: sociedad civil pasando hambre, dieta. Turba pasando
hambre, costumbre.
Sociedad civil en paro, civismo. Turba huelguista, flojera.
Sociedad civil que aplaude a militar, civilista. Turba que
aplaude a ex militar, caudillista.
Sociedad civil que exporta capitales, libertad económica. Turba
que paga el alza de precios: improductiva.
¿Se fijan qué fácil es ser reclutado por el lugar común? El
chiste racista y la propaganda sifrina deben su eficacia a que
nadie quiere identificarse con el perdedor. Pero empezamos a
perder desde el momento en que pensamos con las categorías del
enemigo. Ensayemos otra categorización y veamos qué pasa.
Por ejemplo: turba de más de veinticuatro millones: soberano.
Sociedad civil de menos de mil: Fedecámaras.
Turba que ahorra: clase media. Sociedad civil que roba los
depósitos: Fedecámaras.
Turba que estudia y se gradúa: clase media. Sociedad civil que
la despide masivamente: Fedecámaras.
Turba que vota por político: clase media. Sociedad civil que lo
compra: Fedecámaras.
Turba que crea pequeñas y medianas empresas: clase media.
Sociedad civil que se las quiebra: Fedecámaras.
Turba que hace producir fundos: clase media. Sociedad civil que
se los arruina con monopolios y agricultura de puertos:
Fedecámaras.
Turba que cobra y paga sueldos en bolívares: clase media.
Sociedad civil que los devalúa fugando dólares: Fedecámaras.
Turba que cobra tasas pasivas: clase media. Sociedad Civil que
cobra tasas activas: Fedecámaras.
Turba que acumula prestaciones: clase media. Sociedad civil que
se las reparte con la CTV: Fedecámaras.
Turba que sueña con techo propio: clase media. Sociedad Civil
que se lo embarga: Fedecámaras.
Turba que se esfuerza para conservar empleo: clase media.
Sociedad Civil que propone ley para que sólo exista trabajo por
horas: Fedecámaras.
Turba que hace funcionar el país: clase media. Sociedad Civil
que le hace imposible vivir en él: Fedecámaras.
Inexplicablemente, ovejas y clases medias no tienen reparos en
desfilar junto a sus verdugos. Puede ser que el gobierno no haya
desarrollado un proyecto creíble para esos dos millones de
profesionales, técnicos y afines a quienes se llama clase media.
Pero los gremios patronales aliados con los militares de derecha
sí tienen uno, aplicado durante tres décadas en el Cono Sur:
migración forzosa. Y no me canso de repetirlo: no tenemos país
petrolero donde emigrar. Por lo que me despido con tres perlas
cultivadas:
Turba: 27 de febrero. Fedecámaras: Viernes Negro.
Turba que quiere vivir como sociedad civil: clase media.
Sociedad civil que no la deja: Fedecámaras.
Si vieres a Fedecámaras, de la clase media en compañía, o
Fedecámaras le debe a la clase media, o la clase media es la
comida.
2 de marzo de 2002
- o -
¡SE ALZAN CON TU NEGOCIO!
Eres propietario único de un negocio. Ese negocio explota bienes
de tu exclusiva propiedad. De acuerdo con los estatutos nombras la
junta directiva. Tus empleados no aceptan tus nombramientos. Se
niegan a rendirte cuentas. Deciden sus propias prebendas y
participaciones. Amenazan con cerrar el negocio del que vives.
Dime tú, dueño de la más ínfima pulpería, del más modesto
periódico, del más encumbrado grupo económico si no pensarías que
estás soñando, o que tus empleados han decidido alzarse con lo
tuyo.
Te juro, compatriota, que no estás soñando. Eres uno de los 24
millones de venezolanos propietarios de Pdvsa. Esa compañía
explota el subsuelo, que también es tuyo. La empresa de la que
eres accionista único amenaza con matarte de hambre dejando de
extraer los hidrocarburos de los que eres único propietario. Un
puñado de gerentes considera que el petróleo y la empresa que lo
explota ya son exclusiva propiedad privada de ellos, y no del
resto de sus connacionales.
Para justificarlo alegan méritos. Muy imparciales deben ser para
calibrar excelencias que ellos mismos se atribuyen. Muy grandes
han de ser esos merecimientos para transferir a sus bolsillos la
reserva de hidrocarburos más grande del hemisferio y la segunda
transnacional del planeta. Sé que ninguno se ha ganado el Premio
Nóbel, ni ha sido canonizado. Tampoco son genios: no se necesita
ser superdotado para desplomar a 7 dólares el barril de petróleo.
No son desinteresados: pasa de 60% la porción de los ingresos de
Pdvsa que se guardan para ellos mismos. No brillan por su lealtad:
apenas dejan la empresa nacional, se emplean con la competencia, o
sea, con el enemigo. Su único plan es quebrar Pdvsa para
privatizarla. No pecan de apolíticos: desde su fundación, todos
estos directivos han sido nombrados por el Presidente de la
República. Uno de ellos, Giusti, además se candidateaba para
Miraflores en publicaciones financiadas quién sabe cómo. Mención
aparte se ganan organizaciones sindicaleras reputadas por la
subasta de plazas vacantes. Carlos Andrés Pérez, que las conocía,
hizo aprobar una norma que prohíbe los paros en las industrias
estratégicas.
A principios de los años 40 demostró James Burham en The
managerial revolution que los gerentes tienden a administrar en su
exclusivo beneficio las empresas que se les encomiendan,
considerándolas como propias en desmedro de los intereses de sus
verdaderos propietarios. La Constitución pauta que Pdvsa no puede
ser vendida, y ya algunos de sus directivos quieren
confiscárnosla. Recuperar para Venezuela la posesión plena de su
principal industria, instaurar en ella la transparencia y hacer
que rinda para el Fisco los beneficios que corresponden es el
desafío que enfrenta Gastón Parra Luzardo. O él gana, o todos
perdemos.
30 de marzo de 2002
- o -
BATALLA POR PDVSA
Los tres negocios más lucrativos en el mundo contemporáneo son:
el narcotráfico, los armamentos y los hidrocarburos. De ellos,
sólo el último es en parte controlado por países del Tercer Mundo.
De él depende en su totalidad el destino del llamado Primer Mundo.
Una guerra que no se atreve a decir su nombre se pelea hoy en
día para arrebatar al Tercer Mundo su precario dominio sobre las
reservas energéticas y confiscarlas para las transnacionales de
los países más desarrollados. Bombardean Afganistán para instalar
sobre sus ruinas oleoductos que surtirán a los europeos. Amenazan
extender el conflicto hasta Irak, Pakistán o Corea del Norte para
justificar una presencia militar permanente sobre las mayores
reservas de hidrocarburos del planeta. Invierten torrentes de
dólares en un complejo militar industrial destinado a bajar las
cotizaciones del barril mediante la intimidación. No hay choque de
civilizaciones, sino reyerta entre ladrones de petróleo.
En Venezuela se libra una escaramuza de esta Guerra Mundial, que
ganarán quienes se apropien de las reservas de hidrocarburos y de
las industrias que las explotan, y perderán quienes se queden sin
ellas. Una tras otra han sido ensayadas todas las estrategias para
quebrar Pdvsa y justificar su privatización. Primero se inundó el
mercado de petróleo hasta devaluarlo a siete dólares por barril.
Luego se elevaron los costos operativos hasta consumir más de 73%
de lo producido. Ahora se niega el derecho de la República de
nombrar su junta directiva, se intentan paros para defender los
privilegios de unos pocos gerentes de la Nómina Mayor, se sabotean
refinerías. Se llama veladamente al golpe o a la intervención
extranjera. José Toro Hardy declara en Venezolana de Televisión
que la Junta Directiva de Pdvsa debería estar integrada por
Fedecámaras.
Los promotores del paro amenazaron dejarnos sin gasolina, sin
gas, sin electricidad. De triunfar cumplirían, pero en forma
permanente. Si Pdvsa fuera privatizada, la demanda de los
consumidores del exterior tendría prioridad absoluta sobre la de
los venezolanos. El residuo que no se exportara se nos vendería a
precio internacional. Varias veces he denunciado que gracias a los
Tratados contra la Doble Tributación, los empresarios extranjeros
cancelan en sus países de origen la totalidad o gran parte de los
impuestos que nos deben por ganancias obtenidas en Venezuela. Un
leve retoque para eliminar de dichos tratados la cláusula que
excluye a los explotadores de recursos naturales, y nos
quedaríamos también sin impuestos. No sólo perderíamos nuestro
petróleo: también los dólares para comprarlo.
Quien da lo que tiene a pedir se queda. Se nos propone con
frecuencia que imaginemos a Venezuela sin oro negro. Nadie nos
desafía a prever un mundo sin hidrocarburos. En un planeta que en
pocas décadas agotará sus reservas de energía fósil, elijamos
entre ser príncipes o mendigos.
13 de abril de 2002
- o -
BARAJITAS REPETIDAS
Que levante la mano quien de niño no padeció bajo el poder de la
barajita repetida. Nos anunciaban en los quioscos el maravilloso
Álbum del Reino Animal y para completar el zoológico teníamos que
comprar setecientos u ochocientos cromos en sobre cerrado.
Así era: cerrado y sin derecho a pataleo. Allí no valía aquello
de devuélvame el dinero que ésta ya la tengo, ni lo de ahora
resulta que no me gusta. O la compras o la compras, sin derecho a
saber qué adquieres.
El resultado de aquel correo del azar era enteramente
previsible. Por lo regular terminábamos con doscientas barajitas
repetidas del repelente Mapache Algonquino y nunca conseguíamos el
Colibrí Irisado que nos faltaba.
La tiranía de la barajita repetida hacía florecer imperios de la
corrupción. Podía ser que la Garza Blanca alcanzara la injusta
cotización de doscientos peces espada. O que, al estilo Rosalinda,
hubiera que conquistarla en viciosos juegos de pared donde se
inició la mayoría de los apostadores compulsivos que hoy llenan
los casinos de Chacao, Baruta y El Hatillo.
El sobre cerrado y la barajita repetida fueron culpables de que
nunca estuviera completo el álbum de nuestra infancia ni el de
nuestra vida.
Comprenderá el lector por qué cada vez que veo un paquete
cerrado tiemblo, y por qué en los aeropuertos obedezco el letrero
que recomienda no aceptar encomiendas cuyo contenido no conocemos.
Ya no somos niños, y nadie puede obligarnos a comprar un
envoltorio lleno de algo que ignoramos. Desde que cumplimos la
mayoría de edad política sabemos que toda participación se
fundamenta en un proyecto, con etiqueta que advierta la
composición del producto y asegure que no tiene cancerígenos ni
causa efectos colaterales.
Ante el proyecto que me quiere vender una parte de la oposición
siento el mismo desasosiego que cuando niño experimentaba ante el
sobre cerrado. No dudo de las buenas intenciones del vendedor,
pero, ¿y si me sale el Gorila repetido?
¿No tengo derecho entonces a saber qué contiene el sobre
cerrado? ¿No me sale que los preparadores del paquete del
Septiembre Negro, del Octubre Horroroso o del Diciembre Abominable
me enteren del cromo con el que piensan llenar el álbum de mi
vida?
Durante cuarenta años el negocio del sobre cerrado se sostuvo
con la trácala de la barajita repetida; y nos calábamos la
barajita repetida porque venía en el sobre cerrado.
¿Y si me toca de nuevo el Escorpión Venenoso, o sea el plan de
privatizar Pdvsa? ¿Y si reinciden con la Rata Pestífera, vale
decir, el autoritarismo ordinario? ¿Si reestrenan el Buitre
Carroñero de la dictadura patronal? ¿Si resucitan la Solitaria
Parásita, vulgo discriminación social? ¿Si reciclan la Cuaima
Venenosa, alias privatización de la Educación, de la Salud y de
las Pensiones? ¿Si salen otra vez la Sanguijuela Viernes Negro, la
Hiena Crisis Bancaria, la Araña Mona devoradora de créditos
indexados, el Gusano Cogollo, la Langosta Bipartidista? ¿O una vez
más el Gorila Repetido, y el Gorila Repetido, y el Gorila
Repetido?
No, gracias. Así será ese programa, que no se atreven a
publicarlo. Si se trata de otra cosa, deberían proponérmelo en
sobre abierto, con nombres, listas, planes, proyectos, metas,
pelos y señales. Para ello disponen de todos los medios de
comunicación y de todo el tiempo del mundo. La trampa cazabobos y
el sobre cerrado se parecen en que sólo nos enteramos de su
contenido cuando ya es demasiado tarde.
POST-DATA: Un gran saludo para mi fraternal amigo Augusto
Hernández. Juntos aprendimos periodismo en condiciones difíciles y
sabemos que la única forma de ejercerlo es sin complacencias.
Seguiremos leyéndote, o adivinándote.
12 de octubre de 2002
- o -
EL DISCRETO ENCANTO DE LA OLIGARQUÍA
Uno no debería contar películas, salvo cuando las películas lo
cuentan a uno. De la novela cumbre de Patricia Highsmith se han
filmado por lo menos dos obras maestras: A pleno sol, dirigida por
René Clement, y El talentoso mister Ripley, por Minghella. Hace
poco vimos en la última de ellas a un marginal de clase media, el
mimético mister Ripley (Matt Damon) imitar minuciosamente al rico
heredero Dickie Greenleaf (Jude Law) con la ilusión de convertirse
en él. El imitativo mister Ripley espía de lejos el rostro de
Dickie y dice: ésa es mi cara. Envidia el velero de Dickie y
añade: éste es mi yate. Se entera de que su modelo ha estudiado en
Princeton, y le miente: ésa es mi universidad. Investiga qué
música ama Dickie, y lo engaña: ésa es mi música. Se hace invitar
a la mansión de Dickie y piensa: ésta es mi casa. El advenedizo
mister Ripley usa a escondidas la ropa de Dickie, los zapatos de
Dickie, el anillo de Dickie, copia abiertamente su voz, su
apariencia, su firma.
