Del error al horror: La Ley Indígena
23/08/2001
- Opinión
La promulgación de la ley indígena en medio de una controversia nacional nos
hace pensar en los costos que para México han significado los errores
históricos de sus gobernantes, pues los indicios que tenemos ante las
primeras reacciones aparecidas en la prensa, incluso el mismo día en que
dicha ley fue publicada en el Diario Oficial, nos hacen ver que estamos
nuevamente ante uno de esos errores históricos.
Además, hay que tener en cuenta que hay de reacciones a reacciones, es
decir, no todas tienen la misma calidad y el mismo peso. Considero que dos
de estas reacciones tienen que ser especialmente valoradas, me refiero a las
que vienen de parte del Congreso del estado de Chiapas y a las del Centro de
Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, pues las personas que
conforman dichas instituciones están en contacto directo con el conflicto
chiapaneco, a cuya solución, en principio, debió haber ayudado esta ley.
Insensibilidad
En una nota publicada vía Internet por el periódico Reforma a las 21:37
horas del día 14 de agosto, fecha de publicación en el Diario Oficial de
esta ley, se dice: En el pleno de la sesión ordinaria, diputados del Partido
Acción Nacional, Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática
y del Trabajo, suscribieron un punto de acuerdo, donde solicitaron al Senado
de la República y Congreso de la Unión una nueva revisión a las
modificaciones en materia indígena que hoy entraron en vigor. "Los
diputados de la LX Legislatura consideramos que en la aprobación de la Ley
de Derechos y Cultura Indígena prevaleció un clima de insensibilidad ante
los planteamientos de los diversos sectores, entre ellos el de los pueblos
indígenas inmersos en el conflicto armado".
Menciono en seguida las declaraciones de dos diputados, José Juan Ulloa
Pérez, del PRD, y Edgar de León Gallegos, del PRI. El primero advirtió que
la decisión del gobierno federal de promulgar la ley obviamente es un
elemento de tensión militar, y creemos que cerró las puertas a cualquier
posibilidad de reencauzar las negociaciones de paz con el EZLN; no es
posible que la Federación, en lugar de buscar alternativas de paz, esté
apostando al uso de la fuerza para resolver los diversos conflictos en el
sureste del país. La misma nota refiere que el legislador mencionado
advirtió que la promulgación de la reforma constitucional podría ser una
justificación para que grupos de poder, ligados a la ultraderecha, ordenen
una serie de acciones contra pueblos y comunidades indígenas que sin más
alternativas se alzaron en armas para reclamar justos derechos y advirtió,
dice la nota, que otra consecuencia posible ante la promulgación de dicha
ley es la generación de reacciones de otros movimientos armados que
permanecieron a la expectativa de las acciones del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional, para conseguir la reivindicación por la vía pacífica y
negociada de los pueblos indígenas del país.
De la reacción del diputado Edgar de León Gallegos, que es el presidente del
Congreso del estado, la nota del Reforma refiere que el legislador sostuvo
que es lamentable que la publiquen (la ley indígena) sin darnos ese compás
de espera para que los estados que rechazaron esa ley pudieran aportar ese
bagaje de conocimiento que hacía falta, sobre todo las propuestas de los
pueblos indígenas de estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Y continúa la
nota afirmando que este legislador agregó que existe una situación delicada,
que quién sabe cuál será el resultado, ojalá no sea un resultado que
tengamos que lamentar, porque todos los chiapanecos queremos la paz, una paz
con desarrollo y mucha justicia social...
Respecto a las reacciones del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de
las Casas, la nota del Reforma refiere lo siguiente: El organismo
humanitario consideró que con esta acción queda cancelada indefinidamente
cualquier posibilidad de diálogo entre el gobierno federal y el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional. Advirtió además que la decisión del
presidente Fox es "altamente riesgosa" y podría tener como consecuencia un
estallido social, al clausurar el camino de la legalidad y del diálogo para
la resolución de conflictos como el de Chiapas. "El CDHFBC lamenta
profundamente la actitud de los legisladores federales y del presidente
Vicente Fox. Ante semejantes acontecimientos, la paz y la verdadera
inclusión de los pueblos indios a la nación se pospone indefinidamente, lo
que sólo puede generar mayor descomposición social y mayor violencia",
apuntó. Estas declaraciones denuncian que estamos preparando, por medio de
grandes errores, futuros horrores para el país, por eso las profundizo con
los siguientes comentarios.
¿Mayor descomposición social?
