Nace fuerza política que no busca el poder

29/09/1997
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En el esfuerzo por ganar tiempo mientras transcurren unas pláticas de paz que no convencen a nadie -empezando por su actor central- tanto el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) como el Gobierno Federal han llevado a cabo una serie de acciones inscritas en diferentes lógicas. En efecto, mientras el gobierno federal ha presionado militarmente en coyunturas claves -algunas veces de las cuales ha coincidido con acciones políticas del EZLN-, éste ha apostado más a la vía pacífica. En tal contexto se inscribe la iniciativa de constituir el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN), la cual se remonta a enero de 1996 cuando el EZLN dio a conocer la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona. Vale recordar que fue producto de los resultados que arrojó la Consulta Nacional por la Paz y la Democracia de agosto de 1995, donde uno de los mandatos de la sociedad civil participante en ella fue, justamente, crear una nueva fuerza política, independiente de las ya existentes. Es menester también señalar que es el tercer intento del EZLN por organizar a la denominada sociedad civil -le precedieron la Convención Nacional Democrática (CND) y el Movimiento para la Liberación Nacional (MLN)-, y es, sin duda, el más importante de ellos tanto por su contenido, el tipo de convocatoria que hace, como por sus fines y, además, la coyuntura pos-electoral en que se plantea su Congreso fundacional donde participarán 1.111 indígenas zapatistas de Chiapas. Como veremos, por algunas de tales razones es, por cierto, bastante polémico; pero si algo, de entrada, podría definir globalmente el más reciente intento zapatista es su carácter nacional y la búsqueda de una dimensión nacional para su lucha, que ya tiene, de hecho, pero, dicen sus propulsores, con incidencia en lo local y lo regional. Como una iniciativa de paz fue calificada la construcción del Frente en su momento, y como una propuesta para preparar el paso de una organización armada y clandestina a una organización pacífica, civil y democrática. Críticas y elogios Tras el llamado a constituir el Frente hace más de un año, las bienvenidas y las críticas no se hicieron esperar. Las primeras saludaban la probable conversión del EZLN en una fuerza política que, eventualmente, contendiera en las elecciones como cualquier otro partido. Las segundas, se concentraron básicamente en dos cuestiones, a saber, la concepción zapatista sobre el poder y los partidos, así como la relación que dicha fuerza y el EZLN tendrían con los partidos. Antipartido, autolimitante, suicida y falto de horizonte, una vacilada, una tomada de pelo la idea de los zapatistas de no buscar el poder y convocar a quienes no buscan cargo de elección popular alguno; contradictorio, sostener que se quiere la vía política, al tiempo que se es un Ejército, fueron algunos de los muchos comentarios adversos que recibió la propuesta. Más recientemente, la Comisión Nacional Organizadora del FZLN procede, ante todo, definiendo la existencia de dos proyectos de Nación en México, a saber, el de la inmovilidad, que es el del Poder, y el del Movimiento. El primero implica la destrucción de la Nación... niega nuestra historia y raíces, vende la soberanía... impone un programa económico que solo consigue ganancias en la desestabilización y la inseguridad de todos los ciudadanos; el segundo, en cambio, busca la reconstrucción de la Nación mexicana de la única forma posible, es decir, de abajo hacia arriba; recupera historia y raíz de nuestro pueblo; defiende la soberanía; lucha por una transición a la democracia que no simule un cambio sino que se haga proyecto de reconstrucción del país; lucha por un país que tenga la verdad y el mandar obedeciendo como norma del quehacer político; lucha porque la democracia, la libertad y la justicia sean patrimonio nacional, lucha porque el diálogo, la tolerancia y la inclusión construyan una nueva forma de hacer política (Exposición de Motivos y Declaración de Principios, p 1). Al plantear así la problemática -vale decir: al reducirla así-, el FZLN camina al estilo de la vieja izquierda, para quien el mundo era divisible en dos grandes clases sociales, la misión de una de las cuales era luchar en contra de y someter a la otra. Sin embargo, políticamente hablando la estrategia mencionada persigue un fin implícito: convocar, de nueva cuenta, a los más amplios sectores sociales, a todos aquellos que han sido dañados por el Poder. Aunque ha recibido muchas críticas la conceptualización que del Poder han hecho los zapatistas, no deberíamos perder de vista su eventual efectividad política resultante, al considerar ellos a la sociedad civil como la parte más importante del proceso político e incluirla en el proceso de discusión y toma de decisiones. Asimismo, y en concordancia con lo anterior, el FZLN insiste en que el vanguardismo y la lucha por tomar el Poder o por mantenerlo ha definido una forma de hacer política y, por tanto, si esa premisa de acción se cambia, es decir, si no se busca la toma del Poder, se podría generar una nueva forma de hacer polí tica. Así, por ejemplo, el papel del Frente sería no luchar por transformar las relaciones sociales de producción, sino por crear las condiciones necesarias para que la mayoría decida si cambia o no esas mismas relaciones sociales de producción (Elorriaga, Este Sur, mayo 26 de 1997, p. 16). Los ecos del viejo lenguaje persisten, como puede verse, pero matizados ahora inteligentemente con dosis de la democracia directa que ha perdido mucho terreno frente a la vorágine de la democracia liberal. Y es esto, insistimos, lo que el FZLN pretende recuperar