¿Por qué acepta este engaño el engreído Dickie? Como todo
oligarca, acaricia la ilusión de ser admirado por algo distinto de
su fortuna. Ignora que la imitación es el culto más repulsivo que
la indigencia rinde al dinero. Fascinado o asqueado por este bufón
o este espejo, el heredero Dickie no deja de marcar la diferencia:
Ripley, no estás bronceado. Ripley, no puedes timonear un velero.
Ripley, no sabes esquiar. Ripley, usas chaqueta de corduroy en
Italia. Ripley, quítate mi ropa. Ripley, definitivamente no has
estudiado en Princeton.
Ciego y sordo ante tales advertencias, el ambicioso mister
Ripley se le declara a su modelo en diáfanos términos: amo tu
estilo de vida. Creyendo que el hábito sí hace al monje, aprovecha
un paseo en bote para proponerle vivir juntos, compartir ese
estilo de vida equiparable a una aventura amorosa. Basta tal
insolencia para que caigan las máscaras. ¡Ripley, no te conozco,
eres un fastidio, un arribista, un don Nadie!, le espeta el
ofendido oligarca. El vengativo mister Ripley le parte la cabeza a
su ídolo a golpes de remo, y con el traje y los documentos de su
víctima inicia un patético intento de hacerse pasar por él.
La principal artimaña del poder es hacer creer a los esclavos
que pueden convertirse en los amos remedando sus gestos. Para
convencer a la clase media de que es lo mismo que la oligarquía
existen liturgias tan persuasivas como la revista Hola, los
partidos de derecha, algunos medios. Sólo a través de estos
mecanismos de instigación de la esquizofrenia social se explica
que tanta baja clase media, tanto sindicalero, tanto politicastro
de medio pelo, imaginándose ser Pedro Carmona Estanga, se
movilizara para asesinar al orden institucional y a cuantos lo
defendieran.
Los talentos combinados de Patricia Higsmith, de René Clement y
de Minghella no bastarían para plasmar la escena de ruptura que
ocurre cuando Pedro Carmona Estanga, llevado al poder por sus
talentosos golpistas, sindicaleros y sicarios, se dedica a marcar
la diferencia. Y qué diferencia: ¡Trabajadores y clase media!
Contad con la pérdida de la estabilidad laboral y los créditos
indexados, aun siendo inocentes. ¡Militares! La Defensa está a
cargo del traficante de armas Isaac Pérez Recao y de sus milicias
caucásicas, entrenadas en un país extranjero. ¡Médicos! A trabajar
como maquiladores para las aseguradoras de pensiones. ¡Mujeres!
Vuestro puesto está en el gabinete, pero en el de cocina. ¡Medios!
Os sale censura en pago de favores recibidos. ¡Frijolito júnior y
políticos electos! Renunciad a vuestras investiduras. ¡Carlos
Ortega! Usted no estudió en el San Ignacio de Loyola. ¡Alfredo
Peña! Usted huele a huevos chimbos. ¡Gabriel Puerta! Si te he
visto no me acuerdo. ¡Francisco Arias Cárdenas! Usted no tiene
sangre azul. ¡Julio Borges! Usted es un farandulero que no se
compara con mi numen jurídico, el constitucionalista Allan Brewer-
Carías. Luis Pedro España: ¿Quién le dijo que se mudara de la UCAB
para Miraflores? ¡Eso no es posible! Guaicaipuro Lameda: despídase
de la comisión por la venta de Pdvsa, porque ese negociado nos lo
reservamos Pepe Rodríguez Iturbe y mis condiscípulos del Opus.
Todos fueron por el pastel y perdieron su tajada. Cayeron sobre
la piñata sólo para descubrir que la piñata eran ellos. De
casualidad la flamante junta no les frió las cabezas en las
cacerolitas que llevaban meses tocando. Una vez más el
decepcionado mister Ripley desenmascaró el verdadero rostro de la
oligarquía neoliberal con la que había creído confundirse.
Plutocracia pretoriana, la llamó un adeco desencantado. O, como
dirían los centenares de miles de bolivarianos que salieron
inermes a restablecer la institucionalidad: no orina para que la
tierra no chupe. Verdaderamente afortunado fue que irrumpieran en
Palacio y detuvieran a Pedro Carmona Estanga antes de que una
turba de despechados mister Ripley le partiera a su ídolo el
cráneo a golpes de remo y huyeran disfrazados con sus ropas para
seguir el patético intento de hacerse pasar por él.
EPÍLOGO: Pedro Carmona Estanga reposa en su palacio a las pocas
horas ser detenido in fragante en el secuestro de centenar y medio
de ciudadanos, la destrucción violenta de la democracia y el
sabotaje de la industria petrolera al costo de la pérdida de una
cincuentena de vidas y centenares de millones de dólares. Casi
tres meses estuvo secuestrada en la Disip Lina Ron, acusada sin
pruebas de haber instigado a romper un parabrisas. En Venezuela
hay dos justicias, o mejor dicho: dos injusticias.
27 de abril de 2002
- o -
AUGE Y CAÍDA DEL GOLPE MEDIÁTICO
Los venezolanos inauguramos tres experiencias históricas
trascendentes. El 19 de abril de 1810, la independencia
latinoamericana. El 27 de febrero de 1989, la primera rebelión
masiva contra el Fondo Monetario Internacional. En la semana que
concluye el 13 de abril padecimos y vencimos el primer golpe
mediático.
Escribo atropelladamente mientras transcurre la semana más larga
de la década. La nómina mayor de Petróleos de Venezuela (Pdvsa)
empresa de propiedad exclusiva del Estado, rechaza una directiva
nombrada por su único accionista, se niega a rendirle cuentas,
convoca a huelga, sabotea algunas plantas. La federación de
patronos (Fedecámaras) llama a un paro nacional para el martes 9.
La Confederación de Trabajadores de Venezuela (que no representa
ni al 17% de la fuerza laboral, y en cuyas últimas elecciones
desaparecieron la mitad de las actas y la otra mitad resultó nula)
se une al paro patronal. El martes 9 y el miércoles 10 camino por
la ciudad. Verifico que medios de transporte, metro, bancos,
comercios, farmacias, institutos educativos, industrias funcionan
en un 80%. Las televisoras privadas y parte de la prensa imponen
un paro virtual. Transmiten a las nueve de la mañana calles
desiertas filmadas de madrugada, centros comerciales cerrados por
sus dueños, y reducen Venezuela a unos dos millares de
manifestantes que apoyan a la nómina mayor de Pdvsa. El embajador
estadounidense Shapiro y los representantes de la Venezuelan
American Chambers se convierten en estrellas mediáticas de las
transmisiones.
El jueves 11 la oposición convoca por los medios a una marcha
hacia el Este. Alguien hace circular el rumor de que Chávez ha
caído. Culmina una campaña que durante años incita públicamente a
los militares a la rebelión y celebra como héroes a los
uniformados disidentes. El presidente del gremio de patronos y el
de los sindicaleros desvían la nutrida multitud de clase media
contra el Palacio de Miraflores. Una gran muchedumbre de
partidarios del gobierno rodea el palacio. Chávez empieza a hablar
por televisión en cadena. Las televisoras privadas le superponen
sus propias imágenes, cortan la cadena. Las policías de los
alcaldes opositores Alfredo Peña y Capriles Radonsky interfieren
en las marchas. Suenan disparos. Caen manifestantes con certeros
balazos en la cabeza. Como titula El Nacional del viernes 12, “Las
primeras bajas fueron del oficialismo” (Página D-4). En El
Universal del día siguiente varios heridos testimonian: “La
Policía Metropolitana apuntaba a mansalva a todo el mundo” y “era
un Policía Metropolitano que me sacó de la camioneta donde venía,
me tiró al piso y me disparó” (Página 4.4). La marcha se
transforma en caos. Centenares de partidarios del gobierno reptan
en el puente de Carmelitas, eludiendo la balacera. Tres de ellos
la contestan. El diputado Juan Barreto denuncia que gran parte de
los muertos son chavistas. Las televisoras los presentan
exclusivamente como opositores.
Aparecen en los medios militares que se pronuncian contra el
gobierno. Un piquete toma la televisora del Estado y la deja sin
señal. Otro contingente ocupa Miraflores, secuestra a Chávez,
informa falsamente que el mandatario renunció. También anuncian a
los venezolanos que Pedro Carmona Estanga, jefe del gremio
patronal de Venezuela, es su nuevo presidente.
Dijo Montesquieu que todo estaría perdido si una sola persona
concentrara el poder Legislativo, el Ejecutivo, el Judicial. Pedro
Carmona Estanga, personaje con un extraño parecido al señor Burns,
el patrono de Homero Simpson, acapara además el poder económico y
el mediático. Lo único que le falta es declararse Dios. Tal cúmulo
de potestades no lo conoció Luis XIV ni lo anticipó George Orwell.
A tal neoliberal, tales medidas. En las primeras horas de su
reinado, Carmona el Breve viola la Constitución sancionada por
voto popular, desmantela los poderes públicos, encierra centenar y
medio de representantes y gobernadores electos (en tres años
Chávez no había tenido un solo preso político). Esa misma noche
anula las medidas que restringen la usura sobre los créditos, y
hombres armados desalojan campesinos de las tierras repartidas por
el gobierno y queman sus viviendas. Es el último engendro postmo:
el empresario que intenta gobernar sin la mediación de los
políticos: el capital que sustituye los mediadores por los medios.
Al amanecer hablo con gente del pueblo. Recurre una frase: “Es
como si se nos hubiera muerto un familiar”. Una anciana negra
resume su estado de ánimo: “Hasta Dios nos abandonó”. Pero el
pueblo abandonado no se entrega. La noche del viernes 12 una
muchedumbre desarmada cerca Fuerte Tiuna, donde se dice que está
prisionero el presidente. Ni lacrimógenas ni disparos al aire la
dispersan. El sábado 13 multitudes inermes copan Miraflores, la
ciudad, las capitales de los Estados del país. La policía del
alcalde opositor Alfredo Peña les dispara, acumula en pocas horas
9 muertos. Bajo la presión de las masas desarmadas, grupos
militares respaldan la Constitución Bolivariana. Un pueblo privado
de dirigentes por una camarilla militar revierte la situación en
pocas horas. Son liberados los ministros, que reinstauran el
imperio de la Constitución. La telefonía celular corta sus redes a
las cuatro de la tarde, en un intento de impedir la comunicación.
Enormes muchedumbres rodean las televisoras. Los medios que las
quisieron dejar sin voto las transmiten sin voz. Las televisoras
privadas desaparecen a Venezuela de sus pantallas. Durante esa
noche y el día siguiente sólo exhiben películas, dibujos animados,
un partido de fútbol. El avestruz del poder mediático sepulta su
cabeza en videos importados. Cegándose, quiere cegarnos. Quieren
que no veamos: nadie los ve. De esta semana estremecedora todos
debemos extraer lecciones. Ojalá los medios que quisieron ser el
mensaje aprendan que golpe mediático sólo impone dictador virtual.
14 de abril de 2002
- o -
CARACAS EN TIEMPOS DEL PARO
Lava el sol de diciembre las calles mejor que la lluvia. Visita
uno la ciudad como a una vieja parienta que uno no sabe cómo va a
recibirlo.
Ruedan busetas consteladas de rótulos como buhoneros de rutas.
Avanzan en el tráfico con pausas de procesión que carga al santo
milagroso de la madrugada.
Con gesto unánime de Cirineos alzan los obreros en hombros la
cruz traqueteante de las santamarías. En San Agustín ya el señor
de la gorra exhibe el termo y la cava con las empanadas de cazón
para el desayuno de acera que nunca termina de pasear por el
cuerpo.
Progresamos en la liturgia peatonal de cada día. En los altares
plateados de sus ventanales las busetas adoran al Ánima de Pica-
Pica, al Divino Niño, al Ánima de Taguapire. El incensario del
escape eleva los vapores del espíritu hasta el cielo de los
autoperiquitos.
¿Cuándo terminará el soliloquio absorto de la mamá con la bebita
sobre lo mal que se porta, y el embeleso con que adorna a la
malvada con lacitos de santa? ¿Quién resiste al orador que pide
colaboración para salvar a la juventud mediante la venta de un
cartón de carretes de hilo, una tijera, un surtido de agujas?
Admira uno cómo tantas casitas con remiendos sórdidos guardan en
los balcones la sonrisa de las macetas floridas. Allá en el puesto
de frutas la muchacha rizada le pinta las uñas del pie a una Venus
negra mientras la aguja de la balanza vibra emocionada.
En Santa Rosalía trepidan talleres mecánicos que con sus viejos
tejados parecen más bien caballerizas. Con qué guiño pícaro de
sepultureros contemplan los perros de las latonerías el río de
metal de las calles, como diciendo “Ya vendrás por aquí” con su
lengua acezante.
Nunca el gato ronroneó tan alegremente como las centrífugas de
batidos de las areperas. No se sabe de dónde sacó su gesto de
sacerdote azteca el despachador que con largo cuchillo sacrifica
el tibio corazón de millones de arepas.
No podemos abandonar los recuerdos porque al regreso los
encontramos sembrados de edificios. Sorprende ver con qué
fidelidad van a las mismas torres los mismos burócratas a
contemplar los mismos papeles. Parece que calcularan el balance de
los segundos de sus vidas los pensativos que hacen la cola en los
bancos.
Siempre tiene algo tierno el remate de libros en el que como
viejos verdes coqueteamos con las ediciones caras. Nos dejan atrás
colegiales uniformados que corren a alistarse en el ejército del
alfabeto.
En Candelaria los artesanos con mandil de cuero suturan como
cirujanos la lengüeta del calzado. Enloquece pensar por dónde
caminarán tantos zapatos que intentan escapar de las vitrinas.
Qué ganas da entrar en las tiendas de piñatas para comprar
niñez. Qué falta hace inventar un cotillón para la segunda
infancia, que debe conformarse con el caramelo de la nostalgia.
Pero las golosinas del adulto las ofrecen sólo las ferreterías.
