Una militarización acelerada en el desértico cono sur, la compra masiva de tierras por multimillonarios extranjeros, un informe oficial de EE.UU que pronostica la caída de Israel en Oriente Medio y otros procesos convergentes sugieren que una vieja teoría conspirativa puede convertirse en realidad.

Todos los años, decenas de miles de soldados israelíes vacacionan en el Sur de América, a ambos lados de la cordillera.

Según el senador chileno Ernesto Tuma, anualmente entre 8000 y 9000 personas en servicio militar se pasean libremente, se reúnen en sus propios bares y hostales, recolectan información y cartografían el territorio. Si fueran bolivianos, la prensa y los voceros militares pondrían el grito en el cielo, señala Tuma. Pero como son israelíes, aquellos elementos militares que se atreven a indagar o cuestionar el proceso, son dados de baja, denuncia el legislador.1

Esta curiosidad, que forma parte de la vida cotidiana de la escasa población de la Patagonia, es apenas la punta del iceberg de un proceso mucho más amplio que parece converger en la ocupación extranjera del sur del continente. En el lado occidental de la cordillera -el más extenso territorialmente- se dieron pasos muy firmes en ese sentido:

• La compra masiva de tierras por parte de extranjeros en Argentina, que lleva décadas, había sido reglamentada en 2011 por el Congreso, disponiendo un límite del 15 por ciento de las tierras cultivables del territorio nacional, y hasta 1000 hectáreas por persona. El gobierno de Mauricio Macri, por decreto, eliminó estas restricciones, y además, quitó los controles impositivos y privatizó la función de control en los propios terratenientes.

• El gobierno ha profundizado la “limpieza étnica” de las comunidades mapuches y criollas que se movilizan contra la ocupación de sus tierras por parte de millonarios y corporaciones. La misteriosa muerte del artesano Santiago Maldonado y el asesinato por la espalda de Rafael Nahuel en distintos episodios de lucha territorial, con el aval explícito del Ministerio de Seguridad, son una fuerte señal hacia toda la población.

• El 7 de Septiembre de 2017 el Senado de la Nación le dio media sanción a un proyecto enviado por el Ministerio de Defensa (a propuesta de la Armada Argentina) para permitir el ingreso de tropas norteamericanas al territorio nacional a fin de llevar adelante un ejercicio combinado denominado “Cormoran”.2 Estos se realizarían en la Patagonia hasta el 31 de agosto de 2018.

• Al mismo tiempo, Londres ha convertido a su colonia en las Islas Malvinas, escenario de una guerra en 1982 en la que Argentina fue derrotada en su intento de recuperarlas militarmente, en el territorio más militarizado del mundo, con 2000 militares para una población de 3000 civiles.3 Gran Bretaña además declaró a la parte de la Antártida que Argentina reclama como propia como “territorio de la Reina Isabel”, refirmando su proyección a largo plazo en la zona.4

VER VIDEO: “Carlos Pereyra Mele: Malvinas y el belicismo británico”

https://www.youtube.com/watch?v=Shl0-qwpG40

En este contexto, pocas semanas después de la visita de Netanyahu a la Argentina, el diario Clarín -principal multimedios argentino, vocero habitual de los intereses extranjeros en el país- se encargó de recordar en una nota especial que la Patagonia fue, junto con Palestina y Ugana, uno de los destinos que evaluaron los fundadores del sueño de Israel.

¿Un “warming up” para eventos próximos? Hay una historia antigua detrás de estos eventos recientes.

El Plan Andinia y el general Bendini

El Plan Andinia es el nombre que le dio el académico argentino Walter Beveraggi Allende a una presunta conspiración para instalar en tierras patagónicas un segundo Estado de Israel. Con base en distintas fuentes, Beveraggi Allende planteó que Thedoro Herlz, el padre del sionismo, planificó la creación de dos Estados Judíos: uno en Palestina y otro en un territorio desmembrado de Argentina y Chile. La instalación se concretaría en un clima de desarticulación de las fuerzas militares de Argentina, de desánimo y miseria general de la población, y merced a una larga y cuidadosa planificación.

