Con Posada Carriles le están apostando al olvido: hay que insistir

16/06/2005
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Entrevista con Mario Menéndez Rodríguez, director del periódico mexicano Por Esto! que investigó la presencia del terrorista en México y denuncia al narcotráfico Por Esto!, el periódico quintanarroense dirigido por Mario Renato Menéndez Rodríguez fue el que dio la voz de alerta sobre la posible presencia del terrorista Posada Carriles en México, al reportar el 14 de marzo de este año que la embarcación camaronera Santrina había encallado en Isla Mujeres. Luego de la denuncia del presidente cubano Fidel Castro, sus indagaciones fueron un ejemplo de profesionalidad y trabajo en equipo, resaltado por las tergiversaciones o el silencio cómplice de los grandes medios para asegurar la impunidad de los artífices del terror -¿Cómo surge Por Esto!? - El periódico se fundó el 21 de marzo de 1991. Ahora mismo es, con 75.000 ejemplares diarios según datos reales, el cuarto periódico de México, y vamos a dar una sorpresa el próximo 21 de marzo. Pero la idea del periódico nació en Cuba. Por regla general los medios son propiedad de grandes monopolios que los usan para la defensa de sus intereses. Utilizan los diarios como instrumento de presión para obtener privilegios. La única forma de poder publicar información que defienda los intereses populares era que verdaderos periodistas fueran los dueños e impulsores de un periódico, no para obtener beneficios económicos si no para lograr utilidad social. -Una de las cosas que llaman la atención sobre su periódico en el exterior es su forma de relacionarse con los lectores, mediante asambleas populares. ¿Cómo funciona esto? -Salvo este año, en que por medidas de seguridad todavía no lo hemos hecho (hemos sufrido cuatro intentos de secuestro) habitualmente dos o tres veces al mes anunciamos visitas a las comunidades para hacer reuniones de evaluación. Con el tiempo se han ido haciendo masivas, se juntan hasta 2 mil personas que van a escucharnos y a presentar sus problemas o comentarios. Yo explico lo que hemos publicado durante la semana, por qué lo hicimos y hacia dónde vamos. Durante 3 o 4 horas la gente expresa con absoluta libertad sus opiniones, lo que no puede decir en ningún lado lo dice aquí, con la seguridad de que se va a publicar lo que digan. -¿Se discute sólo sobre lo que se ha publicado en el periódico? -No solamente, también sobre los problemas de esa comunidad, sus alrededores, sus autoridades. De los comentarios y quejas de la gente obtenemos fuentes de información, líneas de investigación que luego seguimos. Por ejemplo cómo sacaban la droga de determinado sitio: algunos comentan que en una cancha de basketball baja un avión, lo que indica que transportan la droga en helicóptero. La idea es que los que mejor conocen los problemas de una comunidad son sus propios habitantes, por lo tanto son ellos los que deben exponer esos problemas. Y por supuesto también permitimos que critiquen la línea del periódico. -¿De dónde surgió la idea de hacer estas asambleas? -Esa fue una de las cosas que yo aprendí de la revolución cubana. La participación popular en fábricas, Comités de Defensa de la Revolución Y lugares de estudio, me dio la idea. Sin embargo, al principio yo no entendí la revolución cubana. Al inicio de la revolución, siendo yo editorialista del Excélsior, me pidieron que escribiera sobre lo que la masonería consideraba una represión contra los masones en Cuba. El Che, que era un asiduo lector, preguntó quién es ese Menéndez, y un tío mío, que era su contador, le dijo: Es mi sobrino. Pues ya te estás yendo a Mérida y le dices que se venga el tiempo que quiera, recorra la isla hablando con quien quiera y luego escriba lo que le dé la gana sobre Cuba, pero no sin venir aquí, ordenó el Che. Mi tío llegó a Mérida y me pregunta: Oye, ¿cómo debe de ser el periodista?. A lo que yo me puse a pontificar sobre la sagrada misión de informar y toda esa vaina, sin darme cuenta que me había tirado un anzuelo que yo mordí, del que luego empezó a jalar. Me dijo: Pero lo que tú acabas