¿Qué nos dijo Paulo Freire para el hoy que es futuro?

03/07/2007
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“Que estos pobres hijos vean cómo marchan hoy las cosas y que crean que mañana irá todo mejor, esto si que es asombroso y es con mucho, la mayor maravilla de nuestra gracia” (Charles Peguy en “Las Tres Virtudes”)”

“El que no busca, no encuentra. El que no escucha no aprende. El que no trata, fracasa, con el alma y con la mente… Tengan fe y el problema se resuelve, siempre hay solución cuando la fe no se pierde… (“Tengan Fe”, Rubén Blades, CD “Caminando”, 1991)

1. Memoria e insinuaciones


El 12 de junio leía el diario “El Nacional” y en su primera página encontré un titular que decía así: “Muertos que viven”. Ese titular expresaba, de manera resumida, desde Ghana (en África) la manera en que muchas tradiciones de ese continente relacionaban a los vivos(as) y sus muertas(os), haciendo énfasis, según este cable en que “los muertos no mueren sino que observan a los vivos y esperan sus gestos de amor”.

Confieso que este texto de un cable de la Agencia Francesa de Prensa (AFP) me provocó sutilmente obligándome de inmediato a reflexionar sobre cómo presentar mi ponencia cuando recordara a Paulo Freire, en una de sus vidas, con sus reflexiones, acciones y propuestas. Sentí que él me observaba, y como decimos nosotros y nosotras, me “cuqueaba”, con un argumento dicho en voz baja: “lo que estuve diciendo y haciendo lo dije hace un tiempo, pero vale para siempre, ayer, hoy y mañana, sácale un provecho mayor y el gesto de amor consiste en que les digas algo para el ver y hacer ahora”.

Lo escuché dentro de mí y decidí seguir su consejo y preparar mi intervención con él dentro de nosotros y nosotras ahora, sin pretender abarcarlo todo, solo algunas reflexiones que estuvieran en el centro de problemáticas que nos activarán a transformaciones revolucionarias de nosotros y nosotras, nuestra sociedad y mundo (permanentemente, sistemáticamente, infinitamente).

Veamos pues que insinuaciones nos hace Paulo Freire entre mi memoria y las urgencias de transformación desde el pasado al hoy y al futuro, porque ese futuro está en el ahora si lo decidimos así.

2. Un libro, 40 años, con una advertencia

Buscando sus libros en el cuarto donde tengo los míos (un poco difícil a veces por la concentración de papeles no muy organizados) localicé “Educación como Práctica de la Libertad”, no en una edición reciente sino en la primera edición de 1967 de “Nuevo Orden Ediciones” de Caracas, Venezuela, con prólogo de Joaquín Marta-Sosa.

La memoria se me activó y recordé la librería “Nuevo Orden”, situada en “Jesuitas a Mijares” en Caracas, donde iba a comprar libros y a conversar con don Julio González (quien dirigía la librería y que murió luego en el Terremoto de Caracas) y con jóvenes igual que yo que estaban en el proceso de construir alternativas políticas transformadoras, revolucionarias, y que luego en ese país se expresaran en la “izquierda cristiana”.

Abrí el libro y en el contexto dominicano de ‘convenciones’ de partidos (en plural) manipuladas, distribución de papeletas en helicópteros, políticas ‘sociales’ (¿cual política no es ‘social’ o ‘pública’?) para controlar y crear ‘clientes’, mentiras, adulteraciones, salió su página 89.

Paulo Freire me dijo: “Nos oponíamos a estas soluciones asistenciales… porque ellas tenían en sí una doble contradicción. En primer lugar, contradecían la vocación natural de la persona -ser sujeto y no objeto- y el asistencialismo hace de quien recibe la asistencia un objeto pasivo, sin posibilidades de participar en el proceso de su propia recuperación. En segundo lugar, contradecían el proceso de ‘democratización fundamental’ en que estábamos situados. El gran peligro del asistencialismo está en la violencia de su antidiálogo, que imponiendo al hombre mutismo (silencio, N.A.) y pasividad, no le ofrece condiciones especiales para el desarrollo a la ‘apertura’ de su conciencia que, en las democracias auténticas, debe ser cada vez más crítica”.

Y nos continúa sugiriendo que: “Lo importante, realmente, al ayudar al hombre, es ayudarle a ayudarse (y también a los pueblos). Es hacerlo agente de su propia recuperación. Es, repetimos, ponerlo en una postura concientemente crítica delante de sus problemas” (“Educación como práctica de la Libertad”, Nuevo Orden Ediciones, Págs. 89 y 90, 1967, Caracas).

