Niñas sin muñecas
02/10/2005
- Opinión
Mientras las niñas de los países del Norte juegan a ser "mamás",
decenas
de millones de niñas son obligadas a casarse y tener hijos. Uno de
cada
diez partos que se producen en el mundo es protagonizado por una madre
que
aún es una niña, según denuncia el informe de Estado Mundial de las
Madres
publicado por la ONG Save the Children.
Nacer mujer, en cualquier parte del mundo, supone un mayor riesgo de
ser
discriminada, y si el nacimiento tiene lugar en un país del Sur las
posibilidades de vivir en la pobreza y ser madre prematura se
multiplican.
Más de una de cuatro niñas entre 15 y 19 años están casadas. La
discriminación de la mujer es más cruel si se piensa en las niñas. "La
pobreza tiene cara de mujer y especialmente de niña", lamenta la
Secretaria de Estado de Cooperación española, Leire Pajín. No hay que
olvidar que según Naciones Unidas, a mediados de los años 90 había un
50%
más de mujeres que vivían en condiciones de pobreza que treinta años
antes.
El arma más poderosa con la que se cuenta para conseguir invertir esta
realidad es la educación. La vida de una niña que va a la escuela es
completamente diferente de las niñas que no son escolarizadas. Hoy, de
los
más de cien millones de niños que no van al colegio, 58 millones son
niñas. Niñas que son analfabetas, que se casan y tienen hijos de
manera
prematura, y niñas que mueren antes de tiempo. Más de un millón de
niñas y
sus hijos en todo el mundo mueren por complicaciones en el parto o
durante
el embarazo.
Una niña que recibe educación se casará más tarde, tendrá menos hijos,
proporcionará mejor atención y alimentación a su familia y solicitará
atención médica para sus hijos y para ella. Así, se abrirá el camino
de un
círculo "virtuoso" para la comunidad: se reducirá el índice de
mortalidad
infantil, se controlará el índice demográfico, mejorará la nutrición y
la
salud de población y mejorará, en general, el índice de desarrollo y
se
producirá una mejora en su progreso económico. Cada año que una niña
consigue permanecer en la escuela reduce en dos puntos la posibilidad
de
muerte.
Los 189 países que firmaron los Objetivos Del Milenio (ODM) en el año
2000
en la Cumbre de Nueva York tenían claro que la igualdad de acceso en
educación era necesaria para el desarrollo de los pueblos más
empobrecidos. Sin embargo, este objetivo está aún lejos de cumplirse.
El
estudio de Save the Children pone de manifiesto que si las
desigualdades
en educación desapareciesen se evitarían casi 250.000 muertes sólo en
la
India.
Estudios de Naciones Unidas han revelado que la falta de educación
tiene
un alto coste. Han demostrado que si a una mujer se le dan las mismas
posibilidades y apoyos que a los hombres, éstas aumentan el
rendimiento de
la tierra de cultivo o que si se eliminasen las desigualdades de
género,
muchos países aumentarían su PIB en más de un 5%.
Sin embargo, luchar contra la desigualdad a la hora de acceder a la
educación no es sólo cuestión de dinero. Países como Kenia con una
renta
per cápita de 1.000 dólares supera las expectativas de escolarización
de
las niñas, mientras que Arabia Saudí, 12.650 dólares de renta, queda
por
debajo de ellas. Así, es fundamental la voluntad de los gobiernos de
todo
el mundo para hacer universal la educación primaria para niños y niñas.
La
falta de formación hace que millones de personas se encuentren
atrapadas,
no crean en sus posibilidades y su crecimiento personal.
Para acabar con la discriminación de las mujeres y las niñas, además,
hay
que luchar por poner fin a leyes que perpetúan esta situación y
regular la
edad en la que las niñas pueden casarse, impulsar la participación de
las
mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, apoyar el acceso al
mercado
laboral, promover una educación que no esté basada en los roles
tradicionales, mejorar el acceso de la mujer al sistema de salud e,
incluso, crear servicios adaptados a las mujeres y las niñas. Baste
como
ejemplo que la mayoría de los medicamentos son "probados" en hombres.
La comunidad internacional tiene que aceptar el desafío y devolver a
las
niñas sus juguetes.
- Ana Muñoz es periodista, Centro de Colaboraciones Solidarias, Madrid.
ccs@solidarios.org.es
https://www.alainet.org/es/articulo/113114?language=es
Del mismo autor
- Ciudades para todos 14/11/2014
- No podemos esperar 30/10/2013
- Una sociedad para todos 03/10/2013
- Cuando trabajar se convierte en pesadilla 04/07/2013
- Un mundo peligroso 06/06/2013
- Delito de solidaridad 09/05/2013
- Con hambre no se aprende 02/05/2013
- Naturaleza eres tú 25/04/2013
- Comida que nos envenena 21/03/2013
- A la espera de un retorno 01/03/2013
Mujeres
- Paola Ricaurte 10/03/2022
- Giorgio Trucchi 03/03/2022
- Diana Carolina Alfonso, Mónica Miranda 22/02/2022
- Miguel Pinto Parabá 26/01/2022
- Jo-Marie Burt, Paulo Estrada 12/01/2022