Foro Campesino Indígena
OMC fuera de la Agricultura
10/09/2003
- Opinión
Con una marcha
multitudinaria por las calles de Cancún, ciudad cercada
por barreras, policías y militares, concluyó este 10 de
septiembre el Foro Internacional Campesino e Indígena que
demandó a la OMC dejar fuera de sus negociaciones los
temas de la agricultura y la alimentación.
El Foro, que se celebró entre el 8 y el 10 de septiembre,
fue convocado para expresar las posturas del movimiento
campesino mundial ante la V Conferencia Ministerial de la
Organización Mundial de Comercio –OMC- que se desarrolla
en Cancún.
En una Declaración de siete puntos que sintetiza los
principales aspectos de su propuesta ante la mencionada
Conferencia, los/as campesinos e indígenas enfatizan que
la OMC debe mantenerse fuera de la agricultura y la
alimentación, especialmente porque la aplicación de las
leyes de mercado en esta área, además de incrementar el
hambre y la depredación ambiental, conduce a la
eliminación de los modos de vida campesinos.
Por eso las organizaciones indígenas y del campo,
proponen que la soberanía alimentaria, estrechamente
interrelacionada con la soberanía de los pueblos, sea el
principio rector de las políticas internacionales en el
área agrícola y alimentaria.
El concepto de soberanía alimentaria acuñado por la Vía
Campesina, organización que aglutina a unos sesenta
millones de personas del campo de todo el mundo, tiene
que ver con el derecho de los pueblos a producir sus
propios alimentos en concordancia con sus propios
criterios de sustentabilidad, con sus culturas y con la
protección de la biodiversidad. Refiere entonces al
derecho a definir políticas agrícolas propias, fuera de
las reglas del juego impuestas por la OMC.
De allí que la demanda de colocar el bien de los pueblos
antes que el comercio de bienes en la definición de las
relaciones económicas y sociales, constituye un elemento
clave de las propuestas del movimiento del campo, basadas
a su vez en la desmercantilización de la tierra y sus
recursos.
"Bajo los preceptos mercantiles dominantes y las
políticas diseñadas por la OMC que priorizan los
intereses de las corporaciones transnacionales,
desaparece cada tres minutos una finca familiar", señaló
Paul Nicholson, dirigente de la Vía Campesina, y esto se
hace de espaldas a la gran importancia que tiene la
agricultura pequeña y doméstica, que abastece en los
hechos a la gran mayoría de la demanda alimentaria.
Por eso, señaló Nicholson, el empecinamiento de la OMC en
adoptar reglamentaciones liberalizadoras que solo
benefician a las transnacionales, constituye una arma
contra las y los campesinos, pues los obliga a competir
en condiciones de absoluta desigualdad. Esta guerra
contra el mundo campesino, agregó, destruye las
capacidades de generar vida, los recursos naturales y las
propias vidas del campesinado.
Rafael Alegría, coordinador de la mencionada organización
mundial, hizo un llamado a desenmascarar el carácter de
las negociaciones que se realizan en la V Conferencia
Ministerial de la OMC, por cuanto éstas no se realizan
entre Estados, con su respectiva autonomía, sino entre un
puñado de corporaciones empeñadas en repartirse la tierra
y sus recursos, el agua, y el comercio. Y, como es
conocido, agregó, "ellos (los gobiernos) no están de
acuerdo ni entre ellos", pues es de dominio público que
la Conferencia Ministerial de la OMC inicia en un
ambiente atravesado por distintos niveles de desacuerdos
entre los gobiernos, entre los cuales el más
significativo es el relacionado con el tema de los
subsidios a la agricultura europea y norteamericana, cuya
disminución es un tema de debate entre ellos, pero
también un elemento agudizador de las desigualdades entre
el Norte y el Sur.
De allí que la defensa de un proyecto alternativo es
colocada al centro de la propuesta campesina, que incluye
también la defensa de las semillas de transgenosis
natural y la potestad de los pueblos sobre sus recursos y
conocimientos, en el sentido contrario de la apropiación
privada de éstos como plantea el acuerdo sobre propiedad
intelectual –APDIC- de la OMC.
En esas condiciones, parafraseando el lema de la campaña
mexicana "El campo no aguanta más", Rafael Alegría,
enfatizó en que el mundo no aguanta más y que, por lo
tanto, los planteamientos del sector rural deben ser
interrelacionados con aquellos de los otros movimientos
que abogan por la creación de un mundo distinto al
actual, caracterizado por una dictadura económica y una
arremetida militar.
https://www.alainet.org/es/articulo/108355
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