Salir de forma gradual del neoliberalismo?
30/03/2004
- Opinión
Nunca antes habían coexistido, en Sudamérica, tantos gobiernos que en
algún momento proclamaron su intención de poner distancias, o romper
directamente, con el modelo neoliberal Sin embargo, los pasos en esa
dirección, salvo excepciones, no pasaron de las declaraciones.
Los actuales presidentes de Ecuador, Perú, Venezuela, Paraguay,
Argentina, Brasil y Bolivia, llegaron a sus cargos aupados por
movimientos populares y fueron elegidos porque marcaron claras
distancias -unos de forma contundente, otros con la mayor tibieza-
con el modelo neoliberal que azota la región desde hace por lo menos
quince años De todos ellos, sólo el presidente venezolano Hugo
Chávez ha dado muestras inequívocas en el sentido de romper amarras
con el modelo El ecuatoriano Lucio Gutiérrez se pasó al bando
neoliberal, el peruano Alejandro Toledo lo siguió en el mismo rumbo,
en tanto el boliviano Carlos Mesa se encuentra paralizado por
presiones cruzadas de los intereses imperiales y de las elites
locales, por un lado, y la amenaza del movimiento popular de retomar
las calles
Los gobiernos más importantes de la región, los de Luiz Inacio Lula
da Silva y Néstor Kirchner, comenzaron sus gestiones en un clima de
esperanza generalizada Aún los intelectuales críticos auguraban una
"salida gradual de la lógica neoliberal", que parecía posible e
inminente(1) Sin embargo, no dieron hasta ahora ningún paso serio
en esa dirección, aunque justo es decir que el argentino lucha por
anteponer los intereses nacionales a los de la banca internacional,
quizá porque enfrenta la necesidad de recuperar credibilidad para el
vapuleado Estado nacional argentino, al borde de la quiebra y sumido
en una grave crisis de legitimidad
La correlación de fuerzas a escala del subcontinente, permitía
avizorar a comienzos del año 2003, las posibilidades de un cambio de
rumbo Hacia el fin del primer trimestre del 2004, esas expectativas
se han evaporado y el gobierno venezolano vuelve a quedar aislado
(junto a Cuba) en su solitaria lucha por desprenderse de un modelo
que ha destruido las sociedades y ha puesto de rodillas a los países
ante los organismos financieros internacionales Se trata, sin lugar
a dudas, de una oportunidad perdida que no volverá a repetirse en
mucho tiempo No sería oportuno achacar a tantos grupos y partidos en
el gobierno (algunos de los cuales como el PT de Brasil, tienen una
larga historia de luchas), el haber traicionado las causas populares
Hay casos de oportunistas, como Gutiérrez, pero no es ésa la pauta de
todos los casos reseñados, y no lo es en absoluto de presidentes como
Lula y Kirchner ¿Qué ha fallado? ¿Porqué la ruptura con el
neoliberalismo se muestra tan esquiva? La respuesta, es que a nadie
le agrada conducir una barca hacia zonas de alto riesgo, y todos
procuran evitarlo O sea, que la salida del neoliberalismo no puede
procesarse sin una profunda crisis social, política, cultural y
económica No sólo por las razones externas esperables (el inevitable
acoso imperial), sino por los cambios habidos en nuestras sociedades
en las dos últimas décadas
Un tejido social desgarrado
No es un secreto que el modelo neoliberal destruyó las sociedades
tradicionales Debilitó a los Estados nacionales al poner en el
centro de la sociedad al mercado, como eje regulador de todos los
ámbitos de la vida; destruyó las industrias dedicadas al mercado
interno que habían crecido desde la década de 1930; polarizó las
sociedades creando una capa de nuevos ricos, legiones de marginados y
desocupados, y empobreció a sectores de las capas medias Nuestras
sociedades perdieron la fisonomía que habían adquirido a lo largo de
décadas de potentes luchas, que fueron configurando rasgos
específicos y dieron pie al nacimiento de Estados sociales
imperfectos
Pero no todos perdieron con el neoliberalismo Este modelo no
beneficia sólo a las elites de cada país; de lo contrario, no podría
haberse sostenido durante este tiempo en el que sus principales
impulsores ganaron numerosas elecciones con amplio respaldo popular
Este es uno de los cambios sociales más profundos y desgarradores que
enfrentamos en América Latina El mundo del trabajo fue partido en
dos por el modelo: una porción minoritaria, pero significativa,
conserva sus derechos laborales y sociales, mientras la mayoría de
los trabajadores, y una porción creciente de las capas medias, fueron
empujados a la marginalidad
La suma de desocupados e informalizados oscila en el subcontinente
entre un mínimo del 45% y trepa en algunos países hasta más del 70%
de la población activa; y sus condiciones de vida empeoraron en la
última década de forma alarmante El grupo de los que aún mantienen
trabajo fijo y estable en el sector privado -aún percibiendo salarios
relativamente bajos- pudo eludir la caída en el abismo: obreros,
administrativos y técnicos de las ramas dinámicas del sector privado,
trabajadores "en blanco" o formales, son los que mantienen capacidad
de consumo, suelen vivir en los barrios "consolidados" de las grandes
ciudades, tienen acceso a servicios de salud y educación, usan
transporte privado, computadora e Internet(2) Estos cambios
sociales nos llevan a considerar que las elites y los sectores
sociales que se benefician con el sistema han conocido, en cada país
de modo diverso, una importante expansión, pasando de representar –en
números muy gruesos- quizá del 5% anterior a un promedio que puede
oscilar entre el 10 y el 20% de la población de cada país
En Argentina, donde el porcentaje de la población asalariada fue de
los más elevados del continente, los aumentos salariales –que son el
motivo principal de la acción sindical- benefician al 19% de la
población activa, que representa sólo al 8% de la población total(3)