Recordé el módulo “El Sujeto Situado” del programa de “Profesionalización de Maestros(as) Bachilleres” (PPMB) elaborado y ejecutado por el Centro Cultural Poveda, cuando él nos dice ‘ayúdenle a ayudarse’, ‘agente de su propia recuperación’, es decir situarlo, problematizar, reflexionar y revolución autogestionaria como eje de la estrategia de transformación (desde abajo y desde adentro). Activen, no manipulen; provoquen, no controlen; desarrollen potencialidades, no sustituyan; construcción permanente, no límites ni muros preestablecidos.

3. Pasado, presente y futuro

Allí por Santa Bárbara, La Negreta, San Antón, la Plaza de Armas (hoy Parque Colón) andaban circulando los jóvenes de la Sociedad Secreta ‘La Trinitaria’, y antes que ellos veíamos a Caonabo, Sebastián Lembá en los montes del cimarronaje, Ana María en Boca de Nigua y su rebelión, caminando entre tambores y tambores hasta despertar al 14 de Junio, a Narcisazo (Narciso González) o la Zona Norte de 1984. Se hacen homenajes, reconocimientos, y los que hoy son continuadores de a lo que ellos y ellas se enfrentaron, se empecinan en borrar sutilmente las realidades de las prácticas insurgentes verdaderamente democráticas.

Por eso Paulo Freire se nos acerca y nos dice:

“A través de su permanente quehacer transformador de la realidad objetiva, los hombres simultáneamente crean la historia y se hacen seres históricos-sociales. Porque al contrario del animal, los hombres pueden redimensionar el tiempo (pasado-presente-futuro) que, con todo, no son departamentos estancos. Su historia, en función de las mismas creaciones, van desarrollándose en constante devenir, en el cual se concretan sus unidades epocales. Estas, como el ayer, el hoy y el mañana, no son secciones cerradas e intercomunicables en el tiempo, que quedan petrificadas y en las cuales los hombres se encuentran enclaustrados. Si así fuere, desaparecería una condición fundamental de la historia, su continuidad. Las unidades epocales, por el contrario, están relacionadas las unas con las otras, en la dinámica de la continuidad histórica.” (Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI Editores. Primera Edición. 1970. Pág. 119).

Sierra del Bahoruco y palenques y manieles como territorios libres, autogobierno en el Cibao para poner coto, gobierno provisorio y guerra silenciosa con la política como sentimiento, juntas populares nacionalistas desde abajo, resistir y persistir a pesar de treinta y un años de tiranía, armas y rebelión de armados y de desarmados, insurgencias populares en la zona norte como reguero de la pólvora insatisfecha y oprimida, pequeñas protestas del poco a poco a lo que viene ahora antes del 2010 a pesar de imperialismos y opresiones.

Paulo Freire nos sugiere hacer estas articulaciones de vidas y experiencias viendo la historia como larga duración, a partir de lo cual asumimos unas identidades de sujetos/as desde donde hemos sido más libres, más críticos, más participativos, más justos, más cerca de la felicidad comunitaria.

4. El futuro y la esperanza

Moviéndonos rápidamente y siempre haciendo el pasado-presente, el presente-pasado, pasado-presente-futuro podemos enfrentarnos a construir lo mejor como por-venir a partir de lo mejor de lo por-pasado en el presente.

Paulo Freire desde un rincón del callejón me dice y nos dice:

“Cuando mucha gente hace discursos pragmáticos y defiende nuestra adaptación a los hechos, acusando al sueño y la utopía no solo de ser inútiles, sino también de ser inoportunos en cuanto elementos que necesariamente forman parte de toda práctica educativa que desenmascare las mentiras dominantes, puede parecer extremo que yo escriba un libro llamado ‘Pedagogía de la Esperanza: Un Reencuentro con la Pedagogía del Oprimido’ (Pedagogía de la Esperanza. Siglo XXI, 1999, Cuarta Edición, Pág. 7).

A muchos de los que estamos aquí ahora nos dicen cosas parecidas todos los días para desmovilizar nuestras conciencias a pesar de la naturaleza opresora de nuestra sociedad y sus más crecientes expresiones de descaro con su naturaleza capitalista neoliberal (apropiarse, mostrar la apropiación y hacer gala de ella dando ‘boronitas’).

