VIH/SIDA: Progresos y exclusión
07/12/1999
- Opinión
VIH/SIDA: Progresos y exclusión
Eduardo Tamayo G.
Ginebra
Desde que se descubrió esa extraña enfermedad, en una alejada aldea de Zaire,
que minaba las defensas de sus víctimas hasta dejarlas esqueléticas y sin
aliento han trascurrido más de veinte años. Desde entonces, el VIH/SIDA ha
infectado a cerca de 50 millones de personas, de las cuales 16.3 millones ya
han muerto. Solo en 1.999 fallecieron 2.6 millones de adultos, mujeres,
jóvenes y niños, según datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas
sobre el VIH/SIDA, ONUSIDA.
El VIH/SIDA, actualmente, ha pasado a ocupar la cuarta posición entre las
principales causas de mortalidad en el mundo, siendo superada únicamente por
las cardiopatías, los accidentes cerebro-vasculares y las infecciones de las
vías respiratorias. El fenómeno sobre todo afecta a los países del Sur del
planeta, en donde se concentra el 95% de los casos.
En el continente
En América Latina hay más de 1.4 millones de infectados/as por el VIH/SIDA y
otros/as 330.000 en El Caribe. En 1999, más de 200.000 adultos y niños/as lo
contrajeron. Pese a las campañas, al entrar en el siglo XXI, un millón
setecientas mil personas serán seropositivas, entre ellas, 30.000 niños y
niñas, según estimaciones de la OMS/ONUSIDA.
Hay pruebas que la epidemia se está expandiendo en forma peligrosa en América
Central y en el Caribe, por lo que ONUSIDA ha recomendado que se las declare
como zonas prioritarias. En América Central, hasta el 31 de agosto de 1999,
se habían notificado 17.222 casos de SIDA con una fuerte incidencia entre los
heterosexuales, que representan el 56% del total.
En el Caribe, el VIH/SIDA se está propagando con una tasa que ocupa el segundo
lugar detrás de la Africa subsahariana. En Haití, por ejemplo, un estudio
efectuado en 1996 entre mujeres embarazadas, arrojó que casi el 6% eran
positivas. En Guyana, se registró una prevalencia del VIH del 3.2% en
donantes de sangre (que constituyen presuntamente una población con bajo
riesgo de infección), así mismo estudios de vigilancia efectuados en este
mismo país en 1997 detectaron la infección del 46% de las profesionales del
sexo en zonas urbanas.
En República Dominicana, se está desarrollando un Plan Estratégico Nacional
para combatir la epidemia, pero aún está pendiente el desafío de ponerlo en
ejecución a escala nacional.
Progreso y exclusión
En las últimas décadas se han hecho grandes progresos científicos para
combatir la pandemia. Hay evidencias de que el tratamiento "antirretroviral"
-conocido también como AZT o coctel anti SIDA- está dando buenos resultados
que permiten no solo alargar la existencia de quienes viven con VIH/SIDA sino
mejorar su calidad de vida.
La terapia antirretrovírica ha permitido diferir el SIDA y los fallecimientos
en los países desarrollados, no así en América Latina en donde la mayoría de
seropositivos/as no pueden acceder a este costoso tratamiento, pues pertenecen
a estratos pobres, y muchos se encuentran enfermos o incapacitados de
trabajar.
Aplicando la frase que dice "es mejor prevenir que lamentar", cinco países de
América Latina (Argentina, Uruguay, Brasil, México y Colombia) están
ofreciendo el coctel antirretroviral con dineros del Estado. Otros gobiernos,
sin embargo, todavía son reacios a apoyar los programas de prevención,
argumentando que los presupuestos para atender al SIDA se encuentran en saldo
rojo.
Los y las seropositivos, a menudo excluidos de la seguridad social y
rechazados y discriminados de los sistemas de salud pública, han recurrido a
numerosas formas de sensibilización y lucha para conseguir que los gobiernos
les otorguen el tratamiento antirretrovírico, no como "caridad" sino como
ejercicio de derechos humanos y ciudadanos, reconocidos en varias
declaraciones y convenciones internacionales.
En Costa Rica, en donde hasta comienzos de 1997 las autoridades habían
detectado 1156 portadores del VIH/ SIDA, la mitad con vida, más del 90% de los
seropositivos no pueden acceder al "coctel" cuyo costo asciende a 800 dólares
mensuales cuando el ingreso per cápita del país es de 250 dólares por mes.
Ante la negativa de las autoridades para proporcionarles el tratamiento
anti-SIDA, los seropositivos y las ONGs han recurrido a las sedes locales de las
transnacionales Roche y Bristol Myres, para que proporcionaran los
medicamentos en forma gratuita o a precios rebajados. Estas últimas han
respondido negativamente argumentando que están supeditados a las regulaciones
de sus casas matrices europeas.
En este mismo país, el estudiante de 29 años, William García, ganó una batalla
jurídica para que las autoridades le proporcionaran medicamentos
antirretrovirales contra el SIDA. Lamentablemente murió 17 días después de
que la Corte Suprema de Justicia dictaminara que "la prestación de efectivo
auxilio médico a los enfermos de SIDA es un deber del Estado Costarricense,
derivado de los conceptos de justicia y solidaridad".
En el Salvador, con unos mil casos de VIH/SIDA, la Asociación Salvadoreña de
Personas Viviendo con SIDA, ha interpuesto una demanda ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos en Washington para que solicite al gobierno
salvadoreño que comience a suministrar medicamentos a las personas que viven
con el VIH/SIDA.