de publicar sobre Cuba no se ajusta a tu definición... Así que me comprometí a dejar pasar un tiempo prudencial y luego viajar a la isla. Las relaciones se inician fundamentalmente con [el comandante Manuel “Barbarroja”] Piñeiro. En ese tiempo llegué a la dirección de la revista Sucesos y publiqué ocho reportajes sobre Guatemala, y después me enteré que Fidel los estaba leyendo, y el Che le decía: Este es el que quiero que venga. Por mi cuenta le escribí a Fidel relatándole lo anterior y pidiéndole una entrevista para cubrirme las espaldas ante México, que sería en ese entonces la primera concedida por Fidel a un periodista latinoamericano. Le entregué la carta al embajador de Cuba un viernes y el lunes estaba la respuesta afirmativa. La entrevista la hice durante un mes en 1965, y así comenzó una relación que continúa hasta hoy. -Se dice que uno de los intentos de secuestro que mencionó se produjo a raíz de las denuncias de su diario contra la empresa FACOPSA, que aparentemente pertenece a los hijos de Marta Sahagún, esposa del presidente Fox, y que cobra anticipos por obras públicas que luego no realiza. -Fueron cuatro intentos, el primero en febrero del 2004. Pero esto no sólo es por lo de FACOPSA, viene de más atrás, desde la denuncia a Roberto Hernández. Desde Ciudad de México llegaron dos aviones especiales con comandos encapuchados, sin ninguna sigla. Tal como se realizan los secuestros en el norte del país, y luego cuando se acusa a alguna dependencia federal dicen que ellos no lo hicieron, ¿Dónde están las pruebas? Gracias al aviso de amigos del PAN que no están de acuerdo con esos procedimientos, pude salir de circulación durante una semana, en la que intentaron localizarme por todos los medios: montaron retenes carreteros, fueron a varias ciudades y catearon casas de trabajadores del periódico. -¿Sin orden judicial? -No, ellos al principio no podían llevar orden judicial porque entraban enmascarados, pateando la puerta. Fue al fracasar en su búsqueda que intentaron lograr una orden judicial para protegerse del desaguisado que habían hecho. Después nos llegó un documento elaborado en la Procuraduría General de la República, para justificar la agresión en mi contra. Entonces publiqué un editorial desafiando al presidente Fox y a su esposa a que utilicen los cauces jurídicos, lo que desató una reacción popular de apoyo al periódico y a mí. Dos veces más intentaron secuestrarme en ese año, y la cuarta vez a principios del 2005. Ante eso pedí que me dictaran el auto de formal prisión, para poder trabajar en paz, y así lo hicieron. Tengo que ir todos los lunes a firmar a Tribunales. Por esa razón no pude asistir al Encuentro contra el Terrorismo. -Otro de los temas polémicos que rodearon a su periódico fue la denuncia que hizo contra el que fuera presidente de Banamex (Banco nacional de México) Roberto Hernández, al que acaba de mencionar, sobre la utilización de una isla de su propiedad para el tráfico de drogas. -En junio de 1995 nuestros reporteros informaron de un enfrentamiento armado en aguas del litoral quintanarroense entre una lancha policial y supuestos narcotraficantes que habían salido de la isla de Rosario, pero no pudimos averiguar quien era el propietario de esa isla. Hasta que a fines de 1996, un grupo de cooperativistas langosteros nos solicitó ayuda para la defensa de su único patrimonio, unas 20 hectáreas, del que mostraron título de propiedad. Se las quería quitar Roberto Hernández, dueño de Banamex y de gran parte del litoral, porque eran los últimos testigos del narcotráfico. Mandé a Renán Castro y dos fotógrafos con los cooperativistas, fueron tres veces y captaron todo el proceso de la llegada, desembarco y traslado de la más pura cocaína colombiana. Llegaron en ese período tres tiburoneras de astilleros colombianos, con dos motores fuera de borda, que venían desde la costa colombiana al litoral de Quintana Roo en 22 horas, bordeando la costa para que los aviones de vigilancia AWAC los confundieran con lanchas turísticas, aunque no tenían nada de turistas: en cada lancha venían tres colombianos con cuernos de chivo [AK47]. Con total impunidad entraban la droga a la propiedad de Roberto Hernández. Conseguimos fotografías, latas de combustible, hasta un ladrillo de cocaína, las pruebas más claras. Publicamos el primer reportaje coincidiendo con la llegada de [el ex-presidente] Zedillo, Roberto Hernández y el tenor Pavaroti en el mismo helicóptero a Quintana Roo. La prensa se lanza sobre Hernández para interrogarlo sobre lo que habíamos publicado, y Zedillo personalmente lo protege. En consecuencia, hicimos la denuncia penal. -¿Esto fue después de la llegada del presidente Clinton, del que se dice que visitó Cancún para apoyar a Hernández, que se iba a alojar en su residencia pero, ante las denuncias de Por Esto! desistió de esa idea? -No, antes de ese viaje. Hernández, convencido de poder comprar a la justicia, contraataca acusándome a mí y al periódico de allanamiento de morada y de difamación. Craso error, porque justamente una de las pruebas presentadas era que la droga se manejaba en su residencia, y el allanamiento de morada significaba reconocer que las fotos eran de su finca. El propio gobernador de Quintana Roo le hizo el servicio de quitar el cargo de allanamiento de morada, para no dejarlo en evidencia. En 19 ocasiones tuve que ir a los tribunales, y en todas me dieron la razón. Luego me invitaron a dar conferencias a la Universidad de Columbia, en NY, para explicar aquello del narcotráfico institucional y no institucional, y mis denuncias provocaron el escándalo. En ese momento yo no sabía que CityGroup estaba haciendo gestiones para comprar Banamex, y ante lo que aparecía en la prensa, Hernández se ve obligado a denunciarme también en EE UU, pero sólo por difamación. Como valedores presentaba a casi todo el poder ejecutivo federal mexicano. También acusó al periodista Al Giordano, de Narconews, por solidarizarse conmigo. Hernández nunca se presentó al tribunal, a pesar de las reiteradas citaciones, y finalmente la juez me dio también la razón. -¿Qué ocurrió con los langosteros? -Todavía conservan su tierra. -En esos días hubo un tiroteo contra su periódico. -Sí, con la ayuda de la gente cogimos a los que dispararon y los entregamos a la policía, que al día siguiente los puso en libertad. -Sin embargo hay versiones que indican que el tiroteo se produjo dentro del diario, por razones que no tenían nada que ver con Hernández. -Es mentira, nunca ha habido tiroteos dentro de un periódico mío. -Otra persona relacionada con este caso fue Sam Dillon, el que era corresponsal del New York Times en México. -Es una triste historia la de ese Sam Dillon. Plagia a todo el mundo y después se lleva los premios. Me llamó por teléfono, me pidió apoyo y yo le di todo lo que teníamos sobre el caso y luego misteriosamente no escribió ni una palabra sobre eso y misteriosamente se puso en contacto con Roberto Hernández. No sé qué pasó después. -Ud. ha lanzado la teoría de que existen dos tipos de narcotráfico, el institucional y el no institucional... -Así es. El no institucional es el que no está reconocido por los servicios norteamericanos, como la DEA. No lo reconocen porque atenta contra la economía del narcotráfico institucional, que es el que permite las grandes utilidades en EEUU. De ahí reunía Oliver North sus fondos para atentar contra la revolución nicaragüense. El precio de la droga es fijado por la DEA en connivencia con las mafias. Entonces el narcotráfico institucional es el que sirve para garantizar y controlar el sector de la economía norteamericana en el que están involucrados 25 millones de adictos. Pero de pronto otra gente empieza a meter droga por otros puntos de la frontera con EEUU, sobornan a las autoridades para que les permitan pasarla, y así inundan el mercado. La DEA sabe que ocurre esto cuando hay exceso de droga en EEUU. Se viene abajo el precio, por lo tanto hay competencia con los institucionales, y a esa competencia es a la que combaten. Cuando se lee “Gran campaña contra el narcotráfico”, es contra el no institucional, al institucional no se le toca. También hay que tener en cuenta que todos los funcionarios mexicanos que se encuentran