En este mismo texto citado Paulo Freire agrega entre radiografía o imagen de nuestra realidad y pequeños mensajes que comenzamos a ver y palpar:

“¿Pero, como, Paulo, una “Pedagogía de la Esperanza” en medio de una desvergüenza como la que nos asfixia hoy…?” “Es que la ‘democratización’ de la desvergüenza que se ha adueñado del país, la falta de respeto a la cosa pública, la impunidad, se han profundizado y generalizado tanto que la nación ha empezado a ponerse de pie, a protestar. Los jóvenes y los adolescentes también salen a la calle, critican, exigen seriedad y transparencia. El pueblo clama contra las pruebas de desfachatez…” (Pág. 7).

Este párrafo se escribió y se ha escrito ahora para nosotros y nosotras: desvergüenza, su ‘democratización’, desfachatez: un imperio que se cree designado por Dios para hacer la guerra; un politiquero que lanza papeletas desde helicópteros para someter sobre todo pobres; varios que quieren ser presidentes para ‘dirigir’, ‘conducir’ nuestros destinos (¿somos mojigangas?), ricos o burgueses que hacen ostentación de sus riquezas en imágenes de sus propios medios de comunicación, técnicos y asesores que proclaman el lanzarnos a competir unos(as) con otros(as) y país por país para destruir las potencialidades de prójimos y comunidades.

Desvergüenzas y desfachateces y además de ellas nos dicen que no tenemos esperanzas y que no hay nada que hacer, pero Paulo Freire nos advierte:

“Como programa, la desesperanza nos inmoviliza y nos hace sucumbir al fatalismo en que no es posible reunir las fuerzas indispensables para el embate recreador del mundo. No soy esperanzado por pura terquedad, sino por imperativo existencial e histórico” (Pág., 8).

Es un imperativo, una obligación que sale de la conciencia, de la vida, de las exigencias de ella como la condición que debe ser plena y que se logra en procesos sociohistóricos difíciles, pero que dan un sentido profundo al presente.

5. El presente y el luchar en el es futuro

Volvemos a esas relaciones sutiles pero profundas donde el presente adquiere unas dimensiones infinitas.

Paulo Freire nos emplaza ahora a situarnos en esa tensión que nos exige ya para lo que debemos hacer venir o llegar: “En la concepción dialéctica, y por eso no mecanicista de la historia, el futuro hace eclosión a partir de la transformación del presente como algo dado dándose. De ahí viene el carácter problemático y no inexorable del futuro. El futuro no es lo que tiene que ser, sino lo que hagamos con y del presente”. (“Cartas a Cristina: reflexiones sobre mi vida y mi trabajo. Ed. Siglo XXI, 1996, Pág. 28).

Comenzamos a sentir que la desesperanza empieza a abrir espacios para ciertas expresiones de la rabia, el asco, el dejar de creer en el sistema político de partidos tradicionales, protestas y demandas locales, jóvenes y mujeres en relevo generacional y de genero, música y canto alternativos. Paulo hace énfasis en acentuar el hacer ahora, trasformar y trasformarnos ahora, construir nuevas relaciones sociales, la nueva sociedad la hacemos ya con esta decisión de decidir acciones , con ese poder popular y humanitario que va surgiendo a veces sin valorarlo porque va saliendo de abajo, underground, sigilosamente.

Estamos obligados, tenemos el derecho a ejercer la lucha presente porque en ella está ya el futuro mejor, es un presente mejor porque las luchas, las rebeldías, son el pasar de la opresión al territorio libre de los decididos y decididas que rompen con la dominación.

En esas mismas “Cartas a Cristina” (Pág. 71) él nos propone concentrarnos en un escenario social liberador: “Del derecho y el deber de pelear que los oprimidos se deben imponer, a sí mismos para superarla opresión. Lo ideal es cuando la movilización, la organización, la lucha de los oprimidos comienzan a cambiar la calidad de su cultura e historia, y los fantasmas pasan a ser sustituidos por la presencia viva de los oprimidos, de las clases populares en la transformación del mundo. Lo ideal es cuando, ejerciendo su derecho de creer en Dios, en su presencia en la historia, los oprimidos, como clase y como individuos, tomando la historia en sus manos reconocen que hacerla, y ser hechos por ella, es tarea de mujeres y hombres, es problema de ellos y ellas”.

Cuando los de abajo, los oprimidos, comienzan a construir nuevas relaciones sociales, creando poderes locales que se articulan, donde sus clases e individuos se potencian, se genera en el presente, tomando los experiencias del pasado, una contrahegemonía en relación al orden opresor y hegemónico, que ya es el futuro ahora, como construcción comunitaria frente al hoy del capitalismo neoliberal. Es el anuncio real de una sociedad paralela que se gesta y que podría ir prevaleciendo en las acciones, las realizaciones y las conciencias.

