Los pecados de Evo

14/11/2019
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Salar de Uyuni, Bolivia
Foto: Eduardo Tamayo G.
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El pasado fin de semana Latinoamérica pareció regresar su reloj histórico más de cuatro décadas. En sucesos propios de las etapas más oscuras de nuestra historia regional, el ejército boliviano solicitó la renuncia del presidente Evo Morales tras una serie de protestas lideradas por la oposición, misma que se negó a aceptar los controvertidos resultados de las elecciones presidenciales del 20 de octubre.

 

Para la mayoría de los analistas, las presuntas irregularidades que se presentaron durante la jornada electoral significaron el principio del fin del mandatario. Sin embargo, si observamos los hechos bajo una lente distinta podríamos asegurar que su salida estaba cantada desde hacía tiempo y no precisamente por resultados electorales.

 

Los pecados de Evo

 

Más allá de la controvertida actuación del mandatario boliviano frente a dos procesos democráticos (el referéndum de 2016 y las elecciones presidenciales del mes pasado), en mi opinión ese hecho por sí mismo no alcanza para explicar la totalidad de factores que desencadenaron el golpe del pasado 11 de noviembre.

 

En realidad, habría que revisar con detalle el actuar del mandatario boliviano en relación a Estados Unidos (EU), actor clave para entender muchos de los procesos que suceden en nuestra región. Y es que, contrario a lo que aseguran muchos, para Washington es prácticamente irrelevante si un líder es de izquierda o derecha; indígena o mestizo; demócrata o dictador; hizo crecer la economía de su país o sacó de la pobreza a millones. Su mayor termómetro son sus intereses: si los respeta es aceptable, si no indeseable.

 

En ese sentido, Evo no se convirtió en inaceptable a los ojos de EU cuando denunció el "imperialismo yanqui", sino en el momento en el que puso el gas natural y litio, los principales recursos estratégicos de su país, en función de sus intereses nacionales.

 

Esta forma de operar fue similar a la del resto de los mandatarios progresistas latinoamericanos, pues Evo también fincó su exitosa política económica y social sobre el control directo de sus materias primas estratégicas y la creación de cadenas productivas alrededor de su aprovechamiento. El decreto que nacionalizó el gas natural de Bolivia en 2006 y la creación de Yacimientos de Litio Bolivianos en 2017 se encaminaron en esa dirección.

 

Para llevarlo a cifras; tan sólo por sus hidrocarburos, el Estado boliviano recibió entre 2006 y 2019 más de 37 mmdd (Cifra enorme considerando que el PIB de Bolivia en 2018 era de 40 mmdd según el Banco Mundial).1

 

No obstante, aún peor que intentar disponer libremente de sus recursos resultó la incorrecta lectura de los tiempos geopolíticos que hizo el mandatario boliviano.

 

Desde los días de Obama y con mayor crudeza tras la llegada de Trump, EU lanzó una feroz campaña para retomar su rol protagónico en el continente, espacio que el liderato estadounidense considera su reserva estratégica. Ello implica barrer con la influencia que China y en menor medida Rusia ganaron durante la década que EU libró guerras en Medio Oriente.

 

Con ese telón de fondo agravado por la guerra comercial que Trump libraba contra el gigante asiático, Evo realizó una gira de trabajo a mediados de 2018 por Rusia y China. Como resultado de ese viaje, el mandatario boliviano logró acuerdos con la gigante rusa Gazprom para explorar y explotar en conjunto un campo boliviano de gas cuyas reservas probables alcanzan 6.2 billones de pies cúbicos2; mientras de China descolgó una serie de acuerdos de asociación estratégica e inversiones que culminaron con la firma de un convenio en febrero de este año para explotar e industrializar de forma conjunta dos depósitos de litio en el país suramericano.3

 

¿La asociación con China habrá tenido relación con la presentación que hizo Evo Morales del primer automóvil fabricado totalmente en Bolivia apenas a principios de octubre pasado?4 Todo parece indicar que sí.

 

Lo cierto es que si ya era incómodo, al abrir sus materias primas estratégicas a los dos mayores rivales globales de EU, Evo cruzó una sensible línea roja. No de balde Alfredo Jalife Rahme calificó los hechos en Bolivia como un “litio-golpe”, en el cual la narrativa democrática pasa a un segundo plano.

 

facebook.com/EdgarAVC


 

1 Bolivia: nacionalización de los hidrocarburos y la democratización del gas. Ámbito.com, 12 de noviembre de 2019. Disponible en: https://bit.ly/2qPDX6o

2 Evo Morales califica de paso inédito presencia de Gazprom en Bolivia. Sputnik Mundo, 15 de junio de 2018. Disponible en: https://bit.ly/2CGdcE1

3 Bolivia y China se asocian en proyecto de litio que profundiza alianza estratégica. Sputnik Mundo, 6 de febrero de 2019. Disponible en: https://bit.ly/2CI4yoz

4 Morales presenta primer vehículo eléctrico ensamblado en Bolivia. Xinhua, 2 de octubre de 2019. Disponible en: https://bit.ly/374lovJ

https://www.alainet.org/es/articulo/203263?language=en
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