Provoca coleccionar clavos con la esperanza de acertar en aquél
donde por fin daremos el martillazo del genio. Encontramos las
rueditas para componer la maleta y quizá la gran palanca para
mover el mundo.
En Baruta dos docenas de adultos con pantalones cortos y
cacerolas y una docena de policías locales cierran el paso a un
banco abierto.
19 de enero de 2002
- o -
PAROS ÚTILES Y GRANDES ESTADISTAS
Paros útiles
La clase media se declara en paro hasta que la Coordinadora la
indemnice de las quiebras y pérdidas causadas por el paro.
Los campesinos deciden la huelga perpetua mientras los
hacendados no repartan sus latifundios.
Los obreros dejan el trabajo hasta que la CTV y Fedecámaras les
devuelvan las prestaciones sociales que les arrebataron.
Los intelectuales que llevan cuarenta años sin decir esta boca
es mía deciden seguir sin decir nada, y lo dicen.
Los comunicadores lanzan el paro hasta que los dueños de los
medios les permitan fijar la línea editorial por mayoría
democrática.
Los ahorristas proceden al retiro indefinido hasta que los
intereses alcancen para equilibrar la inflación.
Los contribuyentes venezolanos adoptan la desobediencia
tributaria mientras no cancelen impuestos en Venezuela los
contribuyentes extranjeros a los cuales exoneran los Tratados
contra la doble Tributación.
Televidentes y lectores se declaran en huelga hasta que los
medios los traten como seres inteligentes.
Los deudores de la Deuda Externa fijan una moratoria de pagos
colectiva que quiebra a sus acreedores financieros.
La gente se declara en paro contra los organizadores de paros a
quienes nadie les para.
Grandes estadistas
Herodes ordena degollar todos los niños para evitar que viva el
Salvador.
Nerón manda incendiar Roma para impedir que habiten en ella los
romanos.
Felipe II quema los poblados de la Banda Nororiental de Santo
Domingo para evitar que sus habitantes comercien con los
bucaneros.
Adolfo Hitler dispone que arda París para obstaculizar que la
disfruten los parisinos.
Pedro Páramo manda dejar sin sembrar sus latifundios para que
todos mueran de hambre en Comala.
Adolfo Hitler ordena el arrasamiento de Lídice para evitar que
desde ella hostilicen a los jerarcas nazis.
Adolfo Hitler manda destruir totalmente a Alemania y a los
alemanes para que no puedan rendirse.
Truman arroja bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki a fin
de hacerlas inhabitables para los japoneses.
El reverendo Jim Jones impone el suicidio colectivo a su secta
para imposibilitar que la investigue el Congreso.
Carlos Fernández y Carlos Ortega intentan destruir Pdvsa para
evitar que la usen los venezolanos.
18 de enero de 2003
- o -
EL PARO DE LAS IDEAS
En asamblea multitudinaria el movimiento político lanza el paro
de las ideas. Los encendidos discursos de los líderes comprueban
su oposición irreductible a pensarlas. Se pliega una mayoría de
los medios de comunicación que nunca ha difundido ninguna.
Universidades, academias, centros educativos se agregan, alegando
su incapacidad probada durante décadas para generar pensamiento.
Siguen las firmas de intelectuales orgullosos de realizar un nuevo
aporte a la generalizada escasez de raciocinio. Los gremios
patronales predican con su ejemplo para inducir al
desabastecimiento de silogismos. Grupos de la banca se adhieren
alegando su ineptitud para imaginar actividades productivas. Los
pensadores activos son perseguidos por grupos que producen
estrépitos con cráneos y recipientes vacíos. Parece que el paro de
las ideas se hará indefinido.
Un niño dice ¡Eureka! y las ideas vuelven a brotar como flores.
19 de enero de 2002
- o -
SALOMÓN
Cogió un loco la manía
De menear un avispero
Y las avispas, molestas
Se lo comieron entero.
Una rica farisea y una humilde samaritana acuden ante el sabio
Salomón para que decida a quién pertenecen un país y un niño.
Habla sólo la farisea, que por otra parte no deja hablar a más
nadie:
–Ese país y ese niño me pertenecen, porque sólo yo soy gente,
porque luzco joyas y modas costosas, porque soy la clase pensante
y para probarlo pienso destruir a este país y este niño antes de
permitir que caigan en manos de la turba, la horda, la desdentada
samaritana. Al país trataré de arrasarle su principal industria
productiva, de arruinarlo prohibiendo a los campesinos que
siembren, a los pastores que pastoreen, a los marineros que
naveguen, a los artesanos que trabajen y a los mercaderes que
compren y vendan. Al niño lo mataré con el hambre que espero
producir con esas medidas, lo someteré noche y día al terror de
los falsos profetas que anuncian catástrofes falaces, lo
discriminaré por el color de su piel y el contenido de su
bolsillo, le prohibiré la enseñanza gratuita, y si se atreve a
abrir el libro de la sabiduría lo perseguiré hasta las aulas
entrechocando hierros y rasgando cuadernos.
Rompe a llorar el inocente. Salomón permanece largo rato
meditando. Dime tú, que conoces los secretos de la justicia, si el
sabio concedió el país y el niño a la farisea rica o a la pobre
samaritana.
5 de enero de 2003
- o -
LAS VÍCTIMAS DE LA CRISIS
La paciente
Una va a esas sesiones y sale como renovada. Yo no quería ir, yo
decía, no quiero que me prediquen ni tampoco voy a hacer dieta,
pero me aclararon, no, esto no es una secta, esto es como una
renovación contra el estrés y para el autodescubrimiento, decía el
facilitador argentino, y tú ves, una va y baila pero sin llevar el
ritmo, y habla y habla pero como en idiomas inventados hasta que
una al fin no puede y echa su cuento y allí estaba la muchacha, tú
sabes profesional jovencita un poquito pasada de peso, bueno tú
sabes, allí estaba ella que su mamá la llamó diciéndole que algo
terrible iba a pasar y diciéndole que sacara todo el efectivo que
tuviera en el banco y va la muchacha y saca todo pero todo que
eran como diez millones que tenía para la nómina del negocio para
la cuota del apartamento y en la salida del banco la siguen y la
asaltan y le quitan todo y adiós negocio y adiós apartamento,
después nos cuenta aquello y rompe a llorar y todas rompemos a
llorar de pronto, tan confiadas que somos en esta vida y no
sabemos quién nos engaña.
El cadáver
El político hace enfadosa antesala en la oficina de un gerente
de medios y cuando la recepcionista le dice que la cita está
cancelada por motivos imprevistos, de la revista vieja de la
mesita cae la cartulina donde está manuscrito: No te asombres
trata de comprender lo que te pasa. El político sale a la calle,
le extraña que no lo saluden, no lo aclamen no le palmeen la
espalda no lo reconozcan, por verificarse el peinado busca su
reflejo en una vitrina y lo que encuentra es otro cartón donde
dice: No te sobresaltes, reflexiona. El político siente que le
sube la tensión mientras trata de localizar con el celular al
financista con el cual tramaron tan buenos negocios pero lo único
que consigue de la secretaria es el helado no lo llame, él lo
llamará, y una liga con un horóscopo telefónico donde una vocecita
agria le dice: Comprende lo que te pasa y te comprenderás.
Nervioso revisa la agenda donde en vano ha querido inscribir
conferencias que nadie le solicita, mesas redondas que nadie le
pide, participación en comisiones donde nadie lo incluye, mítines
donde nadie lo deja subir a la tarima. De la página final cae un
recorte con una entrevista donde García Márquez cuenta que, cuando
joven, la dueña de su pensión en Barranquilla era espiritista y
sembraba los pasillos de carteles en donde le advertía a los
espíritus de los muertos lo que les estaba pasando, para que no se
confundieran. Al reverso una letra desconocida ha garabateado: A
todos les llega su hora, resígnate. El cadáver político se seca el
sudor frío con el recorte, siente un vértigo que amenaza
tragárselo, echa a correr por las calles intentando concentrar
mítines, alianzas, negocios, movidas, candidaturas, pactos
electorales, sin pensar si lo que pasa es que nadie lo ve o nadie
quiere verlo en la ciudad donde su sombra y su reflejo se van
desvaneciendo de las calles y de los espejos.
El único que cumplió con el cierre
El dos de diciembre cierra su negocio. El sacrificio debe ser
compartido, dice a la cajera y al dependiente que le preguntan
sobre sus salarios. En doscientas tiendas abiertas predica que el
sacrificio debe ser compartido. Frente a su negocio lo aplauden
los buhoneros que se reparten su clientela.
Al día siguiente despierta con una sensación de victoria. Gruñe
ante radios y canales paralizados que transmiten veinticuatro
horas diarias. Refunfuña ante quioscos donde la prensa en paro
circula. Cacerolea frente al banco donde copartidarios parados
depositan y retiran. Repica la olla frente al automercado que
cumple el cierre abierto para que los clientes en paro repleten
carritos. En el apartamento cacerolea a los niños que miran la
televisión rompehuelgas y la mujer que usa el gas y la
electricidad esquiroles. Se une a las pandillas que cierran
autopistas Como perro corre tras automóviles que circulan en
violación abierta del cierre. Indignado perora frente a la bomba
de gasolina en paro donde motocicletas de lujo paradas repletan
sus tanques para continuar con el paro total bloqueando a la
mayoría que no quiere pararse. A la carrera se refugia en la
caseta de los policías municipales en paro que vigilan que nadie
rompa el paro excepto para linchar ciudadanos. Al llegar al
apartamento encuentra una demanda de desalojo, una nota de la
mujer que se fue porque no aguanta el autocorte de agua, luz y
teléfonos para dar ejemplo de sacrificio, y otra de la hija que
huyó porque no soporta la televisión saboteada en protesta contra
los canales en paro que siguen emitiendo. Forzado por el
agotamiento de sus compras nerviosas abandona el edificio. En
protesta contra los bancos abiertos no retira dinero. En
desacuerdo con las cafeterías rompehuelgas no mendiga fiados. En
controversia con los recogelatas no recoge sobras de comida. En
protesta contra los automovilistas y medios de transporte que
ignoran el paro camina rastreando muchedumbres a las que
integrarse. Buscando orientación irrumpe en una quinta de lujo
donde entra el dirigente sindicalero rodeado de guardaespaldas.
Atónito lo contempla engolosinado con mesoneros que le llevan
botellas espumantes y sartenes llameantes. No tiene tiempo de
llamar al sacrificio. Al tiempo que echa mano de su cacerola ve
venir un puño y luego una lluvia de estrellas. Despierta en una
cuneta, con la certidumbre de que varias cosas no encajan dentro
de su cuerpo. Rechaza al motorizado que pretende llevarlo hasta
una clínica. Su más profundo desprecio merecen quienes violan el
paro curando o curándose. De su frente caen gotas rojas. De su
mente, cifras en rojo que sentencian la quiebra de su negocio tras
el primer mes sin ingresos. Al incorporarse ve pasar al automóvil
del dirigente patronal que llamó a sacrificar el Año Nuevo en la
Plaza Rancia. Con angustia nota que la limosina enfila hacia el
aeropuerto. Quizá el dirigente huye, resguardando su vida. El
partidario del paro inflexible corre para protegerlo. La limosina
del patrono acelera, hacia el avión privado. El único observante
del paro lo ve perderse hacia las playas de Aruba. Algo se rompe
en su mente. Desde entonces recorre de punta a punta la autopista
entre el creciente estrépito urbano, tocando una cacerola que sólo
resuena en su cráneo.
El micrófono
En busca de la tragedia el micrófono sigue el rastro de sangre
que luego se vuelve rastro de lágrimas y entonces el micrófono
inquiere, pregunta, indaga. Le contestan: No, a ustedes no le
declaramos, porque mienten. No, a ustedes no les decimos nada,
porque cambian todo. No, a ustedes no les contamos, porque
inventan puras falsedades. El micrófono no se ruboriza. El
micrófono no se avergüenza. El micrófono no piensa que quizá él es
la tragedia.
12 de enero de 2003
- o -
EL CONTROL
El mundo es una cajita con botones rotulados On Off Channel Mute
Volume más los números del uno al nueve y el cero. El On está
siempre activado. El Off está prohibido apretarlo. Dicen que al
oprimirlo desaparece el mundo. Dicen que también desaparece quien
lo oprima. Aprieta cualquiera de los números.
En la pantalla aparece la realidad o sea pasarelas, estudios,
sets para entrevistados y mansiones de cartón piedra. Aprieta otro
número. En la pantalla irrumpe la humanidad o sea locutores,
anunciadoras en lentejuelas, modelos en tangas, concursantes y
candidatas a Miss Princesita. Aprieta los números restantes.
En el otro canal resplandece la sabiduría o sea astrólogos y
numerólogos que comercializan tu destino. En el otro canal te
enseñan hábitos saludables: comida chatarra, gaseosas con
cancerígenos, bebidas alcohólicas disfrazadas de refrescos. En el
otro canal aprendes ciencia, es decir, ingredientes secretos del
champú que atrae a todas las mujeres, el desodorante que garantiza
tus ascensos y la fórmula para reducir sin ejercicios ni dieta. En
el otro canal te informan de las actividades productivas tales
como rifas quinos dupletas bingos casinos hipódromos y sorteos
extraordinarios. En el otro canal te entrenan en relaciones
humanas, o sea el chantaje emocional de la ingenua que manipula
para casarse con el multimillonario, la crueldad de la madrastra
que excluye del testamento a los herederos y la hija natural
despojada de su fortuna mientras su amantísima madre agoniza. En
el otro canal aprendes la esencia del éxito, es decir el consumo.
En el otro canal se identifica al enemigo, o sea los pobres, mal
vestidos, mal calzados, desdentados, tullidos y entrenados para
aplaudir y quedar en ridículo en los programas de concursos o de
confesiones fingidas. En el otro canal se convoca a la justicia y
las leyes en la forma de comandos, superhéroes y vengadores
privados que liquidan a cuanto pobre no aplauda. En el otro canal
se solucionan los problemas sociales mediante teletones, rallys
caritativos y ausencia de mención de aquellos que no sean
telegénicos. En el otro canal sigues las noticias, o sea las
aspiraciones de los dueños de los medios presentadas como hechos.
