Declaración de São Bernardo do Campo - WACC AL
Los derechos ciudadanos en la sociedad de la información
10/11/2003
- Opinión
Hombres y mujeres comunicadores cristianos reunidos en la
... Asamblea Regional de la WACC- América Latina, en la
primavera de 2003 en São Bernardo do Campo, centro
industrial de América Latina, testigo del surgimiento de
grandes luchas de los trabajadores y de un dinamismo y un
compromiso inspirador de las comunidades cristianas de
América Latina, en un Brasil que hoy vive el desafío de
la construcción de una sociedad que aspira a profundizar
su democracia y disminuir las desigualdades históricas
existentes.
Al debatir sobre los derechos ciudadanos en la sociedad
de la información, nos reconocemos en el desafío de las
sociedades latinoamericanas, sus conflictos, sus luchas y
sus esperanzas. En ello vemos:
- La necesidad de ampliar la democracia y sus
espacios de participación, fortaleciendo a los actores
sociales que bregan por sus derechos y su dignidad. La
comunicación es una dimensión fundamental para construir
ciudadanías protagónicas y una nueva relación entre el
Estado y la sociedad.
- El desafió a cuestionar las políticas
económicas dominantes y buscar caminos para superar la
pobreza económica y las profundas brechas sociales que
dividen a nuestras sociedades latinoamericanas, a lo que
se suma la restricción y discriminación del acceso a los
medios y las tecnologías de la información y la
comunicación.
- La necesidad de denunciar las situaciones de
violencia marcadas por una permanente violación de los
derechos humanos, la represión de la movilización
popular, la criminalización de la protesta social y la
militarización de nuestra sociedad global con la creación
de la hipótesis de conflicto y el fantasma del miedo.
Estas situaciones son expresiones de relaciones de
dominación que intentan consolidar una visión unipolar y
la hegemonía del pensamiento único, muchas veces
justificado con argumentos religiosos.
- La importancia de reconocer el fortalecimiento
de las luchas de las mujeres, jóvenes, comunidades
indígenas, campesinas, afrolatinoamericanos y de todas
las personas obligadas al desplazamiento y a la
migración, que interpelan a un modelo de sociedad que
margina y excluye.
- El rol fundamental que desempeñan los medios
comunitarios, asociativos y populares, como principales
impulsores en la acción por una comunicación en la que la
verdad, los valores éticos y la opción por los pobres es
prioritaria para constituir un espacio donde todos los
rostros, todas las voces son compartidas, dando a conocer
la realidad desde los testimonios y las experiencias de
las nuevas opciones por la libertad y la justicia que se
están gestando en nuestro continente.
- El significativo rol de las iglesias y
comunidades cristianas del continente, de las cuales
somos parte, que tiene el desafío de incorporar en su
agenda pastoral el trabajo de las comunicaciones como
factor indispensable para la concreción de una sociedad
justa, en la que se respeten los derechos de los pueblos
y la dignidad de hombres y mujeres.
Garantizar el derecho a la información y a la
comunicación como derecho humano fundamental en esta
coyuntura, es para nosotros y nosotras un compromiso
vital y prioritario. Para lograr este objetivo, nos
comprometemos con:
- La campaña CRIS (por el Derecho a la
Comunicación en la Sociedad de la Información) como
proceso de articulación y suma de esfuerzos de
instituciones y movimientos de todo el mundo, de la cual
somos parte e impulsores desde su inicio;
- El proceso de sensibilización en todas
nuestras sociedades, incluye la participación en la
Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, en
Ginebra, en diciembre de 2003, que será un hito para
seguir sumando voluntades y un espacio clave para
plantear nuestras demandas por la democratización de las
comunicaciones y las nuevas tecnologías de la
comunicación y la información. El camino a Túnez (segunda
fase de la Cumbre) nos desafía a una mayor incidencia
pública y a compartir esta problemática que no debe ser
dejada en manos de unos pocos.
Como comunicadoras y comunicadores cristianos,
reafirmamos nuestro compromiso, nuestra convicción y
esperanza, comprometiéndonos con las iniciativas que se
están dando en toda la región por más vida plena y más
democracia. Por ello, hacemos oír nuestra voz contra el
ALCA, como una iniciativa que profundiza la brecha entre
ricos y pobres, aumenta la dependencia económica de
América Latina y atenta contra la soberanía de nuestros
estados. Por ello, también nos solidarizamos con el
pueblo boliviano que en el mes de octubre libró una lucha
importante por la democratización de su sociedad. En
esta, varios medios de comunicación, como Radio Pío XII,
de Oruro, fueron acallados temporalmente por decir la
verdad. Hoy su voz profética se mantiene firme.
Animados por el Espíritu de Vida, proclamamos que una
América justa y solidaria es posible. Junto a las redes e
iniciativas, a las iglesias y a las personas de buena fe,
y a organizaciones afines, seguiremos construyendo
sociedades llenas de ternura y de esperanza, seguiremos
construyendo la América Latina con la cual sueña el
Creador.
- São Bernardo do Campo, 10 de noviembre de 2003
https://www.alainet.org/es/articulo/108899
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