y fomentar, la participación activa de la sociedad civil en la caracterización de temas y problemas centrales para la vida común, así como en la toma de decisiones. Autonomía y vía política Lo cierto es que el EZLN se ha deslindado a si mismo y ha deslindado al Frente tanto de los partidos como de otras organizaciones armadas, además, por supuesto, del Estado Mexicano, las iglesias y de cualquier otro Estado en el mundo: su vía es poli tica, no obstante que mantenga las armas. Contra todas las críticas por incoherencia que se han hecho, cabe preguntarse honestamente ¿por que habría el EZLN de deshacerse de las armas antes de que el gobierno federal cumpla sus demandas, o cuando, justamente, éste hace todo lo posible por no cumplirlas? Loable es, no obstante, que aún bajo las peores condiciones en que se ha encontrado el diálogo, el EZLN insista en la vía política, y sea el FZLN su más reciente expresión. Respetable además es que, por mandato de sus propias bases sociales, ha decidido no vincularse a otras organizaciones armadas, mientras no se agote la vía poli tica por la cual ha optado desde 1994. Otra peculiaridad del Frente es que convoca a que de manera individual se ingrese y se participe en el mismo; aunado a ello, que, esta vez y a diferencia de las anteriores experiencias, los convocantes, amén del EZLN como organización, son personas concretas, a saber el Subcomandante Marcos y Javier Elorriaga. Como ser recordará, también la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona hizo énfasis en que la construcción del FZLN sería con base en el EZLN. Todo ello hace pensar que los zapatistas están previendo evitar, por un lado, que el Frente devenga en las pugnas internas que padeció, dividió y le quitó la vida a la CND; pero, asimismo, pareciera que conservar una completa autonomía frente a organizaciones y partidos, permitirá al Frente participar políticamente con más ventajas -mejor definición política, mayor capacidad de convocatoria y, por ende, mayor poder de negociación, entre otras- que no se tienen en ausencia de aquella, y de hecho el reconocimiento de las limitaciones propias lleva muchas veces a rechazar la autonomía propia. Esto podría explicar porque, en principio, por mínimo que sea el número de personas que se desprenden de una organización o un partido para constituir algo nuevo y diferente, en general lo hacen autónomamente, lo que no quiere decir que estén cerrados a alianzas y coaliciones futuras. Al respecto, el Comité Clandestino Revolucionario Indígena - Comandancia General (CCRI) del EZLN se deslindó tajántemente de toda vinculación habida y por haber con el Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional. Las declaraciones de éste en el sentido de que se reuniría con representantes del FZLN fueron calificadas de franco oportunismo, en virtud de que pretende hacer lo contrario a lo propuesto por los zapatistas, a saber, capitalizar en beneficio propio la actividad de la sociedad civil y de organizaciones sociales y políticas. El FAC-MLN, por su parte, ha respondido de inmediato a tales acusaciones aclarando que el miembro del Frente Popular Francisco Villa (FPFV) que hiciera las declaraciones en relación al Frente, en realidad no estaba autorizado para ello. Niega, por tanto, actuar con oportunismo y lamenta la declaración del CCRI-EZLN llamándolos incluso a la prudencia. Y es que, ciertamente, la fría carta elaborada por el CCRI-EZLN respecto del FAC-MLN pareciera mostrar un claro ánimo de rechazo a la unidad de las fuerzas políticas. Esta vez, los zapatistas pecaron de falta de táctica política. Sin embargo, es claro que el EZLN nunca ha cerrado la posibilidad de hacer alianzas, y los ejemplos sobran para demostrarlo; lo ha hecho con partidos poli ticos, organizaciones sociales y personalidades individuales. En este sentido, y lo planteamos tan solo como hipótesis, decir ahora que no busca el poder ni cargos de elección popular no significa anular la posibilidad contraria en el futuro, especialmente cuando la coyuntura nacional apunte a cambios políticos sustantivos. Imaginemos, por ejemplo, un escenario donde no avanzan las pláticas de paz con el gobierno federal, pero, al mismo tiempo, se está en la antesala de las elecciones presidenciales del año 2000, ¿no representaría una oportunidad el hacer alianza con fuerzas políticas de izquierda, señaladamente con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y en concreto con la línea de Cuauhtémoc Cárdenas, con quien el EZLN, y en concreto el Subcomandante Marcos, han tenido acercamientos importantes desde 1994? Acaso es demasiado pronto para hablar sobre el papel del FZLN en el escenario de la política nacional, pero si atendemos al proceso que han vivido casi todas las experiencias guerrilleras y revolucionarias en América Latina, prever la participación electoral del FZLN no es descartable. El recurso de las armas es, ciertamente inevitable, pero ha demostrado con creces sus límites; la supervivencia y efectividad política de todos esos movimientos que a ellas han recurrido se han cifrado no en la obcecación de tal recurso, sino en la vinculación de las fuerzas con la sociedad civil. Por otro lado, tal participación electoral tampoco se contrapondría con la concepción zapatista del mandar obedeciendo: tan novedosa, popular y acorde a un ejercicio democrático diferente es esta máxima de conducta que ya fue retomada incluso por uno de los menos zapatistas dentro del PRD, Porfirio Muñoz Ledo, en su respuesta al III Informe Presidencial de Ernesto Zedillo Ponce de León el pasado primero de septiembre. * Area de información y análisis. Coordinación de Organismos no Gubernamentales por la Paz, CONPAZ.
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