Eduardo Tamayo G.
Ginebra
Desde que se descubrió esa extraña enfermedad, en una alejada aldea de Zaire,
que minaba las defensas de sus víctimas hasta dejarlas esqueléticas y sin
aliento han trascurrido más de veinte años. Desde entonces, el VIH/SIDA ha
infectado a cerca de 50 millones de personas, de las cuales 16.3 millones ya
han muerto. Solo en 1.999 fallecieron 2.6 millones de adultos, mujeres,
jóvenes y niños, según datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas
sobre el VIH/SIDA, ONUSIDA.
El VIH/SIDA, actualmente, ha pasado a ocupar la cuarta posición entre las
principales causas de mortalidad en el mundo, siendo superada únicamente por
las cardiopatías, los accidentes cerebro-vasculares y las infecciones de las
vías respiratorias. El fenómeno sobre todo afecta a los países del Sur del
planeta, en donde se concentra el 95% de los casos.
En el continente
En América Latina hay más de 1.4 millones de infectados/as por el VIH/SIDA y
otros/as 330.000 en El Caribe. En 1999, más de 200.000 adultos y niños/as lo
contrajeron. Pese a las campañas, al entrar en el siglo XXI, un millón
setecientas mil personas serán seropositivas, entre ellas, 30.000 niños y
niñas, según estimaciones de la OMS/ONUSIDA.
Hay pruebas que la epidemia se está expandiendo en forma peligrosa en América
Central y en el Caribe, por lo que ONUSIDA ha recomendado que se las declare
como zonas prioritarias. En América Central, hasta el 31 de agosto de 1999,
se habían notificado 17.222 casos de SIDA con una fuerte incidencia entre los
heterosexuales, que representan el 56% del total.
En el Caribe, el VIH/SIDA se está propagando con una tasa que ocupa el segundo
lugar detrás de la Africa subsahariana. En Haití, por ejemplo, un estudio
efectuado en 1996 entre mujeres embarazadas, arrojó que casi el 6% eran
positivas. En Guyana, se registró una prevalencia del VIH del 3.2% en
donantes de sangre (que constituyen presuntamente una población con bajo
riesgo de infección), así mismo estudios de vigilancia efectuados en este
mismo país en 1997 detectaron la infección del 46% de las profesionales del
sexo en zonas urbanas.
En República Dominicana, se está desarrollando un Plan Estratégico Nacional
para combatir la epidemia, pero aún está pendiente el desafío de ponerlo en
ejecución a escala nacional.
Progreso y exclusión
En las últimas décadas se han hecho grandes progresos científicos para
combatir la pandemia. Hay evidencias de que el tratamiento "antirretroviral"
-conocido también como AZT o coctel anti SIDA- está dando buenos resultados
que permiten no solo alargar la existencia de quienes viven con VIH/SIDA sino
mejorar su calidad de vida.
La terapia antirretrovírica ha permitido diferir el SIDA y los fallecimientos
en los países desarrollados, no así en América Latina en donde la mayoría de
seropositivos/as no pueden acceder a este costoso tratamiento, pues pertenecen
a estratos pobres, y muchos se encuentran enfermos o incapacitados de
trabajar.
Aplicando la frase que dice "es mejor prevenir que lamentar", cinco países de
América Latina (Argentina, Uruguay, Brasil, México y Colombia) están
ofreciendo el coctel antirretroviral con dineros del Estado. Otros gobiernos,
sin embargo, todavía son reacios a apoyar los programas de prevención,
argumentando que los presupuestos para atender al SIDA se encuentran en saldo
rojo.
Los y las seropositivos, a menudo excluidos de la seguridad social y
rechazados y discriminados de los sistemas de salud pública, han recurrido a
numerosas formas de sensibilización y lucha para conseguir que los gobiernos
les otorguen el tratamiento antirretrovírico, no como "caridad" sino como
ejercicio de derechos humanos y ciudadanos, reconocidos en varias
declaraciones y convenciones internacionales.
En Costa Rica, en donde hasta comienzos de 1997 las autoridades habían
detectado 1156 portadores del VIH/ SIDA, la mitad con vida, más del 90% de los
seropositivos no pueden acceder al "coctel" cuyo costo asciende a 800 dólares
mensuales cuando el ingreso per cápita del país es de 250 dólares por mes.
Ante la negativa de las autoridades para proporcionarles el tratamiento
anti-SIDA, los seropositivos y las ONGs han recurrido a las sedes locales de las
transnacionales Roche y Bristol Myres, para que proporcionaran los
medicamentos en forma gratuita o a precios rebajados. Estas últimas han
respondido negativamente argumentando que están supeditados a las regulaciones
de sus casas matrices europeas.
En este mismo país, el estudiante de 29 años, William García, ganó una batalla
jurídica para que las autoridades le proporcionaran medicamentos
antirretrovirales contra el SIDA. Lamentablemente murió 17 días después de
que la Corte Suprema de Justicia dictaminara que "la prestación de efectivo
auxilio médico a los enfermos de SIDA es un deber del Estado Costarricense,
derivado de los conceptos de justicia y solidaridad".
En el Salvador, con unos mil casos de VIH/SIDA, la Asociación Salvadoreña de
Personas Viviendo con SIDA, ha interpuesto una demanda ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos en Washington para que solicite al gobierno
salvadoreño que comience a suministrar medicamentos a las personas que viven
con el VIH/SIDA.
https://www.alainet.org/es/articulo/104527?language=en
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