La economía y la profundización de la democracia

13/06/2006
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  • Opinión
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Con el lanzamiento del libro "El desafío del Foro Social Mundial. Un modo de ver", del dirigente fundador Francisco Whitaker, se desarrolló el sábado 3 de junio en Santiago el Foro Social por la Democracia. Withaker señaló que el Foro Social Mundial que comenzó con 20 mil personas en Porto Alegre en 2003 y contó con 150 mil personas en Mumbai, India, el año pasado, es "un espacio democrático donde se escuchan propuestas para mejorar el destino del mundo y donde se mantienen en el tiempo aquellas que contienen verdad". En Chile, el Foro Social se realizó en 2004 y el año pasado hubo uno sobre la Educación. En ellos se trata de profundizar la democracia con propuestas desde la sociedad civil, en especial para corregir los amarres dejados por la dictadura en la Constitución del 80. Uno de los talleres más concurridos durante el Foro Social por la Democracia fue aquel sobre "Democracia redistributiva", donde cuatro economistas y una periodista desnudaron la desigualdad económico-social de Chile, producto de que los grupos económicos y varias transnacionales se llevan el grueso de la torta, dejando migajas para ser distribuidas entre los chilenos. La periodista María Olivia Monckeberg, autora de "El saqueo de los grupos económicos de las empresas del Estado chileno" y otro sobre "La privatización de las universidades", develó la trenza existente entre ex asesores o Ministros de la dictadura pinochetista para repartirse los frutos de las empresas estatales que ellos mismos privatizaron; hoy unen a su creciente poder económico basado en sus industrias de celulosa, forestal y minera, un poder ideológico: la formación en sus universidades de nuevos profesionales imbuidos en la doctrina neoliberal y en lo espiritual, en el conservadurismo del Opus Dei. Señaló que los mismos protagonistas del saqueo de las empresas del Estado bajo la dictadura hoy encabezan empresas financieras, de salud, previsión y de educación. Hay que internacionalizarse El ex Ministro de Mideplan, el economista Roberto Pizarro afirmó que hoy en Chile hay igualdad en derechos políticos, pero no en derechos sociales y que para corregir esto es indispensable una intervención política que permita tener universalidad en la salud, en la educación y en la previsión social, como un modo de redistribuir la renta. Explicó que los chilenos perdimos esto cuando Chile cambió de "un Estado de bienestar" -el mismo que tuvieron en la primera mitad del siglo XX potencias como Europa, Japón y Estados Unidos-, al capitalismo neoliberal que busca maximizar sus ganancias. Y así se acabaron las políticas sociales en educación, salud y previsión, y se redujeron impuestos y salarios para bajar los costos de producción a los empresarios, quienes deben competir en el mercado mundial. Y como los impuestos son muy bajos y el Estado recauda poco, no puede paliar las diferencias y lo único posible es "focalizar" en los más necesitados los pocos recursos con que se cuenta. Añadió que mientras los países desarrollados hoy producen más del 90% de los bienes y servicios que venden a nuestros países, los que nos quedamos con una actividad económica primaria "como la explotación del cobre" además la mal distribuimos: hoy un 80% de sus utilidades va al capital y sólo un 20% al trabajo. En los años 50 y 60, señaló, esta distribución era de 55 para el capital y 45 para el trabajo y durante la Unidad Popular, fue de 50 y 50%. Pizarro afirmó que hoy los ministros de Economía y de Hacienda no hacen política económica: sus ministerios funcionan con "piloto automático", siguiendo las reglas internacionales establecidas. Por eso, explicó, no se pueden tomar decisiones distintas como país, por ejemplo, en qué gastar los enormes excedentes del cobre. De acuerdo con el ex ministro, para poder actuar y corregir el modelo que mantiene las desigualdades, hay que internacionalizarse, como es el caso del movimiento Attac. - Cambiar política minera El economista Manuel Riesco afirmó que el poder democrático que hoy tenemos no funciona porque no puede tomar las decisiones necesarias para frenar las desigualdades. Hay que desentrabar las políticas democráticas amarradas por la dictadura y el modelo, dijo, como por ejemplo, cambiar la actual política minera que desnacionalizó el cobre, herencia de la dictadura y que recién comenzó a aplicarse bajo los gobiernos de la Concertación, porque en dictadura no llegaron inversiones extranjeras. Así, Codelco se deshizo de algunas pertenencias mineras en 1992 y hoy empresas extranjeras se llevan casi sin costo de producción (porque los pagan los subproductos) 24 mil millones de dólares anuales, y Codelco, que produce la mitad que ellas, hoy discute qué hacer con los 12 mil millones de dólares que el cobre le deja al país. Chile está regalando su riqueza a las empresas extranjeras, concluyó. Acusó a la Concertación de no tener la voluntad de cambiar esto porque hay un poder fáctico que lo impide dentro de Codelco, y que ha sido el principal asesor en estas materias bajo los gobiernos de Aylwin, Frei, Lagos y hoy de Bachelet, fuente de donde han salido "grandes tajadas" para las campañas electorales. Riesco también se refirió a cómo los grupos económicos se han aprovechado de parte de los salarios de los trabajadores chilenos para incrementar sus ganancias en el negocio de las AFP, ya que el Estado hoy paga 2 tercios de las pensiones y ellas, sólo 170 mil. Movilización