Movimiento "Brasil: 500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular"

Desmitificar la mentira oficial

20/01/1999
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Se aproxima la fecha (22 de abril de 2000) que nos hará reflexionar sobre el día en el cual, 500 años atrás, un grupo armado de portugueses desembarcó en estas tierras, con la meta de anexarlas como territorio colonial. Aquí vivían, hace más de 40 mil años, más de 5 millones de personas, pertenecientes a cerca de 970 pueblos diferentes. Eran los dueños legítimos de estas tierras, poseedores de todo, menos de anticuerpos para las enfermedades europeas, ni de armas mortales basadas en pólvora y plomo, ni del impulso de violencia, explotación, depredación y saqueo. De esto, eran portadores aquel grupo de hombres, andrajosos y enfermos, que desembarcó, cinco siglos atrás, en la playa de la hoy llamada Cabrália, en el sur de Bahía, diciendo que estaba "descubriendo el nuevo mundo" y que traía para estas tierras sus ideales de civilización, progreso y evangelización. En aquel día se dio inicio a la expansión del Viejo Mundo en estas tierras, a través de su letalidad brutal y organizada, lista para arremeter contra todo y contra todos los que estuviesen en su camino. Aquel 22 de abril de 1500 fue un día mítico, matriz de una historia violenta e inhumana, que continúa hasta nuestros días. Nuestra lectura histórica Nosotros, pueblos indígenas, movimiento negro, movimientos sociales, y entidades articuladas al movimiento "Brasil: 500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular", hacemos una lectura de nuestra historia a partir de un lugar bien definido: aquel de quienes sufrieron y lucharon contra la expoliación colonial y la explotación de clase, de los condenados de la tierra, de las periferias de las ciudades y de la historia oficial. No creemos en una historia escrita por las clases dominantes, en la que éstas se colocan como protagonistas únicas y vencedoras incontestables, teniendo sus personajes guindados a la posición de héroes, de una versión mistificadora y falsa del proceso histórico. Pretendemos, a través de nuestro movimiento, desmitificar la construcción de la mentira oficial y revelar la verdad histórica vivida por los pueblos indígenas, por los pueblos negros esclavizados, por las clases sociales y sectores populares explotados y excluidos. - la verdad de los pueblos indígenas que, a lo largo de estos cinco siglos, vienen sufriendo un proceso de continuo exterminio y abandono, no obstante las luchas heroicas y desiguales que siempre libraron -y continúan librando- para preservar sus territorios, sus culturas, sus identidades, sus religiones, sus proyectos de vida; - la verdad de los pueblos africanos que, prisioneros, arrancados violentamente de sus tierras y secuestrados, fueron traídos para acá. Durante casi 400 años, vivieron en este país la afrenta de un sistema de producción condenado por la historia. Protagonistas de gestos también heroicos, fundaron aquí territorios libres -los quilombos-, pruebas vivas de la afirmación de la dignidad humana y de las luchas mantenidas hasta hoy por las entidades negras frente a un poder infame. - la verdad de los sectores populares, que durante toda nuestra historia lucharon para cambiar su curso, en la búsqueda de construcción de una sociedad justa y fraterna. Los sectores populares fueron los mayores protagonistas de nuestras luchas recientes contra la dictadura militar y contra la implantación del modelo neoliberal aquí. Hoy, la lucha por la reforma agraria y la lucha contra el desempleo en masa, son dos de sus mayores combates hacia la construcción de una nueva sociedad. Durante la difícil constitución de la sociedad brasileña en estos 500 años, la violencia siempre permaneció, cambiando de forma. De igual manera, los ejemplos de generosidad, creatividad y voluntad de construir un territorio libre e independiente y una sociedad justa y humana siempre existieron y quien nos legó fueron los pueblos indígenas, los pueblos negros esclavizados y los sectores populares. Estos son, también, los que hoy continúan dandonos ejemplos constantes de que es posible transformar la vida y la sociedad, en beneficio de todos. Pretendemos, a través de nuestro movimiento, exponer nuestra divergencia clara y transparente con relación a las conmemoraciones oficiales. Estas van a conmemorar los 500 años de construcción de una nación supuestamente unida y armónica, erguida, desde esta visión, con la "contribución voluntaria" de los pueblos indígenas, de los africanos "trasladados" a estas tierras y de los blancos europeos. Para las conmemoraciones oficiales, no existe la noción de conflicto, hoy como en el pasado. Para nosotros, por el contrario, la noción de conflicto es central en la historia, como en el presente, y se proyecta hacia el futuro. La brutalidad del genocidio indígena, capitaneado por la empresa colonial, es responsable por la extinción de pueblos enteros; la barbarie de la sociedad esclavista, que expolió a los pueblos africanos, sacrificando y disgregando familias y comunidades; la crueldad atroz que victimó y victima cotidianamente a los sectores populares, marca una de las sociedades más desiguales del planeta: la sociedad brasileña. Todas esas realidades históricas, no pueden ser comprendidas sin la noción central del conflicto, conflicto entre pueblos, entre clases, entre ideologías, entre concepciones de vida, de mundo, de humano, de la propia historia. Nuestras celebraciones Nuestro movimiento brasileño: 500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular, sí pretende celebrar, pero celebrar las victorias conquistadas a lo largo de los siglos, a través de las luchas colectivas, a través de las iniciativas populares, llenas de héroes anónimos, que nunca tendrán sus nombres inscritos en los libros de historia. Sí, vamos a celebrar las victorias, que nos costaron tanta sangre y tantos mártires, tanto sufrimiento y esperanza en los corazones de la gente que nada tenía para luchar, sino su fe en un mundo menos inhumano. Sí, vamos a celebrar las victorias y derrotas de una lucha siempre desigual: de un lado la riqueza, el poder, las armas, el desprecio por la vida y la arrogancia de clase; de otro lado, la vida colectiva, el trabajo humano, los desposeídos de todo, la solidaridad de clase, la humanidad y generosidad anónimas, la infinita esperanza. En el marco de estos 500 años, vamos a celebrar también el futuro. Herederos de un pasado de resistencia y lucha, tenemos la certeza de que, a pesar de tantas desigualdades e injusticias que permanecen, construiremos una sociedad libre y justa, marcada por la igualdad y por la fraternidad, sociedad soñada que tanto buscamos y que tantos buscaron antes de nosotros. Nuestras acciones Para lograr nuestros objetivos de reflexionar y celebrar la resistencia indígena, negra y popular en estos 500 años de historia brasileña, nos comprometemos con las siguientes acciones: - desencadenar, en todos los movimientos y entidades, en los que participamos, un proceso de reflexión, actividades culturales y de lucha que tengan como referente la cuestión de los 500 años; - lanzar, durante la semana del 18 al 24 de abril de 1999, de forma simultánea y articulada, en todo el país, por parte de todos los movimientos sociales que se involucren, el movimiento Brasil: 500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular; - durante el mes de abril del año 2000, realizar diversas acciones en el extremo sur de Bahía: marcha conjunta, acto ecuménico y acto cultural, para sensibilizar la sociedad brasileña a reflexionar sobre el significado de estos 500 años de historia desde el punto de vista indígena, negro y popular; y - articular nuestro movimiento con las luchas sociales ya existentes en el ámbito local, regional y nacional, y proyectarlo al ámbito internacional, tanto en América Latina como en Europa, particularmente en Portugal.
https://www.alainet.org/es/articulo/104685
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