en la ruta de la droga son rehenes del narcotráfico, aunque sean honorables. La droga sigue la ruta Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Veracruz, Tamaulipas, y se entrega en la frontera de EEUU a la DEA, que no se ensucia las manos para nada. Los países que recorre la droga son los que hacen el trabajo sucio. Por eso nadie denuncia al narcotráfico institucional. ¿Y por qué el gobierno de México acepta todo esto? Porque es orden de EEUU y existe una dependencia absoluta con el gobierno norteamericano. -Ud. opina, contra la corriente, que hay que despenalizar la droga. -¿Porqué digo esto? Porque si se despenaliza la droga se cae el negocio, se acaban los muertos. Pero no propugno una despenalización sin control. El Estado se debe responsabilizar de la adquisición de la droga y suministrarla gratuitamente a aquellas personas que lo necesiten, en centros de salud y bajo control médico. Al mismo tiempo se deben construir centros estatales de rehabilitación, e iniciar campañas de sensibilización en todos los ámbitos sobre lo que implica el consumo de drogas. Si el que tiene todas esas posibilidades para salvarse insiste en seguir consumiendo, se trata ya de un problema del alcance de la libertad. Si uno quiere morir drogado, es una decisión personal. -Además de su experiencia en este periódico, Ud. ha estado presente en gran parte de los conflictos armados en Latinoamérica. -Sí, he estado en Guatemala, Colombia, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Venezuela y un poco en Perú y Paraguay. A Guatemala fui como director de la revista Sucesos para todos, y visité un campamento de la guerrilla donde pude escuchar historias terribles de los campesinos masacrados por el Ejército. También estuve en Colombia filmando la toma de un tren por el ELN, y cerca del desembarco guerrillero en Venezuela donde hubo también compañeros cubanos. Allí se registró la más grande traición que se ha cometido contra el Che. El Comandante Guevara iba a ir a Venezuela, se comprometieron con la guerrilla venezolana varias toneladas de armas que luego nadie las fue a recoger, y EE.UU. aprovechó eso para echarle la culpa a Cuba, a partir de lo cual casi todo el hemisferio rompió relaciones con la isla. -Vamos al tema del terrorismo. ¿Cómo empiezan a seguir la pista de los terroristas anticubanos? -De manera permanente hemos estado denunciando las actividades de los terroristas anticubanos. En el caso concreto de Posada Carriles, en un principio no sabíamos que era él quien estaba en Isla Mujeres, ni que estaba Santiago Alvarez o el Capi Pujol en el Santrina. Cuando Fidel da a conocer la información de que se trataba de esos terroristas, nosotros publicamos sus fotos, y a partir de esa información del gobierno revolucionario cubano empezamos a entender toda una serie de elementos que participan en el entorno de Isla Mujeres. -¿Cómo confirmaron que la persona que estaba en Isla Mujeres era Posada Carriles? -Pues porque le gusta llamar la atención, vestir fino. Isla Mujeres es un poblado de pescadores y turistas, van con pantalón corto, y ver de pronto a una persona con una camisa café de lino y un pantalón de lino color crema caminando por el muelle evidentemente llama la atención. Cuando publicamos su foto, nos dicen: Ese señor estuvo aquí. También hemos hecho denuncias muy graves sobre la mafia cubana, que se pone de acuerdo con el narco para el tráfico de indocumentados. Cancún es un centro operativo de la mafia cubana plenamente identificado con el narcotráfico. -¿Se sabe dónde residió Posada Carriles durante esos días? -Todo parece indicar que estuvo en una casa, manejada por contrarrevolucionarios cubanos con residencia en Cancún. Estamos trabajando sobre este aspecto de la investigación, que abarca también a la droga. En estos momentos está habiendo mucha actividad del sector vinculado con "El Mayo" Zambada, jefe del cartel de Sinaloa, el jefe del cartel de Ciudad Juárez y el de Centroamérica, Otto Herrera. Este último, guatemalteco, se fuga del Reclusorio Sur del DF el 15 de mayo, y tiene negocios también en Cancún. Esta zona se ha convertido en