social El economista Manuel Hidalgo, asesor sindical y dirigente de Attac, señaló que hoy el mercado que rige los destinos del país "da más al que tiene más y menos al que tiene menos" y responsabilizó al economista de la dictadura José Piñera de la mayoría de las "modernizaciones" que han aumentado las desigualdades, como la Ley del Trabajo que derogó la de Frei Montalva, el Código Minero y el Estatuto de la Inversión Extranjera, que impiden una justa redistribución de los ingresos. Hoy en día, acusó, la política redistribuitva se basa en el crecimiento, es decir, en crear una torta más grande y entonces, la rebanada que se deja a los más débiles también es más grande. Sin embargo hoy, -añadió- tras los gobiernos de la Concertación, la diferencia entre el ingreso más alto y el más bajo es de 34 puntos, cuatro puntos más que al término de la dictadura. Entre sus propuestas para revertir la situación, mencionó el necesario adecuar la política minera del Cobre a las nuevas condiciones del mercado internacional, así como Venezuela, Ecuador y Bolivia cambiaron sus respectivas leyes de hidrocarburos cuando el precio internacional del producto subió. En segundo lugar, sugiere cambiar la política tributaria, ya que hoy los impuestos a las empresas asciende a un 17% comparado con el 40% que se aplica a las personas con ingresos más altos. Finalmente, Hidalgo destacó a la movilización social masiva "puso de ejemplo la de los escolares de Enseñanza Media- como la única manera de lograr cambios en la agenda estatal." Economía y democracia En el panel "Democracia y sistema económico", el ingeniero comercial y filósofo Renato Esopo explicó el origen esencialmente egoísta del capitalismo en la doctrina cristiana del calvinismo, para quienes los ricos se salvan y los pobres se condenan. Por lo tanto, el hombre debe buscar la riqueza, dijo citando el clásico de Adam Smith "La riqueza de las naciones". Para éste, el bienestar es la riqueza partida por el número de consumidores y no por el de habitantes y su objetivo es maximizar las ganancias. Continuó explicando que el sistema se autorregula basado en la demanda efectiva (Malthus): los precios de subsistencia siempre deben estar más altos que el alcance de los pobres, y para que perdure, hay que reprimir el altruismo y la solidaridad. Seguridad alimentaria El economista agrario Jacques Chonchol, ex ministro de Agricultura del Presidente Allende, afirmó que la agricultura no está tan bien como la pintan, ya que si bien es cierto las exportaciones agrícolas han crecido, hay inseguridad para los pobres del campo y para el conjunto de la sociedad chilena porque el país está perdiendo un elemento estratégico importante: la "seguridad alimentaria", es decir, un sistema en que "una parte importante de los alimentos deben producirse dentro del país". Y ello, porque la reforma agraria de los tiempos de Frei Montalva y de la Unidad Popular se ha revertido y hoy se están produciendo nuevas concentraciones de tierra en manos de grandes grupos económicos que la destinan a plantaciones forestales que liquidan las escasas tierras cultivables de nuestro país (5 millones de hectáreas de 75 millones de hectáreas en total) para cultivos alimentarios. Reveló que los pobres rurales ascienden al 51% en el área, en tanto que los pobres urbanos, si bien son más numéricamente, constituyen sólo el 10% de los habitantes de las ciudades. Culpó además a la reducción de esta tierra a la política de urbanización comenzada bajo la dictadura, pero que se mantiene hasta hoy, de ocupar tierras agrícolas en urbanizaciones y parcelas de fin de semana. "Antes- dijo- era el Ministerio de Agricultura quien decidía cualquier parcelación de tierra agrícola".- Denunció que Chile es el único país del mundo donde se privatizó el agua de riego y que así se está asfixiando a las 206 mil explotaciones de pequeños agricultores (18% de la tierra agrícola), quienes son los que producen los alimentos para la población. Más males que bienes El ecologista Marcel Claude criticó la conducción económica del modelo por cuanto se cree que todos los problemas se resuelven con crecimiento económico, pero no se fijan, indicó, que con este modelo se producen 10% de bienes y un 80% de "males". Ejemplificó con la epidemia de cáncer que aflige al mundo, atribuyéndola a la alta cantidad de químicos pesados que se usan en la producción de alimentos y que el organismo humano no puede absorber. Afirmó que son los sectores más pobres los que más "males" reciben, como por ejemplo, la contaminación ambiental. Señaló que ya no hay bosque nativo porque se reemplazó por plantaciones forestales para la industria de la celulosa que manejan los grupos económicos de Matte y Angelini (que junto con Luksik son los hombres más ricos de Chile, según la revista Forbes), condenando la economía de subsistencia de las comunidades campesinas y mapuche. Claude agregó que un estudio realizado por su ONG, Océano, sobre el salario mínimo, reveló que la cantidad mínima para que una persona viva asciende a 140 mil pesos mensuales (el sueldo mínimo hoy es de 127 mil 500 pesos), y afirmó que 8 de cada 10 chilenos no alcanzan a ganar esa suma. De este modo, refutó las encuestas oficiales que indican que la pobreza ha bajado, ya que para este cálculo fijaron el mínimo de sobrevivencia en 40 mil pesos mensuales. Pero con este parámetro, "Chile avanza hacia el subdesarrollo", pronosticó. Fuente: Agencia de Noticias de Chile (ANCHI) http://www.anchi.cl
https://www.alainet.org/es/active/11860?language=en
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