Jamás olvido, jamás resignación

07/03/2003
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  • Opinión
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El 7 de marzo, en la Ciudad Guatemala, los querellantes ante la jurisdicción española por el caso del genocidio perpetrado en Guatemala celebraron una conferencia de prensa durante la cual dieron a conocer el pronunciamiento que sigue a continuación.
Declaración de los sobrevivientes y familiares de las víctimas del genocidio cometido en Guatemala, querellantes ante los tribunales de la Audiencia Nacional de España
Ante la resolución firmada por ocho Magistrados del Tribunal Supremo de España, los familiares de las víctimas del genocidio cometido en Guatemala expresamos nuestros sentimientos encontrados, mezcla de tristeza y alegría, ante una sentencia que nos niega justicia a la mayoría, aunque deja abierta una puerta muy importante para las víctimas de nacionalidad española. Sentimos profunda tristeza porque esta resolución es parcial, injusta y discriminatoria. Es una sentencia inaceptable porque sin un sustento jurídico sólido, dichos magistrados pretenden aplicar justicia para unas víctimas y negársela a otras, cuando en definitiva todos somos damnificados por los mismos delitos de lesa humanidad, víctimas de los mismos criminales y sobrevivientes de los mismos hechos de terror. Nos entristece constatar que mediante una interpretación retorcida de la legislación vigente, esos ocho magistrados pretenden hacer retroceder la justicia universal al introducirle limitaciones que la ley española no contempla. Esa legislación, en materia de Justicia Universal, es una de las más avanzadas en el mundo y con esta resolución se está pretendiendo imponerle limitaciones y restricciones en razón de nacionalidades y territorialidad. El simple sentido común deja claro para cualquiera que con esas restricciones simplemente deja de ser universal esa jurisdicción. Con esa sentencia los ocho magistrados no solamente le están negando justicia al pueblo Maya de Guatemala, al que pertenecen la inmensa mayoría de las 200 mil víctimas del genocidio, de desaparición forzada, torturas y ejecución extrajudicial cometidos en nuestro país, sino que también se la están negando a las victimas guatemaltecas no indígenas y de otras nacionalidades. Hay que recordar que en Guatemala fueron secuestrados, torturados y asesinados numerosos ciudadanos estadounidenses, belgas, canadienses, italianos, filipinos y de otros países. Sin embargo, en medio de este sentimiento contradictorio, nos produce alegría saber que por lo menos para las víctimas de nacionalidad española se abre una posibilidad de justicia. Los criminales que ordenaron que a estos hermanos y hermanas españolas se les secuestrara, torturara y asesinara, son los mismos que dieron las órdenes para masacrar o desaparecer a nuestros familiares. Por esa razón los familiares de las víctimas de nacionalidad española que se han constituido en acusadores y las organizaciones que actúan como Acusadores Populares ante el juzgado de la Audiencia Nacional de España, contarán con nuestro más decidido apoyo y participación. Nuestra mente y nuestro corazón estarán con ellos porque sabemos que su causa es nuestra causa. La justicia que se logre para las victimas españolas será también una forma de alcanzar justicia para los cientos de miles de víctimas del Pueblo Maya y de otras nacionalidades. Sabemos que este logro, por parcial que sea, es resultado de la lucha que los acusadores y nuestros abogados hemos librado ante los tribunales españoles desde diciembre de 1999. Por eso nos reconforta saber que el proceso seguirá adelante a pesar de las limitaciones que nos han impuesto. Respaldamos también las acciones que emprenderán los abogados que con dignidad y eficiencia nos representan en España. Al buscar que nos ampare el Tribunal Constitucional español, estamos expresando nuestra determinación de seguir buscando justicia para nuestros seres queridos. La decisión que ahora nos afecta no nos detendrá en este afán de seguir luchando contra la impunidad. No permitiremos jamás que nos paralice la cobardía y la indignidad de quienes estén dispuestos a doblegarse ante la impunidad de los genocidas. Sabemos que mientras imperen la injusticia y la impunidad en Guatemala seguirá siendo imposible la construcción de la paz, la democracia y la reconciliación. Ese es también el sentido de nuestra lucha y la mejor contribución que podemos hacer para heredarle a nuestros hijos y nietos una patria y un mundo más humano. Durante décadas de llanto y dolor por los familiares que nos arrebataron, hemos acumulado la paciencia y la perseverancia necesarias para seguir buscando justicia mientras tengamos vida. Con fuerza proclamamos: jamás olvido, jamás resignación. Por el derecho a la memoria, la verdad y la justicia Rigoberta Menchu Tum
Anita Menchu Tum
Nicolás Menchu Tum
Aura Elena Farfán
Rosario Pu
Aracely Garrido
Silvia Solórzano Foppa
Julieta Solórzano Foppa
Julio Solórzano Foppa
Santiago Solórzano Ureta
Marvyn Pérez
Adriana Portillo-Bartow
Lucrecia Molina Theissen
Emma Theissen Alvarez
Carlos Figueroa Ibarra
Mario Rene Matute
FAMDEGUA (Asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Guatemala)
CONAVIGUA (Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala)
GAM (Grupo de Apoyo Mutuo)
CUC (Comité de Unidad Campesina) Guatemala, 7 de marzo de 2003
https://www.alainet.org/es/articulo/107074?language=es
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