un centro de operaciones no solo para la mafia anticubana, sino también para los carteles de la droga de México y sus vínculos con colombianos y centroamericanos. A Posada Carriles lo impulsa y protege el narcotráfico desde Guatemala y Belice. Cruza el puente fronterizo de Chetumal como Pedro por el patio de su casa, de ahí sigue a Cancún e Isla Mujeres, donde es protegido mientras llega el Santrina. -¿Porqué dice Ud. que lo protegen? ¿Cuál es la relación de Posada Carriles con Otto Herrera? -Porque la ruta que usa Posada Carriles es la ruta del narcotráfico de Otto Herrera. Eso demuestra la complicidad. -¿Qué otros apoyos tuvo el terrorista? - Hay definitivamente un sector de las autoridades mexicanas que tuvieron pleno conocimiento y complicidad con los movimientos de Posada Carriles. Emigración tendría mucho que hablar sobre esto, y también la Naval, porque nadie se pasea como se paseó Posada Carriles sin que nadie haga preguntas. En las autoridades hay contradicciones internas, que hay que saber distinguirlas. El sector mayoritario no se identifica de ninguna manera con el terrorismo. El sector minoritario, pero que tiene el control policiaco-político, ve sin embargo con simpatía estas actividades, sobre todo el narcotráfico autorizado por el gobierno de EEUU. Es el narcotráfico que llamamos institucional, al que se le permite todo. Este se vincula con la mafia cubano-norteamericana con base en Miami y con la célula de Cancún. Eso explica la fluidez del tráfico de drogas por Quintana Roo. Nosotros calculamos que diariamente llegan a Quintana Roo 4 embarcaciones con 1,2 toneladas de cocaína cada una. Sin embargo, el narco colombiano ya no paga a sus socios en México en efectivo: les pagan en especie, con droga. Esta droga es la que permanece en México y la que se distribuye en el narcomenudeo. Y con esta distribución está vinculada la mafia cubana. -Un tal Ricardo “Monkey” Morales fue el primero que acusa a Posada Carriles de haber participado en el atentado contra el avión de Cubana de Aviación. Habla con un detective del FBI en Venezuela y a los pocos meses lo matan. ¿Ud. cree que se puede acusar a Posada Carriles basándose en la declaración de un elemento de los bajos fondos como “Monkey”? -Eso es revelador de la descomposición de los ambientes de la mafia anticubana. Las contradicciones se dan también entre ellos. Pero en todo caso Posada Carriles reconoció personalmente haber puesto la bomba. Lo que nosotros no sabíamos es que Santiago Alvarez, que llegó en el Santrina, era el que había dado las instrucciones a uno de los terroristas infiltrados en Cuba para dinamitar el Tropicana. No lo sabíamos porque no identificábamos a Alvarez por la foto. -Mencionó antes el tráfico de cubanos indocumentados hacia EEUU... -Estos cubanos salen cada vez con mayor frecuencia de Cuba y por razones del mar u otras se desvían, pero curiosamente siempre hay un comité de recepción esperándolos en Isla Mujeres o en cualquier punto de Quintana Roo. -¿Son secuestradores de embarcaciones? -No. Hay gente que está promoviendo estas salidas. -¿Cómo salen de Cuba entonces? -Esa pregunta no la puedo contestar. Lo que sí puedo decir es que a los reporteros de Por Esto! no se les permite el acceso a las embarcaciones. Tenemos que sorprender a las autoridades, y a veces hemos tenido suerte y los hemos detectado cuando se los están llevando. En ocasiones desaparecen dos o tres de esas personas, y no se vuelve a saber de ellas. Todo parece indicar que son las que se ponen a trabajar en la zona hotelera de Cancún o de Playa del Carmen. -¿Esos son los que no tienen familiares en Miami que les paguen el viaje? -Muy probablemente es así. Además de trabajar en hoteles a algunas de esas personas las utilizan para la distribución transatlántica de la droga, incluso hacia Europa. La ruta se inicia en Colombia o Venezuela, la mayoría de los detenidos son venezolanos, pero la gestión la lleva la mafia cubana. Los mafiosos son cubano-norteamericanos, norteamericanos e inclusive argentinos esbirros de la dictadura de ese país que manejan centros nocturnos en Cancún. EE.UU. aprovecha