Caracas.-   Hoy queremos presentarles otro ejemplo de manipulación mediática que no encontrarán en nuestros medios. Aquí en Venezuela se están desarrollando las jornadas de solidaridad internacional Todos Somos Venezuela. Un encuentro al que han sido invitados intelectuales, sindicalistas, partidos de los cinco continentes. Ayer hemos estado en la transmisión semanal del presidente “Domingo con Maduro” junto a la delegación italiana. Por la tarde, hemos participado a la elaboración del Plan de Acción Internacional que prevé también articulaciones de campañas para combatir guerra de la información.

La agencias italianas de prensa, en cambio, hablan de una “plataforma Venezuela Somos Todos” que, el próximo 22 de septiembre “presentará a la Corte Penal Internacional de La Haya una petición con aproximadamente 90.000 firmas en contra del gobierno de Nicolás Maduro por haber cometido crímenes contra la humanidad, sistemáticas torturas y persecuciones por razones políticas”. De este modo, poniendo al revés los términos y distorsionando los nombres, se lavan los cerebros de los lectores italianos ya perjudicados: porque, en este momento, Venezuela y el arco de fuerzas que la apoyan están haciendo historia.

Evidencia el enfrentamiento entre dos modelos de desarrollo: por una parte el capitalista y guerrerista al que le sirve la intoxicación mediática. Por el otro el socialista, decidido a relanzar un proyecto alternativo a cien años de la Revolución Bolchevique y a 150 del nacimiento del marxismo.

 Todos somos Venezuela está construyendo un “diálogo de paz, la soberanía y la democracia bolivariana”. Quien quiere robar el nombre (y los recursos), tiene objetivos totalmente diversos, responde a quien prefiere exportar bombas y no harina: obviamente en nombre de la “paz”. Por esto, está preparando el campo para una posible intervención armada de los Estados Unidos y de sus aliados. De esto han hablado Maduro y el presidente boliviano Evo Morales, en diálogo con los movimientos populares que han acudido de todas partes del mundo.

Muchas de las delegaciones son africanas. En su nombre ha intervenido Roland Lumumba, hijo del gran líder congolés  Patrice Lumumba. Al centro del programa, la batalla de las ideas y de las plazas y la necesidad de aclarar la relación entre democracia burguesa y el socialismo.

Maduro ha ido justo al punto. Una cierta “izquierda” - ha dicho- habría querido que el poder popular abandonara la partida y que yo, que lo represento, me dejara expulsar. Ahora “habrían podido escribir tomos sobre mí y sobre la derrota”. En cambio, ahora reman en contra e impulsan el campo de los “ni -ni” (ni fu ni fa).

 Y el martes, la gran marcha antimperialista. A escoger de qué parte estar, se paga siempre un precio. Pero vale la pena.

 Traducción Gabriela Pereira