En el otro canal surgen tus nuevos dirigentes políticos, prestando
juramento de fidelidad a los canales que los eligieron en Reality
Show mediante mediciones de rating y sondeos de audiencia. En los
otros canales se manifiesta el pluralismo, o sea el derecho a
encontrar la misma mentira en mil pantallas distintas.
Entonces entiendes que el control te controla.
Lo desconectas, y obtienes el maravilloso regalo del mundo.
22 de diciembre de 2002
- o -
LAS LLAVES
El monopolio de la propiedad cierra las llaves del trabajo.
El monopolio de las finanzas cierra las llaves del dinero.
El monopolio del acaparamiento cierra las llaves de las tiendas.
El monopolio del combustible cierra las llaves de la energía.
El monopolio de la televisión cierra la llave de la verdad.
El monopolio del medio ambiente cierra la llave del aire.
El pueblo cierra la llave de los monopolios.
LA ESPERANZA
Hay que impedir que nazca, manda el feroz Herodes y envía a sus
legiones a cerrar senderos y envenenar los pozos de los que vive
el pueblo. Hay que prohibir que nazca, ululan Anás y Caifás
clausurando el templo y cotizando la plegaria. Hay que evitar que
nazca, claman los mercaderes del templo, cerrando los tenderetes
del acaparamiento y las cuevas de la usura. Lo proclaman los
fariseos con ensordecedoras trompetas que ahogan toda voz salvo la
del odio. El sanedrín lo corea pidiendo la intervención de las
imperialistas legiones de Pilatos. Lo repiten los publicanos
negando el salario al obrero menesteroso.
Hay que impedir el paso al carpintero desempleado y al ama de
casa sin casa. Al son de címbalos los violentos clausuran puertas
y murallas. La ignorancia desaloja a los niños de las escuelas. El
tribunal de la prevaricación prohíbe el encuentro del pan y la
boca. Entrechocando escudos los violentos obligan a cerrar los
mesones y las buenas posadas. Hay que desalojar la mano callosa
que trabaja y la mano amorosa que cocina y barre. Hay que callar
la lengua que llama bienaventurados a los pobres y la mente que
dice que primero pasa el camello por el ojo de la aguja que el
rico por las puertas del cielo.
Se ordena parar la estrella navideña y confiscar el pesebre.
Bajo la bóveda de las plazas los sayones afilan armas para la
matanza de los inocentes. Los cadáveres insepultos tratan de
arrastrar a los vivos a sus sepulcros blanqueados. No pueden los
ángeles anunciar nada porque los fariseos no les dan cabida en los
medios. Bandas en cabalgaduras costosas apalean a los reyes magos
y decomisan oro, incienso y mirra. Los mercenarios prohíben el
paso a los niños a las tiendas donde se mueren de soledad los
juguetes. Con carrozas doradas cierran las veredas a las caravanas
que traen aceitunas y alcaparras. Con soberbia clausuran el paso a
enfermos y ambulancias. A palos desmontan a los artesanos humildes
que intentan llegar a sus trabajos montados en la mula y el buey.
En los ranchitos de Belén empieza un ronronear de furrucos. Como
un nacimiento los van iluminando las tomas de corriente
clandestinas. Extienden las cocineras sobre las hojas de plátano
la aliñada masa de las hallacas. Encienden las abuelas los fogones
donde se cuece el dulce de lechosa. Sobre los estrépitos de la
inquina vuelan el rasgueo del cuatro y la siseo de las maracas.
Como corazones palpitan las ollas donde hierve el guarapo. En
todas las bocas corre la noticia de que los Reyes Magos rompen el
bloqueo con sus taparitas llenas de aguardiente. En los ojos del
pueblo se instala una estrella que alumbra como una mirada
amorosa. A pesar de todo el odio el artesano desempleado y el ama
de casa sin casa consiguen cobijo.
En cualquier lugar bajo un puente vuelve a nacer la esperanza.
29 de diciembre de 2002
- o -
LAS TAREAS REVOLUCIONARIAS
DE LA ULTRADERECHA
La confusión de metas es el signo de nuestra época. Quienes nos
consideramos de izquierda asumimos un conjunto de tareas que no
pudimos culminar; quienes asumieron la tarea de impedírnoslas
ahora aseguran su cumplimiento.
Durante medio siglo intentó infructuosamente la izquierda acabar
con los grandes partidos populistas. Eterna parecía su dominación,
hasta que el Fondo Monetario Internacional les expidió partidas de
defunción bajo la forma de Cartas de Intención. Como fulminados,
en pocos años se desplomaron Acción Democrática, el PRI, el APRA,
el peronismo.
Después del auge popular de los años sesenta, la represión
convirtió en tarea casi imposible movilizar a las mayorías, y
durante mucho tiempo el movimiento revolucionario corrió el riesgo
de reducirse a una vanguardia sin masas. La oportuna emisión de
sendos paquetes económicos detonó sublevaciones populares en
Venezuela, Ecuador, Perú y Argentina, y encendió una conflagración
de movimientos antiglobalizadores por todo el planeta. Desde
entonces las masas van sistemáticamente delante de sus
dirigencias.
Misión dificultosa para la izquierda fue la de granjearse
aliados en los ejércitos, a veces utilizados por las clases
dominantes como guardianes de sus intereses. Fue necesario que el
Imperio formulara sus doctrinas de soberanía restringida,
acompañadas con planes de reducir los ejércitos latinoamericanos y
de convertirlos en fuerzas de tarea al servicio de la DEA y de las
intervenciones de la OEA, para que surgieran nacionalismos
militaristas por toda América Latina.
En los ejércitos, como en toda institución compleja, coexisten
personas de las tendencias más disímiles. No tenía la izquierda
forma alguna de favorecer la permanencia dentro de ellos de los
elementos nacionalistas, ni de alejar a los antidemocráticos y
reaccionarios. En el caso venezolano esta tarea correspondió una
vez más a la derecha, al implicar a estos últimos en un golpe
fascista frustrado, cuya consecuencia fue una indispensable
purificación de las Fuerzas Armadas.
Cometido de gran complejidad para la izquierda fue el de
acrisolar la conciencia de clase de masas a veces engañadas por
siglos de oscurantismo y décadas de manipulación mediática. Bastó
que los mismos medios comenzaran sistemáticamente a denigrar de
las mayorías llamándolas hordas, turbas, chusmas, desdentados,
jaurías, monos, lumpen de siempre y lyncheros para que el pueblo
resintiera la discriminación de los pudientes y definiera de
manera inequívoca su antagonismo con éstos.
Durante décadas parte significativa de los medios desarrolló una
incesante tarea de alienación del público, que facilitó su apatía
explotación. Desde el momento en que dichos medios asumieron sin
tapujos la condición de actores políticos y cambiaron información
por propaganda política, su credibilidad comenzó a desplomarse.
Las más feroces campañas denigratorias no pudieron impedir, y por
el contrario quizá facilitaron los consecutivos triunfos
electorales del movimiento bolivariano y su supervivencia a las
intentonas golpistas.
La agregación de estos factores facilitó el surgimiento de
difusos sentimientos progresistas entre las grandes mayorías
latinoamericanas. Para que adquirieran conciencia de su decisivo
poder fue necesario que la derecha organizara golpes fascistas
como el del 11 de abril en Venezuela, que acortaron de años a
horas el proceso por el cual las masas pasaron de multitudes
unidas por simpatías políticas a organizaciones coherentes con
irresistible capacidad de acción.
La denuncia de los verdaderos propósitos de la ultraderecha fue
prédica constante y desoída de la izquierda. El 11 de abril
patentizó tanto propósitos como tácticas de aquélla en forma
transparente: totalitaria concentración de poder económico,
político y mediático en una camarilla; derogatoria de la
Constitución y disolución de los poderes constituidos de acuerdo
con ella; represión directa como táctica única.
A partir de la nacionalización petrolera en 1976, se desencadenó
un paralelo proceso de privatización de la industria de los
hidrocarburos a favor de su nómina mayor y de los intereses
foráneos empeñados en adquirirla. No fue suficiente toda la
prédica de la izquierda para iniciar la reversión de dicho
proceso. Bastó sin embargo que la ultraderecha venezolana lanzara
su cuarto cierre patronal subversivo en diciembre de 2002 para que
la nómina mayor de Pdvsa fuere arrastrada a la aventura, y
persistiera en ella en contra del dictamen del Tribunal Supremo de
Justicia. De tal modo hizo evidente para las autoridades y el
pueblo que la única opción posible consiste en la depuración de la
oligarquía aceitera y la consiguiente verdadera nacionalización de
la industria.
Extremadamente difícil le ha sido a la izquierda nacionalista
convencer a grandes sectores de la llamada clase media de que el
gran capital es el verdadero enemigo del profesional y del pequeño
y mediano empresario. La ultraderecha cumplió esta tarea
pedagógica al robarle masivamente sus ahorros en la crisis
bancaria de 1993, al instaurar el despido masivo que engrosó las
filas del desempleo profesional, al imponer un régimen abusivo de
créditos indexados que amenazó con la ejecución forzosa de buena
parte de los bienes de los sectores medios, al forzar un cierre
patronal coercitivo que empuja a la quiebra a buena parte de los
comerciantes y empresarios y merma la clientela de los
profesionales, al recurrir a extremos de violencia brutal para
impedir la circulación, las operaciones bancarias, la satisfacción
de las necesidades más esenciales e incluso el reposo en las
mismas urbanizaciones residenciales que la ultraderecha controla
gracias a sus policías locales.
La ultraderecha desencadena así por su propia iniciativa contra
la nación venezolana un conflicto de vida o muerte en el cual ésta
no tiene más alternativa que vencer o desaparecer. Por decisión de
la ultraderecha, este conflicto no puede ser eludido, negociado ni
postergado. Sus únicas salidas son el triunfo del pueblo, o una
escalada cada vez más decisiva, contundente y radical de la
resistencia popular. Corresponde a la ultraderecha una vez más
definir la intensidad y la celeridad de este conflicto. Que la
Providencia la inspire. Esperamos confiados.
18 de enero de 2003
- o -
LA AGENDA OCULTA
Finaliza el accidentado año 2002 y la oposición no se aparta de
una agenda pública liquidatoria: salir del Presidente electo, y
ya. Todas las invitaciones de diversos sectores no han logrado
modificar esta realidad: la oposición no presenta candidato, ni
programa, ni plan. A todos los llamamientos a encauzar sus
aspiraciones dentro del marco constitucional responde la oposición
con propuestas que por el contrario fuerzan, tergiversan o
desconocen dicho marco.
Razones tiene para no hacerlo. Si la oposición oculta su agenda,
es porque es impublicable. Si dicha agenda no puede ser promovida
dentro del marco constitucional, es porque su objetivo fundamental
es desconocerlo.
Si aquellos que aspiran a gobernar el país no se consideran
obligados a decirnos cómo, por qué y para qué, los posibles
gobernados tenemos el derecho a conjeturarlo.
Para ello tenemos un precedente inolvidable: la intentona
golpista del 11 de abril. Las fuerzas que rigen la oposición son
las mismas que la apoyaron: el gremio patronal de Fedecámaras, la
CTV, una fracción importante de los medios de comunicación,
supervivientes de los naufragados partidos tradicionales y
pequeños partidos constituidos como agencias de relaciones
públicas de dichos medios. Ni uno solo de dichos sectores se
desolidarizó públicamente del fugaz régimen de Carmona. Ni uno
solo ha dado muestras de autocrítica o arrepentimiento. Ni uno
solo ha desistido de los procedimientos y estrategias que lo
instauraron.
Ni uno solo de ellos, en efecto, ha desechado las tácticas del
paro insurreccional, la extensión del conflicto a Pdvsa, las
movilizaciones que interrumpen el funcionamiento de la capital, de
la apelación explícita al alzamiento militar y a la guerra civil,
el encadenamiento televisivo para crear mediáticamente un supuesto
clima de anormalidad.
Al igual que el golpe del 11 de abril, el centro del conflicto
es una vez más la industria nacional de hidrocarburos. No predica
la oposición una sola reivindicación social, una sola mejora
colectiva, una sola reforma de interés general. Intereses de la
magnitud de los involucrados en la oposición sólo pueden tener un
objetivo estratégico: la apropiación de Pdvsa para su posterior
privatización, la cual –al igual que su onerosa nacionalización–
podría convertirse en el negocio del siglo para los involucrados.
La privatización de Pdvsa tendría dos consecuencias inmediatas.
La primera, una brutal disminución de la ya menguada participación
de la nación venezolana en los beneficios de la industria. Ésta
quedaría reducida a la recaudación tributaria, que podría quedar
todavía más reducida mediante mínimas reformas a los vigentes
tratados contra la doble tributación, que permiten a empresas y
personas extranjeras pagar en el fisco de su país de origen los
impuestos que deben por ingresos obtenidos en Venezuela.
Es de esperar que la privatización de Pdvsa traería consigo
además una drástica reducción de personal y un corte de gastos de
acuerdo con el modelo aplicado en las privatizaciones de VIASA y
de La Electricidad de Caracas. Los primeros afectados serían los
trabajadores petroleros, comenzando por la nómina mayor que
disfruta de los más costosos privilegios.
La radical reducción del ingreso público se reflejaría en una
paralela disminución del gasto en los rubros más castigados por
las administraciones neoliberales: la Educación, la Salud y la
Seguridad Social. La educación gratuita, la asistencia médica y
todo tipo de ayuda para los necesitados devendrían cosas del
pasado. Tenemos una muestra de la normativa laboral que sería
implantada por un gobierno de patronos y dirigentes sindicales en
connivencia con ellos. Al ser instaurada por primera vez la
Asamblea Nacional, Fedecámaras y Primero Justicia propusieron
normas lesivas de la estabilidad laboral y el derecho a la
remuneración.
