Indiferencia frente a fumigaciones en frontera norte
02/03/2004
- Opinión
Desde julio del año 2003, 80 familias ecuatorianas abandonaron sus
fincas ubicadas en Puerto Mestanza, a orillas del río San Miguel,
como consecuencia de las fumigaciones realizadas en las zonas
selváticas amazónicas de Colombia para erradicar las plantaciones de
coca del otro lado del río.
Víctor Mestanza, el fundador del pueblo, es uno de los miembros de
las 5 familias que se quedaron. "Con las fumigaciones que empezaron
en enero de 2000 como parte del Plan Colombia," comenta Mestanza,
"la situación es desesperante, no se puede trabajar, nos han acabado
la economía y nuestros cultivos".
En los días posteriores a la última aspersión de herbecida realizada
"por avionetas colombianas que sobrevolaron nuestro territorio", el
campesino perdió "varias hectáreas de cultivo de caña de azúcar,
plátano, la muerte de 170 mil peces en sus piscinas agropecuarias,
400 patos y 70 cerdos", es decir el fruto de sus 23 años de trabajo
en la región.
El Plan Colombia se inicio en el año 2000 con financiamiento de
EE.UU. a fin de luchar contra el narcotráfico, en el que están
involucrados los grupos paramilitares y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC). La intensidad del plan y de las
acciones del ejército colombiano contra las FARC han ido creciendo
desde la elección del presidente Alvaro Uribe en Colombia y la
política militarista antiterrorista del gobierno estadounidense. El
Ecuador se involucró también en el conflicto del país vecino y
cuenta ahora con miles de soldados en la frontera, una presión que
deplora la población fronteriza.
Según el presidente de los afectados por las fumigaciones, Daniel
Alarcón, el problema involucra a alrededor de 10 mil colonos e
indígenas de Sucumbíos, que viven a lo largo de unos 300 kilómetros
de la frontera que la provincia comparte con Colombia. Ellos
presentan varios problemas de salud que atribuyen al potente
herbecido glifosato fumigado encima de las áreas pobladas, escuelas,
ríos y esteros.
"No tenemos que comer, no podemos sembrar nada en nuestras tierras",
clama Alarcón, que evoca la posibilidad de retomar a partir de
mediados de marzo un paro provincial previsto inicialmente para el
12 de febrero 2004.
En nombre de las 97 organizaciones populares que representa, Alarcón
exige del gobierno ecuatoriano una posición clara frente al
problema: la suspensión de las fumigaciones y la aplicación de un
corredor de amortiguamiento de 10 kilómetros al norte del río San
Miguel en territorio colombiano; indemnizaciones de parte del
gobierno colombiano a los afectados y la aplicación de un plan de
desarrollo socioeconómico para las numerosas comunidades que no
tienen luz, agua potable ni servicios de salud.
Para responder a las quejas de los colonos fronterizos, la Comisión
de Derechos Humanos del Congreso ecuatoriano organizó un recorrido a
la zona entre el 27 y 29 de febrero para recolectar testimonios y
escuchar las denuncias presentadas por los campesinos y responsables
locales.
El recorrido fue una iniciativa de la presidenta de la Comisión de
DDHH, María Augusta Rivas, que invitó a la Comisión científica
constituida por el Ministerio de Relaciones Exteriores para estudiar
posibles daños en el territorio ecuatoriano. El representante de la
Cancillería, Oscar Izquierdo, y tres agrónomos de la Comisión
científica participaron en la visita.
El ministro de Relaciones Exteriores, Patricio Zuquilanda, todavía
no ha definido una posición frente al gobierno Colombiano y tampoco
ha reiterado la exigencia de su predecesora, Nina Pacari, para que
se respete un corredor de amortiguamiento de 10 kilómetros para
evitar daños en territorio ecuatoriano. El representante de la
Cancillería, Oscar Izquierdo, explicó que se debía espera los
resultados de la Comisión científica antes de definir una posición.
Creada por el canciller Zuquilanda en septiembre 2003, la Comisión
todavía no ha presentado resultados ni un protocolo de
investigación. "Todavía no se puede demostrar que el producto (el
glifosato) haya llegado al país", dijo el agrónomo Rubén Tamayo que
explicó que la Comisión primero tenía que establecer un plan de
trabajo para una recolección científica de pruebas. Los científicos
trabajan con homólogos colombianos en una Comisión binacional para
llegar a conclusiones y eventualmente recomendaciones comunes sobre
probables daños en Ecuador.