Con similares argumentos y fuentes, el historiador chileno Miguel Serrano escribió junto a elementos del ejército chileno “El Plan Andinia. Estrategia sionista para apoderarse de la Patagonia argentina y chilena”, que se publicó en 1981.

Ambas posturas fueron sistemáticamente descalificadas como neo-nazi y antisemitas, y aunque en enero de 1986, la agencia de noticias Diarios y Noticias (DyN) provocó un gran revuelo al informar de la existencia de un amplio asentamiento israelí en la Provincia de Santa Cruz6, el tema no figuró en la agenda de discusión pública de ambos países.

Esta posibilidad tomó dimensiones institucionales cuando en 2003 el entonces Comandante en Jefe del Ejército argentino Roberto Bendini desató un escándalo mediático al expresar su preocupación por la presencia de oficiales israelíes haciéndose pasar por “mochileros inocentes”. Bendini, en charlas oficiales y en una publicación de la revista Soldados (editada por la Secretaría General del Ejército) expresó que compartía con el entonces presidente Néstor Kirchner una hipótesis de conflicto por el interés de potencias extranjeras en la Patagonia y el litoral argentino. No existía un “enemigo definido” pero tenían bajo la lupa a un pequeño grupo de israelíes y algunas ONG que llegan detrás de la “cortina” del turismo.

En la revista “Soldados” Bendini dijo que veía con estupor cómo ciertas zonas se consideran “vacías” y que no “pertenecen a nadie”, como la Amazonia o la Patagonia. Son zonas con muy poca población, grandes reservas de agua y recursos energéticos.

El entonces jefe del Ejército argentino planteaba una reorganización de la presencia militar en el país, con cuarteles a construirse desde el Río Colorado hasta el Sur patagónico, porque consideraba que el país había vivido de espaldas a ese territorio y el Ejército debía tener un papel integrador para mantener esos espacios ligados a la Nación. Pero no pudo llevar a cabo el proyecto.

En estos tiempos de Warfare no sorprende saber que, luego de todas las presiones que se desataron en su contra, y las habituales estigmatizaciones de antisemitismo, el general Bendini fue obligado a renunciar en 2008 por una acusación de malversación de caudales públicos que se probaría falsa. Bendini fue absuelto en diciembre de 2013.

La ferocidad con que fue enfrentado lo reivindica, y obliga a replantearse la visión estratégica del Ejército argentino en aquel entonces.

2022: La profecía de Kissinger

La primera pregunta que se plantea es: ¿Por qué Israel necesitaría un segundo territorio? ¿Es que se cumplirá la profecía de Kissinger?

En las últimas semanas, el mundo se conmocionó con una nueva oleada de rebeldía palestina, que fue contestada con brutalidad por el ocupante israelí. El contexto no aparece favorable para el régimen racista de Tel Aviv: Irán está fortalecido, Siria parece que saldrá victoriosa del intento de demolición que sufre desde hace años, y toda la región aparece envuelta en llamas, con Israel como centro de la indignación del mundo musulmán.

Es inevitable recordar a Henry Kissinger, que en 2012 pronosticó que Israel dejará de existir para el 2022. El funcionario, de ascendencia judía y no pasible de ser acusado de antisemita, se basaba en un documento de 82 páginas titulado "Preparación para un Oriente Medio Post Israel”5, encargado por la comunidad de inteligencia de EE.UU.  Un resumen de los principales puntos del informe se expone a continuación:

• Israel es actualmente la mayor amenaza para los intereses nacionales de los EE. UU. porque su naturaleza y acciones impiden las relaciones normales de EE. UU. con los países árabes y musulmanes y, en grado creciente, la comunidad internacional en general. La gran mayoría de los 1.200 millones de árabes y musulmanes cree que hay ocupación europea ilegítima, inmoral e insostenible de Palestina.

• Israel, dado su brutal ocupación actual y su beligerancia, no puede salvarse más que el apartheid en el sur de África (en 1987 Israel era la única nación "occidental" que mantenía relaciones diplomáticas con Sudáfrica y fue el último país en unirse al boicot internacional antes de que el régimen colapsara).

