El nuevo Congreso y las conversaciones para terminar el conflicto armado
23/03/2014
- Opinión
Es bueno situar el análisis político no en la dimensión del deber ser, sino de las realidades. El comportamiento electoral tradicional colombiano ha sido el de una alta abstención –los estudios sobre la abstención han dado diversas causa por las cuales no se participa-, por eso las instituciones han tenido en el largo plazo una precaria legitimidad. Recordemos que la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, que para muchos tuvo una gran legitimidad fundamentalmente por su funcionamiento y su producto, la Constitución Política de 1991, contó con la participación electoral más precaria, pero la legitimidad de una corporación no es solo la de origen, propia de las democracias liberales, sino la legitimidad de resultados, es decir, depende de los productos que logre. Y en ese sentido no hay duda que el Congreso que acaba de elegirse tiene frente a sí un desafío y es la presentación de resultados en un corto plazo y muy especialmente en relación con los temas relevantes de la sociedad y dentro de ellos el de la construcción de paz es fundamental.
El Congreso que elegimos va a ser el de la transición al posconflicto. Porque más allá de los mecanismos de refrendación de los acuerdos a que se llegue en las conversaciones de La Habana, que todavía no conocemos porque no los han definido las dos delegaciones, pero que seguramente será una combinación de los mecanismos de participación ciudadana previstos en nuestra Constitución, lo cierto es que el Congreso tendrá un rol importante en el desarrollo legislativo, porque no debemos olvidar que en la Mesa de Conversaciones se llega a acuerdos políticos y éstos deben traducirse en normas legales –leyes ordinarias, estatutarias, decretos– para que los mismos tengan capacidad de obligatoriedad. Allí el rol del Congreso es fundamental.
En las elecciones del Congreso en términos cuantitativos hubo una fragmentación de la representación política, de tal manera que ningún partido o movimiento político fue mayoritario; lo que tenemos es un conjunto de minorías que requieren hacer coaliciones o alianzas para poder ser gobierno.
Un balance cuantitativo
Hubo dos grandes vencedores relativos, en Senado fue el Partido de la U (21 curules) y en Cámara de Representantes el Partido Liberal (40 curules). Sumadas las dos cámaras el Partido de la U obtuvieron 58 congresistas y el Partido Liberal 57 congresistas; es decir, las dos fuerzas mayoritarias en el nuevo Congreso. El tercer partido de la coalición de gobierno, Cambio Radical, obtuvo 9 curules en Senado y 16 en Cámara, para un total de 25, la mitad de los otros dos partidos políticos.
Al Centro Democrático del ex presidente Álvaro Uribe no le fue mal, es decir estuvo en el rango esperado, obtuvo 19 curules en Senado y 12 en Cámara de Representantes. Pero, es una exageración decir que fue el triunfador; ese resultado con la exposición mediática que él ha tenido y una propaganda en medios muy fuerte dio un resultado apenas como se esperaba. Pero, es importante que una derecha política que representa un porcentaje de la opinión relevante, aunque minoritaria, tenga representación en el nuevo Congreso y voces autorizadas.
A la centro-izquierda política, por el contrario no pareció irle tan bien. Alianza Verde y el Polo Democrático Alternativo obtuvieron cada uno 5 Senadores y en Cámara de Representantes los Verdes sacaron 6 curules, mientras el Polo sólo 3. Desafortunadamente la Unión Patriótica no obtuvo ninguna curul.
El Partido Conservador, para quién pronosticaban un descenso importante, tuvo un resultado decoroso, 19 Senadores y 27 Representantes para un total 46 congresistas; esto significa que si bien fue afectado por el Centro Democrático, lo fue en menos proporción de lo que se vaticinaba y por el contrario mantiene un electorado fiel.
El Partido Opción Ciudadana –el nuevo nombre del antiguo PIN- mantuvo una representación en Senado de 5 congresistas y 6 en Cámara de Representantes, siendo el Departamento de Santander un importante fortín electoral, así como algunos de la Costa Atlántica.