Tales políticas se traducirían en una drástica disminución del
consumo, que a su vez precipitaría quiebras masivas en la pequeña
y mediana industria y disminuiría la clientela de los
profesionales. Se reproducirían en Venezuela todas y cada una de
las manifestaciones de la crisis argentina, con una diferencia:
Argentina produce los alimentos necesarios para su subsistencia,
mientras nosotros importamos alrededor del 70% de los que
consumimos.
Tales cambios abruptos, comenzando con la privatización de
Pdvsa, no pueden ser logrados dentro del orden constitucional.
Requieren, como lo hizo la Junta surgida del golpe del 11 de
abril, de la derogatoria de la Constitución Bolivariana, la
disolución de todos los poderes surgidos de acuerdo con ella, la
destitución de todos los funcionarios electos y la aplicación
masiva y feroz durante un lapso prolongado de una violencia ayuna
de toda legalidad contra los vastos sectores que apoyan el
gobierno legítimo. La conversación telefónica del gobernador de
Carabobo Salas Feo divulgada por el canal 8 da una idea sobre el
tenor y la magnitud de esta política represiva.
Los objetivos de la aplicación masiva del terror consistirían en
la consolidación, una vez más, de un régimen similar al instaurado
el 11 de abril: a la concentración del poder económico y político
en un gremio patronal, que utilizaría como únicas instancias de
mediación con la sociedad a los medios de comunicación de su
propiedad y a los cuerpos represivos.
La situación de las fracciones de la Fuerza Armada que aceptaran
secundar un plan de esta naturaleza no sería nada envidiable.
Aparte de la violencia fratricida contra sus compatriotas,
tendrían que enfrentar a corto plazo una reestructuración
integral, una reducción de su talla de acuerdo con las doctrinas
impuestas por Washington y la subordinación al papel de fuerzas de
tarea al servicio de las intervenciones de la DEA o de la OEA. De
acuerdo con las iniciativas diplomáticas estadounidenses avanzadas
hace tres años en América Latina, la Fuerza Armada debería aceptar
una involucración creciente en el conflicto colombiano.
La oposición no ha presentado ningún plan distinto del que
esbozamos. Si ésta no es su agenda, no tiene ninguna. Ni la
oposición de buena fe la comparte, ni los defensores de la
constitucionalidad la toleraríamos. Su rechazo es una buena base
para un acuerdo público. La alternativa es demasiado atroz como
para considerarla.
18 de enero de 2003
- o -
SOÑAR NO CUESTA NADA
El doctor Pedro Carmona Estanga, presidente de la Sociedad por
Acciones antes conocida como República Bolivariana de Venezuela,
conmemoró hoy en su despacho el primer semestre como accionista y
propietario único, con gran beneplácito de la Junta directiva,
compuesta por él mismo.
Con agasajo de gala en la plaza de la Meritocracia celebró la
nómina mayor de Pdvsa su despido masivo para ser sustituida por
ejecutivos de REPSOL, empresa española que privatiza a la
petrolera venezolana como Iberia privatizó a Viasa. El general
Guaicaipuro Lameda brindó para festejar la anulación de las
prestaciones sociales de la ex nómina mayor por una comisión
tripartita compuesta por Fedecámaras; por el gobierno (o sea
Fedecámaras) y por la CTV (o sea, también Fedecámaras).
El ministro de Planificación León Arismendi declaró ayer
definitivamente erradicada la clase media al ser embargado el
último propietario de apartamento gracias a la eliminación de los
créditos indexados efectuada en el primer decreto de la Junta de
Gobierno. La noticia fue aplaudida por largas colas de desalojados
que esperaban desde hacía semanas para retirar sus ahorros del
corralito bancario impuesto en imitación del modelo argentino.
Fue capturado el último de los jueces prófugos que, según el
Decreto de Disolución de Poderes, “ilegalmente usurpaban” el cargo
de magistrados en el clausurado Tribunal Supremo de Justicia. El
ministro del ramo, doctor David Morales Bello, anunció la
sustitución del sistema judicial del país por juntas arbitrales
foráneas y tribunales extranjeros como los previstos en los
tratados contra la doble tributación.
El ministro César Carballo y la CTV aclamaron el triunfo de la
reforma propuesta por Fedecámaras en la instalación de la extinta
Asamblea Nacional, al promulgar una Nueva Ley Orgánica del Trabajo
con un solo artículo que dispone: La única relación laboral será
el trabajo a destajo, en las condiciones que fije unilateralmente
el empleador.
El ministro de Cultos Baltasar Porras bendijo la instauración de
la teocracia, de la monarquía de derecho divino y del suplicio en
la Santa Inquisición de todas las divorciadas, comenzando por las
de la plaza Francia.
El constitucionalista Hermann Escarrá presentó el proyecto de
Carta Magna de la Sociedad por Acciones Venezuela, cuyos únicos
dos artículos rezan: Primero: carece de derechos políticos,
económicos y jurídicos todo aquel calificado como chusma, turba y
horda. Segundo: Queda calificado como tal quien no pertenezca a la
promoción 1950 del Colegio San Ignacio de Loyola.
El ministro de Tráfico de Armamentos Isaac Pérez Recao anunció
nuevos endeudamientos del país a fin de costear el parque para la
intervención en Colombia, Afganistán, Irak y Corea del ejército
venezolano como task force al mando de la misión militar
norteamericana.
El ministro de Comunicaciones Enrique Mendoza anunció la sacada
del aire de “esa basura” de medios que no apoyan totalmente a la
Junta. Celebró asimismo la revocación de todas las concesiones de
telecomunicaciones y su transferencia a un conocido monopolio
mediático. El vocero de este último anunció las nuevas tarifas que
regirán con el costo por centimetraje o segundo de editoriales,
opinión, noticias y publicidad.
Luciendo guantes quirúrgicos, el viceministro de Relaciones
Interiores Henry Vivas desmintió el rumor de que la desaparición
de Francisco Arias Cárdenas, Julio Borges, Antonio Ledezma, Salas
Römer, padre e hijo, Peña Esclusa, Aníbal Romero, Alfredo Peña,
Eduardo Fernández, Carlos Andrés Pérez y varios millares de
ciudadanos más tenga que ver con los rumores de que conspiraban
contra el presidente Carmona para ponerse en su lugar.
El ministro de Relaciones Exteriores doctor Pepe Rodríguez
Iturbe reconoció ayer la República Independiente del Zulia.
El ministro de Relaciones Interiores comisario López Sisco
anunció la solución final para la limpieza étnica de la población
venezolana. No se ha vuelto a tener noticias de los numerosos
reporteros enviados a entrevistarlo.
Algunos desaprensivos me acusan de presentar mis deseos como
noticias y de impartirle un cierto carácter sesgado a la
información. En represalia dejo esta señal y paso a transmitir
comiquitas.
28 de septiembre de 2002
- o -
PROPÓSITOS DE SIGLO NUEVO
En abril la oposición nos propinó un preestreno de su programa
político. En diciembre nos infligió un adelanto de su plan
económico: intento de confiscación de la industria petrolera por
gerentes saboteadores, en contra de la voluntad de los obreros
agremiados en Fedepetrol y con absoluto menosprecio por los
derechos de todos los venezolanos dueños de la empresa.
Durante pocas semanas padecimos desabastecimiento, colas,
mercado negro que acercó la gasolina al precio internacional y
corralito bancario: un anticipo de lo que será nuestro estilo de
vida definitivo si los gerentes que intentaron arrebatarnos el uso
de nuestros hidrocarburos venden Pdvsa al capital extranjero.
Venezuela los inundó de privilegios: ellos intentaron ahogarla
en estragos. Nada más fácil para administradores, médicos o
educadores inmorales que causar atroces daños a la empresa, el
paciente o el niño que se le encomiendan. La magnitud de estos
perjuicios mide su indignidad para el cometido.
Al descalificarse por su propio sabotaje contra la propiedad de
todos los venezolanos, esos gerentes precipitan la
reestructuración de la empresa que quisieron paralizar. Ni el más
desinformado ignora que Pdvsa ingresa cerca de 50 millardos de
dólares anuales y sólo nos entrega a sus accionistas unos 10
millardos, lo que la sitúa entre las empresas petroleras más
ineficientes del mundo.
Reconstruir Pdvsa es reedificar Venezuela. Una industria
petrolera saneada rendirá a la Nación Venezolana un aporte de por
lo menos 20 millardos de dólares, que situará al Presupuesto del
Estado en magnitudes próximas a los 30 millardos de dólares.
Una adecuada reinversión de tales fondos estabilizará el signo
monetario y subsanará carencias críticas en Educación, Cultura,
Salud, Seguridad Social e Infraestructuras. Cubiertas tales
deficiencias, quedarán todavía fondos para un agresivo plan de
inversión pública con efectos multiplicadores en la demanda, que
vigorizará a la pequeña y mediana industria e impulsará
paralelamente el empleo, el consumo y la solicitud de servicios
profesionales y técnicos.
Tal plan rescatará a gran parte de nuestros empresarios y
profesionales de la quiebra masiva impuesta por el cierre patronal
forzado por grupos monopólicos deseosos de eliminar la
competencia. El aporte de una Pdvsa reestructurada a favor de la
Nación será un instrumento decisivo para conjurar la crisis
económica y social, activar y diversificar la producción
industrial y agropecuaria y poner a disposición de los ciudadanos
una pluralidad de medios de comunicación alternativos, educativos
y de servicio público.
Los efectos de tal aporte no se reducen a lo coyuntural. Los
ingresos adicionales deben ser asimismo invertidos en la
recuperación de las industrias estratégicas de las que depende la
soberanía tanto como del petróleo. Ese sería el primer paso para
la configuración de una economía que no dependa de la energía
fósil, meta que por cierto todavía no ha sido lograda por los
países desarrollados. Venezuela no puede arriesgarse a ser
paralizada por intereses foráneos, ni doblegada por bloqueos
favorecidos por éstos.
La carga inicial de la Deuda Externa se originó en la exagerada
indemnización para nacionalizar Pdvsa: la segunda nacionalización
de ésta debe librarnos de ese Calvario. En octubre de 1999
denuncié que la Constitución Bolivariana dejaba abierta la
posibilidad de privatizar la industria de los hidrocarburos
gaseosos. Una justa participación en el ingreso derivado de los
líquidos podría costear una industria del gas también reservada
para los venezolanos.
Con la verdadera nacionalización de Pdvsa comienza para
Venezuela el siglo XXI: una centuria en la cual todo dependerá
cada vez más de quienes dominen la energía fósil y la industria
que la procesa. Si Venezuela evita definitivamente que una mafia
se las arrebate, ha llegado el momento de augurarle no sólo Feliz
Año, sino Feliz Siglo Nuevo.
4 de enero de 2003
- o -
LOS TRIBUNALES NO ENCUENTRAN RESPONSABLES
- En 1908 el general Juan Vicente Gómez, apoyado por Estados
Unidos, da un golpe de Estado contra el presidente Cipriano
Castro. Los tribunales no encuentran responsables, y condenan al
depuesto Castro por oponerse al golpista Gómez.
- En 1948 los coroneles Marcos Pérez Jiménez, Carlos Delgado
Chalbaud y Llovera Páez dan un golpe contra el presidente
legítimamente electo Rómulo Gallegos. Los tribunales no encuentran
responsables.
- En 1951 el presidente de la Junta de Gobierno coronel Delgado
Chalbaud es asesinado por un ejecutor que muere al ser detenido, y
ocupa la Presidencia el coronel Marcos Pérez Jiménez. Los
tribunales no encuentran responsables.
- Durante las décadas inmediatas la sociedad es conmocionada por
los casos de un sacerdote presunto asesino de su hermana, de un
militar presunto homicida de su esposa y de varios mozalbetes de
buena familia supuestos secuestradores de un amigo. Los tribunales
no encuentran responsables.
- Durante los años cincuenta y sesenta un célebre abogado saquea
establecimientos comerciales haciendo pasar a sus empleados por
jueces que practican embargos. Los tribunales no encuentran
responsables.
- En 1962 el presidente Betancourt obtiene la mayoría
parlamentaria ilegalizando a los partidos de oposición y
encarcelando a los congresistas opositores en violación flagrante
de la inmunidad parlamentaria constitucional. Los tribunales no
encuentran responsables.
- Hacia esa época un juez encarcela al humorista Aníbal Nazoa
por señalar que el togado violó una norma gramatical. Los
tribunales superiores no encuentran responsables.
- A principios de los sesenta aparece el cadáver del profesor
Alberto Lovera con indicios de tortura y la investigación de José
Vicente Rangel arroja evidencias en contra de los cuerpos
represivos. Los tribunales no encuentran responsables.
- En 1966 la Dirección General de Policía detiene al periodista
Fabricio Ojeda, miembro de la Junta Patriótica que derrocó la
dictadura de Pérez Jiménez, y el detenido fallece ahorcado con una
media atada a un lavamanos. Los tribunales no encuentran
responsables.
- Durante la década de los sesenta unos dos millares de
venezolanos son secuestrados, torturados y muertos por los
organismos armados del Estado. Los tribunales no encuentran
responsables.
- Efraín Labana Cordero es secuestrado por la Dirección General
de Policía, conducido a un Teatro de Operaciones, torturado,
quemado con hierros candentes, enterrado vivo e
inconstitucionalmente exiliado. Los tribunales no encuentran
responsables.
- En los años setenta el abogado Carmona amenaza con denunciar
negociados de corrupción, y es ultimado por un sicario. Los
tribunales no encuentran responsables.
- A finales de los setenta la Disip secuestra al dirigente Jorge
Rodríguez y lo tortura hasta la muerte. Los tribunales no
encuentran responsables.
- En 1977 el candidato presidencial Renny Ottolina aborda una
avioneta que se estrella en circunstancias misteriosas y el
periodista Jorge Olavarría da a conocer una cinta grabada en la
cual Carlos Andrés Pérez y Diego Arria confiesan tener
conocimiento anticipado del vuelo. Los tribunales no encuentran
responsables.
- A finales de los setenta un gerente cultural estafa a la
sociedad venezolana mediante el fraude en cadena llamado pirámide.