claramente ese tráfico de indocumentados para desestabilizar al gobierno cubano, estimulando la salida de cubanos de la isla por vías ilegales, lo que va generando en la opinión pública la idea de que las cosas no andan muy bien en Cuba. Mediante la publicidad engañosa y los relatos de amigos o familiares que se fueron, algunos cubanos que no son adeptos de la revolución caen en la tentación de huir, y no pocos de ellos vuelven en forma de agentes del enemigo. También aporta a esto la cerrazón del gobierno de los EE UU, que condiciona su ayuda a otros países por la actitud que tengan frente a Cuba. Y muchos intelectuales y periodistas aquí o en Europa no mencionan esto, porque tal vez la publicación de uno de sus libros dependa de que firme determinados manifiestos contra Cuba. -¿Se puede suponer que el Santrina se dedicaba también al tráfico de drogas? -Es lo más probable. Aunque ellos declararon que era una escuela ecológica, pero nosotros averiguamos en todas las asociaciones ecológicas de la zona y ninguna conocía ese barco. -¿Cree posible que Posada Carriles sea devuelto a México? -A EE UU no le interesa un Posada Carriles vivo fuera de EE.UU. El gobierno mexicano insiste en que no hay registros de su paso por territorio mexicano, para justificar la hipótesis de la entrada ilegal en EEUU. Además, no quisieron reconocer que Posada Carriles salió en el Santrina de Isla Mujeres porque entonces desenmascararían a Santiago Alvarez y a Pujol, que viven en Miami en una posición muy decorosa. Y EEUU no iba a resistir tres golpes seguidos. Por eso era muy difícil que lo deportaran a México, ya que demostraría la connivencia del gobierno mexicano con la mafia cubano-norteamericana. Pero la cuestión de fondo es que EE.UU. jamás puede entregar a un agente de la categoría de Posada Carriles. Un terrorista de esa magnitud, que es el verdadero jefe de Santiago Alvarez y de Pujol, no puede salir del control de EE.UU. Le están apostando al olvido, a la falta de memoria histórica de los pueblos. Por eso es tan importante lo que dice Fidel: hay que insistir. Posada Carriles nunca va a salir de EE.UU. -¿Por qué cree que el caso Posada Carriles ha entrado en los grandes medios de EE.UU.? Por ejemplo el New York Times publica un artículo cuestionando al terrorista. -Podrían haberlo ignorado, pero era demasiado evidente lo que habíamos publicado y lo que denunció Fidel. Eso se tiró sobre la mesa de Bush, y no hay que olvidar que el partido Republicano no es de las simpatías del New York Times, ni a los demócratas les conviene ese juego de favorecer a Posada Carriles. Ni siquiera la mayoría de la población de origen cubano de Florida simpatiza con él. Yo tengo amigos en Miami, y ninguno de ellos comulga con esta barbarie. -¿Qué pasos piensan seguir a partir de ahora? -Vamos a estar en todas las audiencias sobre el caso que se celebren en Tejas, publicando sobre lo que salga de ahí pero ofreciendo a los lectores una información crítica. -¿Cómo reaccionó el pueblo mexicano ante la actitud de Fox para con Fidel cuando la reunión de presidentes con Bush? -El pueblo mexicano ama a Cuba. La prueba la tenemos en este periódico. Cuando empecé este proyecto dije y lo repetiré siempre: nací con la revolución cubana, he crecido con la revolución, me formaron con la revolución, mis errores son mis errores y los errores de compañeros de la revolución cubana se discuten en casa, y voy a morir en la revolución. Hubo indignación, quién no se iba a indignar. Nosotros sentimos vergüenza ante un presidente mexicano que le dice a Fidel: Comes y te vas. Y todavía Fidel fue lo suficientemente cauto como para avisarles: No sigan hablando, hay cosas más delicadas. Cuando me preguntaron qué quería decir Fidel con eso, contesté: Que ya les va a dar un susto a todos ustedes. Fidel les quería evitar una humillación. Hasta en eso fue generoso. -¿Cómo se define ideológicamente Mario Menéndez? -Soy un dialéctico materialista. Para mí el más grande revolucionario que ha existido ha sido el Jesucristo que expulsa a los mercaderes del templo.
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