El cine norteamericano

09/03/2015
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La película El Francotirador (American Sniper ) del famoso director Clint Eastwood, fuera de mostrar los enormes efectos especiales y la calidad de las imágenes, es la recreación moderna de las películas clásicas de cowboy donde los “buenitos”, es decir los marines norteamericanos, salvan al mundo, es decir a los norteamericanos gringos, de los salvajes y bárbaros e incivilizados, en este caso los árabes. La película aludida hace gala ideológica para mostrar por todos los medios y estética de rostros y miradas, al mundo musulmán y árabe como peligrosa y que por antonomasia necesitan ser salvados por los gringos. Lo grave es que muestran a unos criminales, los militares yanquis, como unos héroes dispuestos a dar su vida por unos patriotismos oscuros y raros, matando por doquier niños, mujeres y viejos de otras culturas del mundo, vistos como terroristas. Criminales y violentos que no tienen escrúpulos para destruir, violentar y matar humanos en competencia. La soberbia monumental mostrando tecnología y material militar modernísimo de última generación; para matar y humillar a otras culturas.  Los paisajes destruidos en Irak, están justificados por las políticas intervencionistas de la real polítik norteamericana, y se ven como normal. Porque los imperiales “tienen todo el derecho” de destruir y castigar a quiénes no se arrodillen a sus órdenes. Ellos están más allá del bien y del mal.

 

El cine sigue siendo el mejor escenario ideológico y político para mostrar al mundo (imponer), la manera de pensar, actuar, vestirse y definir sus visiones sobre la cultura, la historia y el destino de la totalidad del mundo. Por todo eso, no es rara la invasión gringa por medio  de sus películas en todos los cines, en la televisión y en todos los otros medios de incomunicación del mundo. Saben perfectamente que el cine es el mejor vehículo de transmisión de sus ideas y sus maneras de ver y juzgar al mundo. Las inversiones multimillonarias en el cine, tienen nomás componentes políticos e ideológicos: exportación de sus formas occidentales y costumbres, para la venta de sus productos. La globalización fue precisamente imposición de los mercaderes gringos, para abrir mercados donde sus empresas tengan los monopolios totales de sus productos. El cine es por excelencia una empresa carísima, donde las inversiones millonarias demandan de inversionistas privados y negociantes para sus ventas, y recuperación de sus inversiones. Ni siquiera los Estados pueden competir con los negociantes del cine norteamericano. Esas enormes ventajas económicas, son aprovechadas al máximo por los estrategas ideológicos, en la exportación del modelo gringo anglosajón. Y de su política imperial de Estado.

 

Sin embargo, el mundo reacciona con razón a esta brutal soberbia imperial. La decadencia occidental gringa, económica y estructural, es también resultado de las reacciones mundiales contra este monopolio militar e imperial, cansados contra las imposiciones gringas muchas culturas, como las árabes y musulmanas, adoptan posiciones variadas para enfrentarse al mayor imperio que haya conocido la historia humana. Los llamados terroristas son en realidad combatientes por la liberación de sus tierras, como en Vietnam o Afganistán. Niños, mujeres, ancianos y jóvenes se enfrentan por todos los medios posibles, ante el ejército más moderno, sofisticado, mortífero y cruel que hayamos conocido nunca. Los militares norteamericanos son criminales, enfermos mentales y desocupados o drogadictos, utilizados por las oligarquías norteamericanas para dominar y humillar al mundo. Las películas gringas encubren esas realidades, maquillándolas con estética subliminal y decorados de calidad técnica, además de historias patrioteras decimonónicas que homenajean a esos criminales y enfermos mentales.

 

La civilización occidental es en esencia violenta, brutal y militarista. El sentido de sus historias son las guerras, las conquistas y políticas coloniales. No comprenden de convivencia y de multiculturalidad, creen que ellos son el centro de la historia y el mundo. Felizmente están en crisis civilizatoria y cultural. Se destruyen a sí mismos y nunca leen sus propias historias y lecciones.  Sus criminales guerreros llamados patriotas o veteranos, se suicidan cotidianamente porque ni siquiera ellos se soportan a sí mismos. La destrucción del mundo, es su propia destrucción. Felizmente se acaba y se degrada la cultura gringa occidental, producto de su propia soberbia y visión destructiva del mundo.

 

 La Paz, 8 de marzo de 2015.

https://www.alainet.org/es/articulo/168025?language=en
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