Los tribunales no encuentran responsables.
- El presidente Lusinchi, su gabinete y millares de corruptos
perpetran el latrocinio colosal de otorgar y adquirir
ilegítimamente dólares subsidiados en virtud del Régimen de Cambio
Preferencial. Salvo el chino de Recadi, los tribunales no
encuentran responsables.
- Poco después perime la instancia de los juicios por corrupción
contra Lusinchi y sus cómplices porque los funcionarios encargados
de proseguirlos no cumplen con su deber. Los tribunales no
encuentran responsables.
- A principios de los años ochenta el ejército tortura y ejecuta
con tiros de gracia a varias decenas de ciudadanos en Cantaura y
Yumare. A pesar de la minuciosa investigación de varios
parlamentarios, los tribunales no encuentran responsables.
- Ruth Capriles compila tres voluminosos tomos de un Diccionario
de la corrupción con centenares de casos de enriquecimiento
ilícito. Los tribunales no encuentran responsables.
- En 1989 cuerpos represivos asesinan arriba de dos millares de
venezolanos durante el Caracazo. Los tribunales no encuentran
responsables.
- En 1993 millares de urnas electorales repletas de votos a
favor de la Causa R aparecen arrojadas en el basurero de La
Bonanza. Los tribunales no encuentran responsables.
- En 1993 una camarilla de banqueros roba los ahorros del pueblo
venezolano por un monto que alcanza a la mitad del circulante del
país. Los tribunales no encuentran responsables.
- El único banquero ladrón que cumple sentencia lo hace en
Estados Unidos. A su regreso a Venezuela, en pocas horas lo pone
en libertad un tribunal que no encuentra responsables.
- En 1997 el periodista William Ojeda denuncia que tribus
judiciales venden las sentencias a los bufetes que les regalan sus
nombramientos. Los tribunales no encuentran responsables, y
encarcelan al denunciante.
- En abril de 2002 oficiales se declaran en rebelión militar
contra el presidente legítimamente electo, dan un golpe de Estado,
lo secuestran y nombran a dedo un dictador que disuelve todos los
poderes. El tribunal disuelto por el dictador no encuentra
responsables de rebelión, con lo cual declara legítimo al dictador
y válido el decreto que disuelve a dicho tribunal y por
consiguiente nula la sentencia que no encuentra responsables.
- Los responsables de encontrar responsables de que los
tribunales no encuentren responsables no encuentran responsables.
25 de agosto de 2002
- o -
REGALOS DE AÑO NUEVO
Regalo para los trabajadores
Se preguntaba Saint Simón en su famosa Parábola qué pasaría si
en Francia desaparecían los cien principales nobles, los cien
principales eclesiásticos, los cien principales cortesanos.
Respuesta obvia: absolutamente nada. Volvía a preguntar Saint
Simon qué acontecería si desaparecieran los cien principales
creadores, los cien principales productores, los cien principales
científicos. Catástrofe irrecuperable. Se preguntaba Venezuela qué
sucedería si dejan su puesto los cien principales propietarios,
los cien principales mercaderes, los cien principales
meritócratas, los cien politiqueros principales. Tenemos la
respuesta.
Regalo de las lecciones de la crisis
- El petróleo es nuestro sólo mientras no nos lo dejemos quitar.
- Quien tiene petróleo decide el destino del mundo, si evita que
el mundo le decida su destino.
- Un país saboteado por la dirigencia de su principal industria
no puede dejarla en sus cargos para que lo repita.
- Un país no puede tener su capital fragmentada en 22 alcaldías
con policías antagónicas.
- Un país no puede dejar en manos privadas y extranjeras
servicios públicos estratégicos como la telefonía y la
distribución de agua y de energía eléctrica.
- Un país que contrata servicios vitales con empresas
extranjeras no puede permitir cláusulas inconstitucionales que
impidan demandarlas salvo en sus naciones de origen.
- Un país que ha sufrido un golpe de Estado promovido por
televisoras privadas no puede permitir que la repetición de dicho
golpe lo encuentre sin canales de servicio público de óptimo
alcance, eficacia y calidad.
- Un país con población mayoritariamente mestiza no puede
tolerar que el mensaje político se centre en la descalificación
étnica y la fobia social.
- Un país que depende del petróleo no puede eliminar de las
facultades de Derecho las cátedras de legislación minera y de
hidrocarburos.
- Un país que depende del petróleo no puede eliminar de las
facultades de Economía las cátedras de economía minera y
petrolera.
- Un país que depende de la industria petrolera debe disponer de
suplentes y relevos confiables e inmediatos para cada una de sus
tareas claves.
- Un país cuyo bien más codiciado y vulnerable es la industria
petrolera nunca estará seguro sin un sistema de reservas de
combustible suficiente para hacer frente a cualquier contingencia.
- El enemigo del funcionamiento de la industria petrolera es el
enemigo de todos.
29 de diciembre de 2002
- o -
ALCALDÍAS DELINCUENCIALES
Años ha, se creyó falsamente que los delincuentes llevaban
inscrito su delito en la cara. No cabe duda de que los alcaldes
exhiben su prontuario en el rostro del feudo que administran.
Basta el vistazo a una calle para apreciar el número de delitos
por omisión o por comisión imputables al alcalde. Por omisión, los
atribuibles a dejadez o lástima, como la proliferación de huecos o
de buhoneros. Por comisión, aquellos que gritan a voz en cuello su
contubernio con el billete, como la saturación de usos no
conformes, la aniquilación de las zonas residenciales con
rascacielos y centros comerciales, el entierro de la ciudad bajo
avalanchas de vallas publicitarias ilegales.
Por omisión, las aceras están minadas de hierros cortantes y
zanjas, o simplemente no existen. Por comisión, se llenan de
quioscos que además confiscan con obstáculos el trozo de calle que
consideran propiedad privada. Por omisión, los parques perecen.
Por comisión, los centros comerciales invaden los terrenos para
servicio comunal de las urbanizaciones y edifican en ellos.
Por omisión, el hampa opera por la libre. Por comisión, la misma
cuerda de zánganos que corre en cuanto ve a un malandro, cae como
jauría sobre el ciudadano honrado que tiene la desdicha de
transitar por las alcaldías delincuenciales. Le exige aquél la
placa imposible de obtener, lo acosa éste por el certificado
estúpido que se debe renovar cada doce horas, le decomisa el otro
los documentos que la Constitución declara indecomisables, le
incautan entre todos cuanta propiedad lleva puesta o maneja. Salvo
las honrosas excepciones del caso, gavillas delictuosas de tal
índole merodean libremente por los predios de la Alcaldía
Metropolitana, de Chacao y de Baruta. Esta última, que se dice
neoliberal, inventó contra los infelices propietarios la
expropiación de cobrarles el derecho de frente, no por metros
cuadrados, sino por superficie, lo que equivale a multiplicar
impuestos por la potencia de dos, de tres, de cuatro y de cinco.
Seres de tal ralea intentando ejercer la autoridad son como la
dueña de un lenocinio regañando a los transeúntes por decir malas
palabras. Sálvese quien pueda.
El mismo plan de desmantelamiento del país que ha llevado al
borde del enfrentamiento a los cuerpos armados de Aragua y de
Sucre, de Lara y de Yaracuy y de Mérida y Zulia, determina que en
Caracas existan 22 alcaldías y tolera que muchas de ellas
mantengan montoneras privadas, con uniformes, armamentos y
comandos distintos y antagónicos. En consecuencia, Alfredo Peña
adoctrina las suyas con policías estadounidenses, y el director de
la Policía Metropolitana Henry Vivas confiesa que el 11 de abril
sus agentes esgrimían armas de fuego usando guantes quirúrgicos,
estrategia de homicidas con premeditación que evitan dejar huellas
digitales y acusar rastros de pólvora. Nadie calza guantes de goma
para disparar al aire ni para matar venados.
Algunos medios han sustituido su obsesiva invocación al golpe
por el frenético llamamiento a la Guerra Civil. Ésta no es más que
el enfrentamiento de facciones armadas en un mismo territorio.
Estuve hace poco en Colombia, cuyo doloroso conflicto interno no
puede ser modelo ni programa para nadie. Pensemos en nuestra
hermana República, antes de actuar en la República contra nuestros
hermanos.
11 de mayo de 2002
- o -
ABSUELTO EL VICEALMIRANTE
El Imperio detecta un vacío
Sucede que el Lord Protector Oliverio Cromwell detecta un vacío
de poder en América. Pasa que envía en 1664 una flota de 56 navíos
con 2.000 cañones y 11.000 hombres para conquistarla. Ocurre que
le dan una paliza en Santo Domingo, y ocupa apenas la pequeña
Jamaica. Para imponer el libre comercio el gobernador Doyle enrola
a los filibusteros.
Los patronos dan luz verde
Pasa que España celebra con Inglaterra en 1667 el Tratado de Paz
de Madrid. Ocurre que el gobernador de Jamaica no puede seguir
dando patentes de corso contra un país amigo. Sucede que el gremio
patronal llamado Consejo de la Isla expide patentes a la medida, y
una le toca a un tal Morgan, antiguo sirviente contratado, alias
el Vicealmirante de los Filibusteros, o ladrones del mar.
Pesca en mar revuelto
En 1668 Morgan saquea Camagüey con doce barcos y 700
filibusteros; asalta Portobelo escudándose con religiosos y pilla
260.000 escudos que dilapida en la Tortuga. En isla de Vaca invita
a cenar a su fragata a los oficiales de un buque francés de 36
cañones, secuestra convidados y buque y celebra con un banquete en
el que se brinda a pistoletazos. Una bala da en el pañol de
pólvora y 350 filibusteros vuelan por los aires. El piadoso Morgan
autoriza a pescar los cadáveres, según narra Exmelin, “no con la
humana intención de enterrarlos” pues “si hallaban algunos con
sortijas de oro en los dedos, se los cortaban para sacárselas y
los dejaba en aquel estado a merced de la voracidad de los peces”.
Renuncias voluntarias
Este jovencito Alex Olivier Exmelin o Essequemelin o Smecks, de
origen incierto, de profesión cirujano autodidacto, es el
principal testigo de cargo. Narra que tras la pesca macabra, 600
filibusteros embarcan en 15 naves y detectan otro vacío de poder
en Maracaibo. El 8 de marzo de 1669 cañonean el fortín de la Barra
y ocupan casa de gobierno, iglesias y mansiones. Para obtener la
renuncia espontánea de los ciudadanos a cargos y bienes los
secuestran, los golpean con palos, les dan tratos de cuerda, los
queman con mechas ardientes entre los dedos, les agarrotan correas
en el cráneo hasta saltarles los ojos, los cortan en trozos. Un
esclavo oficia de verdugo.
Disolución de poderes
El 21 de marzo asaltan Gibraltar. A un viejo que dice ser
hermano del gobernador lo cuelgan, le atan pesos de los pies y del
cuello, le queman la cara con palmas hasta que muere. A otros los
suspenden por los genitales, los acuchillan, los aplastan con
peñascos, les asan los pies, los crucifican. Morgan cobra 5.000
reales de a ocho por no incendiar el poblado y libera prisioneros
por rescate, pero no a los esclavos, que son botín. A las bellas,
testimonia Exmelin, «no les exige nada, puesto que tienen con qué
pagar sin disminuir sus riquezas”.
Retoma del Palacio
En la boca del Lago los esperan los tres buques del
vicealmirante Alonso del Campo y Espinoza. Morgan le incendia la
capitana con un brulote o nave ardiente y escapa con más de un
millón de reales de a ocho, resguardándose con los prisioneros
como escudos humanos.
Intervención en Panamá
Todavía narra el memorioso Exmelin que Morgan zarpa el 14 de
agosto de 1670, arrasa la costa cubana, se apodera en Santa Marta
de dos fragatas, saquea Río de Hacha y leva anclas con 24 naves y
dos mil filibusteros que toman los fuertes de San Jerónimo y Santa
Teresa, queman con flechas incendiarias el fortín de San Lorenzo y
exterminan trescientos defensores que no se rinden. En Panamá
esquivan un tropel de ganado que le echan encima los lugareños.
Francotiradores certeros diezman a los defensores; toman la
indefensa ciudad y para llenar el vacío de poder degüellan a
cuantos encuentran. Morgan se encapricha con una joven, y ante su
negativa, la encierra en un calabozo con un esqueleto. Para
prevenir contraataques, el vicealmirante incendia la ciudad.
El vicealmirante embarca a sus cómplices
Después de tres semanas de atrocidades, regresan al Caribe
cargando en mulas 443.200 libras. Morgan se supera a sí mismo.
Muchos piratas recuerdan haber aportado al botín joyas que no
reaparecen en el reparto, porque según narra el estafado Exmelin,
“Morgan y su camarilla habían retenido la mejor parte”. Morgan
corta las discusiones dándose prudentemente a la fuga con cuatro
barcos “cuyos capitanes, sus cómplices, han participado en el
insigne robo hecho a sus camaradas”. El vicealmirante de los
filibusteros abandona entre indígenas hostiles a sus compinches y
al cirujano Exmelin. Todos se amargan con la idea de que “quizá
Morgan descansa en Jamaica, rico, dichoso y de lo más contento
entre los brazos de una bella joven”.
Sentencia del Tribunal Supremo
Mientras los filibusteros pillan el istmo, Inglaterra y España
concluyen en 1670 un nuevo y ampliado tratado de Paz. Morgan va
prisionero a Inglaterra en 1672 en una fragata con el premonitorio
nombre de “Welcome”. Morgan comparece ante el supremo tribunal
acusado de pirata y sale absuelto y aclamado con el título de sir
John-Harry-Henry Morgan. El filibustero es favorito en la disoluta
corte de Carlos II. Exmelin publica en Amsterdam en 1678 su diario
de a bordo, Piratas de América. Morgan hace prohibir el libro, y
logra que un tribunal sentencie que a los piratas “siempre les ha
tenido y tiene odio”. La justicia obliga al editor Thomas Mathus a
publicar que “tampoco, según se me dijo, se cometió crueldad
alguna, tal como el malogramiento de un idiota, o la tortura de un
rico portugués, o causar que un negro matara varios prisioneros
españoles para crear un odio de los españoles hacia él e impedir
que volviera con ellos, o el colgamiento de cualquier persona por
los testículos”.
