Un país que no se puede ignorar en argentina y el mundo
China, con más reformas económicas y más conflictos con EE.UU.
28/12/2013
- Opinión
Imposible soslayar la importancia de una gran nación como China. Las noticias sobre ese país interesan en Argentina. Ahora anunció más reformas económicas y -quizás por eso- tiene más conflictos con la superpotencia decadente.
China está tan presente en el acontecer de Argentina que, con motivo de los saqueos favorecidos por el amotinamiento policial, los sectores que se oponen a esa relación bilateral vendieron “pescado podrido”.
El embajador de China, Yin Hengmin, desmintió que hubiera presentado quejas al gobierno nacional por los saqueos a supermercados chinos. Los promotores de la mala onda entre los dos países también habían afirmado que la visita a Buenos Aires del viceministro chino de Seguridad, Li Wei, se debía a esos supuestos planteos chinos. El embajador puntualizó que esa visita se había acordado a partir del 15 de octubre y se concretó entre el 7 y el 10 de diciembre como parte de la relación entre los respectivos ministerios.
La buena relación entre Beijing y Buenos Aires prende las luces de alarma en el tablero de los representantes de EE UU, que recelan de la mayor presencia de China en Latinoamérica y el Caribe, considerada su “patio trasero”.
Ahora ese “patio” se ha convertido en propiedad efectiva de gobiernos latinoamericanos -no de todos, lamentablemente-, que lo usan como mejor les place e invitan a pasar a sus pares chinos. Las relaciones con el país socialista se han empinado. La secretaria de la CEPAL, Alicia Bárcena, declaró a “Pueblo en Línea”, el 2 de diciembre pasado, que “el 'Sueño Chino' contribuye al 'Sueño Latinoamericano'”. Bárcena cuantificó que en 2010 la inversión china en América Latina y el Caribe alcanzó los 14.000 millones de dólares, convirtiéndose en la más importante. Puntualizó que “el volumen anual de comercio entre ambas partes registró unos 200.000 millones de dólares, y se esfuerzan por doblar la cifra para el año 2016 y llegar a los 400.000 millones de dólares”.
Ese debe ser uno de los motivos para que el imperio y sus amigos traten de descalificar a China. En el ex “patio trasero” hay mucho diálogo y comercio entre argentinos que toman mate y hombres de ojos rasgados que prefieren una tasa de té.
Avance incontenible
El desarrollo de la economía china ha tenido un ritmo impresionante, más aún en contraste con los bajones de la economía estadounidense, europea y japonesa. Su tasa de aumento anual del PBI fue del 8 por ciento y en 2011 llegó al 10,4, bajando el año siguiente al 7,3, que en comparación con lo ocurrido en los países capitalistas siguió siendo bueno.
Salvador Treber, profesor de posgrado en Ciencias Económicas de la UNC, en una columna de opinión en La Voz del Interior (“El nuevo viraje de la economía china”, 20/12), recordó que China “en un par de años, habrá de ostentar el PBI más elevado del planeta, con lo que superará el actual liderazgo de los EE UU”.
Además se quiere igualarla en una medición mucho más social: el PBI por habitante. Para los orientales, con una población de 1.345 millones de habitantes y viniendo de un desarrollo muy inferior, aquel desafío es monumental. Sin embargo, según el profesor Treber, esa equiparación del PIB por habitante será una realidad en 2024, y no en 2032 como lo habían pensado tiempo atrás.
Para los anacrónicos defensores del “mundo occidental y cristiano”, tal avance sería la realización de sus peores temores del “peligro amarillo” tantas veces potenciado por el anticomunismo.
La realidad indica otra cosa. Hay colaboración china con Bolivia para poner en órbita el satélite Tupac Katari, para lo que Evo Morales fue a Beijing. El aparato llevará a todo el territorio boliviano las señales de telefonía móvil, televisión, radio y acceso a internet.
Empresas chinas participan con PDVSA en la faja del Orinoco. Otras firmas han ganado -junto a empresas argentinas- la licitación para construir las represas y centrales eléctricas “Néstor Kirchner” y “Jorge Cepernic” en la Patagonia; en tanto la CSR Sifang está trabajando para entregar a Argentina mil coches ferroviarios. Daniel Ortega, en Nicaragua, firmó un convenio con otra empresa asiática, la HK, para un canal interoceánico que competirá con el de Panamá. Tal excavación ha puesto los pelos de punta a Washington y sus aliados panameños, que no quieren perder el monopolio y por eso ven con buenos ojos la Alianza del Pacífico.