Los cambios provocados por el neoliberalismo llevaron a que la mayor
parte de la población activa esté excluida del empleo asalariado
formal y de sus beneficios: en efecto, si de la población activa
total se restan los desocupados (22% en 2002), los asalariados no
registrados o "en negro" (22%), los informales (17%) y los empleados
del sector público (15%) que reciben aumentos ridículos, muy por
debajo de la inflación, concluimos que sólo el 19% de los
trabajadores (aquellos que pertenecen al sector privado y están
registrados, o sea que pertenecen a grandes empresas) son los
verdaderos beneficiarios de los aumentos salariales(4)
Mientras más de la mitad de la población se hundió en la pobreza, a
este sector le ha ido bien, o relativamente bien, en las dos últimas
décadas Estos grupos sociales, que a menudo son la base social del
neoliberalismo, suelen estar sobre-representados en el movimiento
sindical y son los que marcan los rumbos del sindicalismo.
Pasion por la estabilidad
Uno de los efectos más perversos del neoliberalismo, es que los que
más necesitan romper con él, tienen enormes dificultades para
organizarse y hacerse escuchar, mientras los que pueden hacerlo están
interesados en mejorar su situación dentro del modelo Esta fractura
no se registraba en el período de la industria nacional de
sustitución de importaciones, cuando todos los sectores populares
tenían -a grandes rasgos- intereses mínimos comunes Dicho de otro
modo: hasta los años setenta podía sostenerse que el movimiento
sindical, en el que se agrupaban todas las categorías de obreros,
tendía a representar el "interés general" de la clase trabajadora
Esto ha cambiado radicalmente con la implantación del neoliberalismo
En palabras de un dirigente de la Central de los Trabajadores
Argentinos (CTA), refiriéndose al sindicalismo que sólo organiza a
los que tienen trabajo formal: "Un modelo sindical que sólo apuesta a
organizar a este sector, apuesta a la debilidad de la clase
trabajadora y es funcional al sistema"(5)
No es ninguna casualidad, por tanto, que las luchas más importantes
de la última década las protagonizaran los sin tierra brasileños y
paraguayos, los indios bolivianos, ecuatorianos y chiapanecos, los
habitantes de las barriadas pobres en las periferias de las grandes
ciudades, como los piqueteros argentinos y los vecinos de El Alto en
Bolivia Ciertamente, hubo sindicatos y gremios de trabajadores que
desplegaron luchas muy importantes Pero fueron la excepción Lo
habitual, es que los que verdaderamente pelean son los desocupados y
subocupados, en suma, los marginalizados por el neoliberalismo
El secretario de Organización de la CUT brasileña, Rafael Freire,
expresa de forma transparente la existencia de dos opciones entre los
oprimidos Sostiene que en el amplio movimiento contra la
globalización neoliberal, coexisten dos opciones: la de quienes
promueven su "abolición", y los que como la CUT y las grandes
centrales sindicales del mundo "trabajan por la 'reforma' de esos
organismos" y defienden "medidas que den una dimensión social a la
actual globalización"(6) En todo caso, ambas alternativas
(antisistémica y de inserción en el sistema) no deberían visualizarse
como opciones ideológicas, sino como resultado de los intereses de
sectores sociales que están insertos de forma diferente y
contradictoria: los marginalizados, por un lado, y los que tienen
trabajo fijo y expectativas de ascenso social, por otro
Más aún, buena parte de los trabajadores sindicalizados suelen
abrigar temores hacia los desocupados, cuando éstos salen a las
calles En ese sentido, los sectores que tienen trabajo fijo, ya sean
obreros, administrativos o técnicos, mantienen actitudes culturales
próximas a las de las clases medias con las que están cada vez más
emparentadas Lo sucedido en Argentina en los momentos más intensos
de la crisis –la confluencia en las calles entre los marginalizados y
las capas medias- no es lo habitual El deseo de progresar dentro del
neoliberalismo de aquellos que no se han hundido en la pobreza, se
expresa políticamente como apuesta a salir de forma gradual del
modelo Tienden a rechazar los caminos políticos que pueden provocar
crisis sociales y, muy en particular, recelan de que los marginados
puedan ocupar un papel relevante en el escenario político, económico
y social
Rutura con el modelo y crisis social
En algunos países, las grandes centrales sindicales hace tiempo que
ya no representan los "intereses generales" de los trabajadores, sino
apenas intereses corporativos de pequeños sectores Es el caso del
llamado "sindicalismo empresario" patrocinado por la CGT argentina,
muchos de cuyos sindicatos participaron en el proceso privatizador
asociándose al gran capital internacional, ya sea en las empresas
privatizadas o en los fondos de pensiones creados por el menemismo
Pero es también el caso de las centrales brasileñas, cuyos dirigentes
han sido señalados como parte de una "nueva clase social" surgida de
la administración de los fondos de pensiones originados en las
antiguas empresas estatales(7) Por diferentes vías (mafiosas en el
caso argentino, constitucionales en el brasileño), el sindicalismo
tradicional vive una profunda mutación: sus capas más altas están muy
lejos de aquella "aristocracia obrera" nacida a principios del siglo
pasado, integrada por obreros manuales calificados, bien remunerados,
educados y con formas de vida diferenciadas del resto de los
trabajadores, que apostaron a los grandes partidos reformistas Ahora
estamos ante una fusión de intereses entre la gran burguesía y un
sector de los trabajadores, justo aquellos que ejercen un papel
determinante en el movimiento sindical, por lo menos en unos cuantos
países de América Latina.