5. Educar para una contrahegemonía de la liberación popular

Entonces Paulo Freire desde siempre insistió en una intención estratégica de la educación popular, la educación de los movimientos sociales populares, sus propósitos fundamentales, aunque hoy nos viven repitiendo recetas ‘light’ del FMI, Banco Mundial, BID, imperialismos e imperios, élites burguesas y estados sometidos a terapias coloniales que nos dicen que debemos ser ‘competitivos’ (matarnos entre nosotros y nosotras) para lo cual debemos ‘formar’ a los pobres para que las minorías opresoras acumulen más, sean más ricos y ricas, siendo más ‘productivos’ (más trabajo, más sobreproductos sociales o excedentes y más apropiación de eso) con salarios bajos para poder, repito, dizque competir.

Paulo Freire nos dice NO!, ustedes deben insistir en una propuesta y estrategia educativa para construir y desarrollar esos movimientos sociales alternativos y sus poderes populares.

Nos dice en “Educación como Práctica de la Libertad” ya citada lo siguiente:

“Participación en términos críticos, ya que solo así sería posible su transformación como pueblo, capaz de optar y decidir”.

Decidir, escoger, decidir.

Y para ello agrega:

“Solo un método activo, dialogal y participante podría hacerlo”.

Activos y Activas.

Entonces nos precisa:

“Y qué es el diálogo? Es una relación horizontal de A con B. Nace de una matriz crítica y genera criticidad. Se nutre del amor, de la fe, de la humildad, de la confianza”.

Relación horizontal de criticidad, anonadándonos (reduciéndonos), siendo amorosos y reconociendo los seres humanos como prójimos(as) al escuchar y asumir sus palabras pronunciadas y propuestas.

Activar para participar, dialogando para escoger y decidir como iguales, sin recetas e imposiciones verticales de élites domesticadoras y opresoras.

Paulo Freire, en “Pedagogía del Oprimido” ya citada, precisa y nos dice que, por ello debemos asumir:

“…la pedagogía del oprimido, aquella que debe ser elaborada con él y no para él, en tanto hombres o pueblos en la lucha permanente de recuperación de la humanidad”.

Con ellos y ellas, construyendo un proceso de socialización en una democracia radical donde se está haciendo el futuro, haciendo la nueva sociedad y los nuevos hombres y nuevas mujeres ahora/mañana.

6. Paulo Freire vive

Al recordarlo así, Paulo no ha muerto, no morirá jamás.

Recuerdo ahora a Charles Peguy cuando en “Las Tres Virtudes” (“Palabras Cristianas”, Ediciones Sígueme, Salamanca, 1964) nos decía:

“…de nosotros
que solo pasamos en la tierra
unos años de nada,
depende de nosotros
el asegurar a estas palabras
una segunda eternidad
eterna”.

Puedo afirmar hoy, por eso, que Paulo Freire vive, sus palabras las seguimos pronunciando y son unas referencias para siempre por lo que nos insinúan en el hoy, desde el ayer y para futuro.

Paulo Freire al decirnos eso hoy ¡VIVE!, hoy lo sentimos entre nosotros y nosotras. Él está aquí fraternalmente, con amor, fe, humildad y confianza.

Nota final


Al concluir la corrección de este texto escrito sentí que Paulo Freire en la “Undécima Carta a Cristina” (Págs. 97 y 102) me insinuaba algo a tener en cuenta:

- “El error de la izquierda es perderse en discursos agresivos, dogmáticos, en análisis y propuestas mecanicistas; es perderse en una comprensión fatalista de la historia, finalmente antihistórica, en la que el futuro, desproblematizado, se vuelve inexorable”.

- “Yo no era progresista porque estuviese seguro de que el futuro traería inexorablemente el socialismo. Al contrario yo era progresista porque, rechazando una comprensión mecanicista de la historia, estaba seguro de que el futuro tendría que ser construido por nosotros mismos, mujeres y hombres, en la lucha por la transformación del presente malvado. O construido por nosotros, los progresistas, por la transformación sustantiva del presente, o construido por las fuerzas reaccionarias a través de cambios puramente adverbiales del presente”.

Sentí que me dijo: “¿Me comprendió usted Profesor Fiallo Billini?”


Profesor Dr. José Antinoe Fiallo Billini,
Escuela de Historia y Antropología de la UASD y Área de Ciencias Sociales INTEC.

(Ponencia presentada en la Mesa Redonda: “Paulo Freire y los Paradigmas del Desarrollo Humano, Conciencia Crítica e Impugnación”, Auditorio “Pedro Mir” de la Biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) el 13 de junio de 2007)
https://www.alainet.org/es/articulo/122046?language=es
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