Ha llegado el momento de la soberanía alimentaria!

04/05/2009
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Los precios de los cereales en el mercado mundial están subiendo.  En los países que dependen mucho de la importación de alimentos, los precios de ciertos productos alimenticios han subido dramáticamente.  Las familias pobres ven que suben los recibos de la comida y que no pueden ya hacer frente a los gastos para comprar lo mínimo necesario.  Los gobiernos de estos países están bajo mucha presión para hacer accesible la comida a un precio razonable.

Algunas instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como algunos gobiernos, están ahora abogando por invertir más en agricultura, por incrementar la ayuda alimentaria para los países pobres importadores de alimentos y liberalizar más los mercados para que los países puedan mejorar sus ingresos mediante la exportación.  A la vez están promoviendo una segunda revolución verde, liderada por las multinacionales, en África.

Siguen promoviendo más acceso para sus multinacionales en la Ronda de Doha y condicionar el apoyo financiero extra a criterios políticos para aumentar la dependencia de esos países.  Nada dicen sobre la necesidad de una mayor regulación y estabilización del mercado.  ¿Y llegará la ayuda que tiene que ir a la producción agrícola basada en los campesinos? Ellos irán a los países importadores ofreciendo una “ayuda” financiera, invertirán más en la producción alimentaria comercial y seguirán imponiendo la misma receta de desregulación y privatización.

A corto plazo, los países deberían dar prioridad en sus presupuestos a ayudar a los consumidores más pobres para que puedan acceder a suficiente comida.  A medio plazo, los países deberían priorizar la producción doméstica de alimentos para dejar de ser tan dependientes del mercado mundial.  Esto significa aumentar la inversión en la producción alimentaria basada en los/las campesinos/as para el mercado doméstico.  Los precios del mercado interno deben estabilizarse en un nivel razonable para los campesinos y consumidores.  Para que los campesinos puedan recibir precios que cubran los costes de producción y aseguren unos ingresos dignos.  Y para los consumidores, para que estén protegidos de los precios altos de los alimentos que les impone el mercado y la venta al por menor.  Hay que potenciar la venta de productos directamente de los/las campesinos/as y pequeños agricultores a los consumidores.

En cada país hay que establecer un sistema de intervención que pueda estabilizar los precios del mercado.  Pues estos controles a la importación, con tasas y cuotas, son necesarios para regular la importación y evitar el dumping o las importaciones baratas que destruyen la producción interna del país.  Hay que establecer una reserva de seguridad estatal con el objetivo de estabilizar el mercado interno: en tiempos de excedentes, el cereal puede cogerse del mercado para construir este fondo de reserva y utilizarlo en casos de carestía de cereal.

Por lo tanto, la tierra debería distribuirse de forma igualitaria a las personas sin tierra y a las familias de los/las campesinos/as mediante una genuina reforma agraria y de la tierra.  Esta debería incluir el control del agua, de las semillas y de la tecnología.  Debe permitirse a las personas producir de nuevo su propio alimento y sustentar a sus propias comunidades.

A nivel internacional hay que tomar medidas para la estabilización.  Deben establecerse reservas de seguridad internacionales así como un mecanismo de intervención para estabilizar los precios a un nivel razonable en los mercados internacionales.  Los países exportadores deben aceptar las normas internacionales que controlan las cantidades que pueden llevar al mercado.

La influencia de las compañías multinacionales debe limitarse y el comercio internacional de materias primas debe llevarse a un mínimo necesario.  La producción de cada país debería satisfacer el máximo posible de la demanda interna.  Este es el único modo de proteger a los/as campesinos/as y consumidores/as de las fluctuaciones repentinas de los precios provinentes del mercado internacional.

En La Vía Campesina estamos convencidos de que los/as campesinos/as y los pequeños agricultores pueden alimentar al mundo.  Ellos/as deben ser un elemento clave de la solución.  Con suficiente voluntad política y la aplicación de políticas adecuadas, más y más campesinos/as y pequeños agricultores pueden producir fácilmente alimento suficiente.  ¡La actual situación demuestra que necesitamos cambios!

https://www.alainet.org/es/articulo/134317?language=en
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