En tiempos de los filibusteros había dos justicias, o mejor
dicho, dos injusticias: una para el victimario y otra para la
víctima. El siglo de los piratas no ha terminado.
28 de septiembre de 2002
- o -
¡SIGLO XIX NOW!
En las riberas de la quebrada de Chacao lo encuentro. Luce
alpargatas con espuelas, levitón descosido, sombrero pelo de
guama, ruana barcina. De su canana cuelgan un machete mellado, un
trabuco naranjero y una gallina robada. No cabe duda. Estoy ante
el legendario caudillo Matías Semeruco, a quien daban por muerto
desde 1899 en la batalla de Tononó. Ahora reaparece, por las
razones que explica al leer a grito pelado su proclama:
–¡Compatriotas! ¡Dijo Enrique Bernardo Núñez que en Venezuela el
siglo XIX no ha concluido! ¡Nuestras huestes gloriosas de
cadáveres insepultos nos retrotraen a las glorias decimonónicas
del siglo antepasado!
Engulle Matías un buche de lavagallo con pólvora, y arremete:
–¡Como en tiempos del Marqués del Toro, de Cecilio Acosta, de
Maricastaña y de la bruja Cumbamba, torna a la vida nacional un
partido conservador que niega el derecho a la participación
política y al voto válido a la mayoría que no tiene propiedades!
¡La discriminación racial y social es de nuevo consigna política!
Se engolosina con un mordisco del rollo de chimó, y prosigue:
–¡Como en épocas de Guardajumo y del Tigre Encaramado, cada
emperador parroquial comanda como señor de horca y cuchillo
milicias propias que no obedecen órdenes del poder central!
Con certero escupitajo ahoga una garrapata que le trepa por el
antebrazo:
–¡Al igual que en los años del bachiller Mujiquita y de la
Adoración Perpetua, plumíferos, políticos, bodegueros, patiquines,
damas antañonas y curas caen arrobados ante el primer guapetón que
amenaza con alzarse en su conuco! ¡Como en épocas de la pianola y
la linterna mágica, la oposición no cuenta votos, sino peinillas!
Se palpa Matías una escarcela repleta de lochas de cobre y
morocotas:
–¡Como en los días del Ferrocarril Alemán, la vía entre la
capital y la Guaira está en manos de extranjeros! ¡Como en las
eras de la Compañía del Cable Francés, dominan las comunicaciones
extranjeros enemigos del gobierno! ¡Como en el Primer Centenario
de Bolívar, la electricidad cobra completo y alumbra por cuotas!
¡Como en tiempos de la Bermúdez Company, las compañías asfalteras
financian los alzamientos! ¡Como en la primavera del banquero
Matos, los patronos dirigen asonadas, y llaman a la planta
insolente de los acreedores de la Deuda para que profane el
sagrado suelo de la Patria!
Lanza Matías un toque de diana con un cacho de vaca recortado:
–¡Que viva la sociedad de castas! ¡Como en épocas del Marqués de
Barinas y del Intendente Olavarriaga, los caminos están
clausurados por peajes que imposibilitan el tránsito y el
comercio! ¡Arriba el feudalismo! ¡Como en las mocedades de Funes,
cada reyezuelo aldeano cobra impuestos, vende los bienes de la
Nación y quiere secesionar país propio! ¡Como en tiempos de los
Monagas, diluiremos el ejército nacional en un archipiélago de
macheteros donde cada quien haga su real gana! ¡Dios y
Segregación!
Cae al suelo Matías Semeruco, sacudido por tiritones de dengue o
paludismo, y arenga:
–¡Venezolanos! ¡Volvamos de un solo golpe al siglo XIX, cuando
no teníamos petróleo! ¡Alcémonos para que los banqueros le
entreguen Pdvsa a los extranjeros! ¡Conuco ya! ¡Siglo XIX Now!
¡Jipa! ¡Dos tiritos y al machete!
Corre Matías Semeruco esgrimiendo su colegallo, seguido por una
corneteante caravana de camionetas Explorer que no se sabe si lo
buscan para alistarse en su alzamiento o para internarlo en un
siquiátrico. En la confusión tropieza y se le escapa la gallina
robada, que quizá sea la gallina de los huevos de oro que tantos
buscan para matarla. Rogad por ella.
9 de noviembre de 2002
- o -
LOS EFECTOS DE LA BURUNDANGA
Escandalizan algunos medios con el peligro de la burundanga,
droga que le suministran al inocente entregándole un folleto,
periódico o revista.
Al tocar el papel, la víctima entra en un estado de pasividad
completa. Numerosos empresarios cerraron sus negocios, abandonaron
su trabajo e impidieron a sus empleados que trabajaran, sin
considerar las consecuencias.
La burundanga induce una actitud de automatismo, se reciben y
ejecutan órdenes sin oposición. Decenas de oficiales dejaron sus
cuarteles, desfilaron en pasarelas golpistas, secuestraron al
Presidente y cayeron en el pajón al no ser secundados por un
ejército que no estaba bajo la influencia de la burundanga.
La burundanga desaparece los actos inteligentes de la voluntad.
Inducidos por la burundanga miles de gerentes intentaron destruir
la empresa que les daba de comer a ellos y a los venezolanos, pero
no acabaron con ella sino con sus propias carreras.
La burundanga anula la memorización de hechos. En estado de
trance centenares de venezolanos siguieron a dirigencias
políticas, patronales y sindicales sin recordar que las primeras
arruinaron el país, las segundas les robaron sus ahorros y las
terceras saquearon sus prestaciones sociales.
La burundanga bloquea el sentido del ridículo. Funcionarios
diplomáticos olvidaron su investidura para terminar como
presentadores de shows transfors.
Al tocar el papel, pierde la víctima la capacidad de
discernimiento. Cualquier locutor se siente Presidente, cualquier
creativo de publicidad designa o destituye dirigencias, cualquier
lector de teleprompter aspira a moldear la sociedad.
Los efectos duran entre 2 y 18 horas o entre 2 y 18 meses, según
la dosis recibida. La víctima se recupera en medio de una
situación generalizada de ratón moral y vergüenza propia. Se
conocen casos de fobia en los que la víctima jamás vuelve a tocar
el papel que ocasionó su desgracia.
La burundanga puede ser adictiva, pero no omnipotente. Tres años
llevan los traficantes distribuyéndola, y mírenlos.
25 de mayo de 2003
- o -
TRATADO DE REGULARIZACIÓN DE LA GUERRA A MUERTE
Nadie sabe quién empezó o mejor dicho todo el mundo sabe quién
empezó: los otros. El regente Francisco de Heredia testimonia cómo
el capuchino Fernando María del Coronil predica a los realistas
que “de siete años arriba, no dejasen vivo a nadie”. El compasivo
José Tomás Boves denuncia que un sargentón bolivariano sentencia
realistas mientras finge leer en un catecismo: “Templín, caguín,
chiguín, se ajusticiará a todo godo que sea atrapado con las armas
en la mano”. El sosegado José Félix Ribas denuncia que el Urogallo
celebra saraos donde los arpistas pierden el compás y los
invitados republicanos la vida. Medios sesgados atribuyen al
Pacificador Pablo Morillo el criterio de que para acabar con la
insurrección hay que pasar por las armas a todo el que sepa leer y
escribir. Partidas de exaltados degüellan a quien pronuncia
“naranjas” con acento gachupín. El presbítero Andrés Torrellas
acusa a los realistas de lucir en sus morriones plumas negras que
amenazan de muerte a todo patriota.
Ante tal panorama, el propio Bolívar, primero en reconocer –no
en iniciar– la Guerra a Muerte, anuncia el 6 de julio de 1816 en
su proclama de Ocumare: “La guerra a muerte que nos han hecho
nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonaremos a los que
se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte
fuera del campo de batalla”. Se abre así un difícil diálogo de
cuatro años que apenas en 1820 concierta el Tratado de
Regularización de la Guerra.
Corren los años, vuelan los centauros llaneros que el 24 de
junio de 1821 le dan la paliza de su vida a los realistas en el
campo de Carabobo, y saltan los monárquicos huyendo a campo
traviesa hacia Puerto Cabello. Durante la atropellada persecución
pudo ocurrir esta conversa entre el mariscal de campo Miguel de La
Torre y el Catire Páez, que le pisaba los talones:
–Mariscal, ¿dialogamos?
–No hablo con mestizos.
–Nombraré intermediario al marqués del Toro para que vuecencia
no se sienta disminuido.
–Sólo si todos los independentistas se entregan desarmados a mi
ejército.
–¿Cuál ejército? Sus soldados quedaron derrotados y sus
generales presos en la batalla de Carabobo.
–La Gaceta de Caracas y la Gaceta de Madrid dicen que en
Carabobo ganamos los españoles.
–Venezolanos y españoles podemos entendernos.
–Al pretender que hay venezolanos usted incita al odio social.
–Dialoguemos para evitar derramamiento de sangre.
–Sólo si se restablece la esclavitud para los esclavos liberados
al hacerse soldados patriotas, si se devuelve a sus amos las
tierras que repartió Bolívar a los milicianos, si se anula la
Independencia, se disuelven todos los poderes de la República, y
sus integrantes electos se someten a juicio ante Fernando VII.
-¿Y entonces para qué murieron Cedeño, Plaza y Negro Primero?
–Todos fueron víctimas de francotiradores independentistas.
Los intentos de diálogo siguen hasta el 10 de noviembre de 1823,
cuando al ser arriada definitivamente la bandera española en
Puerto Cabello, Miguel de la Torre intenta estrangular con ella al
jefe de protocolo patriota, y prosiguen hasta hoy. No hay peor
sordo que el que no quiere perder. Sobre todo si es como Jalisco:
que nunca pierde, y si pierde, la arrebata.
25 de mayo de 2002
- o -
PUEBLO DE ORO
¿POR QUÉ EL PUEBLO SUPERA A SUS DIRIGENCIAS?
1
Hace décadas escribo que en Venezuela el pueblo supera a sus
dirigencias. Sin visible orientación de vanguardias, en 1987
protagoniza el Meridazo y en 1989 el Caracazo, en 1993 desecha el
bipartidismo, desde 1998 derrota a la coalición conservadora en
siete elecciones consecutivas; en 2002 repone al gobierno electo
depuesto y en 2003 vence un complot de desestabilización política
y económica sin precedentes. ¿Por qué triunfa?
2
En el mismo lapso la vieja dirigencia económica no hace más que
desfalcar bancos, exportar capitales, cerrar industrias y apostar
a una intervención militar interna o externa, convocando mediante
una fracción de sus medios a la oficialidad golpista, la clase
política insepulta, la meritocracia privatizadora, la
intelectualidad sin mensaje, la clase media sin expectativas y la
jerarquía eclesiástica sin evangelio a apoyar una plutocracia
autoritaria ¿Por qué fracasan?
3
Vale decir, el pueblo impone su voluntad y se organiza
desasistido en lo esencial del poder económico, de estructuras
políticas convencionales, de tecnocracias, intelocracias,
teocracias y mediocracias. ¿Cómo opera?
4
Cuando el político, el tecnócrata, el sacerdote, el capitalista
y el comunicador fallan, queda la sociedad librada a las
estructuras y estrategias organizativas solidarias que aquellos no
pudieron quebrantar, y que garantizaron nuestra supervivencia
antes de la Conquista y durante los cinco siglos de opresiones y
exclusiones que ésta impone.
5
Saber lo que fuimos es conocer lo que seremos. Somos cada vez
más como nuestros antepasados. El tiempo decanta en nuestra
herencia cultural los más válidos instrumentos para la
supervivencia. Las comunidades de las cuatro grandes familias
lingüísticas que poblaban Venezuela precolombina compartían varios
rasgos comunes: no había división en clases sociales ni
acumulación de riquezas; no existían aparatos políticos
impositivos; preponderaba el igualitarismo, la comunidad
funcionaba gracias a indestructibles lazos solidarios.
6
Concentrémonos en algunos rasgos de una de las naciones más
extendidas e indoblegables, la caribe. Los caribes no integran un
Imperio ni un Estado unificado, sino una comunidad cultural. Sus
unidades básicas son familias extendidas, sin autoridades fijas o
permanentes. No están divididos en clases, y las relaciones
sociales están regidas por los parentescos.
7
Sus niños no conocen el autoritarismo. Según reprocha Caulín a
los caribes de Nueva Andalucía “en la crianza de los hijos son
demasiadamente compasivos; rara vez los castigan por el temor de
que no se les mueran. De allí nace el criarse demasiadamente
libertosos y andar a su albedrío”. (Fray Antonio Caulín: Historia
de la Nueva Andalucía; Biblioteca de Autores Españoles, Madrid,
1965, pp. 313-324.) A tal pedagogía, tal carácter: R.P. Labat
apunta de los caribes insulares que “hay que tener miramientos
infinitos con ellos: no pueden soportar ser mandados (...) No
hacen más que lo que quieren, cuando ellos quieren y como lo
quieren(...)”. Por lo que “todo lo que se ha hecho hasta el
presente para instruirlos y hacerlos abrazar la religión cristiana
ha sido inútil” (Viajes a las islas de la América; Casa de las
Américas, La Habana, 1979, pp. 63-75).
8
Esta pedagogía que forma seres “demasiadamente libertosos”
también inculta una solidaridad gracias a la cual lo que produce
la comunidad se comparte y la mayoría de las tareas fundamentales
se cumplen colectivamente. Atestigua Caulín que “En las fajinas o
trabajos de comunidad, los jóvenes sirven a los mayores,
administrándoles la comida y bebida, que entre ellos se reparte”.
(Op.cit. pp. 312-313). No hay niños ni ancianos abandonados. La
comunidad y el individuo se asisten mutua y espontáneamente del
nacimiento a la muerte.
