El nuevo siglo americano
- Opinión
"En nuestro nombre, la administración Bush, con la casi unanimidad del Congreso, ha atacado Afganistán y se ha arrogado, junto con sus aliados, el derecho de destruir fuerzas militares en cualquier lugar y momento. Las brutales repercusiones se han hecho sentir desde Filipinas hasta Palestina, donde los tanques y los bulldozers israelíes han trazado un terrible sendero de muerte y destrucción. Y el gobierno se dispone ahora a emprender una guerra total contra Irak, país que no tiene ninguna relación con los hechos del 11 de septiembre. ¿Qué clase de mundo será este si se permite al gobierno de Estados Unidos lanzar comandos, asesinos y bombas donde quiera que se le antoje?
Este es uno de los fragmentos importantes de la declaración realizada por cuatro mil intelectuales norteamericanos, realmente indignados por el camino de agresividad que ha emprendido el gobierno de George W. Bush que parece dispuesto a iniciar otra guerra, ahora contra Irak, mostrando que el camino militar es el único que conoce este presidente desbordado, apuntalado por un grupo de "halcones" que embarcan a EE.UU. en una nueva clase de acción armada, que gracias a las diferencias tecnológicas, se intentará llevar adelante con la premisa de dudosa moralidad de no contar con bajas propias.
Pero el documento sigue, descarnado, mostrando cual es la realidad de lo que hoy está ocurriendo en país central, cabeza del capitalismo globalizado que no admite la disidencia y se abroga del derecho de ser juez y gendarme del planeta tierra. Dice: "En nuestro nombre el gobierno ha creado en Estados Unidos dos clases de ciudadanos: aquellos a los que al menos se les prometen los derechos básicos del sistema legislativo y aquellos que ahora no parecen tener derecho alguno. El gobierno ha arrestado a más de mil inmigrantes y los ha encarcelado en secreto y sin límite de tiempo. Centenares de personas han sido deportadas y centenares siguen en prisión. Por primera vez en décadas los procedimientos de inmigración someten a determinadas nacionalidades a un tratamiento desigual"
La vigencia del "Patriot Act"
"En nuestro nombre el gobierno ha desencadenado una oleada de represión en la sociedad. El portavoz del presidente ha intimidado a la gente diciendo que 'tengan cuidado con lo que dicen'. Los artistas, intelectuales y profesores disidentes ven sus puntos de vista distorsionados, atacados y eliminados. La llamada "Patriot Act", junto a un sinfín de medidas similares en los diversos estados, da a la policía nuevos y más amplios poderes de investigación y secuestro, con cobertura de procedimientos secretos.
"En nuestro nombre, el Ejecutivo ha usurpado constantemente los papeles y funciones de las otras ramas del gobierno. Una orden ejecutiva ha puesto en funcionamiento tribunales militares. Una firma presidencial basta para definir como 'terrorista' a determinado grupo de personas. Debemos tomar muy en serio a los gobernantes cuando hablan de una guerra que durará una generación y de un nuevo orden. Nos hallamos ante una nueva política imperial hacia el mundo y una política interior que genera y manipula el miedo para limitar los derechos.
"Hay una estrategia mortal en los sucesos de los últimos meses, que debe ser vista como lo que es, frente a la cual hay que resistir. "Demasiadas veces en la historia la gente ha esperado para resistir hasta cuando ya era demasiado tarde. El presidente Bush ha declarado: 'O con nosotros o contra nosotros'. Esta es nuestra respuesta: nos negamos a que hable en nombre de todos los estadounidenses. No entregaremos nuestras conciencias a cambio de una hueca promesa de seguridad. Decimos no en nuestro nombre. Nos negamos a ser parte de estas guerras y rechazamos todas las acciones emprendidas en nuestro nombre o por nuestro bienestar. Tendemos la mano a quienes en el mundo sufren como consecuencia de estas decisiones".
"Mostraremos nuestra solidaridad con las palabras y la acción. Los firmantes de este llamamiento invitamos a todos los estadounidenses a unirse a este desafío.
"Aplaudimos y apoyamos las propuestas en curso, a la vez que reconocemos la exigencia de hacer mucho más para poner fin a esta locura. Nos inspiramos en la decisión de los reservistas israelíes que, asumiendo un riesgo personal, declaran que hay un límite y se niegan a servir en Gaza y en los territorios ocupados.
"Nos inspiran numerosos ejemplos de resistencia y conciencia que nos ofrece la historia de Estados Unidos: desde los que combatieron la esclavitud hasta los que pusieron fin a la guerra de Vietnam incumpliendo órdenes, negándose a incorporarse a filas y apoyando a los que resistían.
"No permitamos que el mundo que nos contempla se desespere por nuestro silencio y nuestra incapacidad de acción. Hagamos que pueda sentir nuestro compromiso. Resistiremos frente a la máquina de la guerra y la represión y haremos todo lo posible para detenerla".
Sin duda que es una nueva situación mundial, en que el capitalismo globalizado ha dejado en el olvido los textos de teóricos como Carl von Clausewitz, que define sabiamente a la guerra como una continuación de la política y, menos aún las enseñanzas del teórico chino que afirma que quien gana un combate es fuerte, el que vence antes de combatir es poderoso. Afirmando finalmente que la verdadera sabiduría es vencer sin combatir. Los estrategas del liderazgo global También la penúltima Estrategia de Seguridad Nacional, presentada por Bill Clinton al Congreso en 1999, parece un lejano y utópico cántico al internacionalismo.
La visión del mundo de George W.Bush y de sus halcones (Condoleezza Rice, Dick Cheney, Donald Rumsfeld) marcará a partir de ahora la preocupante pauta del unilateralismo. Aunque se presente en estos momento, con los atentados del 11-S como telón de fondo, la nueva estrategia estaba ya perfilada incluso antes de que George W. Bush llegara al poder. En un documento titulado Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (PNAC), los halcones instaban a que el Gobierno norteamericano aprovechara su "incuestionable liderazgo global" para asumir un papel más activo "en el orden de la seguridad internacional".
El 11-S no fue sino el resorte que disparó definitivamente el mecanismo, preparado de antemano por Donald Rumsfeld desde que asumió el timón del Pentágono. Tras el éxito de la ofensiva contra el régimen talibán, el "ataque preventivo" contra Irak puede muy bien ser el primer laboratorio de pruebas de la nueva estrategia. Según adelantaba el diario ultraconservador The Washington Times, con línea directa con el Pentágono, los estrategas militares están ultimando los planes para atacar Irak en febrero. La campaña inicial, como ocurrió en Afganistán, consistirá en un bombardeo sistemático con misiles Tomahawk y con 16 bombarderos B-2, que partirán de la base británica de Diego García en el Pacífico y podrán participar mucho más intensamente en la campaña.
- Carlos Santiago. Periodista, secretario de redacción de Bitácora.
Del mismo autor
- Uruguay: vuelven fantasmas del pasado 12/10/2016
- El desafío del calentamiento global 05/11/2012
- La homogeneidad no es democracia 16/09/2012
- ¿Existe todavía el MERCOSUR?: Competitividad vs. Proteccionismo 19/09/2011
- La necesidad de que haya soluciones de izquierda 07/04/2011
- Las razones del “golpe” dividen nuevamente a los uruguayos 21/09/2010
- Clientelismo y burocracia en Naciones Unidas 04/06/2010
- En el fin de otra formula de la explotación capitalista 06/01/2010
- Los problemas son de nosotros y las culpas son ajenas 19/05/2009
- Una crispación uruguaya de espaldas al mundo 02/04/2009