El glifosato, explicó el agrónomo Tamayo, es un herbicida producido
por la compañía estadounidense Monsanto, que puede matar a todas las
plantas vaporizadas, pero que desaparece en menos de 72 horas
después de su aplicación, lo que hace muy difícil comprobar su
utilización. Aseguró también que era uno de los herbecidas más
utilizados en el mundo para la agricultura comercial y que nunca se
ha demostrado su toxicidad en los humanos o animales cuando es
utilizado en las dosis y concentraciones recomendadas.
Sin embargo, el médico Adolfo Maldonado, de la organización Acción
Ecológica y autor de varios estudios que inició el año 2000 sobre
los impactos de las fumigaciones en la salud de los campesinos de la
frontera, reporta síntomas generalizados de intoxicación como
fiebre, mareo, diarreas, vómitos e irritación de mucosas en las
poblaciones afectadas, luego de cada periodo de fumigación.
También indica que sus análisis demuestran alteraciones genéticas en
la sangre de mujeres de la zona fronteriza. El médico realizó un
estudio de las plantas en el territorio fronterizo ecuatoriano que
reveló cambios en la composición química atribuible a la
introducción de agentes como el glifosato.
"Ahora, en lugar de esperar que haya otras fumigaciones en Ecuador,
la Comisión científica bilateral debería hacer las pruebas
directamente en Colombia donde se practican, desde varios años,
fumigaciones en territorios poblados", recomendó Maldonado, que
denunció la ambigüedad del proceso iniciado por la Cancillería y
cuestionó su imparcialidad en el tema. "Este problema es político y
necesita una solución política" concluyó el médico.
Para el diputado de Sucumbíos Julio González, no hay duda que "las
fumigaciones causan desequilibro ambiental, afectan a la salud y
causan pobreza afectando las relaciones comerciales entre las
poblaciones vecinas. Se involucró al Estado ecuatoriano en el plan
Colombia y nos lleva a un derrotero sin fin, no sabemos cómo va a
terminar el país", criticó el diputado por el movimiento de
oposición Nuevo País, que considera que la Comisión científica
constituida por la Cancillería carece de credibilidad. "La decisión
es política, Gutiérrez (el presidente ecuatoriano) invierte en la
militarización cuando se necesita asistencia social. La voluntad
viene de las presiones de los gobiernos estadounidense y colombiano,
y Gutiérrez ya se declaró el mejor aliado de Bush y Uribe."
La maestra Narcisa Trujillo vio exponer dibujos de sus alumnos a los
miembros de la Comisión. Los dibujos infantiles representan aviones
y helicópteros echando lluvias de herbicida sobre su escuela, casas
y animales muertos en el recinto de Nuevo Mundo.
"Hasta la última fumigación de julio de 2003, las avionetas y
helicópteros pasaron directamente encima de la escuela, fumigando
los espacios de juegos de los niños. Ellos han presentado síntomas
de fiebre, mareos y erupciones cutáneas". Dibujos hechos por los
alumnos de varias escuelas de la frontera fueron recogidos por los
profesores y presentados en el anfiteatro del Tribunal Provincial
Electoral para enseñar las experiencias vividas por los niños de la
frontera.
"Los niños no tienen miedo de hacer sus dibujos, pero existe un
temor en la población que impide a varios comentar sobre su
experiencia durante las fumigaciones" dijo Mariela Pinto, presidente
de los profesores de la Unión Nacional de Educadores (UNE) de
Sucumbíos. La sindicalista denunció el cierre de escuelas de la
zona fronteriza en lo que sospecha sería un plan de despoblación del
Gobierno para que los colonos se retiren de la zona sin ser
indemnizados. Comentó que cuatro escuelas han sido cerradas desde
el año pasado, afectando a 50 niños y empujando a sus familias al
exilio.
"Seamos claros," comenta el colono Enrique Guamán en su pequeña
vivienda de Puerto Nuevo, "éste es un plan de guerra de Colombia,
EE.UU. y Ecuador. Antes, aquí nunca habíamos tenido problemas de
seguridad".
Contemplando el estrecho río San Miguel por el que cruzan
constantemente lanchas de sus vecinos colombianos a Ecuador, Guamán
comenta que "con los colombianos somos hermanos, compartimos en
todos los sentidos: en comercio, en deportes y en matrimonios. Los
problemas que tenemos son por las fumigaciones que afectan al
trabajo y a la salud de los campesinos, y la presencia militar que
afecta al comercio".
https://www.alainet.org/es/active/5716
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