Más reforma económica
La reforma económica y su apertura al exterior comenzó oficialmente en 1978, al ser aprobada en una reunión plenaria del Comité Central del Partido Comunista. El dirigente más influyente era Deng Xiaoping. Mao Tsé tung había muerto dos años antes y varias de sus políticas económicas demandaban cambios, a favor de mayor producción y de satisfacer más necesidades materiales. El experimento fue llamado “socialismo con peculiaridades chinas” y mantenía en un lugar central al plan estatal y las firmas bajo control estatal, pero daba más intervención a formas mixtas y aún del capital extranjero.
Atento a los resultados se podría decir que a los chinos les fue bastante bien. Sus planes quinquenales lograron cuadriplicar la producción y llegar hoy a arañar el podio de la economía mundial. También por otras cosas, como sus conquistas sociales. En su despacho del 25 de diciembre pasado, la agencia Xinhua comentó un informe del Consejo de Estado según el cual “el número de personas pobres en zonas rurales de China disminuyó en cerca de 67 millones de 2010 a 2012”. A finales de ese año quedaban 100 millones de residentes rurales que vivían en la pobreza.
El modelo chino no está exento de serios problemas, que abarcan la economía pero también la política e ideología. El presidente Xi Jinping, que tomó las riendas en noviembre del año pasado, junto con el primer ministro Li Keqiang, son conscientes de esas limitaciones. En el terreno político han puesto como principal objetivo la lucha contra la corrupción en esferas partidarias y gubernamentales, centrando en el uso de automóviles estatales de uso personal, las refacciones a las oficinas -por malgasto y posibles desvíos de fondos-, los viajes al exterior y varios otros ítem de inconductas.
En el plan quinquenal 2013-2017 hay un capítulo sobre castigar e impedir la corrupción: “si los problemas de estilos de trabajo y corrupción no son abordados apropiadamente, dañarán gravemente al Partido e incluso conducirán al Partido y a la nación hacia la muerte”.
Algunos números grafican el asunto y la determinación del PCCh de combatirlo. Unos 108.000 funcionarios han sido castigados en los primeros nueve meses de este año.
Roces con EE UU
Los líderes chinos hicieron entre el 9 y el 12 de noviembre su III Sesión Plenaria y adoptaron más decisiones sobre la reforma económica. Algunas dan pie a conjeturar que habrá más espacio para la producción privada. Por caso, se darán certificados de tierra a los campesinos que produzcan más, aunque sin romper con la propiedad pública del recurso. Se habilitará la creación de bancos pequeños y medianos, que antes no estaban permitidos. La actividad privada podrá incursionar en rubros como salud y educación. Las empresas estatales que dan pérdidas serán entregadas al capital privado y aún extranjero.
El objetivo es generar un gran desarrollo económico que permita cumplir lo que Xi llama “el sueño de China”: un progreso material y espiritual, un país que urbanice a su numerosa población rural y la sume al trabajo en urbes de no más de 500.000 habitantes sacándolas del atraso.
Por otro lado y refutando las críticas que suelen hacerse a China porque se habría “subordinado” a las multinacionales, el gobierno decidió poner más límites e impuestos al capital extranjero. Y lo fundamentó así: “desde 1979 hasta 2012, la inversión extranjera en China alcanzó los 1,28 billones de dólares. Habiéndose convertido en la segunda economía mundial y con una reserva de divisas bastante grande, la política de inversión extranjera, cuyo objetivo es satisfacer la escasez de capital, tiene que ser modificada. China ya ha legislado sobre el impuesto sobre la renta para empresas nacionales y extranjeras y poco a poco está eliminando el trato favorable otorgado al capital extranjero. Esto significa que el ambiente para la inversión extranjera en China ha alcanzado una fase relativamente madura y el país puede tratar con seguridad las inversiones extranjeras”.
Ese despertar del gigante no es bien visto por EE UU. Eso explica el casi incidente que generó el crucero norteamericano USSS Cowpens en el Mar del Sur de China, que casi embiste al portaaviones chino Liaoning. El diario Global Times sacó esta conclusión: “si la armada y la fuerza aérea estadounidenses se inmiscuyen continuamente cerca del umbral chino, existirá el peligro de un enfrentamiento”.
Otros motivos de fricciones, con EE UU y Japón, fue la redefinición de las fronteras aéreas de China, que esas potencias han resistido pero que las líneas aéreas internacionales han acatado.
El mejor destino de Argentina y Latinoamérica será ante todo obra de sus poblaciones y gobiernos, pero no deja de ser una condición favorable que exista un país socialista tan importante como el fundado por Mao el 1 de octubre de 1949.
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