9
Tal solidaridad igualitaria mantiene la cohesión social en
pueblos que según Roberto Cassá presentan una “débil
estructuración de la jefatura” (Los indios de las islas; Editorial
Abya Yala, Quito, 1995, p.162). Para el cronista misionero Pierre
Pelleprat, “los Salvajes no tienen gobierno político; cada uno
hace lo que le parece; no tienen leyes ni magistrados; no
reconocen más que a sus capitanes como autoridad cierta; los
respetan y los obedecen, pero más por inclinación que por
deber”(*) (Relato de las misiones... p. 69). Cada aldea respeta
simbólicamente la autoridad de un tiubutil hothe, especie de padre
fundador del poblado. Esta jerarquía por lo general no es
hereditaria, sino fruto de elección de los pobladores, y para
merecerla es indispensable superar difíciles pruebas. (Filadelfo
Morales Méndez: Los hombres del onoto y la macana; Fondo Editorial
Tropykos, Caracas 1990, pp. 62-68). Eligen caciques transitorios –
a los que llaman apotos– sólo para una expedición o un conflicto
bélico en particular. El cargo no comporta privilegios ni
riquezas, sino deberes, entre ellos el de la extremada
generosidad. Concluida la expedición, el conflicto o la
emergencia, cesa el mando.
10
Ello no impide la coordinación casi instantánea cuando están en
juego la defensa o el interés colectivo. Cada región o cada isla
integra para tratar asuntos de interés común un Consejo de Jefes
locales, que designa un jefe regional, denominado en las islas
ubutu (Cassá: op. cit. p. 164). Según las necesidades, estos
Consejos pueden reunirse como Consejos Interregionales para tratar
asuntos de interés común. Las comunidades de cultura caribe –y
gran parte de las pertenecientes a otras etnias– presentan
prácticas de lo que hoy llamaríamos una plena democracia
participativa económica, política y social.
11
Lejos de debilitar a la nación caribe, estas formas laxas de
liderazgo harán imposible reducirla golpeando una cabeza o
jefatura central. En pocos meses los conquistadores desmantelan el
imperio azteca y el incaico, y derruyen las instituciones
centralizadas de los taínos de las Antillas mayores. Los caribes
han de ser exterminados, catequizados o vencidos pueblo por pueblo
y familia por familia en una intermitente guerra que durará tres
siglos. Digo mal vencidos: su magnífica solidaridad, su cordial
igualitarismo sobreviven en nosotros. Gracias a ellos
sobrevivimos.
12
Estas herencias culturales permiten reinstaurar en un día un
gobierno electo depuesto y resistir durante dos meses un bloqueo
energético impuesto. Contra ellas han llovido denuestos los
aparatos culturales de cada época. El país podrá ser de petróleo,
pero el pueblo es de oro. Gracias a estas herencias han triunfado
nuestros grandes proyectos políticos, comenzando por la
Independencia. Aprendamos de ellas. Conozcámoslas. Respetémoslas.
Ojalá tengamos líderes dignos de ellas.
12 de abril de 2003
- o -
GOBERNABILIDAD
Todo nuevo régimen pretende que la Historia empieza y acaba con
él. En realidad el desplome de cada poder inaugura tiempos
difíciles, en los cuales sólo pueden recomenzar quienes saben usar
las herramientas que dejan los predecesores.
Duradero y feliz transcurrió el gobierno o más bien la ausencia
de él que ahora llaman época precolombina. La clausuraron los
conquistadores, pero no pudieron sofocar los sentimientos de
igualitarismo, antiautoritarismo y solidaridad tribal que todavía
son las bases de nuestra vida colectiva.
Atroces y fastidiosos resultaron los trescientos años de calma
de la Conquista y la Colonia, pero dejaron el idioma que nos
comunica, la integración en capitanía de las ocho provincias y los
valores de una catolicidad popular más indígena y africana que
arzobispal y más terrenal y festejante que eclesiástica.
Gloriosa fue la Independencia y detestable la república
oligárquica que intentó perpetuar la esclavitud, las castas y el
voto reservado para los ricos. En su cristiana sepultura en Santa
Inés nos legó sin embargo el sentimiento de nacionalidad, el
irrenunciable republicanismo, el cuño de los carismas caudillescos
que operaron como puntos de referencia contra la disgregación
absoluta.
El cielo encapotado de la Federación anunció una tempestad de
abominables gobiernos. A pesar de ello, el Gran Partido Liberal
Amarillo nos transmite junto con la arquitectura repostera del
Capitolio varias rudimentarias palancas de gobernabilidad: el
derecho a la participación política y al voto para los pobres, el
Estado laico, el intento de unirlo con ferrocarriles y la proclama
de una instrucción pública, gratuita y obligatoria.
Agoniza el Gran Partido Liberal Amarillo en la anarquía de la
descentralización o feudalización, y caen los tronos de los
caudillejos locales ante los andinos de Cipriano Castro y del
compadre Juan Vicente Gómez. Expira el Benemérito entre la
retórica de la panegírica, y sobre el féretro del Epónimo quedan
nada menos que el Ejército Nacional permanente, el Estado
Centralizado y el ingreso petrolero, que empieza a tener
influencia decisiva sobre los presupuestos públicos desde 1929.
Con tales herramientas los postgomecistas sortean morosamente un
decenio, ahogan en la cuna el experimento del trienio adeco, y
estiran todavía otra década más de dictadura. Cuando Pérez Jiménez
huye en 1958, deja en el arsenal de utensilios de gobernabilidad
la política de concreto armado, embrionario artefacto de
activación económica y redistribución del ingreso petrolero del
que usarán y abusarán los herederos bipartidistas.
Errores incalificables perpetró el bipartidismo en cuatro
décadas de hegemonía. Pero desde las urnas en las que lo
sepultaron seis incuestionables elecciones nos legó los siguientes
artilugios: una enorme apertura educativa, un incremento en la
redistribución en salud y seguridad social, la nacionalización de
la industria petrolera y la cultura del respeto al voto.
Uno debe escribir para los buenos entendedores, pero también
para los malos. El lector que revise las líneas anteriores
encontrará un catálogo de instrumentos de gobernabilidad que cada
sistema construyó pacientemente y legó a su sucesor y a veces
adversario. Entre todos integran una suma de nuestra cultura
política, y el resultado acumulativo de ellos es Venezuela. Para
decirlo más claro: quien proyecte un gobierno y un país durables
debe preservarlos, y a partir de ellos perfeccionar creativamente
otros nuevos. Quien desee un gobierno y un país efímeros debe
intentar destruirlos. Los ejemplos sobran. Reflexione y elija.
6 de julio de 2002
- o -
INGOBERNABILIDAD
Así como cada sistema político y social deja en Venezuela
instrumentos de gobernabilidad, también engendra rémoras nefastas
que lo destruyen y cuya perduración amenaza con aniquilar, no sólo
los regímenes sucesivos, sino la propia existencia de la
República.
Maravillosa fue la herencia de igualitarismo, antiautoritarismo
y solidaridad grupal que recibimos de nuestros antepasados
indígenas. La contrapesa la anarquía tribal que, salvo en contados
casos como el de los caribes, impidió coordinar la defensa contra
la Conquista y que aún hoy nos tienta a no mirar más allá de
nuestra pequeña parroquia, nuestra mínima aldea, nuestra exigua
secta, nuestro ínfimo clan.
La Colonia instauró la unidad religiosa y la comunicabilidad
lingüística. En su testamento nos legó también la pretensión de
los sacerdotes de convertirse en gobernantes, el nefasto
sentimiento oligárquico de una minoría que se cree con derecho a
todo y no reconoce a los demás nada, el desprecio de esa minoría
hacia las mayorías de pardos, negros e indígenas, y el servilismo
de algunos integrantes de las castas discriminadas que siguen
sumisamente a las mismas oligarquías que las expolian y
menosprecian.
La Independencia nos lega el sentimiento de nacionalidad y el
republicanismo. Pero la República oligárquica deja asimismo en
cada caudillo la tentación de confundirse con un rey y de asimilar
la nación a su feudo, así como la convicción de que basta con un
cambio de nombres para prolongar indefinidamente la injusticia de
la sociedad de castas, eternizar la esclavitud y negar el voto y
la participación política a las inmensas mayorías indigentes.
También carga sobre las generaciones futuras una deuda pública
casi impagable.
Heredamos del Gran Partido Liberal Amarillo la educación y el
Estado laicos, el reconocimiento del poder de la prensa como
instrumento político, el respeto principista hacia la
alternabilidad, la participación política de las mayorías y la
instrucción pública, gratuita y obligatoria. Pero bajo el nombre
de Federación nos legaron un proyecto de atomización y secesión de
la República, así como un irresponsable incremento de la deuda
externa que atrajo la intervención extranjera.
Dejan las dictaduras andinas el Estado centralizado, el ejército
nacional, la economía fundada en el ingreso petrolero, la
resistencia hacia el cobro compulsivo de la deuda externa y el
pago de ésta. La postdata perezjimenista añade la política de
concreto armado como primitivo medio de redistribución económica.
Pero legan también la doctrina positivista, que con ribetes
seudocientíficos perpetúa la ideología racista y antipopular de la
Colonia; la incapacidad de crear una economía alternativa al
modelo petrolero, la sumisión servil hacia las potencias
compradoras de hidrocarburos, la tendencia a regalar esa riqueza
exonerando a las empresas extranjeras de gran parte de sus
impuestos. Asimismo perfilan las autocracias un modelo de
despotismo personal que se reproduce luego incesantemente y bajo
todo tipo de ropajes en partidos, cogollos, instituciones y
familias.
Mezquino sería negar que las cuatro décadas de bipartidismo nos
legan una enorme apertura educativa, un incremento en la
redistribución en salud y seguridad social, la nacionalización de
la industria petrolera, la OPEP y el principio del respeto al
voto. Insincero sería omitir que también legan una cultura de la
corrupción y la represión, enajenan la soberanía mediante la deuda
pública, y destruyen su propia obra con el fraude electoral
sistemático y el inicio de la privatización de industrias básicas,
educación, salud y seguridad social, al tiempo que reducen sus
organizaciones partidistas y sindicales a mero instrumento de los
gremios patronales venezolanos y extranjeros.
Gracias a los instrumentos de gobernabilidad que supo crear
perduró cada sistema, y pereció bajo las fuerzas disociativas que
engendró y no pudo controlar. Quien desee aniquilar un movimiento
político o un país, no tiene más que alentar o dejar de combatir
las herencias de ingobernabilidad que nos legan los regímenes
precedentes. Una herramienta posibilita a cada nuevo sistema crear
lo positivo y controlar lo destructivo: la participación.
20 de julio de 2002
- o -
PARTICIPACIÓN
A partir de la Independencia, todo gran proyecto político se
instaura gracias a la participación de las masas y se desintegra
en la medida en que intenta confiscarla.
Sabe el lector enterado que los patriotas triunfan cuando
incorporan a los lanceros pardos y esclavos. La república
oligárquica agoniza cuando excluye precisamente a esos pardos de
las elecciones y a esos esclavos de la libertad.
Conoce el público informado que la Federación se impone gracias
a la participación masiva de campesinos dirigidos por
terratenientes medios, y que expira cuando éstos crean una nueva
oligarquía liberal.
Sospecha el ciudadano culto que las autocracias andinas no
aplastaron a los caudillos federales sin masivo respaldo de
milicias cordilleranas y políticos citadinos, y que se disgregaron
al revelarse incapaces de representar a las nuevas masas urbanas.
Repite la propaganda bipartidista que sus organizaciones llegan
al poder gracias a votaciones masivas. Omite que lo pierden cuando
reducen la participación del ciudadano a un cheque en blanco
electoral suscrito cada cinco años a favor de un candidato y una
lista prefabricados por los cogollos. Cuando ofrecen democracia
política en lugar de, y no como medio para la democracia económica
y social.
Vienen entonces el 27 de febrero de 1989, la Marcha de los
Pendejos y los chaparrones electorales de vuelta de milenio y las
marchas que los golpistas usan de coartada para asaltar Miraflores
y las contramarchas que los expulsan. Deploran unos la agonía de
la democracia. Posiblemente asisten a su nacimiento. Presenciamos
el fin de la confiscación de la política por los cogollos
partidistas. Prevalecen las grandes mayorías participativas.
En efecto, hace una década era de buen tono pasar de política.
Hoy politiquea la clase media sin medios, y participan los medios
intentando pasar por mensaje y sustituir a partidos y dirigencias
políticas. Participan intelectuales exquisitos que durante décadas
guardaron remunerativo silencio, y participa Fedecámaras, que
cansada de financiar las elecciones de los presidentes quiere ser
Presidenta para financiarse a sí misma. Participan los militares
que se pronuncian, y la alta jerarquía eclesiástica que ha
descubierto que su reino sí es de este mundo. Participan
sindicaleros que ayer no más vendían huelgas y prestaciones
sociales, y la nómina mayor de Pdvsa que hace poco recibía
nombramientos a dedo y condecoraciones de las petroleras
estadounidenses, y después quiso quitar y poner gobiernos.
Participa hasta la Embajada de Estados Unidos, que monta oficina
de transición, reconoce lo irreconocible, interfiere y luego
pretende no haber interferido.
La clave para la participación es un proyecto. La Independencia,
la Federación, los autoritarismos andinos, los populismos nacieron
como proyectos. El proyecto pasa a los hechos cuando también el
pueblo participa y asume por sí mismo la organización que le
permitirá tomar por su cuenta la economía, la producción
petrolera, la calidad de la vida, la información, la formación
académica, la defensa, la religión, las condiciones laborales y la
política exterior. Participación con participación se paga. Siguen
todos el ejemplo que Caracas dio: es posible que el país lo
supere. Lo que es igual no es trampa: a lo mejor sería hasta
revolución.
3 de agosto de 2002
- o -
PAÍS DE PETRÓLEO, PUEBLO DE ORO
Luis Britto García Fondo Editorial Fundarte
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- Tratado de regularización de la guerra a muerte
- Pueblo de oro
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- Ingobernabilidad
- Participación
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