Una <i>potencia mundial</I> del TLCAN

21/02/2014
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México “es, cada vez más, una potencia mundial”, lo cual “se aceleró con la presidencia de Enrique Peña Nieto”. El juicio del primer ministro de Canadá, ilimitadamente laudatorio, a la vez que el país de la hoja de maple es el más retraído en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, muestra el alcance de la Cumbre de Líderes, realizada en la capital del estado de México.
 
La frase de Stephen Harper no movió un milímetro la conducta de Ottawa de exigir visa a los mexicanos, a partir de 2009, para ingresar a Canadá porque, como advierte Rayuela: “No vaya a ser que inmigrantes (el pobrerío) de la ‘nueva potencia’ invadan sus fronteras”. Visas que no se apiadan de la apertura ilimitada para que las trasnacionales mineras canadienses hagan y deshagan con tierras, aguas y trabajadores mexicanos.
 
Los expertos en el tema no se ponen de acuerdo en qué número de reunión fue, pero coinciden en que es “la menos trascendente” de las realizadas, con todo y el título de la Declaración Conjunta: La Norteamérica del siglo XXI: Crear la región más competitiva y dinámica del mundo.
 
Para tan enorme propósito, sobre todo a partir de que China ya es la primera potencia comercial del orbe, no guardan correspondencia las deliberaciones o la ausencia de ellas salvo lo que informen los gobernantes de 2024, si antes no aparece otro Edward Snowden–, los discursos y escasos acuerdos significativos, todo ello en siete horas.
 
Hasta en las formas usadas ante los medios estadunidenses Barack Obama actuó en Toluca, convertida en búnker y sin probar el chorizo, con la arrogancia del hombre institucional del imperio en declive, pero imperio hegemónico al fin, al ordenar al gobierno de Ucrania “no se pase de la raya” y al de Venezuela darle instrucciones sobre cómo afrontar la polarización política, que la misma Casa Blanca auspicia, aunque Hussein lo niega y dice que es un pretexto de Nicolás Maduro para no asumir la responsabilidad. El silencio de Enrique Peña y Stephen Harper fue notable y los que soñaron con una condena conjunta confundieron deseos y realidad. Pero el hecho es que Kiev y Caracas fue la nota sobresaliente.
 
Aparte de las descortesías de Obama, sobre todo cuando las reformas estructurales de Peña están en sintonía con los intereses de sus socios de América del Norte, de lo contrario no lo aplaudirían tanto, el encuentro quedó sellado por la seguridad como tema central. Tanto que el estadunidense resaltó “el enorme sacrificio de las fuerzas de seguridad y de los mexicanos por enfrentar a los narcotraficantes y delincuentes”, por hacer el trabajo sucio en la frontera norte a cambio de nada. Y prometió por enésima vez que en EU estamos “comprometidos con la reducción de la demanda de drogas ilegales y seguiremos con esfuerzos sin precedente para combatir el flujo hacia el sur de armas y dinero ilegales”.
 
Formular un plan de trabajo para la competitividad y el Plan de Transporte de América del Norte son novedades que trascendieron la retórica, tras festejar que el comercio en la región creció en dos décadas en cuatro veces, que supera el billón de dólares anual y que la región “está entre las más competitivas y dinámicas de mundo”.
 
En contrapartida, el agro perdió 4.9 millones de empleos en la agricultura familiar, 6 millones de habitantes del sector rural migraron, el PIB pasó de 5 por ciento a 1.5 y México se convirtió en el tercer importador mundial de alimentos, destacan las evaluaciones de 15 agrupaciones de Norteamérica. Además, México fue transformado en un país maquilador, cerca de la mitad de sus habitantes viven en la pobreza y de ellos 16 millones en la miseria.
 

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