Sobre la Patria ecuatoriana

15/09/2003
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Las batallas del Coronel[1] El fantasma de Carondelet sigue torturando la conciencia de sus huéspedes temporales: Ahora es una afligida primera dama que no logra descifrar los extravíos de su amado. La historia de amor y traición se corta - en la pantalla nacional - por las complejas tareas que debe cumplir el novel guerrero: Ahora, gobernar con un improvisado ejército de termitas que todo lo devoran. Ayer, abandonar los cántaros rotos de las promesas de redención a los indios, cholos, negros y montubios. Ahora, desmontar las reservas morales de su propio Ejército para empujarlo a una guerra ajena. Ayer, deslumbrar de rodillas a los dioses tutelares de la democracia con la promesa de ser "el mejor aliado". Ahora recibir en el trono a la reina de los derechos humanos que tramita con celeridad humanitarios indultos para desfallecientes narcotraficantes, mientras invoca a la Diosa Blanca para que cese la persecución contra el noble y bueno y santo Jimmy Araujo, alcalde de los pobres - pobrísimos de la Troncal - que se llevó apenas un millón de dólares para emular con el Dalo. Ayer romper palos y lanzas contra la corrupción. Ahora, encontrar que los únicos que saben enfrentarla son los banqueros y los partidos de la cleptocracia. Ayer, nombrar a la desconocida Wilma para que intente descifrar los minotauros insondables de la AGD y matar de un tiro a los indios pendejos. Ahora, mirar con horror que la audaz señora habla de ética y golpea los bolsillos de los intocables asaltantes de la Patria. ¡ Qué desmadre! En los campos de batalla quedan al desnudo las miserias humanas del batallón patriótico. Es la hora de la retirada táctica. La primera y la segunda dama hacen las paces en aras de la armonía nacional. Desde el Cortijo y Panamá los patriarcas saludan el restablecimiento de la concordia nacional, mientras millones de patriotas se mueren de felicidad. ¡ "Un líder de su talla, Presidente, sólo nace cada mil años"!, sentencia el Coronel de los campos de batalla administrativos. La Banda de la Primera Zona inicia los acordes sublimes de la canción favorita del líder: Patria, tierra sagrada..... Quito, 16 de septiembre del 2003. [1] Momento cívico que debe ser leído en el inicio de clases de las Escuelas, Colegios y Universidades de la Patria por disposición del señor Ministro de Educación Pública. Preparado por el profesor Manuel Salgado Tamayo.
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