Cuba y la dieta de la gusanera

28/09/2012
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“A los héroes anónimos que, dentro y fuera de Cuba, vigilan en la sombra para que no nos falte nunca la luz” (epígrafe en “Los disidentes” de R. M. Elizalde y L. Báez)

 

Hace algunos días la prensa comercial internacional repitió hasta la saciedad que en Cuba un grupo de personas (nueve, doce, diecinueve…, el número que señalaban era impreciso) estaba realizando una huelga de hambre, con el propósito de que el gobierno excarcelara a Jorge Vázquez Chaviano, quien cumplía sanción por actividades económicas ilícitas.

La publicidad que le dieron los medios, llamándolos “patriotas de la libertad”, “defensores de la democracia”, “luchadores por los derechos humanos”, etc., fue avasalladora, y desde El Nuevo Herald hasta la CNN ventilaron los hechos a su antojo. Los propagandistas -incluidos organizaciones internacionales de derechos humanos- exigían que el gobierno cubano cediera a la demanda, máxime que Beatriz Roque líder de los huelguistas, padece de diabetes e hipertensión. Es decir, la presión por la libertad de Vázquez Chaviano aumentó, toda vez que quien encabezaba la protesta era una mujer enferma, que estaba exponiendo su vida.

Los cables informaron que al inicio de la huelga Roque (¡fuerte como una roca!) “pidió que no se le de atención médica ni se la alimente de forma parenteral. Aseguró que la huelga será hasta las últimas consecuencias y que están dispuestos a morir si el gobierno no responde a sus reclamos”. ¡Tajante y radical la cabecilla!

Contrario a la falta de libertad de prensa que se dice, no existe en Cuba, los medios televisivos internacionales mostraron con absoluta libertad cómo Roque y compañía yacían en camas o sillas; las cámaras enfocaban la atención en Roque, quien además de caminar como si fuera una anciana, hablaba casi balbuceando.

A pocos días de finalizada la huelga la televisión cubana mostró un video (16 mn), donde desbarata la supuesta huelga. Roque aparece hablando por teléfono con locuacidad (como recepcionista de hotel cinco estrellas), se desplaza y comunica con mucha energía con el vecino que le proveía alimentos, y cuando las llamadas versan sobre dólares que enviarían de Miami, entonces se exhibe rebosante de salud y señalando las cantidades que necesita.

Ver a Roque y compañía vociferar que “exponen la vida”, mientras a escondidas reciben  una variedad de alimentos, rico en frutas y verduras (¡qué tal dieta!), explica muy bien la catadura moral de los autollamados “disidentes”. Así actúan los “defensores de la libertad”. ¡Ahora habrá que esperar que Patricia Janiot de CNN entreviste a algún médico preguntándole cuáles son los beneficios del aguacate para un contrarrevolucionario! El guión del show “no” lo conocían sus padrinos y auspiciadores de Miami, SINA, Madrid y Paris.

Cuba -como cualquier país soberano- tiene el derecho de supervisar y controlar a quienes se organizan para agredir, calumniar y atacar a la revolución. Las autoridades cubanas están en el deber de monitorear y desenmascarar las patrañas de los mercenarios que actúan al servicio del imperio yanqui.

Poca gente, incluyendo sectores dizque de izquierda, entiende y aprueba la forma cómo trabajan los servicios de inteligencia de la seguridad cubana. La revolución no cayó del cielo; la soberanía e independencia tuvo un costo humano muy alto. En estos cincuenta y tres años las conquistas de la revolución son indiscutibles en salud, seguridad, empleo, educación, deportes, expectativas de vida, tasa de natalidad, etc. Y por esos logros, el pueblo y sus gobernantes siempre han estado dispuestos a dar la vida. El 01 de mayo de 2003 en la Plaza de la Revolución, el Comandante Fidel Castro expresó: “jamás un pueblo tuvo cosas tan sagradas que defender, ni convicciones tan profundas por las cuales luchar, de tal modo que prefiere desaparecer de la faz de la Tierra antes que renunciar a la obra noble y generosa por la cual muchas generaciones de cubanos han pagado el elevado costo de muchas vidas de sus mejores hijos”.

Que nadie se llame a engaño, Cuba es un país independiente, soberano y respetuoso de la ley; no acepta ningún tipo de exigencias ni de afuera ni de adentro. El show de Martha Roca es uno más en todos estos años a los que nos tiene acostumbrado la gusanera. Hasta ahora los asalariados de la SINA no han aprendido que contra la inteligencia cubana no pueden. En Miami la celebración por el “triunfo” de los huelguistas no duro nada; la ultraderecha -con senadores incluidos- vieron el documental comiéndose las uñas y llenos de impotencia.

Ante tanto show malhumorado en la televisión de Miami, aquí tienen uno nuevo para que se diviertan; es un aporte de la seguridad cubana revolucionaria.

M. Sc. Abner D. Barrera

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