15-21 de julio: Semana mundial de acción contra la Deuda
Liberémonos!
09/07/2001
- Opinión
Los pueblos del mundo están en marcha contra la mundialización neoliberal.
Sobre la base de décadas de lucha, junto con Jubileo 2000 se movilizaron
70.000 personas para protestar contra la Cumbre del G7 en Birmingham, en
1998, y un festival de resistencia paró la reunión de la OMC en Seattle, en
diciembre de 1999. Estas y otras acciones señalan no sólo que otro mundo es
posible, sino que de hecho, como también lo manifestaron miles de personas
de una gran diversidad de movimientos que convergieron en el Foro Social
Mundial de Porto Alegre, otro mundo se está construyendo. Para la
construcción de este mundo nuevo es fundamental la lucha para liberarnos del
sistema vicioso de endeudamiento que actualmente esclaviza a los pueblos y
naciones del Sur.
¡No debemos, no pagaremos!
Esta deuda es ilegítima, inmoral, injusta y fraudulenta. Funciona no para
transferir recursos o tecnología sino como usura, entrampamiento, control y
dominación. La necesidad de los acreedores de ganar más con su capital y
los proyectos de "desarrollo" pobremente concebidos, tuvieron mucho que ver
con los orígenes de la deuda cuyo pago es ahora exigido a los pueblos del
Sur. Miles de millones de petrodólares fueron descargados sobre el Sur por
banqueros inescrupulosos, quienes garantizaron sus ganancias a cualquier
precio. El aumento unilateral de las tasas de interés a principios de los
años '80, junto con el deterioro de los términos de intercambio, aceleraron
la acumulación de una deuda impagable que impulsó a muchos países del Sur
hacia la trampa del ajuste estructural. No obstante, la deuda ya ha sido
pagada con creces. En 1980, la deuda de los países del Sur era de US$ 567
mil millones. Desde entonces, se han pagado US$ 3.450 mil millones en
concepto de intereses y amortizaciones - seis veces el monto de la deuda en
1980. Aun así, la deuda del Sur actualmente alcanza los US$ 2.070 mil
millones.
Este saqueo significa un enorme costo social. Cada día mueren 19.000 niños
y niñas, como consecuencia de problemas relacionados con el peso de la
deuda. Recursos necesarios para infraestructura vital -como viviendas,
clínicas, caminos- son desviados al servicio de la deuda. El escritor
uruguayo Eduardo Galeano resume la matemática de la dominación ejercida a
través de la deuda de la siguiente manera: "más debemos, más pagamos, menos
tenemos". Además, parte del servicio de la deuda va para pagar préstamos
contraídos por empresas privadas, embolsados por funcionarios corruptos o
utilizados en proyectos destructivos de los pueblos y del medio ambiente.
Tal vez la mayor parte de la deuda debiera ser repudiada directamente, según
la Doctrina de Deuda Odiosa desarrollada primero por Estados Unidos. Esta
doctrina rechaza las deudas contraídas por dictaduras o con el propósito de
fortalecer a las dictaduras, por ser dañinas a sus pueblos e instituciones.
Por ende no son responsabilidad de los gobiernos democráticos sucesores.
?Qué parte de la deuda de Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos
debería ser anulada de acuerdo a este criterio? ?Y de Filipinas e Indonesia?
?Y de la deuda que dejó el sistema de apartheid, en el sur de África? ?Qué
pasa con Ruanda, Zaire, Nigeria y tantos otros países? El Sur paga estas
deudas ilegítimas de muchas maneras. Al quedarse cada vez más entrampadas,
las naciones endeudadas han sido obligadas a aceptar condiciones
devastadoras para poder acceder a nuevos créditos a fin de pagar la deuda
vieja. Los Programas de Ajuste Estructural del FMI y del BM imponen sobre
las economías del Sur, un modelo de crecimiento en base a las exportaciones,
la liberalización financiera y comercial, austeridad fiscal, privatizaciones
y desregulación. Estas políticas han reducido nuestras economías a ser
fuentes de materia prima y mano de obra baratas para el Norte
industrializado, llevando a la vez al encarecimiento de los alimentos,
niveles crecientes de desempleo, reducción de servicios públicos y una
intensificación del empobrecimiento y deterioro ambiental. Socavan además a
la soberanía nacional y limitan las posibilidades de participación y control
democrático sobre los actos de gobierno.
Organización, movilización y resistencia
Al movilizar para la Semana mundial de Protesta, los movimientos contra la
deuda se juntan con otros movimientos alrededor del mundo para desafiar la
mundialización capitalista. A la Cumbre del G7 en Génova, le manifestamos
lo siguiente:
"No estamos aquí para entregarles peticiones. Tampoco estamos aquí para
hacer una acción de cabildeo con la idea de persuadirles, a través de
argumentos y hechos, a poner fin al enriquecimiento de las grandes
corporaciones por un lado y al empobrecimiento masivo y saqueo de recursos
por el otro. En ese sentido, sus respuestas cínicas a nuestros reclamos en
las Cumbres de Colonia y Okinawa han sido esclarecedoras. Mantener a los
pueblos del Sur en un estado de endeudamiento perpetuo, mientras los países
enriquecidos monopolizan la acumulación de riqueza, es indefendible. Sin
embargo, Uds. rechazaron el llamado de millones de personas para que
asumieran el desafío del Jubileo y anularan la deuda. Ahora queda expuesto
el incumplimiento incluso de sus propias promesas, por más magras que
fueran. La información, antes enterrada bajo los libros de contabilidad y
las oscuras declaraciones de las instituciones financieras internacionales,
está ahora a la vista: apenas el 1,2 por ciento de la deuda de los países
más empobrecidos ha sido cancelado y más aún, salvo raras excepciones,
acompañado de condiciones inaceptables. Al intentar esconder la situación
verdadera, ahora promueven una nueva ficción: la llamada estrategia para la
reducción de la pobreza. Las pruebas realizadas por la sociedad civil
demuestran que esta estrategia es sólo otro intento del Banco Mundial y el
FMI para seguir imponiendo sus programas de ajuste estructural sobre el Sur.
La lucha por la anulación y repudio de la deuda es una lucha contra una
economía mundial injusta y, sobre todo, en contra de la recolonización.
Exige que nos movilicemos todos juntos, los movimientos sociales, las
organizaciones populares, políticas y religiosas, en contra de la deuda y la
dominación y para resistir al G7.
La Semana de protesta mundial contra la deuda, del 15 al 21 de julio, es
otro capítulo en este esfuerzo para construir un mundo nuevo con base no en
las ganancias y la codicia, sino en el cumplimiento de los derechos humanos
de todos los pueblos, la protección y el respeto al medio ambiente y la
promoción de la solidaridad humana.
Liberémonos de la ilegitimidad del servicio de la deuda. ¡Anulen la deuda
ya!
Liberémonos de la ilegitimidad de deudas odiosas, onerosas y fraudulentas.
¡No debemos, no pagaremos!
Liberémonos de la ilegitimidad del uso de la deuda y el llamado alivio de la
deuda como palanca para imponer los programas de ajuste estructural y otros
condicionamientos. ¡Basta de condicionamientos!"
https://www.alainet.org/es/articulo/105234?language=es
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