• El liderazgo de Israel, con su creciente apoyo a los 700,000 colonos en colonias ilegales en la ocupada Cisjordania, está cada vez más alejado de las realidades políticas, militares y económicas de Medio Oriente. Su gobierno es profundamente cómplice de los colonos y enfrentará cada vez más conflictos civiles internos en los que el gobierno de los Estados Unidos no debería involucrarse. A medida que retrocede el poder y la influencia estadounidense, el compromiso estadounidense con el beligerante Israel se vuelve imposible de defender.

• La interferencia de Israel en los asuntos internos de los Estados Unidos a través del espionaje y las transferencias ilegales de armas, incluye el apoyo a más de 60 'organizaciones de fachada' y aproximadamente 7,500 funcionarios de los EE. UU. Los intentos de Israel de buscan dominar e intimidar a los medios y agencias del gobierno de EE. UU. ya no deben tolerarse.

• El gobierno de los Estados Unidos ya no tiene los recursos financieros ni el apoyo público para continuar financiando a Israel. Los miles de millones de dólares en ayuda directa e indirecta de los contribuyentes estadounidenses a Israel desde 1967 no son asequibles y cada vez son más objetados por los contribuyentes estadounidenses que se oponen a la continua participación militar estadounidense en el Medio Oriente. Este punto de vista se comparte cada vez más entre Europa, Asia y el público internacional.

• La infraestructura de ocupación segregacionista de Israel, y el racismo rampante y violento que se exhibe entre los colonos judíos en Cisjordania está siendo tolerado por el gobierno israelí hasta el punto de que el gobierno de Israel se ha convertido en su protector y socio.

• Israel ha fracasado como un estado democrático y la continua cobertura financiera y política estadounidense no cambiará la percepción de que es un estado paria a nivel internacional. Hay un creciente abismo entre los judíos estadounidenses que se oponen al sionismo y las prácticas israelíes, incluidas las matanzas y el embrutecimiento de palestinos bajo ocupación israelí.

Los modales sionistas de Joe Lewis

Volvemos a la Patagonia. En estos territorios, los planes del general Roberto Bendini de establecer destacamentos del Ejército argentino se dejaron sin efecto.

En cambio, hay otra fuerza que se despliega, con modales parecidos a los invasores de Palestina. De todos los millonarios y corporaciones que han adquirido extensiones de tierra en la Patagonia, el más notorio y público es Joe Lewis. La extensión de sus tierras allí cubre varias veces la extensión territorial de todo el Estado de Israel, incluyendo un aeropuerto privado con una pista de aterrizaje capaz de recibir grandes aviones, tanto civiles como militares.

El diario El Patagónico lo describe así: “Maneja las fuerzas de seguridad, al intendente y el Concejo Deliberante como si fueran empleados. Aprieta testigos y amenaza a la población. Se queda con tierras fiscales. Retiene los títulos de propiedad de la gente. Se apropia de recursos públicos. Corta rutas a punta de pistola”.

Joe Lewis, sindicado como amigo personal del presidente argentino Mauricio Macri, es dueño de la séptima fortuna personal del Reino Unido. Su grupo económico está compuesto por una intrincada red que incluye sociedades argentinas propias y de testaferros, y unas 200 sociedades extranjeras, varias radicadas en paraísos fiscales.

Los lugareños lo acusan de ser un poder colonial que arrasó con leyes, fallos judiciales, reservas naturales, bosques, lagos, ríos, mapuches y criollos, instituciones de Gobierno. Despliega su propia red de energía, canalizada exclusivamente hacia sus territorios. Fue anfitrión, no solo del presidente Macri, sino también de Obama y de otros altos dignatarios de la política y el poder.

Había bloqueado el acceso a Lago Escondido, y luego de una larga lucha judicial, en 2009 el Superior Tribunal de Justicia (STJ) le ordenó asegurar el acceso con adecuada señalización. Pero nunca cumplió. El lago sigue siendo el parque acuático privado del millonario y sus amigos. Uno de sus testaferros afirmó: "Vamos a defender la propiedad privada con el Winchester en la mano; con sangre si hace falta".7

Con la asunción de Macri en la Presidencia, el Estado paralelo de Lewis dio un salto de calidad. Están desmontando la tercera reserva de cipreses más importante del mundo, instalan cables de alta sin autorización ni estudios de impacto ambiental, etc.

