Una salida no-violenta
22/09/2003
- Opinión
Julián Sabogal es uno de los economistas latinoamericanos
más destacados de la actualidad. Autor de la monumental
Historia del Pensamiento Económico Colombiano (Plaza &
Janés, 1995), enriquece de modo recurrente el análisis
crítico de las distintas escuelas del pensamiento económico
así como la interpretación totalizante del devenir
continental. En uno de sus últimos ensayos académicos,
titulado Reflexiones sobre un modelo de desarrollo para
Colombia y publicado por la Universidad de Nariño el año
2000, propone un camino alternativo al neoliberal para la
hermana nación, como salida a la crisis económica de alta
intensidad que padece y como medio para superar la añeja
confrontación armada. Se trata de un modelo mixto,
solidario, democrático y sostenible.
Elabora su heterodoxa estrategia a partir de dos sugestivas
ideas. La primera, referida a que para países como los
latinoamericanos la internacionalización del capital –la
globalización corporativa- no estaría resultando en el
mejor de los mundos posibles, conforme buscan persuadirnos
desde la Santa Sede del establecimiento; y, la segunda,
relativa a que, contrariamente a lo que rezan los manuales
marxistas, el capitalismo no sería la fase de una
transición al comunismo, según verifica la evolución
regional signada por la existencia multisecular de diversos
regímenes productivos.
Este segundo postulado lo explicita de la siguiente manera:
"Cada forma económica tiene su propia racionalidad y, en
consecuencia, la convivencia de los colombianos se basaría
en la coexistencia de las distintas racionalidades. Por
ejemplo, para el capital lo racional es la obtención de
éxito individual a través de la competencia, mientras que
para otra forma económica lo racional puede ser la
obtención de la felicidad colectiva e individual a través
de la solidaridad".
¿Cómo proveer de viabilidad al modelo, es decir, armonizar
en la práctica las distintas racionalidades económicas
existentes Para el autor, la clave sería arribar a acuerdos
sobre cuestiones concretas y trascendentes. "Se trataría de
la construcción de consensos en varios campos. Para dar un
ejemplo, prácticamente todos los sectores del país se han
pronunciado a favor de acabar con la miseria, incluso
aceptan la idea de que los ingresos deben ser distribuidos
de forma más equitativa. Quizás sea posible crear consensos
sobre las causas de la distribución no equitativa. Los
ingresos generalmente son proporcionales a la propiedad; si
ésta está concentrada aquellos lo estarán, por tanto
bastaría revisar la estructura de la propiedad para generar
equidad". Igual tratamiento tendría el problema
educacional. "Está demostrado que un mayor nivel de
educación formal implica ascenso en la escala social; por
tanto, en la medida en que el Estado se responsabilice de
la educación a todos los niveles de un mayor número de
colombianos, la distribución del ingreso será más
equitativa".
¿Podrá Colombia liberarse de los fundamentalismos de
distinto signo y, al margen de intervencionismos
interesados o ingenuos, emprender el retorno a su realidad
multiforme? Con su utopía, concebida como un futuro a
construir con imaginación y perseverancia, Julián Sabogal
responde afirmativamente.
* René Báez. Prof. de la Universidad Católica de Quito.
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