Por eso es tan importante precisar que el peso de la centroderecha uribista en promedio no supera el 15% en ambas Cámaras, ellos serán la real oposición a la paz concertada, porque la centroizquierda del Polo Democrático y de la Alianza Verde apoya estas conversaciones.
La composición del Congreso le da una participación a la centroderecha del Centro Democrático de un poco más del 14,5 por ciento, y las fuerzas políticas que apoyan al Gobierno estarán alrededor de la mitad de los senadores y, para los efectos de las iniciativas que tienen que ver con la paz, es muy seguro que la centro-izquierda se sume a apoyar a la coalición de gobierno.
Por ello podemos decir que, si bien se debilita en parte la coalición de gobierno, los apoyos a la paz se mantienen ampliamente mayoritarios y, por lo tanto, hay gobernabilidad en el Congreso para la paz. Más allá de que para ciertos sectores la composición del Congreso no sea la que se deseaba. Es decir, las conversaciones en La Habana con las FARC-EP y ojala pronto con el ELN, pueden continuar con la certeza que los Acuerdos van a poder contar con la suficiente fuerza política en el Congreso para apoyar sus desarrollos.
Por último y para que no lo olvidemos, la actual legislación electoral y de partidos dificulta el transfuguismo político y propicia el comportamiento de bancada en el funcionamiento del Congreso, para que no terminemos ‘aumentando artificialmente’ la posible influencia del uribismo, más allá de si podemos decir que hay una alta tendencia en los votantes colombianos en votar a la centro-derecha, justamente por fatiga con el conflicto interno armado, pero justamente es con esos sectores con quienes hay que hacer la paz. La paz se hace con los enemigos, no con los amigos, porque con ellos no se está en guerra.
Algunos comentarios generales
1) Un protagonista central fue la abstención, acentuando una tendencia de largo plazo en el comportamiento de los colombianos y colocando un manto de precaria legitimidad al nuevo Congreso; el que si se desinfló, como era previsible, fue el voto en blanco; 2) fue importante el reconocimiento al Senador Robledo del Polo como el más votado, porque significa que los colombianos reconocen en él a un aguerrido opositor del gobierno; 3) en el Partido Liberal Horacio Serpa, cabeza de lista, ratificó la mayor votación de la misma; esto no se dio igualmente en Cambio Radical o en la Alianza Verde, donde la cabeza de lista fue superada en votación por otros candidatos; 4) es posible que la situación de estancamiento del Partido Liberal en Senado –mantener igual número de curules-, tenga que ver, entre otras razones, con la disputa por egos entre varios candidatos por quién iba a ser la cabeza de lista –eso proyecta a los electores la imagen de un partido poco cohesionado y poco disciplinado-; 5) Es lamentable que la izquierda comunista se hubiera quedado sin representación en el Congreso, ni Carlos Lozano de la Alianza Verde, ni Jaime Caicedo de la Unión Patriótica por Bogotá lograron curules; 6) Muy importante la llegada al Senado del dirigente agrario del Norte de Santander y del Coordinador Nacional Agrario, Alberto Castilla en la lista del Polo, así como de la analista Claudia López en la lista de Alianza Verde, una destacada investigadora sobre temas de parapolítica y corrupción; 7) Es probable que la polarización exacerbada en Bogotá por la situación creada alrededor del gobierno de la ciudad hubiera sido una de las causas de la alta votación por el uribismo (5 Cámaras) y la baja participación de los sectores de centro-izquierda. 8) Un gran ganador fue el presidente Santos quién se va a quitar el ‘manido argumento’ del uribismo de que los votos que lo eligieron procedían de su sector; ahora el presidente Santos tiene una base electoral propia y a ella responden sus políticas públicas.
