Superar el institucionalismo:
El CMI abre el debate sobre una nueva configuración del movimiento ecuménico para el siglo XXI
10/08/2003
- Opinión
Mientras el corazón de la visión ecuménica permanece
vigente, las estructuras en las cuales se ha encarnado
necesitan ser reconsideradas para adecuarlas a los
nuevos tiempos.
Esta percepción ha llevado al secretario general del
Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rev. Dr. Konrad
Raiser, a convocar una consulta sobre "reconfiguración
del movimiento ecuménico", que tendrá lugar del 17 al
20 de noviembre de 2003 en Antelias, Líbano. La Iglesia
Apostólica Armenia será la anfitriona del evento.
En la carta de invitación enviada a unas 25 personas,
Raiser observa que el amplio rango de organizaciones
ecuménicas hoy existentes, las nuevas oportunidades de
establecer relaciones con movimientos de base y con la
sociedad civil, y las realidades económicas que
enfrentan muchas organizaciones apuntan a la necesidad
de debatir nuevos modelos para la labor ecuménica en
los planos nacional, regional y mundial.
Los objetivos de la consulta son * analizar los
principales desafíos planteados por los cambios en el
mundo y sus consecuencias para la configuración del
movimiento ecuménico; * identificar las áreas básicas
donde el cambio y la renovación son necesarios para una
reconfiguración; * diseñar un proceso de consulta y
estudio que conduzca a un informe sobre reconfiguración
del movimiento ecuménico a ser presentado al Comité
Central del CMI en 2005 y, eventualmente, a su Asamblea
en 2006.
Entre los invitados a participar en la consulta de
noviembre hay dirigentes y miembros del personal de
iglesias, comuniones cristianas mundiales, consejos de
iglesias regionales y nacionales, organizaciones
misioneras, agencias eclesiales de ayuda y
organizaciones ecuménicas internacionales. Cada
participante aportará su compromiso individual,
conocimiento y experiencia del movimiento ecuménico en
diferentes contextos y a distintos niveles. Raiser
recalca que las personas invitadas han sido
seleccionadas "no para que representen a
organizaciones... sino con la mirada puesta más allá de
las estructuras actuales".
En cierto modo, observa Raiser, la convocatoria y la
participación en la reunión recuerdan el proceso que en
los años treinta del pasado siglo desembocó en la
fundación del propio CMI, cuando actores claves de
diversas iniciativas ecuménicas confluyeron para
responder a la necesidad de una mayor unidad y una
actuación más efectiva en el plano internacional.
Una consulta juvenil que tendrá lugar inmediatamente
antes de la reunión sobre reconfiguración permitirá que
los jóvenes -en su condición de líderes ecuménicos
actuales y por incumbirles a ellos la responsabilidad
de dirigir el movimiento en el futuro- aporten su
visión y sus ideas al debate.
La necesidad y la posibilidad de reconfiguración serán
examinadas también por actores ecuménicos claves antes
de la consulta de noviembre, en las siguientes
reuniones: * Comité Central y Comité Ejecutivo del CMI
(24 de agosto - 2 de septiembre); * secretarios
generales del CMI y de organizaciones ecuménicas
regionales (17-18 de septiembre); * organizaciones
ecuménicas regionales y agencias eclesiales de ayuda
(19-20 de septiembre); * comité de continuación del
Foro Cristiano Mundial (18-20 de octubre); *
Conferencia de Secretarios Generales de las Comuniones
Cristianas Mundiales (21-24 de octubre).
¿Por qué ahora?
El secretario general del CMI puso en marcha el actual
debate sobre una nueva configuración del movimiento
ecuménico en su informe al Comité Central del CMI en
2002. "Creo que ha llegado el momento -dijo- de revisar
la organización y las estructuras del movimiento
ecuménico mundial, que hemos heredado de las
generaciones que nos han precedido, y de concebir una
nueva configuración ecuménica que pueda responder
eficazmente a los desafíos que plantea el siglo XXI."
Raiser enfatizó en particular que lo que se necesita es
un marco común para diseñar políticas y tomar
decisiones. Tal marco podría reducir la duplicación de
esfuerzos entre las diversas organizaciones y dar más
coherencia a la visión y al testimonio ecuménicos. Las
estructuras también necesitan ser más abiertas y
flexibles, dijo, cuando las organizaciones ecuménicas
se ocupan de cuestiones de mandatos, admisión de
miembros, apoyo económico, gobierno y determinación de
prioridades.