Hasta ahora en el escenario del conflicto chiapaneco habíamos visto actuando
al Ejército Mexicano, al EZLN y a los grupos paramilitares (la ubicación de
estos últimos, lejos de ser anónima, está más que localizada dentro de la
estrategia contrainsurgente de "guerra de baja intensidad"). Ante la
promulgación de la ley indígena, opiniones de legisladores chiapanecos, como
la del diputado Ulloa Pérez, contemplan la entrada en escena de otros grupos
que vendrían a incrementar la violencia, algunos de ellos, dice él, son los
grupos de poder, que, ligados a la ultraderecha, ordenen una serie de
acciones contra pueblos y comunidades indígenas que sin más alternativas se
alzaron en armas para reclamar justos derechos. Una de las interpretaciones
a esta hipótesis puede ser la justificación que tienen ahora los
terratenientes para recuperar las tierras que abandonaron al comienzo del
conflicto el 1ro de enero del 94, y que han sido ocupadas hasta este momento
por los pueblos indígenas. La solución a estas ocupaciones estaba
contemplada por la "Ley Cocopa" a través de la reforma al artículo 115, que
permitía realizar una remunicipalización en los estados con población
indígena, para otorgar territorios a dichos pueblos, en donde ellos tuvieran
la facultad de acceder al uso de la tierra y a la explotación de los
recursos naturales en forma comunitaria. La ley aprobada, al suprimir la
reforma al artículo 115, deja un foco de conflicto, que puede desbordarse
por donde la avizora el diputado Ulloa.
En la opinión de este legislador, otros grupos que podrían entrar en el
escenario actual para aumentar la violencia, no únicamente en Chiapas, sino
también en otras partes del país, podrían ser los demás grupos armados
(pensemos en las FARP, en el ERPI y en el EPR, por ejemplo) que
permanecieron a la expectativa de las acciones del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional, para conseguir la reivindicación de los pueblos
indígenas del país por la vía pacífica y negociada.
En mi opinión, ante la promulgación de una ley indígena como la que se
aprobó, estas primeras reacciones que prevén una mayor "descomposición
social y una mayor violencia", porque "queda cancelada indefinidamente
cualquier posibilidad de diálogo", no se deben minimizar calificándolas sólo
como exageradas y alarmistas. El mapa de los conflictos armados del mundo
actual es una advertencia para nosotros. Dentro de Latinoamérica, para no
ir más lejos, tenemos a una Colombia convulsionada por grupos armados de
varias denominaciones, a los que se agregan los grupos paramilitares y el
narcotráfico, ante los que el Ejército Colombiano parece estar luchando con
un dragón de muchas cabezas.
No podemos seguir cometiendo errores; ya en 1968, por citar un movimiento
social que ha tenido una importante trascendencia, en lugar de buscar las
soluciones profundas y justas para ese momento de la historia de México y su
futuro, se respondió con la represión, en la masacre de la plaza de las tres
culturas, a los reclamos muy válidos que hacían los estudiantes y los
profesores universitarios. ¿Cuál fue el resultado de ese error histórico?
Siguió creciendo la dependencia económica de México; hoy tenemos menos
suficiencia alimentaria; pesa sobre el país un endeudamiento externo que
compromete al máximo nuestros recursos, que en su mayoría ya no son para
nuestro desarrollo, sino para pagar la deuda externa; la corrupción ha
obstruido el camino hacia la democracia durante todas estas décadas,
etcétera. Y, algo más, la brutal represión dio pie a que se buscaran
soluciones a los problemas del país por la vía armada, y así surgieron a lo
largo de la década de los setenta levantamientos como los de Guerrero, la
Liga 23 de septiembre y algunos intentos de movimientos armados en Chiapas,
aún antes de que se pusieran las bases al movimiento que se manifestó el 1ro
de enero del 94.
La ley indígena, así como fue aprobada, es una franca represión para los
pueblos indios. No sigamos cometiendo errores que nos conduzcan a vivir
horrores. La afirmación del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de
las Casas, en el sentido de que la promulgación de esta ley es "altamente
riesgosa" y podría tener como consecuencia un estallido social, no es
gratuita, pues proviene de una institución muy seria, cuyos diagnósticos son
respetados no solamente en México, sino en el ámbito internacional, porque
se sabe que provienen de un continuo y serio análisis de la realidad, muy
bien documentado.
Hoy por hoy, los pueblos indios, no solamente de Chiapas, sino de todo
México, siguen siendo un punto de referencia para construir un México
incluyente, con estructuras justas, que nos conduzcan a una paz duradera y
al auténtico desarrollo. Es urgente que se abra el camino hacia la
reanudación del diálogo en Chiapas, con una ley que refleje lo pactado con
ellos por el gobierno federal en San Andrés Larráinzar. No sólo los
chiapanecos, sino todos los mexicanos tenemos derecho a que las instancias
que conforman el aparato del Estado actúen para preservar la paz social y no
contribuyan a violentar su rumbo imponiéndole soluciones irreales por medio
de leyes incompletas e inadecuadas a los asuntos que quieren regular. Es
tiempo de corregir el rumbo de la historia, y de remover los ancestrales
obstáculos que hemos puesto a nuestros hermanos indígenas para permitirles
vivir plenamente su identidad cultural, dentro de la nación mexicana.
* Mons. Raúl Vera López es obispo de la Diócesis de Saltillo.
https://www.alainet.org/es/active/2524
Del mismo autor
- Del error al horror: La Ley Indígena 23/08/2001