Sobre la elección presidencial
En un régimen presidencialista como el colombiano la elección más importante es la del Presidente y la que conlleva mayores niveles de participación electoral. Normalmente en las elecciones presidenciales tiene más peso el llamado voto de opinión o mejor, el voto disponible a ser influenciado por los candidatos o los medios de comunicación, que el voto de los aparatos partidistas o conocido también como el voto de las maquinarias políticas, pero no se puede subestimar la importancia de éste último.
Las primeras encuestas no dan un claro contendor para el candidato-presidente –unas sitúan a Enrique Peñalosa, otras a Oscar Iván Zuluaga-, pero falta que se decanten las propuestas y sobretodo que muchos indecisos o partidarios del voto en blanco vayan tomando posiciones, como es lo más probable y allí el panorama se irá clarificando. Esto empieza a animar la campaña presidencial porque comienza a perfilarse un competidor con posibilidades hipotéticamente de ganarle al candidato-presidente. Adicionalmente y aunque por el momento no tiene mucha probabilidad, nadie puede garantizar que habrá segunda vuelta y que no se pueda resolver la elección presidencial en primera vuelta, por ejemplo.
Para la mayoría de los candidatos el objetivo a derrotar es el candidato-presidente Juan Manuel Santos y algunos como el candidato presidencial del movimiento ‘Centro Democrático’, casi que la obsesión es derrotarlo, no importa con quien haya que aliarse para ello. Lo cual se puede volver en contra de este objetivo personalizado.
Ahora bien, frente al tema de los diálogos de La Habana entre delegados del Gobierno Santos y las FARC-EP para terminar el conflicto armado interno, además del candidato-presidente Juan Manuel Santos quien tiene el mérito de haberlos iniciado, la candidata de izquierda Clara López los apoya plenamente, igual el candidato Enrique Peñaloza quien ha dicho en todos los medios, hasta ahora, que ratificaría al equipo negociador del gobierno porque lo considera competente. Los otros candidatos de la centro-derecha tienden a ponerle objeciones a las conversaciones con la guerrilla, o a predicar algo que se parece a una rendición de los ‘terroristas’ volviendo al discurso del gobierno anterior, pero que ellos pretender llamar paz.
Sin embargo, el esfuerzo de los candidatos que aparece con las mayores posibilidades después del candidato-presidente, será desplazar el debate presidencial a otros temas distintos al de la paz o mejor el de la terminación del conflicto armado, considerando que ese es el de la mayor fortaleza de su contendor prioritario –también hay que decir que ese tema dejó de ser prioritario para la mayoría de los colombianos y ocupa un lugar secundario de preocupaciones-. Es por eso que probablemente el candidato-presidente empezó a hablar en su discurso de lanzamiento de campaña en Barranquilla de ‘paz total’ y explicó por qué habla de esto: “Porque vamos a buscar que se silencien los fusiles, vamos a buscar que no haya más guerra, pero sabemos que la paz es mucho más que eso. Paz total es construir sobre lo que ya hemos logrado. Paz total es igualdad de oportunidades. Paz total es proponernos que todas las familias colombianas tengan la dignidad de un techo propio. Paz total es convertir al campo en una fuente de desarrollo, y que deje de ser un polo de pobreza. Paz total es que todo aquel que busque trabajo, lo consiga. Y que todo el que quiera hacer un negocito o empresa, lo pueda hacer”. Con esto está señalando que el compromiso no se agota en la firma de los Acuerdos para terminar el conflicto armado sino en el período de transición hacia el postconflicto armado que es lo que comúnmente se asocia a la idea de construcción de paz.
Sin embargo, todavía correrá mucha agua bajo los puentes antes que se clarifiquen las posibilidades reales de los distintos candidatos, pero lo cierto es que el candidato-Presidente tiene las mayores posibilidades de triunfar porque así sucede en los sistemas de reelección inmediata, independiente de quién sea el candidato.
Alejo Vargas Velásquez
Profesor titular Universidad Nacional, Coordinador Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 392
Semana del 21 al 27 de marzo de 2014
Corporación Viva la Ciudadanía
https://www.alainet.org/en/node/84211?language=es
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