En su informe de 2002, Raiser dio razones específicas
por las que es preciso considerar ahora la
reconfiguración.
El "éxito" del ecumenismo ha hecho que muchas iglesias
hayan integrado la visión ecuménica en el entendimiento
que tienen de sí mismas. Pero también está en aumento
el denominacionalismo, por el que las iglesias tratan
de acentuar su perfil institucional por razones de
visibilidad y participación, así como de apoyo
económico en una sociedad civil competitiva.
La visión ecuménica tal como se articuló desde los
primeros días del movimiento hasta hoy ya no inspira ni
moviliza a la gente, y en particular a los jóvenes,
dijo Raiser. Otra razón es que las actuales estructuras
no conectan con algunos de los desarrollos ecuménicos
más interesantes a nivel de base, como el movimiento de
familias intereclesiales (o matrimonios "mixtos"), los
proyectos ecuménicos locales, las comunidades
ecuménicas, etcétera.
Pero una de las principales razones que hacen necesario
el debate en este momento es la complejidad y la falta
de conexión entre las actuales estructuras ecuménicas.
En los primeros días del movimiento ecuménico, varias
corrientes ecuménicas diferentes (como Fe y
Constitución y el Consejo Misionero Internacional) se
integraron en el CMI. Sin embargo, en los últimos
decenios han sido creadas muchas nuevas organizaciones
y estructuras ecuménicas, a menudo por el propio CMI,
para responder a necesidades y contextos específicos.
Algunas de estas iniciativas son: * consejos regionales
y nacionales de iglesias; * Conferencia de Secretarios
Generales de las Comuniones Cristianas Mundiales; *
grupos de trabajo con la Iglesia Católica Romana y, más
recientemente, con evangélicos y pentecostales; * Foro
Cristiano Mundial; * Acción Conjunta de las Iglesias
(ACT); * Alianza Ecuménica de Acción Mundial (EAA).
Aunque tales organizaciones están vinculadas entre sí,
y pese a que se han hecho varios intentos de coordinar
sus actividades, Raiser piensa que hay que hacer mucho
más.
En esencia, dice, el debate sobre la reconfiguración
"debe retomar el sentido de un 'movimiento' ecuménico".
"El movimiento ecuménico ha rebasado a las iglesias
como cuerpos organizados, y ha sido superado por el
institucionalismo. Necesitamos pues concebir una nueva
configuración más flexible y capaz de dar respuestas."
Nueva potencialidad de cambio
Este nuevo debate tiene raíces en una preocupación de
larga data. El documento "Hacia un entendimiento y una
visión comunes del Consejo Mundial de Iglesias" (EVC),
aprobado por el Comité Central en 1997 "fue el punto de
partida y ha sido parte de nuestro pensamiento durante
los últimos ocho años", señala Raiser.
El EVC, junto con el progreso del Foro Cristiano
Mundial, el trabajo de la Comisión Especial sobre
Participación Ortodoxa en el CMI y el del grupo de
estudio sobre la condición de miembro del CMI, son
muestras de que un nuevo ethos y una nueva cultura
organizacional ecuménica están surgiendo. "Esto sería
también un incentivo para formular una alternativa a la
visión de la globalización", apunta Raiser.
El CMI está facilitando el debate sobre reconfiguración
porque "es todavía la organización ecuménica más amplia
y representativa del mundo", con una particular
responsabilidad por la coherencia del movimiento
ecuménico, señala Raiser.
El secretario general del CMI recalca que el debate que
ahora comienza tiene bastantes más posibilidades de
producir un cambio que las anteriores conversaciones
sobre coordinación. El desafío, dice, es que "todas las
estructuras ahora implicadas en el movimiento ecuménico
estén abiertas a cambios potencialmente profundos y
dispuestas a abrirse ellas mismas a nuevas asociaciones
y métodos de trabajo".
El cambio, además, debe ser dirigido por las iglesias
mismas, insiste Raiser. "Necesitamos captar el espíritu
original que llevó a la fundación del CMI... En aquel
entonces estaba claro que, si las iglesias se
incorporaban al Consejo Mundial de Iglesias, estaban
abiertas al cambio. Esa apertura es el espíritu que
debemos recuperar."
https://www.alainet.org/es/articulo/108053