TLC y ley del silencio

10/11/2003
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Desde que surgió en la Sicilia del siglo XIII, la Mafia ha sido una sociedad criminal altamente exitosa. Nacida para imponer el terror a sus enemigos y garantizar una justicia elemental a sus amigos, la Mafia sobrevivió hasta convertirse hoy en una de las fuerzas más influyentes de la globalización. Una de las claves del éxito de la Mafia es la estricta imposición a sus miembros de un código de secreto y de silencio (omertá), que resultó tan eficaz que pronto fue imitado por otros poderes económicos y políticos que, a fin de cuentas, persiguen los mismos objetivos de la Mafia: someter al adversario y agrandar los negocios de la familia. Dada la tendencia innata del poder al secreto para llevar a cabo el abuso y la arbitrariedad, la teoría democrática considera que la publicidad es la clave de los procedimientos democráticos y del sentido mismo de la democracia. ¿Cómo distinguir el poder de las instituciones estatales legítimas del ejercido por una banda de ladrones? La historia del pensamiento político a propósito de la experiencia del poder, está recorrida por esta preocupación, de ahí la insistencia en que el Estado debe someterse al derecho, el derecho debe ser el resultado de la deliberación y la deliberación debe ser producto del uso público de la razón. La publicidad se convierte de esta manera en la piedra angular de la legitimidad de cualquier política. Aceptar que en la negociación de un tratado comercial en el que se deciden cuestiones que tienen que ver con la vida de la nación, de la comunidad y cada uno de los habitantes de la República, impere una cláusula de confidencialidad es aceptar el método mafioso de la ley del secreto y la vulneración de los principios y valores de la democracia: publicidad, deliberación, participación, transparencia, racionalidad, legalidad. Nos encontramos así, como bien diría el profesor Luigi Ferrajoli, en una colusión del poder político con los métodos de la Mafia y otros poderes invisibles, ante un doble Estado, detrás de cuya fachada legal y representativa ha crecido un infra-Estado clandestino, dotado de sus propios códigos y tributos, organizado en centros de poder ocultos, destinados a la apropiación privada de la cosa pública. Un doble Estado oculto y paralelo que contradice los principios de la democracia política y del Estado de Derecho, desde el principio de legalidad al de publicidad, visibilidad, controlabilidad y responsabilidad de los poderes públicos. Al negarse el gobierno del señor Pacheco a publicar los documentos oficiales que se negocian con los Estados Unidos, hasta que todo esté cocinado y consumado, se violan gravemente los derechos democráticos de la ciudadanía. Se pretende que un grupito, reclutado con procedimientos de dudosas credenciales democráticas, tome decisiones que fundamentalmente poco tienen que ver con el intercambio comercial, pues se trata en esencia de un cambio radical del ordenamiento económico, social y jurídico del Estado costarricense. Abrir al capital estadounidense las inversiones en los servicios de electricidad, telecomunicaciones, hidrocarburos, seguros, banca, educación, salud, agua y biodiversidad, otorgando a esas inversiones tratamiento nacional y posibilidad de recurrir a arbitraje internacional, por encima de las leyes nacionales, no sólo significaría de hecho la privatización, sino la liquidación de la soberanía nacional y de nuestra libertad para tener una estrategia de desarrollo propia. Pues a esa invasión en áreas y recursos estratégicos del país, hay que agregar los temas de propiedad intelectual, compras gubernamentales y agricultura que van más allá del libre comercio, para convertirse en una clara agresión a los aspectos normativos de regulación económica que el Estado costarricense necesitaría para dar pasos en dirección al desarrollo y a la inclusión social. Quieren que entreguemos todo para conservar a cambio lo que ya tenemos desde 1983: la Iniciativa de la Cuenca del Caribe. La ICB no fue ningún regalo de Reagan, nació vinculada a los programas de ajuste estructural y a la guerra de baja intensidad contra los pueblos centroamericanos. ¿ Quién se ha beneficiado de esa Iniciativa? Principalmente las empresas de capital norteamericano instaladas en nuestro país, que además recibieron del Estado costarricense certificados de abono tributario y todo tipo de granjerías. Secreto y miedo fueron ingredientes de la Mafia, copiados por los estados paralelos, para machacar a los opositores y críticos. Los neoliberales manejan bien la fórmula para que nos traguemos las maravillas de su libre comercio. Omertá en las negociaciones y campaña de guerra sicológica para atemorizar y chantajear a los críticos. Dictadura de los centinelas del círculo de la razón neoliberal, para arrojar a los contestatarios al campo de las tinieblas. Publicidad y deliberación son por eso urgentes para derrotar una conspiración que en nombre del libre comercio, trabaja por la involución constitucional del Estado Social de Derecho. * José Merino del Río es Coordinador del Foro de Acción Política "Otra Costa Rica es posible, otro mundo es posible", exdiputado de la Asamblea Legislativa.
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