Y como es de imaginarse, este imperio privado se expande constantemente. Narra El Patagónico: “La Pampa de Ludden es un monumento natural que cuadriplica en superficie la ciudad de Buenos Aires. Solía ser fiscal, intransferible, ultra protegida por las leyes, exclusiva para producción agroecológica, pero a través de una maniobra de triangulación de tierras el clan Lewis se la apropió por la módica suma de 69 pesos la hectárea (media pizza la hectárea)”.

El perfil de Lewis se completa con un elemento sugestivo: según Thierry Meissan, en sus dominios se alojan buena parte de los contingentes israelíes que visitan el Cono Sur año tras año. Nadie sabe cuántas edificaciones hay en sus territorios, ya que Google Earth neutraliza las imágenes satelitales de esa zona, de la misma manera que lo hace con las instalaciones militares de la OTAN.8

Socavando la moral de un pueblo

Las políticas del gobierno de Mauricio Macri parecen marchar en una dirección convergente con estos procesos.

Por un lado, su política económica está decididamente orientada a debilitar la producción nacional y sumir a la población argentina en penurias. Ni siquiera una postura pro-capitalista y neoliberal justifica los brutales aumentos de tarifas de transporte y servicios públicos (de entre 600 y 1200 por ciento en dos años, según los casos y las fuentes), que hasta obligan a financiar el pago en cuotas del gas en los hogares.9 Mientras baja el consumo, cierran empresas por el incremento brutal en los costos de producción y aumenta el desempleo, el cinismo oficial habla de “gradualismo” ante esta política. El discurso oficial tampoco es congruente con otro fenómeno: el acelerado endeudamiento de Argentina en los mercados mundiales, cuyo propósito ni destino nadie explica claramente. La quita de retenciones impositivas a las corporaciones mineras y agropecuarias constituye otro factor de desfinanciamiento del Estado. Todo el conjunto parece el diseño de un colapso inducido.

Por otro lado, el gobierno argentino parece decidido a profundizar el desmantelamiento de las fuerzas armadas. Ante la tragedia del ARA San Juan, submarino misteriosamente desaparecido en aguas del Atlántico Sur, mostró una actitud huidiza y resignada. Recientemente, y pese a las desmentidas previas, el gobierno anunció el cierre de Fanazul, una dependencia de Fabricaciones Militares. La empresa no era deficitaria y había contratos vigentes con canteras y mineras de la Argentina. La compañía se destacaba en la producción de TNT, trotil y mastermix. Esto se sumó al retiro de la actividad de la mayor parte de la flota de aviones Mirage, de la totalidad de los Lockheed Martin, y a la decisión de no adquirir nuevo equipamiento. “Argentina dejó de ser una fuerza militar competente”, evaluó recientemente un artículo publicado en el sitio de defensa inglés UKDJ.10

Estas tendencias están invisibilizadas por un blindaje mediático que bombardea a la población con un alud de noticias tóxicas que ocultan lo que importa saber.

Una sociedad dividida y empobrecida, un ejército sin capacidad operativa y un proceso de infiltración de capitales y elementos militares extranjeros, parecen la antesala perfecta de eventos que pongan en riesgo la integridad territorial de Chile y Argentina.

¿Cuáles son los posibles escenarios de un hipotético desmembramiento de la Patagonia?

¿Una súbita declaración de independencia de las provincias del sur, ante un colapso de la economía, circunstancias catastróficas o cualquier otro pretexto?

¿Un canje de deuda por territorios, como sugirió The New York Times ante la bancarrota argentina del 2001?

Hay que estar atentos: la mesa está servida. El banquete promete ser suculento.

Vínculo a la publicación original: http://www.nuevocronista.com/israel-al-sur-de-america-patagonia/

Notas