Fe y esperanza viva
Seminario latinoamericano sobre Juventud y Globalización
27/04/2003
- Opinión
"Nos exhortamos y exhortamos a todos a andar por el mundo con fe
y esperanza", una esperanza "que descansa en la convicción de que
nuestros esfuerzos no serán en vano", gracias a la fe "que nos
mueve a luchar por la defensa de la vida en esta tierra".
La exhortación es parte de una declaración emitida por un
numeroso grupo de jóvenes que, procedentes de 14 países,
estuvieron reunidos en Ramos Mejía, en los suburbios de la ciudad
de Buenos Aires, Argentina, entre el 24 y el 27 de abril. Allí
los jóvenes, en su mayoría latinoamericanos y algunos llegados de
Europa y los Estados Unidos, participaron de un seminario sobre
Juventud y Globalización convocado por el Consejo Latinoamericano
de Iglesias (CLAI) y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI).
Con el lema "Fe y Esperanza Viva", debatieron sobre
globalización, deuda externa, comercio internacional y las
consecuencias de todo esto en la juventud y en las iglesias.
Entre esas consecuencias la declaración final del seminario
enumera: "exclusión, desempleo, pérdida de identidad cultural,
consumismo, mala distribución de la riqueza y crisis ecológica,
entre otras calamidades".
"La transnacionalización de la economía mundial", analiza la
declaración, significa que las empresas "se mueven libremente por
el planeta buscando la mano de obra más barata, el medio ambiente
menos protegido por leyes y reglamentos, el régimen fiscal más
favorable o los subsidios más generosos". Una de las
consecuencias de este fenómeno es que se profundizan "los
procesos de pauperización de los más pobres, para los cuales la
vida, en vez de ser un don de Dios, se ha transformado en una
verdadera tragedia".
Frente a esta realidad, opinó Joyce Torres (29), de São Paulo,
Brasil, "hay que hacer valer lo que creemos: un reino de Dios con
justicia que garantice los derechos humanos de todas las
personas. Si nos unimos, tendremos más fuerza para enfrentar
esta situación adversa".
Realidades nacionales y propuestas alternativas
Los jóvenes brasileños trazaron un panorama del impacto de la
globalización en su país. Según ellos hay un "Brasil oficial",
donde viven solamente las elites dominantes. Existe también un
"Brasil virtual", compuesto por las telenovelas e Internet. Y
finalmente está el "Brasil real", una "tierra de exclusión y
lugar de conflictos sociales": el Brasil de los "sin tierra, sin
pan, sin nada".
A su turno, los jóvenes paraguayos enumeraron dramáticas
consecuencias de la globalización en la tierra guaraní. "Muchos
niños están perdiendo su niñez, trabajando en lugar de ir a la
escuela, mendigando en las calles, durmiendo en las veredas".
Más tarde, ya jóvenes, "siguen por el camino de la drogadicción,
el alcoholismo y la prostitución".
"Frente a la fragmentación social provocada por relaciones
injustas que se nos imponen, las iglesias cristianas pueden
trabajar unidas entre sí y junto con los múltiples movimientos
sociales comprometidos con la vida humana en esta tierra, en una
ineludible vocación ecuménica.", sugirieron los participantes del
seminario en la declaración final. También propusieron la
realización de un foro sobre alternativas económicas al
neoliberalismo y a la globalización capitalista, en el marco de
la próxima Asamblea del CMI en Porto Alegre, Brasil, en enero de
2006.
Además subrayaron la necesidad de "una verdadera Doctrina Social
Cristiana, que exprese los fundamentos cristianos de una sociedad
(...) basada en el Evangelio". Esta doctrina debe iluminar no
sólo a las comunidades eclesiales y a sus instituciones
educativas, sino también a los "laicos y laicas, y jóvenes que
harán presente la voz de la iglesia en sus lugares de acción
cotidiana, en lo político, social, económico y cultural".
Unidos y organizados en la adversidad
El seminario se realizó en medio de la campaña política previa a
la elección presidencial en la Argentina, que se llevó a cabo el
27 de abril. Un día antes, los participantes visitaron uno de
los barrios más pobres de la ciudad de Buenos Aires.
Allí, en una zona conocida como Bajo Flores, donde unas 50 mil
personas sobreviven en un ambiente de postergación y miseria,
fueron confrontados con las terribles consecuencias sociales de
la globalización, pero también con algunas de las expresiones de
resistencia. En el lugar se entrevistaron con el director de una
radio comunitaria, Eduardo Nájera, y visitaron una cooperativa de
producción y aprendizaje donde funciona una escuela de oficios.
"La experiencia me resultó muy interesante", dijo Elizabeth
Jiménez (24), de República Dominicana. "Realmente puedo aprender
mucho de esto", comentó la estudiante de medicina que conoce una
realidad similar en su país. "Sólo que aquí están más unidos y
más organizados y por ende pueden trabajar mejor y con más
beneficios", aclaró.
El noruego Freddy Knutsen, responsable del programa de juventud
del Consejo Mundial de Iglesias, destacó la importancia de este
tipo de eventos. "Sirven para que los jóvenes vean cuáles son
los desafíos de este momento y perciban cuál es el verdadero
impacto de la globalización en la gente", dijo. Lo esencial para
él fue "descubrir qué posibilidades tienen los jóvenes de América
Latina de enfrentar esta situación y proponer alternativas".
El encuentro juvenil precedió a la consulta continental
"Globalizar la Vida Plena", convocada por el CLAI y el CMI
también en Buenos Aires, entre el 28 de abril y el 1 de mayo.
* Consejo Mundial de Iglesias
Oficina de Relaciones con los Medios de Información
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https://www.alainet.org/es/articulo/107403
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