Esto explica, entre otras muchas razones, porqué la Confederación de
Trabajadores de Venezuela (CTV) se moviliza para derrocar al gobierno
de Chávez y se enfrenta a los habitantes de los barrios populares
Los trabajadores de la petrolera estatal, PDVSA, guiados a menudo por
la gerencia de la empresa, han sido la punta de lanza de los
intereses imperiales Ciertamente, el caso venezolano es excepcional
por la nitidez de los intereses corporativos que representa la
central sindical, pero en absoluto es un caso aislado Buena parte de
las centrales sindicales del continente han renunciado a una política
de "derechos iguales para todos", característica del Estado
benefactor, y se limitan a apoyar las políticas focalizadas contra la
pobreza que defiende el Banco Mundial y aplican todos los gobiernos
de la región, menos los de Venezuela y Cuba
El gran problema que presenta la salida del neoliberalismo en América
Latina, es que el principal sujeto social de los cambios ya no es la
clase trabajadora en su conjunto, sino el sector más pobre, los
llamados marginalizados Un gobierno que pretenda romper con el
neoliberalismo, tendrá que "privilegiar" a este sector, tanto en lo
económico como en lo social, lo político y lo cultural Por el
contrario, los intereses corporativos del sector de trabajadores que
se ha beneficiado con el neoliberalismo, se verán perjudicados En
los hechos, parece imposible contemplar a unos sin afectar a los
otros, lo que supone niveles de confrontación elevados Más aún
cuando los marginalizados (indios, sin tierra, piqueteros y otros)
comienzan a irrumpir en el escenario político con demandas propias,
que nunca consisten en el abandono "gradual" del neoliberalismo sino
en la ruptura lisa y llana Aunque ello signifique adentrarse en
profundas crisis.
Notas:
(1) Emir Sader, "Lula: ¿llegó el posneoliberalismo?", en revista América Libre No 20, Buenos Aires, enero de
2003
(2) Véase Armando Boito Jr, "A hegemonia neoliberal no governo Lula", en revista Crítica Marxista No 17, Río de
Janeiro, Editora Revan, 2003.
(3) Hugo Nochteff y Nicolás Güell, "Distribución del ingreso, empleo y salarios", Intituto de Estudios y Formación
de la CTA, Buenos Aires, junio de 2003
(4) Para llegar al 100% debe sumarse a patrones y profesionales registrados (5% entre ambas categorías).
(5) Declaraciones del dirigente de los trabajadores estatales, Juan González, en Brecha, Montevideo, 15 de
febrero de 2002
(6) Rafael Freire, "O sindicalismo e os movimentos de luta contra a globalizaçao neoliberal", en revista OSAL No
6, Buenos Aires, enero de 2002
(7) Francisco de Oliveira, O ornitorrinco, San Pablo, Boitempo, 2003.
https://www.alainet.org/es/active/5908?language=es
Del mismo autor
- Narco-estados contra la libertad 19/07/2018
- Juegos Olímpicos: La irresistible militarización del deporte 19/08/2016
- La minería es un mal negocio 02/12/2015
- Catalunya hacia la independencia 02/10/2015
- Humanitarian crisis: Solidarity below, business above 16/09/2015
- Crisis humanitaria: Solidaridad abajo, negocios arriba 11/09/2015
- Brazil-US Accords: Back to the Backyard? 04/09/2015
- Los recientes acuerdos Brasil-Estados Unidos ¿El retorno del patio trasero? 30/07/2015
- Las repercusiones del “acuerdo” entre Grecia y la troika 17/07/2015
- China reorganizes Latin America’s economic map 09/07/2015
Clasificado en
Clasificado en:
