Genética humana: ¿Sueño o pesadilla?
13/12/2000
- Opinión
Ahora, estamos conociendo el lenguaje que permitió a Dios crear la vida. Así
fue como Clinton anunció el mapeo del genoma humano el 26 de junio de 2000.
Los medios de comunicación estaban llenos de las mismas afirmaciones. Era
un hecho comparable con el aterrizaje en la Luna. Curará el cáncer. Nos
permitirá identificar todos los genes "malos" que ocasionan enfermedades así
como también los genes "buenos" que marcan la inteligencia, la belleza, las
aptitudes para los deportes; de esta forma se pueden eliminar los genes
"malos" y los "buenos" pueden ser acomodados para mejorar nuestra
composición genética. Así nos pueden dar medicamentos personalizados y
prescripciones para llevar un estilo de vida adecuado, basadas en nuestra
composición genética.
Hace diez años, cuando el Proyecto Genoma Humano fue vendido al público al
costo de USD 3 mil millones provenientes solamente de los impuestos pagados
por los contribuyentes estadounidenses, nos prometieron encontrar la forma
para crear un ser humano cuando el genoma sea secuenciado. Ahora, después
de obtener docenas de secuencias del genoma, los genetistas no han
descifrado como crear el microbio más pequeño, ni un simple gusano, mucho
menos un ser humano.
Para que no existan dudas al respecto, hay que señalar que más del 95% del
genoma humano puede estar formado de lo que se conoce como "junk ADN",
porque los genetistas no tienen idea para lo que sirve. Ni siquiera se
pueden poner de acuerdo en el número de genes que ahí hay. El rango estimado
es de 30.000-100.00. El mapeo del genoma humano anunciado en junio fue
completado solamente en un 85% de las regiones codificadas.
Privatización del genoma
En realidad, el Proyecto Genoma Humano es la más grande falsedad en toda la
historia humana. Es la privatización del genoma humano financiado por
fondos públicos, con consecuencias desastrosas en la estructura social y
moral de la sociedad civil.
Los genes humanos y las líneas celulares están siendo patentados y
apropiados por las corporaciones. Dentro de estas líneas celulares están
aquellas tomadas de las tribus indígenas -bajo pretextos falsos, sin el
procedimiento de consentimiento previo informado- que están siendo
publicitadas y vendidas en el internet. Actualmente se desarrollan embriones
humanos con el propósito de proveer células y tejidos para los transplantes,
se contempla la posibilidad de realizar terapia génica y clonación humana.
El año pasado se creó el primer clon humano, transfiriendo el material
genético de una célula humana al óvulo de una vaca. Afortunadamente, los
científicos destruyeron el experimento a los 14 días, el límite legal
actual; de lo contrario, nos estaríamos enfrentando con Frankenstein. La
brillante obra de Mary Shelley, Frankenstein, no fue solo una parábola sobre
los científicos arrogantes jugando a Dios, sino que lo es también sobre la
ciencia mecanicista fuera de control.
El paradigma mecanicista de la ciencia occidental ha dominado la política en
el mundo y las líneas de acción de las naciones por siglos desde la
revolución industrial, no solamente a través de la imposición y utilización
de tecnologías destructivas, sino también a través de la forma en que
concibe y delimita al mundo. La ciencia occidental ve a la naturaleza como
átomos separados empujándose y compitiendo unos con otros de acuerdo a la
concepción Darwiniana de la lucha en la cual sobrevive el más fuerte. Los
organismos, incluyendo el cuerpo humano, son considerados como máquinas y
por lo tanto no hay límites sobre lo que puede ser manipulado y explotado
para el beneficio corporativo. Esta concepción responde y se junta a la
teoría económica neoliberal que promueve y justifica la globalización, el
retiro de las barreras al comercio, a las inversiones y a las finanzas, y
permite a los monopolios corporativos explotar mejor a los seres humanos y
destruir la Tierra. El resultado es una desastrosa crisis social, económica
y ecológica a escala global.
Determinismo genético
El paradigma mecanicista no ha pasado la prueba en la vida real. Lo que
generalmente se desconoce es que también reprobó la prueba verdadera dentro
de la misma ciencia, pues la ciencia occidental contemporánea a través de
las diferentes disciplinas está revelando que la naturaleza es orgánica,
dinámica e interconectada. No existen cadenas lineales uniendo los genes
para dar características aisladas a los organismos, dejando aparte la
condición humana. Todavía, el desacreditado paradigma del determinismo
genético está siendo perpetuado por el sistema científico, exactamente en la
misma manera en que la economía neoliberal todavía domina la ideología
política dominante. El viejo paradigma no es solamente bueno para promover
la Ingeniería Genética sino que hace ver a algunas de las aplicaciones no-
éticas de la ciencia como necesarias.
Estudio tras estudio una nueva corriente de científicos continúa mostrando
que no existen explicaciones simples para las enfermedades en términos de
genes aislados. Están diciendo que no hay tales cosas como una enfermedad
ocasionada por un solo gen, simplemente porque la acción de cada gen es
modificada y afectada por muchos otros genes. Por ejemplo, la cistifibrosis
entre los Europeos del Norte está fuertemente asociada con la mutación de un
cierto gen, pero la severidad de los síntomas varía en un amplio rango
dependiendo de la información de los otros genes. Además, entre los Yemans,
la misma mutación está asociada con una condición genética diferente;
mientras que la cistifibrosis está asociada con mutaciones de genes en
conjunto.
La conexión entre genes y enfermedades se vuelve más tenue cuando se refiere
a condiciones tales como cáncer, enfermedades del corazón, diabetes,
esquizofrenia, inteligencia, alcoholismo, homosexualidad y comportamiento
criminal, en donde los factores ambientales y sociales tienen un mayor
predominio.
Hay cerca de 100.000 genes en el genoma, con cientos de variantes en cada
gen. Cada persona es genéticamente única, excepto los gemelos idénticos al
inicio del desarrollo, luego ellos pueden acumular mutaciones genéticas
independientemente. Es imposible, en principio, dar el pronóstico para cada
enfermedad de un individuo, tampoco para predecir su estilo de vida basado
en la composición genética de cada persona.
Las enfermedades son causadas principalmente por las condiciones
ambientales y sociales. Entonces, las enfermedades causadas por un solo gen
representan el 2% de todas las enfermedades, y como señalé anteriormente,
aún para éstas, la severidad del síndrome puede variar ampliamente en la
mayoría de los casos. Para algunas condiciones para las cuales la
"predisposición genética" está siendo identificada, la influencia del
ambiente puede anular aún las diferencias genéticas más grandes. Por
ejemplo, se conoce que el cáncer de seno es relativamente raro entre las
mujeres en los países no industrializados de Asia, mientras que la
incidencia de esta enfermedad en las mujeres europeas en los países
industrializados es cinco veces mayor. Sin embargo, entre las mujeres
asiáticas que han emigrado al Norte de Europa y a Estados Unidos, la
incidencia del cáncer de seno alcanza los rangos de las mujeres europeas en
la misma generación.
El centramiento en los genes es, por lo tanto, completamente equivocado.
Está retirando la atención y los recursos a las causas reales de las
enfermedades y culpando a las víctimas, además está contribuyendo al
resurgimiento de la discriminación genética y la eugenesia que ensombreció
buena parte de la historia del siglo pasado.
El único ofrecimiento concreto del Proyecto Genoma Humano es el aumento del
número de pruebas genéticas. Cerca de 740 exámenes están ya en el mercado.
En los casos en los cuales el uso de estos diagnósticos puede ayudar al
tratamiento de los pacientes, los costos exorbitantes de éstos han
imposibilitado su uso. Por otro lado, a gente sana cuyos exámenes han sido
positivos se le ha negado empleo y seguro médico. Actualmente, existen
iniciativas para que los individuos tengan la obligación de revelar los
resultados de las pruebas genéticas a las compañías de seguros en el Reino
Unido.
El diagnóstico prenatal en los fetos y el diagnóstico de pre-implantación en
los embriones humanos han resultado en la eliminación de fetos y embriones
que contienen genes que supuestamente podrían predisponerlos al cáncer
cuando sean adultos. James Watson, uno de los científicos galardonados con
el premio Nobel por el trabajo sobre la estructura de la doble hélice del
ADN, ha sugerido incluso que los padres pueden querer eliminar los embriones
que porten genes de la homosexualidad.
Mientras tanto, un prominente grupo de científicos y bioéticos están
declarando abiertamente que la creación de una clase humana de seres
genéticamente ricos es inevitable, puesto que aquellos quienes tienen
condiciones económicas pueden pagar para que haya un mejoramiento genético
de su descendencia. Entonces, habrá una clase genética inferior, los niños
cuyos padres no pueden pagar los mejoramientos pueden convertirse en una
especie inferior separada. Estas proyecciones, al igual que la promesa de
la medicina individualiza, son fantasías genéticas deterministas. Sin
embargo, están lejos de ser inocuas porque están dando cabida a las peores
tendencias eugenésicas en nuestras sociedades.
Derechos civiles
Otra de las tendencias es la erosión de la privacidad y los derechos
civiles. Los gobiernos están creando bases de datos de ADN de los
sospechosos, si es que no toda la población, para detener a los criminales.
Los gobiernos, incluyendo el del Reino Unido, conjuntamente con las
compañías biotecnológicas, están motivando a la gente común para que done su
ADN a fin de crear bases de datos nacionales que puedan identificar la
susceptibilidad hacia ciertas enfermedades.
La base de datos del ADN de toda una nación, Iceland, ha sido vendida a una
compañía privada, y el gobierno Sueco y otra compañía privada están
negociando sobre quien se encargará de los asuntos éticos de la base de
datos del pueblo sueco. El tráfico internacional de órganos humanos fue
abundante en la década pasada; se puede predecir que las líneas celulares,
óvulos y embriones humanos se sumarán a esta lista así como se están
aprobando los experimentos con embriones humanos en el Reino Unido, y se
promueve la clonación humana. Un hospital de Sudáfrica ha sido contratado
por una compañía biotecnológica para enviar a París placentas de personas
negras congeladas.
Estas tendencias han impulsado al Council for Responsible Genetics, una
organización no gubernamental de Estados Unidos, a realizar una declaración
de los derechos genéticos para proteger los derechos humanos y la integridad
biológica de la Tierra (www.gene-watch.org). Esto debería servir como base
de una legislación nacional e internacional que se necesita urgentemente.
También es necesario establecer algo como un Consejo Ético Mundial
constituido por científicos independientes y representantes de varias partes
de la sociedad civil, para enfrentar las potenciales violaciones a los
derechos humanos, privacidad y dignidad.
Es hora de cambiar las cosas en el mundo de la mala ciencia y los grandes
negocios para reclamar una buena vida para todos tanto en el sentido físico
como espiritual.
* Mae-Wan Ho trabaja en el Institute of Science in Society and Department of
Biological Sciences, Open University, Inglaterra. La presente ponencia fue
presentada en el Foro sobre Genética Humana, septiembre de 2000, Quito-
Ecuador.
https://www.alainet.org/es/articulo/105026?language=en
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